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Olaria: El hombre perseguido por un OVNI

Juan Carlos Olaria es una persona extremadamente afable. Amable y respetuoso, habla y se mueve de manera pausada. Y mientras lo hace gesticula con las manos puntuando sus palabras. Perlando su conversación con un humor sutil que a veces ilumina con un brillo pícaro su mirada, convirtiendo rápidamente en cómplice a su interlocutor y consiguiendo que este se encuentre realmente a gusto conversando con él, principalmente de uno de sus temas favoritos, el cine.

Y de cine hablamos durante más de dos horas. Sobre El hombre perseguido por un OVNI (1976), una película inverosímil que financió su propio padre y que Olaria rodó de manera artesanal en el transcurso de varios años, con mili incluida de por medio, y en la que narraba como Oliver (Richard Kolin), un escritor de novelas baratas, es perseguido y secuestrado, con su coche, por un platillo volante con la intención de llevarlo a su planeta para servir de cobaya en experimentos científicos. Hablamos de como una película así estuvo a punto de estrenarse, muy posiblemente incluso en el extranjero, de la mano de la mítica productora Profilmes, y de como acabó siendo casi invisible, convirtiéndose en una auténtica película de culto: la paradigmática escena del Simca 900 surcando el espacio todavía hoy nos parece una de las cumbres de la ciencia ficción española.

Pero hablamos de muchas cosas más. De la secuela que desde hace unos años está rodando de su película, El hijo del hombre perseguido por un OVNI y de su experiencia en el mundo del cine, pero también de los efectos especiales generados por ordenador y los problemas que conllevan, y otros temas, algunos de los cuales han tenido que quedarse en el borrador debido a la considerable extensión de esta entrevista: De Yojimbo (1961) y de Por un puñado de dólares (1964), o sea, de Kurosawa y Leone. De censura. De John Chambers y su trabajo para El planeta de los simios (1969). De la existencia o no de Dios y de los extraterrestres. Y mucho más. Todo con mucho sentido del humor. Un humor y una dedicación que esperamos se haya trasmitido también en esta trascripción, que hemos procurado que resulte lo más fiel posible al espíritu de la deliciosa conversación que mantuvimos.

Sin más preámbulo, con ustedes Juan Carlos Olaria: el hombre perseguido por un OVNI:  

(Fotos: Serendipia (excepto las indicadas)/Imágenes: Archivo Serendipia)

ANTES DE LA ABDUCCIÓN

De niño me gustaba hacer trucos con platillos volantes. El tema de los ovnis, los extraterrestres, lo que sucedió en Roswell en el 47, me impresionó mucho en aquel tiempo. También miraba las estrellas, el universo.

Vi Ultimátum a la tierra[1] y, a pesar de que no era un forofo de la ciencia ficción, procuré ver todas las películas que pude, pues tampoco se estrenaban tantas. Recuerdo, además de Ultimátum a la Tierra, La guerra de los mundos[2], Planeta prohibido[3], La gran sorpresa[4], Cohete K-1[5], Destino, las estrellas[6]… me acuerdo de todas ellas. Me gustaban mucho y me fijaba en los trucos. De una manera infantil pensaba en cómo los habrían hecho. Me iba al campo, a la Montaña Pelada, que está al lado del Parque Güell, y seleccionaba un espacio de terreno en el suelo. Con platos de café y yeso me hacía un platillo, le ponía un hilo de nailon de esos de media de señora, lo movía y lo rodaba. El platillo se balanceaba nada más que hiciera un poco de viento, así que unas veces me salía bien y otras no, pero me encantaba hacer trucos de estos, que filmados en 8 mm Kodachrome, parecían reales, así que comencé a imaginar argumentos y rodé alguna película.

Lo primero que rodé de ciencia ficción fue Planeta Plinio (1958), una cosa de chiquillos con unos trucajes graciosísimos. Todo muy primitivo. Las rocas que salen que parecen enormes son de dos o tres metros, pero filmadas desde abajo, procurando que el fondo sea cielo azul, dan un resultado impresionante. Incluso ahora lo hago así, porque tiene la ventaja de que la iluminación del sol es real, auténtica. Y eso le da algo único.

EL HOMBRE PERSEGUIDO POR UN OVNI

Mi padre quería que fuera ingeniero como él. En mi casa la frase típica respecto al cine era: “No sigas con el cine. Dedícate a otra cosa.” Pero dentro de mí había un espíritu rebelde.

A pesar de que no le gustaba el cine, mi padre me pagó la película e incluso hizo un papel de comisario. Mi padre era una persona un poco imprevisible. Incluso en la forma en la que me produjo la película. Yo le presenté el presupuesto y le pedí un millón y medio de pesetas. Me dijo que no, que tal y como fuera rodando fuera sacando del banco, poco a poco, el dinero que me hiciera falta.

