
ANTECEDENTES
Barcelona siempre ha buscado tener su propio festival cinematográfico. Según el crítico y escritor José Luis Guarner, Josep Sagré y Joan Mateu ya habían intentado organizar uno, pero hubo que esperar a que José María Porcioles fuera alcalde para que la iniciativa de José María Otero tuviera éxito, naciendo en 1959 La Semana Internacional de Cine en Color, el tercer gran festival en España tras el de San Sebastián y el de Valladolid.
Gran parte de la popularidad alcanzada por esta Semana de Cine en Color se debió a que las películas se proyectaron siempre en versión original subtitulada y sin censura, lo cual se ganó el favor del sufrido aficionado, pero también enfrentó a la organización con las autoridades del Ministerio de Información. Aunque el festival no recibía grandes ayudas de la administración, tan solo dos modestas subvenciones anuales de ese ministerio y también del Ayuntamiento, que juntas representarían en moneda actual unos 1200 euros, los aficionados al cine abonados a la Semana tuvieron una gran importancia gracias a sus aportaciones. La sede del festival fue durante los cuatro primeros años el Palau de la Música y posteriormente el Palacio de Congresos de la Feria de Muestras de Barcelona, coincidiendo con el Salón de la Imagen y el Sonido, Sonimag. La Semana Internacional de Cine en Color se celebró de 1959 a 1979 bajo la dirección de José María Otero, pasando en 1980 a denominarse Semana de Cine de Barcelona durante seis ediciones más con José Luis Guarner como director con la colaboración de Juan Mateu Jr.
Durante esos 26 años numerosos directores internacionales apoyaron con su presencia la Semana, como Nicholas Ray, François Truffaut,Valerio Zurlini, Vittorio de Sica, Eric Rhomer, Vittorio Cottafavi, Yoji Kuri. Federico Fellini, Vittorio Caprioli, Carlos Diegures, Lucas Demaré, Riccardo Fellini o Raymond Rouleau y españoles como Jordi Grau, Vicente Aranda o Francisco Rovira Beleta, presentándose una selección de obras de lo más innovadoras, entre ellas: Une vie de Alexandre Astruc, Rebelde sin causa y Los dientes del diablo de Nicholas Ray, Los visitantes de Elia Kazan, Centauros del desierto de John Ford, Zazie dans le métro de Louis Malle, Los Tarantos de Francisco Rovira Beleta, Pierrot le fou de Jean-Luc Godard, Fata Morgana de Vicente Aranda, Una historia inmortal de Orson Welles, 2001, una odisea del espacio de Stanley Kubrick, Historia de una chica sola de Jordi Grau, La feria de las vanidades de Rouben Mamoulian o Vértigo de Alfred Hitchcock.
Después vinieron más propuestas y nacieron infinidad de pequeños festivales especializados, pero nunca volvió a haber uno representativo de la ciudad, como es el caso del que recientemente ha celebrado su primera edición: BCN Film Fest.
BCN FILM FEST. FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE BARCELONA – SANT JORDI

Un Verdi de gala
El festival, que se ha desarrollado íntegramente en los Cines Verdi, de larga tradición cinéfila en la ciudad, ha demostrado poseer una magnífica infraestructura: personal amable y atento; interesantes presencias; magníficas salas;una muy buena selección de títulos ; puntualidad y, en general, unas facilidades que han dejado patente la ilusión depositada por la organización para que este festival pase a ser el evento cinematográfico y cultural que la ciudad se merece.

Momento de relax en Cal Tip
Ha existido también una muy buena disposición hacia los medios, que además de recibir un completo kit, ha podido ver la programación íntegra, ya que estaba muy bien programada. La prensa también ha dispuesto de una magnífico y cercano Press Corner instalado en Cal Tip (C/Torrijos 72) un espacio coworking pensado para trabajar o relajarse con una cerveza o un café en un ambiente de lo más atractivo gracias al impecable trato de su personal.
