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Las lecturas de Serendipia: ‘Shock SuspenStories’ Vol. 1

20 diciembre 2023 Deja un comentario

SHOCK SUSPENSTORIES VOL. 1


Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 216 páginas a todo color


Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones. Tras completarse las dos colecciones que tenía en curso (Tales from the Crypt y Weird Science), comienza Shock SuspenStories, una de las más interesantes de EC Comics (y ya es decir) por su crítica directa hacia una sociedad que daba muestras sobradas, (eso sí, de puertas para dentro), de estar en avanzado estado de descomposición.

Shock SuspenStories se inició como auténtico cajón de sastre (que no desastre) de EC Comics. Como cuentan los mismos editores en la presentación que acompaña al primer número, la intención inicial de la colección era que incluyera una historieta de terror, otra de ciencia ficción, una de crímenes y, finalmente, una bélica. Un popurrí compuesto por los cuatro géneros que le habían dado más rédito a la editorial, aunque potenciando el impacto final. El shock. Pero la fórmula solo se cumplió en el primer número, algo que no es extraño, pues cuando hablamos de los cómics E.C., hablamos de, casi, un único género: el terror, alrededor del cual se desarrollan los diferentes géneros. Lo más importante es que, ya a partir del segundo número, se dio paso a incluir historietas que, vistas hoy, pero mucho más entonces, ponían el dedo en la llaga al señalar algunos de los trapos sucios del paraíso capitalista: racismo, paranoia anticomunista, linchamientos, abuso policial… temas que no eran habitualmente tratados en ningún otro medio y que encontraron su lugar natural en los E.C. Comics contribuyendo a, por un lado, educar a los jóvenes lectores (instruir deleitando), pero también a desatar las iras de los guardianes de la moral que muy pronto, tal y como vimos en otro capítulo, acabarían cuestionando, acusando y contribuyendo al fin de los revolucionarios cómics de Gaines.

El equipo creativo que se encontraba tras Shock SuspenStories no podía ser mejor: Al Feldstein a los guiones, a menudo en colaboración con Bill Gaines; y el arte de Jack Kamen, Wally Wood, Joe Orlando, Graham Ingels y Jack Davis. Sin duda un equipo ganador que consiguió sacar adelante los 18 números que con cadencia bimensual llegaron a los quioscos norteamericanos de febrero de 1952 a enero de 1955.


William Maxwell «Bill» Gaines (1922 – 1992)

William M. Gaines en su oficina de New York en mayo de 1990. (David Cantor)

Nacido en Brooklyn (NY), el padre de Bill, Max C. Gaines, fue uno de los creadores de la industria del cómic, cuyo inesperado fallecimiento en 1947, obligó a Bill a hacerse cargo del negocio familiar. Hasta entonces, al nuevo editor, los cómics no le habían interesado lo más mínimo, pero poco a poco se aficionó al medio y  decidió realizar algunos cambios en la editorial fundada por su padre, que pasó de ser Educational Comics y publicar títulos como Historias ilustradas de la Biblia, a convertirse en Entertaining Comics, sello que cambiaría la historia del medio con la edición de sus tres títulos dedicados al terror: Tales from the Crypt, The Haunt of Fear y The Vault of Horror; los dos de ciencia ficción: Weird Science y Weird Fantasy (más tarde unidos en Weird Science-Fantasy); los dedicados a crímenes: Shock SuspenStories y Crime SuspenStories; el de género bélico:  Front line combat; y de aventuras, Two-Fisted Tales y Piracy. A los que se les sumaron dos de carácter cómico: Mad y Panic. Un conjunto de títulos y un estilo que fue copiado pero nunca igualado por la competencia, y que a los buenos guiones, sumaba grandes ilustradores.

Pero a finales de la década de los cuarenta, la industria del cómic fue convirtiéndose, al igual que la del cine, en blanco de crecientes críticas debidas a su contenido violento y sexual, que se pensaba podía influir en los niños, lectores potenciales de cómics. El problema llegó a un punto crítico en 1948 con la publicación por el Dr. Fredric Wertham de dos artículos: Horror in the Nursery (en Collier) y La psicopatología de los cómics (en Revista Estadounidense de Psicoterapia). Como resultado, en 1948 se fundó la Asociación de Editores de Revistas de Cómics, con el fin de auto-regularse, pero resultó ineficaz y  E.C. abandonó la asociación en 1950. 

Johnny Craig, Al Feldstein y Bill Gaines

En 1954 todo se tambaleó con un nuevo ataque al medio, ahora en forma de libro, escrito nuevamente por el Dr. Fredric Wertham, La seducción del inocente, que terminó provocando una investigación del Subcomité del Senado sobre Delincuencia Juvenil, siendo los cómics que publicó Gaines los que más llamaron la atención del Congreso de Estados Unidos. En 1954, Gaines tuvo que testificar ante el subcomité, al mismo tiempo que una investigación federal provocaba una reorganización en las empresas de distribución de cómics y revistas pulp en todo Estados Unidos, conflicto que terminó provocando el desplome de las ventas y el cierre de varias editoriales. 

Aunque los cómics salieron bien parados de la investigación, Gaines  convocó una reunión con sus colegas editores y sugirió que la industria del cómic se reuniera para luchar contra la censura externa y ayudar a reparar la reputación dañada de la industria. Formaron la Asociación de Revistas de Cómics de América y su Autoridad del Código de Cómics. Pero el nuevo código CCA y sus reglas parecían haber estado creadas para terminar, en especial, con los cómics de Gaines: amplió las restricciones del ACMP y, a diferencia de su predecesor, el código CCA se aplicó rigurosamente y todos los cómics requerían la aprobación del código antes de su publicación. Al no ser esto lo que Gaines pretendía, se negó a unirse a la asociación, que, entre sus nuevas reglas figuraba el prohibir las palabras «horror», «terror» o «raro» en la portada de los comic books. Así que cuando los distribuidores se negaron a gestionar muchas de sus cabeceras, que se publicaron sin el sello del Comic Code, Gaines puso fin el 14 de septiembre de 1954 a la publicación de sus tres títulos de terror y los dos SuspenStories. Pero eso solo fue el principio del fin.

Mirando de salvar su editorial, EC cambió de enfoque iniciando lo que se llamó New Direction, con una línea de cómics más realistas y que comprendían historias de médicos (M.D. y Psicoanálisis) y periodistas (¡Extra!), pero también aventuras (Aces High y Valor) y un equivalente de SuspenStories que se tituló Impact. La ciencia ficción en un cómic con otro nombre. Dado que las ediciones iniciales continuaban sin llevar el sello del Comics Code, los mayoristas se negaron a distribuirlos, así que, después de consultar con su personal, Gaines comenzó a regañadientes a enviar sus cómics al Comic Code, que llevaron a partir del segundo número, bien visible, el sello en portada.

A pesar de la calidad que seguían teniendo las propuestas de E.C, este intento de renovación fracasó comercialmente y después del quinto número, todos los títulos de la New Direction fueron cancelados. Como recordaba el propio Gaines, «Saqué los seis primeros números, seis bimensuales, y vendieron entre el 10 y el 15 por ciento. No puedes creer lo horrendas que fueron las ventas. Y más tarde descubrí que era porque los mayoristas habían dicho: «¡a por él!» Y  me atraparon»

La salvación vino de un lado inesperado. Gaines convirtió Mad en revista en 1955, en parte para mantener en plantilla a su talentoso editor, Harvey Kurtzman, que había sido tentado con ofertas de otros lugares, y también para evitar las restricciones del Comic Code. De todos modos, Kurtzman dejó Mad un año después y fue reemplazado por el prolífico Al Feldstein, mano derecha de Gaines, que supervisó Mad desde 1955 hasta 1986. 

En 1961 Gaines vendió Mad a Premier Industries, un fabricante de persianas venecianas, pasando de mano en mano hasta llegar a formar parte del grupo Warner Communications, pero el viejo editor prosiguió siéndolo hasta el día de su muerte, que se produjo a los 70 años, mientras dormía plácidamente en su casa.

Ateo convencido desde los 12 años, William M. Gaines se casó tres veces: la primera vez con su prima segunda Hazel Grieb mediante un matrimonio concertado por su madre. En 1947 se divorciaron. En 1955 Gaines se casó con Nancy Siegel, con quien tuvo tres hijos, Cathy (1958) , Wendy (1959) y Christopher (1961) y de la que se divorció en 1971. Finalmente, en 1987 se casó con Anne Griffiths, con la que permaneció casado hasta su fallecimiento cinco años después.


Un repaso pormenorizado de los contenidos de Shock SuspenStories Vol. 1 

(Guiones: Al Feldstein)



SHOCK SUSPENSTORIES #1: febrero-marzo de 1952. 

Inaugura la nueva colección Al Feldstein con una impactante portada que no hace referencia a ninguna de las historietas que contiene el cuaderno y que, temáticamente, podría pertenecer perfectamente a Crime SuspenStories. El resto de portadas de los siguientes números, todas relacionadas con alguna de las historietas del interior, serían ilustradas por Wally Wood.

Como ya hemos indicado, el plan original es que cada comic book incluyera cuatro historietas de cuatro géneros diferentes: policíaco, terror, ciencia ficción y bélico. En el relato criminal ¡Un trabajo limpio! (The Neat Job!) Jack Kamen retrata a una abnegada ama de casa que tiene como marido a un puntilloso maníaco del orden. El final no se lo pueden imaginar, pero todo terminará en impecable orden, al gusto del marido. ¡Cobarde! (Yellow!) es la historieta bélica, pero tal y como EC entiende el género, con el terror como ingrediente principal. Jack Davis se encarga de dibujarla. ¡Los monstruos! (The Monsters!) es la historia de ciencia ficción y corre a cargo de Joe Orlando, cerrando Graham Ingels con una terrorífica ¡La alfombra! (The Rug!) en la que sucede algo al protagonista que muchos desearíamos sucediera a los defensores de la caza como deporte.


SHOCK SUSPENSTORIES #2: abril-mayo de 1952. 

Palabras mayores. Aún mayores. El número se abre con una impactante portada de Wally Wood que hace referencia directa a la historieta que ilustra Jack Davis. Una imagen que podría suceder hoy mismo y no solo en Norteamérica: el linchamiento del diferente. Del disidente.

El cuaderno se inicia con ¡Sin salida! (Kickback!), una historia criminal ilustrada por Jack Kamen protagonizada por una joven y bonita esposa que cuida a su anciano (y millonario) marido, impedido e inmovilizado por un ataque cardíaco. Ustedes no pueden imaginarse el plan que pasará por la cabeza de la esposa cuando conozca a un atractivo joven. O si. Deja de deshojar la margarita (Gee, Dad…It’s a Daisy!) es una historia de ciencia ficción que demuestra que, donde las dan, las toman. ¡Los patriotas! (The Patriots!) es una de las historietas más influyentes del cómic. Se celebra un desfile militar para celebrar el retorno de los soldados de la guerra de Corea. Todos los vitorean menos un individuo, actitud que llama poderosamente la atención de algunos de los ciudadanos que hay a su alrededor. Que pasarán a reaccionar cuando pase la bandera y este no salude ¿el resultado? una de las historietas icónicas de E.C. Comics y en general del noveno arte. Ghastly ilustra ¡Halloween!, con la que termina el número, una historia de terror que solo podría ilustrar Graham Ingels. Curiosamente, en la página de presentación del primer número se consultaba a los lectores sobre si estas últimas historias de terror deberían estar presentadas por alguno de los tétricos host de la editorial, algo que, al parecer, no importó al lector. También, en este número, los editores mostraron su interés de conocer la opinión de sus lectores sobre ¡Los patriotas!, sabedores de que por su temática, este tipo de historias podrían impactar a los aficionados.


SHOCK SUSPENSTORIES #3: junio-julio de 1952.

La reacción de los lectores ante la «arriesgada» (en palabras de los editores) historieta publicada en el anterior número no tarda en llegar. Tanto entusiastas «es importante que tengamos cuidado de no acusar a la gente sin pruebas. Se puede causar un daño irreparable a personas inocentes. Los Patriotas ilustra bien esta peligrosa tendencia que ahoga nuestra democracia«. Como en forma de crítica a los editores, «¡Creo que es terriblemente injusto representar al americano medio como una bestia salvaje y viciosa! Toda la historia me resultó muy exagerada. No creo que algo así pueda llegar a ocurrir«. E.C. no se amilana ante todo ello y tanto en este número, como en los siguientes, volverá a añadir historietas en esta linea. En esta ocasión Wally Wood ilustrará ¡El culpable! (The Guilty!), una historia sobre racismo, linchamientos y abuso policial que, naturalmente, creará también división de opiniones entre los lectores. Pero antes, Kamen presenta su historia criminal con una reunión muy especial. Como para perder la cabeza en ¡El postre justo! (Just Desserts!), una historia que se caracteriza por tener una viñeta-shock final a toda página. Wood se encarga de la ciencia ficción en ¡El gran chasco! (The Big Stand-Up!) una historia de amor interplanetaria que resultará ser imposible. Cierra Graham Ingels con ¡Mala pata! (Stumped!), la historieta de la portada, protagonizada por tramperos a la búsqueda de pieles en parajes helados, donde uno de ellos tendrá, como reza el título, muy mala pata…


SHOCK SUSPENSTORIES #4: agosto-septiembre de 1952.

Continúan llegando a la editorial felicitaciones por las historietas «arriesgadas», de algunas de las cuales se reproducen fragmentos en la página de contacto con los lectores, Shock Talk. Kamen abre el número con ¡Un buen partido! (Split Second!), una historia criminal protagonizada por otra de las mujeres fatales que tan bien sabe retratar el artista y que, como es habitual, pagará su maldad con la vida. La Shock SuspenStory del número es Confesión (Confession) en la que la gran protagonista será la corrupción policial y el abuso de autoridad. Ahí es nada. Wally Wood se encarga de ilustrarla, mientras Joe Orlando lo hace en ¡Estrictamente comercial! (Strictly Business!), la habitual historia de ciencia ficción con final (in)feliz que precede a la de terror de, en este caso, Jack Davis, que con ¡Golpe bajo! (Uppercut!) nos lleva a un ring de boxeo ¿tendrá el lector estómago para llegar hasta el final? Ya lo veremos.


SHOCK SUSPENSTORIES #5: octubre-noviembre de 1952.

Shock Talk, el correo de los lectores, pasa a ocupar el habitual espacio interior en la revista, como en las otras publicaciones, y allí van llegando las reacciones a las historias «comprometidas», tanto favorables como, en contra. Veamos dos de estas últimas: (…) «la historia del negro me resultó intolerable. No tengo prejuicios contra ninguna raza, pero la historia me impactó… me di cuenta de que podía llegar a ocurrir. Pero no creo que sea el tipo de historia que debe publicarse en un cómic«. O esta, quizás más furibunda: «He leído El culpable… Me parece que es la historia más desagradable, degradante y gratuita que ha llegado a mis manos. No encuentro el sentido a su cómic… ¡Cada vez que se plantea un problema de minorías, se pone como ejemplo a los negros!». Pues como si fuera en respuesta a estas dos cartas, este quinto número nos lleva desde de su portada a un nuevo escenario desolador: el de un lichamiento realizado por unos hombres con armas y sin escrúpulos. Una de las mejores portadas de E.C. Comics y de Wally Wood. A continuación, tras un anuncio de Mad, revista que, paradójicamente, será la única que sobrevivirá de la editorial, Kamen ilustra su habitual historia criminal, ¡Vía Crucis! (Well-Traveled!), protagonizada por un marido que verá materializados dos de sus sueños… para desgracia de su esposa. ¡Odio! es la Shock SuspenStory del número que se referencia en portada. También realizada por Wally Wood, en ella se demuestra que el antisemitismo no es algo que sea patrimonio exclusivo de la Alemania nazi. La ciencia ficción llega de la mano de Joe Orlando con A flor de piel (What Fur?!), que tiene un argumento bastante similar a Deja de deshojar la margarita, historieta incluida en el segundo número. El mensaje es idéntico: hay que respetar la naturaleza y a todas las especies. Jack Davis nos trae el terror (aunque también podría funcionar como Crime SuspenStory), con ¡Un fiambre muy sabroso! (Cold Cuts!), cuyo título en español deja bien poco a la imaginación.


SHOCK SUSPENSTORIES #6: diciembre de 1952-enero de 1953.

Sin ningún tipo de sutileza y demostrando mucho valor, tras una portada que ofrecía los efectos de un linchamiento en el número anterior, en este nos encontramos con otra que hace una nada velada referencia al Ku-Klux-Klan, también realizada por Wally Wood, y que corresponde a ¡Bajo la máscara! (Under Cover!), una historia también ilustrada por Wood en la que una mujer es castigada (y ejecutada) por relacionarse con «los elementos más viles de nuestra sociedad«. Un alegato anti racista que no se queda tan solo en eso, pues muestra como este grupo de encapuchados está compuesto por las propias fuerzas vivas del sistema, que «¡A salvo bajo sus máscaras de prejuicios, estos traficantes encapuchados de odio racial, religioso y político siguen actuando!» (…)»¡Es hora de denunciar a estos usurpadores de nuestras libertades constitucionales!«.

Kamen abre con una impactante escena de bella y bestia para ¡Acierto mortal! (Dead Right!) en la que la protagonista descubrirá, muy tarde, que no hay que dejarse llevar por los vaticinios y cantos de sirena de pitonisas y adivinas, aunque de hacerlo, hay que  interpretar bien las señales si no se quiere llevar una muy desagradable sorpresa. En ¡Ablandado! (Not so Tough!), Joe Orlando nos lleva nuevamente a una misión espacial que, en este caso, finaliza de modo sorprendente por culpa del abuso de autoridad del despótico comandante de la nave. El horror cerrará, una vez más, la publicación, y ¿quién mejor que «Ghastly» para hacerlo? junto a él conoceremos a Una vieja muy dulce (Sugar ‘n Spice ‘n) nada amiga de los niños…


De los árboles del Sur cuelga una fruta extraña,
sangre en las hojas y sangre en la raíz,
cuerpos negros balanceándose en la brisa del Sur,
extraña fruta colgando de los álamos.

Billie Holiday cantaba en Strange fruit (extraña fruta) de Abel Meeropol, sobre una extraña fruta que crecía en los árboles del Sur, una fruta extraña creada provocada por turbas de paletos racistas que temían la pérdida de sus privilegios. Y lo cantaba en una canción que el sello habitual de la artista, Columbia, se negó a grabar, lo que obligó a que Billie Holliday la registrara para otro sello, Commodore. Una canción que terminó convirtiéndose en estandarte de la campaña contra los linchamiento y canción protesta del colectivo negro en su lucha por los derechos civiles.

