39 Escalones estrenará ‘Electric Boogaloo: la loca historia de Cannon Films’
«En Cannon se hacían tantas películas malas que si les salía algo con un poco de calidad, era un accidente feliz» (Mark Helfrich)
Cinefilia sin complejos, descaro y dos cerebros, Menahem Golam y Yoram Globus, más grandes que la vida. Electric Boogaloo analiza las demenciales estrategias publicitarias con que la productora sacudió los cimientos de Hollywood.
El australiano Mark Hartley, graduado por la Swinburne School of Film & Televisión, es el responsable de haber perpetrado dos de los más interesantes, emocionantes y divertidos documentales cinematográficos que hemos podido ver, ambos con el cine de serie B como protagonista: en Not Quite Hollywood (2008) el director nos habló sobre el muy desconocido cine exploitation australiano; y en el descacharrante Machete Maidens Unleashed (2010), le tocó a las películas rodadas en Filipinas por estudios de serie B americanos, con Roger Corman en cabeza. También dirigió, poco antes de realizar este sentido homenaje a Cannon, su primer largometraje de ficción, el remake de Patrick (Richard Franklin, 1978), uno de los escasos films conocidos del cine de terror venido de las Antípodas.
Ahora con Electric Boogaloo: The Wild, Untold History of Cannon Films, aborda, con magníficos resultados, la subida y estrepitosa caída de la Cannon, un estudio totalmente independiente fundado por dos israelitas, Golan y Globus, que eran primos y que tenían como objetivo hacer películas como churros invirtiendo poco y ofreciendo mucha acción, desnudos y, en definitiva, lo que demandara el público. Y todo ello sin complejos. ¿Interesa el musical? Cannon rueda The Apple (Menahem Golan, 1980) que muchos intentan aún descifrar. Si en la calle se baila Breakdance: Cannon produce la primera película sobre el tema (Breakin, Joel Silberg, 1984), y su secuela , que ya no gusta a nadie. ¿Que el público quiere erotismo?: Cannon contrata a la mismísima Emmanuelle (Silvia Kristel) y rueda Mata Hari (Curtis Harrington, 1985); y a Bo y John Derek, produciendo Bolero (1984). ¿Indiana Jones triunfa? Cannon tiene a Allan Quatermain, personaje encarnado por Richard Chamberlain con el que rueda dos películas. ¿Quieren terror?: Cannon produce películas al mismísimo Tobe Hooper (entre ellas la más loca secuela que se pueda pergeñar de un filme mítico, The Texas Chainshaw Massacre 2)
Pero sobre todo Cannon tenía a Chuck Norris, Charles Bronson y ninjas. Muchos ninjas. Ninjas a punta pala.
Y el éxito llegó. Presencia a todo lujo en festivales donde vendían ideas plasmadas en carteles, que de ser adquiridas, rodaban. Y claro, con el éxito vino el exceso: contratos millonarios a estrellas como Stallone; prestigio a golpe de talonario contratando a Franco Zeffirelli, Jean-Luc Godard o John Cassavetes. Y al final, irremediablemente, la caída. El gran batacazo.
Pero no teman, no hay un final triste, ni mucho menos. Es demencial, tal y como solo Golan y Globus pueden hacerlo: compitiendo entre ellos para… bueno, para saber todo tendrán que ver este fantástico documental que se pudo disfrutar durante el último festival de Sitges y que 39 Escalones estrenará el día 13 de marzo y editará posteriormente en DVD con la calidad a la que nos tienen acostumbrados.
No se pierdan pues Electric Boogaloo: la loca historia de Cannon films, un trepidante documental que cuenta con la presencia de Dolph Lundgren, Luigi Cozzi, Bo Derek, Richard Chamberlain, Franco Nero, Elliott Gould, Robert Forster, Tobe Hooper, Martine Beswick y Franco Zeffirelli, entre muchísimos más, pero no con la de sus dos protagonistas, ya que, como no podía ser de otra forma, en cuanto se enteraron de que se estaba haciendo un documental sobre Cannon, se negaron a colaborar y rodaron el suyo propio y a toda prisa, The Go-Go Boys (Hilla Medalia, 2014) que consiguió estrenarse unos pocos meses antes.
That’s Exploitation!!!
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