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Mala praxis, Boris Karloff y Bela Lugosi
Con permiso de Lionel Atwill, que tantos retratos de Mad Doctors ha dejado para la posteridad, han sido Boris Karloff, y en especial Bela Lugosi, los que más a menudo han tenido que ponerse la bata blanca y hacerse pasar por químicos experimentados, hablando un ininteligible lenguaje metacientífico mientras pasan fluidos de un tubo de ensayo a otro. Rodeados de matraces, probetas e ingenios eléctricos dieron entidad a uno de los personajes más socorridos del cine fantástico y de terror, encarnando a doctores más o menos locos que para conseguir sus objetivos se pasan el código deontológico por el arco de triunfo. Investigadores de lenguaje intenso, proclives al histrionismo que realizan experimentos imposibles que saben muy bien que serán mal vistos por sus colegas y por una pacata sociedad que no solo no los comprende, sino que a la mínima de cambio los condena a muerte o, en el caso de encontrarse en aquella pintoresca Europa de los estudios Universal, quemados junto a sus laboratorios por una turba de campesinos armados dehorcas y antorchas.
Karloff se especializó en amables ancianitos, con objetivos laudables y beneficiosos, cuyos méritos terminaban afectando a un tercero o al él mismo, provocando locura y muerte. Mientras que Lugosi se metió a fondo en la piel del doctor demente que todos amamos: pedante, con aires de superioridad y cínico. De sonora y prolongada carcajada y cuyo objetivo es vengarse o dominar el mundo. Lo que viene siendo un Mad Doctor al uso.
Demos un repaso a las numerosas películas en las que tanto Karloff como Lugosi se metieron en la bata blanca de un científico de métodos dudosos, dejando fuera los papeles de doctor ‘normal’, así como a telépatas e hipnotizadores, que también encarnaron en sus largas carreras.
Bela Lugosi estrena, y a lo grande, el ranking metiéndose en la piel del Dr. Mirakle en El doble asesinato de la calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, 1932) una adaptación -por decir algo- de Edgar Allan Poe que sirvió como consuelo para Robert Florey y Bela Lugosi tras ser ambos apartados del proyecto Dr. Frankenstein, autor del monstruo (Frankenstein, 1931), que como es bien sabido terminó dirigiendo James Whale con Boris Karloff, quien despegó así una carrera con la que terminó desbancando a Lugosi como máxima estrella del cine de terror de la Universal. El Dr. Mirakle, perfecto sosia del Dr. Caligari trabaja, como él, en un barracón de feria exhibiendo, en su caso a Erik, un fiero gorila. O mejor dicho, un hombre dentro de un traje de gorila[1]. Pero al grano: ¿Cual es el objetivo del Dr. Mirakle? Pues aparear a Erik con una señorita y obtener una nueva raza. Lo que viene siendo un perfecto acto zoofílico que como pueden suponer, no llevará a cabo. Lugosi vuelva a las andadas tres años después con una nueva ‘adaptación’ del universo Poe, El cuervo (The Raven, Louis Friedlander, 1935) con Boris Karloff como coprotagonista. Aquí Bela Lugosi interpreta al Dr. Richard Vollin, un gran admirador del escritor de Boston que no se limita a coleccionar sus libros, no: posee una cámara de tortura en su sótano. ¿Su plan? Más terrenal: vengarse del prometido de la mujer que ama. Y ustedes dirán ¿Pero es un Mad Doctor? Bueno, algo de eso hay pues deforma mediante cirugía la cara de un delincuente (Karloff),El poder al que promete restituir el rostro si le ayuda a cumplir sus planes. Y de nuevo Lugosi es un refinado sibarita que disfruta torturando sádicamente a cuantos caen bajo sus redes.
Eran buenos tiempos para ambos intérpretes, así que al año siguiente vuelven a coincidir en una película, El poder invisible (The invisible ray, Lambert Hillyer, 1936), aunque en este caso es Boris Karloff el que adopta el rol prominente encarnando a un científico loco de manual: miradas ojipláticas, frases grandilocuentes (“pigmeos que se burlan de un gigante”) y laboratorio en los Cárpatos. ¿Su nombre?: Janos Rukh. Y Janos descubrirá el Radio X, que lo convertirá en un arma humana (cosa que toca, cosa que muere), además de hacerlo fosforescente en la oscuridad (con brillo gentileza de John P. Fulton, el mismo técnico de efectos especiales que dos años antes había convertido a Claude Rains en El hombre invisible) consiguiendo así “más poder del que ningún humano haya tenido” y, de paso, perder la chaveta.
Ciencia-Ficción con resquicios del terror Universal que tanto amamos y algún elemento de aventura selvática, todo en una memorable producción, escasamente valorada, pero que ofrece suficientes alicientes como para formar parte de lo más destacado de la filmografía de Karloff.
Tampoco suele destacarse la británica El hombre que trocó su mente es el médico loco (The Man Who Changed His Mind, Robert Stenvenson, 1936), película magníficamente rodada, con un sólido guión, que narra los experimentos del doctor Laurience, que ha descubierto como “extraer el contenido mental del cerebro de un hombre. Vaciarlo. Almacenándolo como si fuera electricidad” para transplantarlo de un individuo a otro. Y aunque tan solo lo ha probado con éxito en chimpancés, ya fabula con realizar su primer experimento con humanos. Para que le ayude en sus investigaciones reclama a una de sus alumnas, la doctora Clare Wyatt (Anna Lee), una resuelta científica que lejos de encarnar al personaje chillón y en apuros que el primer cine de terror reservaba para los personajes femeninos, posee un carácter fuerte y muy superior intelectualmente al del mozalbete que la pretende, interpretado por John Loder y que, eternamente en celo, no ceja en su fijación de casarse con ella. Pero, el doctor, al presentar su teoría ante la comunidad científica, es ridiculizado y tachado de loco, pergeñando un plan para 1: ser millonario y 2: casarse con Clare, su joven ayudante, pues al parecer no solo está interesado en su pericia como científica. Unos planes que incluyen el asesinato. Naturalmente Laurience muere, no sin antes pedir a su ayudante que destruya todo.
Mientras, Lugosi rueda un serial en episodios también para Universal, The Phantom Creeps (Ford Beebe y Saul A. Goodkind, 1939)[2], donde interpreta un Dr. Zorka que no se anda con chiquitas, quiere dominar el mundo, pero al ser descubierto organiza un accidente en su laboratorio para eliminar las pruebas, simular su muerte y vengarse de los policías que llevan el caso. La única que pierde la vida es su esposa, todo lo cual enloquece aún más a Zorka que clama, claro, venganza. Inofensiva acción pulp de serie B antes de volver a encontrarse con Boris Karloff en Black Friday (Arthur Lubin, 1940), también para Universal. En esta película Karloff incorpora a su repertorio un papel que repetirá en diversas ocasiones, el de científico bienintencionado pero de métodos dudosos que opera al margen de la ley. En este caso como Dr. Sovak realiza el trasplante de cerebro de un gangster que ha muerto asesinado por sus rivales al cuerpo de un bondadoso profesor de literatura, lo malo es que los recuerdos del sanguinario criminal convivirán con los del profesor, adueñándose del cuerpo de su huésped. El resultado es tan descacharrante como entrañable.
Más tarde, Boris Karloff firma contrato en 1939 con los estudios Columbia para protagonizar cinco películas básicamente iguales, tanto que en muchos casos comparten reparto, guionista y director. Y en todas interpreta su papel de bondadoso científico. Nick Grinde, director eminentemente de películas de serie B que no hace ascos a ningún género se encarga eficientemente de las tres primeras, The Man They Could Not Hang (1939), The Man With Nine Lives (1940) y Before I Hang (1940).
En La horca fatal (The Man They Could Not Hang, 1939), la única de las cinco que se estrena en nuestras pantallas y armado con un vistoso peluquín, como Dr. Henryk Savaard crea un corazón artificial con el que mantener un cuerpo vivo pero en pausa, para poder repararlo reactivándolo posteriormente. Una loable idea si no fuera que le lleva a experimentar con un sujeto que termina muriendo. Condenado a muerte y ahorcado, su socio lo revive utilizando su técnica, cuya eficacia queda así probada, buscando vengarse de los seis jurados que lo condenaron.
A toda velocidad y sin cambiar decorado, actores, ni peluquín, Grinde rueda The Man With Nine Lives (1940), en la que Karloff, ahora como Dr. Leon Kravaal, investiga exactamente lo mismo que en la anterior, solo que mediante la terapia de congelación, o sea, dejando los cuerpos en animación suspendida para poder operarlos. Pero la mala praxis terminará con el buen doctor.
La tercera y última de Boris Karloff con Nick Grinde, que no con Columbia, es Before I Hang (1940). Otra vez con la soga al cuello en esta película que deja entrever más medios y en la que de nuevo Karloff, ahora como Dr. John Garth, es juzgado por la muerte accidental del paciente con el que experimenta. Hasta ahí lo habitual. En la cárcel, mientras espera que se cumpla la pena de muerte a la que ha sido condenado, proseguirá con sus experimentos obteniendo un suero en el que utiliza la sangre de un asesino. La pena le será conmutada, pero la sangre poseerá al buen doctor, que iniciará una carrera de asesinatos.
Quedaban todavía dos desmanes a entregar a Columbia, así que Karloff vuelve a colocarse la bata de científico –y el peluquín- para encarnar al Dr. Julian Blair en el primero de ellos, The Devil Commands (1941), un film dirigido por Edward Dmytryk[3] con un guión de lo más descabellado: el cerebro humano emite ondas que pueden grabarse con ayuda de un casco -por cierto, de lo más bizarro- y el Dr. Blair descubrirá que, además, mediante ese sistema los muertos podrán comunicarse con los vivos ¿ridículo? pues eso no es todo, a esto cabe añadir algunos ingredientes tan del gusto del más clásico cine de terror como son el ayudante retrasado, Karl, y los lugareños recelosos con lo que está haciendo el científico que terminarán, como es ya obligado, prendiendo fuego al caserón con el científico dentro. ¡Ah! ¡Aquellas pequeñas comunidades con sus entrañables grupos de linchadores! Siempre con la posada como hogar social. Una tradición tan americana como la tarta de manzana.
La despedida de Karloff de la Columbia no podrá ser más humillante. The Boogie Man Will Get You (Lew Landers, 1942) pretende ser una comedia y en ella Karloff interpreta al Dr. Nathaniel Billings, que está realizando un experimento con el que “juguetea con la fisiodinámica sacudiendo las inamovibles leyes de la existencia”. O lo que –debe ser- lo mismo: crear un súper hombre poderoso y volador que termine, él solo, con la 2ª Guerra Mundial. Para conseguirlo utilizará como cobaya a cuanto vendedor ambulante se cruce en su camino. Rodada de manera teatral y casi en su totalidad en un único escenario, la película se beneficia de la presencia de Peter Lorre, que consigue hacerse con la función, algo que no le resulta demasiado difícil en una cinta dominada por el humor negro y los chistes sin gracia alguna.
Mientras tanto, Bela Lugosi chapotea en el cenagal de la más estricta serie-B. En The Devil Bat (Jean Yarbrough, 1941) encarna el encantador Dr. Paul Carruthers, que cría un enorme murciélago asesino que ataca en el cuello de sus víctimas al detectar una loción de afeitado de su invención con la que, amable y zalamero, obsequia a todo al que quiere quitar de en medio ¿El móvil? La venganza, claro. Y, a continuación, hace de los vecinos estudios Monogram un segundo hogar al firmar un contrato por nueve películas, varias de las cuales, por supuesto, son protagonizadas por sardónicos científicos locos. Este es el caso de Black Dragons (William Nigh, 1942) en la que es al Dr. Melcher, cirujano plástico del Tercer Reich que alterará los rostros de varios japoneses para que se infiltren en Estados Unidos como espías y saboteen instalaciones e industrias estratégicas. Igual de descabellada fue El ladrón de cadáveres (The Corpse Vanishes, Wallace Fox, 1942), única de estas cintas estrenadas en nuestros cines y en la que, como Dr. Lorenz, pretende mantener joven a su envejecida esposa mediante las glándulas femeninas de jóvenes vírgenes a las que secuestra en el día de su boda. Enanos, ayudantes deformes, y el agradecido detalle de que el Dr. Lorenz y su esposa duerman en ataúdes, intentarán sacar un poco de brillo a esta producción. Más simpática resulta, por lo psicotrónico de la propuesta, The Ape Man (William Beaudine, 1943) en la que el Dr. James Brewster experimentará en sí mismo transferir la fuerza de los primates a los hombres, mediante una inyección en la columna vertebral de un fluido extraído del bulbo raquídeo de un gorila, algo que terminará convirtiéndolo, más o menos, en hombre-mono, llegando a compartir jaula con un gorila (o lo que es lo mismo, con un hombre con traje de gorila[4]). El único antídoto contra su mal será, mala suerte, el fluido espinal humano, que deberá obtener previo asesinato de los donantes. Sin duda animados por las criticas que el film recibió, (”Monogram a cubierto de basura a Bela Lugosi” The Daily News), el estudio realizó una secuela, Return of the Ape Man (Phil Rosen, 1944) que no tenía absolutamente nada que ver con la anterior. Juzguen si no. En esta ocasión el Dr. Dexter viaja al Círculo Polar Ártico a recuperar el cuerpo de un cavernícola. Una vez de vuelta matará a su ayudante transplantado su cerebro al recién llegado. Lo dicho, nada que ver.
Y todavía le quedaba a Lugosi un nuevo horror/error que protagonizar para Monogram y con el que daría por finalizado su contrato, Voodoo Man (William Beaudine, 1944) otra olvidable película que a la temática Mad Doctor añade gotas de vudú ¿el resultado? Otra serie B. Y del fuego a las brasas, pues finalizado su contrato con Monogram, RKO le tiene preparada una propuesta que no difiere mucho de los subproductos comentados, Zombies on Broadway (Gordon Douglas, 1945) que parodia la obra maestra de Jacques Tourneur, I Walked with a Zombie (1943) utilizando los mismos escenarios y dos de sus actores: Darby Jones, el inolvidable Carrefour, y Sir Lancelot, el inaguantable cantante de Calypso. A esto sumaron a Bela Lugosi como Dr. Reanault, inventor de un fluido zombie, y unos cómicos de tercera regional que hacían buenos a Abbott y Costello.
A mediados de los años cuarenta los monstruos de la Universal ya tenían un pié puesto en las ciénagas de la serie-B. En 1943 se estrenaba el primer cóctel de monstruos, Frankenstein y el hombre lobo (Frankenstein Meets the Wolf Man, Roy William Neill) protagonizado por Lon Chaney Jr. y Bela Lugosi, que en el papel de monstruo de Frankenstein recibía una última humillación de los estudios que ayudó a salvar de la bancarrota en 1931. Al año siguiente alguien pensó exprimir, aún más, a los productivos monstruos metiendo a cuantos cupieran en una sola película, y el cartel de la cinta lo dejaba bien claro, pues como si estuviera declamado desde una barraca de feria decía: “¡Todos juntos! ¡El monstruo de Frankenstein! ¡El hombre lobo! ¡Drácula! ¡El jorobado! ¡El doctor loco!” papel este último que recayó en Boris Karloff, que como Dr. Niemann, alumno de tercera del doctor Frankenstein, escapa de la cárcel en la que cumple condena por intentar “dar a un perro una mente humana (¡!) usando cadáveres recientes”, con el poco original objetivo de vengarse de los que lo enviaron a la cárcel. Pero de paso resucitará al propio Drácula (ahora John Carradine) extrayendo la estaca de su pecho; liberará del hielo donde permanecen congelados al hombre lobo (Lon Chaney Jr.) y al monstruo de Frankenstein (ahora Glenn Strange); y hallará los archivos del Dr. Frankenstein, con los cuales comenzará a experimentar.