El linchamiento, la muerte de personas por la acción extrajudicial de una muchedumbre, ha existido en Estados Unidos sobre todo desde finales del siglo XVIII hasta la década de los 60 del siglo xx. Así, entre 1880 y 1970, se linchó a 3265 negros, 1082 blancos, 71 mexicanos, 38 indios, 10 chinos, y un japonés.​

El linchamiento en los estados del sur se asocia con la reimposición de la supremacía blanca tras la Guerra de Secesión y alcanzó su punto álgido a finales del siglo XIX y a principio del XX, tras la retirada del Sur de las tropas federales, y la toma de control de las asambleas legislativas estatales por parte de los demócratas sureños: se aprobaron nuevas normas constitucionales y electorales para evitar que los negros y muchos blancos pobres se inscribieran en el censo electoral. Los inscritos fueron castigados con violencia si votaban, o para evitar que votasen. Se promulgaron una serie de leyes de segregación racial para restablecer la supremacía blanca y se instauró la segregación racial entre negros y blancos, otorgando un estatus de segunda clase a los ciudadanos de piel negra. También se produjeron linchamientos por el control de las tierras. Tan alto fue el índice de violencia que se vivía, que entre 1910 y 1970 se produjeron dos grandes oleadas de migraciones de ciudadanos negros hacia las ciudades del norte y del medio oeste. Así, 6,5 millones de negros americanos abandonaron el sur.

Los motivos para que se produjera un linchamiento eran de lo más variados. Solo un tercio de las víctimas negras eran acusadas de violación o intento de violación (aunque se alegaban infracciones sexuales muy a menudo para justificar el crimen). La acusación más habitual era asesinato o intento de asesinato, seguida por una lista de infracciones que incluían agresión verbal o física, competencia desleal o independencia mental. Se formaron multitudes blancas de linchamiento para restaurar lo que se consideraba orden social. La «política» de linchamientos solía conducir al asesinato de las víctimas por multitudes blancas. En ocasiones, las fuerzas de seguridad participaban directamente, o mantenían al sospechoso en la cárcel hasta que se formaba un gentío que perpetraba el crimen. Con frecuencia las víctimas morían a manos de pequeños grupos de vigilantes blancos a altas horas de la noche. No obstante, en ocasiones los linchamientos se convirtieron en un espectáculo de masas con un ambiente circense destinado a poner de relieve el poder de la mayoría. A menudo los linchamientos se anunciaban antes en periódicos, y se sabe que se organizaban para que los periodistas tuvieran tiempo de escribir sus artículos. Incluso los fotógrafos aprovechaban para realizar fotos y venderlas a los periódicos y editores de postales. Los linchamientos se solían publicitar como amenaza velada para afroamericanos y para cualquiera que incumpliera las normas sociales.

Menos del 1% de los participantes en turbas de linchamiento fueron condenados por tribunales locales. A finales del siglo XIX, los jurados de la mayoría de los estados del Sur estaban compuestos solo por blancos, porque los afroamericanos habían sido eliminados del censo electoral y solo los votantes registrados podían formar parte de un jurado. Gracias a los jurados, estos delitos rara vez iban más allá de la investigación.

​A comienzos del siglo XX, los linchamientos eran un deporte fotográfico en Estados Unidos. La gente enviaba postales de linchamientos que había presenciado. Esta práctica era tan indigna que un colaborador de Time escribió en el año 2000 que «ni siquiera los nazis cayeron tan bajo como para vender recuerdos de Auschwitz, sin embargo, las escenas de linchamiento se convirtieron en un floreciente departamento de la industria de las postales. Hacia 1908, el comercio había crecido tanto, y la práctica de enviar postales de las víctimas de estos asesinatos se había hecho tan repugnante que el Director General de Correos de EE.UU. prohibió enviarlas por correo».​

En 1915, tres sucesos resaltaron las tensiones raciales y sociales: el juicio y linchamiento de Leo Frank, el estreno de la película El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, D.W. Griffith, 1915) y el resurgimiento del Ku Klux Klan, que entre 1910 y 1930 adquirió poder y popularidad en las ciudades con mayor ritmo de crecimiento, alcanzando su máximo número de miembros e influencia alrededor de 1925. ​

El asesinato en 1915 cerca de Atlanta (Georgia) de Leo Frank, judío americano director de una fábrica, adquirió gran resonancia. Al principio, los relatos de los periódicos sensacionalistas hicieron que la ira popular se concentrase en Frank, declarado culpable del asesinato de Mary Phagan, una joven empleada en su fábrica. Frank fue condenado después de un juicio plagado de defectos en Georgia, y sus apelaciones fueron desestimadas. Cuanto el gobernador conmutó la pena de muerte impuesta a Frank por cadena perpetua, una turba autodenominada «Caballeros de Mary Phagan» lo sacó de la prisión de Milledgeville (Georgia) y lo linchó.

En la década de los 30 varias organizaciones comunistas se unieron para apoyar la eliminación del linchamiento. Muchos sureños se sentían agraviados por lo que consideraron una «interferencia» en los asuntos locales. Según uno de los investigadores, un blanco de Tuscaloosa dijo: «Lo único que faltaba eran judíos de Nueva York entrometiéndose y propagando ideas comunistas».​

Varias obras literarias y películas retrataron algunos de estos asesinatos cometidos por turbas furibundas, destacando cintas como Furia (Fury, 1936), la primera película norteamericana de Fritz Lang; Matar a un ruiseñor (To Kill a Mockingbird, 1962) de Robert Mulligan, basada en la novela de Harper Lee; o  Conspiración de silencio (Bad Day at Black Rock, 1955) de John Sturges, pero los cómics de E.C., se adelantaron en la denuncia contra el racismo y los linchamientos por religión o raza. Su denuncia sigue abierta y su mensaje vigente hoy en día.

Las lecturas de Serendipia: ‘La universidad de la vida #Ranciofacts 6’

4 noviembre 2023 Deja un comentario

LA UNIVERSIDAD DE LA VIDA #RANCIOFACTS 6

Pedro Vera

¡Caramba!, 2023. 112 páginas. Color. Rústica con solapas. 20 x 27 cm


Durante el reciente Festival de Sitges Serendipia se topó con un habitual del mismo, Manuel Bartual, dibujante de cómics y editor de ¡Caramba! al que, tras los saludos de rigor y hablar sobre algunas novedades a punto de ser editadas, no pudo evitar preguntarle, con impaciencia, para cuando estaría disponible la nueva entrega de Ranciofacts de Pedro Vera. Y es que no nos cansamos ni nos cansaremos de repetir que Pedro Vera es lo mejor que le ha pasado al cómic humorístico español en los últimos años. Pero también es lo más grande que le ha sucedido a los futuros estudiosos que quieran saber como era y de donde salió el español medio del siglo XX y XXI, pues el dibujante manchego ha sabido capturar mejor que nadie todos los guiños, costumbres y frases que nos unen, que nos aúnan, pese a quien pese, a todos los habitantes de esta península ibérica.

Así que, hagánse un gran favor y adquieran ya la sexta entrega de Ranciofacts, esa enciclopedia del milenario saber rancio ibérico que, afortunadamente, tiene visos de no terminarse nunca. Superado el tema del coronavirus, que sirvió para dejar en la quinta entrega un documento definitivo sobre lo que aportó todo ello a la idiosincrasia rancia, Pedro Vera vuelve con una recopilación que trae lo peor de cada casa, recurriendo, pues dibujado sería harto difícil de creer, a pruebas fotográficas de destrozos en forma de tatuaje, figuras de cera nada realistas, animales disecados, grafitis, juguetes de mercadillo, casetes de gasolinera o fotos de estudio de embarazadas y sus parejas, la última lacra que estan sufriendo nuestras sufridas córneas. Pero hay más, mucho más. Desastres más grandes que la vida, frases popularizadas en twitter o varias páginas dedicadas a First Dates, ese fenómeno televisivo, auténtico experimento sociológico que explica, mejor que cualquier estudio, las carencias de aprendizaje que poseé el español medio y que le ha llevado a, por ejemplo, dejarse llevar por líderes que «hablan claro y no se callan» y  dar su voto a la extrema derecha. Y todo ello Pedro Vera lo ha sabido captar y trasladar a sus cada vez mejores viñetas, pues nada escapa al sabio ojo del cronista, auténtico cazador de comportamientos revenidos y frases y sentencias con olor a humedad, a cochambre, a rancio.

Cada semana desde las páginas de El Jueves se publica Ranciofacts, que ¡Caramba! reúne regularmente en imprescindibles tomos, como hizo antes con otra creación del autor, Ortega y Pacheco, cuyas aventuras reunió la editorial en cuatro espléndidos tomos que conforman todo un festín para el fan de la obra de Pedro Vera en particular y del amante del cómic de humor en general.

No dejen escapar pues La universidad de la vida, pues en sus páginas queda más que latente que de esta pandemia no salimos ni mejores ni más fuertes, pero sí más rancios.

Pedro Vera

Tras participar en la fundación de la revista El Tío Saín y colaborar con publicaciones como La ComictivaKovalsky FlyAnnabel Lee o Subterfuge, Pedro Vera (Murcia, 1967) comienza a publicar sus historietas en 1998 en la revista El Jueves.

Es el padre de personajes como Nick Platino o los famosos Ortega y Pacheco, de los que ¡Caramba! ha recopilado todas sus entregas en la colección Ortega y Pacheco Deluxe. En 2012 crea en la misma revista, Ranciofacts, donde repasa semanalmente las costumbres y dichos más rancios de la cultura popular española. La serie ha sido recopilada en libro por ¡Caramba! en cuatro volúme, nes, Ranciofacts (2014 ), Mi puto cuñado (2015), Rancio no, lo siguiente (2016) Saliendo de la zona de confort (2018)  Aquí, sufriendo (2020) y el tomo monográfico Ranciofacts de cine (2022)

Las lecturas de Serendipia: ‘La vida y usted 2’ de Paco Alcázar

26 septiembre 2023 Deja un comentario

LA VIDA Y USTED 2

Paco Alcázar

¡Caramba! Tapa dura. 21,8 x 17 cm., 104 páginas a color


Si finalmente la Humanidad consiguiera erradicar su existencia, y una especie extraterrestre aterrizara en las ruinas de una tienda de cómics, podría llevarse una idea muy cercana de lo que era esa estúpida civilización y el porqué de su extinción si encontrara, al revolver entre los cascotes, un ejemplar de La vida y usted 2, la nueva entrega de la enciclopedia perpetrada por el, nunca suficientemente ensalzado, Paco Alcázar y que recopila hojas aparecidas en la revista Mongolia.

Magníficamente editado, con una cuidada portada a juego con el estilo de sus dibujos, realizados como si de uno de esos viejos diccionarios o manuales se tratara, sus páginas rezuman un humor que, no puede calificarse simplemente de negro: está muy por encima, es corrosivo y contagioso como un virus, trasmite desazón y malestar. Pero sigue siendo humor. Y del mejor.

Minimalista, si quieren, dice mucho con poco, y bajo la apariencia inofensiva de sus dibujos hay mucha mala leche. No creemos que busque denunciar las injusticias, el racismo, la sociedad, en definitiva. Pero a su modo lo hace, aunque de una forma muy gamberra, pero no exenta de lógica, pues algunas de las respuestas a sus preguntas son tan razonables como absurdas. Realmente, es difícil trasmitir lo que supone leer la obra de Paco Alcázar.

Los que seguimos a Paco Alcázar desde sus inicios como terrorista gráfico, con aquellas tiras en blanco y negro dibujadas esquemáticamente pero cargadas de estilo, que publicó en diversos fanzines, a su larga colaboración con la revista El Jueves, donde dibujó al odioso Silvio José, el buen parásito, pasando por su visión del mundo del cine o ese delicioso tomo dedicado a Nicolas Cage, sabemos que es, gráficamente, un camaleón. Pero lo que no cambia es su manera ácida de ver el mundo, pues nadie dice las cosas como Paco Alcázar. Y nada ni nadie, incluido él mismo, está a salvo de la hiel de Paco Alcázar. Así que no se nos ocurre nada mejor que seguir recomendando sus irresistibles, y terapéuticos, trabajos, incluidos los dos volúmenes de La vida y usted, cuyo segunda entrega podría ser la última, a tenor de la nota que, algo oculta, añade el autor: «Con este volumen termina la vida y usted. Para la muerte y usted, simplemente permanezca a la espera«.


Astiberri Editorial


Las lecturas de Serendipia: ‘Tales from the Crypt’ Vol. 5

24 septiembre 2023 Deja un comentario

TALES FROM THE CRYPT VOL. 5


Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 216 páginas a todo color


Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones y lo hace retornando a la hedionda cripta en la que esperan The Crypt-Keeper, The Old Witch y The Vault-Keeper dispuestos a poner los pelos de punta al lector con las terroríficas historias incluidas en este nuevo tomo de Tales from the Cryptel quinto y último de la serie, que reúne los números que van del 41 al 46.

Sin decaer en ningún momento, prosigue la trayectoria ascendente de la más emblemática publicación de E.C. Comics. Y lo hace continuando la dinámica adquirida en números anteriores: las portadas de los seis números que componen el tomo son obra de Jack Davis, así como la primera historieta de cada uno de ellos, reservando la última para el gran Graham (Ghastly) Ingels. La mejor forma de que el lector no olvide la revista de cómics que acaba de leer. Contando, además, con la participación de otros artistas como Jack Kamen, Bernie Krigstein, George Evans, Joe Orlando y el gran Reed Crandall. En esta ocasión, Al Feldstein no firma todos los guiones, muchos de ellos están firmados por Carl Wessler, sin que la calidad de los mismos se resienta.  El tomo no incluye prólogo y, siendo como es el último, en varios de los cuadernos que contiene hay referencias e incluso comunicados en los cuales se explican los problemas que la editorial estaba atravesando y que, finalmente, conseguirían que se cerraran las colecciones policíacas y de terror, mientras se anunciaban, en el último número, los planes editoriales de publicar nuevas colecciones adscritas a lo que se dio en llamar New Trend (nuevo rumbo), series que se sumaron efímeramente a los títulos supervivientes hasta que cerraron todo, a excepción de Mad, que transformado en revista, pudo librarse de las garras del Comic Code. 


AL FELDSTEIN (1925-2014)

Albert Bernard Feldstein (octubre de 1925 – abril de 2014), fue un escritor, editor y artista estadounidense cuya labor más recordada es la que desempeñó en E.C. Comics de 1956 a 1985, ya como editor de la revista Mad.

Originario del barrio de Brooklyn (Nueva York) , gana algunos premios de dibujo, lo que le convence de estudiar arte. Tras la II Guerra Mundial entra de chico-para-todo en el Iger Studio. Allí se foguea realizando fondos a lápiz y tinta para terminar dibujando planchas completas. De ahí pasa a Fox Comics, donde era poco menos que explotado. Y poco después contacta con Bill Gaines, que acababa de asumir el cargo de editor de EC Comics tras la muerte de su padre en un accidente, con el que entablará una larga y provechosa relación de trabajo

Al llegar a EC en 1948, Feldstein comenzó como artista, pero pronto combinó el arte con la escritura y finalmente editó la mayoría de los títulos de E.C. Aunque originalmente escribió e ilustró aproximadamente una historia por cómic, además de hacer muchas portadas, Feldstein finalmente se centró en la edición y la escritura, reservando su arte principalmente para las portadas. Desde finales de 1950 hasta 1953, editó y escribió historias para siete títulos de E.C., abordando temas candentes que otros medios procuraban evitar, como el prejuicio racial, la violación, la violencia doméstica, la brutalidad policial, la drogadicción y el abuso infantil. Formando, también, todo un equipo de escritores colaboradores que incluía a Robert Bernstein , Otto Binder , Daniel Keyes , Jack Oleck y Carl Wessler.

Después de que las presiones de la industria y el gobierno obligaron a Gaines a cerrar la mayoría de sus títulos E.C., Feldstein se separó brevemente de la empresa. Pero cuando Harvey Kurtzman dejó Mad en 1956, Gaines recurrió a su antiguo editor, así Feldstein pasó los siguientes 29 años al frente de lo que se convirtió en una de las revistas más importantes e influyentes del país. Tras retirarse de Mad en 1985, Feldstein comenzó a pintar oleo, dotando de vida a la fauna salvaje norteamericana.  


Repaso pormenorizado de los contenidos de Tales from the Crypt Vol. 5: (Portadas: Jack Davis. Guiones: Al Feldstein y otros)



TALES FROM THE CRYPT 41Abril-Mayo 1954. 

Tal y como refleja el anuncio ilustrado por Alan Davis que hay en el reverso de la portada, también dibujada por él, y que es la escogida por Diábolo para este quinto tomo, el E.C Fan-Addict Club va sobre ruedas. También comprobamos que todos los guiones continúan siendo de Al Feldstein. El Guardián de la Cripta abre el número presentando Operación amistad (Operation Friendship) historieta dibujada por Davis que, en esta ocasión, no está relacionada con la

Bill Galvan realiza un homenaje en Archie Comics a la portada de Jack Davis

ilustración realizada para la portada. En Operación amistad tenemos un  retorcido relato de camaradería llevada hasta sus últimas consecuencias. ¡Vuelve, pequeña Linda! (Come back, Little Linda!) es una enternecedora historia de amor… al estilo E.C., ilustrada por el siempre soberbio George Evans. La página de correo de los lectores aborda diversas, entre ellas la mala distribución que tenían los cómics en los quioscos, y concretamente, el Guardián de la Cripta insta a los lectores a que ayuden a «mis estúpidos editores a deshacerse de un millón de revistas de E.C. en 3-D» que, al parecer, habían sufrido una mala distribución o, sencillamente no habían sido bien recibidas por los lectores. Más abajo les hablamos de ellas. Corriente de atracción (Current Attraction) es la historieta de portada, dibujada por Jack Kamen. Y para cerrar, un Toque de rancho (Mess Call), llamamiento al que acude raudo Ghastly Ingels con un menú no apto para todos los estómagos.


TALES FROM THE CRYPT 42Junio-Julio 1954.

Es en este número en el que se produce un cambio radical de paradigma en lo que respecta a los guiones. Al Feldstein va cediendo su sitio a otras plumas, y así, tres de las historias están escritas por Carl Wessler. Tras la vampírica portada de Jack Davis, encontramos una deliciosa propaganda de Panic realizada por Bill Elder en la cual un variopinto grupo de individuos se abalanzan sobre una quiosco hasta destrozarlo, todo con tal de hacerse con un número de la revista. Abre el habitual Davis con Concierto para violín y hombre lobo (Concerto fror Violin and Werewolf) que hace referencia a esa imagen, real o no, de los gangsters portando metralletas de incognito en estuches de violín. A la primera luz del alba (By the Dawn’s Early Light) es la historia de vampiros que se anuncia en la imagen de portada. Por lo que vemos, el nuevo guionista se decanta por los monstruos clásicos, pues sus dos primeras historietas están protagonizadas por hombres lobo y vampiros. El baño (The Bath) es la única historieta guionizada por Felstein (junto a Jack Oleck) del número. Está dibujada por el genial Bernie  Krigstein y protagonizada por un cruel terrateniente del Amazonas que se dará un baño de realidad. El último. Finalmente ¡Encapotado! (Hoodwinked!) es una deliciosa historia de dos hermanos, muy diferente entre ellos, y la relación de amor-odio que tienen y que terminará, bueno, terminará mal, por supuesto. Dibuja, como es norma,  Graham (Ghastly) Ingels.