El hombre perseguido por un OVNI comenzó a rodarse en mayo de 1972 y se prolongó intermitentemente durante ese año y parte de 1973. Tuve entremedias que terminar la mili en San Clemente Sasebas, Girona. Allí conocí a un amigo mío alférez al que le pregunté si quería hacer un papel de extraterrestre en mi película. Y es el que sale con los ojos aquellos como de langosta.

Al protagonista, Richard Kolin,[7] no lo conocía previamente más que de los anuncios de la tele. Salían mucho él y otro actor más grueso, y entre ellos escogí. Le llevé a mi padre al despacho una foto de los dos actores y, a pesar de que yo me inclinaba más por el otro, escogió a Richard Kolin porque le pareció más guaperas: “Aquest, home, aquest”.

Una vez escogido le llamé al teléfono que venía en Cineguía[8] pensando que sería un tipo estirado y que me enviaría a paseo, pero resultó ser más gamberro que él solo. Y además estaba sin un duro.

Se portó fantásticamente. No tenía mucha memoria, eso sí, pero se tomó mucho interés y se pegó unas buenas corredizas a pesar de no ir con el calzado adecuado. Se le llegaron a romper las suelas.

Richard Kolin o lo que es lo mismo: Ricardo Coscolín

Después, cuando se hacía el doblaje en los Estudios Balcázar, Jaime Jesús Balcázar, que era entonces director de cine, al igual que su hermano Alfonso, me ponderó mucho la cara de Richard Kolin, porque le parecía que tenía aspecto de actor norteamericano.

Gemma Lewis no era actriz. Era vecina de Richard Kolin, vivían en la misma escalera y se contrató por la escena de destape, porque había una escena de ducha en la que la actriz debía salir desnuda y como el propio Coscolín me dijo que en su escalera había una chica preciosa que le decía que quería hacer cine, me la trajo. Era una chica muy desinhibida. Se paseaba por el piso donde rodábamos con el albornoz a topos que se ve en la película y nada más. Con toda tranquilidad. O sea, que no le costó nada desnudarse.

Habitualmente tengo problemas con las actrices. Gemma Lewis tenía el caprichito de ligar conmigo. Yo tenía que haber dicho que sí, porque además estaba muy buena, pero seguí una de las reglas de mi padre: “No has de confundir el trabajo con el placer”, así que me negué. Además, ella tenía pareja… como ya comenté antes era una chica ligera de cascos. Pues bien, como el rodaje iba lento como venganza se me plantó un buen día y me dijo que tenía cinco días para terminar la película o lo dejaba. Por eso digo que acabé mal. También con Ana Hernández, la protagonista de mi siguiente película, El diario rojo, terminé mal. Pero no fue por razones, digamos, sentimentales. No sé por que fue. En cambio, con Ana Merchante, la protagonista de El hijo del hombre perseguido por un OVNI, todo ha sido miel sobre hojuelas, me ha ido muy bien.

Olaria Sr. como comisario en El hombre perseguido por un OVNI

Mi padre también se tomó mucho interés. Hay que decir que tenía más memoria que el propio Coscolín, que no se acordaba casi de ningún diálogo y mi padre se los aprendía larguísimos. Tenía una vena artística, pero no quería aceptar que su hijo no siguiese su carrera y creo que nunca vio la película.

La película se rodó en 16 mm Kodachrome y los efectos especiales, a pesar de estar atribuidos en la ficha a Pedro Arnedo y José Escudero, honestamente, los hice yo, mientras que estos dos ayudaron. Precisamente a uno de estos colaboradores, José Escudero, le pedí que me cediera su rostro para hacer las máscaras de los mutantes. Le llevé a una casa de verano que teníamos, donde también se rodó, y allí en una cama con unos plásticos comencé a ponerle escayola en la cara dejando respirar por la nariz al pobre chico y protegiéndole los ojos con unos plásticos, para que no se le pegaran las pestañas. Yo mismo me inventé la forma de hacer las máscaras, que por cierto se pegaban. Me parece que para que la silicona no se adheriese a la escayola puse algún ungüento. No sé como lo hice, pero las hicimos en dos partes y cuando tuve el molde apliqué la silicona de colores: plata, negro y blanco, dejando unos agujeros en los ojos por donde veían, malamente, los actores. Y con una cremallera para ponérselas. Así hice cinco máscaras. Era un trabajo bastante pesado y a pesar de que era mayo, los actores que las llevaban estaban agobiadísimos, tanto que cuando se las quitaban chorreaban de sudor. Los pobres lo pasaron muy mal.

Coscolín atacado por los mutantes

La banda sonora, no sé si decirlo, provenía de Ediciones Musicales Gemelli, de Italia, que a lo mejor ya ni existe y que me recomendó el profesor Federico Martínez Tudó, que había compuesto bandas sonoras para José María Nunes, Iquino y otros. Él me dijo que me proporcionaría unos discos de esta casa que no se habían editado en España, por lo que no me costarían nada. Me parece que él personalmente no lo hizo, pero me dio la dirección y me puse en contacto con Gemelli que me envió gratis unos discos muy buenos. Me sorprendió que los temas fueran de Bruno Nicolai, Egisto Macchi, Zanagoria, o sea, gente conocida. Así que con estos discos hice el montaje musical.

