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La Aventura/Cameo trae ‘Parásitos’ hoy a nuestros hogares
Parásitos es una buena película y nos parece muy bien que se le reconozca. No entramos en si provocará interés real hacia el cine oriental, tan maltratado en nuestras pantallas, o si no pasará de moda efímera. Hoy mismo, que sale a la venta en formato doméstico de la mano del pequeño sello barcelonés La Aventura Audiovisual, vuelve Parásitos también a los cines, en los que su presencia era poco menos que testimonial, mientras el público acudía en masa a verla al día siguiente de haber obtenido las merecidas estatuillas.
PARÁSITOS (Gisaengchung, Bong Joon-ho, 2019) DVD/Blu-ray Editado por La Aventura Audiovisual/Cameo
- Corea del Sur. Duración: 132 min. Guion: Bong Joon-ho, Jin Won Han Música: Jaeil Jung Fotografía: Kyung-Pyo Hong Productora: Barunson / CJ Entertainment / TMS Comics / Tokyo Movie Shinsha (TMS) / CJ E&M Film Financing & Investment Entertainment & Comics
- Reparto: Song Kang-ho, Lee Seon-gyun, Jang Hye-jin, Cho Yeo-jeong, Choi Woo-sik, Park So-dam, Park Seo-joon, Lee Jeong-eun, Park Keun-rok, Hyun Seung-Min, Andreas Fronk, Park Myeong-hoon, Jung Hyun-jun, Ji-hye Lee, Joo-hyung Lee, Jeong Esuz, Ik-han Jung, Seong-Bong Ahn, Dong-yong Lee, Hyo-shin Pak
Características técnicas. Imagen: 2.35:1 1080p Audio: Coreano – DTS-HD Master Audio 5.1/Castellano – DTS-HD Master Audio 5.1 Coreano – DTS-HD Master Audio 2.0/Castellano – DTS-HD Master Audio 2.0 Subtítulos: Castellano
Extras: Featurette (5 min.)/Tráiler/Caja negra, libreto y carátula reversible
Sinopsis: Toda la familia de Ki-taek está en el paro y se interesa mucho por el tren de vida de la riquísima familia Park. Un día, su hijo logra que le recomienden para dar clases particulares de inglés en casa de los Park. Es el comienzo de un engranaje incontrolable, del cual nadie saldrá realmente indemne.
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Premios:
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2019: 4 Premios Oscar: Mejor película, director, película internacional y guion original2019: Festival de Cannes: Palma de Oro al Mejor largometraje2019: Globos de Oro: Mejor película de habla no inglesa. 3 nominaciones2019: Premios BAFTA: Mejor película extranjera y guion original. 4 nominaciones2019: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera2019: National Board of Review (NBR): Mejor película de habla no inglesa2019: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor película, director y actor sec.2019: Festival de Toronto: 2ª finalista mejor película2019: Critics Choice Awards: Mejor director (ex aequo) y película extranjera. 7 nomin.2019: American Film Institute (AFI): Premio Especial AFI2019: Premios Independent Spirit: Mejor película extranjera2019: Sindicato de Productores (PGA): Nominada a mejor película2019: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor director2019: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guion original2019: Sindicato de Actores (SAG): Mejor reparto2019: British Independent Film Awards (BIFA): Mejor película internacional2019: Asociación de Críticos de Chicago: 4 premios, inc. Mejor película. 7 nom.2019: Círculo de Críticos de San Francisco: 3 premios, incl. mejor director. 7 nom.2019: Satellite Awards: Nominada a Mejor director, guion y película internacional2019: Premios César: Nominada a mejor película extranjera2019: Premios Guldbagge (Suecia): Mejor película extranjera
Existen las buenas películas, obras redondas que lo son por el perfecto engranaje de sus partes, guion, dirección, interpretación… Luego están las que directamente juegan en otra liga, elevadas por encima de la media porque han alcanzado el estatus de universales, de clásicos, desde el mismo momento de ser concebidas. Existen las mejores películas del año y luego está Parásitos. A primera vista nos enamora, las siguientes veces que vuelves sobre ella descubres que nunca se acaba, que cada visionado te permite descubrir otro matiz que la hace excepcional. Y eso solo pasa con las obras maestras.
Todo empieza con el suseok. Piedras que toman forma a partir de elementos naturales, como el viento y el agua, las más deseables son las piezas con forma de oleaje como la que recibe la familia Kim en la película. Se dice de ellas que atraen la fortuna, son un amuleto al que se le atribuye la capacidad de subir de estatus a quien la posea y de alcanzar el aire de sofisticación propio de las clases altas. Todo empieza a venirles de cara a los protagonistas cuando llega a sus manos, marca el pistoletazo de salida de su ascenso hacia la abundancia, pero termina siendo la herramienta que apresura el camino de violencia con la que culmina la cinta. Porque eso es Parásitos, un relato de ascenso y caída con el que Bong Joon-ho pinta un fresco despiadado sobre la sociedad coreana. Y más allá, aunque no le faltan pinceladas de color local, su pintura es extensible a toda sociedad capitalista, es por eso por lo que nos vemos representados en su excusa argumental.
Los Kim son una familia de baja condición, pero astutos e ingeniosos como los protagonistas de las novelas picarescas. Sus avatares despiertan nuestras simpatías, porque su pillería los hace entrañables y nos reímos con sus tretas para prosperar. Son como esos timadores que nos caen en gracia porque con sus artimañas no dejan de estar haciendo justicia poética, la catadura moral del timado tiene más miseria que la del embaucador. Frente a nuestros antihéroes está la familia Park, los adinerados que ejercen su dominación con la misma naturalidad con la que respiran. Y con la misma inconsciencia. Para ellos es tan sencillo aprovecharse de los demás que ni siquiera actúan con verdadera maldad. Simplemente están arriba sin preguntarse ni preocuparse por el efecto de sus demandas. Solo deambulan por su palacio de cristal ajenos a lo que ocurre más allá de sus dominios.
Si en grupo funcionan como concreción particular de un fenómeno global, tomados de uno a uno los personajes tienen la misma entidad. La pluma de Bong Joon-ho los dibuja con el detalle propio de las filigranas. Mientras Ki-woo (Woo-sik Choi) es ejemplo del entusiasmo del travieso, su hermana, Ki-jeong (So-dam Park), actúa con mayor perfidia, es más consciente de su indigencia y, en consecuencia, mueve sus fichas con la astucia del que sabe lo que se está jugando sobre el tablero. La madre, Chung-sook (Hye-jin Jang), es una mujer más cautelosa, con menos iniciativa, pero siempre dispuesta a secundar las decisiones del resto. Y sobre ellos Kim Ki-taek (Kang-ho Song), el patriarca que ha enseñado a los demás a moverse como peces en el agua en el mundo de la picaresca, aportando la seguridad de que todo está dominado y sujeto a un plan. Del lado de los Park nos encontramos con un plantel de caracteres que van desde el candor rayano a la bobería de la señora, Park Yeon-kyo (Yeo-jeong Jo), la altivez clasista del esposo, Park Dong-ik (Sun-kyun Lee), la hija, Da-hye (Ji-so Jung), se nos presenta como adolescente enamoradiza y, ocupando un papel destacado, está el hijo menor, Da-song (Hyun-jun Jung), un niño hipercativo y malcriado, que es el centro de toda la atención y acabará siendo determinante en el desenlace.
Parásitos parte de un guion consistente cuya solidez no recae exclusivamente en el esmerado diseño de personajes, sino también en el calibrado pormenor con el que se describen las situaciones. Ello hace que los giros entren con naturalidad sin poner en ningún momento en riesgo la verosimilitud del relato, permitiendo, así, que el filme vaya cambiando de género sin fragmentarse. Y también el ritmo está bien medido. La curva de interés no decae en todo el metraje, ni sufre altibajos. Su tempo es ágil sin ser precipitado, consiguiendo que la acción se module y desarrolle con la precisión de un ingenio de relojería. Una armazón de la que solo podría derivarse lo que la cinta es, un ejemplo de narración vigorosa, calculada y deslumbrante pues, paradójicamente si se quiere, su planteamiento matemático es el que deja espacio a la sorpresa. Un texto al que se rinde nuestra atención desde su primera frase hasta su último punto.
Ahora bien, lo que hace grande al filme es la perfecta traducción de la palabra al lenguaje audiovisual. Si como guionista es hábil, como director, Bong Joon-ho, es sencillamente magistral. Nada chirría en la puesta en escena, en ningún momento cae en la aparatosidad, de modo que a primera vista se diría que la cámara es invisible, es en el análisis cuando descubrimos la inteligencia con la que cada movimiento está pensado. El coreano juega con los planos con la destreza de un prestidigitador, esconde el truco en su propia materialización. La composición del encuadre, el trabajo de la profundidad de campo, la decisión del punto de vista, el escalado, el ángulo, la iluminación, en suma, todos los elementos de la imagen cinematográfica, están presentes con una sutileza tal que logran evadir nuestra vigilancia y así nos fluye la historia como si entre ella y nosotros no estuviera la mediación del autor. Resulta difícil elegir un ejemplo concreto sin destripar el argumento, tal es su grado de implicación, por eso nos limitaremos a exponer el uso significativo de los escenarios.
