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VAMOS DE ESTRENO * Miércoles 27 de diciembre de 2023 *
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FALLEN LEAVES (Kuolleet Lehdet, Aki Kaurismäki, 2023)
Finlandia. Duración: 81 min. Guion: Aki Kaurismäki Fotografía: Timo Salminen Compañías: Sputnik, Finnish Film Foundation Género: Comedia.
Reparto: Alma Pöysti, Jussi Vatanen, Anna Karjalainen, Alina Tomnikov, Kaisa Karjalainen, Janne Hyytiäinen, Martti Suosalo, Sherwan Haji, Nuppu Koivu, Mika Nikander, Paula Oinonen, Maria Heiskanen, Eero Ritala, Matti Onnismaa
Sinopsis: La historia de dos personas solitarias que se encuentran por casualidad en la noche de Helsinki e intentan encontrar el primer, único y último amor de sus vidas. Su camino hacia esta honrosa meta se ve empañado por el alcoholismo del hombre, números de teléfono perdidos y la tendencia general de la vida a poner obstáculos en el camino de quienes buscan su felicidad.
“Hoy Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde fui a nadar”, esto escribió en su diario Franz Kafka el 2 de agosto de 1914. En la pluma del escritor la anécdota personal está en el mismo plano que el gran evento histórico, el individuo kafkiano se halla desplazado del centro de la toma de decisiones, por eso no puede medir la gravedad de los sucesos más que en relación a sí mismo, de modo que lo micro y lo macro son intercambiables, más aún, afecta más lo propio que lo global. Más de cien años después, todos somos sujetos kafkianos. Los personajes de Akis Kaurismäki no podían ser de otro modo. En Fallen Leaves las noticias de la guerra en Ucrania son omnipresentes, asaltan a los protagonistas en cualquier circunstancia, pero ellos las sienten apenas tangenciales, son solo un rumor de fondo en las páginas de su historia, una murga que añade fastidio, pero ante la cual sólo les cabe alzarse de hombros y apagar la radio. El director emplea esa tesitura para que sea el espectador el que tenga una referencia temporal, un indicio de la rabiosa actualidad del conflicto que se desarrolla ante sus ojos, un dato más para la desazón que nos despiertan los personajes. La película nos habla de unas crisis dentro de otras crisis, como en un juego de muñecas rusas, y nos lleva a tomar conciencia de que lo coyuntural y lo estructural se remiten uno a otro, si es que no llegan a fundirse entre sí en una moneda de caras indiscernibles.
Porque los ecos del enfrentamiento armado son los únicos que ponen fecha, el resto de elementos podría haberse dado hace veinte, o cuarenta, o más, años atrás. Si ya existía el retrofuturismo, Kaurismäki inventa el retropresente, lo que subyace es el conflicto del proletariado, o casi mejor decir el precariado, y este no se ha modificado en su esencia por más que ahora vivamos al margen de la conciencia de clase. El finlandés vindica la dignidad de los desfavorecidos, como ya lo hiciera hace casi cuatro décadas en otras cintas como Sombras en el paraíso (1986), Ariel (1988) y La chica de la fábrica de cerillas (1990), con un cine que más que mensaje lo que contiene es espejos deformantes que, paradójicamente, devuelven unas imágenes bien nítidas del mundo que nos ha tocado en suerte. No hay distorsión ideológica aunque haya denuncia, Akis Kaurismäki no es Ken Loach, por más que ponga la mirilla en temas comunes a los del británico. El finlandés rehúye del realismo formal a la hora de narrar historias, lejos del Cinema Vérité, casi en sus antípodas, sus universos están contados en planos medios casi fijos, con diálogos de una ironía que roza el absurdo, pronunciados por personajes gélidos que apenas se sostienen la mirada los unos a los otros, y, sin embargo, sus retratos nos conmueven. Un cine, más que comprometido, efectivo. Y en Fallen Leaves Kaurismäki echa mano a todos sus estilemas para llevarnos a concluir que, en un mundo que se hunde, lo subversivo es luchar por alcanzar los sueños particulares, amar es el único antídoto eficaz para combatir la alienación extrema de un capitalismo cada vez más feroz. No es una película navideña, pero si es un canto a no perder la esperanza, y eso, a día de hoy, ya es revolucionario. Y además rompe una lanza a favor del cine como maquinaria que ayuda a tejer ilusiones individuales, que son, a la vez, compartidas.