Para la segunda quiero utilizar música totalmente nueva, y en el caso de que esta hiciera mucho dinero, a Gemelli les daría lo que no les di en la primera. Estaría encantado de hacerlo si fuera necesario.

Respecto al mensaje ecologista que tiene la película, tal y como se aprecia en la conversación final entre el extraterrestre y el humano, hay quien dice que parece mentira que pensara en ello en aquel tiempo, pero creo que ya entonces había suficiente contaminación como para que yo me sintiese preocupado.

Cuando acabé la mili y volví, ya en 1974, terminamos de rodar lo que quedaba y se montó. El resultado me dejó tan descontento que guardé la película en un cajón.

Entonces intervino Juan Xiol[9].

Juan Xiol vivía delante de mi casa. Balcón con balcón. Y me conocía desde que yo era niño. Entonces nos encontramos y le hablé de mi película. Le dije que me había quedado tan mal que la iba a dejar. Y él, por iniciativa propia, me pidió que se la enseñara. Yo, que disponía de una copia ampliada a 35 mm., se la proyecté en Fotofilm[10] y ante mi sorpresa, pues pensaba que le parecería muy amateur, me dijo: “Aquí le falta un buen montaje” y a continuación se ofreció para hacer un nuevo montaje con el que darle más dinamismo y con el que, también, se perdieron 20 minutos de metraje, quedando este en una hora y diez minutos. Así que Juan Xiol me propuso añadir “additional sequences” con Lynn Endersson, Dan Muni[11] (con los que estaba rodando El precio del aborto[12]) y Manuel Bronchud[13].

La película no tenía número de pies, que son los que hay al lado de los fotogramas y que sirven para el montaje con lo cual, con un copión de 16 mm. en blanco y negro que se hizo, me tocó poner a mano la numeración. El montaje se hizo en una tarde en una moviola manejada por el propio Xiol. Su forma de montar, que nunca pude entender, era graciosísima: miraba, paraba, se levantaba, daba una vuelta y decía: “Ja ho tinc!”, se volvía a sentar y entonces me decía: “¡Corta aquí! ¡Corta aquí! ¡Aguanta!”. Una vez tenía diversos planos los cortaba y ya sabía como organizarlos. Era un caso rarísimo.

Xiol me hizo un montaje de una hora y diez minutos. Rodamos las escenas adicionales con Lynn Endersson, Dan Muni y Manuel Bronchud y todavía quedaba corta. Entonces fui al consulado americano y les dije si me daban unas escenas de la NASA. Y me dieron dos rollos de 120 metros con toda la generosidad del mundo que incluí en la película.  Se portaron muy bien conmigo en el consulado americano. No me pidieron ni un duro por el material, lo único que me pidieron es que les retornara las películas originales cuando terminase. Parece que no les esté agradecido por no haberlo mencionado en los títulos de crédito, pero ya estaban terminados y me dio pereza añadir el agradecimiento. Supongo que a ellos les daría igual, pero me hubiera gustado agradecérselo, pues hoy en día no creo que exista esa generosidad.

Revista erótica Sexy-Cine dedicada íntegramente a Lynn Andersson (Archivo Serendipia)

Lynn Endersson[14] trabajó mucho con Xiol y directores como Jesús Franco, Manuel Esteba o Enrique Guevara. En Crónica sentimental en rojo (1986) hizo un pequeño papel, episódico, para Rovira Beleta. Pero sobre todo trabajó con Juan Xiol, con el que estaba muy unida: Señora casada necesita joven bien dotado (1971), Sexy… amor y fantasía (1977), El precio del aborto (1975), Los farsantes del amor (1972) …

No se cortó ninguna escena, y eso que cuando la presenté a censura recibí un oficio en el que me decían que realizara varios cortes por culpa del pubis que se ve a Gemma Lewis en la escena de la ducha. Total, que fui al laboratorio y me prepararon incuso la banda de sonido, pero al final, decidí no cortar. La censura no era igual para todos. A los oficialistas, a los pelotas, a los franquistas se les permitía más, pero para un peladillo como yo… Fuera de esto no recuerdo más problemas con la censura. Yo quería meter algo de desnudo y metí lo de la ducha. Las escenas de Lynn Endersson y Dan Muni las puso Xiol, y el medio striptease no sé si lo puse yo, pero por inspiración de Xiol.

Juan Xiol constó como coguionista porque consideré que ponerlo como montador, con todo lo que él ya había hecho en el cine, era como rebajarlo de grado. El pobre falleció un año después de estrenarse la película, en 1977, de un extraño tumor. Muy raro e inesperado. Incluso con su novia, Lynn, estaba, la semana antes de fallecer, planeando ir a Italia a hacer un trabajo.