Las sesiones matinales, aunque abiertas al público (a precios reducidos), estaban más pensadas para los periodistas, así como para escuelas y educadores, por lo que durante varias de estas sesiones pudieron verse estudiantes.
SECCIÓN OFICIAL
De entre los trece títulos (doce a competición) que conformaron la Sección Oficial, destacamos los siguientes:
La cinta australiana Tanna (2015) de Bentley Dean y Martin Butler ahonda en ritos iniciáticos y luchas entre tribus con el trasfondo de una historia de amor trágica que se desarrolla en el entorno paradisíaco de Tanna, un poblado indígena situado en la república de Vanuatu, un pequeño país que se encuentra en la Polinesia del Pacífico. No exenta de un sutil humor, su argumento está basado en un hecho real y está protagonizada por actores no profesionales provenientes de la comunidad que realizan un trabajo sobresaliente, en linea con otras historias de amores prohibidos como las que nos mostraron F. W. Murnau y Robert J. Flaherty en Tabú (Tabu: A Story of the South Seas,1931) o Richard Thorpe en El último pagano (Last of the Pagans, 1935).

Nagasaki, recuerdos de mi hijo (Haha to kuraseba, Yôji Yamada, 2015) es una lección Y un recuerdo que siempre hay que mantener vivo: el de los terribles bombardeos indiscriminados que dieron comienzo a la era atómica. Una enseñanza que conviene recordar, por desgracia, en estos tiempos en los que se habla con tanta ligereza de ‘la madre de todas las bombas’ y las potencias comparan los tamaños de sus proyectiles. Nagasaki, recuerdos de mi hijo nos cuenta de forma sencilla una pérdida, la de un hijo que marchó como cada día a clase de medicina y nunca regresó ni nada dejó tras de sí. Se esfumó por la explosión. Se desintegró. Y algo tan terrible Yamada lo cuenta de forma delicada y sutil, sin culpabilizar a nadie, aunque uno de los personajes lo expresa en una frase: «¿Cómo pueden los humanos hacerse eso unos a otros?» Yamada no señala con el dedo, pero nos muestra vidas jóvenes truncadas. Lo que pudiera haber sido y no fue. La pura tragedia de la pérdida inútil del inocente. Y para disfrutar este deleite cinematográfico en toda su extensión debemos adaptar nuestra visión, a menudo tan impaciente y acelerada, a la cadencia oriental. A la exquisita educación japonesa, que con su resignación y respeto consigue añadir más horror a la brutal situación. Como no nos hemos podido resistir a seguir pensando en voz alta sobre esta película, hemos preferido proseguir haciéndolo aquí.
Hay historias que hacen más por denunciar la discriminación que ha sufrido la mujer a lo largo de la historia, que la más grande de las pancartas. Marie Curie es uno de esos casos. Lejos de ser un clásico biopic al uso resulta, a pesar de narrar unos hechos acaecidos a inicios del siglo XX, chocante. Por la modernez formal de las relaciones entre el matrimonio de físicos, así como por la forma de mostrárnoslos, mediante una cámara vivaz y un muy ágil montaje, tanto que casi consiguen convertir la película en una cinta de acción. Hay pasión, una pasión compartida por la pareja en el laboratorio y en el lecho. De igual a igual. A lo que su directora añade elementos oníricos y, finalmente, incluso unas gotas de melodrama romántico, pues no en vano el grueso de la historia muestra el poco conocido episodio de la relación de la viuda Curie con un amante casado, todo un escándalo en la época que casi le costó su segundo premio Nobel. Escrita y dirigida por Marie Noelle, con una sensibilidad femenina que atraviesa la pantalla, la película no hubiera sido la misma de no haber contado con la participación, en el papel protagonista, de la actriz polaca Karolina Gruszka, que realiza toda una creación con este histórico personaje del que ha sabido captar su enigmática mirada. Le sacamos más punta a esta película aquí.
