Las lecturas de Serendipia: ‘¡Anda! la merienda… Vol. II’
¡ANDÁ!, LA MERIENDA… VOL. II
Más deliciosas colecciones de nuestra niñez
Vicente Pizarro
Diábolo Ediciones, 2019. Tapa dura, 17 x 24 Color.
En ¡Andá!, la merienda Vicente Pizarro abría la caja de los truenos de nuestra memoria más arcaica mostrándonos viejas colecciones de cromos que pudimos completar a base de dejarnos la salud, adquiriendo de paso unas eternas lorzas que nos acomplejarían durante el resto de nuestra adolescencia y más allá. Y todo gracias a los productos Bimbo, Cropán y Panrico, entre otros. Y es que los niños de los sesenta, setenta y ochenta adquirimos el hábito del coleccionismo, del que todavía sufrimos diversas secuelas, gracias a estas colecciones y las de quiosco. Pero, ¡ay!, las que venían en la bollería y pastelería industrial tenían un nosequé, que las hacía mágicas, especiales para aquellos tiempos de carencias: superhéroes; discos diminutos que sonaban narrando las grandes hazañas de los guerreros del pasado; adivinanzas; figuras; brutos mecánicos troquelados… fantasía desatada.
Tiempo después el mismo autor trajo a nuestra memoria los cromos y las colecciones que venían en aquella pesadilla de nuestras madres (y alegría de dentistas) que era la goma de mascar con el libro ¿Quieres un chicle? Una amenaza menor para sus vástagos si la comparamos con la de las drogas, el sexo y el alcohol, claro. Pero eso sería después.
Ahora, Vicente Pizarro retorna y devuelve al lector al universo de los productos alimenticios de nuestra infancia y sus objetos promocionales con ¡Andá! la merienda II en el que enumera y analiza las promociones incluidas en productos como quesitos, pipas, mermeladas, chocolates solubles, cremas de cacao y snacks, volviendo así a nuestra perjudicada memoria aquellos minerales que daba Cola-Cao en sus tapas; los Pitufos troquelados (y acolchados) de Matutano; o los adhesivos pasotas de Bollycao. Además de descubrirnos colecciones más oscuras, como las que se ofrecían en las bolsas de pipas o por los productos Ortiz, y reservando sus últimas páginas para ofrecer algunas imágenes de colecciones y productos que quedaron sin reseñar en la primera entrega.
En resumen, todo un milagro, un maravilloso viaje en el tiempo, cuidado hasta el detalle, que destila un gran amor del autor por el objeto del libro y que más allá del dichoso factor nostálgico y del deleite para los sentidos que supone, ofrece un impagable estudio sobre el impacto de la televisión y el cine sobre los niños de la época, la marcha y la competencia en el mercado entre las diferentes marcas, así como el nacimiento del merchandising en España. Así que ¡Andá, la merienda… II funciona a varios niveles, de ahí que sea un interesante libro que merezca ocupar un espacio en nuestra Biblioteca de Serendipia junto a los dos anteriores.
Últimos comentarios