Volviendo a Lugosi, para que su última gira teatral por el Reino Unido con Drácula resultara más rentable, se le ofreció una película en la que realizaría un papel como comparsa de un ridículo cómico, Arthur Lucan[5]. Mother Riley Meets the Vampire (John Gilling, 1952) es un trabajo estrictamente alimenticio en el que Lugosi interpreta a un personaje conocido como el vampiro, que no es otra cosa que un científico loco que busca dominar el mundo obteniendo unas reservas de uranio con la ayuda de un robot, hasta que se cruza una anciana irlandesa en su camino desbaratando sus planes. Para mayor humillación de Lugosi, la cinta llegó a exhibirse en Estados Unidos, aunque al menos con un bello nombre, Vampire Over London. Pero no finalizarían aquí las humillaciones para el veterano actor: de vuelta a casa le esperaba un subproducto que se ha convertido, merecidamente, en pieza de culto: Bela Lugosi Meets a Brooklyn Gorilla (1952) película perpetrada por William Beaudine en tan solo nueve días en la que Lugosi, como Dr. Zabor y desde su laboratorio de la isla Kola-Kola, crea un suero que convierte a los hombre en gorila. Allí irán a perturbar la paz dos imitadores de Dean Martin y Jerry Lewis: Duke Mitchell y Sammy Petrillo que, uno con sus inaguantables canciones, en especial la repetitiva Deed I do, y el otro con sus muecas, causarán la más insufrible vergüenza ajena al espectador. Aún así las críticas fueron positivas: mientras Variety destacaba sus títulos de crédito (¿?), Box Office la recomendaba para “arrancar algunas risas a los espectadores de pueblo”.
A Karloff no le iba mucho mejor, pues si bien se libró de participar en Abbott y Costello contra los fantasmas (Abbott and Costello Meets Frankenstein, Charles Barton, 1948), en la que hubiera coincidido de nuevo con Lon Chaney Jr., Glenn Strange y Bela Lugosi, no pudo escaparse de la inenarrable Abbot and Costello Meet the Killer, Boris Karloff (Charles Barton, 1949) y Abbott and Costello Meet Dr. Jekyll and Mr. Hyde (Charles Lamont, 1953) en la que Karloff como Henry Jekyll, utilizará su celebérrima fórmula para, en la piel de Hyde, quitar de en medio a todo el que se entrometa en sus planes. Una, a pesar de todo, cuidada producción, con buen vestuario y que incluso resulta atmosférica en algunos momentos. Las transformaciones están muy conseguidas, y más teniendo en cuenta que Hyde era interpretado por Eddie Parker, un especialista cuya caracterización se realizaba mediante máscara.
A Bela Lugosi tan solo le quedaba un papel de doctor loco por interpretar y, sencillamente, lo bordó. Su Eric Vornoff en Bride of the Monster (Edward D. Wood Jr.,1955) representa el paradigma de lo que debe de ser un Mad Doctor.
Tan solo un año después de su estreno Lugosi entraba en la inmortalidad. Les dejo con su inolvidable monólogo:
“¿Hogar? Yo no tengo hogar. Perseguido, despreciado, viviendo como un animal, la jungla es mi hogar. Pero yo demostraré al mundo que puedo ser su amo. Yo perfeccionaré mi propia raza humana ¡¡Una raza de superhombres atómicos que van a conquistar el mundo!!”
Y… ¡Corten!
Con Bela Lugosi fuera de plano, Karloff tenía el campo libre para acoger cuantos papeles le fueran ofrecidos, entre ellos los de sabio loco, y pocos dejó escapar de sus manos. Por lo pronto vuelve al personaje que lo encumbró en Frankenstein 1970 (Howard W. Kotch), película de engañoso título, pues ni fue realizada ni estrenada ese año, sino en 1958, y en la que Karloff encarna al último de los Frankenstein. Una disfrutable película que nos cuenta como el anciano y rijoso heredero, de prolongada carcajada y aficionado a tocar tétricas melodías con el órgano, arruinado, alquila su castillo a un equipo de televisión para que ruede un programa sobre su antecesor, y así, poder adquirir nuevo instrumental atómico con el que dar la vida a la criatura más fea que la franquicia ha ofrecido, con todo el cuerpo vendado y una cabeza inexplicablemente grande. Mucho mejor resultó Corridors of Blood (Robert Day, 1958) cinta en la que como Dr. Bolton inventa la anestesia, investigación que le llevará a experimentar consigo mismo convirtiéndose en un adicto, pues la fórmula contiene derivados del opio. Esto le llevará a frecuentar los bajos fondos y ejercer malas praxis al mezclarse con pésimas compañías para que le faciliten su dosis. Una de las mejores actuaciones de Karloff en un atmosférico filme que tiene entre sus atractivos el de contar también con Christopher Lee encarnando al vil asesino Resurrection Joe.
Y Boris Karloff será de nuevo un Frankenstein en Mad Monster Party (Jules Bass, 1967) un delirio pop realizado mediante animación Stop Motion que narra como el buen doctor desea retirarse no sin antes nombrar sucesor y confiar todos sus descubrimientos a su sobrino. Para ello convoca una reunión en su castillo con todos los monstruos como invitados, entre los que figura el hombre lobo, la momia, Drácula… así como un sosia de Peter Lorre, entre muchos otros. El propio actor puso voz a su personaje.
Y tras rodar Targets (Un héroe anda suelto, Peter Bogdanovich, 1968), su siguiente film y un magnífico testamento cinematográfico, Karloff debería haber aprovechado la coyuntura para retirarse, pues lo que quedaba por delante terminaría siendo mucho más indigno que los delirios de Ed Wood con Lugosi.

Las cuatro películas mexicanas de Karloff han estado disponibles con los más diversos títulos, desde los tiempos del VHS. En la imagen una de las ediciones españolas.
Las cuatro últimas películas de Boris Karloff son subproductos mexicanos producidos por Luis Enrique Vergara. Jack Hill rodó las escenas con Karloff en un estudio de Los Angeles y con estas tomas, ya en México, Juan Ibáñez rodó el resto con actores autóctonos. En tres de ellas Boris Karloff realiza papeles de –Pinche– Mad Doctor. Repasémoslas brevemente: Invasión siniestra (1971) está ambientada en Gudenburg en 1880 y en ella como Dr. Mayer inventa un rayo tan poderoso que provoca que los extraterrestres envíen a un emisario para que cese las investigaciones, pues podría provocar la destrucción del universo. Todo realizado con una alarmante pobreza de medios, abundancia de anacronismos y un extraterrestre ye-yé con traje plateado. Un horror. Como también lo fue La muerte viviente (1971) donde el veterano actor como Dr. Carl van Moulder controla las ondas telequinésicas del cerebro. Vudú, adoradores de serpientes y experimentos con LSD ¿Lo mejor? Que sale la exuberante Tongolele. Finalmente, porque todo tiene un final, llegó La cámara del terror (1971) en la que Karloff, como el Dr. Mantel, descubre una roca semiviva que se alimenta de la sustancia desprendida por las personas atemorizadas, todo lo cual lleva al buen científico a experimentar con jovencitas que se encarga de secuestrar un enano a su servicio.
Al menos queda el consuelo de pensar que para cuando estas películas llegaron a los cines, Boris Karloff ya había pasado a mejor vida.
Bela Lugosi y Boris Karloff. Boris Karloff y Bela Lugosi. Dos actores de la vieja escuela. Actuaron en obras de teatro, vivieron la edad de oro del cine de Hollywood y llegaron a participar en televisión. Siempre con dignidad. Siempre con profesionalidad. Quisieron y consiguieron morir al pié del cañón y alcanzaron la inmortalidad siendo objeto de veneración por parte de generaciones de cinéfilos.
NOTAS
[1] En este caso concreto el filipino Charles Gemora, maquillador y ‘actor’ que se metió en la piel de gorila en 56 filmes, interpretado a gorilas anónimos y a otros de llamativo nombre como Plato, Sultán, Gibraltar, Caesar, Josephine, Jocko o Ethel. Aunque en ocasiones pudo realizar algún papel que no requirió de su experiencia como gorila interpretando, por ejemplo, a un oso en Ruta a Utopía (Road to Utopia, Hal Walker, 1945), un marciano en La guerra de los mundos (The War of the Worlds, Byron Haskin, 1953) y a un extraterrestre en I Married a Monster from Outer Space (Gene Fowler, Jr. 1958).
[2] Este serial de doce episodios también tuvo versión reducida en forma de largometraje para televisión diez años más tarde.
[3] Dmytryk dirigió algunas memorables cintas policíacas y de cine negro entre las que destaca El abrazo de la muerte (Criss Cross, 1949), y tuvo serios problemas a finales de los años cuarenta con el Comité de Actividades Antiamericanas por haber pertenecido, tras la Segunda Guerra Mundial, al partido comunista.
[4] En este caso encarnado por Emil Van Horn, afortunado poseedor de un disfraz de gorila con el que se paseó por trece producciones de medio pelo interpretado a Gargo el gorila, Lulu la gorila, Satán el mono y cuanto primate hiciera falta. Su última aparición en pantalla la hizo, precisamente, sin traje de mono.
[5] Arthur Lucan, travestido en el personaje Old Mother Riley, había dado el salto desde los escenarios de los Music Hall londinenses hasta la pantalla, protagonizado entre 1937 y 1952 quince inexportables cintas de las que Mother Riley Meets the Vampire (1952) sería la última. Por cierto, que la película esté dirigida por John Gilling, que durante la siguiente década rodaría unas cuantas perlas para la Hammer, no debería llamarles a engaño.
Dark Universe: actualizando el legado de la Universal
DARK UNIVERSE
Universal Pictures relanzará sus clásicos monstruos del cine para una nueva generación bajo el nombre de DARK UNIVERSE . El logotipo de este proyecto va acompañado por un tema musical inédito compuesto por Danny Elfman y se lanzará en cines con el estreno de La Momia el próximo 9 de junio.
DARK UNIVERSE nace gracias a la creatividad de Alex Kurtzman, director y productor de La Momia, la película que inaugura esta nueva serie de monstruos, y de Chris Morgan, que también produce La Momia y que acaba de ver cómo Fast & Furious 8, la sexta película que escribe para la franquicia, ha conseguido la mayor recaudación jamás alcanzada en un estreno mundial el pasado 14 de abril. Se unen a la empresa, con muchas ganas de inspirar y entretener a una nueva generación, talentos visionarios de la talla del oscarizado Christopher McQuarrie (las entregas de Misión Imposible y la famosa Sospechosos habituales) y David Koepp (La guerra de los mundos, Jurassic Park).
«Nos enorgullece formar parte de la creatividad y la pasión que han inspirado la reinvención de los icónicos monstruos de Universal», afirma Donna Langley, presidenta de Universal Pictures. «Chris y Alex han iniciado este proyecto con suma maestría, lo que nos permitirá que cada película disponga del tiempo suficiente para encontrar el reparto perfecto, el director más idóneo y la visión más adecuada. Lanzamos DARK UNIVERSE apoyado en el tema musical compuesto por Danny Elfman, aprovechando el estreno de La Momia y sabiendo que vamos a colaborar con un brillante cineasta como Bill Condon para dirigir Bride of Frankenstein, la historia de una mujer muy actual dentro de un cuento de lo más clásico. Estamos convencidos de que esto es el comienzo de algo muy grande«.
«Cuando Universal nos habló de la posibilidad de volver a imaginar estos personajes clásicos, nos dimos cuenta inmediatamente de la responsabilidad que suponía y que debíamos, ante todo, respetar su legado a la vez que les hacíamos participar en aventuras nuevas y modernas», dicen Alex Kurtzman y Chris Morgan. «El estudio y nuestros colaboradores creativos nos han motivado y retado para que empezáramos a tejer la red de DARK UNIVERSE. Esperamos sinceramente que estas películas cautiven a los seguidores de siempre y enganchen la imaginación de muchos más».
DANNY ELFMAN
Desde su primera partitura para La gran aventura de Pee-Wee, de Tim Burton, a la que siguió el icónico tema para la serie «Los Simpson», sin olvidar tampoco sus colaboraciones con cineastas de la talla de Ang Lee, David O. Russell, Sam Raimi, Rob Marshall, Guillermo del Toro, Joss Whedon y Peter Jackson, las inimitables composiciones del músico Danny Elfman, nominado a cuatro Oscar, le han convertido en uno de los compositores más versátiles y consumados de la historia. «Crecí con monstruos«, dice Elfman, «los monstruos formaban parte de mi vida y los icónicos monstruos de Universal casi eran mi familia. No sería el mismo de no haberlos conocido. Cuando me ofrecieron componer el tema musical para el logotipo de DARK UNIVERSE , no lo dudé ni un segundo. ¿Hay algo más divertido que conectarme directamente con este mundo que siempre ha sido parte de mi psique? Intenté encontrar algo nuevo que, a la vez, tuviera alguna conexión con los orígenes, aunque fuera de un modo muy sutil. Algo que predijera el futuro creativo, fértil e imaginativo en el que está a punto de penetrar DARK UNIVERSE , pero que también homenajeara la herencia dejada por los trágicos héroes (o antihéroes) de mi niñez. ¡Por los monstruos!».
LA NOVIA DE FRANKENSTEIN, SEGUNDO PROYECTO
El oscarizado Bill Condon, después del gran éxito mundial de La bella y la bestia, dirigirá Bride of Frankenstein a partir de un guion de David Koepp. Su estreno está previsto para el 14 de febrero de 2019 y será la siguiente entrega de DARK UNIVERSE después del estreno de La Momia. El nombre de la actriz protagonista se revelará próximamente. «Me entusiasma la idea de llevar a la gran pantalla una nueva versión de Bride of Frankenstein, sobre todo cuando la película original de James Whale aún tiene tanta fuerza«, dijo Bill Condon. «La novia de Frankenstein es, sin lugar a dudas, el monstruo femenino más icónico de la historia del cine, lo que demuestra que James Whale hizo una obra maestra capaz de perdurar a través del tiempo».
Las películas de DARK UNIVERSE estarán interpretadas por algunas de las mayores estrellas del mundo para encarnar papeles icónicos y a ellas se unirán nuevos talentos que empiezan a despuntar. En la foto que acompaña a este artículo puede verse a dos de las estrellas de futuros proyectos de DARK UNIVERSE: el Hombre Invisible y el Monstruo de Frankenstein, interpretados respectivamente por Johnny Depp y el oscarizado Javier Bardem. A ellos les acompañan Tom Cruise, en el papel del mercenario Nick Morton, y al oscarizado Russell Crowe, como el Dr. Henry Jekyll, que encabezan el reparto de La Momia, junto con Sofia Boutella, la actriz que encarna a la momia.
PRODIGIUM: UNA SAGA INTERCONECTADA
Las películas del mundo de DARK UNIVERSE están conectadas por una misteriosa organización multinacional llamada Prodigium. Encabezada por el enigmático y brillante Dr. Henry Jekyll, Prodigium tiene como misión encontrar, estudiar y, si fuera necesario, destruir el mal encarnado en los monstruos que recorren nuestro mundo. La organización funciona fuera de la tutela de cualquier gobierno y lleva milenios ocultándose; solo así consigue esconder el mal que existe más allá de la delgada membrana de la sociedad civilizada, y hará lo que sea necesario para seguir escondiéndolo. Para saber más acerca de DARK UNIVERSE y Prodigium, entren en www.DarkUniverse.com y http://www.WelcometoProdigium.com.
Bienvenidos a un nuevo mundo de dioses y monstruos. Bienvenidos a DARK UNIVERSE.
Dos interesantes lecturas: de la Universal a Profilmes
MONSTRUOS ELÉCTRICOS (Lluis Rueda y Pau Roig 2012, Arkadín Ediciones)
Editado antes de forma digital y presentado en ese formato durante el Festival de Sitges 2011, ahora tenemos ocasión de adquirir en papel y en todo su esplendor el magnífico libro Monstruos eléctricos, un análisis pormenorizado de la producción fantástica y terrorífica de los estudios Universal. Cierto es que se han publicado ya varias obras sobre el tema en nuestro país, alguna de gran categoría, pero la mayoria de ellas se han centrado más en los actores y el anecdotario. Monstruos eléctricos se decanta por el análisis de todos esos films y lo hace distribuyéndolos en varios apartados: El horror gótico (Jorobado de Notre Dame, Fantasma de la Ópera, El legado tenebroso, El hombre que ríe, Drácula y sus hijos, La momia y sus secuelas, El caserón de las sombras, Los crímenes de la calle Morgue, Satanás, El cuervo, hombres lobo, Night Monster y The Mad Ghoul). Ciencia ficción (Frankenstein y sus secuelas, El poder invisible, El hombre que fabricaba monstruos, El hombre invisible, La trilogía de la mujer simio, Flash Gordon y Phantom Creeps). Ideario pulp y cine criminal (La torre de Londres, Black Friday, Fantasma de la Ópera, Misterio en la Ópera, Cóctel de monstruos e Inner Sanctum). Y finalmente y como epílogo un repaso al universo fantástico de Jack Arnold. Todo ello profusamente ilustrado con una magnífica selección de fotos y carteles.