TALES FROM THE CRYPT 43. Agosto-Septiembre 1954.

A partir de este número comienzan a ponerse las cosas serias. Y se hace partícipe de ello en todo momento al lector, con la primera referencia a la caza de brujas que se había entablado contra la violencia en los cómics. Y, como no podría ser de otra forma, está realizada con humor e ironía, pero con un lenguaje directo. Después de mostrar unas viñetas caricaturescas en las que vemos como en Rusia está contundentemente prohibido leer cómics, añade, «Aquí, en América, todavía podemos publicar cómics, periódicos, revistas de moda, libros y la Biblia. No tenemos que enviarlos primero a un censor. Por ahora…Porque hay algunas personas en América que quieren censurar… que quieren acabar con los cómics«. Y la nota prosigue entrando en la humorada, pues se llega a la conclusión de que detrás de todo esto se encuentran, por supuesto, ¡los comunistas! Otras disciplinas artísticas como el cine ya estaban siendo investigadas por el Comité de Actividades Antiamericanas, y muchas carreras, e incluso vidas, se quedaron por el camino. Ahora era el turno de los cómics.

En lo que respecta a su contenido de este número, prosiguen los movimientos entre los responsables de los guiones: Al Feldstein se hace cargo de tan solo uno, el ilustrado por Ghastly, mientras el resto se reparten entre el ya mencionado Carl Wessler y Otto Binder. La portada de Alan Davis, aunque modélica, como siempre, rompe un tanto con la norma de oscuridad y tenebrismo habitual, y hace referencia a la retorcida historia con la que, él mismo, con guion de Binder, abre el número, Cuatro partes iguales (Four-Way Split) en la cual su protagonista descubrirá por qué es imposible ser amigo de jefes y «superiores». Guerra fría (Cold War) con dibujos de Jack Kamen y guion de Wessler, es una extraña historia de poliamor… de ultratumba. Concurso con trampa (Clots my Line), con guion nuevamente de Otto Binder y viñetas de George Evans, ofrece una novedosa propuesta de concurso televisivo poco explotada y con la que todos los concursantes ganan… aunque no un apartamento en Torrevieja (Alicante). Finalmente, Graham Ingels ilustra la única contribución de Al Feldstein al número, Accidentes por compasión (Accidents and Old Lace), título y traducción al español que hacen referencia a los que tuvo el film de Frank Capra Arsénico por compasión (Arsenic and Old Lace, 1944), que adaptaba al cine el éxito teatral protagonizado por Boris Karloff que, más tarde, fue sustituido por Bela Lugosi. La historieta, además, está protagonizada por tres adorables ancianitas aficionadas a confeccionar artísticos tapices.


TALES FROM THE CRYPT 44. Octubre-Noviembre 1954.

Tras otra deliciosa portada de Jack Davis, el mismo dibujante abre, como es habitual, este número 44 con Olorosa obra (Forever Ambergris), el primero de los dos guiones firmados por  Al Feldstein incluidos en el cuaderno. Una historia muy retorcida de amistad, engaños, ballenas y… peste bubónica. El gran Red Crandall vuelve por segunda, y última vez a Tales from the Crypt para ilustrar Tumba marina (Burial at Sea) que con guion de Carl Wessler se desarrolla en una isla en la que, como suele suceder, hay un tesoro y alguien que lo quiere poseer a toda costa. La declaración (The Proposal) también escrita por Wessler pero ilustrada por Jack Kamen es una bonita historia de amor a tres bandas. Y finalmente vuelve Feldstein con La noche del verdugo (The Sliceman Cometh), una historia ideal para los viscosos lápices de  Graham Ingels. Localizada en la Francia revolucionaria, en la que tantos y tantas perdieron la cabeza, será precisamente una de ellas la que traerá de la ídem al cruel protagonista de esta historia.


TALES FROM THE CRYPT 45. Diciembre 1953-Enero 1955.

Otra portada antológica, que en esta ocasión hace referencia a la historieta que ilustra Jack Davis y guioniza Carl Wessler, responsable de todos los guiones de este número. Telescopio (Telescope) es una muy sórdida historieta sobre un naufrago y una rata, únicos habitantes de una isla y su  lucha por la supervivencia. Jack Kamen dibuja El sustituto (The Substitute), una historia en la cual no tendrá ocasión de dibujar atractivas damas, una de sus especialidades, pues se desarrolla en una colonia penal francesa de la que se fugará un preso con un plan que no puede fallar… o si. Bernie Krigstein ilustra Sueño asesino (Murder Dream), con dibujos muy influenciados por el surrealismo daliniano y con unas viñetas que buscan trasmitir movimiento, tal y como puede apreciarse en la página 5 de la historieta (que corresponde a la 167 del tomo). Una forma de narrar que culminaría en Master Race (Impact #1, Abril 1955), su obra maestra. Todo ello para reproducir en viñetas lo que resulta ser «el sueño de un maníaco«. Finalmente, con El cambio (The Switch), la vieja bruja y Graham Ingels cierran el número. Se trata de una tragicómica historia protagonizada por un octogenario que desea rejuvenecer su cuerpo para satisfacer a una dama de la que se ha enamorado. Para ello recurrirá a la cirugía. Como vemos, nada excepcional hoy día.




LA SEDUCCIÓN DEL INOCENTE

El número 45 de Tales from the Crypt no tiene página de correo, en su lugar hay, a toda plana, «un llamamiento a la acción«, una carta de los editores a sus lectores redactada ante las graves acusaciones del Subcomité del Senado sobre la Delincuencia Juvenil que culpa, precisamente a los cómics, y en especial a los de terror y crimen, de incitar a los niños a la violencia ya que «deforman las mentes de la juventud de América y afectan el desarrollo de las personalidades de aquellos que los leen«. Entre los responsables de esta campaña se encontraba Fredric Wertham, un psiquiatra germano-estadounidense que en su libro más conocido, La seducción del inocente (Seduction of the Innocent, 1954), consideraba que estas publicaciones causaban un apetito insaciable de violencia en los jóvenes: “En el mejor de los casos, interfieren con el sueño infantil. En el peor de los casos, invitan a los niños a imitar los crímenes que ven representados». Wertham también llamó la atención sobre lo que él consideraba implicaciones de amor homosexual en cómics como Batman y Wonder Woman. Los cómics, como vemos, eran para el psiquiatra los responsables de todo los males que atenazaban la civilización: “Los cómics en el peor de los casos son demoníacos, en el mejor simple basura”.

El impacto que causaron sus palabras, animó a crear la comisión de investigación del Congreso contra la industria de los cómics y a la creación del Comic Code, con el cual los propios editores autocensuraron sus publicaciones. Al igual que sucedió con el cine y el Codigo Hays en los años treinta. Pero Wertham no era el único que estaba  tras los ataques a la industria del cómic, pues como señalan los editores de E.C., asimismo también habría «ciertas editoriales que no publican cómics y que se beneficiarían de su desaparición, muchos grupos de adultos a los que les gustaría culpar de su falta de capacidad como padres responsables a las revistas de cómics, en lugar de a ellos mismos, y varios cazadores de titulares«.  Así que con esta carta abierta a los lectores, los editores instaban a que fueran ellos los que escribieran una carta al Congreso, «con tus propias palabras. Que sea una carta amable y educada«, tanto si pensaban que los cómics eran un entretenimiento inofensivo, como si pensaban que eran malos, «lo importante es que la Subcomisión escuche a los lectores reales de cómics y/o a sus padres (en caso de los más jóvenes), y no a personas que, sin haber leído un cómic en su vida, quiere destruirlos«.

El subcomité entrevistó tanto al doctor Wertham como a William Gaines, que expusieron sus argumentos en contra y a favor, todo lo cual fue televisado. Muchas de las conjeturas del psiquiatra, particularmente las de las alusiones sexuales ocultas (por ejemplo imágenes de desnudos femeninos ocultos en los dibujos de los músculos de los personajes y en la corteza de los árboles, o Batman y Robin como amantes homosexuales), fueron recibidas con hilaridad en la industria del cómic. Wertham también afirmaba que Wonder Woman tenía una segunda lectura relacionada con la sumisión y el bondage, algo que en cierto modo ya había sido mejor documentado por su creador, William Moulton Marston, que había admitido eso mismo; a pesar de ello Wertham también afirmó que la fuerza y la independencia de Wonder Woman ponían de manifiesto su carácter de lesbiana. Finalmente, aunque no se cumplió el objetivo buscado y no culpó a los cómics del supuesto auge de la delincuencia juvenil, sí que tuvo serias repercusiones para la industria, pues el subcomité recomendó que las casas editoriales bajaran el tono de sus publicaciones.

Gaines reunió a sus colegas editores y sugirió que la industria se agrupara para combatir la censura externa, formando la Comics Magazine Association of America, con su rama censuradora, el Comics Code Authority. Las normas del CCA eran aún más estrictas que las de la ACMP, ya que su cumplimiento era obligado y todos los cómics debían ser previamente aprobados antes de su publicación. Entre las nuevas normas impuestas por el Comics Code estaba la prohibición de que en la portada apareciera la palabra «horror», «terror» o «raro», y no era ninguna coincidencia que estas palabras fueran precisamente las que aparecían en los títulos de muchas de las series más vendidas de E.C. Gaines abandonó la asociación y rechazó someter sus historietas al Comics Code; pero cuando los distribuidores se negaron a repartir muchas de sus series, el editor se vio forzado a cerrar su cinco títulos más populares: los tres de terror y los dos de crímenes. Cerrando el resto poco después ante la perspectiva de un conflicto interminable. Y es que, como los propios editores de E.C. señalaron en una carta que abría el número 46 de Tales from the Crypt, «aunque en E.C. seguimos creyendo, como en el pasado, que las acusaciones contra los cómics policíacos y de terror son un completo disparate, a estas alturas no tiene sentido intentar defender este tipo de literatura. Económicamente, nuestra situación es grave. Las revistas que no llegan al quiosco no se venden. Nos vemos obligados a capitular. Nos rendimos. ¡ESTAMOS HARTOS!«. Pero no era una capitulación total, pues en la misma nota se anticipaba la nueva dirección que E.C Comics iba a tomar, centrándose en una línea de comic books de tono más realista. La que se denominó New Direction, que incluía títulos como M.D.(historias de médicos), Impact (suspense), Extra! (periodismo) y Psychoanalysis (historias de psiquiatras), entre otras. Además, moderó y renombró el título que aún tenía de ciencia ficción como Incredible Science Fiction y prosiguió con Mad, Panic, Piracy y Two-Fisted Tales. Con estos cambios, Gaines terminó sometiendose al Comics Code. Pero este relanzamiento fue un estrepitoso fracaso y ninguno de los nuevos títulos pasó del número cinco, así que tras varios conflictos con el Comics Code, incluyendo una demanda judicial, y las cada vez peores ventas de los títulos que aún tenía, Gaines decidió, en diciembre de 1955, abandonar por completo los comic books, transformando Mad en revista, con lo cual se libraba del Comic Code y pudo tener una trayectoria libre y prolongada durante sus 58 años de vida.

Muchos años después se demostraría que el libro de Wertham no estaba basado en un trabajo académico sólido. El material estaba manipulado para comprometer y fabricar evidencias en su beneficio. Pero el daño ya estaba hecho.




TALES FROM THE CRYPT 46. Febrero-Marzo 1955.

«Puede que nunca llegues a leer esta revista.  Es más , puede que nunca se imprima. Si se imprime, puede que nunca se distribuya. Si se distribuye, puede que se guarde en un fardo detrás del mostrador y nunca vea la luz del día. Pero si, por algún milagro, llega a los quioscos, éste será probablemente el último número que leas de esta revista«.

Sí, hemos llegado al último número de la colección. Un número que tal y como se indica en un mensaje de los editores, no iba a ser el último de Tales from the Crypt, sino el primero de una nueva colección, The Crypt of Terror, que se uniría a las otras tres cabeceras dedicadas al género que más rédito daba a la editorial. Pero no pudo ser.

En todo caso quedó un último número al nivel acostumbrado. Con los guiones de las dos primeras historietas escritos por Al Feldstein, y los otros dos por Carl Wessler. Abre Jack Davis con El reflejo (Upon Reflection) la historia de hombres lobo que, ¡ejem!, refleja la portada. Prosigue George Evans con Palos de ciego (Blind Alleys), donde un roñoso casero terminará recibiendo su merecido de mano de sus inquilinos. Success Story (cuya primera plancha original ilustra este artículo), está realizada por Joe Orlando y se ocupa de, posiblemente, la más terrorífica historia narrada en las publicaciones E.C., pues cuenta la historia de un joven recién casado cuyos suegros se instalan en su casa. Desbaratando su -hasta entonces- feliz matrimonio y creando tensiones que el protagonista terminará cortando de raíz. Finalmente cierra, como siempre, Ghastly con Trapos sucios (Tatter Up!) otra bonita y muy sórdida historia de amor con boda entre una tacaña octogenaria rica y un joven y atractivo muchacho, que comenzará la enfebrecida búsqueda del dinero de la vieja desde el primer día pero…

¡¡HORROR EN 3-D!!

La culpa de todo es de la televisión. En los años cincuenta la televisión había llegado a todos los hogares norteamericanos y restado audiencia a los cines, así que había que intentar innovar para combatir la fuerte competencia. Así, se probaron nuevos experimentos como el Cinemascope, el Drive-In o las películas en 3-D, mediante unas gafas con dos tonalidades (azul y rojo). Esta efímera moda pasó a otro tipo de medio, como las publicaciones de pin-ups (¡¡¡téngalas al alcance de sus manos!!!) y, por supuesto, a los cómics. E.C., siempre atenta a las novedades, editó dos números especiales: Three Dimensional E.C. Classics y Three Dimensional Tales from Crypt of Terror, preparándose uno más que quedó inédito, posiblemente por las pobres ventas motivadas, en gran parte, por la pobre distribución que comenzaban a tener los cómics de terror y crímenes. En todo caso, se trataba de historietas ya publicadas, adaptadas con viñetas nuevas, al sistema de tres dimensiones. Para completistas, estos dos cómics en 3-D han sido editaos en cuatro cuadernos por El Boletín. Y no solo eso, pues van acompañados de dos tomos (eso sí, en edición muy limitada) escritos por el especialista Enrique Torres en los cuales analiza estas historietas con la minuciosidad a la que tiene acostumbrado al lector.

Con este quinto tomo se cierra Tales from the Crypt, pero Diábolo ya está preparando nuevos tomos con otras colecciones E.C. Más tomos brillantes, de un nivel artístico y de guiones inmejorable, que se superan, número tras número, historia tras historia, viñeta tras viñeta.

 

Las lecturas de Serendipia: ‘Weird Science’ Vol. 4

WEIRD SCIENCE VOL. 4


Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 214 páginas a todo color


Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones y lo hace retornando a la ciencia ficción con el cuarto y último volumen de Weird Science

Con este cuarto tomo se cierra Weird Science pero, no teman, la ciencia ficción proseguirá con la serie que unificó las dos colecciones que EC dedicaba a esta temática, Weird Science y Weird Fantasy con el ingenioso título de Weird Science-Fantasy, que prosiguió las aventuras espaciales durante siete números más.

Ya hemos indicado en otras entradas que entre los factores que hicieron especial el sello de Bill Gaines figuraba el contacto continuo con el  lector, al que trataba como un amigo. Así, en el Correo cósmico del número 19 se advierte que, ante el gran número de cómics que se editan, «muchos vendedores de periódicos están devolviendo fardos de tebeos SIN ABRIR«, instando a los lectores a solicitarlos a los quiosqueros si no los ven exhibidos. Tampoco ocultarán la razón por la cual las dos series de ciencia-ficción terminarán unificadas en una sola, trimestral y 5 centavos más cara: las ventas insuficientes y la consiguiente pérdida de dinero. Y es que EC se resiste a dejar de publicar ciencia ficción, pues este género, que paradójicamente han contribuido a resucitar, es uno de los favoritos de los autores y editores, orgullosos, estos últimos, de contar con Ray Bradbury entre sus «colaboradores» habituales. Lo malo es que de Weird Science-Fantasy tan solo saldrán a la venta siete números más. Lo bueno es que la profusa propaganda que sus páginas traen de Mad y Panic auguran el nuevo filón en el que EC se refugiará y el que mantendrá viva la editorial: el humor.

Después vendría la investigación del Senado, un nuevo cambio de título y la instauración, bien visible, del sello del Comic Code en las portadas de todas las publicaciones EC. Pero mejor no avancemos acontecimientos y vayamos a los últimos cuatro números de Weird Science y los dos primeros de Weird Science-Fantasy, en los que prosigue la tónica de los anteriores: portadas de Wally Wood, guiones de Al Feldstein, en muchos de los cuales Bill Gaines colabora aportando, en su mayor parte, la idea central, que Feldstein desarrolla, y adaptaciones de relatos del escritor Ray Bradbury y un guion de Otto Binder.  A lo que se suma todo un equipo compacto de ilustradores capitaneado por Wally Wood, que abre cada cuaderno, a excepción del último, acompañado de Joe Orlando, artista y amigo, que en su mayor parte, los cerrará. Junto a ellos, completarán el elenco los ya habituales Jack Kamen y Al Williamson, además de George Evans, Roy Krenkel, Bill Elder, Bernie Krigstein y Frank Frazetta, auténticos colosos y visionarios del cómic y la ilustración moderna.


AL WILLIAMSON

Al Williamson (21 de marzo de 1931 – 12 de junio de 2010), fue un dibujante de cómics, de tiras de prensa e ilustrador de línea clásica. Williamson nació en Nueva York, aunque vivió su adolescencia y parte de su infancia en Bogotá, Colombia, de donde volvió en 1940. De nuevo en Nueva York, acudió a la Artist’s & Illustrators school (luego la School of Art & Design), donde tuvo como profesor a Burne Hogarth, a quien ayudaría en 1948 en las tiras dominicales de Tarzán. Este artista influenciará fuertemente a Williamson, así como a Frank Frazetta y Roy G. Krenkel, estudiantes también en la academia y con los que entablaría Williamson una estrecha amistad que les llevaría a compartir estudio.  Todos ellos, tras pequeños trabajos en diversas editoriales, entrarán en EC en 1952, donde dibujarán tanto conjuntamente como en solitario. Por entonces Williamson contaba con 21 años, siendo el más joven de todos los artistas de EC.

Tras el cierre de la editorial, Al Williamson trabajó principalmente para Atlas (la que luego sería Marvel Comics) haciendo historias del oeste, aventuras, horror, etc. También trabajó para ACG o Prize, donde colaboró con Jack Kirby y Joe Simon y realizó unas páginas de prueba para una posible tira dominical de Modesty Blaise. En 1964, como muchos de los artistas de EC, empezó a hacer historias para las revistas en blanco y negro de James WarrenCreepy y Eerie, pero acabó abandonándolas, junto con la mayoría de sus compañeros, ante los continuos retrasos en el pago de los salarios.

Trabajó brevemente en la versión en comic-book de Flash Gordon publicada por King Features, hoy muy apreciada por los coleccionistas. En 1967 se hizo cargo de la popular tira diaria de Agente secreto X-9 (con guiones de Archie Goodwin), que retitularon entonces «Agente secreto Corrigan«, y que seguiría publicándose hasta 1980.