Igual que la familia Kim se contrapone a la familia Park, sus residencias lo hacen también, y de un modo en que ambas cobran simbolismo narrativo. El semisótano de los Kim, un habitáculo de pocos metros en los que se acumulan de forma abigarrada sus pertenencias, describe ya su lugar y su actitud en el mundo. Casi siempre los vemos reunidos en el comedor, la única pieza que tiene luz exterior gracias a la ventana a ras de calle que se abre a la altura de su techo, los Kim contemplan el exterior como el espectador de un cine, en desigualdad (inferioridad) de condiciones, pero con una actitud de buen ánimo y curiosidad. Como si todo se abriera ante ellos como promesa de mejoría. La vivienda de los Park, en cambio, es una mansión de amplias dimensiones, nada se amontona, al contrario, todo ocupa el lugar justo aumentando la sensación de espaciosidad. Es una casa diseñada para extraer las mejores condiciones de comodidad, un enorme ventanal abre el salón a la luz exterior, pero no mira hacia la calle, sino que se abre a su propio jardín. Los Park usan el mundo casi sin mezclarse con él, ya están en la cima, si su vida fuera un cine, ellos serían los que lucen en la pantalla, siempre por encima de quienes los contemplan.
Parásitos recorre el camino de los Kim hacia el asalto de los Park, por eso más de su primera mitad nos muestra a los personajes o bien subiendo o bien contemplando la pendiente hacia arriba. Ese ascenso es servido a modo de comedia jovial hasta que los Kim están todo lo arriba que pueden estar en la cumbre, ocupando la casa de sus patrones en su ausencia de fin de semana. Pero la casa de los Park esconde un secreto, está toda ella construida sobre un búnker; cuando en pleno asalto, en medio de la tormenta se presente Moon-gwang (Jeong-eun Lee), la antigua ama de llaves que ha sido despedida gracias a las artimañas de nuestros protagonistas, quedará al descubierto una realidad ignorada, la de los desposeídos que ni siquiera son contemplados por los poco favorecidos. La realidad de aquellos que están tan al margen que viven en el subsuelo. Y ahí irrumpe el horror. La jovialidad da paso a la amargura y la cinta se convierte en una sátira negrísima que culminará en un apoteosis de violencia a la par cartoonesca y dolorosa.
La caída de los Kim se escenifica en su descenso, bajo la lluvia, desde la mansión al cuchitril. Uno de esos momentos cinematográficos que pasarán a las antologías. La lluvia, que sólo es un contratiempo en la zona alta, hace estragos cuanto más bajamos. Para los ricos el efecto de esta es la llegada de un nuevo día soleado más limpio que el anterior por el efecto del agua. Para los pobres supone la pérdida de sus existencias. El genio de nuestro director consiste en narrar este drama si caer en los tintes de lo dramático, la comedia se mantiene, aunque cambie su tono, y la risa es el mejor aliado de la toma de conciencia y la denuncia. Sin hacernos sentir culpables, Parásitos pone frente a nosotros toda la crueldad de nuestro sistema, una economía que no planifica, que no controla más variables que las del lucro, la oferta y la demanda, y que, para funcionar, necesita que exista la indigencia como mal inevitable.
Parásitos es una poderosa fábula satírica sin héroes ni villanos puros. Su enseñanza es que la distribución de la riqueza en los entornos capitalistas corrompe el entramado social en todas sus capas. En la cima de la pirámide están los Park, todos los Park del mundo, aislados en su opulencia, acostumbrados a ser servidos como si ese fuese el orden natural de las cosas, explotadores que lo son de nacimiento sin cuestionarse ni por asomo si de sus actos se desprende un sistema que se sostiene en la desigualdad. Conforme avanzamos hacia la base nos encontramos a los infortunados, en una gradación que llega hasta los desposeídos, hasta el lumpen, que vive más de su ingenio que de sus recursos. Desunidos e insolidarios, los pobres no aspiran a un mundo mejor sino a tocar a más parte del pastel, a medrar. Sin conciencia de clase, son buscavidas con la mirada puesta en su propia conveniencia. De un modo u otro, todos viven a costa de los demás, son los parásitos a los que alude el título. Pero algo hace que la relación de fuerzas no sea par, el abuso de los de arriba se manifiesta a modo de desprecio y humillación, de marcar distancias y establecer fronteras que no deben ser cruzadas ni siquiera por circunstancias involuntarias. Incluso el olor es límite que revela la inferioridad que hay que mantener a raya.
Y es que la pobreza huele. Un olor que une en los momentos más desesperados y moviliza una rabia que brota incontenible y ciega como un ajuste de cuentas. No cambia nada, pero al menos atisba una rebeldía momentánea que por un instante es subversiva. Sin final feliz, pero sin desesperanza.
El cine en zapatillas: La torre de los siete jorobados (Blu-ray 39 Escalones)
LA TORRE DE LOS SIETE JOROBADOS
(Edgar Neville, 1944)
España. Duración: 81 min. Guion: Edgar Neville, José Santugini (Novela: Emilio Carrere) Música: José Ruíz de Azagra Fotografía: Enrique Berreyre Productora: Producciones Luis Judez / German López España. Audio: Castellano mono Formato de imagen: 1:37:1
Extras: Presentación (6 minutos)/ 70 aniversario de la película (15 minutos)/50 años sin Edgar Neville (20 minutos)/Estudio 1: El baile (100 minutos)
Editado en Blu-ray por 39 Escalones
Reparto: Antonio Casal, Isabel de Pomés, Julia Lajos, Guillermo Marín, Félix de Pomés, Julia Pachelo, Manolita Morán, Antonio Riquelme
Sinopsis: En el Madrid castizo de finales del siglo XIX, el enigmático fantasma del doctor Robinson de Mantua (Félix de Pomés) revela al joven Basilio (Antonio Casal) la existencia de una ciudad subterránea en la que habitan unos siniestros personajes dedicados a actividades criminales. Basilio consigue dar con la Torre de Los Siete Jorobados, en cuyo interior permanece secuestrada e hipnotizada Inés (Isabel de Pomés), la sobrina del difunto doctor…
Si hay un título que merecía reivindicarse y obtener amplio reconocimiento por parte de los estudiosos y amantes de nuestro fantástico este era La torre de los siete jorobados. Primero porque es uno de los escasos filmes enmarcados en el fantástico rodado antes de los años sesenta; y segundo porque introduce el elemento fantástico en el Madrid más castizo sin recurrir, como sucedería con la extensa mayoría del Fantaterror, en situar la historia en la vieja Europa o incluso en Estados Unidos algo que se hacía, principalmente, por necesidades de mercado.
Con La torre de los siete jorobados Edgar Neville ofrece un sainete fuertemente castizo, ubicado en el Madrid que tanto frecuentó el director y que tiene la novedad de transformarse en un relato fantástico, con un subsuelo habitado por delincuentes ubicado bajo la Plaza de la Paja. Es ahí, en esos corredores y pasadizos que conforman esa torre que, en lugar de erguirse en el aire se hunde en el suelo, donde puede apreciarse la fuerte influencia expresionista de su diseñador, Francisco Canet. Pero hay más, mucho más. Alquimia, espectros buscando justicia, bibliotecas arcanas, símbolos cabalísticos, y la superstición, que se pone al servicio de la narración desde su inicio en este sainete con mucho de folletín, pues no en vano está basado en uno de Emilio Carrere, otro buen ejemplo de casticismo y bohemia, en el que la irrupción de lo sobrenatural, encarnado en el imponente espectro de Robinson de Mantua convertirá la historia en un relato fantástico que llevará, sin complejos, al espectador a un mundo oculto habitado por jorobados.
El magnífico Antonio Casal protagoniza esta cinta. Galán y, sobre todo, cómico, parece que se especializara en protagonizar las pocas comedias de la época que tenían cierto sabor fantastique, como Viaje sin destino (1942), El hombre que se quiso matar (1942) o El fantasma y Dª Juanita (1945), todas dirigidas por Rafael Gil. Junto a él la exquisita Isabel de Pomés, su padre Félix de Pomés como el inquietante Robinson de Mantua, y un lugosiano Guillermo Marín como el villano de la función, el Dr. Sabatino, dotado de poderes hipnóticos. Mal recibida en su momento, han tenido que pasar los años para, al igual que el cine de su director, fuera revalorizado y puesto en su justo lugar.
