Diario de Serendipia en Sitges: Año de la pandemia. Cuarta cápsula
Una nueva jornada de festival que, coincidiendo con el fin de semana, ha animado la asistencia de público y con ello la taquilla, llenando de una animada anormalidad las calles y las salas de Sitges. Y para nosotros es una jornada muy especial, porque tendremos dos buenos títulos más y porque será el reencuentro con uno de los grandes clásicos de Paul Naschy y en las mejores condiciones. Todo en una día en el que nuestros amigos Octavi López Sanjuán y Sergio Colmenar presentarán también sus libros dedicados a dos importantes sagas del terror de los ochenta, lo cual nos lo contará el propio Octavi. Vamos a ello.
Serendipia comienza el día más tarde de lo habitual, pues también prevé que se acostará más tarde, y lo hace con dos películas que suponen el debut en el largometraje de sus directores. La primera de ellas, Sea Fever (Neasa Hardiman, 2019), es una muy entretenida propuesta que mete al espectador en un espacio reducido, un barco, en el que junto a una pequeña y variopinta tripulación se las tendrá que ver, en la inmensa soledad del océano, con un pringoso y enorme ser primigenio y tentacular. Todo en una eficaz monster movie con ecos de El enigma de otro mundo (The Thing from Another World, Christian Nyby y Howard Hawks,1951), con una intriga muy bien estructurada y unos personajes muy bien construidos que tendrán que aceptar sus propias responsabilidades para con su propia especie, pues como posibles portadores de las larvas del ser, estará en sus manos evitar que la criatura llegue a tierra firme. Lo dicho, una buena cinta de terror, sencilla y eficaz, que podremos ver en nuestras pantallas próximamente como Contagio en alta mar gracias a A Contracorriente.
Posiblemente la soledad sea uno de los males endémicos de nuestra sociedad y sobre ella va Rent-a-Pal (Jon Stevenson, 2020), una película que nos cuenta la historia de David (Brian Landis Folkins), un cuarentón obeso que cuida de su madre senil y que busca compañía con la que consolar una vida monótona. La encontrará en una extraña cinta de video hallada en el cajón de saldos de una agencia matrimonial que David frecuenta y en la que los y las candidatas se conocen mediante mensajes grabados en cintas VHS. Desde esa cinta su protagonista (un inmenso Wil Wheaton) parecerá dirigirse directamente a él. Sordidez, tristeza, obsesión y alcohol en este viaje a la locura en una de las películas que más nos interesó de esta edición del festival y que formaba parte de la sección Noves Visions. La cinta de Stevenson no solo es aguda en su disección del desamparo, encierro y clausura que embotan el alma del protagonista hasta obnubilarle en la enajenación, sino que es igualmente atractiva en su propuesta formal: en su lenguaje expresivo interpola la imagen de vídeo doméstico con la cinematográfica, una interacción que ofrece grandes posibilidades visuales y escenográficas (magistral el clímax en el que en un primer plano fijo David dialoga con la pantalla de su televisor) y que le imprimen su carácter de cine de autor que sabe combinar el discurso experimental con la tradicional arquitectónica del cine. Buen ritmo, buenas interpretaciones y excelente puesta en escena convierten a esta pequeña película en una de las joyas que pudieron verse en esta edición.
Mientras Serendipia estaba inyectándose en vena estas sesiones de cine, en otra zona del Melià dos buenos amigos presentaban sus más recientes libros, Octavio López Sanjuán y Sergio Colmenar, y dado que Serendipia aún no tiene el poder de bilocarse, dejemos que el propio Octavio, uno de sus protagonistas, nos cuente como fue el evento:
Presentación de «Hellraiser: Mitología del lamento» de Sergio Colmenar y «¡Está vivo! La saga mutante de Larry Cohen», de Octavio López Sanjuán
Para el domingo 11 de octubre a las 13:15 horas estaba fijada la presentación de las novedades de la colección Noche de Lobos, de la editorial Applehead Team. Previamente, Octavio López y su bebé mutante estuvieron realizando un paseo matutino por todo Sitges donde los vecinos pudieron deleitarse con el llanto y las facciones de la criatura, a la vez que los más atrevidos se fotografiaron con la icónica creación de Larry Cohen.
La citada presentación, preparada en la sala Garbí del Hotel Meliá, tuvo un aforo de más de una treintena de asistentes, un tanto sorprendente a tenor de las complicadas circunstancias en las que se estaba celebrando el certamen de este año. Entre los asistentes, figuraban insignes figuras de la prensa fantástica nacional, como Pako Mulero, Santi Serrano, Laureano Clavero, Jordi Arasa, Adrián Roldán o José Mellinas.Por supuesto, el bebé de Cohen daba un buen recibimiento a los asistentes, orgulloso en su carrito a la entrada de la sala, si bien la auténtica bienvenida la ofreció la escritora y periodista Desirée de Fez, que presentó de manera distendida y agradable a los intervinientes en la presentación. Por un lado, Sergio Colmenar, autor de Hellraiser: Mitología del lamento, se ocupó de describir el enfoque tan personal que había empleado para desglosar el aberrante mundo de Clive Barker y cómo había desarrollado en su libro todo el universo del autor. Por otro lado, Octavio López explicó cómo y porqué decidió escribirun libro sobre la saga de los bebés asesinos de Cohen. Entre ellos, el experto en cine mutante Enrique Muniesa se ocupó de dirigir el diálogo entre ambos autores, dotando de una dinámica fresca y divertida la charla. Conforme se desarrollaba la presentación, los autores intercambiaron preguntas sobre sus respectivos trabajos y sobre las temáticas que su compañero había tratado, ya fuese sobre la existencia de una adaptación definitiva de Hellraiser, o sobre el punto de inflexión que supuso en la carrera de Larry Cohen su encuentro con Michael Moriarty. Después, los asistentes más curiosos realizaron varias preguntas a los autores sobre futuros proyectos y los pormenores de cada uno de los libros.