Los autores nos ofrecen su visión sobre todo ese legado, un punto de vista totalmente personal y valiente. Rebajando de cierta épica algunos filmes y revalorizando y desvelando valores de otros que siguen viéndose como secundarios a pesar de tener una calidad mucho más alta. Al estar escrito a dos manos, hay puntos en los que no hay total coincidencia de parecer, aunque en uno hay total unanimidad: su animadversión a la pareja cómica Abbott y Costello y a la película que interpretaron junto a la plantilla terrorífica de Universal, Contra los fantasmas. Profundizan también en algunos films poco tratados en otras obras, como los seriales o la saga Inner Sanctum. También es un acierto el incluir en este completo inventario los films de Jack Arnold y Cult of the Cobra. Todo ello en 344 apretadas páginas editadas por Arkadin Ediciones que pueden (y deben) conseguir aquí.
LA DÉCADA DE ORO DEL CINE DE TERROR ESPAÑOL. 1967-1976 (Javier Pulido 2012, T&B Editores)
Quizás este título no sea el más correcto para una obra en la que la gran protagonista es la productora barcelonesa Profilmes y su serie de títulos dedicados al cine de terror. Pero el autor no se queda ahí, ya que completa el libro ofreciéndonos un repaso a lo que ha dado de sí el cine fantástico español desde sus orígenes hasta llegar, precisamente a la era Profilmes. Es en ese momento en el que pasa a detallar la historia de la productora, así como a realizar un análisis de todos sus films terroríficos en el contexto que vivía el país. Algunos más acertados que otros, no deja de ser interesante el que el autor haya querido encontrar similitudes entre los argumentos y personajes de esas películas y la convulsa situación que vivía España en aquella época. Repleto de interesantes datos y cifras, el autor también ha tenido acceso a los guiones originales de algunos de estos títulos, así como a notas de censura y declaraciones de los principales implicados, tratando también otras producciones Profilmes no adscritas al terror, como las de género aventurero, documental y político.
Agradable de leer, se le disculpan ciertos mínimos errores posiblemente achacables al descuido, en una obra que pasa a ser otra interesante pieza en la bibliografía dedicada al tan criticado y denostado Fantaterror español que pueden conseguir en su librería de cabecera o aquí.
Abbott y Costello contra los fantasmas vuelve a la pantalla
Coincidiendo con el centenario de Universal Pictures, Sherlock Films y Cines Verdi reponen en Alta Definición (2K) para el próximo 24 de agosto la entrañable comedia de terror, Abbot y Costello contra los fantasmas (Bud Abbott & Lou Costello Meet Frankenstein, 1948) de Charles Barton, protagonizada por el mítico dúo cómico que da nombre al título, así como por Lon Chaney Jr., Bela Lugosi y Glenn Strange.
Noticia que me llena de una íntima alegría ya que este film fue para mí una bomba de relojería. Les cuento:
Durante toda mi niñez fui alimentando con tebeos que mi progenitor compraba y luego me pasaba. No, yo no recuerdo haber leído cuentos, ni demasiados Pulgarcitos o TBO. No. Mi padre, en cuanto terminaba su Vampus, Dossier Negro, Rufus o Vampirella se lo daba al niño, que los devoraba y coleccionaba con fruición y cariño. Tambien mi padre me hablaba de unos actores de los que no podía ver películas porque ya no las daban en el cine, como Bela Lugosi, Boris Karloff o Lon Chaney. Veía sus fotos en artículos en esos mismos comics y deseaba ver esos grandes clásicos pero… nada. No olviden de que les hablo de mucho antes de la eclosión del video doméstico. Así que cuando reestrenaron en 1975 Abbott y Costello contra los fantasmas y pasó por el cine de mi barrio, no perdí la oportunidad de verla. Y volverla a ver. Y otra vez… incluso pedí el cartel al dueño de la sala y aún lo conservo. En el cartel no veía a esos humoristas (o caricatos, como decía mi padre) que desconocía: veía a Frankenstein, Drácula y el hombre lobo y sobre todo los nombres de Bela Lugosi y Lon Chaney.
Tampoco es sorprendente que este film esté marcado a fuego en la memoria de los denominados «Monster Kids» americanos. Toda una generación que creció durante los cincuenta y principios de los sesenta con los pases de los clásicos del horror en la naciente televisión. Y claro, con la aparición de la revista Famous Monsters, que desató toda una locura de merchandising monstruoso, haciendo nacer aficiones por este cine en los sanos niños americanos que no siempre fueron bien vistas por unos progenitores que, al encontrar estas publicaciones en poder de sus vástagos sufrian sofocos mayores que los que pasarían si lo que hubiesen hallado en el cuarto de su hijo fuera una revista danesa. Así que si bien estos padres eran reacios a que sus hijos vieran los films de terror puro y duro, no lo eran tanto si se trataba de este pequeño-gran clásico de la comedia. ¡Que equivocados estaban! No había nada que hacer ya que este film funciona en ambos niveles: como film terrorífico y como comedia. Y estos «Monster Kids» al igual que el que esto escribe, quedamos marcados para siempre bajo el influjo de los monstruos de la Universal.
EL ÚLTIMO CLÁSICO DE LOS MONSTRUOS UNIVERSAL
Sinopsis: Los cuerpos del Conde Drácula (Bela Lugosi) y del monstruo de Frankenstein (Glenn Strange) viajan a los Estados Unidos desde Londres para ser exhibidos en el Museo del Terror. Chick y Wilbur (Abbott y Costello) son los desastrosos transportistas encargados de llevarlos hasta allí. Pero esa noche, las temibles criaturas vuelven a la vida: El Conde Drácula huye junto al Monstruo de Frankenstein para buscarle un nuevo cerebro. Para poder atraparlos, Chick y Wilbur contarán con la ayuda de Larry Talbot (Lon Chaney Jr.) un misterioso personaje del que les conviene mantenerse alejados las noches de luna llena… Una delirante aventura sembrada de caos, terror y risas.
Bud Abbott y Lou Costello fueron el dúo cómico más famoso de los años 40 y 50, triunfando en el teatro, la radio y la TV. Juntos protagonizaron más de treinta películas, casi todas bajo la producción de Universal. En ABBOTT Y COSTELLO CONTRA LOS FANTASMAS, considerada la mejor película de la pareja, protagonizan una entrañable aventura fantástica acompañados de los míticos monstruos del estudio, interpretados por tres de sus grandes estrellas: Bela Lugosi (Drácula), Lon Chaney Jr. (El hombre lobo) y Glenn Strange, el actor que más veces interpretó al Monstruo de Frankenstein junto a Boris Karloff. Juntos, con esta película, culminan una etapa en la que dominaron las taquillas durante más de una década. Más tarde, y visto el éxito de esta combinación de humor-terror, el dúo cómico no dudó en repetir el cóctel con otros film de menor calado como, entre otros, los siguiente títulos dirigidos por Charles Lamont: Abbott and Costello meet the Invisible Man (1951), Abbott and Costello Meet Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1953) o Abbott and Costello Meet the Mummy (1955). Películas que, por otra parte, siguen teniendo valor para el aficionado al fantástico.
Para cuando se rodó esta película, los pobres Frankenstein, Dracula y el hombre lobo, la santísima trinidad de los monstruos Universal (a la que también se le añade actualmente el hombre invisible, el fantasma de la ópera, la novia de Frankenstein y la criatura de la laguna negra), estaban a punto de ser desbancados por monstruos gigantes, atómicos y sobre todo, por los alienígenas venidos de otros mundos. Así que le tocó a esta comedia cerrar el ciclo clásico de la Universal, ciclo que se inició, si nos ceñimos a los tres más reconocibles, en 1931 con el Drácula de Tod Browning. Que fue seguido por Frankenstein (1931, James Whale) y ya en los años cuarenta El hombre lobo (The Wolf Man, George Waggner). Las criaturas dieron para algunas secuelas (que fueron menguando en ideas y presupuesto) y su encanto se terminó de explotar combinando los personajes entre sí en unos films que, si bien son la cota más baja de la serie, tienen un encanto incontestablemente naif.
Ya no quedaba mucho por hacer con los atormentados monstruos. El siguiente proyecto, en linea con los anteriores cócteles de monstruos se pensaba titular El cerebro de Frankenstein, pero convirtiéndolo en una comedia protagonizada por los cómicos que estaban salvando de la bancarrota a Universal (al igual que lo hicieran antes las películas de horror). Abbot y Costello harían blanco de sus humoradas a aquellos monstruos que tanto miedo hicieron pasar a los espectadores dos décadas antes. Pero el resultado no fue tal. Vista ahora no desmitifica a nuestros queridos monstruos, muy al contrario, los ensalza e incluso les ofrece un digno canto de cisne.
“Ya no se hacen películas como ésta. Los momentos de terror dan miedo de verdad y las escenas de comedia son realmente divertidas. Una de mis favoritas desde los cinco años” – Quentin Tarantino –
- 16:15 h. y 18:15 h. (VERSIÓN DOBLADA CON EL DOBLAJE DE LA ÉPOCA)
- 20:15 h. y 22:15 h. (V.O.S.E.)
Por cierto, el cartel que se ha escogido para esta nueva reposición reproduce aquel que, con nueve años de edad, pedí en el cine y que conservo con tanto cariño.
Hablando de carteles. Aquí tenemos el de su estreno en España (1950):
El de su reestreno en 1965:
Y el de la reposición de 1975:
¿Karloff, Lugosi, Peter Lorre y King Kong en la misma película?
¿Qué conexión hay entre Boris Karloff, Bela Lugosi y Peter Lorre con el King Kong de 1933 ?.
Pues muy sencillo: En 1940 durante el triunfal retorno del cine de terror a las pantallas americanas, aunque de una forma descafeinada en comparación a los gloriosos años anteriores, RKO, estudio que no olvidemos produjo King-Kong (1933, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack), tuvo la «brillante» idea de reunir en una película musical a Boris Karloff, Bela Lugosi y Peter Lorre con Kay Kyser y su orquesta, estrellas de la radio que con su «Colegio de conocimientos musicales», una bizarrada con bastantes dosis de sonido novelty, martirizó a la población desde las ondas hasta que Kyser se retiró para centrarse en la religión ocultando a sus hijos la carrera que había tenido hasta entonces. Lo que visto el film no nos extraña.
La película se llamó You´ll Find Out y se llegó a estrenar aquí como El castillo de los misterios. La dirigió el prolífico David Butler, director también de la rareza Una fantasía del porvenir (Just Imagine, 1930) .
Karloff firmó para tres semanas, que se prolongaron a cuatro semanas y cuatro dias cobrando un
total de 19.444 dólares, mientras que Lugosi por, también cuatro semanas, cobró 6.041 dolares. Además de Peter Lorre se contó con Dennis O´Keefe (The Leopard Man, 1943 Jackques Tourneur) y la encantadora Helen Parrish, que murió prematuramente en 1959 a los 36 años.
Los tres villanos: Karloff como Juez Spencer Mainwaring; Bela
Lugosi como Principe Saliano (con un turbante para hacerlo más exótico y ¿amenazador?) y Peter Lorre como el profesor Fenninger se enfrentarán a los músicos y a los protagonistas mediante misterios, artimañas, falso espiritismo y finálmente con los puños… y es precisamente en esta escena de lucha entre Kay y Karloff donde podemos ver esta conexión con King Kong, ya que la lucha se inicia cuando Kay es sorprendido al encontrar el escondrijo secreto de Saliano, que RKO decoró con todos los trastos raros que encontraron en los almacenes de los estudios, entre ellos tres creaciones que Willis O´Brien construyó para la inmortal película: un dinosaurio, concretamente un triceratops y lo que es más curioso, dos arañas pertenecientes a la famosa escena perdida que Peter Jackson recreó a la «vieja usanza» para el documental RKO Production 601: The Making of Kong, Eighth Wonder of the World, incluído en la edición especial en DVD del King Kong original editada en 2005.
Y si las arañas tienen su miga también la tiene el dinosaurio ya que la escena, que se llegó a rodar ya que existen dos fotografias, comienza con la persecución del grupo por un triceratops, y aquí empiezan las preguntas: ¿Será el mismo triceratops sobreviviente del King Kong original que Peter Jackson utiliza como modelo para su escena?, ¿Será el mismo que se puede ver en El hijo de Kong (The Son of Kong, 1933 Ernest B. Schoedsack)?y ¿Sera este el mismo que se puede ver en la escena de You´ll Find Out?). Quien sabe, pero todo lleva a pensar que si.
Tan solo pequeñas banalidades que encantan a los aficionados al cine de terror clásico y en todo caso otra curiosidad del mundo del cine.
Veamos los (sagrados) trastos:

Bien, aquí tenemos a Karloff y Kyser luchando, mientras Lugosi está en el suelo. Fíjense en la estanteria de la derecha. En el segundo estante se puede ver el triceratops.

Siguen los zurriagazos y bajo el primer estante (justo en la axila de Kyser) puede verse el cangrejo-araña que también salía en la escena que nunca vimos.

La lucha termina y detrás de Kyser tenemos otro detalle del triceratops.Propaganda para prensa.Propaganda para prensa.
Y finalmente aquí tenemos la escena del pozo de las arañas tal y como la recreó Peter Jackson y su equipo.
Calamar ediciones edita James Whale, El padre de Frankenstein de Juan A. Pedrero Santos
El viernes 13 de enero de 1939 se estrenaba La sombra de Frankenstein (The Son of Frankenstein, 1939 Rowland V. Lee) en el Pantages Theatre junto a la comedia de RKO Next Time I Marry (1938, Garson Kanin) interpretada por Lucille Ball. Fue todo un acontecimiento que inició una nueva era del cine de terror tras los problemas ocasionados por la censura, principalmente en Inglaterra. Fueron años aciagos en los que tanto Karloff como Lugosi tuvieron que rebajar sus respectivos sueldos para poder subsistir. Karloff pudo reciclarse en diversos géneros, mientras que Lugosi conoció el desempleo y las privaciones. Pero a petición popular el cine de terror volvió a las pantallas tras el atronador éxito que cosechó un doble programa que reunía Drácula (Tod Browning) y Frankenstein (James Whale), dos viejas cintas Universal de 1931 que en el verano de 1938 un avispado empresario se animó a alquilar y programar conjuntamente, siendo un bombazo que llegó a proyectarse ininterrumpidamente durante 24 horas seguidas.
Universal vió que el filón volvía a ponerse en marcha, y tras ofrecer un nuevo contrato a Karloff (pero no a Lugosi), rodó un nuevo episodio de la más exitosa saga de los estudios, la protagonizada por la criatura del Dr. Frankenstein.
El día que se estrenó La sombra de Frankenstein, un personaje se dirigió a la taquilla presentándose como el director de El Doctor Frankenstein y La novia de Frankenstein: se trataba de James Whale, que en ese momento se encontraba rodando El hombre de la máscara de hierro (The Man in the Iron Mask) para la pequeña productora Edward Small Productions. El taquillero, en absoluto impresionado por el ilustre director, le invitó a ponerse al final de la cola y comprar su ticket si quería entrar.