La copia que nos ofrece 39 Escalones no es todo lo perfecta que desearíamos en cuanto a imagen y sonido, pero sin duda es lo mejor que se ha podido obtener con los materiales disponibles. La cuidada edición contiene interesantes extras extraídos de los archivos de RTVE de entre los que destaca el documental 50 años sin Edgar Neville, en el que se analiza la vida y obra de este mordaz e inteligente bon vivant, así como otro sobre el 75 aniversario del filme y un Estudio 1 de El baile, obra escrita por Neville cuya adaptación cinematográfica él mismo dirigió en 1959. Sin duda una de esas ediciones que crean afición, pues conocer la vida y obra de Neville lleva al buen aficionado a interesarse por la filmografía de este carismático director madrileño e interesarse por la figura de este ex-diplomático en el Hollywood de los treinta y amigo de grandes celebridades de la Meca del cine como Charles Chaplin, Fairbanks o Laurel y Hardy, que a su vuelta pasó a ser una de las presencias más interesantes, mordaces y queridas del Madrid de postguerra.

Imagen de la estupenda y críptica carátula del Blu-ray de 39 Escalones. Con la misteriosa inscripción que llevará al espectador a… ¡La torre de los siete jorobados!
El cine en zapatillas: ‘Regresa el Cepa’ (DVD, 39 Escalones)
REGRESA EL CEPA (Víctor Matellano, 2019)
España. Duración: 82 min. Guión: Víctor Matellano, Antonio Durán y Emeterio Díez Puertas Fotografía: David Cortázar Música: Javier de la Morena Audio: Castellano Subtítulos: Inglés Relación de aspecto: 16/9 1.85:1 Productora: Artistic Films / Begin Again Films / Objetivo 7 Producción Audiovisual / ViMa PC Extras: Tráiler / Presentación de Gonzalo Miró / Guillermo Montesinos habla de ‘El crimen de Cuenca’ / Canción interpretada por Rosa León.
Documental con entrevistas a (entre otros): Guillermo Montesinos, José Manuel Cervino, Mercedes Sampietro, Héctor Alterio, Assumpta Serna, Francisco Casares, Juan Antonio Porto, Sol Carnicero, Hans Burmann, Antón García AbrilSinopsis: Hace cuarenta años se rodaba “El crimen de Cuenca” (1979) de la directora Pilar Miró, que será después secuestrada militarmente y su directora procesada. Una película que más tarde se convertirá en uno de los grandes éxitos del cine español y su estreno en un ejemplo de avance de la democracia y de la libertad de expresión. Como en el caso real y en la película, “El Cepa” regresa para contarlo.

El cine en zapatillas: ‘La muerte no tiene sexo’ (Regia Films)
LA MUERTE NO TIENE SEXO (La morte non ha sesso, Massimo Dallamano, 1968)
Italia/Alemania. Duración: 85 min. Guión: Giuseppe Belli Fotografía: Angelo Lotti Música: Giovanni Fusco, Gianfranco Reverberi Audio: Español (Dolby Digital 2.0), Italiano, Inglés Subtítulos: Español Relación de aspecto: 1.85:1 Extras: Final alternativo
Reparto: John Mills, Luciana Paluzzi, Renate Kasché, Robert Hoffmann, Tullio Altamura,Carlo Hinterman, Enzo Fiermonte, Loris Bazzocchi
Sinopsis: Franz Bulof (John Mills) es el jefe de la brigada de narcóticos en la policía de Hamburgo. En su último caso investiga una complicada trama de tráfico de drogas en la que se han producido una serie de asesinatos. Pero su complicada vida conyugal, y sus celos enfermizos, le llevarán a imaginar que su propia esposa Lisa (Luciana Paluzzi) mantiene una aventura con el jefe de la banda. Debatiéndose entre el delirio o la realidad, Bulof tomará una decisión definitiva…
Ciertamente estábamos deseando que Regia Films volviera a ofrecernos una nueva entrega de su colección Cinema Giallo, así que celebramos la edición de La muerte no tiene sexo (La morte non ha sesso), una película dirigida por Massimo Dallamano en 1968. Estrenada puntualmente en nuestro país, aunque con toda seguridad sin sus fugaces insertos de desnudo, La muerte no tiene sexo es un temprano giallo, tanto que realmente tiene pocas característica como para definirlo como tal más allá del par de manos enguantadas del asesino o el consumo compulsivo de whisky J&B por parte de sus protagonistas. Coproducida entre Italia y Alemania y rodada en inglés, se trata de un competente film policíaco en el que en la atmósfera, la fotografía o la banda sonora podemos reconocer fuertes influencias del cine policíaco norteamericano de la época.
El protagonistas principal está interpretado por John Mills, como policía cegado por los celos, que podrán o no tener fundamento (tendrán que averiguarlo), pero que están provocados por la belleza y, sobre todo, turbio pasado de su joven y todavía reciente esposa. Una compulsión y una profundidad psicológica del protagonista que también acerca la cinta al subgénero transalpino, llevándola más allá del mero filme policíaco con una trama centrada exclusivamente en la resolución de un caso. Luciana Paluzzi, que disfrutaba todavía de su reciente popularidad como chica Bond en Thunderball (Terence Young, 1965), realiza un magnífico papel como seductora esposa del policía.
Dellamano había debutado en 1967 en la dirección de cine de ficción con un Spaguetti Western (Bandidos), tras años de ejercer de director de fotografía y cámara, actividad que le llevó, por ejemplo, a participar en dos entregas de la trilogía del dólar de Leone. Su primera obra completa fue La muerte no tiene sexo de la que además escribió parte del guión y en la que realizó un pequeño cameo, pero el filme por el que es más recordado es ¿Qué habéis hecho con Solange? (Cosa avete fatto a Solange?, 1972), sin lugar a duda su película más conocida y uno de los títulos emblemáticos, ahora si, del Gialli.
Finalmente y en cuanto a la carátula Regia ha escogido, con muy buen tino, adaptar el diseño realizado por el artista Mac (Macario Gómez) para la edición videográfica de VT.
El cine en zapatillas: ‘Lucero’ (Regia Films)
LUCERO (Norberto Ramos del Val, 2019)
España. Duración: 69 min. Guión: Pablo Vázquez Fotografía:César Montegrifo Música: Norberto Ramos del Val Audio: Español (Dolby Digital 2.0) Sin diálogos. Formato Pantalla: 2,40:1 (16/9) Anamorphic Widescreen Extras: Comentarios del director, guionista, actores y resto del equipo. BSO. Cortometrajes (Aridai y La perrera). Trailer. Caratula reversible.
Reparto: Claudia Molina, Edgar Galot y Jaime Adalid.
Sinopsis: Eva tiene una cita que no llega… y algún que otro problema más. No la oirás hablar… ¡Pero la oirás gritar!
Para todos aquellos que sitúan a Norberto Ramos del Val como ese director que hace películas en las que sus protagonistas no paran de hablar y hablar; selecciona muy bien a sus actrices femeninas; e, indefectiblemente, las retrata ligeritas de ropa, hay que decirles que llega Lucero, última cinta del director, con la que contradice totalmente la primera aseveración; casi la tercera; y confirma la segunda, pues su película carece de diálogos, no se desnuda a su actriz hasta el final, y Claudia Molina realiza un auténtico tour de force interpretativo, saliendo más que airosa y confirmando, una vez más, el buen ojo de este viejo zorro.
Con Lucero Norberto deja de lado las comedias protagonizadas por jóvenes modernos atacados de verborrea y nos devuelve la extrañeza que mostró en El último fin de semana (2011), aunque si aquella era, más o menos, de ciencia ficción, Lucero nos adentra en un submundo de satanismo, soledad, comezón y frustración con una ansiosa protagonista que pasa una extraña noche en vela. Eterna, repleta de visiones y viajes oníricos a la manera de aquel Allan Grey, protagonista de Vampyr (1932) de Dreyer.
Con una acertada banda sonora, que añade tensión y sensación de irrealidad a la pesadilla, y que está compuesta por el propio Norberto, cuenta con un tema final en el que, como catarsis, canta la propia Claudia Molina, pues la barcelonesa también es cantante y posee una bonita voz.
Además de Claudia, actriz de dilatada carrera que debutó a los nueve años protagonizando La moños (Mireia Ros, 1996), Norberto Ramos del Val cuenta para pequeños papeles con la participación de dos actores que ya han trabajado con él, Jaime Adalid (Faraday, 2013) y Edgar Calot (Call TV, 2017). Sin olvidar al gato Obi Wan, que sin acreditar realiza un logrado papel de felino.