Porque Fallen Leaves es también un ejercicio de cine dentro del cine. Las referencias son el papel de regalo que envuelve el relato de las peripecias de sus protagonistas. Y las hay para todos los gustos, desde Pierrot le Fou a Operación Dragón, de Rocco y sus hermanos a Plan 9 from Outer Space, sin descuidar clásicos como el Breve Encuentro de David Lean y/o el Tú y yo de Leo McCarey. A veces los guiños son diegéticos, carteles o programas colgados en las paredes del set, en otras los homenajes vienen a modo de parafraseo, secuencias rodadas a imagen y semejanza de obras anteriores. E incluso se permite citas explícitas, si el cine ha de ser el lugar del encuentro y reencuentro de los personajes, la primera vez que acuden juntos se proyecta en la pantalla Los muertos no mueren (The Dead Don’t Die, 2019) de su amigo Jim Jarmush, con el que se atreve a bromear mediante los comentarios de dos espectadores que al salir la comparan a El diario de un cura de campaña de Robert Bresson y a Bande à part de Jean-Luc Godard. Lo serio y lo humorístico se dan la mano en este su particular repaso de qué nos ha dado el cine. Porque de lo importante es mejor hablar en términos risueños. La ironía muchas veces es vehículo de la ternura, y Kaurismäki es maestro en lograr esa comunión de polos aparentemente alejados. Fallen Leaves es una historia de jovialidad en tiempos de catastrofismo. Sobre un fondo de grises y tonos fríos, los personajes visten, o se envuelven con los colores del parchís. Nunca fue tan adecuado al propósito de un relato distinguir cromáticamente la figura de su entorno. Eso es algo que toma el cine del arte pictórico y Kaurismäki sabe lanzarlo a su máxima expresión en ésta su última película. Y lo logra sin estrépito, sin subrayados innecesarios, apoyándose sólo en los recursos de la imagen en movimiento, salpicada, eso sí, por una cuidada selección musical.

Porque la música siempre ha sido significativa en el cine del finlandés. Y en Fallen Leaves su relevancia es casi más notoria que en sus predecesoras. En su revestimiento musical cabe desde el rock a los tangos de Gardel y muchas canciones melódicas con sabor añejo. Es el repertorio musical uno de los principales ingredientes del carácter difuso del tiempo en la cinta, ese ser de hoy pero parecer de ayer, y siempre para alumbrar una respuesta a futuro. Piezas que son estándares de la canción ligera, pero que aquí suenan siempre -excepto en el caso del inigualable Galdel-, en sus versiones finesas, en otra capa más de cómo lo particular contiene lo universal. Canciones que pautan el pulso del filme confiriéndole su registro melancólico, entendida aquí la melancolía como alegría contenida en la tristeza. En una Europa sacudida por crisis que suceden a otras crisis, con el horizonte de la guerra en sus fronteras, y con una polarización de la riqueza que hace aumentar el número de la población instalada en el umbral de la pobreza, Kaurismäki, siempre irónico, pero nunca cínico, enarbola la bandera de la dignidad de los supuestos perdedores y de la fe en los valores humanistas. Porque hay personas buenas es necesario que el arte loe a la esperanza, es así como lo dramático se convierte en tragicómico por la magia del cine. Una sala de cine es el único reducto de belleza, dijo una vez el director finlandés. Y desde esa trinchera, al son de las hojas muertas que caen en este otoño europeo, con Chaplin, como epítome del séptimo arte, reinando sobre el firmamento, Kaurismäki nos regala una canción de amor que habrá de inspirarnos a sobreponernos a la desolación. “Les feuilles mortes se ramassent à la pelle// Les souvenirs et les regrets aussi// Mais mon amour silencieux et fidèle// Sourit toujours et remercie la vie”.