Y hablando de biopics, el BCN Film Fest también nos ofreció en premiere mundial la brillante producción británica Churchill (Jonathan Teplitzky, 2016), centrada en los días previos al desembarco de Normandía que cambió definitivamente el trascurso de la Segunda Guerra Mundial a favor de los Aliados. La cinta nos muestra la parte más humana del veterano Primer Ministro, que tendrá que aprender a hacerse a un lado ante la irrupción de las nuevas tácticas bélicas aportados por los estrategas norteamericanos comandados por Ike Eisenhower. Sin duda una película de actor con la que tiene ocasión de lucirse Brian Cox, pero también la brillante Miranda Richardson, que como la esposa del mandatario desempeñará un papel secundario pero capital en el desarrollo de los acontecimientos.

Their Finest (Lone Sherfig)
Otra cinta que sabe mostrar de manera sutil la discriminación de género sufrida por las mujeres fue Su mejor historia (Their Finest, 2016) con la que la danesa Lone Scherfig sitúa al espectador en 1940, en pleno conflicto bélico con un Londres sin hombres, situación que beneficiará a Catrin Cole (Gemma Arterton), que dejará su anodino empleo de secretaria para entrar a trabajar en el cine como guionista para dar “un toque femenino” en los guiones de películas propagandísticas con las que se pretende levantar la moral a una cada vez más pesimista retaguardia. Este toque femenino, que los otros guionistas denominan ‘Slop’ (bazofia, monserga…) hará que las historias cobren autenticidad, demostrando Catrin un talento natural que cambiará radicalmente su vida. Su mejor historia es una de esas películas disfrutables de principio a fin, con buenos actores, un magnífico diseño de producción y un delicioso humor en una trama de cine dentro del cine que contiene momentos antológicos, como aquel en el cual los guionistas desarrollan a brochazos la trama de la historia que van a escribir. Scherfig tampoco se olvidará de poner acentos humorísticos e irónicos en el veterano actor divo (un maravilloso Bill Nighy) o en Phyl Moore, la coordinadora lesbiana, interpretada por Rachael Stirling. También destacan Jack Huston, Eddie Marsan e incluso Jeremy Irons, que realiza una pequeña intervención. Pero sobresale sobre todos ellos la deliciosa Gemma Arterton, que realiza una soberbia actuación dotando de empatía a su personaje. Una película brillante que afortunadamente A Contracorriente distribuirá próximamente en nuestras pantallas
Otra directora, Niki Caro, es la responsable de The Zookeeper’s Wife (2017), cinta que aquí ha recibido el desafortunado título de La casa de la esperanza y que nos narra la historia real de Jan y Antonina Zabinski, la pareja propietaria del zoo de Varsovia que consiguió salvar a cientos de personas tras la invasión de Polonia por las tropas alemanas en septiembre de 1939. Mientras Alemania impone su régimen y crea el infausto Gueto de Varsovia, esta pareja de héroes anónimos convertirá su zoo en un ‘zoo humano’, tal y como lo describe el personaje interpretado por Jessica Chastain y gracias a ellos, 300 personas salvarán su vida.

Marion Cotillard
Mal de piedras (Mal de pierres, 2016) fue una de nuestras serias candidatas a obtener el premio del festival. Una fascinante historia de pasión desenfrenada, desequilibrada, muy descorazonadora, triste y erótica, pero también una gran historia de amor incondicional. De un amor más grande que la vida y de una cineasta, Nicole García, que ha sabido retratarlo de forma magistral, con gran delicadeza y no dejando nada al azar, contando con la imprescindible labor de una excepcional Marion Cotillard y el eficaz trabajo en la sombre de un Àlex Brendemühl cuyo personaje termina brillando como merece. Una delicia que la distribuidora amenaza con estrenar con el título de El sueño de Gabrielle. Esperemos que se lo piensen mejor…
Finalmente en Sección Oficial, aunque fuera de competición, se presentó la española El jugador de ajedrez, una película dirigida por Luis Oliveros, realizador con tan solo otro largometraje en su haber y una extensa carrera televisiva. Con una muy encomiable labor de ambientación y vestuario, cuidado hasta el detalle casi con calidad de orfebre, Oliveros nos sitúa en las jornadas previas al Alzamiento Nacional y más tarde en la Francia ocupada por los nazis. Con unos avatares muy cercanos a los que nos narrara Polanski en El pianista (The Pianist, 2002), este jugador de ajedrez va divagando en su cautiverio hasta llegar, una hora después, al previsible momento en el que su -mala- suerte cambiará gracias a su maestría en el tablero. Personajes estereotipados hasta la parodia, como esos despiadados nazis; una dirección de actores descuidada; y unas interpretaciones ciertamente flojas convertirán esta cinta en un producto inferior pese a las buenas intenciones depositadas en el.
