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‘TerrorMolins 2018’: Buen cine y mejor ambiente
Tras el Festival de Sitges llegan dos citas obligadas para Serendipia, por cercanía, por calidad y por amistad: Cardoterror (del que ya les hablamos en su momento), y TerrorMolins, con el que cerramos, por este año, nuestra agenda festivalera. En esta ocasión Molins ha rendido un merecido homenaje al director Brian de Palma con una magnífica exposición, una retrospectiva con cuatro perlas de su filmografía y un libro editado por Hermenaute en el que se analizan todos sus filmes. Pero claro, en TerrorMolins ha habido muchas más cosas, que pasamos a repasar:
(Fotos: Serendipia. Excepto la indicada)
CINE EN LA PENI
El festival se inició el viernes 9 de noviembre con la premiere española del filme danés Cutterhead, de Rasmus Kloster Bro (2018), que el propio director y su protagonista, Christine Sønderris, se encargaron de presentar. Durante ese primer fin de semana se ofrecieron, además, diversos títulos como Annunaki, los caídos del cielo (Joan Frank Charansonnet y Rubén Vilchez, 2018) en premiere mundial; Amateur (Sebastián Perilló, 2016); el documental El Pionero. El cine parapsicológico de Sebastià D’Arbó (Luis Esquinas, 2018) y la india BCN Knockout!, de Puri Jagnnadh (2013-2014) que tantas alegrías nos diera en su proyección durante las Nits de Cinema Oriental de Vic y que se ofrece en Molins por gentileza del festival que dirige nuestro amigo Quim Crusellas.
No es pues hasta el lunes 12 que se inicia la proyección de los largometrajes a competición, que fueron los siguientes: la canadiense What Keeps You Alive (Colin Minihan)y ; la producción sueca Blood Paradise (Patrick von Barkenberg) que se ofreció en premiere europea; la estadounidense The Witch in the Window (Andy Mitton) en premiere española; la mexicana Vuelven (Tigers Are not Afraid) de Issa López; Los huérfanos (Pengabdi Setan, Joko Anwar, 2017); la producción francesa La nuit a dévoré le monde (Dominique Rocher); la catalana After the Lethargy de Marc Carreté en premiere española; y Lord of Chaos de Jonas Åkerlund, producida por Inglaterra y Suecia. Además de Summer of 84 (Francois Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell), Ghostland (Pascal Laugier) y The Devil’s Doorway (Aislinn Clarke) que se proyectaron durante la tradicional maratón de 12 horas del sábado. Un total de once producciones, algunas vistas en Sitges y otras, tal y como hemos señalado, en premiere española, europea e incluso mundial. Además, dentro de la sección Being Different se ofrecieron la argentina Abrakadabra (Luciano y Nicolás Onetti); las canadienses I’ll Take Your Dead (Chad Archibald) y Lifechanger de Justin McConnell, en premiere española; Piercing (Nicolas Pesce); la coreana Gonjiam: Haunted Asylum, de Jung Bum-Sik; y en premiere española, la británica Book of Monsters (Steward
Sparke). También dentro de la maratón se se proyectaron Lasso (Evan Cecil) y Puppet Master: The Littles Reich (Sonny Laguna y Tommy Wiklund) y como película sorpresa la coreana Kamera o tomeru na! (One Cup for the Dead, Shin’ichirô Ueda, 2017).
A todo esto hay que sumar la sesión especial Movistar Plus, en la que se proyectó Leatherface (Alexandre Bustillo y Julien Maury, 2017); y, por supuesto, las películas del homenajeado, Brian de Palma, El fantasma del paraíso (Phantom of the Paradise, 1974), Carrie (1976), La furia (The Fury, 1978) y Vestida para matar (Dressed to Kill, 1980), en magníficas copias en visionado DCP, una maravilla de imagen y sonido que hicieron muy especiales esas sesiones.