Williamson también realizó la adaptación en forma de miniserie de 3 números de la película Flash Gordon de Dino De Laurentis y más tarde y a petición de George Lucas se hizo cargo de la tira de Star Wars, sustituyendo a Russ Manning. También hizo varios números del cómic book que sobre la misma película realizó Marvel, editorial para la que entintó muchísimas páginas, destacando Spider-Man 2099Daredevil (la mayoría de números entre el 237 y el 289) y Spider-Girl, así como las adaptaciones al cómic de Star Wars de Dark Horse y una miniserie de 2 números sobre Flash Gordon en 1995, con guiones de Mark Schultz.

En 1999 ve realizado su sueño cuando Jim Keefe, autor regular de Flash Gordon, pide su ayuda con la tira y lo acredita como «ayudante de dibujante».


Repasando pormenorizadamente los contenidos de

Weird Science Vol. 4


WEIRD SCIENCE 19. Mayo-Junio 1953. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein 

Tras una reseña biográfica de Ray Bradbury, Wally Wood abre con Los años preciosos (The Precious Years), en la que su protagonista vive en un eterno hastío sin ningún tipo de problema. Con tecnología que todo lo arregla y vida y juventud. eternas. Sumido en el aburrimiento, se planteará una nueva existencia. Al Williamson (junto a Frazetta y Krenkel) ilustra El que espera (The One Who Waits), una historia críptica con cierta atmósfera Lovecraftiana basada en un relato de Ray Bradbury. El nada habitual Bill Elder ofrece ¡El punto débil! (Right on the Button!). Con un dibujo que prefigura a algunos de los artistas underground de los setenta y ochenta, Elder ilustra una historieta con sorpresa final y muchas gotas de locura, pues las cosas no son siempre lo que aparentan…Finalmente el número cierra con Joe Orlando y ¡La llave del silencio! (Keyed Up!), una historia de terror que incluye venganza de ultratumba.

WEIRD SCIENCE 20. Julio-Agosto 1953. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein

¡Aborrecible! (The Loathsome!) es una denuncia a  la utilización que se ha hecho de la energía atómica, pero también incide en el temor al diferente. En este caso una niña mutante producto de la radiación y que tan solo busca un poco de amor. Un personaje, y en cierto modo una historia, que cuarenta años después, en 1994, Kurt Busiek y Alex Ross recuperaron para el episodio dedicado a los mutantes en su monumental Marvels. Y no es casualidad. Aun con tantos años de diferencia, la vigencia de lo que denuncia sigue siendo la misma, y el personaje, idéntico. Un magnífico homenaje a una editorial que creó escuela. Paquete sorpresa (Surprise Package) es la adaptación de un relato de Ray Bradbury que se encarga de dibujar Jack Kamen con su maestría habitual y en el avisa que es posible que en esas ocasiones en las que notamos diferente a nuestra pareja, no sea siempre por un simple malentendido o un nuevo corte de pelo. Los reformadores (The Reformers) es un alegato contra los moralistas que muy pronto, antes de lo que suponían, iban a cortar letalmente las alas a EC. Un relato, por cierto, muy de actualidad. 50 chicas 50 (50 Girls 50) es así, al estilo de los carteles taurinos, la historieta que firma Al Williamson en este número para lo cual ha contado con la colaboración, sin acreditar, de sus socios Frank Frazetta y Roy Krenkel. En ella su protagonista, que tiene un plan perfecto para ponerse morado de sexo con diferentes mujeres reconocerá, muy tarde, a su mujer ideal. Todo ello en un controvertido número que parece reflejar las tensiones que EC comenzaba a percibir por parte de las instituciones.

WEIRD SCIENCE 21. Septiembre-Octubre 1953. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.

Wally Wood sigue puliendo su estilo, que ya casi está en la cima, alcanzada durante su etapa posterior en Warren. En Confidencial (Confidential) lleva al lector a las oficinas de EC en una  historieta protagonizada por Gaynes, Feldstein y el elenco de dibujantes de la casa cuando son acusados de subversivos por su rica imaginación, que parece predecir tecnologías y situaciones que se materializan poco después. Al final sabremos el porqué. Por cierto, la historia se inicia con un avión que choca contra la multitud que se apelotona en Times Square, Nueva York… Kamen vuelve a las páginas de Weird Science con Castigo sin crimen (Punishment without crime), un relato en el que de nuevo tendrán cierto protagonismo los robots. Y como es habitual, para mal. Williamson y Frazetta firman conjuntamente Dos son compañía (Two’s Company…), en la que parece demostrase que la soledad y la búsqueda del amor son capaces de superarlo todo. Y todo ello con la acción desarrollándose en una civilización prehistórica, para que Frazetta campe a sus anchas. En La cosa fea (The Ugly One) Joe Orlando muestra como lo que para unos es horrible, puede ser bello para otros. Y viceversa. Como vemos, los cómics de ciencia ficción de EC eran mucho más que simples historias sobre invasiones alienígenas.

WEIRD SCIENCE 22. Noviembre-Diciembre 1953. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein. ÚLTIMO NÚMERO.

Llegamos al último cuadernillo de Weird Science. Se abre con una nota del editor, In memoriam, donde explican las circunstancias que han propiciado la desaparición de los dos títulos de ciencia ficción de la editorial, los cuales, tal y como hemos comentado, se unificarían en una publicación inicialmente de carácter trimestral: Weird Science-Fantasy.

El número se abre con Nuevo principio (A New Beginning), una historieta nuevamente firmada por Al Williamson, aunque realizada conjuntamente con  Frazetta, Krenkel y Bernie Krigstein. Otra historieta en línea con Los años preciosos, incluida en Weird Science 19 y, por tanto, en este mismo tomo. Historias que, además, tienen la rara característica en común de tener un final feliz. Sí, estamos hablando de EC y de finales felices, cosa que no podemos decir de la siguiente historieta, Los cazadores de cabezas (The Headhunters) con arte de George Evans. Mi mundo (My World) es, por su parte, una poética declaración de principios y, porqué no, de amor, al mundo de la fantasía y a la obra que desempeñan los que se encargan de guionizar y dibujar esos universos, labor que recae en este caso en Wally Wood. El número lo cierra Joe Orlando con El desterrado de las estrellas (Outcast of the Stars), un broche de oro sobre el futuro, claro, en el cual no dejará de haber desigualdades sociales, pero en el que muchos hombres seguirán utilizando su imaginación para hacer felices a los demás.

WEIRD SCIENCE-FANTASY 23. Marzo-abril 1954. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein 

Tres meses después del cierre de Weir Science y Weir Fantasy llega a los quioscos el título que reúne ambas cabeceras y lo hace,  inicialmente, con cadencia trimestral. Se trataba de seguir publicando ciencia ficción aunque las ventas no ayudaran. Pero es que los editores eran los principales seguidores del género, así que se trataba de una obra de amor al género que, en forma de pulp, tanta afición levantó entre el fandom durante los años veinte y treinta.

La presentación de Weird Science-Fantasy se «moderniza», alejándose de las otras cabeceras, con la inclusión de un cohete despegado en un lateral y un fondo perpetuamente blanco. Pero, si exceptuamos el precio, cinco centavos más alto, el contenido era una continuidad de las dos revistas cerradas poco antes, con idéntico contenido y secciones. Aunque con algunos ajustes.

Wally Wood permanece inamovible como ilustrador de la, muy elaborada, portada y de la primera historieta, Los niños (The Children), un pesimista cuento futurista que vaticina un oscuro porvenir para la Humanidad. Historia de unos peces (Fish Story), firmado por Al Williamson y dibujado al alimón con Roy Krenkel, narra la amenaza que se cierne sobre la Tierra cuando es invadida por una especie alienígena submarina. La máquina voladora (The Flying Machine), historieta basada en un cuento de Ray Bradbury que el gran Bernie Krigstein se encarga de ilustrar, es una metáfora sobre los avances de la Humanidad, los nuevos hallazgos e inventos y la utilidad que el hombre hace de ellos. Cierra el cuaderno Comercio justo (Fair Trade). La contribución a los lápices de Joe Orlando es una parábola sobre el colonialismo. Como vemos, la denuncia social de los temas más variados no dejó de impregnar los guiones creados por Feldstein y Gaines.

WEIRD SCIENCE-FANTASY 24. Junio-julio 1954. Portada y guion: Al Feldstein. Guion: Al Feldstein.

Y con el segundo número de Weird Science-Fantasy llegamos al último cuadernillo del tomo. Un cómic book que cuenta con portada de Al Feldstein, pero sigue manteniendo el hábito de reservar la historieta inicial a Wally Wood que con …Para la posteridad (…For Posterity) traslada al lector a un planeta habitado unicamente por jóvenes y hermosas mujeres que se revolucionarán cuando llegue un cohete con dos afortunados viajeros espaciales.  De nuevo el temor al diferente será el tema de trasfondo de El profesor marciano,  historierta dibujada por Joe Orlando y escrita por el guionista de cómics Otto Binder, que justo un año antes se había visto obligado a abandonar Fawcett, la editorial para la que trabajaba, tras cerrar su división de comic books. Binder trabajó 12 años para Fawcett, donde escribió 986 historias de las 1743 dedicadas a la Familia Marvel, siendo cocreador, además, de Mary Marvel. Tras su paso por EC, el guionista colaboró con diversas editoriales, en especial con Timely, compañía que se convertiría en Marvel Comics, cocreando al Captain Wonder, a los Young Allies, a Tommy Tyme y a la superheroína Miss America. Asímismo escribió guiones para varias historias protagonizadas por el Capitán América, la Antorcha Humana, Namor, El Destructor, Whizzer y la All-Winners Squad. El pionero (The Pioneer) cuenta con Bernie Krigstein a los pinceles, y cierra el número Al Williamson, que junto a Roy Krenkel ilustran ¡Espulsión! (Upheaval!) en la que una nave espacial aterrizará en un planeta que resultará estar vivo y que lejos de matar a los viajeros estelares terrícolas optará por…

Con este tomo Diábolo concluye la edición a color y a todo lujo de Weird Science, pero no se apenen, la ciencia ficción continuará. Además, quizás con ánimo de aliviar la despedida, la editorial madrileña ha realizado un doble lanzamiento EC con el que combatir la canícula,  y lo hace volviendo a lo más refrescante: el terror. Muy pronto reseñaremos Tales from the Crypt Vol. 5, con el que también (sigh!) se cierra la correspondiente colección. Mientras tanto, vayan por la sombra, hidrátense y lean, lean los mejores cómics de todos los tiempos con Diábolo Ediciones.

Las lecturas de Serendipia: ‘¡Para ti, que eras joven!’

¡PARA TI, QUE ERAS JOVEN!

Albert Monteys y Manel Fontdevila

¡Caramba!/Astiberri, 2023. 200 páginas. Blanco y negro/Color. Cartoné. 22 x 29,7 cm

En 1997 dos jóvenes ilustradores de la revista El Jueves recibieron el encargo de realizar en comandita una serie semanal de dos páginas en las que hablasen de «cosas de jóvenes», nacía así Para ti, que eres joven (PTQEJ) una de las más prolíficas y populares secciones en una revista repleta de prolíficas y populares secciones. Cada semana Albert Monteys y Manel Fontdevila se repartían la labor convirtiéndose en un eficaz tándem humorístico que igual dedicaba la sección a la conciencia de clase, como a los animales asquerosos, la pareja, las adicciones, o las  guarradas básicas. También aprovechaban para hablar de lo que mejor conocían, su profesión. Un batiburrillo, al parecer, interminable y con un buen nivel de humor y costumbrismo que la convirtió en una de las favoritas de la revista y, en parte, en un antecedente de los Ranciofacts de Pedro Vera, cuyas historias también recopila ¡Caramba!/Astiberri.

Cuando se inició Para ti, que eres joven, Monteys contaba con 26 años y Fontdevila 32, y cuando abandonaron la serie en 2014, por razones que veremos a continuación, 43 y 49 años respectivamente, así que jóvenes, jóvenes ya no eran. Pero la serie, que nunca se centró exclusivamente en tópicos de la adolescencia, había evolucionado, por lo cual el espectro de lectores que se podía entender como  «jóvenes» era más que amplio. En todo caso, en 2014 Monteys era director de El Jueves y Fontdevila, además de PTQEJ realizaba, también con éxito, La parejita, otra magnífica y popular serie. Ambas se cerraron en junio de 2014, cuando Fontdevila anunció su marcha de la revista después de que la editorial RBA no permitiera publicar una portada de su autoría en la que se hacía referencia a la abdicación del rey Juan Carlos I. La editorial, en un primer momento, negó haber recibido presiones de Zarzuela y adujo que el retraso en la salida de la revista (que llegó a los kioskos un día más tarde de lo habitual) y el cambio de portada se habían debido a problemas técnicos. Sin embargo, otras fuentes aseguraron que se habían llegado a imprimir 60 000 ejemplares en el momento en que se dio la orden de sustituir la portada. A Fontdevila le acompañaron en su marcha otros dibujantes de la revista, como Albert Monteys, Paco Alcázar y Bernardo Vergara, que junto a otros lanzaron, en formato digital y con cadencia mensual, la revista Orgullo y satisfacción, pero los lectores parecían no estar todavía preparados para ese formato virtual, así que tras cerrar, pasaron a formar parte de la revista Mongolia y a realizar exitosos proyectos, por separado, para editoriales como Glénat y Astiberri.

Las historietas publicadas en El Jueves de Para ti, que eres joven, fueron recopiladas en diferentes tomos, como habitualmente se hacía con otras series, pero hubo un buen número de las mismas, las finales, que nunca se recopilaron, por lo cual para localizarlas había que hacerse con la publicación semanal o, de forma virtual, buscarlas en la hemeroteca de El Jueves. Afortunadamente  ¡Caramba!, mediante Astiberri, ha recopilado una amplia selección de las mismas en un monumental tomo: ¡Para ti, que eras joven! , 200 páginas del mejor humor y que, al ser la última tongada de historietas, apenas han sufrido el posible desfase producido por el paso del tiempo y los avances tecnológicos. 200 páginas dedicadas a temas como la fe, la muerte, los graciosos, la fiesta o el fin del mundo, y que finaliza con tres significativas entradas bajo el epígrafe ¡Todo está hecho! y una última, con la que se cierra el tomo, llamada Making of . Sin duda toda una declaración de intenciones.

Con todas las viejas páginas de Fontdevila y Monteys siguen conservando su frescura, y a estas, además, los autores han añadido nuevas para la ocasión, mostrando la génesis de la serie, el método de trabajo, las anédotas e historia ¡Para ti, que eras joven! , es un vistazo al día a día de todos nosotros, con el cual podemos reírnos de nuestra propia torpeza, forma de ser y reaccionar a situaciones que muchos hemos vivido. En resumen, un tomo repleto de mucho humor, pues no hay nada más sano que reírse de uno mismo, y en el que sus autores demuestran que el buen cómic no tiene fecha de caducidad.

 

Albert Monteys

Foto © Yago Partal

Albert Monteys (Web-Twitter)

Lleva haciendo tebeos de humor desde que tiene uso de razón. Después de publicar los cómics Mondo Lirondo con La Peñya y Calavera lunar en solitario, aterriza en la revista El Jueves, donde dibuja semanalmente hasta 2014. Es autor de las series Tato y ¡Para ti, que eres joven!, esta última junto con Manel Fontdevila. Actualmente intenta llevar adelante más proyectos de los que serían aconsejables, entre otros, la serie digital ¡Universo! en Panel Syndicate, cuyo primer volumen, recopilado en papel por Astiberri (2018), ha obtenido el premio a la mejor obra de autor español en el Salón del Cómic de Barcelona 2019, además de una nominación a los premios Eisner en 2017 en la categoría de mejor cómic digital, y cuyo segundo volumen está previsto para 2021. Sus obras más recientes son Solid State (Gigamesh, 2019), con Matt Fraction y Jonathan Coulton, y la adaptación de Matadero Cinco, de Kurt Vonnegut con guion de Ryan North.

Manel Fontdevila

Foto © Alba Diethelm

Manel Fontdevila (Web-Twitter)
Manel Fontdevila nace en Manresa, en 1965. Empezó su carrera en el mundo del cómic a los 15 años en el periódico local Regió 7, para el que realizaba un chiste diario. Estudió Bellas Artes en Barcelona y, paralelamente, colaboró en las revistas El Víbora, Makoki, Cairo, Tótem y Viñetas. Ha colaborado, entre otros autores, con Pep Brocal, Alfons López y Albert Monteys. Entra en 1995 en la revista El Jueves con la serie La parejita (premio al mejor guión en el Salón del Cómic de Barcelona), publicación que llegó a dirigir entre 2000 y 2004, y que abandona en 2014 a raiz de un episodio de censura. El mismo año y junto con otros compañeros afectados por la situación, dirige y edita el mensual digital de humor Orgullo y Satisfacción. Entre sus obras merecen destacarse también Para ti, que eres joven, que realiza en colaboración con Monteys, Mantecatos (premio a la mejor obra del año en el Salón del Cómic de Barcelona de 2004), Superputa (Glénat, 2007), el cuaderno de bocetos Reunión (¡Caramba!, 2011), además de la serie de tres tomos recopilados por Astiberri sobre su trabajo gráfico en Público: ¡La crisis está siendo un éxito! (2011), ¡Esto es importantísimo! (2012 ) y Profundamente anticlerical (2012). Sus últimos trabajos publicados son No os indignéis tanto (Astiberri, 2013), Tengo hambrecon guión de Santiago García (¡Caramba!, 2014), y En el lado bueno de la valla (Roca, 2014). Colabora habitualmente con eldiario.es en la sección de humor gráfico.

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Las lecturas de Serendipia: ‘La industria de los sueños 3: ¡Secuela maestra!’

LA INDUSTRIA DE LOS SUEÑOS 3: ¡SECUELA MAESTRA!

Paco Alcázar

¡Caramba! Tapa dura. 15 x 15 cm, 160 páginas a todo color

Los que seguimos a Paco Alcázar desde sus inicios como terrorista gráfico, con aquellas tiras en blanco y negro dibujadas esquemáticamente pero cargadas de estilo que publicó en diversos fanzines, sabemos que es, gráficamente, un camaleón. Pero lo que no ha cambiado es su manera ácida de ver el mundo. Nadie dice las cosas como Paco Alcázar. Nadie está a salvo de la hiel de Paco Alcázar. Y todo, todo lo que hace, lo hace desde el conocimiento absoluto del tema que toca. Y se nota. Se nota que, en el caso que nos ocupa, a Paco Alcázar le gusta mucho el cine, y por ello, le da al mismo y a su entorno unas dolorosas patadas donde más les duele: en el ego, definiendo a directores por los platos que piden en restaurantes, o por la repetitiva fórmula que ha adquirido la industria con su política de estrujar a fondo los productos que manufactura. También tiene mucho que decir con respecto al infantilismo del espectador e incluso sobre sí mismo, tal y como reflexiona en el prólogo.