El cine en zapatillas: Arrebato (39 Escalones)
ARREBATO (Iván Zulueta, 1979)
España. Duración: 110 min. Guion: Iván Zulueta Música: Grupo Negativo Fotografía: Ángel Luis Fernández Productora: N.A.P.C Género: CINE
Reparto: Eusebio Poncela, Cecilia Roth, Will More, Marta Fernández-Muro, Carmen Giralt, Luis Ciges, Antonio Gasset, Helena Fernán-Gómez, Teresa Fernández Muro,Olvido Gara «Alaska»
Extras: Coloquio Versión Española (TVE) (40 minutos) / Corto: Leo Es Pardo de Iván Zulueta. (10 minutos) / Corto: Párpados de Ivan Zulueta. (30 minutos) / Documental: Ivanz deAndrés Duque. (53 minutos) / Documental: Arrebatos de Jesús Mora. (56 minutos) / Documental: La Decadence de Augusto M. Torres (55 minutos) / Libreto de 36 páginas con textos de Augusto M. Torres, Jesús Palacios e Iria Barro Vale.
Sinopsis: José Sirgado (Eusebio Poncela), un joven director de cine, ha terminado su segunda película y se siente profundamente insatisfecho. Tal vez sus relaciones con el cine no tengan nada que ver con lo que él había imaginado. Tal vez la heroína ha dejado una huella más profunda de lo previsto. Tal vez su ruptura con Ana (Cecilia Roth) -la protagonista de su primera película-, sea una especie de boomerang. Sin embargo, un misterioso paquete parece acudir en su ayuda. Lo envía Pedro (Will More), un adulto de comportamiento infantil al que José apenas prestó atención cuando lo conoció, pero que ahora resurge como la única respuesta posible al angustioso SOS de José.
Que Arrebato es la película más fascinante del cine español, a estas alturas pocos lo discutirán. Bien es cierto que su complejo universo posiblemente no entra a la primera en todos los que se acercan por primera vez a ella, pero una vez se asienta en el inconsciente del espectador, se convierte en una parte de su imaginario personal. Inútil resulta a estas alturas disertar sobre esta obra, pues varios y excelentes son los libros que se han editado sobre ella. Pero para comprender Arrebato hay que tener muy presente la trayectoria, vida y muerte de su creador, Iván Zulueta
Ahora 39 Escalones nos acerca al Arrebato en las mejores condiciones de imagen y sonido con una edición en Blu-ray restaurada a partir del negativo original, y con un buen número de seleccionados extras. Todo un trabajo de amor y artesanía en estos tiempos de ‘bajarse’ películas. De películas gratis con el periódico. De películas hasta en la sopa. Y lo hace mediante una edición especial limitada. Realmente especial y realmente limitada que consta de 1.050 unidades numeradas y a la venta exclusiva en Fnac. Exquisita edición que, una vez agotada, será pasto de especuladores y usureros. Una pieza definitiva que, además del Arrebato, la película, contiene más de cuatro horas de extras. Puro oro con el que 39 Escalones intentará ayudar al espectador a entrar en la mente del arrebatado director.
De entre los excelentes contenidos extra destacan sobremanera los documentales. Tres puntos de vista tan diferentes como complementarios de ahondar en la vida, obra y universo del creador vasco. Tres intentos de desvelar el enigma de Arrebato. El maravilloso Iván Z (2004), de Andrés Duque, nos muestra a un Zulueta sobreviviente al Arrebato, pero tocado de muerte. Rodado en su hogar familiar de Donosti, donde había retornado ante su imposibilidad de superar su obra, que lo devoró, Iván Z consigue sobrecoger al espectador en diversas ocasiones, especialmente cuando, tras pasear y desvelar todos los rincones de su casa, llena de originales de sus carteles y los restos de su alma, Iván coge la cámara digital y descubre, rodando con ella las hiedras de los muros de su hogar, las posibilidades de esa nueva tecnología. El segundo documental, el académico Arrebatados (1998), de Jesús Mora, está realizado a base de entrevistas con actores, directores y amigos del cineasta, que recuerdan, veinte años después de su estreno, el rodaje de Arrebato. Lo mejor de todo es que lo rememoran desde el piso en el que vivió desde los sesenta y enloqueció durante los ochenta el director vasco, situado en Gran Via 86.
Finalmente La Décadence, inédito hasta ahora en formato doméstico, está rodado por Augusto M. Torres, productor de Arrebato y algunos cortos del director, que opta por recuperar declaraciones y entrevistas y situarlas en los lugares, ahora abandonados, fantasmales y sobrecogedores, que habitó Zulueta. Lugares ahora habitados por espectros del pasado, como ejemplifican esos restos de pinturas de Zulueta que decoraban las paredes de sus estancias, ahora descorchadas, como aquellas pintadas por Crowley que había en los muros de Cefalú, de donde fueron expulsados los Thelemitas.
Tres magníficos documentales que, cada uno a su manera, intentarán ayudar al espectador a comprender y desvelar la mente y el alma del desaparecido director. Como también ayudará mucho el poder ver un antecedente de Arrebato, el cortometraje Leo es pardo (1976) realizado en la casa de Gran Vía; y el posterior Párpados (1989), lo último firmado y filmado profesionalmente por el director.
¿Más? Pues los extras además contienen la presentación de la película y el coloquio posterior emitido en 2011 por el programa Versión Española. Y como guinda un libreto de 36 páginas firmado por Augusto M. Torres, Jesús Palacios e Iria Barro Vale, repleto de curiosas imágenes y una sinopsis de Arrebato escrita a por el propio Zulueta. De puño y letra.
Hay que felicitar a 39 Escalones por envolver todo ello con una elegante caja de color negro, con una carátula que respeta el cartel original del filme, realizado también por Zulueta, todo lo cual va recogido dentro de una funda de cartón bellamente ilustrada que muestra a un alucinado (¿arrebatado?) Will More con su cámara.
Por todo ello esta edición, la definitiva, de Arrebato que ha editado con gran cariño y buen gusto 39 Escalones, debería ser de presencia obligada en toda filmoteca particular.
El cine en zapatillas: Las lágrimas de Jennifer (Regia Films)
LAS LÁGRIMAS DE JENNIFER (Perché quelle strane gocce di sangue sul corpo di Jennifer?, Giuliano Carnimeo, 1972)
ITA. Duración: 90 min. Guion: Ernesto Gastaldi Música: Bruno Nicolai Fotografía: Stelvio Massi
Formato Pantalla: 2,35:1 (16/9) Anamorphic Widescreen Audio: Castellano, Italiano Subtítulos: Castellano
Reparto: Edwige Fenech, George Hilton, Paola Quattrini, Franco Agostini, Annabella Incontrera, Giampiero Albertini, George Rigaud, Ben Carrà, Carla Brait, Oreste Lionello
Sinopsis: Las modelos de fotografía Jennifer (Edwige Fenech) y Marilyn (Paola Quattrini) conocen al arquitecto Andrea Antinori (George Hilton), quien busca rostros para vestir el catálogo de una nueva promoción de viviendas. Andrea ofrecerá a las modelos ocupar un apartamento libre en un lujoso edificio donde recientemente se han cometido los asesinatos de dos mujeres jóvenes. Al poco tiempo de vivir allí, Jennifer comenzará a sentirse acosada por una amenazadora presencia. El comisario Enci (Giampiero Albertini), encargado de la investigación de los crímenes, tratará de resolver el caso antes de que el misterioso asesino logre acumular más víctimas…
Es toda una lástima que Giuliano Carnimeo no rodara ningún giallo más. Y es una lástima porque Las lágrimas de Jennifer, sin ser especialmente innovador, es un muy eficaz film que utiliza todos los recursos del subgénero de manera eficaz, dando al aficionado más de lo esperado. Glamour, muerte, asesino enmascarado con guantes (en este caso quirúrgicos), sectas post-hippie, esoterismo y noche, pues los protagonistas de la película de Carnimeo viven y respiran de noche, son seres nocturnos.
Los crímenes están bien resueltos y el asesino terminarán siendo, como es habitual, el menos sospechoso. Pero la gracia del giallo estriba, más que en descubrir quien es el asesino, anodino en la mayoría de casos, en sus colores, en su estética y en el vestuario de las protagonistas, y en este caso concreto, Edwige Fenech parece cambiar de modelo en cada plano, consiguiendo estar siempre perfecta y llena de glamour. Si a esto añadimos la presencia del socorrido George Hilton y del argentino George Rigaud (el San Valentín del díptico de Fernando Palacios) y la música de Bruno Nicolai tenemos un giallo de lo más completo. Elegante y modélico.
Una nueva entrega de la Colección Giallo de Regia Films de obligada presencia en sus videotecas.