IMPRESCINDIBLES

Una parte de los festivales que tiende a dejarse de lado, tanto que suele ser la candidata favorita para desaparecer al ajustar presupuestos, es la sección retrospectiva. En Proyecto Naschy somos muy dados a disfrutar de los clásicos siempre que se pueda y en donde debe hacerse, en los cines, así que nos resulta muy acertada la sección Imprescindibles que el BCN FilmFest tiene a bien incluir dentro de su programación. Una sección, por cierto, que será extensible al resto del año. Bertrand Tavernier, como padrino del festival, ha recomendado cuatro clásicos franceses que el público ha tenido ocasión de recuperar y disfrutar. Y es que pensamos que en un festival cinematográfico tan enfocado a la cultura como es el BCN FilmFest, hubiese sido un enorme error no contar con esta sección. Ofrecer una buena educación cinematográfica pasa, obligatoriamente, por reivindicar los clásicos.
La sección se estrenó con Juegos prohibidos (Jeux Interdits, 1952) obra maestra de René Clément, un director casi olvidado con una carrera no demasiado prolífica que nos habla, desde el punto de vista de la infancia, de la guerra, de la vida y especialmente de la muerte. Con acompañamiento a la guitarra de Narciso Yepes, la cinta contiene unos toques de comedia que sin duda alivian la trágica situación bélica que viven los personajes, con la muerte como un hecho cotidiano más. Y no hay que olvidar el trabajo preciosista de Robert Julliard como director de fotografía que ayuda sobremanera a darle a la cinta su aire fantástico, Julliard sabe adoptar el punto de vista de los niños protagonistas y sumergirnos en su imaginación macabra e ingenua a partes iguales.
En Los amantes de Montparnasse (Les amants de Montparnasse, 1958) Jacques Becker nos mostrará las últimos días del pintor Modigliani. Sus amores fatales con Beatrice (Lilli Palmer), que alimentará sus vicios; y el amor incondicional de Jeanne, interpretada por una bellísima Anouk Aimée, amor confeso del crítico cinematográfico, más reconocible para los que ya tenemos una edad, Alfonso Sánchez. Viéndola en Los amantes de Montparnasse entenderemos perfectamente ese amor imposible. El París bohemio,
canalla, de tango y apaches, de opio y alcohol, caldo de cultivo de vanguardias, será donde se moverá este incomprendido y torturado artista.
Robert Bresson por su parte nos situará en la Francia ocupada por los nazis, concretamente en una cárcel-fortaleza de la que Un condenado a muerte se ha escapado (Un condamné à mort s’est échappé, 1953). Una historia real que Bresson narrará con austeridad en su puesta en escena y una gran economía de medios. Sin adornos. Seca, efectiva y maestra.
La cuarta y última película que se nos ofreció en esta sección de imprescindibles no podría serlo más, Madame de… una co-producción italo-francesa de 1953 dirigida por Max Ophüls que contiene lo mejor del cine europeo: tres estrellas como Charles Boyer, Danielle Darrieux y Vittorio De Sica en su momento de máximo esplendor; una historia que difícilmente podría haberse adaptado mejor en el Hollywood de la época y, sobre todo, tal elegancia en su planificación que uno diría que la cámara se mece también al ritmo del vals de Oscar Straus que ilustra musicalmente la película. Verdadero trabajo de orfebrería el de Ophüls y una visión que no tiene comparación posible. Un broche inigualable para una sección siempre imprescindible.