Con ¡Secuela maestra! ¡Caramba! suma a los dos tomos previamente editados una nueva recopilación de las mejores viñetas realizadas para Cinemanía por el autor, un trabajo que hay que atesorar junto al imprescindible Las 100 primeras películas de Nicolas Cage,  y que demuestran el gran amor hacia el cine que, en el fondo, profesa Paco Alcázar. Algo que recientemente se ha visto también reflejado en una serie de ilustraciones que ha realizado inspiradas en los grandes éxitos del cine español de todos los tiempos.

Sin duda Paco Alcázar es la muestra de que el cómic todavía puede ser, si no transgresor, al menos sí una ventana abierta para expresar, con pocas palabras y mucho talento, lo que pensamos sobre nuestro querido -y herido de muerte- séptimo arte, convertido, más que nunca, en una industria de sueños…y repetitivas pesadillas.

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Las lecturas de Serendipia: ‘Tales from the Crypt’ Vol. 4

TALES FROM THE CRYPT VOL. 4

Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 216 páginas a todo color

Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones y lo hace retornando a la hedionda cripta en la que esperan The Crypt-Keeper, The Old Witch y The Vault-Keeper dispuestos a poner los pelos de punta al lector con las terroríficas historias incluidas en este nuevo tomo de Tales from the Cryptel cuarto, que reúne los números que van del 35 al 40.

Continúa la trayectoria ascendente de la más emblemática publicación de E.C. comics. Y lo hace prosiguiendo la dinámica adquirida en números anteriores: las portadas de los seis números que componen el tomo son obra de Jack Davis, así como la primera historieta de cada número. La última de cada cuaderno está reservada para el gran Graham (Ghastly) Ingels, sin duda para que el lector se quede, textualmente, con el corazón en un puño. Finalmente Al Feldstein firma todos los guiones incluidos en el tomo, en los que colaboraba, en muchas ocasiones Bill Gaines, aportando la idea central. También, entre otras cosas, el tomo contiene un entrañable prólogo de Russ Cochran y seremos testigos de la creación del primer club de fans de sus publicaciones: The National E.C. Fan-Addict Club.

Haciendo historia número tras número.


GRAHAM INGELS (1915-1991)

Ghastly: Horrible. Así comenzó a firmar sus historietas de terror Graham Ingels, sin duda las más terroríficas y hediondas de los cómics E.C. Y claro, las que más gustaban. Nacido en Cincinnati, Ingels comienza a trabajar a los 14 años, tras fallecer su padre, el artista comercial Don Ingels. Dos años después estudia en la Hawthorne School of Art de Nueva York, mientras trabaja realizando sus primeros trabajos como ilustrador. Contrae matrimonio a los 20 años y tiene dos hijos. Durante la II Guerra Mundial ingresa en la Marina, pero no es enviado al frente, por lo que puede compaginar su instrucción con su nuevo empleo en Fiction House Publications, editorial para quien realiza tanto trabajos en sus revistas pulp, como en su división de cómics, apareciendo sus ilustraciones en Planet Stories, Jungle Stories, North-West Romances y Wing. Posteriormente, Ingels se convierte en director de arte de Better Publications, asignando los primeros encargos de cómics a George Evans, con quien entablará una amistad que se prolongará durante toda su vida, y a un joven Frank Frazetta, que reconoce a Ingels como el primero en el negocio que valoró su talento. Ingels dibuja cómics sobre crímenes para Magazine Enterprises (Manhunt, Killers) y westerns para una variedad de compañías, incluidas Magazine Enterprises (Guns), Youthful Magazines (Gunsmoke), Hillman Periodicals (Western Fighters) y DS Publishing Co. (Outlaws), entre otros. En 1948, Al Feldstein contrata a Ingels, que pasa a trabajar en los cómics que por entonces publicaba el sello, Gunfighter, Saddle Justice, Saddle Romances, War Against Crime, Modern Love y A Moon, a Girl… a Romance. Cuando los cómics románticos y del oeste se cancelan pasando a ser ser sustituidos por las cabeceras de terror, Tales From the Crypt, The Vault of Horror y The Haunt of Fear, se hace evidente, tanto para Gaines como para Feldstein, que Ingels es ideal para ellos. Su estilo se adapta a la perfección para los horrores góticos, las casuchas abandonadas, las criaturas grotescas y los retorcidos cadáveres retornados de sus tumbas. Nadie como él refleja el miedo y la desesperación. Graham Ingals, prolífico sin que su trabajo se resienta,  colabora en las tres publicaciones, siendo el artista principal de The Haunt of Fear, cuya historia principal presenta su vieja bruja. También es responsable de todas las portadas comprendidas entre los números 11 y el 28 de la publicación. Cuando cierran las colecciones de terror por el contraataque moralista que da paso a la  New Direction, Ingals  prosigue trabajando para esos nuevos títulos hasta el cierre definitivo, tras lo cual, comienza a escasearle el trabajo, pues el cómic de terror era lo que le había encumbrado y, sencillamente, ya no se hacía. Ingels deja de dibujar en 1959 y ocupa un puesto docente en la escuela por correspondencia de Artistas Famosos en Westport, Connecticut. Pero en 1962, con serios problemas de alcohol, deja todo y abandona a su familia, desapareciendo. Tendrían que pasar diez años para saber lo que había sido de él: se había fugado con una alumna de las clases de pintura a Florida, donde continuaba dando clases. Una nueva generación de fans y seguidores, que lo daban por muerto, quieren saber del gran maestro del cómic de terror, pero él rechaza toda entrevista, llegando a pedir a William Gaines que haga saber que si alguien le molesta, tomará medidas legales. El artista, que vive sus últimos años atormentado por la culpa de haber dejado atrás a sus hijos, de los cuales uno no le perdona nunca, ya rehabilitado, concedió, a regañadientes, una entrevista tras mucho insistir sus editores, pero nunca llega a celebrarse, pues un cáncer de estómago empeorado por el consumo prolongado de alcohol se lo lleva en 1991.


Repaso pormenorizado de los contenidos de Tales from the Crypt Vol. 4: (Portadas: Jack Davis. Guiones: Al Feldstein)



TALES FROM THE CRYPT 35Abril-Mayo 1953. 

El cuaderno se abre con un delicioso anuncio, a toda página, anunciando la salida del cuarto número de Mad, ilustrado por John Severin, y a continuación nos espera  El Guardián de la Cripta para presentar ¡Bajo el terror de la luna de plata! (By the fright of the Silvery Moon!) la historieta a la que hace referencia Jack Davis en su portada y que, al ser la primera, él mismo ilustra. Un relato algo previsible, pero impecable. Más sorprendente resultará ¡Un bocado a medianoche! (Midnight Mess!), detallado relato de vampiros realizado por Joe Orlando que contiene una mítica historieta, en especial para los aficionados al mejor cine de terror, pues fue adaptada a imagen real por la compañía británica Amicus en el film antológico Vault of Horror (Roy Ward Baker, 1973). Curiosamente, tanto  Vault of Horror, como su compañera de viaje Tales from the Crypt (Freddie Francis, 1972), sufrieron de censura, por lo que circulan dos versiones de ambos films, una expurgada de sangre y la otra con toda la gloriosa substancia roja en su lugar. Así, el final de Midnight Mess!, en la versión ligera de sangre termina con un plano fijo, mientras que en la versión original sin mutilar, vemos unos instantes de la agonía del protagonista… También se «justificará» su sacrificio, pues si en el cómic el protagonista es un ciudadano modélico, en el film será un sádico asesino, así que su final será algo así como merecido producto de justicia poética. Pero continuemos con el cómic y con la siguiente historieta, ¡Matrimonio hecho pedazos! (Busted Marriage!), en la que habrá sortilegios y venganzas de ultratumba por gentileza de Jack Kamen. Y cerrando Ghastly, siempre cómodo entre los no muertos y que en ¡La tumba de la momia! (This Wraps it Up!), ya pueden suponer quien se presentará sin anunciar.

El mítico final de Midnight Mess! comparado con su adaptación cinematográfica

TALES FROM THE CRYPT 36Junio-Julio 1953.

Tras una ficha-presentación del dibujante George Evans, Jack Davis monta al lector en un Taxi carmesí (Fare Tonight, Followed by Increasing Clottyness…), el mismo que puede verse en la portada. Un vehículo muy especial, como veremos… La curiosidad mató al… (Curiosity Killed…) está ilustrado por el recién llegado George Evans, magnífico dibujante que se estrena con una intrigante y muy retorcida historia. Turno de Kamen con Qué verde era mi calle (How Green was my Alley) en la que el juego a dos barajas de un casanova terminará… por los suelos. Y la vieja bruja traerá una nueva adaptación de una historia de Ray Bradbury, El manipulador (The Handler) en la que Graham (Ghastly) Ingels introduce al lector en la morgue, donde tan bien se desenvuelve y en la que el sádico y juguetón embalsamador se llevará una buena sorpresa… la última.

TALES FROM THE CRYPT 37Agosto-Septiembre 1953.

Tras mostrar al lector el hedor de la tierra de tumba removida y el putrefacto cadáver que de ella surge, Jack Davis, abre también el cuaderno, pero con una historieta que no guarda conexión con la portada ¡Bien muerto! (Dead Right!), es un relato de experimentos y teorías arriesgadas que, para no defraudar al lector, terminará mal, muy mal. Como también acabará mal el protagonista de ¡Felices gritos! (Pleasant Screams!), una contínua pesadilla que comenzará una y otra vez terminando siempre igual, de forma letal. A continuación, tras una muestra de la poesía y algunos proverbios macabros enviados por los lectores, llega el momento de ponerse ¡Al rojo vivo! (Strop! You’re Killing me!), con arte de Bill Elder, un viejo conocido en una de las cortadas, ¡disculpen!, contadas y sin duda memorables colaboraciones en la cripta. Y para terminar, la vieja bruja, que sacará de su caldero ¡Perros callejeros! (The Rover Boys!), con Graham Ingels encargándose del dibujo, pero no esperen encontrase con «el Torete», «el Corneta» o «el Fitipaldi», no, aquí tendremos perretes de verdad y no solo eso, averiguaremos porque algunos de ellos poseen una mirada casi humana.

TALES FROM THE CRYPT 38Octubre-Noviembre 1953.

Una de las portadas más míticas de Jack Davis, que esta vez estará, como veremos, realmente conectada con la historieta que abre este número, ¡Bien cerrado! (Tight Grip!) en la que un plan maestro para matar a la esposa y conseguir su herencia terminará hecha trizas con uno de los finales más memorables de E.C. ¡A flor de piel! (…Only Skin Deep!) representa la llegada del gran Reed Crandall a Tales from the Crypt. Un Reed Crandall que, si bien  llegaría al culmen (y la decadencia) de su arte en las publicaciones Warren, demuestra su detallada y reconocible técnica en esta simpática historieta de amor ¿ciego? A El Rincón del Guardián de la Cripta, la hoja dedicada al correo del lector llegará una carta desde Nueva Jersey solicitando organizar un club de fans de E.C., pero será la propia editorial la que tomará el testigo y organizará el suyo propio, en un «último esfuerzo para sacaros la pasta!«. La última carcajada (The Last Laugh) de nuevo con Bill Elder en los lápices, cuenta la historia de un bromista que va al médico equivocado con un resultado…¡para mondarse de risa! Y para terminar,  Graham Ingels invita al lector a tomar un Bocado Funerario (Mournin’ Mess), una historieta que demuestra que Tales from the Crypt puede servir de inspiración hasta a un personaje de historieta. Concretamente, la mencionada ¡Un bocado a medianoche! (Midnight Mess!), que hemos visto estaba en el número 35. Siempre innovando.

TALES FROM THE CRYPT 39Diciembre 1953-Enero 1954.

Otra portada antológica, seguida por una memorable ilustración de Bill Elder para promocionar Mad, y ya estamos de nuevo en la cripta del terror, donde nos recibe su anfitrión, El guardián de la cripta con su Palidez fúnebre (Undertaking Palor), en la que los tres angelitos de la portada demostrarán que son todo menos inofensivos. Entrando en La Cámara de los Horrores, su guardían nos llevará a ¡La tumba anhelante! (The Craving Grave!) con un Joe Orlando no muy inspirado y protagonizada por un sarcófago en buscar de contenido y cuya paciencia, tendrá recompensa. La página de correo del lector queda aplazada para otro número, pues hay un importante anuncio: el nacimiento del Club E.C. de fans-adictos, del que hablaremos abajo más detalladamente, pues  Jack Kamen espera con un nuevo cuento de hadas, ¡La bella durmiente! (Grim Fairy Tale!), pero con el inconfundible sabor a corrupción cadavérica que expele el Guardián de la Cripta. Un «cuento para cebollinos» más cómico que terrorífico y que sirve para adentrarnos en La sombra de la muerte (Shadow of Death), con el cual la vieja bruja y Graham Ingels cierran el número, que está protagonizada por un encantador anciano pero… ¡con muy mala sombra!

TALES FROM THE CRYPT 40. Febrero-Marzo 1954.

Y llegamos al último número de este tomo, con una estupenda portada de-ya-saben-quien protagonizada por un buscador de ostras que se lleva una desagradable sorpresa. Pero no será Jack Davis el que ilustre esta historieta, él se encargará de dar, literalmente, Alimento para el pensamiento (Food for Thought) en una historia que se desarrolla en un lugar tan bizarro y abierto a lo extraño como es la carpa de un circo, donde se producirá una venganza con un final que rizará el rizo del horror. En Perlas ensangrentadas (Pearly to Dead) George Evans nos llevará a bucear entre amor, celos, muerte y… venganza de ultratumba. Tras un anuncio a toda página que anuncia la llegada de Two-Fisted Tales, cómic bélico al estilo E.C., llega la tercera de las historias, Goleta de tierra firme (Prairie Schooner) ilustrada por… ¡Bernie Krigstein!, uno de los más innovadores e influyentes ilustradores de E.C. (y eso es decir mucho), que en su corta carrera en el cómic (se retiró en los sesenta para dedicarse a la ilustración), dejó obras antológicas, muchas de ellas en E.C., especialmente cuando la editorial se vio obligada a cerrar sus colecciones y abrir unas nuevas en lo que se conoce como “New Direction”, que se inició a raíz de la caza de brujas que padeció el medio a mediados de la década de los cincuenta, con historietas que se caracterizaron por un suavizamiento de los contenidos, lo cual no quitó que Krigstein realizara la extraordinaria Master Race. Goleta de tierra firme es una triste historia de locura y amor fraternal, magnífica, pero diferente al tipo de historias que acostumbran a formar parte de la linea de terror E.C., como sí es el caso de ¡Poco hecho! (Half-Baked!) el plato que nos reservan Ghastly y la vieja bruja para cerrar el cuaderno y este cuarto tomo de Tales from the Crypt, el penúltimo antes de que finalice la colección. En el relato, un cocinero de lo más sádico, terminará como las langostas que tanto le gusta torturar.

Todo ello en un tomo brillante, de un nivel artístico y de guiones que se supera, número tras número, historia tras historia, viñeta tras viñeta, y que deja al lector con más ganas de E.C.



CLUB DE FANS ADICTOS A E.C.



Como ya hemos señalado, en el número 39 de Tales from the Crypt, con fecha en  portada diciembre 1953-enero 1954, se publicaba en la hoja del correo del lector las bases para apuntarse al National E.C. Fans-Addict Club. Y  nacía con intención de ser activo, pasarlo bien y (realmente) sin ánimo de lucro, como se detallaba, «Ser miembro del Club de Fans Adictos a E.C. te costará dos octavos de dólar…¡25 centavos! Estos 25 centavos equivalen al coste exacto para nosotros (¡menos una pequeña fracción de un centavo!) de un sobre, un sello y los cuatro objetos arriba mencionados…¡el certificado, el carné, el parche y el pin!», además de «un boletín (…) que contenga artículos sobre la organización nacional y las delegaciones; adelantos sobre nuevos títulos, futuras historias y numeros especiales, etc.; artículos e historias enviadas por los lectores; y un correo de intercambio de números atrasados«, todo exclusivo para los miembros del club, algo que se conseguía, repetimos, por el módico precio de 25 centavos.

Este es el sobre en el que recibía el kit el fan-adicto.

Kit que comprendía este diploma original, dibujado por Jack Davis. Luego hubo otros, e incluso en los años 70 se reedito este mismo, pero esta imagen es la del original de 1953. Nótese que está firmado, como presidente, por Melvin, que era un chiste recurrente de Mad: En los primeros números se hacían continuas referencias al nombre de Melvin Cowznofski, quien acabaría saliendo en el número 24 con el rostro del niño de aspecto bobo y dientes delanteros prominentes y que luego cambiaría de nombre a Alfred E. Neuman, mascota de la revista que ya es un icono popular.

Dibujo original que realizó Jack Davis para el diploma

Parche de tela

Carnet personal

Y la insignia de aguja. En la imagen de arriba pueden verse todos los artículos juntos para hacerse una idea de los tamaños de los mismos.

Finalmente, incluimos algunos boletines, con uno muy curioso e importante, el tercero, en el que ya se anuncian los problemas que pronto empeorarían y que, como puede verse en el quinto boletín, traería  cambios importantes para la editorial… pero, no nos adelantemos. Por lo pronto hay un emergente club de fans que debe ponerse en marcha y tras el que hay puesta mucha ilusión.


Las lecturas de Serendipia: ‘Biblioteca de Cómics de Terror de los años 50. ’Haunted Horror’

BIBLIOTECA DE CÓMICS DE TERROR DE LOS AÑOS 50 VOL. 10:

HAUNTED HORROR

Prólogo de Jerry Only

Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 154 páginas a todo color


Los cómics de terror incluídos en esta biblioteca eran, en muchos casos, imitaciones y exploitations realizados a rebufo del éxito obtenido por los publicados por EC. Pero con solo echarles un vistazo puede verse que son radicalmente diferentes a aquellos, y esa diferencia explica porqué los de EC son reivindicados y en ningún momento se ven desfasados con respecto a otros y porqué triunfaron y tuvieron mucho más éxito que los de otras editoriales. Y la respuesta es que, como ya nos encargamos de comentar en los diversos artículos que venimos haciendo sobre la  reedición que Diábolo está realizando, los guiones de los cómics de EC poseían trasfondo social y muchas veces denunciaban situaciones que, de otra forma, era difícil abordar. Tambien venían cargados con un humor soterrado que se ganó la complicidad de los lectores, un humor tan negro que creó escuela, y unos lectores con los que la editorial mantenía la comunicación constante mediante sus páginas de correo. Finalmente,  los ilustradores eran brillantes, muy personales y con un estilo reconocible que los diferenciaba.