Con el nuevo montaje terminado, y enterado quizás por el laboratorio, me llamó Josep Anton Pérez Giner de Profilmes, que tenía la oficina en la Plaça Francesc Macià de Barcelona. Me dijo que había visto mi película en Fotofilm, sin pedirme permiso, y que me la compraba por 2.800.000 pesetas. Teniendo en cuenta que a nosotros nos había costado 1.700.000 pesetas ¿Creerás que rechacé la oferta? Pues sí.

El mayor error de toda mi vida.

Caratula promocional de Video Express que el mismo Olaria desconocía y que no había autorizado. Así que, de haberse editado, se trataría de una edición pirata (Archivo Serendipia)

Y todo porque había hablado antes con José Badal de Discentro[15] sobre que la llevara él. Yo creo que eso me frenó de hacer el trato con Profilmes. El caso es que cuando volví a hablar con Badal me dijo que tenía el cupo de películas cubierto para todo el año. Y entonces volver a Pérez Giner… aunque fui un imbécil, porque incluso su secretario me llamaba para comprármela. Y debería haber aceptado porque había un beneficio. Pero es que incluso si le hubiera pedido 3.000.000 igual me los hubiera dado, pues cuando te ofrecen 2.700.000 es que van a subir a 3.000.000. Y por entonces las películas valían cuatro y cinco millones. Y a Pérez Giner le gustaba la película, decía que tenía gracia.

También he llegado a la conclusión de que, si bien Pérez Giner era el consejero delegado de Profilmes, Muñoz Suay era el director y el que tenía la última palabra, y no me extrañaría que hubiera sido Muñoz Suay el que le hubiera dicho a Pérez Giner que comprara mi película, porque antes de hacer El hombre perseguido por un OVNI fui a ver a Suay a Films Contacto, que tenía la oficina en Paseo de Gracia y que era la productora de Jacinto Esteva Grewe, el de la escuela de Barcelona, director de Lejos de los árboles (1972), para hablar de cine y para ver si me daba trabajo. Fue muy amable conmigo y se portó muy bien. O sea, que había una relación y tal.

Varios años después me enteré también de que la había visto en Fotofilm el Sr. Soler del cine Capitol de Barcelona[16]. Es una especulación, pero no me extrañaría nada que hubieran hablado entre ellos para ponerla en el Capitol, pues Profilmes tenía asegurada la exhibición en ese cine.

En todo caso Profilmes pagó el doblaje al inglés de la película. Se hizo en Arcophon de Madrid con Jack Taylor[17] como director de doblaje. Esta copia doblada se llamó The Man from Gaminedes, que es un título muy raro que le puso el secretario de Profilmes para venderla al extranjero. Yo le pregunté que qué tenía que ver Gamínedes, que además escribieron mal, pues se escribe Ganímedes, pero…

No sé si en Profilmes harían el pillo y habiéndose gastado el dinero del doblaje no harían alguna venta al extranjero. La única venta que Profilmes me comunicó fue a un peruano que había dado 10.000 dólares de los que no llegué a ver ninguno, pues me daban largas diciendo que no les pagaba. Pero todo esto es una especulación. Y, además, no me importaría que hubieran hecho alguna venta con la que cubrir los gastos que tuvieron con el doblaje.

Después de rechazar a Profilmes me llamó Fuster[18] de Valencia, que fue el que finalmente la distribuyó. Este al final no me dio nada. Fuster era un excombatiente o algo así. Distribuía nada menos que el No-Do. Pero yo estaba derrotado y tan desanimado que tenía la película en un cajón y se la di a él para que la distribuyera. Pero hizo poca cosa. No ponía publicidad y hacía que la pusiera el exhibidor, el cine. Solo hizo cinco copias de la película, que no se estrenó ni en Madrid ni Barcelona, tan solo en provincias. Lo sé por el control de taquilla que recibía. Se proyectó en pueblos e incluso alguna capital, llegando a recaudar cuatro millones de pesetas por toda España, que no es mucho.

Nunca quedé contento con aquella película. No quedó como yo quería.

Carátula de la edición oficial en VHS de El hombre perseguido por un OVNI. El distribuidor, VideoCadena, decidió cambiarle el nombre (Archivo Serendipia)

DESPUÉS DE LA ABDUCCIÓN

Hice otra película en 1985[19] en blanco y negro que se llamó El diario rojo. No tenía nada que ver con la ciencia ficción, era un drama de amor y desamor que permanece guardada, pues lo único que hice con ella me salió mal y ya no quise seguir moviéndola. Se la presenté a Antonio Llorens de Lauren Films, que no me dejó verla junto a él y sus colaboradores y la rechazaron. Algún día tengo que ponerla, aunque sea para los amigos.

Después vendrían cortometrajes como El caminante (1990) y Encuentro inesperado (1995) protagonizado por Ángela Ulloa, hija del director de cine José Ulloa. Ángela colabora conmigo ahora como asistente de dirección en El hijo del hombre perseguido por un OVNI.