La sesión de clausura contó con un homenaje al actor Jack Taylor, que recibió el premio del Festival por toda su labor cinematográfica, proyectándose el documental Jack Taylor, testigo del fantástico, de Diego López, que lo presentó. Finalmente Ángel Sala, responsable del Festival de Sitges, se encargó de hacer la presentación de Mandy (Panos Cosmatos, 2018), la explosiva cinta de clausura, tras la cual se celebraría una fiesta para todo aquel que quiso ir.
Por su parte la Sección Oficial de Cortometrajes del Festival de Cine de Terror de Molins de Rei 2018 constó de 24 trabajos provenientes de todo el mundo que fueron seleccionados de entre los 348 recibidos a concurso.
CINE EN LA GÓTICA
El año pasado el festival inauguró La Gótica, su segunda sede, un espacio histórico, pues se trata de una de las dependencias del antiguo Palacio de los Requesens, mandado construir por Galcerán de Requesens y Santacoloma a mediados del siglo XV e inscrito en el Registro de Bienes Culturales de Interés Nacional de La Generalitat, y que fue rehabilitado el 2014 en un esfuerzo conjunto entre el Estado Español, la Generalidad de Cataluña y el Ayuntamiento de Molins de Rei. Y la Gótica ha sido el marco ideal para las sesiones retrospectivas, así como para algunas de las muchas actividades englobadas en TerrorMolins 2018, todas ellas, gratuitas.
Serendipia es muy de clásicos, y en esta edición del festival de Molins, además de los cuatro filmes de Brian de Palma, los asistentes han tenido ocasión de disfrutar, en este nuevo espacio, de grandes películas, favoritas de todos los tiempos como son El ladrón de cadáveres (The Body Snatcher, Robert Wise, 1945), La noche del demonio (Night of the Demon, Jacques Tourneur, 1957), Dementia 13 (Francis Ford Coppola, 1963), Terror ciego (See no Evil, Richard Fleischer, 1971) e Images (Robert Altman, 1972).
Pero además pudo verse El incinerador de cadáveres (Spalovac mrtvol, Juraj Herz, 1969), con un coloquio posterior moderado por Javier Rueda (programador del Zumzeig) que contó con Albert Galera (Director Artístico del terrorMolins) y el propio Serendipia, que disertaron sobre la película en sí y sobre su visión de los límites del terror. Esto, como pueden suponer, nos hizo especial ilusión. También hubo espacio para el cine canalla con Apocalipsis Voodoo (Vasni J. Ramos, 2017) divertida mezcla de cine de terror y thriller policíaco repleto de zombies, luchadores mexicanos, peleas a lo Terence Hill, Kung-Fu chungo y comandos, una batiburrillo imbatible apoyado por muchos chistes chuscos, personajes descacharrantes y una fantástica banda sonora. Sin olvidar Sexo sangriento (Manuel Esteba, 1981), Rabbia furiosa: Er Canaro (Segio Stivaletti, 2018) o el documental Jack Taylor, testigo del fantástico (Diego López ), que se proyectó también en La Gótica.
En TerrorMolins también hubo espacio para las webseries con El punto frío, compuesta de cinco capítulos de entre 15 y 20 minutos de duración dirigidos por Alberto Ortega y escritos por Ángel Agudo. Inspirada en la leyenda de la Santa Compaña, la serie está producida por RTVE en colaboración con Dadá Films & Entertainment y protagonizada por Natalia Rodríguez, David Solans y Lola Baldrich, entre otros. Trashorama, el demento sello dedicado al más loco cine oriental y la serie-B más indigna, contribuyó a la fiesta y el dislate con episodios de HollyBrut. Finalmente, estaba previsto un duelo de cortometrajes entre dos festivales, Fantosfreak y FantBilbao, con la presencia de los directores de ambos certámenes: Rafa Dengrà y Francisco Javier Donate, respectivamente, pero debido a las inclemencias meteorológicas, se decidió suspender.
La Gótica también fue escenario de una Room Escape vinculada el film Carrie; “Tu primera escena de terror”, un taller de cinema infantil; o los Molins Horror Games.