Ignoro si finalmente entró en la sala, pero creo que de haberlo hecho la película no hubiera agradado a James Whale, ya que , a pesar de ser un film más que meritorio, no llega a la altura de las grandes películas que el defenestrado director rodó cuando era el niño mimado de unos estudios Universal regentados por los Laemmle, films de la categoría de Journey’s End (1931), El puente de Waterloo (Waterloo Bridge, 1931) , El caserón de las sombras (The Old Dark House, 1932), El hombre invisible (The Invisible Man, 1933) o Magnolia (Show Boat, 1936).
Whale fue otro juguete roto y otra tragedia en el camino de Hollywood, cuya biografía y obra ya pudimos ver en dos libros muy diferentes editados en nuestro país: James Whale de James Curtis editado por la Filmoteca Española y el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en 1989, y El padre de Frankenstein, de Christopher Bram editado por Anagrama diez años después.
Los dos son excelentes: el de James Curtis un detallado análisis a la obra del director repleta de magníficas imágenes y el segundo una novela que dió lugar al maravilloso film Dioses y monstruos (Gods and Monsters, 1998 Bill Condon).
Pero no es suficiente. Nunca es suficiente. Y a estas dos obras tenemos las suerte de poder sumar la escrita por Juan Andrés Pedrero Santos, un escritor nacido el mismo año que yo (1966) y aficionado al cine y a los comics (como yo). Pedrero ya tiene en su haber dos libros: Terror Cinema, publicado por Calamar Ediciones en 2008 y Johnny Weissmuller. Biografía, editado por T&B Editores en 2010 que contó con prólogo de Paul Naschy. También colabora con la revista “Scifiworld Magazine” y con las webs dedicadas al cine “Pasadizo.com” y “La abadía de Berzano”.
Ahora tenemos este James Whale, el padre de Frankenstein, un libro necesario editado también por Calamar Ediciones en el que tal y como indica su prologuista de lujo Guillermo del Toro: “encontraremos una puntillosa crónica y un inteligente análisis de la obra de un cineasta único. El ascenso y eventual olvido de Whale se narran con precisión y bien informadas opiniones. En esta crónica encontraremos los fortuitos accidentes que impidieron que Bela Lugosi hiciera el papel del monstruo, la metodología del volcánico y quimérico maquillador Jack Pierce, mago del colodión y el algodón; las castas crónicas de un Hollywood salvaje y descocado y todos los demás detalles que conforman el vía crucis de un hombre que creía tener el alma manchada de hollín, como un minero, y que creó una autobiografía imaginaria sin censura, sin medida y sin final«.
Estamos deseando echarle el diente a este libro y volver a pasear por la edad de oro de los estudios Universal siendo testigos del ascenso y caida de un director excepcional que legó obras que formarán para siempre parte de la historia del cine con mayúsculas.
JAMES WHALE, EL PADRE DE FRANKENSTEIN. Calamar Ediciones. 288 páginas profusamente ilustradas, 24 euros.
Y como somos unos fetichistas, ponemos unos cuantos programas de mano españoles de algunos de sus títulos más representativos:
Corominas vuelve a la Universal
Enrique Jiménez Corominas, historietista, pintor e ilustrador nacido en Valladolid en 1969, ha encaminado mayoritariamente su obra hacia la fantasía y el terror.
Teniendo como referencia a Corben y especialmente a Wrightson, en 1986 entra en el mundo del cómic cuando gana el premio Zona 84 y se pone a trabajar para Toutain, siendo Tragaldabas (1989) una de sus obras más conocidas de ese periodo y de lo poco salvable de la segunda etapa de Creepy.
También trabajó para Norma, publicando en Cimoc y para Francia (Dontar) y la americana Heavy Metal.
Posteriormente centra su obra en la ilustración, realizando portadas para comics de Forum (Kull, Hellraiser…) y libros editados por Gigamesh, Integral, Timum Mas y Minotauro.
Pronto publicará, si no lo ha hecho ya, una adaptación en comic para Ed. Maghen (Francia) de su novela favorita, El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde.
En 1999/2000 realizó la serie de cuadros Classic Monsters, protagonizada en su mayor parte por personajes de la Universal. Doce obras que mostraban a nuestros héroes: Boris Karloff (Frankenstein, La novia de Frankenstein, La momia), Lugosi (Drácula), Lon Chaney (El fantasma de la ópera, El jorobado de Notre Dame y London After Midnight), Lon Chaney Jr. (El hombre lobo), Elsa Lanchester (La novia de Frankenstein), Fredric March (El hombre y el monstruo) y King Kong. Una excepcional colección de la que, por milagros de la época, soy feliz propietario de tres de ellos ya que su anterior comprador se deshizo de ellos a un precio ventajoso e irresistible. Les aseguro que ahora ni por esas podría pero… ya les he dicho que eran otros tiempos.
Unos años después Corominas hizo otra admirable serie centrada en el cine expresionista alemán, pero ahora ha vuelto a la Universal con otra magnífica serie que les muestro aquí. Los cuadros están a la venta, así que si quieren darse un placer, pueden consultar en esta dirección: http://corominasart.blogspot.com/
¡¡¡Les aseguro que si pudiera no les dejaría ni uno!!!
Todos óleo sobre lienzo .Medidas 65×46 cms.
Entrevista a Ángel Agudo: Biógrafo de Paul Naschy
No contento con la excelente biografía de Paul Naschy que Scifiworld editó el año pasado, Paul Naschy, La máscara de Jacinto Molina, su autor, Ángel Agudo sigue profundizando en la vida de desaparecido actor con el documental El hombre que vio llorar a Frankenstein, un entrañable repaso a la vida y carrera del creador de Waldemar Daninsky que da amplia voz a los amigos, familiares y compañeros de fatigas del Sr. Molina.
Tras ser presentada en Sitges con unanimidad de buenas críticas, aprovechamos la ocasión para abordar a Ángel y pedirle esta pequeña entrevista.
¿Como te interesas en la figura de Paul Naschy?
Pues lo cierto es que no tengo ni idea, de igual forma que no sabría decirte cómo pude interesarme por Bardem, Berlanga, Buñuel o Larraz. Paul es parte de la historia de nuestra industria cinematográfica y el suyo es uno de esos nombres que tarde o temprano acaban saliendo y que merecen que hagas un alto en el camino para intentar comprender su vasta filmografía.
¿Cual es la primera película que recuerdas haber visto de él?
Es curioso porque yo entré a la carrera de Paul por una puerta rara ya que la primera película suya que vi fue Madrid al desnudo. Se trata de una peli muy curiosa de la que creo que no he hablado lo suficiente ni en el libro ni en el documental, y que aunque pueda ser que haya envejecido bastante mal, su planteamiento dice muchas cosas de cómo Paul se rebelaba contra cualquier orden impuesto.
¿Como nace el proyecto del libro?
Había estado publicando artículos repasando la filmografía de cineastas en Scifiworld pero todo el contacto que había mantenido con Luis Rosales -el director de Scifiworld- había sido a través de teléfono y correo, ya que él vive en Vilagarcía de Arousa y yo estoy en Madrid. No nos conocimos hasta el festival de Sitges de hace, creo, tres años y allí, Luis, que acababa de coeditar el libro de John Philip Law, le estaba dando vueltas a proseguir con la idea de los libros y había hablado con Paul para sacar una biografía, ya que éste no estaba muy contento con las anteriores. Luis me preguntó si yo estaría interesado y al volver a casa le puse un correo diciendo que si se tiraba a la piscina, me tiraba con él. Luis habló con Paul y nos puso en contacto. Un par de días después crucé por primera vez la puerta de su casa.

Presentación del libro en Sitges 2009. Entre los presentes Luis Rosales, Ángel Agudo, Ángel Gómez, Paul Naschy y Javier Trujillo.
¿Como ha sido recibido? ¿Qué tal las ventas?
Creo que muy bien. No lo sé, vosotros sois los lectores y tendréis una mirada más objetiva que la mía. Yo creo que ha ido bastante bien y no me puedo quejar. La edición está prácticamente agotada. Incluso creo que puede que sobre el «prácticamente».
¿El increíble material gráfico pertenecía al actor?
Sí, casi en su totalidad era material del propio Paul, aunque hubo que completarlo con cosas de coleccionistas extranjeros o con imágenes que yo mismo fui encontrando en lugares como la Academia de Cine, que se portó estupendamente con nosotros dándonos muchas imágenes.
¿En tantas conversaciones con Naschy, tienes alguna anécdota o un recuerdo especial?
Tantas que casi podría escribir un libro paralelo. Recuerdo muchas cosas, momentos alegres y momentos tristes, pero las más interesantes, las que de verdad importan, ya están en el libro, con lo que tampoco puedo contaros nada excesivamente novedoso.
¿Como nace la idea de realizar un documental?
Era una vía natural y casi que a todos se nos ocurrió la idea a la vez en cuanto vimos que la propuesta de rodar una pieza de 10 minutos para SHOTS empezaba a tomar forma. De alguna forma era el paso lógico porque la literatura sobre cine, o sobre historiografía del cine, siempre tiene el handicap de que uno no puede tener delante las escenas en movimiento, por lo que se convierte en una especie de contrasentido.
El proyecto de realizar un documental ya se había planeado con anterioridad, contando incluso con la posible dirección de Juanma Bajo Ulloa. ¿Te basaste, o utilizaste algunas de estas ideas preliminares o tu trabajo es totalmente diferente?
Me temo que eso no es del todo exacto. El proyecto al que estuvo vinculado Juanma Bajo Ulloa y algún otro director, era un biopic sobre Paul, una peli biográfica que tenía bastante de ficción. Me habría gustado profundizar en aquel proyecto a la hora de hacer el documental y rendir homenaje a gente que estuvo trabajando en él como José María Benítez o Claro García, que fue el guionista. Sin embargo, haberme metido ahí habría supuesto restarle potencia al final, con lo que tuve que elegir…
¿Hubo alguna entrevista más que te hubiera gustado incluir en el documental y con las que no pudiste contar?
Claro, hubo gente que no pudo estar por problemas de agenda, pero creo que al final el producto ha quedado bastante redondo y que, en términos futbolísticos, hemos sacado una alineación de Champions League.
¿Que tal la reacción del público y de la familia?
Yo creo que muy bien. Cuando trabajas con tan poca distancia como la que yo tuve, tienes que crearte un espectador en la cabeza, alguien concreto al que le cuentas la historia y que te imagines cómo reacciona. En mi caso, ese espectador era Elvira Primavera, por muchas razones, pero principalmente por cariño y profundo respecto. Que ella me dijera que le había gustado fue suficiente como para sentirme contento.
¿Va a visitar tu película muchos festivales? ¿Se estrenará en cines?
Varios, creo que tras Sitges hemos cerrado una gira bastante interesante por Europa que se iniciará a finales de noviembre con la proyección en el Cinemad de Madrid. Creo incluso que ya hay fechas cerradas al otro lado del Atlántico, como un pase en Brasil, pero todo a su tiempo.
¿Está planeada su edición en DVD?
Sí, estará en DVD. Ya veremos si en solitario o como «extra» de alguna película, pero puedes contar con que esté en ese formato.
¿Algún nuevo proyecto?
Alguno nuevo y alguno viejo que se había quedado aparcado. Ahora tengo que sentarme y retomar muchas cosas que se habían quedado estancadas. Espero que tengáis noticias pronto.
Sitges 2010: Una crónica algo caótica.
Aunque las dos partes de Serendipia somos algo más que veteranos en el tema de visitar el Festival de Sitges, este año por fin hemos visto cumplida la esperanzada promesa que nos hicimos un año atrás: que en 2010 estaríamos acreditados en el festival.
En todo caso tras casi un año de trabajo en este blog, pudimos acceder a la ansiada acreditación que nos diera acceso a todos los sueños y… la cosa no pudo marchar mejor, amiguitos:
Sesiones descarnadas de cine, modorra, apetito, exceso de bocadillos a mil por hora, oasis de cerveza fría para el camino de cine a cine, correrías de sala a sala, algunas bajo la lluvia, saludos en «carne y hueso» a esos amigos virtuales, trato de tú a tu con directores y actores, montones de películas, gofres… todo ello en unos poquitos días y con economía de guerra -ya saben, el paro- pero resultando de todo ello un auténtico paraíso al que ya tenemos ganas de volver….
Pero pasen, pasen, les prometo entretenimiento y alguna gota de erudición:
JUEVES 7 DE OCTUBRE: LA NOVATADA
Producto de nuestra inexperiencia y la información algo ajustada por parte del Festival, tuvimos que improvisar un viaje relámpago a Sitges para formalizar los pases de prensa y los tickets de acceso a las proyecciones del día siguiente, ya que estos tickets debían recogerse el día anterior, así que tras preguntar hasta por el sentido de la vida llegamos a prensa, donde tras pasar por la consiguiente cola nos dispusimos a recoger las acreditaciones (¡¡Sí, realmente estábamos acreditados!!) y al poco de estar en la cola recibimos la primera señal: vimos y pudimos saludar a Mike Hostench, subdirector del festival y viejo conocido de ambos desde los tiempos de la entrañable tienda Gorgon, pero lo más curioso y a lo que voy es que en sus manos llevaba cuidadosamente el trofeo Waldemar Daninsky, que tuve ocasión de tocar… Serendipias, serendipias…que continuaron, ya que tras obtener las acreditaciones, junto a un impecable bolso y un libro sobre el festival magníficamente presentado, nos sentamos a descansar y una presencia conocida se detuvo ante mí: se trataba de Tom Savini, que me preguntó donde estaba el gimnasio, algo que yo ignoraba, pero aproveché para inaugurar mi libreta de autógrafos, que tras el festival se incrementaría con 17 rúbricas más.
Ahora ya comenzábamos a quedarnos con la mecánica del festival, y antes de partir hicimos una visita al Brigadoon, donde Chaparra Entertainment, unos de los más madrugadores, montaba el stand, estando en ello Dani Moreno, alma matter de Chaparra y ahora también jurado de cortometrajes de Brigadoon. Así que tras saludarle abandonamos Sitges dispuestos a volver e iniciar nuestro particular festival al día siguiente. ¡Definitivamente esto promete!
VIERNES 8 DE OCTUBRE: NASCHY LIVES!
¡Qué difícil es cubrir tantos títulos y que ganas de verlos todos! pero hay que centrarse e intentar seleccionar los más interesantes, dejando también algo a la intuición y cuidando que los horarios no se pisen, ya que, una vez comenzadas las proyecciones no se podía entrar en la sala. Entre los títulos de la agenda de Proyecto Naschy teníamos El Exorcista (The Exorcist, 1973 William Friedkin), que siempre apetece ver, L. A Zombie, una bizarra película porno gay con zombies del irreverente Bruce LaBruce que, según nos dijeron se pasó en su versión Softcore, de ahí posiblemente su corta duración (62′); Golden Swallow (Jin yan zi, 1968 Chang Cheh) una de esas películas de espadachines protagonizadas por el maravilloso Wang Yu, intérprete de la espectacular El luchador manco (Du bei chuan wang, 1973 Wang Yu) y de su secuela, además de otras que no me perdí en mi infancia como Caza desesperada (Zhui ming qiang, 1971 Pao-Shu Kao) y Wang Yu el invencible. También parecía interesante Ip Man 2, la segunda parte de la trilogía sobre el maestro de Wing Chum Yip Man, que pasará a la historía por el ser el primer y único maestro marcial de Bruce Lee, algo que se verá en la tercera parte de la historia. Interesante, pero nos decidimos por cuestión de horario por Confessions (Kokuhaku, 2010 Tetsuya Nakashima), un buen drama de venganzas japonés que prometía mucho pero… las largas colas a la hora de solicitar pases para el día siguiente hizo imposible llegar a tiempo de ver este film, circunstancia esta que también sucedió a otros de los resignados feligreses que formaban parte de la cola.
Serendipia se impacienta, ya que lleva unas horas en Sitges y el cine, aunque se respira en el ambiente, no lo hemos tastado. La primera de la selección es definitivamente Life 2.0 (USA, Jason Spingarn-Koff) film que selecciono dado el gran interés de una parte de Serendipia por el mundo virtual, inversamente proporcional al desinterés de la otra parte. En definitiva resulta ser un escalofriante documental que podéis ver analizado haciendo CLICK! aquí.