Las lecturas de Serendipia: Paco Roca nos asoma a ‘El abismo del olvido’

EL ABISMO DEL OLVIDO
Paco Roca
Astiberri, 2023. 296 páginas. Color. Cartoné apaisado, 24 x 17 cm
El 14 de septiembre de 1940, 532 días después del final de la Guerra Civil española, José Celda fue fusilado por el régimen franquista junto a otros 11 hombres en la tapia trasera del cementerio de Paterna, en Valencia, y enterrado con ellos en una fosa común. Más de siete décadas después, y tras una larga travesía por el lado oscuro de un país acomplejado por su pasado, Pepica, la hija de José, una anciana ya octogenaria que tenía 8 años cuando mataron a su padre, logró por fin localizar y recuperar sus restos para restaurar su dignidad.
En la batalla personal de Pepica Celda contra el olvido fue decisivo el papel de Leoncio Badía, un joven republicano que había sido condenado tiempo atrás a trabajar como sepulturero en el cementerio de su pueblo «para enterrar a los tuyos«. Jugándose el pellejo, Leoncio, un hombre obsesionado con el sentido de la vida y el orden del universo, había colaborado durante años y en secreto con las viudas de los represaliados de la guerra para identificar sus cadáveres, darles sepultura de la forma más digna posible, localizar sus fosas y ocultar mensajes entre sus restos, convencido de que algún día alguien podría sacarlos de allí.
Mi abuelo materno, Herminio, que pertenecía al cuerpo de carabineros, sin filiación política conocida, terminada ya la guerra, cuando volvía en bicicleta a su casa, donde le esperaban su esposa Remedios y sus cuatro hijas pequeñas, una de ellas Martina, mi madre, se cruzó con un camión o un tanque, no está claro este punto, y nunca llegó a su hogar: apareció muerto en la cuneta. Tanto era el miedo ante los vencedores, que nunca he podido averiguar que es lo que fue de él, pues mi abuela y sus hijas, no hablaban de ese tema. Mi abuelo no tiene tumba conocida. Mi abuelo ya se encuentra al borde de El abismo del olvido.
Paco Roca vuelve a viajar al pasado con El abismo del olvido para recuperar, junto a Rodrigo Terrasa, la historia real de Leoncio y de José, ejemplo de las decenas de miles de españoles que fueron represaliados de forma salvaje tras el final del conflicto en España. Pero también la de otros anónimos, difuntos no reclamados. Olvidados y a los que ya nadie espera. En un viaje que irá del pasado al presente, los autores acompañarán a Pepica Celda en su búsqueda, e intentaran desentrañar las miserias de un país obsesionado con despreciar su memoria, compartiendo algunos datos que demuestran que este país es, todavía hoy, un pueblo sin escrúpulos en el que los descendientes de los vencedores de la «cruzada» mantienen «atado y bien atado» El abismo del olvido.
No debería sorprender a nadie decir que cuando se habla de cómic y se nombra a Paco Roca estamos nombrando a uno de los mejores, sino el mejor, autor de cómic español de todos los tiempos. Paco cuenta con una ya abultada obra a sus espaldas, bien laureada en todos los certámenes nacionales e internaciones que así lo demuestra. Pero sobre todo lo demuestra el lugar que las sentidas narraciones de este pequeño gran valenciano ocupan en el corazón de los amantes del noveno arte. Algunas de las más importantes obras de Paco como Arrugas, Los surcos del azar o El invierno del dibujante lo han aupado al lugar que ocupa en el mundo del cómic.
En El abismo del olvido mezcla la familia, muy significativa en la práctica totalidad de la obra de Paco, con la historia, retrocediendo al origen de la tragedia, a lo que provoca todo, la guerra civil y su más sangrienta si cabe, postguerra. Y siempre desde el bando de los perdedores. De ese gobierno legítimo que fue traicionado por una parte de su ejército. De ese gobierno que, en gran parte, fue exterminado, mientras que los supervivientes tuvieron que callar y olvidar. Pero en esta ocasión los protagonistas son, por una vez, los ausentes. Los que agolpados en fosas comunes fueron objeto de las iras de los vencedores. Del egoísmo hacia sus propiedades. De la venganza.