EL HIJO DEL HOMBRE PERSEGUIDO POR UN OVNI

El hijo del hombre perseguido por un OVNI (Foto gentileza de J. Carlos Olaria)

Es una secuela de la anterior. Como los extraterrestres han fracasado en su intento de llevarse a Alberto Oliver (Richard Kolin) a su planeta para hacer experimentos con él, volverán a intentarlo con su hijo, enviando a otros para hacerlo.

El guión se terminó de escribir en 2014 y se está rodando de manera artesanal. Como quedé muy descontento con la primera y hoy en día los ordenadores ofrecen tantas posibilidades, pensé que podía hacerla mejor. Lo de “El hijo de…” lo he copiado de las películas antiguas tipo El hijo del capitán Blood o El hijo de Robín de los bosques.

Si tuviese posibilidad de rodar mi película con un productor, la haría de la forma clásica, con actores profesionales, pero no he contado con actores profesionales con excepción de José María Blanco. Así que yo les digo lo que han de hacer y como hoy en día puedes rodar 30.000 veces, pues vas probando y al final sale bastante bien, aunque nunca con la calidad de un actor profesional. No obstante, los actores profesionales se saben tan perfectamente los diálogos, lo hacen todo de una manera tan perfecta, que incluso saben cuando no deben parpadear, y a mí tanta perfección… y me dirán que lo hago mal, pero cuando actúas con gente espontánea y no profesional lo hacen de

Rodaje de El hijo del hombre perseguido por un OVNI: Jordi Guasch, Toni Junyent, Ana Merchante y David Ayén frente a J. C. Olaria (Foto: Pere Koniec)

forma más real, por decirlo de alguna manera. No son como robots e incluso con sus errores, te lo hacen. Y luego, cuando lo veo me digo “¿En esa situación es posible que el personaje actuara así?” Y si el duendecillo me dice que sí, vale. Y si me dice que no, lo quito. Robert Bresson nunca empleaba profesionales. Empleaba a gente de la calle. Les decía como tenían que hacerlo y mira, es un director clásico de la historia del cine. Pero hay que tener también, aunque no sean actores, cierta predisposición. Porque hay tíos que son “estaquirots[20] que no hay manera de sacar nada de ellos.

En el guión el protagonista, el hijo del hombre perseguido por un ovni, tenía Síndrome de Down. No lo explico demasiado en la película, pero se supone que cuando Alberto Oliver (Richard Kolin) va al espacio es afectado por los rayos Gamma, y que tras volver a la Tierra tiene un hijo con Carmen (Gemma Lewis), y nace con Síndrome de Down. Aunque eso no se dice en la película, se lo ha de imaginar el espectador.

Extraterrestres en El hijo del hombre perseguido por un OVNI (Gentileza de J. Carlos Olaria)

Yo tenía visto por televisión a un chico con Síndrome de Down que hacía un anuncio de Repsol que era de una simpatía que me tenía enamorado… en el buen sentido. Así que quería ir a por él. Del anuncio aquel hasta ahora habían pasado igual siete años y estuve buscándolo hasta que me dijeron que salía en una serie de televisión. La ví y el chico había cambiado tanto que no le reconocía, no veía aquella simpatía del anuncio. Además, pensé que con las dificultades que tenía ya con el rodaje y los trucajes solo me faltaba que viniera un chico con Síndrome de Down para convencerle de interpretar a mi protagonista. Así que, entre unas cosas y otras, conocí a Toni Junyent, que no tiene Síndrome de Down, pero tiene Síndrome de Moebius y no puede gesticular ni moverse mucho. Y habla de una manera… Le dije si quería participar y dijo que sí. Y se ha portado fantásticamente. Aunque la lástima es que no se podrá doblar a sí mismo a pesar de que lo interesante es su voz.

He contado con otros como Carlos Mir o Toni Rovira. A Carlos Mir lo vi por la tele presentando películas en su programa del fin de semana. Y tal y como le vi, así pelado, pensé “Qué cara de extraterrestre”, así que lo llamé y pensé que me mandaría a paseo, pero me citó cerca del cine Girona, en un restaurante que hay, le expliqué lo que tenía y lo que quería hacer y, extrañamente, me dijo que sí. Y es que lo que me sorprendió de Carles Mir es que a él le importa un bledo lo que la gente piense de él por hacer de marciano en mi película. Acudió los días que le cité con una fidelidad, una puntualidad y una buena fe que el hombre me hizo todo lo que le pedí.