Satisfechos por haber visto al fin cine, nos preparamos para el maratón con tres películas que se celebra esa noche, uno que nos hace especial ilusión, ya que se trata de un homenaje a Paul Naschy en el Prado, viejo y entrañable cine testigo de todos los festivales desde el lejano 1968. Ya al entrar, la sala desprende un olor de esos que únicamente se notan al entrar en algunos museos, bibliotecas y tiendas de anticuarios. Todo un marco perfecto para ver un film que ya se proyectó en su época en Sitges: El gran amor del conde Drácula (1972, Javier Aguirre), un clásico del actor que, si bien no es de las mejores, reúne todos los encantos del fantaterror, a lo que hay que añadir la posibilidad de verla en celuloide, aunque diese algunos problemillas. La copia que nos ofrecieron fue la española, así que no contenía los insertos de desnudos que si se vieron en el extranjero. También pudimos ver el documental El hombre que vio llorar a Frankenstein, un correctísimo documental rodado por Ángel Agudo, autor del muy recomendable libro, Paul Naschy , La Máscara de Jacinto Molina. El film, producido entre Scifiworld, La Cruzada Entertainment (productora de José Luis Alemán, director del díptico La Herencia Valdemar) y Waldemar Media, está repleto de entrevistas con colegas, amigos y familiares del actor, que nos cuentan sus recuerdos. Entre los entrevistados: Javier Aguirre, Antonio Mayans, Laura de Pedro, Caroline Munro, Miguel Iglesias Boons, Nacho Cerdá y naturalmente su esposa y sus dos hijos. En resumen, todo un festín para fans y seguidores del Fantaterror en general y de Naschy en particular. Conocimos y pudimos felicitar personalmente al director del documental, conocer a Sergio Molina y Elvira Primavera, hijo y viuda de Jacinto Molina, que fueron muy amables con nosotros. Fue emocionante saber por Sergio que tanto a Naschy como a él mismo le gustaba nuestro blog y

Guía de La Sombra prohibida dedicada por José Luis Alemán, Ángel Agudo, Elvira Primavera y Sergio Molina.
piropeó nuestros artículos, cosa que nos anima a seguir adelante.
El tercer film de la noche fue la segunda parte de La Herencia Valdermar, La Sombra Prohibida (José Luis Alemán), un intento loable de hacer cine de terror gótico puro y sobrenatural, empleando grandes referencias de la talla de Lovecraft, Bram Stoker o Aleister Crowley; unos sorprendentes efectos especiales que dejan ver el presupuesto que hay detrás y un ramillete de conocidos y populares actores que no logran empañar la pequeña y emocionante intervención de Naschy.
Todos estuvieron cercanos y amables, incluidos el director del díptico, José Luis Alemán, Kike Cripta y Luis Rosales, editor de Scifiworld, que junto a los familiares nombrados y el director del documental, formaban parte de esa pequeña comitiva a la que tuvimos la suerte de conocer y unirnos en este homenaje al actor que dio todo por el Fantaterror. Únicamente se echó en falta que se hubiera incluido el corto Los Árboles, de Joan Vall que se proyectó el día de la inauguración y que por desgracia no pudimos ver. Agotados y satisfechos emprendimos el camino de vuelta al pequeño apartamento a las seis de la madrugada… y eso solo era el principio.
SABADO 9 DE OCTUBRE: CÁMARA EN MANO.
Mientras Savini daba una clase magistral en la sala Tramontana del hotel, nosotros hacíamos cola para ver una de las grandes esperadas del festival (y de la parte femenina de Serendipia) la uruguaya La Casa Muda, de Gustavo Hernández, proyección que había agotado las entradas y en la que se contó con la presencia del director que dio unas pocas palabras antes del pase. Previamente se proyectó un corto sobre el interesante cineasta Val del Omar, y a pesar del resultado, no restó interés por la obra del director, del que pronto saldrá un triple DVD de la mano de Versus/Cameo, que los directores tuvieron a bien anunciar ante el público del Auditorium.
ººRespecto a La Casa Muda les recomiendo la opinión que leerán aquí, un film que teníamos muchas ganas de ver y que en gran parte no nos ha decepcionado, aunque la resolución del mismo hizo que Serendipia se enfrascara en una agria y violenta discusión que terminó en comisaría… bueno, no tanto. No había tiempo de tanto, ya que la segunda propuesta de día nos esperaba tras una laaaaaaarga cola en el cine Retiro. Se trataba de Somos lo que hay, film mexicano de Jorge Michel Grau que la parte más cinéfila de Serendipia se esfuerza en disfrazar bajo la etiqueta de «Nuevo Cine Mexicano», pero que a mi me volvió a llevar a los mismos ambientes, algo más edificados pero igualmente desolados de Los Olvidados (1950, Luis Buñuel) con sus miserias y falta de esperanza. Canibalismo, miseria, complejos, lucha de poder, horror primigenio y… humor negro, muy negro, todo ello en un recomendable cóctel que no dudo en recomendarles y que , todavía sin haber podido comer abrió, aún más, el apetito de Serendipia, que sin opción para más que un poco de cebada líquida por el camino, nos disponemos a un cambio radical en el programa adentrándonos en otros horrores tan reales como los anteriores pero, paradójicamente virtuales con la nueva propuesta del popular Hideo Nakata, creador de The Ring (1998) y Dark Water (2002) que en esta ocasión rueda en Londres la atractiva Chatroom, un juego impecable que recibió una buena y merecida respuesta, lo que vaticina su inminente estreno en salas. Si la ven no se la pierdan. Pero no pierdan el tiempo conmigo y mis sandeces y hagan más caso del análisis que hace la parte más inteligente de mí aquí.

Loco fín de semana largo repleto de gente. Detalle de la zona del Brigadoon durante el día de la Zombie Walk
Mientras tanto arrancaba la Zombie Walk, ofrenciendo como el año anterior maquillaje gratuito a todo el que pudo y que en esta ocasión se adentraría en la ciudad terminando en fiesta en la playa o en la maratón zombie que se celebró esa misma noche.
Como de nuevo estamos en la otra punta de Sitges y hay que ir al Auditori, nos encontramos corriendo otra vez sin tregua y parando únicamente para comprar un bocadillo. No éramos los únicos estresados, ya que hay que decir que los bares de los alrededores de las salas estaban repletos de personal, aunque la plantilla no había sido reforzada para la ocasión, así que los pobres empleados iban de boli, siendo Serendipia testigo incluso de una espectacular y dolorosa caída de camarero (mientras el menos estresado jefe cobraba en caja).
Bocata en mano y tras una larguísima cola nos disponemos a ver desde la segunda fila del enorme Auditori, The Last Exorcism (USA, Daniel Stamm), ingenioso falso documental producido por Eli Roth repleto de humor y terror del que, a pesar personalmente de estar ya hasta las narices de films rodados «cámara en mano» , hay que decir que mola, ya que es un trabajo repleto de ironía y mala leche con grandes dosis de american gothic y bastante más que otra película de exorcismos al uso. Desde luego, las películas que habíamos seleccionado realmente estaban resultando una delicia, y no lo fue menos el MARAVILLOSO corto de genio de los FX Greg Nicotero, The United Monster Talent Agency, que completó el programa de esa noche y que era un extraordinario homenaje a los entrañables monstruos de Universal repleto de humor, de esos que saben mal que sean tan cortos. Además cuenta con cameos de Eli Roth y Jeffrey Combs. Tanto el film de Nicotero como el de Stamm fueron presentados por sus creadores, que quedaron estupefactos ante una traductora que resumía las explicaciones de ambos casi a la mínima expresión.
Satisfechos, agotados y con dos autógrafos más, marchamos habiendo dejado pendientes (otra vez será ya que todo no se puede acaparar) la maratón zombie que se proyecto en el Retiro y que constó de tres interesante propuestas, sobre todo The Dead (Howard J. Ford y Jon Ford)inspirada visualmente por el Fulci de Nueva York Bajo el terror de los Zombies (1979)pero… otra vez será.
DOMINGO 10 DE OCTUBRE: SECUESTRADOS, LA SORPRESA
Madrugamos para meternos dos dosis matinales de cine (parece que le vamos cogiendo el tranquillo al festival después de soportar las enormes colas del día anterior) y abordamos el título del director más reputado que se presenta en el festival, The Ward de John Carpenter, película que ha desatado controversias, ya que por un lado se acusa de ser un film anticuado pero, no sé, me parece que el viejo maestro ha jugado bien las cartas ofreciéndonos un slasher convencional que al final da un sorprendente giro que lo transforma en algo bien distinto. Entretenida y correcta (¡¡¡Por fin cine rodado de forma convencional sin cámara en mano ni nada de eso!!!) es de esos filmes que se saborean a posteriori y que terminan dejando un buen saber de boca, y eso que a mí Carpenter no me va mucho (excepto las que todos sabemos, claro) pero siempre es agradable ver una película ambientada en un cotolengo con adolescentes descerebradas (como casi todas wau, wau, wau) y de buen ver (como casi todas, juo, juo, juo) y todo ello en una película realmente inteligente.
A continuación nos embarcamos en una propuesta española, Secuestrados de Miguel Ángel Vivas, que realmente fue para quien esto escribe la sorpresa del festival, perfectamente construida, tensa, mal rollista, pesimista, bien interpretada y dirigida no nos ahorra ningún mal trago y eso, se agradece. Y todo ello impecablemente interpretada destacando Manuela Vellés, a la que recordamos en un registro totalmente opuesto como hermana de Camino (2008, Javier Fesser). Espero que oigan hablar más de este film porque pienso que se lo merece ya que es una propuesta valiente que nos lleva a films como La Ultima casa a la izquierda (1972, West Craven) o Funny Games (1997, Michael Haneke) por ponerles unos ejemplos para que se hagan una idea.
Tras la película una visita a la cafetería de l’Auditori para ver a Luis Rosales, que tuvo a bien adelantarnos el libro Profanando el Sueño de los Muertos escrito por Ángel Sala, director del festival. Nos interesaba hacernos con él, ya que lo presentarían el jueves siguiente, día que no íbamos a estar
presentes en el festival. También tuvimos las suerte de conocer cara a cara al amigo David de Monster World y engrosar la libreta de autógrafos con los de Caroline Munro, Macarena Gómez (una debilidad personal) , Mick Garris y Paco Plaza.
Tras ello nos metimos un vaso de gazpacho entre pecho y espalda (no dio tiempo a más) y nos fuimos al Prado a ver el documental Los perversos rostros de Víctor Israel de nuestros amigos Diego López y David Pizarro, documental redondo donde los haya y que contó con Mike Hostench de maestro de ceremonia, que presentó a los directores del documental y tambien al del segundo pase de la tarde, Eugenio Martín, del que se proyectó Una vela para el diablo (1973) película que cuenta con las magníficas interpretaciones de dos grandes damas del cine: Aurora Bautista y Esperanza Roy, respaldadas por las no menos grandes Judy Geeson, Lone Fleming, Blanca Estrada y Loreta Tovar, todo ello en una película que fue todo un privilegio ver con una copia impecable.
El documental dedicado a Victor Israel tiene una factura clásica y su duración ajustada, con muchos amigos y colegas que hablan sobre el actor y la persona que conocieron. La película se distribuye en temáticas (humor, erótico, aventuras y por supuesto, terror) con unos atractivos títulos de crédito y mención especial al cartel. Hay que felicitar a sus directores, ya que el film inicia su marcha por festivales y la próxima parada será en el XXIX Festival de cine de Terror de Molins de Rei.
Sobre Una Vela para el diablo poco se puede decir (pero algo sí), únicamente que es vergonzoso que no esté editada correctamente en DVD ahora que ya existe una buena copia recuperada. Maravillosas Aurora Bautista y Esperanza Roy con los cuchillos bien afilados a la caza de la indecente sueca que profanen su pensión. Bellamente rodada, fue todo un lujo contar con la presencia de Eugenio Martín, que leyó un bonito pasaje sobre el origen del film, y también de su esposa y actriz Lone Fleming , recordada protagonista de La noche del terror ciego (1971, Amando De Ossorio) que también hace un papel en esta. Martín no pudo finalizar la proyección de su film porque esa misma tarde recibia el merecido premio Nosferatu en el Brigadoon.
Finalizado el pase de ambos films nos dispusimos, tras las consultas a Internet de rigor, a darnos una cena homenaje con toda la tranquilidad del mundo lejos del cine (que también hay que descansar un poco y… al día siguiente había que madrugar), aunque lamentablemente nos tuvimos que dejar algunas pelis que realmente abrían el apetito como las japonesas Mutant Girls Squad (Noboru Iguchi) y AliensVs. Ninja (Seiji Chiba) y si no me creen vean, vean los trailers, son magníficos, nosotros nos quedamos con las ganas…
LUNES 11 DE OCTUBRE: IVANA Y PAUSA
El lunes había que volver a casa y a la «realidad», pero aún nos dio tiempo a ver La otra hija,(The New Daughter, Luis Berdejo) que si bien es correcta no nos pareció gran cosa. Las actuaciones están muy ajustadas, pero quizás en el guión hay algo que hace que no acabe de cuajar. Ivana Baquero ha crecido desde que se escapó de las garras del fauno, así que en esta película la quieren desvirgar unos repugnantes seres salidos de la profundidad de la tierra, pero su padre, Kevin Costner está ahí para intentar evitarlo. No les cuento si lo conseguirá, ya que a pesar de todo se deja ver con agrado.
SABADO 16 DE OCTUBRE: LET ME IN Y VUELTA AL FESTIVAL
De nuevo en Sitges, con un síndrome de abstinencia que nos lleva a darnos el gran madrugón e iniciar nuestra segunda estancia en el festival con el pase matinal de la versión americana de la sueca Déjame entrar (Lat den rätte komma in, 2008 Tomas Alfredson), película que teníamos muchas ganas de ver, primero por la odiosa comparación con la versión nórdica, de hipnótica visión y segundo por la presencia de nuestra admirada Chloe Moretz de la que nos enamoramos desde que la vimos como Hit Girl en la fantástica Kick-Ass (2010, Matthew Vaughn). Si bien la película nos agradó en general, Serendipia no estaba del todo de acuerdo entre sí: la parte femenina prefería sin discusión la versión europea, por su envolvente atmósfera y por la interpretación más sensual de ambos niños, más romántica e idealizada en la versión de Matt Reeves . Yo por mi parte he visto mucho más ágil esta versión, mejor resuelta y Chloe esta rompedora, pero a pesar de ello hay que reconocer que siempre tendrá más valor la versión original con unos hallazgos visuales que el director americano ha calcado en su versión.
Let Me In es la primera producción de la renacida Hammer Films, y como punto de partida resulta más que válido. Y hablando de Hammer, la productora fue presentada en rueda de prensa por algunas presencias de lujo, como fueron el propio Matt Reeves, el escritor Roberto Cueto (que sustituyó en el último momento a José María Latorre) y el también escritor David Pirie, un personaje entrañable para el que esto escribe, ya que a finales de los setenta y gracias a su libro El Vampiro en el cine, pudimos tener acceso a una preciosa información en uno de los escasos tomos que se publicaron en plena sequía de libros sobre cine de terror en el mercado español. Durante la rueda de prensa se aprovechó también para presentar Pesadillas en la Oscuridad, libro editado por Valdemar sobre el terror gótico. Estas son algunas de las cosas que se pudieron escuchar durante la rueda de prensa:
Matt Reeves recordó que comenzó a ver producciones Hammer a los diez años y que Christopher Lee le provocaba pesadillas. En cuanto a Let me in, procuró conservar la tradición Hammer mezclándola con influencias de películas como El Resplandor y El Exorcista.
David Pirie por su parte habló sobre la nueva Hammer, comprada por el multimillonario holandés John de Mol (¡¡uno de los creadores del concurso Gran Hermano!!) que evitará caer en copias de los viejos éxitos o vuelta al pasado. Aunque protegiendo su legado. Sobre Let me in y su director opinó que su elección fue perfecta. Hammer, cuenta con distribuidora propia, New Market, algo por lo que “James Carreras habría matado” y tiene como próximo lanzamiento Woman in Black dirigida por James Watkins según la novela de Susan Hill y The Resident (Antti Jokinen)una historia de terror psicológico ambientada en el siglo XIX, que Pirie define como todo un tributo a Christopher Lee, su protagonista. También está entre los proyectos retomar la clásica saga Quatermass, aunque naturalmente desde una nueva óptica, “ya que los tiempos cambian y no se pueden usar los mismos elementos”.