El cine en zapatillas: ‘Call TV’ y ‘La última ola’ (Regia Films)
CALL TV (Norberto Ramos del Val, 2017)
España. Duración: 85 min. Guión: Pablo Vázquez y Ricardo López Toledo Fotografía: César Montegrifo Música: José Sánchez-Sanz- Formato Pantalla: 2,40:1 (16/9) Anamorphic Widescreen Audio: Castellano 5.1 Subtítulos: Inglés Extras: Videoclip, Falsos Spots, Trailer. Caratula reversible.
Reparto: María Hervás, Ismael Martínez, Álvaro Lafora, Ana del Arco
Sinopsis: Presentar un Call TV no debería ser una tarea muy complicada; aguantas a los salidos, les ríes las gracias a unas cuantas señoras aburridas y hablas sola delante de una cámara toda la noche. Eso es lo mismo que piensa Lucía (María Hervás), una actriz en horas bajas, que huye de un pasado tan trágico como disparatado cuando acepta la oportunidad que le ofrece Charly (Ismael Martínez) para empezar a trabajar esa misma noche. Ésta podría fácilmente convertirse en la peor noche de su vida cuando, por una llamada misteriosa, el programa se convierte en un telesecuestro. Hugo (Álvaro Lafora), su fan número uno, sale al rescate junto a su tarada novia Avril (Ana del Arco).
Todos hemos visto mucho cine. A título personal, pero también a título colectivo, y eso es tanto como decir que hace mucho que nosotros y la sociedad perdimos la ingenuidad, la han perdido los espectadores, pero también (y quizás sobre todo) la han perdido las gentes que se dedican profesionalmente a esto del séptimo arte. El cine de hoy es un arte de bisnietos de aquellos pioneros que establecieron las bases, por eso tiene mucho de autorreferencia, de revisita, de homenaje y, todo ello siempre en el mejor de los casos, de revisión y reinvención de códigos. Apenas existen películas, en Occidente al menos y dejando de lado los blockbusters, que no tengan también una pátina de ensayo, no se dejan leer linealmente pues estamos obligados a rebobinar para no perdernos la cita que resultará clave en el análisis que nos propone. Ni siquiera las más frescas gozan de una frescura total. Y, créannos, a veces da pereza, mucha pereza. Con la edad uno es cada vez más partidario de que los experimentos se hagan con gaseosa, uno se atrinchera en su personal repertorio de clásicos y allí, en ese refugio/altar nos solazamos de las excursiones a lo moderno.
Por todo eso, tiene mucho mérito que Norberto Ramos del Val nos saque una y otra vez de nuestra batcueva y nos lleve de excursión por sus propuestas pintorescas. Será porque siempre sabe cómo ganarse nuestras simpatías, aunque pertenezcamos a generaciones distintas y su humor no siempre sea el nuestro. Será, también, porque su enfoque, su voz cinematográfica, es particular, personal e intransferible, y siempre nos gusta aquello que no es clon de nada. Esta vez nos ha sacado a bailar con Call Tv, su película casi normal que aspira a escalar mundos más amplios que ese universo de gafapastas que siempre parece ser el reducto al que quedan relegadas las películas que se escapan del tópico. Norberto nos trae una película nocturna, disparatada, que tiene a Jo que noche o Algo salvaje en su maletero, sin caer nunca en la cita, que no es un homenaje sino un nuevo jalón en ese río de thrillers en clave de comedia en el que la irrealidad y lo real se dan la mano en una vorágine de acontecimientos divertidos y tristes a la vez, patéticos y simpáticos a partes iguales.
Call TV, como su título indica, toma como falsilla el submundo de esos programas de preguntas trampa que llenan las emisiones de madrugada, tan casposos, pero que tan buenos momentos dan a los noctámbulos que no consiguen bajar su espitado ánimo, que no consiguen salir de esos estado alterados de la mente inducidos por la noche y sus trampas. Un subproducto grotesco que en manos de Norberto (y de Pablo Vázquez, su guionista casi de cabecera) se convierte en el envoltorio perfecto para la revisión crítica de las constantes de nuestro tiempo, como ambos comentaban en Las Horas Perdidas, “habla de metacine, de la lucha de sexos, de la serie B, de la soledad, de la madurez, de la sociedad en la que vivimos ahora mismo, la maldita crisis que nos hace sentir más indefensos y más hostiles los unos con los otros, la envidia, la voracidad del trepismo, el cinismo como filtro para ver el mundo globalizado, la normalización de la megalomanía, y de los mundos reales y virtuales que nos rodean“. No hay ni gota de ingenuidad en la historia de Lucía (soberbia María Hervás), una actriz venida a menos que se ve obligada a aceptar un trabajo depresentadora en un Call TV y cuya primera noche se convertirá en un horror pesadillesco; pero sí hay raudales de frescura, introducidos en gran manera porque Norberto siempre hace cine para sí mismo (trata de rodar la película que le gustaría ver a él como espectador) que es la mejor manera para dirigirse a los demás. Una frescura que tiene que ver también con el uso de los giros de guión, que se nos ocurre tildar de arbitrarios y que logran darle al filme su tono de crónica surrealista (y que hacen que la película no sea tan normal como su director cree, dicho sea de paso).
Mucho cine dentro del cine es el que respira esta cinta. Por sus planteamientos argumentales que permiten incluso bromas con el supuesto cine snuff, con los vídeos virales de Internet, con el mundo de los cineastas con ínfulas y con su extremo opuesto que es el universo de la telebasura (los extremos se tocan, ya se sabe). Pero también por las influencias que no se ocultan, esos azules y rojos llegados de Mario Bava, esa sangre de tono irrealmente encendido que nos llevan de cabeza al giallo, género de las entretelas de Norberto, y esa revisión de los roles que nos propone al dar a las mujeres el papel protagonista, lejos de su papel de rubias florero y reinas del grito que han poblado el género.
Y mucho de crítica social, introducida en gran medida por esa inversión de los protagonismos habituales. Los personajes de Norberto están siempre poseídos por la impotencia, el asombro y el desconcierto, pero dentro de ello son las mujeres las que tienen verdadera capacidad de reacción frente al plantel de varones cretinos que las rodean. Norberto nos las sirve además vestidas (por desvestidas, en ocasiones) de una sensualidad enormemente bella, como solo puede retratarlas un hombre que se siente atraído por las mujeres y que es feliz de que así sea. Por todo ello su obra es un idóneo vehículo para plantear la guerra de los sexos, tan subrayada en nuestro presente, y lo es para hacerlo con la exquisita incorrección política que tanta falta nos hace.
Y lo mejor de todo es que la reflexión no oculta la acción, la voluntad de analizar no margina la de divertirse. La película es un divertido divertimento, lo han pasado bien sus artífices y lo harán sus espectadores. Créannos, de las contadas veces en las que vale la pena abandonar eso que Josep Plà llamaba “tebaida de la misantropía”, una de ellas es la posibilidad de ver el cine de Norberto, que es moderno (más de lo que a él quizás le gustaría), pero que se acerca a la añorada inocencia del cine de los clásicos por vía de la irreverencia.
LA ÚLTIMA OLA (The Last Wave, Peter Weir, 1977)
Australia. Duración: 110 min. Guion: Peter Weir, Tony Morphett & Petru Popescu Música: Charles Wain – Fotografía: Russell Boyd & Ron Taylor Formato Pantalla: 1,85:1 (16/9) Anamorphic Widescreen Audio: Castellano, Inglés – Subtítulos: Castellano
Reparto: Richard Chamberlain, David Gulpilil, Nandjiwarra Amagula, Olivia Hamnett, Frederick Parslow, Vivean Gray, Walter Amagula, Roy Bara
Sinopsis: Una serie de violentas precipitaciones meteorológicas suceden por toda Australia y al mismo tiempo el abogado David Burton (Richard Chamberlain) vuelve a sufrir unas extrañas pesadillas que no tenía desde que era un niño. Cuando David decide hacerse cargo del caso de asesinato de un aborigen australiano a manos de un grupo de sus iguales en la ciudad de Sídney, todos los extraños sucesos que ocurren en los últimos días empezarán a relacionarse y a tomar un increíble sentido…
Tras un buen puñado de cortometrajes y algún mediometraje, el australiano Peter Weir debutó con la extraña comedia fantástica Los coches que devoraron París (The Cars That Ate Paris, 1974) y de ahí fue directo a su primera obra maestra, Picnic at Hanging Rock (1975) película que no ha hecho más que reclutar entusiastas fans desde su estreno. Extraña, mágica… mucho de ella conserva La última ola (The Last Wave, 1977) siguiente propuesta del director dentro de un cine fantástico que sugiere, más que mostrar y en el que lo fantástico surge de entre lo cotidiano. Hay en La última ola profecías apocalípticas, sueños proféticos y templos arcanos ocultos entre los desechos de la sociedad que ha ocupado el lugar de los auténticos habitantes de Australia, sus aborígenes. Con un innegable mensaje ecologista, que contribuye a la vigencia de esta propuesta, La última ola es una de esas películas que Serendipia estaba deseando recuperar y que está protagonizada, casi exclusivamente, por un Richard Chamberlain en estado de gracia que apostó por rodar con Weir, a pesar de ser desconocido todavía en Estados Unidos, tras ver Picnic at Hanging Rock. El cine de Peter Weir vuelve a hablarnos del olvido de lo primordial, del valor de la naturaleza, casi mágico, y de cómo le damos la espalda. Nuestras sociedades priman el consumo, abrazan una moral que se basa en estereotipos y así, poco a poco, vamos corrompiendo nuestro entorno. Pero esa naturaleza que hemos olvidado sigue presente y acabará rebelándose en contra nuestra. La última ola parece decirnos que el apocalipsis es inevitable. Estamos pues ante un ejemplo de cine-denuncia, que tiene la virtud de maridarse con lo fantástico, y esa fusión es la que la convierte en una cinta fuera de lo común.