Entonces, ¿cual es el atractivo de las historietas que se nos ofrecen en esta Biblioteca de cómics de terror de los años 50? pues una inocencia naif en sus guiones y sus imágenes, pobladas de monstruos que, vistos hoy, más que de pesadilla parecen surgidos directamente de los miedos infantiles. Todo lo cual no quita que haya entre las diferentes historietas varias que sobresalen por poseer guiones audaces o mostrar un desatado sadismo. Los jornaleros, que abre el tomo, mezcla ambas cosas, una perversa propuesta «terrenal» con unas criaturas tan horribles como adorables. Pero también hay venganzas de ultratumba en El ojo implacable y El horror del ahorcado; maldiciones en Humo de fatalidad; pesadillas casi surrealistas en Muerte por muerte; un hotel  encantado en el que se celebra una Convención de cadáveres; una tierna historia de amor que termina en cuernos post mortem En línea con el corazón; la sorprendente propuesta de Los ojos en su mano; o la que más se acerca al espíritu EC, El veneno de un hombre.

Respecto a los ilustradores, destaca el prolífico Ross Andru, que posteriormente ganaría popularidad dibujando cómics bélicos para DC, además de personajes como Wonder Woman y The Flash. Pero Andru es conocido especialmente por su trabajo en Amazing Spider-man para Marvel y por ser el ilustrador del primer y recordado crossover entre las editoriales Marvel y DC, en el que se encontraron Superman y Spider-man. El tomo también incluye una muestra del arte de Warren Kremer, que el lector podrá disfrutar en toda su plenitud gracias a que su historieta, ¡Amnesia! está reproducida a partir de un original en glorioso blanco y negro, o Jack Cole, el prematuramente desaparecido creador de Plastic Man y George Tuska, dibujante y entintador todoterreno que estuvo trabajando durante diez años en la serie Marvel  Iron Man, entre muchos otros trabajos. Destaca también el atípico guion y el atractivo dibujo de Lo que acecha en el mar, con grandes viñetas y arte atribuido a Samuel M. Iger, antiguo socio de Will Eisner que fundó su propio estudio en 1940.

Una estupenda selección de cómics de terror realizada por Clizia Gussoni, Steve Banes y Craig Yoe con el sabor añejo de los años cincuenta en un tomo que cuenta, además, con introducción de Jerry Onli, fundador del grupo The Misfits y gran aficionado a este tipo de literatura.

Las lecturas de Serendipia: ‘Weird Science’ Vol. 3

WEIRD SCIENCE VOL. 3

Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 216 páginas a todo color


Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones y lo hace retornando a la ciencia ficción con el tercer volumen de Weird Science

Prosigue esta colección su recorrido por los mundos desconocidos y, en su mayoría, ostiles, y los experimentos científicos que terminan malamente. Como ya vimos al analizar el segundo tomo, la colección tendrá dos elementos que ya la caracterizarán de forma inequívoca: los guiones de Al Feldstein y el arte de Wally Wood y de su «escuela». Así, en este tomo, que reúne los cómic books que van del 13 al 18, todos los guiones serán de Feldstein, dos de ellos adaptados de relatos de Ray Bradbury; y Wood realizará todas las portadas y aportará la historia que abrirá cada número, acompañado de Joe Orlando, artista y amigo, que los cerrará. Junto a ellos, completarán el elenco, con algunas ausencias, Jack Kamen y Al Willimson.

Una cuestión que llama la atención al revisar estas historietas es la del entintado, a causa del cual varía el detalle y el trazo de un mismo ilustrador de una historieta a otra. Y en ocasiones de forma muy acusada: el detallista Al Williamson, cuyo arte y minuciosidad es bien latente en Cautividad (Captivity) o Semilla del espacio (Space-Borne!), se echa totalmente a perder en El monstruo de la isla (The Island Monster). Una cuestión que también se deja notar en otros ilustrandores.

Pero no solo en las historietas radica el interés que tiene esta reedición para el lector actual, pues tanto las páginas de propaganda como el Correo Cósmico servirán para mostrar la evolución y el crecimiento de E.C. Comics, pues informan tanto de la buena aceptación de las tres cabeceras dedicadas al terror, como de la trayectoria de la revista hermana, Weird Fantasy así como de la recién nacida Shock Suspenstories. También, mediante la propaganda, seremos testigos de la llegada de la histórica Mad. Por su parte, el correo traerá interesantes temas, como el pequeño escándalo provocado por una historieta entre un sector de lectores; las quejas por la falta del arte de Feldstein, ocupado exclusivamente en los guiones; además de curiosas misivas de un teniente o de un joven léctor, que cuenta cómo su padre quedó fascinado por los cómics de su hijo. Pequeños y adultos compartiendo lectura, algo inédito hasta entonces, cuyo mérito compartían los guiones y la calidad de los dibujos.

Para terminar de redondear el tomo, el prólogo está escrito por Gene Simmons, que además de lucir la lengua con su grupo Kiss durante los último 50 años, es todo un fanático de los cómics de terror, en especial, los de EC.


JOE ORLANDO

Joe Orlando a las puertas de EC con su carpeta bajo el brazo.

Joe Orlando nació el en Italia. Sus padres emigraron a los Estados Unidos en 1929 y muy pronto se sintió atraído por el dibujo. Se formó en la Escuela de Arte Industrial y a finales de la década de los cuarenta, realizaría su primer trabajo profesional para el cómic católico Treasure Chest. Desde 1948 trabajó regularmente para Charlton Comics y luego los editores Fox, Avon, Youthful para los que realizó historias de ciencia ficción. En septiembre del 1951 se publica su primera historieta en  EC Comics, Forbidden Fruit en el número 9 de Haunt of Fear. a la que seguirán muchas  más, especialmente de ciencia ficción, en Weird ScienceWeird FantasyWeird Science-Fantasy, Shock Suspenstories, pero también de terror en Tales from the crypt o Vault of Horror.

Durante su etapa en EC y hasta el cierre del sello en 1956, Orlando no deja de colaborar para otras editoriales como Avon o Timely. Tras la caida de EC Comics en 1956, dibuja para Mad, pero también para Marvel, Prize y otras editoriales, realizando cómics de todo género: western, bélico, terrorífico o fantástico.

Dibujo de Wally Wood que muestra a él mismo dibujando junto a Joe Orlando.

En 1964 participa en el primer número de Creepy editado por Warren Publishing, donde madurará su estilo. Compaginando este trabajo con el de otras editoriales como  Gold Key y Marvel, donde realizará tres números de Daredevil y un Giant-Man. A partir de 1966 también dibuja para DC, que dos años después le nombrará editor de House of MysteryPlop!, Swamp Thing, La hora de las brujas Weird War Tales, pasando a ser, posteriormente, vicepresidente encargado de proyectos especiales para el sello.

Durante la década de 1980, Joe Orlando se convirtió en profesor en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Y en 1992, cuando Time Warner, propietario de DC comics, compró Mad, fue nombrado Director de Publicaciones Asociado. Cuando en 1996 se retiró de los cómics de DC, sin embargo mantuvo una oficina en Mad, donde trabajaría hasta su muerte en 1998.                                                                                                                                                                                                    (Fuente: frwiki.wiki)


Repasando pormenorizadamente los contenidos de

Weird Science Vol. 3


WEIRD SCIENCE 13. Mayo-Junio 1952. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein 

Wally Wood ilustra en Una decisión sopesada (A Weighty Decision), el primer viaje tripulado a la luna que tendrá lugar en 1954, a dos años de publicarse ese mismo número de Weird Science. Hoy sabemos que hubo que esperar algo más, por supuesto, pero la estética, entonces moderna, de esa historieta, hoy resulta irresistible y decididamente camp, con toda esa tecnología ficticia de inequívoco sabor 50’s. Y todo ello se tratará de una historia de amor y dependencia que tendrá una conclusión -casi-  humorística, sí, pero con el más negro de los humores. Marca de la casa. Así que, no es de extrañar, leyendo esta y otras historietas, que el equipo de EC tuviera en mente y llevara a cabo, muy, muy poco después, la publicación de la publicación humorística Mad, la única que sobrevivio de todas las cabeceras, ya como revista, tras la polémica debacle por todos conocida tras la investigación del Congreso. En Una inversión de futuro (Saving for the Future), Jack Kamen pone imágenes a otra propuesta no exenta de humor, en la que planes de futuro, perfectamente pergeñados, se vendrán abajo por la cosa más absurda. De nuevo Wally Wood con Él caminó entre nosotros (He Walked Among Us), el primer relato que creo cierta polémica entre los propios lectores, tal y como se refleja en el Correo Cósmico del número 15 ¿el motivo? el mismo por el cual John Lennon, tan solo 14 años después, tuvo problemas, al igual que Monty Phyton en 1979. Una cuestión compleja que, a pesar de todo, todavía colea. Con Reza tus oraciones (Say your Prayers), Joe Orlando cierra el número y demuestra que, a veces, el azar puede salvarnos a todos.

WEIRD SCIENCE 14. Julio-Agosto 1952. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein

Un atípico número, pues, a excepción de Wood y Orlando, abriendo y cerrando, como es habitual, los otros dos artistas debutan y se despiden, al menos de momento, de Weir Science. Wally Wood avisa que ¡Va a haber algunos cambios! (There’ll be Some Changes Made!) y… desde luego no se equivoca en la que quizás es la más chocante de las historietas del tomo. La verdad interior (Inside Story) aborda la temática de los universos paralelos y es la única ilustrada por Bill Elder, un viejo amigo de Kurtzman que resultará ideal para el proyecto que nacerá, tan solo, dos meses después, Mad. Otro «novato», Sid Check, se encarga de ¡Estrategia! (Strategy!), un delicioso relato protagonizado por alienígenas con mala suerte. Check, que, tal y como se indica en el propio Correo Cósmico del número, «viene de la ‘escuela de Wood y Orlando’ y trabajó con ambos antes de dar sus primeros pasos en solitario» es, ante todo, entintador como parte de un tandem formado junto a John Severin. Para terminar, prosigue la linea «humorística» con Heredarán la Tierra (They Shall Inherit), que ilustra el habitual Joe Orlando.

WEIRD SCIENCE 15. Septiembre-Octubre 1952. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.

Wally Wood sigue puliendo su estilo, que ya casi está en la cima, alcanzada durante su etapa posterior en Warren. Muestra lo aprendido junto a Will Eisner, tal y como puede comprobarse en la distribución de viñetas de la segunda página de ¡Los marcianos! (The Martians!), en la que se demuestra que la belleza depende del ojo que la mire. Un excelente Al Willianson ilustra Cautividad (Captivity), con una magnífica utilización de tramas y una historieta con un final, aún más, inesperado. Jack Kamen con su habilidad para dibujar bellas mujeres, es el artista ideal para ilustrar ¡Un error de cálculo! (Miscalculation), en la que se hace realidad el sueño de muchos hombres pero que, como no podría ser de otra forma, termina mal. Finalmente, Joe Orlando se ocupará de ¡Como ganado! (Bum Steer!), una pesadilla que dejará, ahora sí, al lector con mal sabor de boca…

WEIRD SCIENCE 16. Noviembre-Diciembre 1952. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.

Por lo pronto, la portada interior ya anuncia la llegada de Mad, un comic book que pasará a ser revista y que, como veremos, tendrá una larga trayectoria. El número se inicia con Más dura será la caída (Down to Earth), protagonizada por los alienígenas que también ilustran la portada del número, unos seres que, sin duda, inspiraron a Norman Saunders, ilustrador de las trading cards Mars Attacks para chiclets Topps. Y precisamente la imagen de esas criaturas son lo más memorable de una historieta que, en este caso, tiene una conclusión poco sorprendente, algo que sí que tiene ¡Semilla de Espacio! (Space-Borne!), fantásticamente ilustrado por Al Williamson que se inicia en boda, prosigue en luna de miel y… Resulta, cuanto menos, sorprendente la manera en la que se insinúa el acto sexual entre los dos amantes: «Me incliné…puse la hipervelocidad…y…«. ¡La herencia del pasado! (Given the Heir!), está ilustrado por Jack Kamen y es una de las clásicas historias en las que el plan perfecto terminará saliendo tremendamente mal. ¡El favorito del público! (The People’s Choice!) es una de las más divertidas del tomo. Un tanto ridícula en su conclusión, está ilustrada por Joe Orlando.

WEIRD SCIENCE 17. Enero-Febrero 1953. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein 

Como indica la portada este número contiene una adaptación al cómic de una narración de Ray Bradbury, en esta ocasión ¡Los largos años! (The Long Years!), un previsible pero humanista relato, que cierra el número y, por tanto, está ilustrado por Joe Orlando. Más imprevisible resulta ¡La edad del pavo! (Plucked!), que dibuja Wally Wood y que ofrece un final shock y, en cierto modo, divertido. Por su parte y tal y como hemos comentado más arriba, El monstruo de la isla (The Island Monster), ilustrado por Al Williamson, tiene un pobre entintado que empaña el brillante resultado habitual. Y todo en una historia remedo de King-Kong pasado por el tamiz de la ciencia ficción. Finalmente, Kamen pone imágenes a ¡Día libre! (Off day!), practicamente un chiste ilustrado protagonizado por un científico apocalíptico y… bastante despistado.

WEIRD SCIENCE 18. Marzo-Abril 1953. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.

¡Marte es el cielo! (Mars is Heaven!) es otra nueva adaptación al cómic de un relato de Ray Bradbury, ahora con los pinceles de Wally Wood, que realiza una elaboradísima historieta con sórdido final ¿o se creían que Marte era el cielo? ¡Un final explosivo! (Snap Ending!) ilustrada por Al Williamson es una alucinante narración que recuerda el porqué los cómics EC han sobrevivido mejor que el resto de sus imitaciones el paso del tiempo. Por cierto, si se fijan en la penúltima viñeta de la página 5 verán una pequeña broma del dibujante, pues el niño gana un muñeco con gafas que luce una camiseta en la que pone BG, y que no es otro que Bill Gaynes, editor de EC Comics. ¡El paralelo! (The Parallel!) nos explicará, con la colaboración de Jack Kamen, qué son los denominados Déjà Vu. Un descubrimiento explosivo. Joe Orlando, puntual a su cinta, será el encargado de cerrar el número y con él este tercer tomo de Weir Science con ¡Desmontado! (Disassembled!), en la que el protagonista aprenderá, demasiado tarde, que no hay que llevarse sin permiso cosas de los platillos volantes pues, tarde o temprano, el propietario volverá a por ello. Un broche de oro para un tomo sin desperdicio y un final estupendo que dejará al lector con más ganas de EC., algo que, afortunadamente, no tardará en sucederer, pues Diábolo Ediciones ya tiene listo, recién sacado del horno, el cuarto tomo de Tales from the Crypt, cargado de nuevas y terroríficas historias cuya inminente publicación delata la alarmante proliferación de gusanos necrófagos que se han instalado en nuestros hogares.


Las contraportadas

Por cierto, hemos visto que Diábolo respeta la publicidad que las publicaciones incluían en sus hojas interiores sobre otros títulos del mismo sello, pero… ¿y las contraportadas? Pues como podemos ver en estos ejemplos tomados de dos de los números comentados, se incluía el ya clásico anuncio del método Charles Atlas para ponerse fuerte y ganarse el respeto de todo el mundo. En especial si  se completa el modelo con un slip de leopardo. De  hecho, Charles Atlas daba opción a escoger lo que se quería mejorar y siguiendo las instrucciones de un pequeño libro, se volvía uno más poderoso. O debería. Así que, como vemos, lo del culto al cuerpo que tan en boga está en la actualidad, ya comenzó mucho antes. Otros anuncios ofrecían un manual con el que pasar de ser un perfecto inútil a un increíble mecánico, apto para solucionar cualquier avería automovilística.


Las lecturas de Serendipia: ‘Cromos, cromos y cromos’

4 diciembre 2022 Deja un comentario

CROMOS, CROMOS Y CROMOS.

UN VIAJE POR LAS COLECCIONES DE LOS ÚLTIMOS 100 AÑOS

Guillem Medina

Diábolo Ediciones, 2022. Tapa dura, 17 x 24. 290 pgs. Color


A muchos de los que fuimos niños en los años sesenta y, sobre todo en los setenta, se les desarrolló un afán coleccionista que se instaló con tal virulencia en sus genes que, todavía hoy, les lleva a seguir coleccionado, ya sea discos, libros, cómics, películas, ropa interior femenina o todo a la vez. Y es que coleccionar es un juego, pero también un ejercicio didáctico que consigue transmitir algunas nociones al individuo como el orden, pues cada cromo tiene su número y lugar. Pues bien, muchos de esos niños iniciaron ese hábito gracias (o no) al coleccionismo de cromos.

En mi familia, sin ir más lejos, hubo dos grandes coleccionistas: mi hermana mayor (años sesenta) y yo, (años setenta), que soy el menor. El de enmedio, como en casi todo, picó, pero se cansó pronto, de tal modo que si se terminaban los álbumes era porque yo le ponía dedicación y me ocupaba de hacer la «lista de los cromos». Hicimos entre los tres multitud de colecciones, unas más didácticas y otras más divertidas, basadas en personajes del mundo del cine, música y televisión. Todos esos álbumes estaban metidos en una gran maleta encima de un armario, y cuando uno de nosotros caía enfermo y debía guardar cama, lo primero que solicitaba era que le bajaran los álbumes para ojearlos durante su convalecencia.