EXPOSICIÓN
Del 26 de octubre al 25 de noviembre de 2018, la Sala d’Exposicions de Ca N’Ametller de Molins de Rei acoge la exposición gratuita De Palma vs De Palma, que por primera vez exhibirá material privado del catalán Jordi Batet Trias, el mayor coleccionista de materiales vinculados a la obra del prestigioso cineasta.
La exposición De Palma vs De Palma , es uno de los actos más importantes de la 37ª edición del TerrorMolins y ofrece un recorrido por la obra de este cineasta de referencia, a partir del desdoblamiento de varios conceptos recurrentes en su trabajo. El visitante podrá descubrir carteles originales de sus películas -creados por artistas de todo el mundo-, fotografías de rodaje y fotogramas de sus filmes, objetos originales y un video exclusivo que conmemora esta exposición y que se podrá ver en uno de los espacios habilitados dentro de la propia sala. Un sobrecogedor video-montaje compuesto de diversas escenas pertenecientes al cine de De Palma. Violencia, sexo, pulsiones y diferentes miradas del director través de las imágenes de sus filmes, conectándolas.
La exposición fue asimismo, el marco donde se presentó, el domingo 4 de noviembre, el libro oficial del festival, de igual título que la exposición, escrito para la ocasión y publicado por la editorial Hermenaute. Con este ya son tres las colaboraciones entre el festival y la editorial catalana.
PALMARÉS TERRORMOLINS 2018
COMPETICIÓ OFICIAL DE LLARGMETRATGES:
– PREMI MILLOR MAQUILLATGE I FX – The Night eats the world
– PREMI AL MILLOR GUIÓ – Pascal Laugier (Ghostland)
– MILLOR ACTRIU – Paola Lara (Tigers are not afraid)
– MENCIÓ ESPECIAL DEL JURAT A MILLOR ACTRIU – Brittany Allen (What keeps you alive)
– MILLOR ACTOR – Rory Culkin (Lords of Chaos)
– MENCIÓ ESPECIAL DEL JURAT A MILLOR ACTOR – Lalor Roddy (The Devil’s Doorway)
– MILLOR DIRECTORA: – Tigers are not afraid “Vuelven” (Issa López)
– MILLOR PEL·LÍCULA – Lords of Chaos (Jonas Åkerlund)COMPETICIÓ OFICIAL DE CURTMETRATGES:
– PREMI MANEL GIBERT DEL PÚBLIC per a BAGHEAD d’Alberto Corredor
– PREMI MILLOR MAQUILLATGE I FX per a HELSINKI MAINSPLAINING MASSACRE de Milla Sevon
– PREMI AL MILLOR GUIÓ per a GREEN LIGHT, RED LIGHT de Kyubin Lee
– MILLOR INTERPRETACIÓ per a SAVANNAH FORAN McDANIEL del curt HERE THERE BE MONSTERS.
– PREMI MÈLIÉS DE PLATA AL MILLOR CURT EUROPEU per a LA NORIA de Carlos Baena
– PREMI A CONTRACORRIENTE FILMS AL MILLOR CURT per a POST MORTEM MARY de Joshua Long
– MENCIÓ ESPECIAL DEL JURAT ALS EFECTES ESPECIALS del curt LABORATORY CONDITIONS de Joe RussellPREMIS DE LA CRÍTICA D’OR DE BLOGOS DE ORO:
– MEJOR LARGOMETRAJE: Tigers are not afraid por su fiera crítica a través del cine fantástico a la dramática situación en la que viven los niños sin techo mexicanos haciendo evidente que a veces la realidad supera los límites del terror.
– MEJOR CORTOMETRAJE: Post mortem Mary por su cuidadosa puesta en escena de época, con excelentes actuaciones y una realización impecable que combina perfectamente terror y humor negro, aportando originalidad dentro del subgénero.”