Al final de la charla, se proyectó un breve pero intenso video promocional de las futuras publicaciones de la editorial Applehead Team para la nueva temporada. De este modo, a ritmo de Power of the Night, de la película Critters, fueron desfilando los icónicos rostros de Freddy Krueger, Jason Vorhees, los demonios italianos o los mismísimos Krites.(Fotos y texto presentación por gentileza de Octavio López Sanjuán)
Pero para Serendipia esta edición era también muy especial porque le daría ocasión de poder revisar, en inmejorables condiciones, el Santo Grial del cine de Paul Naschy: El Huerto del Francés.
ENRIC PÉREZ, UNA VIDA PARA EL CINE
Enric Pérez en marzo de 2017 durante la presentación del BCN Film Fest (Foto: Serendipia)
Por fin alguien ha puesto aceite a las ruedas y se ha podido restaurar El Huerto del Francés directamente desde el negativo original. Esa persona ha sido Enric Pérez Font. Nacido en Barcelona, Enric Pérez es una apasionado del cine: operador en la Filmoteca Nacional, en 1982 se hizo cargo del cine Verdi de Barcelona que corría peligro de convertirse, como tantos, en un bingo, y la operación se saldó con tal éxito que contribuyeron a dinamizar un barrio que por entonces estaba envejecido y muy lejos de ser lo que es en la actualidad.
En una primera etapa (1983-1986), en la que Pérez Font comparte la gestión del Verdi con Joan Pol, se ofrece cine popular en sesión doble, pero la colonización generalizada del video doméstico hace que la recaudación de los cines se derrumbe, por lo que tocó reconvertirse: a partir de 1987 y ya en solitario, Pérez Font decide dividir la sala en tres y comenzar a ofrecer cine en versión original subtitulada. Así, en los Verdi se pudieron ver por primera vez sin censura y en su idioma original películas como ‘Teléfono rojo, volamos hacía Moscú’, de Kubrick. La propuesta tuvo mucho éxito y provocó una transformación del barrio a principios de los años noventa, mientras, Enric Pérez se convertía en distribuidor importando, entre otras cinematografías, obras pertenecientes al cine asiático.
Películas como ‘Un lugar en el mundo’, ‘La doble vida de Verónica’ o ‘La linterna roja’ tendrán mucho éxito y permanecerán meses en cartelera. En 1992 compra la discoteca Beat Verdi que estaba sobre el cine y abre dos nuevas salas, que se incrementarán con otras nuevas que abrirá en la calle Torrijos, las conocidas como Verdi Park. Un enorme éxito que peligró cuando se incrementó el IVA de los cines del 8% al 21% en 2012. Afortunadamente, Pérez se asoció con Adolfo Blanco, fundador de A Contracorriente, que cogió el testigo y consiguió levantarlos, eso si, ofreciendo en su programación una equilibrada mezcla de cine de autor y comercial.
Persona, como hemos visto, inquieta, Enric Pérez se dedica actualmente a la restauración de películas y ha sido el responsable de hacerlo con ‘El Huerto del Francés‘, una cinta practicamente perdida, tal y como decíamos en nuestro extenso artículo sobre el film, así que cuando todos dábamos por imposible el poder llegar a ver esta joya en salas o tenerla en Blu-ray… sucedió el milagro. Y no solo hemos podido disfrutarla, en una copia maravillosa y prístina con el color y el sonido restaurados en el Festival de Sitges, sino que, tal y como anunció el propio Pérez, el día 3 de diciembre estará disponible en edición Blu-ray de la mano de Divisa en una edición digipack con libreto de 16 páginas y muchos extras, que tendrá su prolongación en otra editada en Estados Unidos, aunque con una compañía que desconocemos, pues todavía se encuentran en negociaciones y Pérez no quiso especificarnos el sello que podría llevarse el gato al agua. Enric Pérez nos contó que hay más restauraciones en cartera, pero que de momento prefiere no dar más detalles hasta ver qué tal funciona y como es recibida El Huerto del Francés.
Pero dejemos que el mismo Enric Pérez les cuente más detalles, pues la velada se inició con una introducción del responsable de la restauración del film y de Sergio Molina, hijo menor del actor, guionista y director del filme, introducción que grabamos para poder ofrecerla íntegra en Proyecto Naschy (rogamos sean indulgentes con el accidentado inicio del video):
Y felices, terminamos la cuarta jornada de este festival en el que, como vemos, hubo espacio también para los milagros cinematográficos.
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