Difuntos que permanecen en deshonrosas fosas de honor, rodeados de sus camaradas. Unos localizados y recordados por hijos y nietos. Otros, cada vez más, olvidados por el paso de los años y el fallecimiento de sus familiares directos. Un olvido al que todavía hoy se quiere condenar a esos españoles. Un olvido abismal del que Paco no puede rescatarlos, pero que si puede, al menos, denunciar con el lenguaje que tan bien se le da: el del cómic. Recuperarlos de El abismo del olvido.
Para ello, Paco Roca ha contado con la colaboración de Rodrigo Terrassa, periodista de larga trayectoria que, además de ejercer de coguionista junto al dibujante, ha aportado documentación que ha volcado en un artículo en el que veremos a los personajes reales que han inspirado este cómic, que como otros anteriores, se presenta en forma de álbum apaisado, el formato más clásico y entrañable del tebeo español, que enriquece esta obra del valenciano, un artista que sabe trasmitir sentimientos con su arte.
Porque si, porque hablar de Paco Roca es hablar del mejor autor de cómic español de todos los tiempos.
Paco Roca (Valencia, 1969) estudió en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Valencia. Aunque su trabajo se centra en los cómics, compagina su tiempo con la ilustración y las charlas y talleres. En el terreno de los cómics, su obra se ha traducido a una docena de países. Entre su bibliografía destacaEl juego lúgubre(2001), El Faro(2004), Arrugas (2007), Las calles de arena (2008), o El invierno del dibujante, (2010). Después de ilustrar La metamorfosis, de Franz Kafka, (2011) se embarcó en Los surcos del azar (2013), y ya en 2015 con La casa. Sus obra más reciente antes de Regreso al Edén ha sido El tesoro del cisne negro, (2018) con guion de Guillermo Corral, y Regreso al Edén (2020).
Algunos de sus cómics han sido llevados al cine como es el caso de Arrugas (Ignacio Ferreras 2011) que obtuvo el Goya a la mejor película de animación y al mejor guion adaptado; Memorias de un hombre en pijama (Carlos Fernandez de Vigo, 2018) o la serie La fortuna de Alejandro Amenábar, que adapta El tesoro del Cisne Negro, o la recientemente finalizada, La casa de Álex Montoya.
Paco Roca fue nombrado en 2016 hijo predilecto de su ciudad, Valencia.
Nueva cita con el imprescindible ‘Cine-Bis’

El décimo número de Cine-Bis se ha hecho esperar, pero la espera bien ha valido la pena. La que muy posiblemente sea la mejor publicación sobre cine que se edita en España, (algo que a su
editor bien seguro que no le gusta que lo diga), llega nuevamente cargada con artículos muy interesantes y otros que uno nunca podría haber imaginado cuanto le llegarían a interesar. Me explico: sólo soy capaz de disfrutar un extenso artículo sobre cine y toros si se hace con tanto minuciosidad y pasión como lo hacen Ángel Comas y el propio editor de la revista, Javier G. Romero. Más fácil lo tiene la Cine-Bis para cazarme con otros temas como el cine de justicieros, que se aborda ya desde la portada en un más que interesante artículo que firma Fernando Rodríguez Tapia, o con el magistral repaso que Daniel Aguilar da a los Yôkai en el cine, del que en este número se publica su primera entrega. A mí, que personalmente disfruto con las entrevistas extensas y realizadas por alguien que sepa con quien está hablando y que conozca la trayectoria del entrevistado, me han encantado las dos que se incluyen, una con la deliciosa Analía Gadé, cuyos recuerdos y álbumes fotográficos y de recortes de toda una vida artística han terminado danzando por tiendas online en injusto destino tras su muerte. Una querida actriz, pura historia del cine español, que tiene mucho que contar y así lo hace a David Pizarro. Por su parte Carlos Aguilar y Anita Haas realizan una fantástica entrevista al entrañable actor alemán Dan van Husen, un todoterreno habitual en aquel cine
rodado en Almería en régimen de coproducción en los años setenta en el que era una de sus presencias habituales. Cine-Bis tampoco pierde oportunidad de revisitar en detalle raras perlas del terror europeo como es el caso de la producción belga-italiana La Plus Longe Nuit du Diable /La Terrificante Notte del Demonio (Jean Brismée, 1971). Y finalmente, siempre atento a nuevas incorporaciones de interés, publican sus primeros artículos en Cine-Bis José Abad, que ofrece un exhaustivo vistazo a la filmografía que ha dado de sí Miss Marple, un personaje creado por Agatha Christie hoy, ciertamente, en el olvido. Y el especialista en cine de animación Adrián Encinas, con un extenso artículo sobre el maestro Jirí Tmka.
