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Archive for 28 noviembre 2011

Ken Russell nos dejó la pasión de vivir

28 noviembre 2011 1 comentario

Hay una escena que me ha acompañado desde que la vi en una sala oscura allá por los setenta: Glenda Jackson completamente ida, encerrada en un manicomio decimonónico, vestida casi con harapos, agachándose sobre la verja que cubría a los locos aislados para que estos acariciarán su sexo. Se tejió en mi imaginación como fantasía erótica mucho antes de que supiera yo qué era lo erótico. Y por supuesto mucho antes de que supiera que esas imágenes correspondían al final de La pasión de vivir (The Music Lovers, 1970) y de comprender que aquello sólo podía haber salido de la mente de Ken Russell.

La comprendí mucho más tarde, cuando ya podía penetrar en los entresijos oscuros que puede tener el sexo y el amor porque entonces ya estudiaba filosofía y había empezado a adorar a los personajes torturados por la atracción del abismo. Para entonces ya había escuchado al romántico Tchaikovsky y leído a Nietzsche, así que los delirios de Russell se me hacían diáfanos y me subyugaban. La imagen que me acompañó en las fantasías fue la de Katleen Turner vestida de azul y perseguida por Anthony Perkins interpretando por enésima vez un sosias de Norman Bates.

A la vez que crecía mi amor por lo trágico, por los monstruos del romanticismo, por el genio dionisíaco, por lo sublime, esa desmesura mesurada, se cultivaban mis criterios cinematográficos. Los ochenta estaban cerca de cambiarse en noventa cuando vi Remando al viento (1987, Gonzalo Suárez), después fui a buscar los muros de Villa Diodatti y después, aún, recuperé Gothic (1986). Desconozco si la interpretación de esa noche de junio de 1816 por parte de Russell se me pasó en su estreno o es que no llegó a nuestros cines en su día. Lo que sí sé es que la de Russell empalidecía frente a la de Gonzalo Suárez y me apartó del cine del británico, tan moderno entonces tan mal envejecido ahora.

Mi recuerdo almacena, pues, impresiones contradictorias respecto al arte de Ken Russell. Hoy, que nos ha dejado a los 84 años, vuelven a mi memoria y se equilibran (será que es cierto que la madurez nos atempera).

Russell fue, y seguirá siendo en su legado, un cineasta controvertido. Su trabajo con la cámara le distinguirá para mal y para bien. Algunos lo tildarán de coyuntural, pero también nuevos jóvenes le descubrirán y se empaparán de su exceso apasionado, como hice yo y como hicieron, tal vez, algunos de los que ahora abjuran de él.

Se mantuvo activo hasta el 2006 pero siempre será recordado por sus películas de los 70/80: Mujeres enamoradas (Women in Love, 1960); Litztomanía (1975); Tommy (1975); La guarida del gusano blanco (The Lair of the White Worm,1988)… Desde aquí lanzamos una propuesta para homenajearle: visionar una vez más Los demonios (The devils, 1971) una de sus interesantes inmersiones en el género que nos apasiona.  Film que contiene todos los excesos y virtudes de su cine y que se ha convertido en todo un mito y película de culto, sufrió mutilaciones en su momento para eludir la clasificación X, afortunadamente desde 2004 contamos con la versión íntegra. Que es la que veremos para sumergirnos en su pasional forma de rodar.

Categorías: HOMENAJES

Llegan los Monstruos Eléctricos de Judex Fanzine

28 noviembre 2011 Deja un comentario

Fue un octubre excepcionalmente cálido el que acogió la última edición del Festival de Sitges (la 43 ya), bajo el sol radiante las criaturas abisales languidecen y se retraen, mientras que florecen y toman el espacio los monstruos eléctricos.

La electrizante novia de Frankenstein

Monstruos eléctricos es, precisamente, el curioso título del ensayo que nos ofrecen al alimón Luis Rueda y Pau Roig coautores de este libro que ha visto la luz de mano de Ediciones Arkadín . Tuvimos el placer de escuchar las explicaciones de ambos sobre esta obra en su presentación oficial que tuvo lugar el pasado 7 de octubre en el marco del Forum Fnac del Festival de Sitges. Bonita tarde de otoño veraniego para descubrir que todavía puede decirse mucho más sobre los monstruos de la Universal que ya forman parte del imaginario colectivo.  Las películas de terror producidas por la compañía Universal entre 1931 y 1948 conforman uno de los ciclos terroríficos míticos por autonomasia de la historia del cine. Títulos cómo ‘Drácula‘ (‘Dracula’, Tod Browning, 1931) y ‘El doctor Frankenstein‘ (‘Frankenstein’, James Whale, 1931), y con ellos los rostros de Bela Lugosi y Boris Karloff, por citar sólo a los dos actores más conocidos -y recurrentes- del ciclo, permanecen y seguirán permaneciendo en la memoria de los aficionados y de los historiadores.

Presentación de Monstruos Eléctricos en Sitges con Pau Roig, Luis Rueda y Diego López

No es un ensayo más sino que Luis Rueda y Pau Roig aportan un nuevo enfoque cuyo primer y más ambicioso objetivo es, en consecuencia, la revisión de muchos de los tópicos y lugares comunes asociados a las producciones de terror Universal para intentar desentrañar sus principales características y sus elementos más destacados, tanto para lo bueno como para lo malo. Destrucción de lugares comunes porque para Luis Rueda y Pau Roig la cinefilia mitómana y desenfrenada y el paso del tiempo ha sobredimensionado, sin embargo, muchos de los hallazgos y méritos de las películas que lo conforman, que han sido analizadas una y otra vez en multitud de artículos y libros que demasiadas veces han centrado su interés no tanto en los indiscutibles valores cinematográficos de sus propuestas como en un cúmulo de anécdotas, condicionantes y (de)méritos en la mayoría de los casos externos a las producciones, un hecho que ha acabado por distorsionar hasta límites cercanos al delirio su percepción y posterior análisis. 

Esta obra a la vez profunda y amena (como ya esperan quienes conocen el buen hacer de ambos autores en Judex Fanzine) abarca dos décadas, desde 1931 hasta 1948, y está dividido en tres partes: el horror gótico, la ciencia ficción y el cine pulp y criminal. En la primera sabremos del Drácula de Browning y de Frankenstein de Whale, por su puesto, pero también de otros héroes menos conocidos como Gwynplaine el freak sentimental (The Man Who Laughs, 1928, Paul Leni ), de hombres lobos y de otros Mad Doctors distintos de Víctor Frankenstein. A quien escribe le alegra, especialmente, que no se olvide la versión hispana de Drácula a la que ya dedicamos en este blog un largo artículo.

En la segunda parte nos enfrentaremos, entre otras muchas cosas, a el legado de Alex Raymond, la trilogía de la mujer simio o el estudio del serial The Phantom Creeps. Y la tercera parte nos descubrirá lo que más se ha olvidado hasta ahora, la temática criminal y el espíritu pulp, con interesantes comparaciones como lo es ver la dimensión shakespeareana de La torre de Londres (Tower of London, 1939 Rowland V. Lee).

La era digital ha permitido que llegue a nosotros este ensayo, bien documentado y con un número más que respetable de buenas imágenes, en formato electrónico al baratísimo precio de 7 euros. ¿Vais a privaros de él estas navidades? Os aseguramos que es el mejor regalo que podéis haceros (y hacer a otros) los amantes del género. Y para que acabéis de convenceros podéis degustar gratis el primer capítulo.

Firmando autógrafos en la presentación

Categorías: LA BIBLIOTECA DE BABEL
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