Foto de rodaje en la que tras J. C. Olaria podemos ver a los extraterrestres de El hijo del hombre perseguido por un OVNI,  Carlos Mir y Jordi Ferrer (Foto: Pere Koniec)

A otro de los actores, Jordi Ferrer, lo conocí en la sauna del gimnasio. Estábamos todos medio en pelotas y yo lo estaba mirando todo el rato y a lo mejor pensó que quería ligar con él. No me atrevía a decírselo, porque además de que soy muy tímido, había un tipo hablando con él y si le pregunto si quiere hacer de extraterrestre en mi película… pero al final me atreví y se lo dije “¿Le puedo hacer una pregunta?” y el tío hace así… pero cuando le dije lo de hacer de extraterrestre se calmó. Y no solo eso, se portó fantásticamente también, dándose la casualidad de que es poeta, escritor, y le han dado un premio recientemente en el Centro Moral de Gracia.

Incluso hago un cameo en una escena en la que yo, con cara negativa, estoy construyendo una máscara dentro de un molde. Así que salgo en la película, pero en negativo. Por lo tanto, si me quieren conocer tendrán que pasar a positivo mi cara ¿Verdad que es gracioso? Pero a lo mejor eso lo cortamos al final, porque hay mucho material.

En El hijo del hombre perseguido por un OVNI me he encontrado con la sorpresa de que pensaba que la gente se desnudaría con toda tranquilidad y ya no es como antes, en la época del destape. Incluso las que quieren dedicarse al cine y ser actrices no se quieren desnudar.

También denuncio la contaminación, por los humos y por la radioactividad, e incluso pongo una solución, pedestre pero muy graciosa, para desprenderse de los desechos radioactivos. Cuento que los extraterrestres tuvieron ese problema y lo resolvieron lanzando cohetes con containers al espacio. La nave trasportadora, con los containers detrás llenos de material radioactivo y de desecho, llegan al sol y sueltan los containers, que se destruyen allí. De esta manera los extraterrestres evitaron que su planeta se envenenase con la radiación. No estaría mal, lo único que ocurre es que lo primero que dirían es que es caro, pero también lo es eso que hacen ahora, tirar cohetes y satélites para radio, GPS… En vez de tirar tanto cohete podrían enviar al sol todo el material radioactivo que se encuentra en silos y cavernas que si se abriesen estaríamos todos perdidos, como en La hora final[21]. Para evitarlo, no estaría mal que en América o China se les ocurriese enviar todos esos residuos al sol, como se ve en mi película.

De nuevo un coche surca el espacio en El hijo del hombre perseguido por un OVNI (Gentileza de J. C. Olaria)

Para la nueva película arreglé algunas de las máscaras originales. Los que salen con la máscara son robots creados por los extraterrestres. Si se destruyen no se pierde nada. En la nueva película, como los extraterrestres son de otro planeta negativo, la cara es negativa y todo lo demás normal. Pero eso está hecho sin máscaras, pues los que las emplean son los robots y en esta película solo hay uno.

También en El hijo del hombre perseguido por un OVNI sale el coche surcando el espacio, ya que lo sueltan y vuelve a la Tierra.

Todos los efectos los improviso y los resuelvo yo. Es muy bonito, porque viene a ser como un reto. Por ejemplo, recuerdo una escena que había que rodar con muchas pantallas de televisión representando el lugar de lanzamiento de un cohete. Entonces se me ocurrió que podría hacerla en uno de esos estudios de televisión. Pero si lo hubiese hecho así, de manera profesional como aquel que dice, nos estaríamos igual una semana. Además, no siempre están disponibles… fatal. Así que lo solucioné de una manera precaria. También porque soy tacaño. Con croma en una

Rodaje de El hijo del hombre perseguido por un OVNI (Foto: Pere Koniec)

mañana estuvo hecho. Se sigue el guión y todos hacen lo que deben con fondo verde. La gran ventaja es que sobre este fondo verde pones todo lo que quieras, y puse fusilados de interiores de sitios reales de lanzamiento, y claro, aquello parece una cosa de gran grandiosidad. Con la única desventaja de que luego, al hacer el incrustado, los bordes reflejan lo verde y ¡madre mía lo que cuesta de borrar! Hay que hacer incrustación por RGB o Ultra o cromaticidad… venga a hacer pruebas hasta quitarlo. Y a veces no se puede del todo. Pero no creo que el público se de cuenta. Los que sí se darán cuenta serán los que saben un poco del tema, que podrán pensar que está hecho de una manera pedestre. Queda, creo, al estilo en el que lo haría Ed Wood si viviese.

Voy poco a poco. He terminado de montar la secuencia 65. Después la 69 y después me di cuenta de que de la 72 a la 76, que son cinco y están separadas, se pueden reunir. Por lo tanto, tengo un “grapat[22]hecho. Cuando acabe este premontaje haré las escenas de masas, que no hay muchas, pero alguna hay, como por ejemplo en la Torre Agbar, en la que no sé si nos darán permiso para rodar. Resulta que cuando la destruyen de arriba a abajo, todo el mundo sale de las oficinas corriendo a los ascensores, y otros por las escaleras. En realidad, planos cortísimos, pero claro, con gente. Y sería muy bueno poder hacer un plano picado con todos corriendo, escapando. Eso estaría muy bien. También en Las Ramblas, antes de que llegue el Tsunami también… pero eso me lo han de hacer, yo a eso no llego, creo. Si alguien me proporcionase el programa necesario a lo mejor podría hacerlo yo también, porque se trata de coger Las Ramblas, incrustar a la gente corriendo y al fondo, poner la ola. Pero eso se hace con programas que yo todavía no tengo.