Y todo, como es habitual, regado con un buen número de imágenes, pero imágenes bien seleccionadas y de gran calidad, también cartelería y programas de mano, todo lo cual convierten este Cine-Bis en, como bien saben, una lectura imprescindible y un objeto bibliográfico de primer orden. Realizado con pasión, conocimientos y exhaustividad. Un trabajo por el cual vale la pena esperar el tiempo que haga falta y que hay que atesorar como lo que es -repito- la mejor publicación sobre cine que se edita en España.

Las lecturas de Serendipia: ‘Shock SuspenStories’ Vol. 1

SHOCK SUSPENSTORIES VOL. 1
Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 216 páginas a todo color
Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones. Tras completarse las dos colecciones que tenía en curso (Tales from the Crypt y Weird Science), comienza Shock SuspenStories, una de las más interesantes de EC Comics (y ya es decir) por su crítica directa hacia una sociedad que daba muestras sobradas, (eso sí, de puertas para dentro), de estar en avanzado estado de descomposición.
Shock SuspenStories se inició como auténtico cajón de sastre (que no desastre) de EC Comics. Como cuentan los mismos editores en la presentación que acompaña al primer número, la intención inicial de la colección era que incluyera una historieta de terror, otra de ciencia ficción, una de crímenes y, finalmente, una bélica. Un popurrí compuesto por los cuatro géneros que le habían dado más rédito a la editorial, aunque potenciando el impacto final. El shock. Pero la fórmula solo se cumplió en el primer número, algo que no es extraño, pues cuando hablamos de los cómics E.C., hablamos de, casi, un único género: el terror, alrededor del cual se desarrollan los diferentes géneros. Lo más importante es que, ya a partir del segundo número, se dio paso a incluir historietas que, vistas hoy, pero mucho más entonces, ponían el dedo en la llaga al señalar algunos de los trapos sucios del paraíso capitalista: racismo, paranoia anticomunista, linchamientos, abuso policial… temas que no eran habitualmente tratados en ningún otro medio y que encontraron su lugar natural en los E.C. Comics contribuyendo a, por un lado, educar a los jóvenes lectores (instruir deleitando), pero también a desatar las iras de los guardianes de la moral que muy pronto, tal y como vimos en otro capítulo, acabarían cuestionando, acusando y contribuyendo al fin de los revolucionarios cómics de Gaines.
El equipo creativo que se encontraba tras Shock SuspenStories no podía ser mejor: Al Feldstein a los guiones, a menudo en colaboración con Bill Gaines; y el arte de Jack Kamen, Wally Wood, Joe Orlando, Graham Ingels y Jack Davis. Sin duda un equipo ganador que consiguió sacar adelante los 18 números que con cadencia bimensual llegaron a los quioscos norteamericanos de febrero de 1952 a enero de 1955.