Cuatro clásicos indispensables que, al verlos en pantalla grande, nos hacen sentir que la edad de oro del arte cinematográfico ya fue y que muy pocas veces se podrá alcanzar su esplendor de entonces.
OTRAS SECCIONES

La acogedora entrada, decorada para la ocasión, de los Cinemes Verdi
El BCN Film Fest quiere también reivindicar la comedia, un género muy denostado y con escaso protagonismo en festivales. Esta sección, Cinema amb Gràcia, que rinde de paso homenaje al histórico barrio de Gràcia en el que se ubican los Cinemes Verdi, contó con la colaboración de los propios espectadores para ejercer de jurado, otorgando el Premio del Público a la Mejor Comedia a la producción hispano-argentina Casi leyendas (2017) de Gabriel Nesci, cuyo actor protagonista, el popular Santiago Segura, fue uno de los invitados al festival y encargado de recoger el premio. De entre las otras seis comedias, una de las que más expectación levantó sin duda fue Un italiano en Noruega (Quo Vado?, Genaro Nunciante, 2016), una apuesta personal de A Contracorriente por dar a conocer en nuestro país al actor Checco Zalone, un muy reputado cómico en su país. Pueden leer sobre esta película de forma más detallada en esta entrada.
Por su parte la sección Zona Oberta, en palabras del propio festival, «se abrirá a otros tipos de películas y públicos, que no encajarían necesariamente en la Sección Oficial ni en Cinema amb Gràcia.» Un cajón de sastre que ofreció a público y crítica la oportunidad de ver algunos de los próximos estrenos, entre los que destacó Plan de fuga (Iñaki Dorronsoro, 2016), película que se engloba en el nuevo thriller que tantas alegrías está ofreciendo al cine español, aunque lamentablemente no llegara a la categoría de otros títulos, ya que si bien resulta más que correcta en su primera parte, la trama se desbarata y termina resultando confusa y algo tramposa, conforme avanza el metraje, consiguiendo que el espectador logre perderse y pierda interés. Toda una lástima, pues los actores están francamente bien, destacando el siempre efectivo Luis Tosar y en especial Javier Gutiérrez, que demuestra clase y versatilidad en su papel de toxicómano. Esta sección también acogió las primeras imágenes de The Bookshop de Isabel Coixet, actualmente en fase de montaje, y la magnífica producción franco-belga Testigo (La mécanique de l’ombre) un magnífico thriller de espionaje político. Pulcro y ordenado, como el propio protagonista que encarna François Cluzet, un actor al que estamos más familiarizados a verlo en papeles de comedia. Con una aséptica puesta en escena, en su intriga resulta fundamental la partitura de Grégoire Auger, de ritmo machacón que se nos agarra al estómago y nos deja el alma en vilo. Testigo es un triller de pequeño formato, una verdadera pieza de cámara, que nos deja con el regusto amargo de que las intrigas políticas siempre se salen con la suya. Entretenimiento inteligente.
La película de clausura fue nuevamente un thriller, y de lo más emocionante, Día de patriotas (Patriots Day, 2016) de Peter Berg, que rememora los atentados que se produjeron en 2013 durante el maratón de Boston. Con un montaje frenético, la película tiene un magnífico pulso a pesar de tener una duración de más de dos horas, pero el final, con los obligados homenajes a las víctimas reales y las soflamas patrióticas, logra empañar el resultado que tan bien funcionaba. Entre los protagonistas, unos muy agradecidos Mark Wahlberg, John Goodman, Kevin Bacon y J.K. Simmons.
