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Serendipia’s Sitges Film Festival 2017. Octava cápsula

8 noviembre 2017 Deja un comentario

JUEVES 12 DE OCTUBRE                                                         Fotos: Serendipia

Por mucho que a Serendipia le apasione el cine, el agotamiento estaba haciendo mella seriamente en su organismo. Afortunadamente aún quedaban buenas piezas por descubrir. Paul Urkijo nos llamó la atención desde que viéramos uno de sus cortos, concretamente Jugando con la muerte (2011), que además de estar realizado con impecables maneras, tenía un magnífico humor negro que nos pudo. El buen hacen de Urkijo quedó confirmado con posteriores cortometrajes, así que en cuanto nos enteramos que Pokeepsie Films estaba tras el debut del director en el largometraje, Errementari, no pudimos más que estar pendientes de ella.

Inspirada en una cuento popular vasco sobre un herrero tan malvado y astuto que es capaz de engañar al mismísimo diablo, la cinta de Urkijo es un cuento de horror gótico y fantástico lleno de emoción, misterio y extrañas criaturas. Con todos sus diálogos en un casi extinto euskera alavés del siglo XIX, la acción se inicia en un pequeño pueblo de Álava, después de la Primera Guerra Carlista de 1833, donde un comisario del gobierno investiga un suceso que le llevará hasta una siniestra herrería en lo profundo del bosque, donde vive un solitario herrero del que los aldeanos cuentan oscuras historias. Fantasmagórica, la bruma inunda esta fábula con diablos tramposos y sacamantecas que con un maravilloso diseño de producción convierte esta cinta en una de las mejores sorpresas del cine fantástico estatal, con una muy natural y destacable interpretación de la niña Uma Bacaglia.

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Con maravilloso sabor de boca llega el turno de una deliciosa y, para variar, optimista cinta apocalíptica. La japonesa Survival Family (Sabaibaru Famirî, 2017) plantea qué pasaría si un día no hubiera electricidad ¿El fin del mundo? pues no para el director y guionista de la película, Shinobu Yaguchi, que da la vuelta a la situación y plantea como este hecho, aparentemente grave, unirá a una familia con todos sus miembros alienados por la tecnología. Por los efectos del apagón, deberán recorrer varios kilómetros y trabajar en equipo, reencontrándose con la naturaleza y consigo mismos en esta parábola con elementos de comedia, que aboga por un retorno a la naturaleza y a las cosas sencillas de la vida, algo que propio director ya propuso en la excelente Wood Job!: Kamusari nânâ nichijô (2014) incluida en la programación de las Nits de Cinema Oriental de Vic de 2015. Un survival apocalíptico amable y positivo en el que veremos como esta familia aprenderá unida a superar todos los obstáculos.

Kiyoshi Kurosawa presentando su película.

Y de un filme optimista a otro terriblemente pesimista, A Gentle Creature (Krotkaya, 2017) el último trabajo de Sergei Loznitsa. Una adaptación libre de la novela corta de Dostoievski, La sumisa (cuyo título en inglés es, precisamente, A Gentle Creature) que, sin embargo, nos remite directamente al universo de Kafka. Y es que su protagonista, la dulce criatura del título (ningún personaje tiene nombre propio, todos son denominados por su función), igual que el agrimensor K de El castillo o el Joseph K de El proceso, busca establecer una comunicación positiva con una autoridad que desconoce, pero que la maraña de trabas administrativas que encuentra en su camino hace imposible. Vasilina Makovtseva, excelentemente estoica, da cuerpo a esta joven mujer que solo quiere entregar a su esposo, convicto por asesinato, pero inocente (como al parecer es habitual en su país), un paquete que le ha sido devuelto. Se desplazará para ello a la ciudad donde se halla la prisión, un lugar en el que el penal y el pueblo se han fundido en una doble relación de dependencia en la que el uno da sentido al otro (nuevamente como ocurre en la novela de Kafka entre el castillo y la aldea). Allí iniciará un periplo pesadillesco en el que entrará en contacto con una serie de personajes que, pretendiendo serle de ayuda frente a esa funcionaria que cada día le impide la entrada, buscarán sacar provecho de ella. El suyo es un descenso al infierno, a un infierno muy terrenal compuesto por una burocracia inaccesible y arbitraria, herencia de la administración soviética, las mafias del este, la policía corrupta y por una sociedad que, a fuerza de vivir en ese país que puede ser visto como una gran prisión dictatorial, se ha envilecido ella misma (esas pintadas en contra de la agencia de derechos humanos lo muestran). Siendo real, Loznitsa no ha buscado una narrativa realista, al contrario, su película está tocada por las tonalidades de lo surreal, un tono que alcanza su máximo en ese fragmento onírico que precede al desenlace y que no ha sido comprendido por toda la crítica. A Gentle Creature se cierra con un plano fijo de la sala de espera de la estación en la que todos duermen, por su construcción parece nuestro propio reflejo: todos esos males avanzan porque todos nosotros estamos dormidos.

Y Serendipia finaliza la jornada con su ineludible cita con Kiyoshi Kurasawa que con Before We Vanish (Sanpo suru shinryakusha, 2017) ofrece una invasión alienígena muy doméstica, protagonizada por unos gélidos body snatchers que absorven los conocimientos y sentimientos despojando de los mismos a sus víctimas humanas. Inspirada en la ciencia ficción de Serie-B americana (incluso en su banda sonora), la película de Kurosawa, basada en una obra teatral, se concentra en como afectaría esta invasión en la relación de una pareja, dejando la puerta abierta a la esperanza, al triunfo del amor por encima de todo. Algo que en estos tiempos, nunca está de más ante tanto agorero. Como vemos, la esperanza proviene de Japón. Pues nada: que pase, que pase…adelante.

 

Categorías: Sitges Film Festival
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