Y es que en los años sesenta y en especial los setenta, era muy difícil encontrar a alguien que no se estuviera «haciendo una cole» o varias a la vez, pues había gran variedad de temáticas (cine, películas y series de TV, animales, estrellas de la canción, automóviles, medios de transporte…). Practicamente de todo lo que se les pueda ocurrir había una colección de cromos, y de eso, naturalmente, va Cromos, cromos y cromos, un trabajo en el que su autor, Guillem Medina, recopila de manera temática un buen número de las colecciones editadas durante los últimos 100 años. Desde los antigüos cromos de chocolate hasta las modernas trading cards de origen norteamericano, aunque deteniéndose especialmente en los álbumes de cromos publicados por las grandes editoriales como Fher (una de las mejores, si no la mejor en el tema), Maga, Bruguera, Luis Romero o por productos alimenticios como Bimbo y Cropán. «Coles» dedicadas a temáticas como cine, desde las más antigüas como las de Nestlé y Bruguera; pasando por las que se detienen en películas como Robin de los bosques o Las minas del rey Salomón, que llegaron a causar, en su infancia y años después, todo un arrebato a Iván Zulueta. El autor incluye un apartado especial dedicado a las colecciones basadas en películas de Walt Disney, y una de las partes más deliciosas del tomo es la dedicada a la televisión, cuya popularidad hizo que proliferaran algunas colecciones que hoy son tesoros, como Bonanza, Autos Locos, Aventuras de Gaby, Fofo y Miliki, con Fofito o Sandokan, incluyéndose asímismo otras de Bimbo, Danone, Panrico e incluso de la revista Pronto, colecciones de cromos que no se adquirían en quioscos o papelerías dentro de un sobre sorpresa.
También se repasan colecciones sobre naturaleza y razas humanas, como los celebérrimos Vida y color, aunque del segundo tomo tan solo se hace referencia, sin detenerse en su contenido, que centrado en las diferentes civilizaciones humanas y sus costumbres, tuvo tal éxito que fue editado en dos tamaños siendo, todavía hoy, una de las colecciones de cromos más importantes editadas en España. También ha espacio para álbumes dedicados a la geografía e historia, incluidos algunos de tema bélico, entre los que brillaron especialmente, -y no es un chiste debido a sus cromos plateados-, Siglo XX de Maga y uno que, lamentáblemente, no se ha incluido, Batallas históricas, uno de los más populares entre la chiquillería por ser bastante sangriento y tener unos cromos troquelados y adhesivos, con los cuales se completaban artísticos dioramas. También fue el primero que, y hablamos de 1973, llevaba el título y los textos en todas las lenguas del Estado español. Y mucho más, colecciones sobre banderas, razas de perros, billetes y monedas, mariposas, muñecas para vestir (especialmente memorables las de chiclés Fleer), todo un mundo de color en un libro que se complementa con los más exhaustivos ¡Andá!, la merienda y ¡Andá!, la merienda II, de Vicente Pizarro, editados también por Diábolo y que están centrados en los cromos y obsequios contenidos en los productos de pastelería industrial y otros alimentos y donde el apartado Bimbo y Cropán ya está más que bien representado. Posiblemente es aquí donde estriba el problema que pueda tener el trabajo de Guillem Medina, en el querer acaparar tanto y no centrarse, por ejemplo, tan solo en los cromos y álbumes de venta en kioscos y papelerías. Incurriendo así, en no demasiadas, pero significativas ausencias, como las señaladas y otras, y que la clasificación resulte un tanto liosa, sobre todo al final del tomo. También motiva esto que haya cierta falta de detalle y se incluya algún producto que, en nuestra opinión, se encuentra algo fuera de lugar,  como es el caso de los Libro de Oro de estampas o los Libros Educativos, pues ambos se vendían con las planchas completas de cromos y tan solo había que recortarlos y pegarlos, alejándose de la filosofía, por llamarla de algún modo, «tengui, falti». Asímismo, podría haber habido algunas pistas sobre la cultura del cromo en España (lugares de cambio, mercados…). Y, para terminar, si se pretende que sea una historia del coleccionismo del cromo en nuestro país, no pueden ignorarse los pequeños cromos de tabaco, que se desarrollaron especialmente en Inglaterra y cuyas colecciones estaban destinadas a los adultos, con imágenes de personajes históricos o incluso cupletistas, antes de abordar el naciente séptimo arte.  O los troquelados, que principalmente eran para jugar pero que reinaron durante finales del siglo XIX a inicios del XX. Todos los cuales evolucionaron hasta los que obsequiaban con el chocolate, colecciones de las que había muchísimas más de las enumeradas y que posiblemente necesitaran, por sí mismas, un tomo exclusivo.
En todo caso, esta es la opinión de alguien que se reconoce muy exigente, Cromos, cromos y cromos conforma un perfecto recorrido por la historia del coleccionismo de cromos en nuestro país,  expone, desde luego, una amplia representación que, sin duda, despertará grandes dosis de añoranza en varias generaciones de españoles, pero en especial sobre los que crecieron en los setenta y los ochenta, cuyo viaje a la infancia muy posiblemente les sumerja en la (maldita) nostalgia.

‘Cambio de cromos’ Fotógrafo: Manel Armengol,1979

Las lecturas de Serendipia: ‘Lo que nunca te contaron sobre…viajar’

14 noviembre 2022 Deja un comentario

LO QUE NUNCA TE CONTARON SOBRE… EL DINERO

Igor

Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura,18×13,134 páginas a todo color

«Viajar puede ser carísimo, traumático, estresante, puedes perderte, contraer enfermedades e incluso acabar devorado por bestias salvajes. ¡Pero, eh, hay un mundo entero por descubir esperándote, así que merece la pena el esfuerzo!»

Igor, en Lo que nunca le contaron sobre… viajar analiza y comparte algunas recomendaciones sobre diferentes temas relacionados con esa actividad tan sobrevalorada que es viajar. En las 134 páginas de este libro-manual, el humorista gráfico responde a diferentes cuestiones, como los pros y contras de los distintos medios de desplazamiento; el tipo de turismo que queremos hacer; los mejores lugares para bañarse; cómo proteger nuestra casa de los cacos durante nuestra ausencia o enfrentarse a la turismofobia. Ayudarnos, no nos ayudará a solventar los inconvenientes de viajar, pero lo que es seguro es que será una fantástica lectura. Y además, en caso de problemas, podrá reírse de ellos, al igual que pudo hacerlo antes del dinero; del trabajo y de la búsqueda de vivienda, temas a los que el autor dedicó los tres primeros y divertidos libritos de esta serie que comprende material publicado previamente en TMEO y El Jueves y que Igor recupera unificándolos temáticamente con viñetas realizadas específicamente para estos tomos, con un  resultado mucho más allá del simple refrito. 

Igor, joven humorista e historietista surgido de la revista TMEO, pudo dejar su trabajo de diseñador gráfico y dedicarse enteramente al cómic cuando El Jueves lo incorporó como colaborador habitual en la revista, convirtiéndose rápidamente en uno de sus mejores humoristas gráficos. Su labor en la veterana publicación se inició con la tira Zombie Life, pasando a ocuparse, una vez finalizada, a temas de actualidad y a realizar los guiones de Robocracia, que Ivanper se encarga de ilustrar. Robocracia, al igual que Zombie Life, ha sido recopilada en tomos por Diábolo Ediciones.

Las lecturas de Serendipia: ‘Ranciofacts de cine’

14 noviembre 2022 Deja un comentario

RANCIOFACTS DE CINE

Pedro Vera

¡Caramba!, 2022. 96 páginas. Color. Rústica con solapas. 20 x 27 cm

Dos largos años, que se han hecho eternos, ha habido que esperar para que ¡Caramba! pusiera manos a la obra y recopilara una nueva antología de Ranciofacts de Pedro Vera. Huelga decir que la espera bien ha valido la pena, pues Ranciofacts de cine es la enciclopedia rancia del 7º Arte que no debe faltar en el mueble de su comedor, cogiendo polvo junto a la enciclopedia Larousse y otros ilustres tomos como El triángulo de las Bermudas, ¡Viven!, Pregúntale a Alicia, Papillón y El libro de la vida sexual de López Ibor, pues como les dijimos en otra ocasión, los futuros estudiosos que deseen escarbar en el saber popular y descubrir cómo era y de donde salió el español del siglo XX que, más mal que bien se arrastró dando tumbos por gran parte del XXI hasta extinguirse, debera consultar los tomos de Ranciofacts que ha editado ¡Caramba!/Astiberri, pues solo allí  encontrará, mejor que en ningún otro sitio, los guiños, costumbres y frases que nos unen, que nos aúnan, pese a quien pese, a todos los habitantes de esta península ibérica. De esa España eternamente rancia en la que hasta puede llegar al Congreso hasta un «partido político» del talante de Vox.

Pedro Vera, más que nadie, ha coronado y dado carta de naturaleza a ese cuñado que todos tenemos y junto al que pronto volveremos a sentarnos, durante esa ‘fiestastanentrañables‘, para escucharle decir las mismas frases y sentencias habituales. Pues no se engañen, lo rancio vuelve a casa por Navidad, esa fiesta imprescindible en la agencia rancia que tan bien ha sabido retratar Pedro Vera. De hecho, hasta nos extraña que no haya ya un anuncio navideño que, por ejemplo, en lugar de echar en falta a la abuela, o al niño que está en la mili, retrate una discusión con el cuñado sobre un amplio abanico de temas de actualidad como la ley trans, la política migratoria, el feminismo…

¡Caramba! / Astiberri tras los cuatro volúmenes con la integral de Ortega y Pacheco y los cinco tomos recopilatorios de los Ranciofacts, que cada semana se ofrece desde las hojas de la revista El Jueves ha hecho una antología dedicada al cine y todo lo que lo rodea, desde el público a la crítica; desde los tópicos de cada género a las frases lapidarias; desde las constantes que nos ofrecen las película a las galas cinematográficas. Nada escapa a Pedro Vera, siempre acertado en su captura de la frase o de la escena rancia que todos estamos cansados de ver repetida una y otra vez, pero que nadie antes había señalado.

Así que, de nuevo les insto, más que nunca, a hacerse con este sexto tomo de Ranciofacts, esa enciclopedia del milenario saber rancio ibérico que, afortunadamente, tiene visos de no terminarse nunca, pues, para bien o para mal, este país es una fábrica de comportamientos revenidos, frases y sentencias con olor a humedad, a cochambre, a rancio, todo eso que Pedro Vera nos ofrece en Ranciofacts.

Pedro Vera

Tras participar en la fundación de la revista El Tío Saín y colaborar con publicaciones como La ComictivaKovalsky FlyAnnabel Lee o Subterfuge, Pedro Vera (Murcia, 1967) comienza a publicar sus historietas en 1998 en la revista El Jueves.

Es el padre de personajes como Nick Platino o los famosos Ortega y Pacheco, de los que ¡Caramba! ha recopilado todas sus entregas en los cuatro lujosos tomos de la colección Ortega y Pacheco Deluxe. En 2012 crea en la misma revista, Ranciofacts, donde repasa semanalmente las costumbres y dichos más rancios de la cultura popular española. La serie está siendo recopilada en libros por ¡Caramba! de los cuales, de momento, hay cinco volúmenes, Ranciofacts (2014 ), Mi puto cuñado (2015), Rancio no, lo siguiente (2016) Saliendo de la zona de confort (2018)  y Aquí, sufriendo (2020) y Ranciofacts de cine (2022)

Las lecturas de Serendipia: ‘Tales from the Crypt’ Vol. 3

17 septiembre 2022 Deja un comentario

TALES FROM THE CRYPT VOL. 3

Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 216 páginas a todo color

Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones y lo hace retornando a la hedionda cripta en la que esperan The Crypt-Keeper, The Old Witch y The Vault-Keeper dispuestos a poner los pelos de punta al lector con las terroríficas historias incluidas en este nuevo tomo de Tales from the Crypt, el tercero, que reúne los números que van del 29 al 34.

A partir del número 29 de Tales from the Crypt, Jack Davis, además de dibujar la historieta inaugural de cada uno de los números del tomo, realizará todas sus portadas, dando como resultado seis antológicas muestras de su arte -y también de su humor-. Mientras tanto, Al Feldstein se centrará exclusivamente en los guiones, firmado todos los incluidos en el tomo. También estarán, puntuales a la cita, Graham Ingels, que cerrará todos los números del tomo, dejando al lector con un fétido sabor de boca; y el imprescindible Jack Kamen, que tan solo faltará a su cita en el número 32, en el que será cubierto por el más descuidado, pero también efectivo, Fred Peters. Como escarnio, el siguiente número, el 33, contará con dos historietas ilustradas por Kamen. La segunda historia del cuadernillo seguirá estando abierta a ser cubierta por diferentes ilustradores. Principalmente Joe Orlando, pero también habrá lugar para los detallistas George Evans y Al Williamson. A todo esto cabe sumar la sección de correo del lector y esas impagables páginas que reproducen los bizarros anuncios de la época, algunos extrañamente piadosos si tenemos en cuenta que estan compartiendo espacio con monstruos, hombres lobo, asesinos, vampiros o caníbales. Este tercer volumen se redondea con un prólogo escrito, en esta ocasión, por el emblemático Bruce Campbell.


JACK KAMEN (1920-2008)

El primer amor de Jack Kamen en el mundo del arte fue la escultura, que estudió con Agop Agopoff y otros maestros. Realizó pequeños trabajos de ilustración hasta que fue llamado a filas. Será a su vuelta cuando comience a dibujar cómics para la agencia Eisner&Iger, donde conoció a Al Feldstein, que lo llevaría a EC Comics, donde al poco fue contratado con carácter exclusivo. Allí realizaría historietas románticas, uno de los géneros en boga de entonces, pero, esta tendencia cambiaría y sería sustituída por el terror, en cuyas páginas, sus atractivas chicas encajaban a la perfección. También dibujó para EC historietas de suspense, crimen, ciencia ficción o humor, convirtiéndose en uno de los ilustradores más prolíficos del sello. Cuando llegó la censura a la industria y EC se hundió, Kamen se pasó a la ilustración publicitaria. Más tarde, ya en 1982, se encargaría de realizar todas las ilustraciones que salen en  Creepshow, el film con el que Stephen King y George A. Romero homenajearon los cómics EC, así como la portada original de la adaptación al cómic de la película, que realizó Berni Wrightson.


Repaso pormenorizado de los contenidos de Tales from the Crypt Vol. 3: (Portadas: Jack Davis. Guiones: Al Feldstein)



TALES FROM THE CRYPT 29Abril-Mayo 1952. 

Las portadas de Jack Davis son tan terroríficas como cómicas. Quizás por la exageración de las situaciones o en ciertos detalles de la ilustración. En la de este número, que retrata un entierro en vida, al improvisado enterrador le sobresale un, totalmente fuera de lugar, pañuelo rojo a topos blancos del bolsillo trasero del pantalón. También podemos ver que sus zapatos están rotos, dejándonos ver sus dedos. Un toque caricaturesco que distiguía sus portadas de otras más serias y solemnes que terminaron siendo pasto de la censura. Vayamos a por su contenido: ¡El armario del horror!, la primera historieta y como tal ilustrada también por Davis, es un relato que mezcla maltrato infantil con la aparición de un amigo imaginario, con un final insuperable. ¡Una jugada repugnante! es la historia de una maravillosa e inimaginable venganza, muy bien retratada por un Joe Orlando que todavía arrastraba una fuerte influencia de Wally Wood en el trazo y compaginación. El turno de Kamen llega con ¡Enterrada en vida!, que parte de una muy atractiva premisa: el miedo al entierro en vida, pero cuyo final no se encontrará a la altura del tenso relato. Ghastly depara al lector ¡Un enredo de arañas! para cerrar el número. Graham Ingels es quizás el dibujante que mejor sabe reflejar la mezquindad humana. Una mezquindad que, por supuesto, recibirá un merecido castigo. Finalmente, en El rincón del guardián de la cripta, la sección dedicada a la comunicación con los lectores, se destaca la importancia de no echar ni un fugaz vistazo a la última viñeta de las historietas para no romper su impacto, como bien advierte The Crypt-Keeper «¡Avergonzaos, eso es hacer  trampa! (…)para disfrutar completamente de la basura que os lanzo, debéis comenzar por el principio y leer hasta el final…Y cuando llegue el final…Ohhh…Os sorprenderéis«. Pues ya saben, no desobedezcan al guardián de la cripta o… lo pagarán caro.

TALES FROM THE CRYPT 30. Junio-Julio 1952.

Nueva portada de Jack Davis, que en esta ocasión muestra el cadaver de un anciano ahogado bajo el agua…¡con un pañuelo rojo de topos blancos sobresaliendo de su bolsillo trasero! ¿Qué les dijimos sobre la portada con la que debutó Davis en el número anterior? Pues se repite el detalle. Y no solo eso, la deliciosa rana y el renacuajo que surcan la escena rompen la seriedad de la imagen, que hace referencia, precisamente, a ¡Una mina…de gas!, la primera historieta del cuaderno. En ella un viejo buscador de oro, asesinado, nos narra su historia mientras se aparece, una y otra vez, y cada vez más descompuesto, a su asesino. Mucho antes del film de Woody Alle, en EC ya tuvieron ¡Un final de Hollywood! que, ilustrado por Joe Orlando, cuenta como un productor cinematográfico que, además de ser piloto y millonario es todo un playboy, hallará a su futura estrella cinematográfica en un poblado esquimal del ártico. El productor, Hugh Howards (sin lugar a duda inspirado en Howard Hughes), tendrá que llevarse a la joven a la fuerza ante la oposición de su padre, que, como veremos en la última -e impactante- viñeta, tan solo buscaba protegerla de los elementos.  ¡La carbonera! es una magnífica historieta ilustrada por Kamen sobre un niño y su despótica tía. De nuevo habrá un amigo imaginario de por medio. O mejor dicho, voces en la cabeza del niño. En la última historia del número, El luto de Ambrose, Ghastly lleva al lector a  Hawley Manor, una mansión decrépita, habitada por dos ancianos a la que llega su avaricioso sobrino con aviesas intenciones. Pero, por supuesto, se llevará una macabra sorpresa. En esta ocasión, El rincón del guardián de la cripta se hace eco de la profusión de copias de las publicaciones terroríficas de EC que se van editando, algunas con títulos similares con intenció de confundir al lector. Para terminar con este número, tras su portada, tenemos un sorprendente anuncio de Jolola Sales Limited que ofrece al lector la posibilidad de adquirir La milagrosa cruz del Señor por tan solo 2,98$. O lujosas imágenes benditas enmarcadas y preparadas para obrar milagros: una de Jesús que abre y cierra los ojos; otra de la Virgen que mueve los labios; o una del Papa  Pio XII en la que «Su Santidad pronuncia la bendición papal moviendo sus labios, ojos y expresiva mano«, entre otras maravillas. Y tan solo por 1,50$ unidad o 4$ si se adquieren las tres. Una ganga.

TALES FROM THE CRYPT 31. Agosto-Septiembre 1952.

Nuevo número y nueva portada. Aquí no hay elementos paródicos o no hemos sabido verlos. Donde sí figuran es en la primera hoja de sus historietas, donde las presentaciones del guardián de la cripta están repletas de un pútrido humor negro. Supervivencia…¡o muerte!, es la previsible historia que Davis ilustra en este número. El guion de ¡La cosa de los pantanos!, dibujada por Al Williamson, no contribuye a subir el listón cualitativo, en cuanto a guiones, de este número, pues ese privilegio le tocará a ¡La kalamidad de Kamen!, un estupendo relato en el que Kamen se autoparodia, así como a Feldstein y Haynes, retratando el cambio de paradigma que le llevó de hacer historietas románticas al terror. Una historia pionera en mostrar los entresijos de una editorial, plena de humor y que, sin duda, humaniza a los responsables de llevar, cada dos meses, los cómics EC a los kioscos. Finalmente en ¡El tesoro enterrado! el enrevesado arte de Graham Ingels nos deleitará con otra historia que explica lo que les pasa (o debería pasar) a los mezquinos y avaros. Por cierto, en esta ocasión Consumers Mart nos ofrecerá tras la portada la oportunidad increíble de comprar fantásticas joyas al mejor precio. Como el elegante reloj de caballero «The Millonaire» en «solid GOLD color» por 7,98$; las alianzas de matrimonio «Eternal Love«, que posee «12 pseudo DIAMONDS imported from Europe«, y está fabricado en «natural GOLD color» y por tan solo 4,89$ la pareja; o incluso un anillo de veterano de guerra para que, por tan solo 2,95$, todos sepan que luchaste por tu país.

TALES FROM THE CRYPT 32. Octubre-Noviembre 1952.