Ambos títulos disponibles en: http://www.regiafilms.com/
El cine en zapatillas: The House (Huset, Reinert Kiil, Noruega,
THE HOUSE (Huset, Reinert Kiil, 2016) REDRUM DVD
Noruega. Duración: 90 min. Guion: Reinert Kiil Música: Kim Berg, Levi Gawrock Trøite Fotografía: John-Erling H. Fredriksen Productora: Kiil Produksjon Audio: V.O. Inglés, Alemán, Noruego 5.1 / Castellano 5.1 Subtítulos: Castellano Extras: Tráiler (V.O.) Ficha Técnica y artística Género: Terror
Reparto: Mats Reinhardt, Frederik von Lüttichau, Espen Edvartsen, Ingvild Flikkerud,Anita Ihler, Sondre Krogtoft Larsen, Heidi Ødegaard Mikkelsen, Evy Kasseth Røsten,Sofie, Sigmund Sæverud
Sinopsis: En la Noruega ocupada por los nazis durante la II Guerra Mundial, dos soldados alemanes buscan una base alemana en la que poder aprovisionarse y entregar a un prisionero que les acompaña. Pero durante el viaje se darán cuenta de que la guerra no es su mayor preocupación. Las frías noches del invierno escandinavo les obligarán a refugiarse en una solitaria casa, que pese a parecer la respuesta a sus plegarias, resultará no ser tan acogedora como esperaban…
Nos encontramos ante una cinta de terror que mezcla varios atípicos elementos consiguiendo, con todos ellos, un guiso sorprendente: tenemos por un lado la crueldad humana encarnada en dos oficiales de la SS perdidos en los gélidos paisajes noruegos. Tenemos también una casa en la que suceden fenómenos extraños. Y unas briznas, menos de las que en principio parecía que nos íbamos a encontrar, a tenor del cartel del film, de satanismo vía niña poseída. Y esto último es, no crean, todo un alivio, pues las cintas de exorcismos ya conforman un subgénero, y no demasiado afortunado, dentro del género de terror. Así que, por suerte, nos encontramos ante una cinta atípica que sabe, además, explotar la mar de bien su ajustado presupuesto, contando con un reducido reparto y delimitando la acción a la casa y sus alrededores, en un fascinante entorno blanco al que las auroras boreales añaden magia y extrañeza.
Puestas pues, todas las piezas en el tablero, nos encontraremos, principalmente, ante una cinta de casa encantada, protagonizada por unos personajes nada habituales en este tipo de historias y con un trasfondo rico que incluirá bucles temporales, que se entremezclaran en un claro ambiente de pesadilla, con los fantasmas producidos por los propios infiernos particulares de sus personajes. Y todo ello sin desechar los resortes básicos presentes en este tipo de cintas, a saber: cajas de música, puertas que se abren, sobresaltos y libros malditos, elementos imprescindibles en todo purgatorio-infierno que se precie.
Dirigida por Reinert Kiil, todo un hombre orquesta del cine de género danés, les recomendamos que no se fíen mucho de él por esta contenido propuesta, que sugiere más que muestra, pues entre sus otras películas se encuentran excesos sangrientos protagonizados por vengativas mujeres y un Santa Claus que en lugar de regalos empuña un hacha, películas que esperamos poder ver en un futuro cercano.
Por el momento, esta casa se merece una visita.
El cine en zapatillas: Excision (Richard Bates, Jr., 2012) REDRUM DVD
EXCISION (Richard Bates, Jr., 2012) REDRUM -DVD-Blu Ray-
USA. Duración: 81 min. Guion:Richard Bates Jr. Música:Steve Damstra II, Mads Heldtberg Fotografía: Itay Gross Audio: V.O. Inglés DD 5.1/ Castellano DD 5.1 Subtítulos: Castellano Extras: Tráiler (V.O.) – Ficha Técnica – Ficha Artística Productora: BXR Productions Género: Terror
Reparto:AnnaLynne McCord, Traci Lords, Ariel Winter, Roger Bart, Jeremy Sumpter,John Waters, Malcolm McDowell, Marlee Matlin, Matthew Gray Gubler, Ray Wise,Molly McCook, Natalie Dreyfuss
Sinopsis: Pauline (AnnaLynne McCord) es una adolescente alienada que sufre presiones en el instituto, debe complacer a sus padres y desea ardientemente perder la virginidad. Su hermana pequeña, que sufre una fibrosis quística, es en todo lo opuesto a Pauline, y centro de atención de la posesiva y obsesionada madre. Debido a su extravagante curiosidad por el lado más oscuro de la vida, Pauline es considerada una marginada social por todos los que la rodean. Atraída por la carne, se abandona a sus propias fantasías y esperanzas de convertirse en un gran cirujana.
Presente en varios festivales de cine fantástico y de terror, Excision debe situarse en parámetros más cercanos a las cintas del último John Waters o del Todd Solonz de Bienvenido a la casa de muñecas (Welcome to the Dollhouse,1995), pero el elemento gore y sangriento y su argumento, definitivamente weird, la ha llevado a situarse en unos derroteros totalmente diferentes, aunque no del todo ajenos, como son los del cine fantástico.
Seleccionada en la edición de 2012 de Sundance, Excision está basada en el cortometraje que con idéntico nombre dirigió en 2008 el mismo Richard Bates Jr. y que les ofrecemos en esta misma entrada. Si bien el cortometraje sirvió de base para el largometraje, viéndolo de manera autónoma no da, ni mucho menos, la sensación de que se trate de un cortometraje alargado, pues se han enriquecido los personajes, otorgándoles profundidad, y se han abierto nuevas e interesantes subtramas, como la de la urgente necesidad que tiene Pauline de perder su virginidad; la relación de esta con sus compañeros de estudios y, sobre todo, con la religión, ausente en el corto. También, y lo que es más importante, el tono del largometraje es más paródico si lo comparamos con el del corto, resultando por lo tanto más impactante e inesperada la sangrienta conclusión, común en ambos formatos, aunque hay que decir que los motivos que llevan a la joven a realizar la intervención final quedan más claros en el cortometraje.
El papel de Pauline está encarnado por AnnaLynne McCord, actriz, directora y guionista cuyo aspecto físico no debe engañarles, también es modelo, a pesar de que consigue en Excision modelar un personaje alejado de todo glamour. AnnaLynne encarna a todo un perro verde, blanco de todos los compañeros de estudios. Entre los pesonajes que han ganado entidad al pasar al formato largo se encuentra la madre, interpretada por Traci Lords, antigua niña prodigio del cine porno norteamericano que borda su papel como mezquina fanática del orden; y el padre, que interpreta Roger Bart, que tantos bueno-malos momentos nos hizo pasar en Hostel 2 (Hostel: Part II, Eli Roth, 2007).
Sin llegar a ser una cinta abiertamente trasgresora, sí contiene escenas desagradables, mostradas de manera contenida, lo que unido a la presencia como actor de John Waters, interpretando a un predicador, y la mencionada Traci Lords, además de otros significativos iconos pop como Malcolm McDowell protagonista, ahora sí, de una de las cintas más trasgresoras de la historia del cine y, como director del instituto, al mismísimo asesino de Laura Palmer, Ray Wise, convierten la película en una fiesta referencial, con guiños a la contracultura cinematográfica, de la que no están exentos los artísticos sueños húmedos de la protagonista, mezcla de sangre, muerte y sexo, que redondean la propuesta llevándola más allá del cine de género.
En definitiva, una interesante película que podemos disfrutar en nuestros hogares tras su pase en diferentes festivales, y que Redrum nos ofrece con una magnífica calidad, atractiva presentación (esas cajas rojas…) aunque, eso sí, exenta de extras.