EVENTOS

(Foto: J. R. Armadàs)
Un festival no lo sería si no contara con la presencia de personalidades y mitos del cine. Entre los que se acercaron a presentar sus películas estuvieron el director Juan Taratuto (Me casé con un boludo), Isabel Coixet, el director Phil Grabsky (El jardín del artista: Impresionismo americano), Santiago Segura (Casi leyendas), Checco Zalone (Un italiano en Noruega), el director Ibai Abad y el actor Lewis Rainer (The Girl from the Song), el director Iñaki Dorronsoro y los actores Alaín Hernández e Itziar Atienza (Plan de fuga), el director Luis Oliveros y la actriz Melina Matthews (El jugador de ajedrez), el mítico director Bertrand Tavernier y, como estrella absoluta y representativa del glamour de Hollywood, un cercano y simpático Richard Gere, que acudió al festival junto a John Cedar, director de Norman, el hombre que lo conseguía todo (Norman: The Moderate Rise and Tragic Fall of a New York Fixer, 2016), la película que inauguró el festival. Ambos atendieron a la prensa enfrentándose a una colección de preguntas que iban desde los pormenores de la cinta, hasta otras sobre la carrera de Gere o la situación política de Estados Unidos tras la llegada al poder de Trump. Gere, que se mostró encantado con el original personaje que encarna en la cinta de Cedar, se sorprendió de que se tienda a pensar en Hollywood como un mundo vacuo, una moderna Sodoma, ya que para él todo el mundo es igual en todas partes. Con defectos y virtudes. El actor también respondió preguntas respecto a su implicación con la causa tibetana, algo que si bien no le ha traído problemas en Hollywood, sí que se los han supuesto con respecto a algunos directores chinos, para los cuales el actor está vetado. Respecto a la situación política actual en Estados Unidos, piensa que es compleja y descorazonadora. Le resulta humillante que un personaje como Trump represente a su país, pero respeta el que un amplio grupo de votantes crea en su trabajo, y aunque este no sea su caso, piensa que hay que acatarlo como el presidente electo que es. A pesar de todo, describió los impulsos del nuevo mandatario como de un cariz animal que tan solo le permiten pensar en «lo mío, yo, y lo que es bueno para mí.»

Gere y Cedar durante la rueda de prensa (Foto: J. R. Armadàs)
Tras la proyección de algunas cintas hubo charlas y debates. Tuvimos ocasión de acudir al que se produjo tras la proyección de Nagasaki, recuerdos de mi hijo (Haha to kuraseba, Yôji Yamada, 2015). Una pequeña charla que contó con la presencia de Ángel Sala, director del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, Sitges; Alejandro Fernández de Mediatres, distribuidora especializada en cine asiático que estrenará esta magnífica cinta en salas el 26 de mayo y que se ha encargado de editar Las bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki, un muy recomendable libro escrito por el también presente Javier Vives que analiza los antecedentes, la historia y los hechos que desembocaron en ese tristemente recordado 6 agosto de 1945. Pero su autor también nos ofrece un detallado paseo por ambas ciudades
y sus significativos museos y parques de la Paz. Erigidos como invitación a la concordia entre los seres humanos y advertencia de los terribles peligros derivados del armamento nuclear. Un muy interesante libro, soberbiamente ilustrado, con el que Mediatres amplia su magnífica labor por dar a conocer la cultura oriental en nuestro país.
La charla contó con una introducción a la historia y al denominado Proyecto Manhattan de la mano de Javier Vives. Ángel Sala comentó lo poco que el cine japonés ha tocado el tema de los bombardeos atómicos, casi siempre de forma alegórica como demuestran los kaiju Eiga, en especial el Godzilla inaugural. También se refirió a la crudeza de otras películas que han tratado el tema como Lluvia negra (Kuroi ame, 1989) de Shôhei Imamura, que le impresionó profundamente. Nagasaki, recuerdos de mi hijo de Yôji Yamada, le trajeron a Ángel Sala a la memoria dos cintas de dos Kurosawa. Por un lado Rapsodia en agosto (Hachigatsu no kyôshikyoku, 1991) de Akira Kurosawa por esa elegancia al poner la bomba en un segundo plano. Y por otra parte a Kiyoshi Kurosawa y su Journey to the Shore (Kishibe no tabi, 2015) por el tratamiento del aparecido y de la pérdida. También celebró el retorno de Ryuichi Sakamoto, que ha realizado la estupenda banda sonora del filme de Yamada. Finalmente, Sala añadió unas aplaudidas palabras en las cuales denunció esa ligereza que vuelve a vivirse con respecto al tema nuclear. La historia ha demostrado sobradamente lo inútil y absurdos que fueron esos bombardeos y conviene no repetir ciertas actitudes que pueden resultar críticas para la Humanidad.