Cueto, después de resaltar lo que significó el libro de Pirie para los aficionados españoles del género, explicó un poco sobre Pesadillas en la Oscuridad, obra que ha prologado reflexionando sobre lo gótico, el adjetivo y su uso a través de los tiempos y sus reencarnaciones en los años treinta en Estados Unidos, en los cincuenta y sesenta en Inglaterra y posteriormente en, por ejemplo el American Gothic, abordando a personalidades como David Lynch y Tim Burton. Una obra que tal y como indicó no pretende ser definitiva, sino un punto de partida para futuros estudios.
Nos desalojaron rápidamente de la sala de prensa, ya que a continuación le tocaba el turno a la rueda de prensa de Let me in, que contaría con el director y el protagonista masculino Kodi Smith-McPhee, aunque, ante nuestra desilusión, Chloe se había escaqueado y no se presentó. Pero yo no me quedé sin abordar a Matt Reeves para seguir incrementando mi libreta de autógrafos y a Pirie con mi ejemplar de El vampiro en el cine para que me lo dedicara.
Durante esa mañana aún nos dio tiempo de ver un film más, Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives (2010, Apichatpong Weerasethakul) una coproducción entre Inglaterra, Tailandia, Francia, Alemania y España que es tan rara como el nombre del director y que a pesar de todo obtuvo la Palma de Oro en Cannes. Joe Dante estaba viéndola junto a su señora en una fila cercana a la nuestra. Me hubiera gustado saber su opinión. Yo, aprovechando que Jesús Palacios andaba por ahí le pregunté su opinión: “Enigmática…» «agradable de ver”. En cuanto a mí no me pregunten que opino, yo es que soy un ignorante y un ser primigenio al que gustó una película como A Serbian Film (pero de eso ya hablaremos luego) y que no salió de la sala antes de que finalizara por no dejar sola a la otra parte de Serendipia.
Esa tarde-noche nos dedicamos a pasarnos por Brigadoon y ojear el especial de Imagen Death que ofreció nuestro amigo Javier Perea en el que se presentó el libro La plaga de los zombies y otras historias de muertos vivientes, impecable libro editado, de nuevo, por Valdemar con extenso prólogo de Jesús Palacios, que lo presentó junto Rafael Díaz, a uno de los responsables de la editorial. También se pasaron cortos, La Raíz del Mal (2010, Adrián Cardona), que ya se encontraba a la venta en su stand y Daimon (2010, Javier Perea). Para el año que viene Javier nos confirmó que estará disponible a la venta el documental La sonrisa del Lobo, que como ya sabréis está interpretado por Paul Naschy y en el que, paseando por lugares emblemáticos de Toledo se repasa la filmografía sobre Waldemar Daninsky.
SÁBADO 16 DE OCTUBRE: METROPOLIS
Otro madrugón después de una noche loca (y es que ya no tenemos edad…) y nos plantamos en el Prado para ver Manicomio, de Luis María Delgado y Fernando Fernán Gómez, una rara avis que teníamos ganas de ver, cosa nada fácil. Magnífica comedia incomprendida en su momento que mereció más suerte de la que tuvo y que fue un buen punto de partida para el intenso día que nos esperaba.
Tras comer nos preparamos para ver en pantalla grande la versión del súper-clásico Metropolis (1927, Fritz Lang) en su versión más cercana y completa a la del estreno. Una delicia recompuesta con 25 minutos inéditos encontrados en una copia Argentina de 16 milímetros en bastante mal estado, todo hay que decirlo. Tras dos años de trabajo se ha montado añadiendo las escenas faltantes a la reconstrucción que realizó la Friedrich Wilhelm Murnau Stiftung en 2002 y que dejó como resultado una copia prístina del inmortal film de Fritz Lang declarado Patrimonio de la Humanidad. Se ha hecho lo que se ha podido y los segmentos nuevos se pueden distinguir perfectamente dado el contraste con la reconstrucción.que realizó la Friedrich Wilhelm Murnau Stiftung en 2002 y que dejó como resultado una copia prístina del inmortal film de Fritz Lang declarado Patrimonio de la Humanidad. Desde luego más completa sí que está, pero los segmentos añadidos contrastan tanto que desfavorecen la labor de remasterización fotograma a fotograma que ya se realizó. Eso sí, contiene algunos fragmentos más que interesantes, como el rescate de los niños en la ciudad inundada o nuevas escenas que enriquecen a personajes como el trabajador 11811, Josaphat y la tirante relación entre Fredersen y Rotwang.
En todo caso, el 16 de noviembre Kino lanza el film en doble DVD y Blu-ray en Estados Unidos, con contenidos extras tan interesantes como Voyage to Metropolis, un documental de 50 minutos sobre la restauración y una entrevista con Paula Felix-Didier, responsable del Museo de Cine Pablo Ducrós Hicken de Buenos Aires donde se encontró la copia de 16 milímetros. Se puede dar casi por seguro que Divisa la editará aquí.
Este sin duda es el gran clásico que a Serendipia le hacía falta meterse entre pecho y espalda ¡¡¡Había tantas ganas de verla!!! …y lo mejor es que nunca pensé que acabaría disfrutándola en tan perfectas circunstancias de imagen y sonido.
Ya se acercaba el final del Festival pero a nuestros amiguitos les quedaban todavía varias aventuras que pasar, ya que esa noche verían una de las películas más polémicas que se han presentado este año en Sitges, A Serbian Film de Srdjan Spasojevic, película que mezcla el mundo del porno con las snuff movies sin evitar escenas extremas que son las que han causado la polémica de marras en los medios de comunicación sensacionalistas -y no sensacionalistas- de turno, que se han escandalizado, en casi todos los casos sin haber visto la película. Curiosamente otra propuesta serbia tocaba el mundo del porno y las películas snuff, The Life and Death of a Porno Gang de Mladen Djordjevic, director que ya hizo un acercamiento al mundo del porno aunque en forma de documental en su film Made in Serbia.
Sorprendente, bueno, quizás no tanto el trato en programas matinales de esos que igual te hablan (y en el mismo tono) de asesinatos reales, abuelitas longevas que cumplen años, casos de síndrome de Diógenes o recetas de pollo al chilindrón, en la que tertulianos profesionales critican sin saber ni haber visto siquiera la película. Quedándose en la superficie y acusando a los aficionados al cine de terror de pederastas y criminales. Pasen y vean si no. http://www.youtube.com/watch?v=nADar7UHgpY
También en una emisora de radio que hablaba prodigiosamente de Herois, film proyectado también en Sitges con entrevista «maravillosa» en la que se vuelve a sacar esa nostalgia clónica de los años 80 : Heidi, D’Artacan, Verano Azul… todo cambió cuando alguien sacó el tema de A Serbian Film, haciendo que, el locutor, que no la había visto, especificara aquello de «Yo no estoy a favor de prohibir por prohibir pero…» dejando el film a la altura del betún como producto de baja estofa «Que igual no era necesario en un festival como el de Sitges«. Mientras, los dos críticos de cine se cargaban la más que correcta factura técnica del film, incluso uno de ellos dijo algo sorprendente, ya que se quejó de lo poco realista que era el feto de la escena que tanto les había ofendido… Yo solo recuerdo el silencio reverencial que había en la sala durante la proyección del film, un silencio por una historia que estaba llegando al espectador y que no le causaba ningún regocijo (excepto en puntuales momentos de humor), un público que sabe perfectamente diferenciar entre la violencia «divertida» de una película de zombies exagerada o la venganza extra sangrienta de la protagonista de I Spit on your Grave, films bien diferentes. Estos temas tan serios, exentos de humor siempre han dolido y sí, creado controversia. Bien es cierto que uno se revuelve en su butaca en ciertas escenas, pero nadie está obligado a verla y también hay películas que a buen seguro a este buen periodista radiofónico le habrían molestado y que ya se prohibieron en su momento como Saló o los 120 dias de Sodoma (Salò o le 120 giornate di Sodoma, 1975 Pier Paolo Pasolini), que se estrenó en España cinco años después con la clasificación «S», y que también contiene escenas de altos voltaje pero que nadie hoy se plantearía prohibir ni, por supuesto, criticar.
Y corriendo de sala en sala nos disponemos a despedir el festival de Sitges 2010 viendo algunas películas en el entrañable Prado. El equipo de I Spit on your Grave (Steven R. Monroe) presenta la nueva versión del clásico de 1978 de Meir Zarchi que aquí se conoció como La violencia del sexo, interpretado por Camille Keaton (nieta de Buster) y presentado en la edición de Sitges de ese año. Entre los asistentes la productora, Daniel Franzese, que interpreta a uno de los rednecks y sobre todo Sarah Butler, la minúscula actriz de la que ya nos advirtió la productora que era muy peligrosa. Todo un festival que gustó y divirtió a grandes y pequeños. Intentamos aguantar hasta cerca de las 6 de la madrugada para ver Empusa, el último film dirigido por Paul Naschy pero… el cansancio pudo con nosotros a pesar de las ganas de verla que tenemos y tras una cerveza decidimos marchar y dar por finalizado un festival que ha tenido de todo, como en botica, con un muy buen nivel de calidad.
Y esto es todo, amigos, Sitges 2010 ha terminado y el festival lo hemos vivido de una forma más cercana y emocionante, dentro de nuestras posibilidades. El Festival está impecablemente organizado y ha habido una selección tan grande de películas que no hemos podido ver que nos habría hecho falta un mes para cubrirlo entero. En todo caso pienso que hemos aprovechado el tiempo lo mejor posible y esperamos que el próximo año podamos permitirnos vivirlo en su totalidad.
Y ahora unos cuantos souvenirs:

La sorprendente recreación de The Creature of the Black Lagoon en el corto The United Monster Talent Agency de Gregg Nicotero.
¡¡¡Hasta Sitges 2011!!!
Gloria Stuart (1910-2010):Retorno al Caserón de las Sombras
Hoy martes 28 informa la revista Variety que la actriz Gloria Stuart falleció el domingo, poco después de haber cumplido los 100 años (el 4 de julio). La adorable actriz, conocida por la gente «de a pié» como la «vieja de Titanic» fue mucho más, como todos los fans de cine de terror sabe de sobra, ya que nos deleitó con su presencia en algunos de los clásicos de la Universal, siendo dirigida por James Whale en El Caserón de las Sombras (The Old Dark House, 1932) y El hombre invisible (The Invisible Man, 1933) y El beso ante el espejo (The Kiss Before the Mirror, 1933).
Pero Gloria Stuart hizo mucho más: inició su carrera a los 22 años con Street of Women (1932, Archie Mayo) y su carrera se prolongó durante 46 películas más antes de su retiro en 1946, para dedicarse a su familia y a su otra pasión, la pintura. Entre los títulos que interpretó: Secret of the Blue Room (1933, Kurt Neumann) junto a Lionel Atwill; Escándalos romanos (Roman Scandals, 1933 Frank Tuttle) y Vampiresas 1935 (Gold Diggers of 1935, Busby Berkeley). El retiro duró hasta 1975, año en el que vuelve otra vez al mundo de la actuación, aunque centrando su carrera en la televisión realizando pequeños papeles en series como The Waltons (1972-1981) (¿Os acordais de los Waltons?) o Se ha escrito un crimen (Murder, She Wrote) e incluso en The Invisible Man (2000-2002, Breck Eisner) hasta llegar a Titanic (1997, James Cameron), papel al que accedió porque su director quería a una actriz de la era dorada de Hollywood y como ella se definió estaba «aún disponible, sin problemas con el alcohol, ni con reuma ni cayéndose por la edad«. El papel le dió muchas alegrias y reconocimiento como la nominación al Óscar como mejor actriz de reparto, nominación al Globo de Oro y galardón del Sindicato de Actores, entre otros. Su último papel fue en 2004 en Tierra de abundancia (Land of Plenty, Wim Wenders).
También intervino en documentales sobre cine de terror como The Horror Show (1979, Richard Schickel), The World of Gods and Monsters: A Journey with James Whale (1999, Sam Irving, David J. Skal), Universal Horror (1998, Kevin Brownlow) y Karloff and Me (2006, Sam Borowski).
En 1988 escribió su biografía con la colaboración de su hija, la escritora Sylvia Thompson , que se publicó con el nombre de Gloria Stuart: I Just Kept Hoping.
Para mí, Gloria Stuart quedará eternamente como la elegante y sexy dama del vestido de noche que pasó la tormenta en el caserón de los dementes hermanos Femm, siendo objeto de deseo de Morgan, el borracho y deforme sirviente en ese gran clásico que es El caserón de las sombras, que como deben saber ha sido recientemente editada en DVD por Vellavisión, ya les hablé de ella aquí, ¿Cómo? ¿Que no la tienen ya? pues… ¡A que esperan!
Por fin llega Karloff y… El caserón de las sombras
Así es amigos, Vellavision ha puesto en nuestras ansiosas manos el gran clásico The Old Dark House de James Whale, film que no tiene ningún desperdicio y que aún hoy sorprende por la mezcla de pintorescos personajes y transposición de géneros, ya que en ciertos momentos uno no sabe muy bien si Whale rodaba una comedia o un film de terror, práctica que retomó en su posterior retorno al personaje que le dio la inmortalidad con La novia de Frankenstein (The Bride of Frankenstein, 1935), aunque de forma menos, digamos, alocada.
Para esta adaptación de la novela Benighted del prolífico escritor y guionista J. B. Priestley, James Whale se rodeó de muchos compatriotas (al igual que en La novia…donde de hecho varios repitieron). Por un lado tenemos a unos visitantes inesperados que buscan refugio de la tormenta en un viejo y sórdido caserón: el recién llegado a Estados Unidos Charles Laughton, que realizaba su primer papel americano (de hecho rodó este film prestado ante el retraso de su primera producción real, The Devil and the Deep
(1932, Marion Gering); la londinense Lilian Bond, con un papel de corista y chica «moderna» ; el elegante Melvyn Douglas realizando uno de los papeles de galán que tan bien se le daban, aunque en esta ocasión algo más rico en contrastes e ironía; Raymond Massey, que de vuelta a Inglaterra rodaría la memorable La vida futura (Things to Come, 1936 William Cameron Menzies) . Tanto Douglas como Massey llegaron de rebote a The Old Dark House cuando se demoró el rodaje de Adventure Lady . Y finalmente la bellísima Gloria Stuart, como esposa de Massey, que se pasa toda la película, por capricho de su director, con un traje de noche blanco que no hace más que poner burro al bueno de Morgan (Karloff) y naturalmente a nosotros. Parece que Gloria Stuart gusto al Whale, ya que volvió a rodar a sus órdenes sus dos siguientes films: El hombre invisible (The Invisible Man, 1933) y El beso ante el espejo (The Kiss Before the Mirror, 1933).
Un dato a anotar y que supongo todos ustedes sabrán es que la ancianita que sale en ese engendro llamado Titanic (1997, James Cameron) es la misma Gloria Stuart de la que estamos hablando, que fue nominada al Oscar por esa actuación.
Pero si el ramillete de personajes que se refugian en el caserón es del todo variopinto, no lo es tanto la familia Femm y su alegre mayordomo Morgan: Estos estan todos locos.
Como recordaba Elsa Lanchester (que como saben fue La novia de Frankenstein y en la vida real esposa de Laughton), «La casa albergaba a una familia bastante numerosa de ancianos muy asustadizos, que ocultaban a otros parientes todavía más provectos en los pisos superiores. Sólo recuerdo con claridad que cada nuevo horror parecía tener más pelo que el anterior; la película se ocupaba sobre todo de horrores peludos».