PREMI 20 SEGONS MOVISTAR:
– MILLOR CURT per a LA FAVORITA de Samuel Nogaledo
CONCURS DE MICRORELATS:
– MILLOR MICRORELAT DE TERROR EN CATALÀ:
Premi: No et giris, de Javier Fernández Mata (Igualada)
Accèssit: Transit del mil·lennista, de Sergi G. Oset (Barcelona)
– MILLOR MICRORELAT DE TERROR EN CASTELLÀ:
Premi: Altruista, de Maria Gil Diz (Xinzo de Limia, Ourense)
1r Accèssit: Torturas, de Julián Sánchez Caramazana (Barcelona)
2n Accèssit: La madre, de Edweine Loureiro da Silva (Souka-Shi, Saitama, Japó)
– PREMI INSTITUTS AL MILLOR MICRORELAT DE TERROR: Desert
Un palmarés, como vemos, muy repartido y en el que la gran vencedora, con premio a mejor película y actor protagonista ha sido Lord of Chaos, una magnífica cinta que sin despreciar cierto tono de comedia relata hechos dramáticos, no ahorrando al espectador la violencia de algunos asesinatos. Otra cinta que ha obtenido dos premios importantes ha sido Vuelven (Tigers Are Not Afraid) por la dirección de Issa López y la interpretación de Paola Lara, además del premio de la crítica a la mejor película. Por su parte Pascal Laugier se llevó el de mejor guión por Ghostland, una de nuestras favoritas del año.
Un festival bien organizado, con envidiable infraestructura (hasta Ángel Sala piropeó La Peni bromeando con llevársela a Sitges), buena selección de programación y, sobre todo, mucha dedicación y cariño al cine. Al buen cine. Y mucho cariño hacia un longevo festival que se sabe querido.
¡¡¡NOS VEMOS EN TERRORMOLINS 2019!!!
El cine en zapatillas: ‘Call TV’ y ‘La última ola’ (Regia Films)
CALL TV (Norberto Ramos del Val, 2017)
España. Duración: 85 min. Guión: Pablo Vázquez y Ricardo López Toledo Fotografía: César Montegrifo Música: José Sánchez-Sanz- Formato Pantalla: 2,40:1 (16/9) Anamorphic Widescreen Audio: Castellano 5.1 Subtítulos: Inglés Extras: Videoclip, Falsos Spots, Trailer. Caratula reversible.
Reparto: María Hervás, Ismael Martínez, Álvaro Lafora, Ana del Arco
Sinopsis: Presentar un Call TV no debería ser una tarea muy complicada; aguantas a los salidos, les ríes las gracias a unas cuantas señoras aburridas y hablas sola delante de una cámara toda la noche. Eso es lo mismo que piensa Lucía (María Hervás), una actriz en horas bajas, que huye de un pasado tan trágico como disparatado cuando acepta la oportunidad que le ofrece Charly (Ismael Martínez) para empezar a trabajar esa misma noche. Ésta podría fácilmente convertirse en la peor noche de su vida cuando, por una llamada misteriosa, el programa se convierte en un telesecuestro. Hugo (Álvaro Lafora), su fan número uno, sale al rescate junto a su tarada novia Avril (Ana del Arco).
Todos hemos visto mucho cine. A título personal, pero también a título colectivo, y eso es tanto como decir que hace mucho que nosotros y la sociedad perdimos la ingenuidad, la han perdido los espectadores, pero también (y quizás sobre todo) la han perdido las gentes que se dedican profesionalmente a esto del séptimo arte. El cine de hoy es un arte de bisnietos de aquellos pioneros que establecieron las bases, por eso tiene mucho de autorreferencia, de revisita, de homenaje y, todo ello siempre en el mejor de los casos, de revisión y reinvención de códigos. Apenas existen películas, en Occidente al menos y dejando de lado los blockbusters, que no tengan también una pátina de ensayo, no se dejan leer linealmente pues estamos obligados a rebobinar para no perdernos la cita que resultará clave en el análisis que nos propone. Ni siquiera las más frescas gozan de una frescura total. Y, créannos, a veces da pereza, mucha pereza. Con la edad uno es cada vez más partidario de que los experimentos se hagan con gaseosa, uno se atrinchera en su personal repertorio de clásicos y allí, en ese refugio/altar nos solazamos de las excursiones a lo moderno.