El cine en zapatillas: ‘Amor y muerte en el jardín’ (Sauro Scavolini, 1971)
AMOR Y MUERTE EN EL JARDÍN (Amore e Morte nel Giardino Degli Dei, Sauro Scavolini, 1971)
Italia Duración: 85 min. Guión: Sauro Scavolini y Anna Maria Gelli Fotografía: Romano Scavolini Música: Giancarlo Chiaramello Formato Pantalla: 1,85:1 (16/9) Anamorphic Widescreen Audio: Castellano, Italiano Subtítulos: Castellano
Reparto: Peter Lee Lawrence, Erika Blanc, Ezio Marano, Orchidea de Santis, Rosario Borelli, Franz von Treuberg
Sinopsis: Un anciano profesor especialista en ornitología (Franz von Treuberg) se instala en una vieja villa rodeada de un bosque para estudiar las aves locales. Durante uno de sus registros, paseando por el enorme jardín, encontrará entre la maleza una serie de enigmáticas cintas magnetofónicas. Tras limpiarlas y reproducirlas, conocerá la historia de los antiguos inquilinos de la villa: Azzura (Erika Blanc) y su hermano Manfredi (Peter Lee Lawrence). También Timothy (Rosario Borelli), marido de Azzura, y Viola (Orchidea de Santis), amiga de Manfredi. Las cintas recogen las sesiones psiquiátricas de Azzura con el doctor Martin (Ezio Marano). A través de las escuchas, poco a poco el anciano profesor se adentrará en una oscura historia cuyo desenlace le afectará violenta e inesperadamente…
Esta trágica sinfonía visual orquestada por la partitura de Giancarlo Chiaramello se encuentra más cerca de ser una pieza minimalista de arte y ensayo que un giallo al uso, a pesar de que contará con sus dosis de misterio, erotismo, sombras acechantes y algún gotear de sangre. Lo que nos ofrecerá Sauro Scavolini será un muy perverso juego en el que el incesto será el principal ingrediente. No esperen asesinos con manos enguantadas y afiladas armas blancas, pues este no es ese tipo de filme, pero su belleza radicará en lo extraño de la relación entre los hermanos y el juego de dominación que ejercerá Azzura, interpretada por la siempre magnífica Erika Blanc sobre su hermano Manfredi, un Peter Lee Lawrence en desintoxicación de tantos westerns rodados en Almería, donde por cierto conoció a la que sería su esposa, Cristina Galbó. De hecho Amor y muerte en el jardín sería una de las últimas películas protagonizadas por el actor, pues moriría de manera harto prematura tan solo tres años después de rodarla. A modo de curiosidad cabe añadir que Erika Blanc fue pareja también de Peter Lee Lawrence, junto al que interpretó otros giallo como Giorni d’amore sul filo di una lama (1973) de Giuseppe Pellegrini
Sauro Scavolini fue ante todo guionista y no se prodigó mucho como director. De hecho además de este, su primer trabajo, tan solo estrenó otra película en cines, realizando unos pocos trabajos más en televisión. Y es una lástima, pues demuestra un buen dominio de los elementos con los que cuenta: pocos pero escogidos actores y prácticamente un único escenario, el de la villa.
Con un magnífico colorido y una impecable calidad de imagen, Regia Films añade con este título otra interesante obra en su ya extensa colección dedicada al Giallo. No deberían perdérsela.
El cine en zapatillas: Días de angustia (Le foto proibite di una signora per bene, Luciano Ercoli, 1970)
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DIAS DE ANGUSTIA (Le foto proibite di una segnora per bene, Luciano Ercoli, 1970) Editada en DVD por Regia Films
Italia/España. Duración: 90 Min. Guion: Ernesto Gastaldi y Mahnahén Velasco Música: Ennio Morricone Fotografía: Alejandro Ulloa Formato Pantalla: 2,35:1 (16/9) Anamorphic Widescreen Audio: Castellano, Italiano – Subtítulos: Castellano
Reparto: Dagmar Lassander, Susan Scott, Simón Andreu, Pier Paolo Capponi, Osvaldo Genazzani, Salvador Huguet
Sinopsis: Minou (Dagmar Lassander) es asaltada en plena noche mientras paseaba por una playa cercana a su casa. El enigmático asaltante (Simón Andreu) conoce su nombre y tras amenazarla con un arma blanca le advierte de que su marido Pierre (Pier Paolo Capponi) es un asesino. Días después, Minou lee en el periódico que un tal Dubois, un importante hombre de negocios al que Pierre debía mucho dinero, ha fallecido supuestamente por causas naturales. Minou, con la ayuda de su amiga Dominique (Susan Scott), tratará de investigar lo ocurrido mientras que el desconocido asaltante seguirá acosándola con extrañas intenciones…
Dias de angustia es, sin ningún género de duda, una pequeña obra maestra. Tan delirante como fascinante, es una muestra perfecta de cine de otra época, de otro mundo que hace mucho desapareció. Extrañamente moderna, esta perversa gema pop rodada en una Barcelona cuidadosamente camuflada para que pase por una ciudad europea cualquiera, relata una historia de dominación, de manipulación en la que la protagonista, una impresionante Dagmar Lassander , actriz checa que Mario Bava se llevó de luna de miel (Il rosso segno della follia, 1970) y que tal bien le sentó que no volvió a moverse de Italia será, en esta ocasión y junto con el espectador, víctima de un complot muy bien pergeñado por Luciano Ercoli, productor metido a director que demuestra suficientes recursos cinematográficos como para llevarnos a todos por donde quiere hasta la sorprendente conclusión de este elegante relato de intriga repleto de glamour, violencia y erotismo.
Un relato en el que su argumento resulta ser lo de menos ante la elegancia de sus imágenes. Rodado en lugares de ensueño, estos resultan ser un marco ideal para que sus dos bellas protagonistas, Dagmar Lassander y Susan Scott cambien continuamente de vestuario y sean inmortalizadas en pantalla como tan solo alguien que adora la belleza femenina sabe hacerlo. Dias de angustia conforma algo así como una trilogía con las dos siguientes cintas del director, La muerte camina con tacón algo (1971) y La muerte acaricia a media noche (1972), ambas disponibles también en la colección Cinema Giallo de Regia Films y dos películas que tienen en común también el contar con Susan Scott (o Nieves Herrero, si prefieren) y Simón Andreu como protagonistas. Si a todo esto sumamos una espectacular partitura de Morricone dirigida y adaptada por Bruno Nicolai, no nos queda más remedio que considerar Dias de angustia, que se nos ofrece con una impecable calidad de imagen que respeta la magnífica fotografía de Alejandro Ulloa, como una apuesta ganadora para el gourmet del mejor cine.
El cine en zapatillas: Atrapados en el miedo (Carlos Aured, 1985)
Partiendo de la base de que Carlos Aured no era, digamos, un director excepcional, y que con Atrapados en el miedo realiza una de sus obras más discretas, vamos a intentar demostrar que, precisamente por, entre otras cosas, su pobreza de medios, esta película contiene los suficientes elementos como para ser una pieza de obligada visión y, sobre todo, digna de formar parte de toda colección Fantaterrorífica que se precie.
ATRAPADOS EN EL MIEDO (Carlos Aured, 1985) Francisco Herrera Producciones. Colección Fantaterror 2
España. Duración: 83 min. Guión: Carlos Aured Música: Código Exterior Fotografía: José G. Galisteo Productora: Tormes Ciné Contact Género: Terror Formato pantalla: 4/3 Idioma: Castellano Zona: 0 Extras: Trailers, carteles, filmografía y documental (30 min. aprox.) Portada reversible.
Reparto: Adriana Vega, Sara Mora, José Luis Alexandre, Joaquín Navarro, Luis Cánovas,Emilio Alonso, Margarita Herrera, Marisol Navajo, Elena Cores, Jaime Mari,Carmen Luján
Sinopsis: Un enfermo mental recluido en un sanatorio psiquiátrico huye de su encierro y se dedica a vagar por las afueras de Madrid. Su mente perturbada no encuentra más razón de ser que matar. Tras asesinar a dos chicas a orillas de un río, irá encadenando una serie de asesinatos a cada cuál más repulsivo, sembrando el terror en el lugar. José (Joaquín Navarro) y Antonio (José Luis Alexandre), dos buenos amigos, preparan un divertido fin de semana en la casa de campo que la familia de José posee en las afueras de la ciudad. Aprovechando la ocasión invitan a dos guapas hermanas, Ana (Sara Mora) y Laura (Adriana Vega), que aceptan la invitación. Ana, la mayor, trabaja de secretaria, vive sin apuros y es amante de Antonio. Laura por su parte, tiene un carácter introvertido y es tímida, carácter que se ha acentuado tras un reciente fracaso amoroso. Todo parece augurar un divertido fin de semana para las dos parejas, que se truncará cuando sean acosados por el asesino psicópata.
