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VAMOS DE ESTRENO (o no) * Viernes 17 de julio *
DEL REVÉS (INSIDE OUT) (Peter Docter y Ronaldo del Carmen, 2015) *****
USA. Duración:94 min. Guión: Michael Arndt (Historia: Pete Docter) Música: Michael Giacchino Productora: Pixar Animation Studios / Walt Disney Pictures Género: Animación.
Sinopsis: Hacerse mayor puede ser un camino lleno de obstáculos. También para Riley, que debe dejar su vida en el Medio Oeste cuando su padre consigue un nuevo trabajo en San Francisco. Como todos nosotros, Riley es guiada por sus emociones: Alegría, Miedo, Ira, Asco y Tristeza. Las emociones viven en Cuarteles Generales, el centro de control dentro de la cabeza de Riley, desde donde la ayudan y aconsejan a lo largo de su día a día. Riley y sus emociones intentan adaptarse a su nueva vida en San Francisco, pero el caos se instala en los Cuarteles Generales. Aunque Alegría, la emoción principal y más importante de Riley, intenta mantener una actitud positiva, las emociones chocan a la hora de decidir cómo actuar en una nueva ciudad, un nuevo hogar y una nueva escuela
ETERNAL (Selfless, Tarsem Sing, 2015) *****
USA. Duración: 116 min. Guión: David Pastor, Àlex Pastor Música: Dudu Aram, Antonio Pinto Fotografía: Brendan Galvin Productora: Focus Features / Endgame Entertainment / FilmDistrict / Ram Bergman Productions Género: Ciencia Ficción.
Reparto: Ryan Reynolds, Ben Kingsley, Matthew Goode, Natalie Martines, Victor Garber, Derek Luke, Michelle Dockery, Teri Wyble, Sandra Ellis Lafferty.
Sinopsis: A un poderoso millonario, enfermo de cáncer (Ben Kingsley), le ofrecen la posibilidad de someterse a un procedimiento médico radical para transferir su conciencia al cuerpo de un hombre más joven (Ryan Reynolds). Al principio la operación va bien y el hombre disfruta de su renovada juventud, pero todo se complica cuando empieza a descubrir los detalles en torno a la procedencia de su nuevo cuerpo.
Con un prometedor comienzo, elegante e intrigante, Eternal posee un impecable punto de partida que, lamentablemente se desinfla conforme avanza la trama, a pesar de los esfuerzos que ponen sus principales interpretes, entre ellos un Ben Kingsley que llena la pantalla y al que echaremos de menos durante el resto del metraje, puesto que ese segmento inicial interpretado por él es lo mejor de la película; un correcto Ryan Reynolds; y finalmente el magnífico Matthew Goode, actor que parece estar especializándose en papeles de villano frío y cínico. Los españoles Álex y David Pastor (Infectados, Los últimos días) firman el guión de la película, que llamó la atención del director Tarsem Singh tras aparecer en la prestigiosa «Lista Negra de los mejores guiones de cine no producidos» que se elabora cada año con los guiones mejor valorados por productores y ejecutivos de estudios americanos. En esta lista han figurado películas como El discurso del Rey, La red social, Los juegos del hambre, El francotirador y Django Desencadenado entre muchas otras. Ambientada en Nueva Orleans, y mostrando todos los tópicos turísticos que puedan imaginarse, este guión de los hermanos Pastor estoy seguro que podría haber tenido un tratamiento más satisfactorio al partir de una premisa muy perturbadora, por las lecturas paralelas que puede tener y que no han sido explotadas, optándose por derivar el filme hacia el thriller y el melodrama. Una oportunidad perdida
AMY (Asif Kapadia, 2015) *****
UK. Duración: 127 min. Música: Gabriel Ferreira, Dudu Aram Productora: Playmaker Films / Universal Music Género: Documental.
Sinopsis: Documental sobre la famosa cantante Amy Winehouse, que cuenta con imágenes inéditas de archivo y entrevistas con la malograda estrella, que murió en julio del 2011 a los 27 años de edad.