Peludos o no, son toda una estirpe de asustadizos freaks que representan el fin de la estirpe de los Femm: Ernest Thesiger está increíble como Horace, el más cuerdo de los hermanos, brindándonos una actuación de alto nivel, tanto que su presencia se come a los otros como buen robaplanos que es (escuchen su deliciosa dicción al ofrecer «Potato» insistentemente a sus forzosos invitados). Thesiger, pasará a nuestra memoria al interpretar al loco/a Dr. Pretorius en la segunda película de la saga de Frankenstein y, más comedido, como sirviente de Karloff en El resucitado (The Ghoul, 1933 T. Hayes Hunter). Eva Moore, una legendaria actriz británica, encarna a la desagradable y sorda hermana de Horace, Rebecca Femm, que consigue incluso que el público quiera abandonar la mansión -el cine- por la firmeza con la que hace saber que los intrusos no son bienvenidos.
Tenemos a Brember Wills como el tercer hermano Saul Femm, un demente -más que los otros- pirómano y amigo de los cuchillos. Y también tenemos al padre de los adorables ancianos, Sir Roderick Femm de 102 años interpretado por… Elspeht Dudgeon, una actriz teatral vieja amiga del director que se incluyó en el reparto como John Dudgeon.
Pero no se vayan todavía, no me olvido de Morgan, el mayordomo mudo, bebedor y lúbrico perseguidor de Gloria Stuart. Con barba y nariz rota, Morgan, incorporado eficazmente -como siempre- por un Boris Karloff primorosamente maquillado por el genio Jack Pierce, tuvo una campaña publicitaria, que se reflejo como prólogo del film:
«Karloff, el mayordomo malvado de esta película es el mismo Karloff que creó al monstruo mecánico (¿?) en Frankenstein. Aclaramos este punto para zanjar todas las dudas y confusiones que puedan surgir al respecto, aunque sabemos fehacientemente que tales dudas sólo pueden interpretarse como un tributo a la gran versatilidad del actor».
La película se rodó durante la primavera de 1932 y se estrenó la noche de Halloween de ese mismo año, pero a pesar de que las críticas no fueron desfavorables, no fue del agrado del público, posiblemente por el papel secundario de Karloff o por la incomprensión ante el disparatado humor de la cinta. Curiosamente conectó más con el público inglés, ya que obtuvo un gran éxito en Inglaterra. En España se estrenó poco después que en Estados Unidos, el 7 de marzo de 1933 con un lanzamiento similar al americano, donde se resaltaba la figura de Karloff.

Ilustración del genial Basil Gogos utilizada como portada del número 66 de Famous Monsters y también para la portada del número 18 de la entrañable edición española de Garbo editorial.
El caserón de las sombras se reestrenó en 1939, pero Universal perdió los derechos del film en 1957. Afortunadamente Curtis Harrington, director de cine/tv (Queen of Blood, 1966) , personaje curioso (actor colaborador de Kenneth Anger) y admirador confeso de James Whale, encontró una copia en los baúles de Universal que es la que tenemos ocasión de disfrutar.
Aunque la copia no está lo todo bien que pudiera estar, contiene toda la magia completa y deberíamos de darnos con un canto en los dientes por la posibilidad de poder seguir disfrutando de esta suculenta película. Kino Video editó un bonito dvd sin subtítulos pero con buenos extras (audio comentarios de Gloria Stuart y de James Curtis, autor de la biografía de James Whale A World of Gods and Monsters, además de una entrevista con Curtis Harrighton), pero ahora Vellavision nos da la posibilidad de poderla ver bien subtitulada y con un sonido mejorado con respecto a la edición de Kino. Todo ello dentro de las posibilidades de la copia original, bastante maltrecha. En todo caso Vellavision no ha querido hacer una severa remasterización
de imagen, tal y como nos cuentan ellos mismos: «(…) al principio estábamos un poco preocupados en cuanto a la imagen (…) todavía conservaba ciertas manchas de celuloide en algunas partes de la película que, tras valorarlo mucho, decidimos no limpiar «digitalmente» para no cargarnos la estupenda fotografía de Whale -cosa que finalmente nos han agradecido varios compradores.
Una estupenda película que tenemos la oportunidad de incorporar a nuestra colección y que además viene acompañada con un libreto a cargo de Carlos Díaz Maroto y audiocomentario y presentación de Ángel Gómez Rivero, viejo conocido de todos y co-autor junto a Ángel Agudo de Paul Naschy: La máscara de Jacinto Molina, además de las consabidas fichas técnicas y filmografías. Poco más que queda que agradecer a Vellavision que tenga el buen gusto de poner a nuestra disposición estos films, no hay que olvidar que tuvieron el buen tino de sacar una bonita y extensa selección de films de Paul Naschy que quedarán como homenaje al actor, director y guionista y que prometen nuevos e interesantes lanzamientos de los que puntualmente os informaremos.
Por cierto, de la otra versión del film de William Castle de 1963 mejor hablar en otra ocasión.
(más información, carteles, programas e imágenes apretando aquí)
Se cumplirá el deseo de Naschy: por fin existirá el documental «El Hombre que vio llorar a Frankenstein» (The Man who Saw Frankenstein Cry)
Bajo el poético título Cuando las luces se apagan (T&B 2008)Naschy nos regalaba una condensación actualizada de su autobiografía Memorias del hombre lobo (Alberto Santos 1997). Con su léxico arcaizante que le daba aires de señor decimonónico como aquellos que protagonizan los films de terror gótico que tanto amaba, Paul compartía con nosotros en sus memorias, el lado más humano de sus recuerdos cinematográficos. Entre sus evocaciones emotivas, probablemente la más querida por él fue haber visto llorar a uno de los mayores monstruos del cine, tanto es así que le dedica todo un capítulo. Naschy podía decir que fue el único hombre que vio llorar a Frankenstein.
Todo empezó la madrugada del 25 de febrero de 1966. Una productora estadounidense estaba rodando en España uno de los episodios de la serie I Spy (1965-68), concretamente el capítulo 22 de la segunda temporada llamado Mainly on the plain , y necesitaba algunos figurantes para su reparto y ahí es donde entra Naschy, que fue contratado para una minúscula aparición. En ese capítulo Boris Karloff, encarna a Don Ernesto Silvando, ciéntifico español especializado en misiles (¡!) que se cree una reencarnación del Quijote, y entre otras peripecias confunde lo que es una merienda campestre con una dama en peligro a la que al intenta «salvar», provocando que tres lugareños (que lucen todos boina) manteen al pobre anciano. Uno de esos mozalbetes agrestes es nuestro Paul Naschy, en una aparición que la censura de la época no permitió, ya que cuando la serie se programó en nuestras pantallas, este capítulo se lo saltaron por no dejar en buen lugar a la Benemérita. Esta serie mi memoria catódica la recuerda más que nada por las imágenes de sus protagonistas, Bill Cosby y Robert Culp en un álbum de cromos, pero se trató de una serie muy popular, realizada en plena moda de los agentes secretos y sobre todo porque el rodaje fue muy internacional, rodando episodios en Roma, Atenas, Tokio, Hong-Kong, Marruecos o este capítulo del que hablamos, que se desarrolló en Madrid.
Aquella madrugada de febrero fue el primer día en que Paul llegó al rodaje; en aquel contexto que reunía todas las trazas de lo sombrío: paisaje nocturno, frío espantoso… Naschy cruzó su mirada con la de Boris Karloff: «Cuando alzó la mirada y clavó sus penetrantes e hipnóticos ojos verdes en mí, un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Hablaba con voz profunda, y se mostraba entrañablemente amable.(…)Al verle en acción comprendí lo que la mirada significa para un actor de cine.» Karloff se movía trabajosamente, unas prótesis metálicas le permitían caminar a duras penas y el frío le caló durante todo el rodaje, entonces fue cuando: «Una tarde vi a Boris Karloff llorar, el anciano se quejaba del lacerante frío y estaba muy cansado; el coche de producción se retrasaba y las gélidas rachas de viento cortaban como cuchillos. Sorprendente: debí de ser uno de los pocos, tal vez el único, que vio llorar al monstruo de Frankenstein.«
Años después Emilio Pina quiso llevar al cine la vida de nuestro hombre lobo, el guión tomó su título de ese momento tan íntimo que acabamos de reproducir, se iba a llamar El Hombre que vio llorar a Frankenstein. El proyecto le fue ofrecido a Bajo Ulloa pero éste lo rechazo. Sin embargo, Naschy fue un hombre inaccesible al desaliento, recibió con estas palabras ese rechazo: «sinceramente, creo que fue lo mejor que pudo pasar. Tarantino me ha hablado del tema, hace muy poco y existe otro proyecto. Ya veremos.»
Y en la próxima edición del Festival de Sitges se estrenará en primicia el documental El hombre que vio llorar a Frankenstein (The man who saw Frankenstein cry, fuera de España). No, no será Tarantino quien lo filme, sino otro hombre que admiró a Paul, que le acompañó hasta sus últimos momentos y que puso su grano de arena para inmortalizarle: Ángel Agudo, autor de la biografía definitiva de Naschy, Paul Naschy: La Máscara de Jacinto Molina (Scifiworld 2009) ,que fue presentada también en Sitges en octubre del año pasado con la presencia de Naschy, que aunque ya estaba siendo devorado por la enfermedad no dio su brazo a torcer y hasta el último momento quiso estar con sus fans. El documental está producido por Scifiworld (con la colaboración de La Cruzada Entertainment -José Luis Alemán- y Waldemar Media -Sergio Molina-), tendrá aproximadamente una hora de duración y desde ya estamos deseando verlo. Scifiworld daba la noticia la pasada semana del inicio del rodaje. Concretamente el equipo se ha desplazado a Londres donde han entrevistado a John Landis a quien debemos otro
memorable hombre lobo y a manos de quien Naschy recibió el premio Máquina del Tiempo en el Festival de Sitges y a Caroline Munro, que colaboró con Paul en la más polémica de sus películas, El Aullido del diablo (1987, Jacinto Molina).Una inglesita con muy interesante carrera y de la que me enamoré perdidamente tras ver sus ojos en El viaje fantástico de Simbad (The Golden Voyage of Simbad, 1974 Gordon Hessler) y poco más tarde alimento mis más bajos instintos con los modelitos que lucía en Starcrash (1978 Luigi Cozzi), pero que entre otros títulos clásicos del fantástico colaboró en El abominable Dr. Phibes (The Abominable Dr. Phibes, 1971 Robert Fuest) y su secuela El retorno del Dr. Phibes (Dr. Phibes Rises Again) dirigida por el mismo director y estrenada al año siguiente; tardíos Hammer como Drácula 73 (Dracula A.D. 1972, 1972 Alan Gibson) o Captain Kronos: Vampire Hunter (1974, Brian Clemens); fue chica Bond en La espía que me amó (The Spy who Loves Me, 1977 Lewis Gilbert); tampoco se cortó en enfrentarse al temible Joe Spinell en la enfermiza Maniac (1980, William Lustig), además de haber trabajado para Paul Naschy en El Aullido del Diablo y con Jesús Franco en uno de sus films más bien rodados, Los depredadores de la noche (Faceless, 1987).
De la actriz, Naschy no conservó más que buenos recuerdos, tal y como escribió en sus Memorias del hombre lobo: «La más bella de todas las actrices que he conocido, una auténtica profesional y un ser humano extraordinario. Se hizo amiga y cómplice de mi hijo pequeño, Sergio, y siempre estaban juntos». Después de Londres el equipo recorrerá España (Madrid, Barcelona, Burgos…) y cruzará después el Atlántico para recalar en Los
Ángeles, donde presumiblemente entrevistarán a los dos directores con los que realizó sus dos únicos fims americanos, Fred Olen Ray (Tomb of the Werewolf) y Don F. Glut (Countess Dracula’s Orgy of Blood) sobre cuyos rodajes pueden ver un extenso artículo en este, su blog. En cada una de esas ciudades se entrevistará a las muchas personalidades que intervendrán en el documental, como Jordi Grau, Nacho Cerdá, Angel Sala o Sir Christopher Lee, entre otros que Scifiworld irá desvelando poco a poco. Como narrador el director Mick Garris (lástima, nosotros hubiéramos apostado por la voz de Christopher Lee)
Habremos de estar muy pendientes del portal de Scifiworld para ir descubriendo todo lo que nos va a deparar este film. También aprovechamos para recordar el otro documental pendiente de estreno oficial o, al menos distribución, La sonrisa del lobo de Javier Perea, un interesante repaso a la filmografía de Waldemar Daninsky de mano del propio Naschy.
Allá dónde esté nuestro hombre lobo, nuestro querido Paul, seguro que está complacido con esta noticia y este homenaje. Naschy vio llorar a Frankenstein y se emocionó, a nosotros nos emocionó no verle llorar a él, en palabras de Ángel Mora (que nos cedía en la entrevista que le realizamos): «Paul en su libro de memorias describe bajo el título “El hombre que vio llorar a Frankenstein”, como en el rodaje en España de un episodio de la serie I Spy con Boris Karloff , encontró a éste, muy anciano y enfermo sollozando de frío y de dolor en una pausa del rodaje -sólo, ausente, triste-. Yo he de decir que pese al dolor que sentía (físico, psíquico), pese a la cercanía de su muerte, Paul murió sin miedo, murió como quería, con su familia, con las botas puestas (hablando de cine) y que ni yo ni nadie podré/podrán decir aquello de que “Vieron llorar al hombre lobo”.»
Paul Naschy: La conexión USA
Aunque Paul Naschy había sido tentado por la idea de rodar en Estados Unidos, no fue hasta enero de 1998 que se decidió a cruzar el charco y comenzar a tantear el terreno. En esta ocasión visitó Nueva York junto a su esposa Elvira y sus hijos Sergio y Bruno, invitado por la revista Fangoria a su popular convención de tres días: El Fangoria Weekend of Horrors, pasando dos años después a formar parte de su Hall of Fame, por elección de los propios lectores. Durante su estancia, los Molina fueron atendidos a todo lujo «limousine con los cristales tintados a la salida del aeropuerto, chofer uniformado negro e intérprete«, alojados en un hotel en la octava avenida y firmando multitud de autógrafos que se negó a cobrar, al contrario de la costumbre común en USA.

Paul con su hijo Sergio, Don F. Glut y Del Howison (Renfield en los dos films vampíricos de Glut) en la librería Dark Delicacies (marzo 2003)
Poco después es invitado a acudir a Washington, donde se reproduce el cariño de los fans y es galardonado con el Carl Laemmle por el conjunto de su obra (junto a Roger Corman y Janet Leigh entre otros) ocasión en la que pudo acercarse un poco a nuestra querida Universal al conocer a Elena Verdugo, la protagonista de La Zíngara y los monstruos (House of Frankenstein, 1944 Erle C. Kenton). Durante esa estancia presenta también la edición americana de Memorias de un hombre lobo que Midnight Marquee Press editó con el título de Memoirs of a Wolfman, libro que ha sido reeditado en varias ocasiones con diferentes portadas.
Volvió a Estados Unidos en 2007 para acudir a otra convención de Fangoria en Burbank, ocasión en la que aprovechó para visitar los estudios Universal.