Por todo eso, tiene mucho mérito que Norberto Ramos del Val nos saque una y otra vez de nuestra batcueva y nos lleve de excursión por sus propuestas pintorescas. Será porque siempre sabe cómo ganarse nuestras simpatías, aunque pertenezcamos a generaciones distintas y su humor no siempre sea el nuestro. Será, también, porque su enfoque, su voz cinematográfica, es particular, personal e intransferible, y siempre nos gusta aquello que no es clon de nada. Esta vez nos ha sacado a bailar con Call Tv, su película casi normal que aspira a escalar mundos más amplios que ese universo de gafapastas que siempre parece ser el reducto al que quedan relegadas las películas que se escapan del tópico. Norberto nos trae una película nocturna, disparatada, que tiene a Jo que noche o Algo salvaje en su maletero, sin caer nunca en la cita, que no es un homenaje sino un nuevo jalón en ese río de thrillers en clave de comedia en el que la irrealidad y lo real se dan la mano en una vorágine de acontecimientos divertidos y tristes a la vez, patéticos y simpáticos a partes iguales.
Call TV, como su título indica, toma como falsilla el submundo de esos programas de preguntas trampa que llenan las emisiones de madrugada, tan casposos, pero que tan buenos momentos dan a los noctámbulos que no consiguen bajar su espitado ánimo, que no consiguen salir de esos estado alterados de la mente inducidos por la noche y sus trampas. Un subproducto grotesco que en manos de Norberto (y de Pablo Vázquez, su guionista casi de cabecera) se convierte en el envoltorio perfecto para la revisión crítica de las constantes de nuestro tiempo, como ambos comentaban en Las Horas Perdidas, “habla de metacine, de la lucha de sexos, de la serie B, de la soledad, de la madurez, de la sociedad en la que vivimos ahora mismo, la maldita crisis que nos hace sentir más indefensos y más hostiles los unos con los otros, la envidia, la voracidad del trepismo, el cinismo como filtro para ver el mundo globalizado, la normalización de la megalomanía, y de los mundos reales y virtuales que nos rodean“. No hay ni gota de ingenuidad en la historia de Lucía (soberbia María Hervás), una actriz venida a menos que se ve obligada a aceptar un trabajo depresentadora en un Call TV y cuya primera noche se convertirá en un horror pesadillesco; pero sí hay raudales de frescura, introducidos en gran manera porque Norberto siempre hace cine para sí mismo (trata de rodar la película que le gustaría ver a él como espectador) que es la mejor manera para dirigirse a los demás. Una frescura que tiene que ver también con el uso de los giros de guión, que se nos ocurre tildar de arbitrarios y que logran darle al filme su tono de crónica surrealista (y que hacen que la película no sea tan normal como su director cree, dicho sea de paso).
Mucho cine dentro del cine es el que respira esta cinta. Por sus planteamientos argumentales que permiten incluso bromas con el supuesto cine snuff, con los vídeos virales de Internet, con el mundo de los cineastas con ínfulas y con su extremo opuesto que es el universo de la telebasura (los extremos se tocan, ya se sabe). Pero también por las influencias que no se ocultan, esos azules y rojos llegados de Mario Bava, esa sangre de tono irrealmente encendido que nos llevan de cabeza al giallo, género de las entretelas de Norberto, y esa revisión de los roles que nos propone al dar a las mujeres el papel protagonista, lejos de su papel de rubias florero y reinas del grito que han poblado el género.