Pero bueno, después de estas pequeñas cosas me dedicaré a lo más difícil y espero que para 2020 esté acabada. Total, solo quedan dos años.

TELÓN: FILOSOFANDO Y DIVAGANDO

Yo creo que hay vida en otros planetas. A lo mejor no tantos como pensamos, porque el fenómeno de la vida requiere de una atmósfera especial, un magnetismo, agua… no es tan fácil. Entonces, esto que pase a nivel del Universo, con tantos soles, seguro que pasa. Ahora, yo pienso que en nuestro Sistema Solar prácticamente no hay vida, todo es desierto. A lo mejor encuentran unas bacterias en Ganímedes, pero ni eso. En cambio, bajo la Tierra, levantas una piedra y debajo está lleno de vida. En todos lados, incluso en los mares abisales. Pero es solamente en la Tierra. La Luna, que está a un paso, nada. Plutón, nada. Venus está lleno de gases, no hay nada, así que no es tan fácil. Pero mucho más lejos, en otro Sistema Solar claro que se habrá dado. Pues hay millones, quizás billones de estrellas y de soles. Y además se dice que elementos provenientes de allí como el carbón y el silicio son los mismos que en la Tierra, por lo tanto, seguro que hay vida. Pero está a tal distancia que es como si estuviéramos solos. Para ir al planeta más cercano se tardaría 20.000 años, y otros 20.000 en volver: 40.000 años ¿Crees que esto es posible de recorrerlo? Por eso creo que no han llegado extraterrestres a la Tierra. Y creeme que ya me gustaría equivocarme. Porque, qué adelantados tendrían que estar si pudieran llegar hasta aquí. Qué tecnología tendrían comparada con la nuestra

En Viaje al firmamento, uno de mis cortos, el terrestre le pregunta cosas al extraterrestre, preguntándole qué le parece el mundo. Yo, ya puestos a filosofar, no sé porque estamos aquí. Si eres religioso practicante lo tienes todo resuelto. Seguramente no harías preguntas, pues no te interesaría la opinión de los extraterrestres. Cuando te murieras llegaría la resurrección de los muertos y si te has portado bien irás al paraíso y ya está. Felices. Pero para personas como yo, que tengo mis dudas, yo no entiendo todo esto. Yo creo que todo es producto de la mente humana, es decir, las religiones, todas, no se salva ninguna, surgen a raíz de la indefensión del ser humano. Todos los seres nacen desprotegidos, con miedo, y necesitan protección de la madre hasta que se emancipan. Al ser humano le pasa igual. Nace, crece, pero se pregunta muchas veces en qué puede apoyar su existencia. De donde vengo, quien soy. Entonces la religión le da un amparo que le permite vivir tranquilo. Y con una cosa positiva, eso sí, que todas tienen sus reglas éticas.

Pero hay gente, como un servidor, a la que, honestamente, todo esto no le convence. No creo ni en Buda, ni en Mahoma y pienso que Jesucristo fue un hombre ¡¿Qué Dios?!, los propios humanos han creado a sus propios dioses para que les protejan. Así que para personas que como yo todo eso no le convence, vivimos toda la vida y moriremos, como yo, sin saber nada. Sin saber porqué estamos aquí, de dónde venimos ni adónde vamos. Y si viniese un extraterrestre y te lo explicase, porque con sus conocimientos fabulosos lo supiese… A mí me mantiene infeliz todo esto porque no lo entiendo. ¿De donde provienen tantas y tantas especies que pueblan la Tierra? ¿Las ha hecho un Ser Supremo?

Así que estos temas me gustan para hacer películas de aventuras, pero, si fuera cierto… A mí me gustaría que me abdujeran para poder preguntarles sobre todas las cosas. Sería fantástico.

Foto: Angela Ulloa (Gentileza Pere Koniec)