Javier Vives, Ángel Sala y Alejandro Fernández
CONCLUSIÓN Y PALMARÉS
Tras una semana repleta de eventos, visitas de estrellas internacionales y sobre todo, mucho cine, la primera edición del Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi llegó a su fin dejando el siguiente palmarés:
PREMIOS DE LA SECCIÓN OFICIAL DEL BCN FILM FEST
PREMIO DEL JURADO A LA MEJOR PELÍCULA
El jurado de la Sección Oficial, compuesto por la cineasta Claudia Llosa, el productor de televisión, periodista y apasionado de la historia Toni Soler y el escritor de novela histórica Chufo Lloréns han decidido premiar a la película:
EL SUEÑO DE GABRIELLE (Mal de Pierres), de Nicole Garcia
Resolución del jurado:
«Por unanimidad, el jurado ha decidido dar el premio a la Mejor Película a esta propuesta de la directora Nicole Garcia que destaca por su audacia narrativa y por la actuación magistral de Marion Cotillard en una película que te atrapa desde el inicio sin que el espectador pueda imaginar el desenlace.»
PREMIO DE LA CRÍTICA ACCEC A LA MEJOR PELÍCULA
El jurado de la Associació Catalana de Crítics i Escriptors Cinematogràfics (ACCEC) compuesto por Alfons Gorina (Catalunya Ràdio), Mònica Jordan (El Videodromo) y F. Javier Gutiérrez (Cine de Patio) han decidido premiar a la película:
DANCER, de Steven Cantor
Resolución del jurado ACCEC:
«Por cómo hace reflexionar sobre el concepto de éxito en nuestra sociedad. Por cómo la música se filtra en las imágenes a través de su montaje rítmico. Y por cómo refleja la fuerza, la lucha y el talento del bailarín Sergei Polunin y su fuego interior.»
PREMIO DEL PÚBLICO MEJOR COMEDIA SECCIÓN CINEMA AMB GRÀCIA
CASI LEYENDAS
de Gabriel Nesci
PREMIO EDUCACINE
UNA BOLSA DE CANICAS («Un sac de billes»)
de Christian Duguay
La Gala de Clausura y entrega de premios tuvo lugar a las 21:30 horas en los Cinemes Verdi y contó con la asistencia de Alex Brendemühl y Santiago Segura, protagonistas de las ganadoras El sueño de Gabrielle y Casi leyendas para recoger su galardón, poniendo el festival el broche final con la premiere española de Día de patriotas de Peter Berg.

El Festival está especialmente orgulloso de los pases y coloquios matinales en los que han participado más de una decena de escuelas.
El BCN FILM FEST, que inició su andadura el pasado viernes 21 de abril, finalizó así su primera edición después de haber proyectado 35 películas, con 16 premieres españolas (3 de ellas también premieres mundiales) ante una asistencia de espectadores estimada en 10.000 personas y con títulos como Norman, el hombre que lo conseguía todo y The Girl from the Song agotando localidades en la sala 1 de Cinemes Verdi.
El BCN FILM FEST cerró, pues, su primera edición, pero tendrá continuidad todos los jueves en sus proyecciones de Imprescindibles y una vez al mes con Exhibition on Screen y desde este momento se empieza a preparar la edición del año que viene, que se celebrará del 20 al 27 de abril de 2018 en los Cinemes Verdi del barrio de Gràcia de Barcelona.

Foto: BCN Film Fest
Todas las fotos: Serendipia (excepto las indicadas)
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