Jack Davis ilustra la portada del número con una escena circense. En ella, la pata de un enorme elefante se cierne sobre la cara de una atractiva joven que está tendida debajo suyo. Todo parece formar parte de un número de circo. Pero algo anda mal, la cara del domador refleja preocupación, al igual que la de los simpáticos payasos que vemos en el fondo. No todo está bajo control, algo que sabremos en ¡Espachurrada! (vaya, el título parece ser todo un spoiler), que ilustra Ghastly Ingels y que, por tanto, cierra el número. Así que comencemos, ahora sí, con la primera historieta, ¡Carne de primera!, una delicia con transfondo social protagonizada por un carnicero que en tiempos de racionamiento vende carne podrida a sus clientes más humildes. Igual se lo están preguntando a sí mismos, pero ya le decimos que no, no termina bien, como pueden suponer. ¡En la red!, ilustrada por el estupendo George Evans, nos explica lo que les pasa a unos constructores que utilizan, cual Jesús Gil, materiales de mala calidad en sus obras, ignorando el riesgo de que estas terminen derrumbándose con los vecinos dentro. Finalmente Kamen… ¡No!, en este número no hay historieta de Jack Kamen, en su lugar tenemos ¡Cortar las cartas!, una sorprendente historia ilustrada por Fred Petters, un dibujante que tiene un estilo menos elaborado, pero no por ello menos efectivo.

Como es habitual, entre la escasa propaganda que incluyen los cómics EC, se encuentran las promociones de otras colecciones, que van añadiéndose a las de terror, como las bélicas (antibélicas) Frontline Combat, Two-Fisted Tales o la fenomenal Shock Suspenstories . En este número llega el turno de Mad, que nació con formato cómic book y sobrevivió, ya como revista, a la debacle de EC, sirviendo de refugio de varios de sus artistas. Pero no nos adelantemos.

TALES FROM THE CRYPT 33. Diciembre 1952-Enero 1953.

Con baja ¡Baja cuna! y la portada de este número, ambos de Jack Davis, se confirma lo que les venimos comentando desde la primera portada realizada. En esta, el humor negro, negrísimo, se mezcla con la corrupción proveniente de la tumba, la descomposición y el formaldeído. Y la mezcla casa perfectamente. Además, se trata de la primera historia de amor en Tales from the Crypt que termina ¿bien?… Digamos que si. En ¡Un truco para morirse!, Jack Kamen y George Evans se encargan conjuntamente de los lápices, aunque predomine la impronta de Kamen, en una nueva historia de egoismo que tendrá un final merecido. Y con este número se inicia una nueva tendencia, la de la incluir en sus páginas un tétrico cuento de hadas. Pero un cuento de hadas muy especial, cuya moraleja final se aleja mucho de la tradicional. Ilustrados por, nuevamente, Jack Kamen, la serie se inicia con una bonita fábula titulada, El funeral. En ¡Corazón solitario!, la última historieta del cuaderno, un barbazul moderno y cazadotes se llevará un chasco cuando vaya a conocer a su última novia, que conoció por correspondencia, y se constate de lo mucho que ha cambiado desde que se hizo la foto que le envió, tomada dos años atras. En el correo, los lectores se quejan, y mucho, de la historieta ¡La kalamidad de Kamen!, que como les hemos contado dos números antes, retrataba a los responsables de Tales from the Crypt, Al Feldstein y Bill Haynes con Kamen, que se caricaturizaba también a sí mismo, contando con la colaboración de  Graham Ingels, Johnny Craig y Jack Davis, que realizarán los suyos.

TALES FROM THE CRYPT 34. Febrero-Marzo 1953.

Y llegamos al último número de este tomo. Una entrega que, como la anterior, también traera novedades. ¡Espejito, espejito!, la historieta de Jack Davis, no será muy sorprendente, sobre todo porque el mismo autor ya nos ofrece la resolución del relato en la portada, que es todo un homenaje a la criatura de Jack Pierce, el inmortal maquillador de los estudios Universal ¡Bien está lo que bien excava! trae a las páginas de Tales from the Crypt un nuevo trabajo de George Evans, que tan expresivos rostros sabe retratar. La historia, impecáblemente orquestada por Al Feldstein, tendrá un final explosivo. Tras un nuevo cuento de hadas ilustrado por Kamen ¡Impuesto sobre el horror!, que deberían leer todos los sádicos inspectores de hacienda, llega la novedad, pues ¡Érase una anciana! es la primera adaptación de un guion ajeno, concretamente de uno de los genios surgidos de Weird Tales, Ray Bradbury. Todo gracias a una «colaboración» se había iniciado algunos números antes y en la que Al Feldstein, digamos, se había «olvidado» de indicarlo, ahorrandose así la obligación de pagar los derechos de autor al escritor, motivo por el cual la editorial recibió una amable misiva de Bradbury en la que reclamaba el importe de sus regalías achacando, «comprensivamente» el olvido a «la confusión general del trabajo de oficina«, y esperando, eso sí «su pago en un futuro cercano«. Algo que parecía dejar claro, por otra parte, que Bradbury era fiel seguidor de los cómics EC.  Lejos de causar una batalla judicial, Feldstein, no tan solo le envió agradecido el importe reclamado, sino que le propuso seguir adaptando sus relatos al cómic, indicando, eso sí, su autoría. La fructífera colaboración dejó tras sí un importante número de historietas, concretamente 25, repartidas entre diferentes publicaciones: Crime Suspenstories (2), Shock Suspenstories (2), Haunt of Fear (2), Tales from the Crypt (2), The Vault of Horror (3), Weird Fantasy (6), Weird Science (6) y Weird Science-Fantasy (2), unas historias que, como comprobamos, cubrían varias temáticas, aunque preferentemente se decantaban por el género de Ciencia-Ficción que vivía, por esa época, toda una edad de oro.


Artículos publicados: 
Tales from the Crypt Vol. 1
Tales from the Crypt Vol. 2
Weird Science Vol. 1
Weird Science Vol. 2

Las lecturas de Serendipia: ‘Weird Science’ Vol. 2

WEIRD SCIENCE VOL. 2

Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 216 páginas a todo color


Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones y lo hace retornando a la ciencia ficción con el segundo volumen de Weird Science

La colección, dedicada a la ciencia ficción va, en comparación con el primer tomo, que reunía los seis primeros números de este cómic book de EC., unificando contenidos con dos claros elementos distintivos que marcarán la primera parte de su trayectoria: los guiones del prolífico responsable de la serie, Al Feldstein que, muy comprensiblemente, dejará de ilustrar historietas y portadas; y el dominio gráfico de Wally Wood, que pasará a encargarse de las portadas, la historia inicial e incluso, en diversas ocasiones, aportará dos historietas en el mismo número. Mientras, su técnica progresa, con tecnologías, cohetes y astronautas herederos directos de la space operas de regusto pulp protagonizada por personajes como Flash Gordon o Buck Rogers. A sus curvilineas damas todavía tardaría un poco en perfeccionarlas, eso sucedería en Mad, donde también desarrollaría su caricaturesco dibujo pero, no adelantemos acontemientos…

Por otra parte, muchas de las historias publicadas en Weird Science podrían perfectamente haber formado parte de la linea terrorífica de EC. No todas estan centradas en un luminoso futuro surcado de naves espaciales, pero muchas si tienen en sus páginas criaturas antropormórficas venidas de quien sabe donde aterrorizando a los protagonistas y, en especial muchas de las ilustradas por Jack Kamen, están ambientadas en época contemporánea con experimentos fallidos. Asímismo, la gran mayoria de estas historias tienen deliciosos «giros O. Henry«, esos finales inesperados marca de la casa, así que uno no puede menos que preguntarse porqué estos cómics tuvieron unas ventas sensiblemente menores que los de terror.

Otro elemento a destacar, nuevamente, es la conexión entre cómic y cine, que queda bastante patente, como veremos, en algunas de las historietas. También Diábolo, muy juiciosamente, ha mantenido tanto las curiosas páginas de propaganda y las biografías de los colaboradores (elaboradas por Bill Gaines), como el correo de los lectores, donde se toma el pulso y evolución de las distintas series. Gracias, precisamente, a este contacto entre lectores y editores tendrá respuesta por fin una de las cuestiones que, todavía hoy, nos hacemos, y que un joven de Indiana ya se preguntaba en 1951: ¿Porqué se mantiene ese relato anónimo  breve a todas luces intrascendente que hay en el centro de la publicación? Pues al parecer era obligado incluirlo, tal y como indica el «Correo Cósmico» del número 8 porque, «De acuerdo a las reglas del Servicio Postal de EE.UU., las revistas que se acogen a los privilegios de envíos de segunda clase deben contener el equivalente a dos páginas de texto«, algo a lo que a tenor del añadido «¡Lo sentimos!» con el que finaliza la respuesta indica que, efectivamente, se trataba de una imposición burocrática con la que cubrir el expediente que no terminaba de convencer ni a los editores.


WALLY WOOD

Wallace Allan Wood nació en junio de 1927. Se aficionó a la lectura de cómics desde muy pequeño, sobre todo de los clásicos americanos (Raymond, Caniff, Foster, Roy Crane o Eisner, con el que llegaría a colaborar) y decidio dedicarse él mismo a hacerlos. Tras la II Guerra Mundial encontró su primer trabajo remunerado en la industria del cómic como dibujante de fondos para The Spirit, creación de uno de los autores de sus lecturas juveniles, Will Eisner, un personaje del que ilustraría su última aventura, The Outer Space Spirit, en 1952.

Tras diversas, y escasamente remuneradas labores, en 1950 acepta un trabajo en EC Comics, compartiendo tintas y lápices en títulos de género romántico, como Modern Love Saddle Romances. Su carrera despegó en los cincuenta, trabajando sin pausa para las empresas Avon y EC Comics, en títulos de toda índole: aventura, romance, ciencia ficción, horror, humor, etc. Se ha señalado que su entusiasmo por el cómic combinado con su amor por la ciencia ficción fue lo que convenció a William Gaines para lanzar las revistas Weird Science Weird Fantasy, en las que publicó innumerables trabajos. También participó en Two-Fisted Tales, Tales from the Crypt, Valor, Piracy, Aces High y otros títulos de EC.

A mediados de los sesenta, tras pasar por la práctica totalidad de editoriales de cómics norteamericanas, iniciaría una nueve etapa en su carrera como editor independiente de witzend, una nada convencional publicación que mezclaba sátira, acción y fantasía. También creó Sally Forth (1968-1984), una serie de tiras cómico-eróticas destinada a publicaciones militares como Military News y Overseas Weekly. La incursión de Wally Wood en el erotismo prosiguió en otras series llegando a la pornografía en los años ochenta, con aventuras de Sally Forth mostrando sexo explícito.

Wood, cuya vida personal estaba enturbiada por el alcohol y la enfermedad, perdió la visión de un ojo a mediados de los setenta y se suicidó en 1981, con tan solo 54 años, pero con una abultada producción a sus espaldas cuya calidad le hizo merecedor de figurar entre los mejores artistas del cómic norteamericano.


Repasemos pormenorizadamente los contenidos de Weird Science Vol. 2

WEIRD SCIENCE 7. Mayo-Junio 1951. Portada y guion: Al Feldstein (menos el indicado).

Con portada deliciosasmente pulp de Al Feldstein, el cuaderno se inicia con Era el monstruo de la cuarta dimensión (It Was the Monster from the Fourth Dimension) todavía ilustrado por el propio Feldstein y que se adelantaba en siete años a The Blob (Irvin S. Yeaworth Jr., 1958), en la cual una masa similar (y del mismo color) espantaba a los sanos teenagers norteamericanos, entre ellos a un juvenil Steve McQueen. En esta ocasión las cosas no saldrán, tal y como pueden suponer, tan bien como en la pantalla, como muestra su desolador final. ¡Falta algo! (Some Thing Missing!) es un delicioso relato ilustrado por Jack Kamen con un final de los que nos gustan… ¡Gregory tenía un Ford-T! (Gregory had a Model-T!) es la única incursión en el tomo de Harvey Kurtzman, una historia de amor ¿imposible? con claro regusto cómico. Con Los alienígenas (The Aliens!), Wally Wood cierra el cuaderno con una historia en la que los terricolas, por una vez, no serán responsables de su auto-aniquilación…

WEIRD SCIENCE 8. Julio-Agosto 1951. Portada y guion: Al Feldstein.

Ilustración de portada con monstruos de pesadilla Lovecraftianos y proseguimos con criaturas tentaculares en ¡Semilla de Júpiter! (Seeds of Jupiter!) una estupenda historieta ilustrada por Feldstein y con la que se despediría de dibujar más comics para la colección, centrándose, al menos por el momento, en los guiones, alguna portada y en dirigirla. Por cierto, prosiguiendo con las conexiones cine-cómic, el argumento de esta historieta tiene elementos que, porsteriormente, podrían verse en Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1978) ¿fueron los guionistas del film, Dan O’Bannon (1946-2009) y, sobre todo, Ronald Shusett (1935) lectores de EC?, pues probablemente, pues por la edad, este último si podría haberlo sido y haber quedado marcado por la aterradora escena que, más tarde, recreó en la película de Ridley Scott. Tras La huída (The Scape), única historieta del tomo ilustrada por George Roussos, llega Irreparable (Beyond Repair) otra maravilla dibujada por Kamen, en tono de comedia romántica con ¿final feliz? Con Los exploradores (The Probers) cierra nuevamente el número Wally Wood, con una historia también hoy de plena  actualidad, con naves, exploradores espaciales, vivisecciones y alienígenas repugnantes. Definitivamente, ¡Estos tipos saben lo que nos gusta!

WEIRD SCIENCE 9. Septiembre-Octubre 1951. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.

Tras una estupenda portada de Wally Wood, se inicia la dosis doble de este artista en el número con ¡La nube gris de la muerte! (The Gray Cloud of Death!), una esperanzadora y melancólica historia que apuesta por el sacrificio en aras del bien común, y Los invasores (The Invaders), en la que el ser humano vuelve a ser ese bastardo que tanto odiamos y que tan poco hospitalario es con ciertas visitas. El monstruo marciano (The Martian Monster), es la ración de Jack Kamen de este número, con una historia llena de intrigas amorosas, traiciones, bellas mujeres y… ¡El zato!. Finalmente, ¡El esclavo del mal! (The Slave of Evil!), es una muy bien ejecutada e intrigante historieta, la única del tomo (y que recordemos de todo lo publicado hasta ahora), dibujada por George Olesen, un prolífico dibujante que ocuparía practicamente 40 años de su carrera (acreditado y sin acreditar) a la popular tira de The Phantom (El hombre enmascarado por estos lares).

WEIRD SCIENCE 10. Noviembre-Diciembre 1951. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.

De nuevo Wally Wood realiza una portada que muestra a una pareja de jóvenes y atractivos cosmonautas, recien llegados a un planeta en un cohete que vemos al fondo de la imagen, que son sorprendidos por un tentacular ser, dejando en el aire lo que podría suceder… aunque el humano ya está echando mano a su arma. Detrás de la portada un anuncio invita al lector

a aprender a tocar la armónica «en pocos minutos» con el cowboy y estrella de la harmónica, Jay Turner. Prosigue la fantasía con la habitual historieta de Wally Wood Las doncellas lloraron (The Maidens Cried), en la que unas bellas alienígenas que no hablan, algo que celebran lo cosmonautas, («¡Mujeres que no hablan! ¡Ni una palabra! ¡Jo, tío!»), con membranas bajo los brazos tendrán,

Plancha original de la extraña ‘Las doncellas lloraron’ (The Maidens Cried) de Wally Wood & Al Feldstein

como veremos, una extraña forma de reproducirse. Dos cosas a destacar en esta extraña historieta: el encantador detalle de que, antes de intimar con las alienígenas, las parejas se casen (¿?), y su sorprendente final, muy poco habitual en los cómics EC. Reducción…de costes (Reducing…Costs), historia ilustrada por Jack Kamen, desarrolla un ingenioso invento que ya quisiera poseer alguna compañía aerea moderna. Algo que no puede salir mal… ¿o si? Transformación completa (Transformation Completed) es la segunda historia del número dibujada por Wood y con la que Al Feldstein daba con la solución perfecta para los individu@s transgénero. Finalmente, con ¡El planetoide! (The Planetoid!) debuta Joe Orlando, un dibujante que se convertirá en habitual en la colección. Con un estilo, inicialmente similar al de Wally Wood, ¡El planetoide! demostrará, una vez más, que los humanos somos poco menos que gusanos.

WEIRD SCIENCE 11. Enero-Febrero 1952. Portada y guion: Al Feldstein.

Este número tiene algunas diferencias con respecto a la linea que va tomando la colección. O eso, o Wally Wood estaba de baja, pues la portada es de Al Feldstein y contiene dos historias ilustradas por Joe Orlando (el novato de la colección). Por lo pronto Wally abre el cuaderno con ¡Los conquistadores de la luna! (The Conquerors of the Moon!), que ya entonces adviertía de los peligros del cambio climático que, según su primo le ha dicho a Rajoy, no existe. ¡Sólo humano! (Only Human!) es un agradecido Kamen, al que Feldstein parece reservar sus guiones más urbanos y contemporáneos. En esta ocasión incluso una inteligencia artificial terminará locamente enamorada de uno de sus estupendos personajes femeninos. Y cerrando el número, tal y como hemos adelantado, dos Joe Orlando, dos: Por qué papá se fue de casa (Why Papa Left Home), un relato de viajes en el tiempo de lo más ingenioso,  y el angustioso Así se retuerce el gusano (The Worm Turns).

WEIRD SCIENCE 12. Marzo-Abril 1952. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.

El segundo tomo de Weird Science de Diábolo Ediciones se cierra con este número, en el que se recupera la «alineación habitual» de artista ya desde la portada, una de las más populares de EC en general y de Wally Wood en particular y que hace referencia a la primera historieta del número, también de Wood, El Gobl es el mejor amigo de Knog (The Gobl is a Knog best Friend). ¡El último hombre! (The Last Man!) es una nueva maravilla, en este caso apocalíptica, ilustrada por Kamen, que contiene uno de esos ingeniosos finales-shock retorcidos que tanto nos gustan.  Wally Wood realiza una segunda historieta,  ¡El androide! (The Android!), en la que las cosas no serán, ni mucho menos, lo que parecen. Finalmente ¡Masticados (Chewed Out!) cierra con honores el tomo, pues es una muy elaborado historieta de Joe Orlando con un final estupendo que dejará al lector con ganas de más EC., algo que, afortunadamente, pronto sucederá pues Diábolo Ediciones ya tiene listo, recién sacado del horno, el tercer tomo de Tales from the Crypt, cargado de nuevas y terroríficas historias cuya inminente publicación delata el alarmante hedor a descomposición que se detecta en el ambiente…


Es de justicia destacar, cuantas veces haga falta, la abrumadora labor de Al Feldstein como escritor de la práctica totalidad de los guiones de estas historietas (y de las de Tales from the Crypt, por solo hablar de los publicado por Diábolo) con los que consigue que en ningún momento decaiga la calidad de las publicaciones. Con su trabajo Feldstein se corona como elemento fundamental  del  universo EC.

Nos despedimos ya de este tomo haciendo referencia  a su portada, que utiliza la del número 12 de Weird Science, coincidiendo con aquel ya lejano número 42 de Ilustración+Comix Internacional que en 1984 editó Toutain y que estaba dedicado, en gran parte, a la editorial de Bill Gaines. Entonces solo podíamos soñar con algo que, gracias a Diábolo Ediciones, ya es una realidad: tener a nuestra disposición una edición española a todo lujo de las colecciones que convirtieron en leyenda a los  EC Comics