Amy es un fiel, sentido y respetuoso retrato de los últimos años en la fugaz carrera de la prodigiosa cantante Amy Winehouse. El director realiza la cinta montando imágenes provenientes de diferentes fuentes, con sus consiguientes calidades y texturas: declaraciones de televisión, entrevistas, filmaciones íntimas recogidas con móvil e imágenes de conciertos y de paparazzis, entre las que priman las digitales y que sirven para mostrarnos las 1000 texturas de un mismo ser, un ser sensible en busca de amor, de alguien que controle su vida, sus excesos. Que la cuide, la ame y no permita que, como finalmente ocurrió, tire la toalla. Sorprende, pero se comprende, que la vida de alguien tan joven esté tan provista de imágenes. Los móviles han pasado a ser elementos cotidianos que permiten guardar momentos a tiempo real. Confidencias que han sobrevivido al tiempo y que ayudan a que nos adentremos en la compleja joven que tenía el alma adulta y la voz negra.
No es necesario un narrador para este documental, el enorme puzzle de imágenes y voces impecablemente montadas que componen Amy, nos relatan las vicisitudes de su vida: De sus principios como diva del jazz al éxito multitudinario como reina de Soul; de sus depresiones adolescentes combatidas gracias a su amor por la música; de su huida del hogar materno; de su bulimia no tratada; de su nuevo hogar en Candem y sus nuevos ambientes; de la presión de la industria, que reclama más y más grabaciones; de su destructiva relación con su novio Blake, cuya primera ruptura le ofrecerá inspiración para su obra maestra, Back to Black, que la llevará a lo más alto de la fama y de allí a la locura, al terror, al fin. De la admiración al ridículo mediático con el secreto a voces de que su muerte era tan solo cuestión de tiempo. Una muerte anunciada. De los parásitos que surgen en el seno de su propia familia, responsables en gran parte de su caída. De su primera sobredosis causada por un cóctel de cocaína, heroína, crack y alcohol y sus primeros escenarios en falso; las giras anuladas que culminan con su espantada en Serbia. Un derrumbe que será la antesala de su fin.
Pero también hay momentos buenos y dulces, muchos. Su dúo con su admirado Tony Bennet; sus actuaciones en locales pequeños; el cariño de sus amigos de siempre y el amor, amor desesperado hasta la muerte. Una colección de imágenes que pese a la admiración del director hacia la biografiada, no permite que se ahorre ni oculten sus peores momentos. Frágil. Genial. Portentosa. Amy Winehouse ya es leyenda y esta película la retrata fielmente durante dos horas que pasan tan fugaces como la vida de la última gran diva del Soul.
Del revés (Inside out), el valor de la tristeza
Cuando era yo enana como un piojo me explicaba las afecciones humanas como si fuesen manchas de colores en mi interior (creo que ni siquiera había desarrollado el concepto de alma); así la sed era verde, el hambre naranja, el sueño lila y recuerdo especialmente la culpa porque era negra, de un negro que la hacía abominable. Estoy por pensar que Pete Docter compartió conmigo esta especie de abstracción rudimentaria, porque bien podría haber sido ese el punto de partida de esta excepcional obra que es Del revés (inside out). Docter, que ya nos había llevado a una metrópolis habitada por monstruos (Monstruos, S.A.) y nos había invitado a volar por encima de las nubes en un globo (Up), nos lleva ahora al lugar más fascinante posible: el interior de la mente.
Del revés (inside out) se mueve entre dos planos de realidad. De una parte, la vida externa de Riley, una niña de once años que se ve obligada a dejar atrás su vida en el Medio Oeste americano porque su padre encuentra un nuevo trabajo en San Francisco. De otra, la complejidad del funcionamiento de su mente con el predominio de sus emociones. Una doble peripecia en la que lo interior es lo que se externaliza hasta lograr el absoluto protagonismo de la narración, ese es el significado del Inside Out de su título (con la voz ‘Del revés’ se pierde un poco la profundidad del concepto). Dos historias enlazadas y autónomas simultáneamente (si se nos permite el oxímoron), plasmadas con diferente paleta cromática, colores básicos y luminosos para el mundo de lo emocional, tonos más tenues para la cotidianidad de Riley. Con esta utilización del color Docter logra que nos parezca casi imagen real la vida de la niña y un mundo dibujado el interior de su mente. Y es que la animación de Del revés (inside out) es un verdadero prodigio.