Y mucho de crítica social, introducida en gran medida por esa inversión de los protagonismos habituales. Los personajes de Norberto están siempre poseídos por la impotencia, el asombro y el desconcierto, pero dentro de ello son las mujeres las que tienen verdadera capacidad de reacción frente al plantel de varones cretinos que las rodean. Norberto nos las sirve además vestidas (por desvestidas, en ocasiones) de una sensualidad enormemente bella, como solo puede retratarlas un hombre que se siente atraído por las mujeres y que es feliz de que así sea. Por todo ello su obra es un idóneo vehículo para plantear la guerra de los sexos, tan subrayada en nuestro presente, y lo es para hacerlo con la exquisita incorrección política que tanta falta nos hace.
Y lo mejor de todo es que la reflexión no oculta la acción, la voluntad de analizar no margina la de divertirse. La película es un divertido divertimento, lo han pasado bien sus artífices y lo harán sus espectadores. Créannos, de las contadas veces en las que vale la pena abandonar eso que Josep Plà llamaba “tebaida de la misantropía”, una de ellas es la posibilidad de ver el cine de Norberto, que es moderno (más de lo que a él quizás le gustaría), pero que se acerca a la añorada inocencia del cine de los clásicos por vía de la irreverencia.
LA ÚLTIMA OLA (The Last Wave, Peter Weir, 1977)
Australia. Duración: 110 min. Guion: Peter Weir, Tony Morphett & Petru Popescu Música: Charles Wain – Fotografía: Russell Boyd & Ron Taylor Formato Pantalla: 1,85:1 (16/9) Anamorphic Widescreen Audio: Castellano, Inglés – Subtítulos: Castellano
Reparto: Richard Chamberlain, David Gulpilil, Nandjiwarra Amagula, Olivia Hamnett, Frederick Parslow, Vivean Gray, Walter Amagula, Roy Bara
Sinopsis: Una serie de violentas precipitaciones meteorológicas suceden por toda Australia y al mismo tiempo el abogado David Burton (Richard Chamberlain) vuelve a sufrir unas extrañas pesadillas que no tenía desde que era un niño. Cuando David decide hacerse cargo del caso de asesinato de un aborigen australiano a manos de un grupo de sus iguales en la ciudad de Sídney, todos los extraños sucesos que ocurren en los últimos días empezarán a relacionarse y a tomar un increíble sentido…
Tras un buen puñado de cortometrajes y algún mediometraje, el australiano Peter Weir debutó con la extraña comedia fantástica Los coches que devoraron París (The Cars That Ate Paris, 1974) y de ahí fue directo a su primera obra maestra, Picnic at Hanging Rock (1975) película que no ha hecho más que reclutar entusiastas fans desde su estreno. Extraña, mágica… mucho de ella conserva La última ola (The Last Wave, 1977) siguiente propuesta del director dentro de un cine fantástico que sugiere, más que mostrar y en el que lo fantástico surge de entre lo cotidiano. Hay en La última ola profecías apocalípticas, sueños proféticos y templos arcanos ocultos entre los desechos de la sociedad que ha ocupado el lugar de los auténticos habitantes de Australia, sus aborígenes. Con un innegable mensaje ecologista, que contribuye a la vigencia de esta propuesta, La última ola es una de esas películas que Serendipia estaba deseando recuperar y que está protagonizada, casi exclusivamente, por un Richard Chamberlain en estado de gracia que apostó por rodar con Weir, a pesar de ser desconocido todavía en Estados Unidos, tras ver Picnic at Hanging Rock. El cine de Peter Weir vuelve a hablarnos del olvido de lo primordial, del valor de la naturaleza, casi mágico, y de cómo le damos la espalda. Nuestras sociedades priman el consumo, abrazan una moral que se basa en estereotipos y así, poco a poco, vamos corrompiendo nuestro entorno. Pero esa naturaleza que hemos olvidado sigue presente y acabará rebelándose en contra nuestra. La última ola parece decirnos que el apocalipsis es inevitable. Estamos pues ante un ejemplo de cine-denuncia, que tiene la virtud de maridarse con lo fantástico, y esa fusión es la que la convierte en una cinta fuera de lo común.
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