NOTAS
[1] The Day the Earth Stood Still dirigida en 1951 por Robert Wise y estrenada la noche (22.40 h.) del 23 de diciembre de 1952 en el barcelonés cine Kursaal.
[2] The War of the Worlds (Byron Haskin, 1953). Estrenada el 18 de noviembre de 1954 en el Real Cinema de Madrid
[3] Forbidden Planet (Fred M. Wilcox, 1956). Estrenada en el cine Capitol de Barcelona nada menos que en abril de 1967.
[4] First Men in the Moon (Nathan Juran, 1964) Estrenada tres años después en los cines Benlliure y Palacio de la música de Madrid.
[5] Rocketship X-M (Kurt Neumann, 1950)
[6] Wernher von Braun (J. Lee Thompson, 1960)
[7] Ricardo Coscolín, actor y modelo de publicidad natural de Tarazona.
[8] Anuario español del espectáculo y audiovisuales que, en forma de libro, se editó de 1966 a 2007 con destino a los profesionales del ramo. Incluía direcciones y teléfonos de técnicos, festivales, productores, artistas y managers, entre otros datos.
[9] Juan Xiol (Bilbao, 1921-Barcelona, 1977) fue un guionista y director de cine de género en activo desde 1946 hasta su fallecimiento a los 55 años en 1977. En su filmografía, no muy destacable, figuran varios westerns, películas de espionaje, y eróticas, ya en su última etapa.
[10] Fotofilm SAE fue el laboratorio cinematográfico más importante de España. Fundado en 1953 por Daniel Aragonés, estaba ubicado en la Travessera de Dalt, una de las zonas más prósperas de Barcelona. Tuvo que cerrar y hacer suspensión de pagos, siendo embargadas y almacenadas en un almacén de Rubí (Barcelona) miles de latas de celuloide por clasificar.
[11] De nombre real Dámaso Muní, Dan Muni tuvo una poco ilustre carrera en la que principalmente interpretó papeles secundarios, cuando no diminutos, especialmente en coproducciones de género en los sesenta. El hombre perseguido por un OVNI fue la última cinta de la que tenemos constancia que participó.
[12] De hecho, cabe la posibilidad de que la escena que comparten Lynn Endersson y Dan Muni en El hombre perseguido por un OVNI perteneciera a El precio del aborto, que Juan Xiol rodaba por entonces.
[13] Manuel Bonchud tiene una muy prolongada carrera en el cine que abarca desde mediados de los años cincuenta hasta la actualidad.  Ha participado en infinidad de películas de todo tipo realizando pequeños papeles. Se le puede ver, casi siempre fugazmente, desde en Relato policíaco (Antonio Isasi-Isasmendi, 1954) a [Rec] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007), pasando por Los violadores del amanecer (I. F. Iquino, 1978).
[14] De nombre real Lina Nadal y natural de Perpignan, inició su carrera artística en el cine como Lina Cuffi en 1959, realizando pequeños papeles en cintas policíacas para directores como Julio Coll (Un vaso de whisky, 1959) o Pedro Luís Ramírez (Llama un tal Esteban, 1960) e incluso de aventuras con Miguel Iglesias Bons (Tarzán y el misterio de la selva, 1973) antes de, ya como protagonista y con el nombre de Lynn Enderson, conocer a Juan Xiol y dedicarse, casi en exclusiva, a películas eróticas para el propio Xiol. Tras el fallecimiento del director, pasará a trabajar con otros, especialmente Enrique Guevara (Jill, 1978; El último pecado de la burquesía, 1978, entre otras), pero también Amando de Ossorio (Pasión prohibida, 1980) José Ramón Larraz (Las alumnas de Madame Olga, 1981) y Jesús Franco (El sexo está loco, 1981), entre muchos otros.
[15] DISCENTRO, S.A. (Distribuidora Cinematográfica del Centro, S.A.) fue fundada en los años cincuenta por el navarro Simón Blasco Salas, médico de profesión y escritor metido a productor y el distribuidor catalán Francisco Badal. Contaron con algunos grandes éxitos como ¿Dónde vas Alfonso XII? (Luís César Amadori, 1959) y mucho del cine de género generado durante los años sesenta, década en la que fundaron PROCENSA (Producciones Cinematográficas del Centro, S.A.) con la produjeron cintas folkloricas, de espías y spaguetti-western nada remarcables. Ambas empresas finalizaron su actividad durante los años setenta.
[16] El cine Capitol (actualmente teatro) estaba situado en las Ramblas de Barcelona y era conocido popularmente como Can Pistoles por estar dedicado, casi en exclusiva, al cine de género: terror, aventura, policiaco, western…
[17] Jack Taylor es un muy reconocido actor para los amantes del cine de terror español. Nacido en Estados Unidos y afincado en nuestro país, ha participado en un buen número de producciones españolas, entre ellas El buque maldito (Amando de Ossorio, 1975), La venganza de la momia (Carlos Aured, 1974), Dr. Jekyll y el hombre lobo (León Klimovsky, 1972) o Mil gritos tiene la noche (Juan Piquer Simón, 1982), entre muchas otras.
[18] Selecciones Fuster fue una de las más importantes distribuidoras españolas de posguerra.
[19] En IMDB y Wikipedia pone que El diario rojo se rodó en 1982
[20] Voz catalana que puede traducirse al castellano por ‘pasmado’.
[21] On the Beach (Stanley Kramer, 1959)
[22] En castellano, ‘puñado’.

  1. 4 febrero 2019 a las 5:44

    Magnífico el trabajo y empeño de D. J. C. Olaria y realmente admirable su pasión por el cine y por plasmar la fantasía de las historias de su mundo interior. Bravo.

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