Esta, la última, producción de Pixar es quizás su trabajo más excepcional. En ella se compone un imaginario poderoso, y visualmente impecable, en el que se desarrolla al máximo el valor narrativo de la animación. Hay que destacar especialmente la secuencia en la que Alegría y Tristeza, las dos emociones protagonistas, deben atravesar el núcleo de la reflexión abstracta todo un brillante repaso de la historia de la abstracción en el arte de la pintura, mostrado mediante la exposición inversa de la evolución de los dibujos animados, desde la actual tridimensionalidad hasta la descomposición en líneas. Es un momento que nos hace pensar en Fantasía, el tercer largometraje de los estudios Disney estrenado en 1940 y que fue la más experimental de sus producciones, carácter éste que comparte Del revés (inside out), pero integrado (y eso es novedad) en la estructura clásica de los cuentos infantiles, el viaje del héroe, el personaje cómico (aquí el antiguo amigo imaginario de la niña), el compañero antitético del protagonista (Tristeza y Alegría, respectivamente), y la resolución feliz del conflicto. Es por ello que hasta los más pequeños podrán disfrutarla aunque no lleguen a comprender su riqueza conceptual.
Si elaboradísima es la animación, no lo es menos el concepto al que sirve. De entrada es toda una lección sobre el funcionamiento de nuestro cerebro, desde el poder central de las emociones, por encima incluso de la razón (y esto es ya una tesis de la película), hasta la estructuración de la memoria, pasando por la explicación de los distintos niveles de la mente (la imaginación y el pensamiento abstracto; el sueño y la vigilia; la conciencia y el subconsciente… ). Simplemente genial es, por destacar sólo un aspecto, la plasmación en imágenes de los archivos de la memoria a largo plazo, un laberinto multicolor en el que se almacenan y conservan los recuerdos (y del que se eliminan tan sólo los que han quedado en desuso, tarea de la que se ocupan los olvidadizos, unos personajes de los que nos gustaría saber más). Pero no se queda aquí, en la ilustración de los conocimientos científicos que tenemos de la mente, Del revés (inside out) es también una reflexión sobre el valor dialéctico de la existencia humana.
No es gratuito que la auténtica heroína de la cinta sea Alegría, sólo teniendo ella el protagonismo se podía enunciar, como lo hace, el valor de la tristeza. A bote pronto todos podríamos pensar que la alegría es nuestra emoción más saludable, cuando ella nos inspira nos cargamos de positivismo y nos sentimos capaces de todo. Pero pensar así no sería más que hacerlo de una manera simplista. Cuando hacemos introspección y reflexionamos, nos damos cuenta de que nuestra vida no sería igual sin sus contrastes y reversos. Apreciamos el estar alegres porque somos capaces de entristecernos. Al contrario de lo que podría parecer, la tristeza nos permite un conocimiento de nosotros mismos y de nuestros límites que no tendríamos si careciéramos de tal emoción, un conocimiento, además, muy útil adaptativamente hablando porque reconocer nuestros límites es lo que nos da la dimensión exacta de nuestras fuerzas. Sin alegría seríamos incapaces de actuar, pero sin la tristeza sería imposible superarnos. Del revés (inside out) nos pone cara a cara con la lucha de contrarios de Heráclito, según la cual un opuesto no puede ser sin el otro, que es casi tanto como decir que uno es el otro. Alegría y tristeza han de ir de la mano para que podamos enfrentar nuestro propio mundo. Este es el aprendizaje que nos deja la película como poso.
Del revés (inside out) es una obra madura destinada a convertirse en un hito. Habrá de marcar un antes y un después en las producciones Pixar porque su exquisita excelencia ha puesto el listón muy alto (los diez minutos de ovación cerrada en Cannes la avalan). Una grande dentro de las grandes de la animación y, más allá, del cine mismo.
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