‘EL CINE DE SUSPENSE NO HABÍA DICHO LA ÚLTIMA PALABRA HASTA QUE LLEGÓ… ATRAPADOS EN EL MIEDO’
Carlos Aured, tras trabajar como ayudante de dirección de Leon Klimovksy, tuvo la oportunidad de debutar en la dirección realizando trabajos para la productora barcelonesa Profilmes, varios de ellos con el guión y la participación como actor de Paul Naschy: El retorno de Walpurgis (1973), El espanto surge de la tumba (1973), La venganza de la momia (1975) y Los ojos azules de la muñeca rota (1974), son algunos de los títulos que dejó tras de sí esta colaboración, antes de que se truncara por un malentendido entre actor y director.
Con la llegada de destape y del cine clasificado ‘S’, fiebre que hizo que los productores dejaran de apostar por el cine de género, Aured tuvo que adaptarse dirigiendo un puñado de películas eróticas, algunas de las cuales han pasado a la historia más por su título y por los dividendos que dejaron, que por su posible valor artístico como El fontanero, su mujer y otras cosas de meter (1981) o El hombre del pito mágico (1983). Pero en 1983 tiene ocasión de dirigir un thriller con gotas de terror, El enigma del yate, que es seguida por la que quedará como su última película, Atrapados en el miedo (1985).
Con Atrapados en el miedo Carlos Aured se adentra, humildemente, en el Slasher, subgénero con asesino misterioso, prácticamente inmortal, cuya principal gracia estriba en saber cual será el medio escogido por el sanguinario psicópata para finalizar con el calentón del joven de turno. Una variante del cine de terror que ya estaba bastante agotada por entonces y que había entrado en una tediosa repetición basada en las secuelas.
La película está producida por Karl Heinz Mannchen, un productor alemán que había trabajado profusamente con Jesús Franco y que dos años antes había producido USA, violación y venganza (1983) un thriller de acción protagonizado por Pilar Alcón y dirigido por José Luis Merino, que por cierto ejercería de asistente de producción en la cinta de Aured. Como director de fotografía, Atrapados en el miedo contó la participación del prolífico José García Galisteo, que ni a ustedes ni a nosotros nos sugiere nada, pero que es el hermano de la célebre (y trístemente enferma) Carmen Sevilla.
Atrapados en el miedo será el último trabajo en el cine del productor alemán.
La cinta de Aured se inicia con una música sospechosamente familiar que, desde luego, no pertenece a Código Exterior, los músicos acreditados como responsables de su banda sonora. Vemos como alguien salta la tapia de un centro psiquiátrico. De ahí pasamos a un soleado bosque, en el cual dos chicas jóvenes se hacen delicados arrumacos (esos coletazos del cine erótico). Todo muy bucólico y con un ensordecedor trinar de pájaros. Hasta que entra en escena el demente, al que no veremos el rostro en ningún momento, que mata a las jóvenes bajo un puente (¿Talamanca?)
De ahí pasamos a los protagonistas de la historia, cuatro ‘jóvenes’ cuyo lenguaje haría sonrojar a Carmen de Mairena, en especial Antonio (José Luis Alexandre), que se refiere a la chicas como ‘material’ y dice perlas como ‘A las tías les va la marcha, y si las pegas, enloquecen, ¡lo que yo te diga!’. Comentarios tan políticamente incorrectos que no pueden más que añadir valor antropomórfico a semejante cinta. Supuestamente su personaje es el que aporta la parte cómica de la cinta, por sus -entonces enrollados, ahora rijosos- comentarios, pero el paso de los años no ha tratado bien a su personaje, que lejos de caer bien, uno le desea una muerte lenta y dolorosa. José Luis Alexandre, como pueden suponer, no hizo una gran carrera en el cine, limitándose a interpretar pequeños papeles de policía, guardia civil, camarero e incluso macarra en alguna película antes de dedicarse a otro quehacer. Posiblemente el personaje que encarna en la cinta de Aured sea el más extenso que realizó en su carrera.
José, el otro joven, está interpretado por Joaquín Navarro, que encarna lo que se dice a un ‘pijo’ de buena familia, que no sabe ni cambiar la rueda de su coche y que es propietario del chalet en el espera, junto a Antonio, beneficiarse a las muchachas. Navarro tampoco puede decirse que tuviera una dilatada carrera en el mundo del cine. De hecho Atrapados en el miedo es, lo han adivinado, la última película de una filmografía que incluye perlas como El lago de las vírgenes (1982) de Jesús Franco y Bragas calientes (1983) de Julio Pérez Tabernero.
La película la salvan las dos actrices que encarnan el interés romántico de José, Adriana Vega (Laura), y sexual de Antonio, Sara Mora (Ana). Dos competentes y bellas actrices que justifican, por sí solas, el visionado de esta película.
Adriana Vega es una presencia muy familiar en el cine de los ochenta. Perfecto prototipo de guapa vecina que todos quisiéramos haber tenido, con un magnífico físico, nada exhuberante, pero rotundamente bello. Inolvidable resulta su presencia en películas como El liguero mágico (Mariano Ozores, 1980), Al este del oeste (Mariano Ozores, 1982) o en Viciosas al desnudo (Manuel Esteba, 1980) donde conformaba un irresistible tándem junto a Eva Lyberten que no nos extraña que enloqueciera al bueno de Jack Taylor. En Atrapados en el miedo Adriana encarna a la hermana pequeña de Ana. Tímida y virgen.
Muy diferente es Sara Mora, una belleza morena muy racial, que como hermana de Laura, liberada y ‘tirá palante’ complementará al personaje interpretado por Adriana Vega. Batallada en películas de género y, por supueto, eróticas, es la protagonista de La frígida y la viciosa (1981) de Carlos Aured. Pero eso sí, no esperen escenas subidas de tono, pues Atrapados en el miedo no las tiene.
Ya tenemos pues a los cuatro ‘jóvenes’ que desde luego no son teenagers, tal y como quizás hubiera requerido el guión, ya sea por los diálogos o por la acción en sí. Pero tenemos lo que tenemos y con estos cuatro personajes llegaremos al retirado chalet donde, por fin, terminarán acosados por el loco escapado del manicomio,
pero antes asistiremos a una buena cantidad de diálogos ridículos que convertirán esta película en un tesoro del humor involuntario, repleta de sustos de baratillo, chistes chuscos y una intriga impostada. Circunstancias bajo las cuales las actrices hacen lo que pueden, mientras el asesino continúa haciendo de las suyas, cuidando Aured que su rostro nunca sea visto por el espectador.
El enfrentamiento final entre el psicópata y los jóvenes tardará una hora en llegar, ocupando los últimos veinte minutos de la cinta. Digamos que todo será tirando a torpe y que la tensión no llevará al espectador precisamente al paroxismo, pero coincidiendo precisamente con ese tramo final veremos, por fin, el rostro del demente asesino. Un rostro que, como es natural, al no ser ningún personaje conocido ni suponga ninguna sorpresa para el espectador al tratarse de un actor, Luis Canovas, totalmente desconocido, habrá resultado un ejercicio totalmente inútil el haberlo ocultado durante la mayor parte de la cinta. O al menos nosotros no entendemos el porqué de esa decisión.

Una caratula totalmente fuera de lugar perteneciente a la edición VHS alemana del filme. Fíjense en el destalle Scanners
La cinta termina dejando un final abierto (¿?) sellado con una frase de H. P. Lovecraft que termina de descolocar al espectador. Todo ello en una película que cuenta con un reducido presupuesto, muertes muy poco imaginativas, ausencia de hemoglobina, escasas localizaciones y una eterna noche de terror con un Jason de pacotilla, pero que fascinará al coleccionista de películas de terror españolas. Pues, con todo, Atrapados en el miedo no resulta aburrida, precisamente por lo ridículo de su guión, sus descacharrantes diálogos y las actuaciones de derribo.
La película de Carlos Aured es la segunda entrega de la Colección Fantaterror de Herrera Producciones. Una serie que busca editar películas perdidas o poco vistas del fantástico español y hacerlo en las mejores condiciones posibles. Tras un primer volumen con La orgía de los muertos (José Luis Merino, 1973) que ha merecido elogios por la calidad de la edición, lanzan Atrapados en el miedo, cuyo responsable nos ha jurado y perjurado que se ha extraído del negativo original, no pudiendo hacer nada con la parte final de la película, muy oscura pero fiel, al parecer, a como fue rodada por Aured.
En todo caso resulta un lujo poder contar con ediciones dignas de oscuras películas del cine fantástico español, y podemos asegurar que la Colección Fantaterror de Francisco Herrera tiene en cartera nuevas salidas que sin lugar a dudas van a resultar de gran interés para el coleccionista.
Y de todas ellas les informaremos puntualmente …
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