Inicio > CINE FANTÁSTICO Y DE TERROR ESPAÑOL, HOMENAJES > El arrebato sin fin: Iván Zulueta en las minas del rey Salomón.

El arrebato sin fin: Iván Zulueta en las minas del rey Salomón.

Parece que este 2009 además de darnos por el culo a todos los mortales, está empecinado en dejarnos de disfrutar de la presencia de ciertos seres, que no por familiares, dejan de ser impresncindibles en nuestra existencia. Hoy me toca hablar de la muerte física de Iván Zulueta, alguien muy diferente a los que pueden estar acostumbrados a ver aquí, ya que se trata de otra generación de cineastas a la representada por los  pertenecientes al cine de género. Este tipo estaba al margen de todo.

Nacido en 1943, abandona San Sebastián y embarca hacia Nueva York, volviendo a España en 1964, examinándose a los 21 años en la escuela de cine y realizando un corto de 35 mm. que es una adaptación libre de El retrato Oval, de Poe  y realizando en  Madrid programas televisivos innovadores donde demostró ser el más moderno de todos realizando Último grito, gérmen de Un, dos, tres… al escondite inglés, la única película pop española que no produce sonrojo (bueno, igual alguna de Los Brincos tampoco), con la mágica Patty Shepard pre-Walpurgis y grupos tan mágicos como Pop Tops, Los Ángeles, Los Buenos, Formula V o Los Íberos.

A mediados de los setenta desembarca en Madrid, y con la heroína como bandera Zulueta se instala en la movida madrileña, esa movida real que dejó varios «cadáveres exquisitos» por el camino: algunos fallecidos, como el Benavente Pegamoide, Eduardo Haro o Ulises Montero entre los más sonoros; otros dignos Syd Barrets ibéricos como Leopoldo María Panero (o incluso su hermano menor) y Zulueta, que tras la realización de algún cortometraje y su obra emblemática, Arrebato (1980), debe retornar a la casa familiar en San Sebastián, desde donde sus apariciones fueron poco más que anecdóticas forjándose la leyenda del solitario.

Arrebato es el paradigma del cine raro, de lo raro e inclasificable. Lo más raro, que no es poco, con el permiso de nuestro admirado  Sr. Cuerda y de todos los advenedizos directorcitos que han pretendido llegarle a la suela de los zapatos  con discursos elitistas e intelectuales. No es lo mismo. Este hombre decía lo que sentía y entendía lo que decía. Aunque solo lo entendiera él. Un discurso fascinante que nadie ha sabido clasificar: hay quien lo incluye en el cine fantástico, no sé si será así.

It’s only Rock & Roll, but… I like it!

Zulueta era un adelantado en los sesenta: cuando aquí eran ye-yés él ya totalmente pop. Y en los ochenta cuando la movida de plástico se iniciaba, el ya volvía a casa dejando tras de sí una obra que, aún hoy es lo más moderno de los ochenta. Atemporal, como las obras inmortales.

A partir de entonces… carteles de cine para los nuevos dioses de la modernidad que pasaron a la historia iletrada como padres de la movida y más tarde cineastas con derecho a óscar (desde Almodovar a Gutierrez Aragón, Borau y Garci se beneficiaron de su arte)  y sobretodo para nuestros adorados dioses  clásicos: del Hollywood de siempre al  genial Luis Buñuel.

Alguna salida de su feudo después: un documental fantástico (Ivan Z. 2005, Andrés Duke) donde nos muestra su particular mundo, su fetichismo por sus viejos álbunes de cromos y apariciones en San Sebastián en 2002 o en Málaga en 2008 después, a los escasos treinta años de Arrebato, Iván Zulueta ha dicho basta.

Descansa en paz pues.

… Y no te olvides tu álbum de cromos…

  1. No hay comentarios aún.
  1. No trackbacks yet.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: