Serendipia’s Sitges Film Festival 2016. Séptima cápsula
JUEVES 13 DE OCTUBRE
Todo lo bueno que se diga sobre las portentosas actuaciones de Antonio de la Torre y Roberto Álamo en Que Dios nos perdone, inteligente thriller del joven director Rodrigo Sorogoyen con el que inauguramos este jueves de festival, es poco. Mucho habíamos escuchado hablar de esta cinta y, afortunadamente, no defraudó. Proyectada como sesión especial, este policíaco mantiene la tensión en todo momento gracias a esos dos personajes tan diferentes, opuestos casi, pero tan bien perfilados. Uno metódico, otro brutal, pero ambos juguetes rotos, bombas de relojería siempre a punto de estallar. Buenos diálogos y pesimismo y sordidez a flor de piel en un muy reconocible y castizo Madrid engalanado para recibir al Papa con la caza de un violador de ancianas como objetivo común de ambos policías. Buen cine para comenzar el día. Encantado, Serendipia se dirige a hacer de nueva cola a la puerta de l’Auditori, cuando, de pronto…
Un coche negro se detiene en la puerta del hotel. No hay nadie alrededor mío. Se abre la puerta y sale Christopher Walken. Cámara en ristre lanzo una larga ráfaga de fotos que llegan a conformar fotogramas cuando, siguiendo su camino y al llegar a mi altura el mítico actor me mira. Nos miramos. Bajo la cámara y quedo petrificado ante esos profundos ojos azules. No hago LA FOTO. Le miro sin cámara, sin filtros. En señal de reverencial deferencia. Pasa a mi lado y continúa su camino mientras vuelvo a hacerle fotos hasta que desaparece. Durante un buen rato el pulso se me dispara y siento una absurda (o no) alegría que no me permite dejar de sonreír. Había tenido a Christopher Walken para mí solo. A mi vera. Y nos habíamos mirado a los ojos. Flotando en el aire marcho hacia la cola donde, como es habitual, somos los primeros. Serendipia no sospechaba que se disponía a ver la cinta vencedora de esta 49 edición del Festival de Sitges. Pero parte de Serendipia estaba, todavía, en otro planeta.
Swiss Army Man es una magnífica y también escatológica comedia satírica sobre la soledad. Cargada con negrísimos gags no aptos para todos los estómagos y canciones melódicas (sí, cantan para maravilla del público), este delirio (o no) de un náufrago que convive con un cadáver al que poco a poco ve cobrar humanidad entra, para Serendipia, en ese selecto y reducido grupo de guiones descabellados que uno no sabe como se han llegado a proponer a un productor y, lo mejor, como se han llegado a rodar. Y resulta más increíble el que así haya sido tratándose del primer largometraje de sus directores, Daniel Scheinert y Dan Kwan. Paul Dano está magnífico pero Daniel Radcliffe sencillamente se sale. Créannos: no debe de ser nada fácil interpretar el papel que hace.
Después de tan interesantes cintas tan solo cabía esperar un lento descenso. Y así fue. Lo mejor del documental Dragon Girls! Les amazones pop asiatiques era su prometedor título, ya que este repaso, algo enredado, al mundo de las estrellas orientales parece hecho a jirones a base de aprovechar la visita de su realizador, Yves Montmayeur, a un par o tres de festivales en los cuales entrevistó a grandes damas cinematográficas del cine oriental de acción de ayer y de hoy como Zhao Wei, Michelle Yeoh, Bingbing Fang, Asami, Rina Takeda o Eihi Shiina. Y es que, en nuestra opinión, mucho se abarca y poco se ofrece en este itinerario que debería disponer de más tiempo y un orden más lógico con el que hablarnos de todo aquel cine y de la influencia de estas amazonas en la música, la moda, los videojuegos e incluso en la estética sadomasoquista. Repetimos, no es que el tema no sea interesante, que lo es y mucho, lo malo es la sensación que deja este documental de ocasión perdida de haberlo tratado en su merecida profundidad. Pero lo peor del día llegaría con la producción alemana Plan B (Ufuk Genç y Michael Popescu) una cinta de acción pretendidamente divertida que homenajea el cine de acción de los 80 y que en bastantes momentos roza el sonrojo por su amateurismo. Lo mejor, las coreografías de acción, muy voluntariosas entre tanto sinsentido.
Pero Serendipia tenía puesta la mente en un hecho particular, ya que ese día hacíamos la tercera presentación de nuestro segundo hijito: Los semblantes del Fantaterror, que despedía así una andadura iniciada en mayo de este mismo año en el festival Nocturna, proseguida en julio en Cryptshow y finalizada en el marco de este festival, al que llevamos los poquitos ejemplares que nos quedaban. Nuestro niño se ha hecho grande y se ha independizado pero, ¡con qué alegría le decimos hasta siempre! Se ha portado muy bien y nos ha hecho estar orgullosos de él allí donde lo hemos llevado. La presentación/despedida, que se celebró en la carpa Fnac fue, además, todo un lujo, pues contó con Domingo López (¡Mr. Trash-o-rama inself!) como maestro de ceremonias. Y acompañando al autor, José Miguel Rodríguez, maquetador del libro y Alfredo Orive, socio capitalista del mismo. Pero sobre todo amigos, y a ambos lados, ya que el acto contó con la asistencia de muchos cinéfagos Exhumeds amigos así que… ¿Qué más puede pedirse? Pues ya puestos una buena cena a posteriori pero esa, esa es otra historia.
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