VAMOS DE ESTRENO (o no): Viernes 22 de noviembre de 2019
INTEMPERIE (Benito Zambrano, 2019)
España. Duración: 103 min. Guion: Pablo Remón, Daniel Remón, Benito Zambrano (Novela: Jesús Carrasco) Música: Mikel Salas Fotografía: Pau Esteve Birba Productora: Morena Films / Movistar+ / TVE / Áralan Films / Ukbar Filmes Género: Western
Reparto: Luis Tosar, Luis Callejo, Jaime López, Vicente Romero, Manolo Caro, Kandido Uranga, Mona Martínez, Miguel Flor De Lima, Yoima Valdés, María Alfonsa Rosso, Adriano Carvalho, Juanan Lumbreras, Carlos Cabra
Sinopsis: Un niño (Jaime López) que ha escapado de su pueblo escucha los gritos de los hombres que le buscan. Lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente del infierno del que huye. Ante el acecho de sus perseguidores al servicio del capataz del pueblo (Luis Callejo), sus pasos se cruzarán con los de ‘el moro’, un pastor (Luis Tosar), que le ofrece protección y, a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos.
Benito Zambrano realiza una espléndida película de género, un western, para ser precisos, ubicándolo en un cortijo andaluz en plena postguerra española. Con un campo andaluz gobernado por déspotas terratenientes, para los que trabajan, en régimen de esclavitud, jornaleros analfabetos, de uno de estos cortijos, y de la casa de su cruel capataz huirá un niño con destino a la ciudad. Dejando todo atrás y en frenética marcha, se adentrará en un árido desierto, se encontrará con un pastor, el moro, (imponente Tosar) que le ayudará y llenará sus días de valores que nunca más olvidará.
Zambrano utiliza todos los recursos del western y lo hace de manera muy inteligente, acudiendo a personajes y entornos bien reconocibles de ese universo, como el paisaje del desierto, sus protagonistas con pasado, y la épica del (anti)héroe en contraste con la maldad del villano, con una escena final que bien podría haber sido la de un (buen) western crepuscular. Este ropaje no es el habitual en nuestra narrativa guerracivilista, con lo que el sevillano riza el rizo, en su filme más claramente de género es donde más autoral se muestra, una paradoja, pero, como es sabido, estas solo son contradicciones en apariencia. Intemperie es, probablemente, su película más redonda, una cinta adusta y conmovedora a partes iguales, que se evidencia como obra de madurez.
Una cinta soberbia que lo es también por el trabajo de sus magníficos actores, tanto los protagonistas, Luis Tosar, el joven Jaime López y el villano Luis Callejo, como los secundarios, algunos de ellos interpretes habituales en las películas del lebrijano como Vicente Romero y Manolo Caro, dos grandes característicos. Una muy agradable sorpresa.
¿DÓNDE ESTÁ MI CUERPO? (J’ai perdu mon corps, Jérémy Clapin, 2019)
Francia. Duración: 81 min Guion: Jérémy Clapin, Guillaume Laurant Música: Dan Levy Productora: Xilam Género: Fantástico
Sinopsis: Una mano cortada se escapa de un laboratorio con un objetivo crucial: volver a encontrar su cuerpo. A medida que avanza por los escollos de París, recuerda su vida con el joven al que una vez estuvo apegado… hasta que conocieron a Gabrielle.
J’ai perdu mon corps, debut en el largo de Jérémy Clapin, es una poética reflexión sobre el dolor por la pérdida, de unos seres queridos, del propio bienestar de la infancia, del futuro que parecía tenderse, a la que se une una mirada sobre el problema de la inmigración contada en primera persona, certera y sin acritud, y todo ello en lo que no deja de ser una preciosa historia de amor y superación. Lo que hace especial a esta opera prima, sin embargo, más allá del alcance de su subtexto, es el modo de abordarlo, desde la clave argumental, una mano se escapa en busca del cuerpo al que estaba unida, hasta las decisiones visuales con las que irá trazando este viaje en pos de la propia memoria, de la reconstrucción del yo. El miembro errático vivirá numerosas aventuras por los azares de París (especial mención merece el episodio de las ratas) y en cada una de ellas habrá la excusa para desbrozar un recuerdo, sin que los flashbacks sean sucesivos (distingue en blanco y negro los más remotos), relevante en la vida en común con el cuerpo que busca. Es digno de destacar cómo (de bien) consigue Clapin mantener la intriga a través de estas dos acciones paralelas al no revelar anticipadamente ningún detalle sobre el momento en que la mano se vio separada de su dueño, no hasta que llega el instante preciso. Una cinta preciosa y preciosista con un guion impecable, firmado por el propio director y el autor de la novela que adapta, Guillaume Laurant (que será recordado sobre todo por el guion de Amelie), y un score delicioso compuesto por Dan Levy que hizo las delicias del público (y, sobre todo, del jurado). Una delicia producida por Netflix (y van…) que hubiera encantado a los surrealistas que adoraron a aquella Bestia de cinco dedos (The Beast with five fingers) que dirigiera Robert Florey en 1946.
Lo dicho: un auténtico debut de lujo que se ha visto reconocido con el Gran Premio de la Semana de la crítica en el Festival de Cannes, además de los Premios Cristal a mejor película y el Premio del público en el Festival de Annecy.
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