Pero todo esto fue únicamente la antesala de lo más importante: el rodaje de dos películas en Estados Unidos. Veamos como se fraguó:
Todo parte de los esfuerzos del especialista y director de cine fantástico Don F. Glut, fan de Naschy desde que vio La marca del hombre lobo (1968, Enrique López Eguiluz) en Chicago en 1971. El film, que en Estados Unidos recibió el descabellado título de Frankenstein’s Bloody Terror (y que en su cartel anunciaba que en caso de morirte de miedo durante el film te pagaban el entierro) hizo que Glut se sintiera «decepcionado con que no saliera Frankenstein, pero la película me encantó y me convertí en fan de Paul Naschy. Cuando leí Memorias de un hombre lobo, su vida me recordó a la mía y me propuse tenerle en mi próxima película«, tal y como recordaba para el libro Paul Naschy, La Máscara de Jacinto Molina. Así que dicho y hecho: en 2003 le ofreció, además de una interesante oferta económica, todo un programa que incluía: rodar una película de vampiros para él; una sobre el hombre lobo para Fred Olen Ray (ambas en formato digital); visitas a convenciones (con entrega de premios) e itinerarios con parada incluida en la casa-museo de Forrest J. Ackermann, que a pesar de que era ya su segunda (y menor) mansión y de que el super coleccionista se había desprendido de buena parte de sus joyas, le dio la alegría (y el honor) de invitarle a firmar en una primera edición de Drácula, junto a la firma del mismo autor y otras de actores relacionados con el personaje como Bela Lugosi, Christopher Lee, Vincent Price, Carla Laemmle, Luna (Carol Borland)… y no solo eso, Ackermann tuvo el detalle de prestarle el
anillo original que lució el personaje de Drácula en varias producciones Universal (John Carradine en House of Frankenstein y House of Dracula y el mismo Lugosi en Abbott and Costello Meet Frankenstein), otro honor para el entrañable Naschy que seguro valoró en su justa medida, tal y como rememoró el director Fred Olen Ray en Scifiworld «Cuanto le emocionó ceñírselo, cuanto le maravilló poder rememorar el clasicismo de la Universal a través de este atrezzo» (¿A donde habrán ido a parar estos míticos objetos tras el fallecimiento de Ackermann sin cumplir su sueño de tener un museo que hubiera acogido todo? Pregunten a Bob Burns o a cualquier coleccionista japonés…).
A este viaje acudieron Paul Naschy, su esposa y su hijo Sergio, permaneciendo en Los Ángeles dos meses con el calendario de rodaje de ambos films paralelo, rodando por el día Countess Dracula’s Orgy of Blood y por la noche The Unliving, que finalmente se distribuyó con el más correcto nombre de Tomb of the Werewolf. Aunque la que se inició primero fue la de Don F. Glut. Cuando Paul y su familia abandonaron Hollywood, todavía continuaba el rodaje de ambos títulos en una estancia que el actor recuerda con cariño a pesar de ciertos problemas de salud de su esposa y el sufrir una auténtica pesadilla, tal y como cuenta el propio Paul: «Me hospedé en el mítico hotel Roosevelt, enfrente casi del Teatro Chino. Hubo muchas anécdotas sabrosas, como encontrarme con una tuna que nos dio un magnífico concierto en plena avenida de las estrellas«.
…Sin duda una pavorosa experiencia…
Countess Dracula´s Orgy of Blood es una secuela de The Erotic Rites of Countess Dracula (2001), realizada por el mismo director con la que comparte además algún actor, aunque no sufran, si no han visto la primera está funciona independientemente a ella, además, no nos engañemos los únicos alicientes para ver este film son la presencia de Naschy y, por diferentes motivos, la de Glori-Anne Gilbert y las otras chicas. Aunque es una película para venta directa en Dvd, ambos films se pasaron en pantalla grande en el New Beverly Cinema en 2008, aunque la premier fue en octubre de 2003 en Culver City. El film se rueda cerca de México en la Abadía de San Juan de Capistrano, interpretando Naschy el papel de Padre Jacinto, monje que se enfrenta a los vampiros en la América de 1897, un ambiente de supuesto western que no queda del todo conseguido y que pronto se traslada a la época actual. Pero el film comienza fuerte, con una vampira en top-less que se alza de una tumba. Tras los títulos de crédito, la vampira Diana (Glori-Anne Gilbert) va al dormitorio de Roxanne (Kennedy Johnston), saca sus enormes pechos y realizan ambas un escenita de lo más tierna, demostrando hasta que punto son amigas (tijeras incluidas). Mientras en el piso de abajo, su hermano limpia su arma (de fuego). La vampira muerde a la chica en el pecho y los ruidos hacen que el hermano suba a la habitación para descubrir que la mujer ha desaparecido dejando un rastro de sangre.
Nuestro cowboy de guardarropía acude, revolver en ristre, a visitar a un padre Jacinto preocupado por la maldad que asola el nuevo mundo «donde triunfa la impiedad y la muerte«. Con lo que le informa nuestro vaquero, el padre Jacinto tiene la seguridad de que es obra de vampiros, así que tras armarse con Biblia, crucifijo y agua bendita parten en su búsqueda hallándolos en el castillo de Lord Ruthven, donde eliminan de un certero estacazo entre los pechos a Diana, cosa que libera a la hermana del cowboy, Roxanne, mientras el padre Jacinto elimina a Lord Ruthven, el vampiro mayor responsable de la maldición de los vampiros y clara referencia al personaje creado por John Polidori para The Vampire (1819).
La acción se traslada a los Ángeles en la época actual. Con castillos en los que el mismo Drácula (Tony Clay) se lo pasa bomba con sus concubinas ligeras de ropa y su propio Renfield particular, que incluso devora moscas (Del Howison). El Conde encarga a su hija (Eyana Barsky) y a Renfield que hagan un conjuro para revivir a Lord Ruthven, cosa que resulta de lo más sencillo, por cierto.
Ruthven revivido flipa con los adelantos del siglo XX y va por las zonas más sórdidas de Los Ángeles, donde pronto encuentra víctimas a las que vampirizar más, cuanto Lord Ruthven intenta morder a una morena (Lolana)… se le aparece el padre Jacinto impidiendo que pueda tomar el rojo néctar. Contrariado extrae la estaca de su compañera Diana (a la que ya estábamos echando de menos), para que colabore con él ¡¿Como?! Pronto lo sabremos.
Esa noche Diana sale por los mismos barrios sórdidos que frecuentó su hermano la noche anterior y se mete en un local de striptease, donde en el colmo de la mala suerte (para ella) vampiriza a la misma morena que Ruthven había intentado morder, finalizando la labor iniciada e introduciéndola en la familia, descubriéndonos su predilección por diminutas piezas de latex. Todo ello salpicado con nuevas demostraciones epidérmicas y lúbricas de la rubia Diana. Una vampira reencarnada del siglo pasado que tiene generosas dosis de silicona, vestidos de época y ropa interior totalmente contemporánea a base de diminutos tangas.
Pero nuestro amigo sigue sin poder probar la sangre, cosa que solventa Diana extrayendo su propia sangre de… el pecho, claro y dándosela a Lord Ruthven, que por fin puede saciar su sed, y como buena película de vampiros (aunque esta no lo sea) encuentra en Rosie, la reencarnación de su amor, Roxanne.
Rosie, a pesar de ser más virtuosa, recibe de su compañera de piso, un masaje para aliviar tensiones, poniendo en ello tanta pasión, que la cosa termina en eso que, en ciertas peluquerías asiáticas se ha dado en llamar final feliz.
Mientras, nuestra vampira favorita no pierde el tiempo, dando gran tormento al padre Jacinto, que no puede descansar en paz en el más allá.
Drácula envía a Renfield y otra de sus pupilas a visitar a Ruthven, mientras Diana encuentra a Roxanne y juntas rememoran los dulces viejos tiempos. Ruthven descubre que Diana está reservando a su dulce Roxanne para sí misma, lo que termina desencadenando una melé vampírica en la que finalizan exterminándose unos a otros, antes de que el propio Padre Jacinto se aparezca y anime a Lord Ruthven a auto inmolarse con una daga en el corazón.
Una vez termina todo, Naschy hace su última aparición fantasmal antes de desaparecer «El mal de los Ruthvens ha terminado y se han destruido a sí mismos. Jamás regresarán a la Tierra. Mi misión ha terminado y puedo descansar en paz«.
Naschy habla castellano con subtítulos en inglés, cosa que queda del todo extraño en el film, pero como podemos leer en el estupendo libro Paul Naschy: La máscara de Jacinto Molina, su director aclara que «No quería que nadie le doblara y tampoco quería que se limitara a hablar inglés fonéticamente. Sabía que podía dar lo mejor de sí mismo si le dejaba usar su propio idioma. Es un gran actor, muy profesional. Tuve que dirigirle con un intérprete pero quedé encantado con su interpretación«. La abundante parte femenina del film está capitalizada por la tremenda Glori-Anne Gilbert «más que una actriz, una fuerza de la naturaleza», vean, vean si no las fotos…
Aunque el film tiene sus buenas razones para ser ojeado e incluso disfrutado, más interés tiene Tomb of the Werewolf, ya que en él Naschy interpreta a su (y nuestro) personaje propio más querido: el hombre lobo Waldemar Daninsky, que luce un maquillaje
impecable y con abundancia de pelo (rozando lo afro) en contraste con los pobres resultados del utilizado en Licántropo (1996, F. Rodríguez Gordillo) a imagen y semejanza del lucido por Jack Nicholson en Wolf (1994, Mike Nichols). También son sorprendentes las transformaciones por medio de morphing. Naturalmente se notan las escenas en las que un doble de lo más soso ataca a las víctimas (ni siquiera se molesta en interpretar) y que nos trae a la memoria aquel otro doble de Paul Naschy que en La furia del hombre lobo (1972, José M. Zabalza) hacía el ridículo paseando por el bosque en contraste con la salvaje actuación de Naschy,que demuestra en este film que sigue en forma: las escenas con Naschy y su iconografía hacen disfrutable esta rara avis del cine de Naschy en el que abundan sus referencias: la Condesa Bathory, la cruz certera en el corazón a imagen de la Cruz de Mayenza, la reencarnación de su amada en la época moderna que se sacrifica por liberarle…
The Unliving era un proyecto diferente cuando Fred Olen Ray comenzó a maquinarlo, pero cuando su amigo Don F. Gult le comentó que quería traer a Paul Naschy «…telefoneé a Fred -que prácticamente siempre está rodando algo- para ver si habría algo para Paul. Fred estaba rodando una película titulada The Unliving. Fred le preguntó a Paul si querría rodar con él y Paul le dio el sí. Luego, Fred llevó la idea un paso más allá y le preguntó a Paul si se pondría una vez más el maquillaje de «El Hombre Lobo» para encarnar al legendario Waldemar Daninsky. Y Paul aceptó» (Donal F. Gult en ScifiWorld 22). Aunque nos aseguran que el film fue aligerado de su carga erótica, la verdad es que va bien surtido. Veamos a grandes rasgos de que va esta última aventura de Waldemar Daninsky:
Época Medieval (o así): Asistimos a un prometedor comienzo Naschyano con sacrificio de doncella al demonio de la mano de la mismísima Elizabeth Bathory, encarnada por la neumática Michelle Bauer (sin duda la más simpática y desquiciada de las Screem Queens ochenteras, échenles un vistazo sino a las dos pelis que hizo con Jesús Franco). El sacrificio provoca la presencia de un engominado diablo que por su aspecto nos indica que el presupuesto del film va a ser mínimo. ¿El motivo de la invocación?: ¡¡La eterna juventud de la condesa sangrienta!!
Tras los títulos de crédito en los cuales Paul Naschy es la estrella principal, pasamos a la época actual, donde Melanie (Kennedy Johnston) (tras una escena de cama en la que podemos analizar su encantos), recibe el encargo de analizar e investigar la historia de Waldemar Daninsky que, por medio de la lectura del clásico libro, nos trasladará vía flash-back a las escenas rodadas por Naschy -que al ser narrada con voz en off – consiguen sortear en parte los problemas del actor con el inglés. Lo que nos narra el libro es la historia de Waldemar Daninsky y Eleonor, su dama (Stephanie Bentley), a la que él mismo mata al ser contagiado con la maldición de la licantropía por la Condesa Bathory.
A partir de ahí volvemos a la época actual y a la mansión de los Daninsky, donde uno de sus descendientes y su ama de llaves…¡¡la mismísima Condesa Bathory!! Reciben a la investigadora, su pareja, varias jovencitas y fornidos jóvenes que van a rodar un reportaje… además de protagonizar muchas carreritas y saltos de cama a lo Mariano Ozores que nos dejarán apreciar los encantos de todas ellas. También tenemos en la casa a Amanda (de nuevo Stephanie Bentley) muy correctita, decente y descendiente de Eleonor, la esposa de Daninsky que queda fascinada por la historia de Waldemar, al que vemos retratado en un cuadro (que hace bien poco fue subastado en Ebay), tanto que sueña con él dándonos la oportunidad de ver la segunda parte del flash-back en el que el licántropo es apresado por los clásico lugareños y eliminado con una daga (en forma de cruz) en el corazón.
Mientras, Elizabeth Bathory lleva al descendiente de Waldemar a la tumba de su antepasado, extrayéndole la daga con el resultado que pueden imaginar… ¡¡¡El retorno del hombre lobo a ritmo de Heavy Metal!!!, que hace trizas la garganta de su descendiente ante las carcajadas de Elizabeth. Además de dar cuenta de varios lugareños y lugareñas (con aspecto de haber salido de cualquier film Universal) que se cruzan en su camino en las lunas sucesivas, cosa que en principio no quita las ganas de entrar en calor a nuestros amiguitos. Hasta Michelle Bauer nos muestra sus enormes pechos para demostrar que le hace falta más sangre para rejuvenecerlos, así que (previo desnudo de la desafortunada, tal y como ustedes se imaginaban) la elimina para hacerse con su néctar.
Elizabeth Bathory ataca a Amanda, pero la destruye arrebatándole su medallón del cuello. Poco después Waldemar se presenta como bestia y ataca a su dama, aunque reconoce a Amanda como reencarnación de su amada Eleonor, y ella a él como su gran amor del pasado. Herida de muerte, Amanda/Eleonor libera a Waldemar de su maldición clavándole la daga en el corazón, momento en el que el ser se descompone.
Después llegan nuestros amigos, que no se han enterado de nada y la película finaliza.

… y tras un «imperceptible» cambiazo, aquí tenemos uno de los fantásticos objetos que se subastaron en Ebay.
Tal y como he comentado, salieron a subasta en Ebay alguno artículos relacionados con este film, como un retrato de Naschy, para el que se utilizó un fotograma de El Espanto surge de la tumba (1973, Carlos Aured) y el FX para la descomposición final de Waldemar tras clavarle la cruz en el pecho.

Este es el cuadro (y el otro artículo subastado en Ebay)… y yo, puro fetichista y sin un duro, perdón, sin un euro.
Tanto Countess Dracula´s Orgy of Blood como Tomb of the Werewolf no han sido
editadas en nuestro país, pero es fácil hacerse con ellas. Countess Dracula’s está a la venta en una muy interesante versión especial repleta de extras de lo más suculento: entrevista con el director, técnico de FX, actores, actrices y las únicas tomas falsas que conozco de Paul Naschy, entre otros muchos contenidos. En la entrevista a Glori-Anne, esta no duda en desnudarse «para que la reconozcamos mejor«. Y entre los agradecimientos figuran Waldemar Daninsky, Mark of Naschy, Elvira Molina, Jacinto Molina y Sergio Molina. En cuanto a Tomb of the Werewolf, cuesta algo más de encontrar ya que se editó para su alquiler en video clubs, no habiendo salido a la venta directa, pero busquen en segunda mano , que seguro algo encontrarán con paciencia.
Ambos rodajes fueron enriquecedores para Naschy, quedando satisfecho con la labor de
los directores, tal y como declaró en la entrevista realizada por Ángel Gómez Rivero para la revista Data Nº 22: «Respecto a Olen Ray, entiendo que conoce bien el oficio; sabe bien lo que quiere y tiene, además, una agradable personalidad. Don Glut es igual de cortés pero más extrovertido«.
Y también se mostró satisfecho en la misma entrevista respecto a su estancia: (…)»En Estados Unidos me siento muy a gusto, ya que he recibido una extraordinario trato humano. (…) Sé que he llegado tarde, pero aún así ha sido un sueño. Tuve determinadas oportunidades con anterioridad, pero no supe aprovecharlas. Mi desorientación consiguió equivocarme. Pensé que quedándome en España podría llegar a conquistar metas, pero erre. Mi etiqueta terrorífica me ha cortado caminos. Karloff, Lugosi, Cushing… podían vivir y sobrevivir encasillados a placer, pues la industria daba para ello; pero a mí, en mi tierra, se me ha limitado. Quizá yo mismo me encerré demasiado y perdí claridad en mis perspectivas. Ahora, sin embargo, he conseguido cumplir un sueño del que me siento orgulloso«.
A ver si se anima alguna distribuidora y saca ambos títulos para disfrute de los autóctonos (pero sin dejar de lado los suculentos y completitos extras).
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