William Maxwell «Bill» Gaines (1922 – 1992)
William M. Gaines en su oficina de New York en mayo de 1990. (David Cantor)
Nacido en Brooklyn (NY), el padre de Bill, Max C. Gaines, fue uno de los creadores de la industria del cómic, cuyo inesperado fallecimiento en 1947, obligó a Bill a hacerse cargo del negocio familiar. Hasta entonces, al nuevo editor, los cómics no le habían interesado lo más mínimo, pero poco a poco se aficionó al medio y decidió realizar algunos cambios en la editorial fundada por su padre, que pasó de ser Educational Comics y publicar títulos como Historias ilustradas de la Biblia, a convertirse en Entertaining Comics, sello que cambiaría la historia del medio con la edición de sus tres títulos dedicados al terror: Tales from the Crypt, The Haunt of Fear y The Vault of Horror; los dos de ciencia ficción: Weird Science y Weird Fantasy (más tarde unidos en Weird Science-Fantasy); los dedicados a crímenes: Shock SuspenStories y Crime SuspenStories; el de género bélico: Front line combat; y de aventuras, Two-Fisted Tales y Piracy. A los que se les sumaron dos de carácter cómico: Mad y Panic. Un conjunto de títulos y un estilo que fue copiado pero nunca igualado por la competencia, y que a los buenos guiones, sumaba grandes ilustradores.
Pero a finales de la década de los cuarenta, la industria del cómic fue convirtiéndose, al igual que la del cine, en blanco de crecientes críticas debidas a su contenido violento y sexual, que se pensaba podía influir en los niños, lectores potenciales de cómics. El problema llegó a un punto crítico en 1948 con la publicación por el Dr. Fredric Wertham de dos artículos: Horror in the Nursery (en Collier) y La psicopatología de los cómics (en Revista Estadounidense de Psicoterapia). Como resultado, en 1948 se fundó la Asociación de Editores de Revistas de Cómics, con el fin de auto-regularse, pero resultó ineficaz y E.C. abandonó la asociación en 1950.
Johnny Craig, Al Feldstein y Bill Gaines
En 1954 todo se tambaleó con un nuevo ataque al medio, ahora en forma de libro, escrito nuevamente por el Dr. Fredric Wertham, La seducción del inocente, que terminó provocando una investigación del Subcomité del Senado sobre Delincuencia Juvenil, siendo los cómics que publicó Gaines los que más llamaron la atención del Congreso de Estados Unidos. En 1954, Gaines tuvo que testificar ante el subcomité, al mismo tiempo que una investigación federal provocaba una reorganización en las empresas de distribución de cómics y revistas pulp en todo Estados Unidos, conflicto que terminó provocando el desplome de las ventas y el cierre de varias editoriales.
Aunque los cómics salieron bien parados de la investigación, Gaines convocó una reunión con sus colegas editores y sugirió que la industria del cómic se reuniera para luchar contra la censura externa y ayudar a reparar la reputación dañada de la industria. Formaron la Asociación de Revistas de Cómics de América y su Autoridad del Código de Cómics. Pero el nuevo código CCA y sus reglas parecían haber estado creadas para terminar, en especial, con los cómics de Gaines: amplió las restricciones del ACMP y, a diferencia de su predecesor, el código CCA se aplicó rigurosamente y
todos los cómics requerían la aprobación del código antes de su publicación. Al no ser esto lo que Gaines pretendía, se negó a unirse a la asociación, que, entre sus nuevas reglas figuraba el prohibir las palabras «horror», «terror» o «raro» en la portada de los comic books. Así que cuando los distribuidores se negaron a gestionar muchas de sus cabeceras, que se publicaron sin el sello del Comic Code, Gaines puso fin el 14 de septiembre de 1954 a la publicación de sus tres títulos de terror y los dos SuspenStories. Pero eso solo fue el principio del fin.
Mirando de salvar su editorial, EC cambió de enfoque iniciando lo que se llamó New Direction, con una línea de cómics más realistas y que comprendían historias de médicos (M.D. y Psicoanálisis) y periodistas (¡Extra!), pero también aventuras (Aces High y Valor) y un equivalente de SuspenStories que se tituló Impact. La ciencia ficción en un cómic con otro nombre. Dado que las ediciones iniciales continuaban sin llevar el sello del Comics Code, los mayoristas se negaron a
distribuirlos, así que, después de consultar con su personal, Gaines comenzó a regañadientes a enviar sus cómics al Comic Code, que llevaron a partir del segundo número, bien visible, el sello en portada.
A pesar de la calidad que seguían teniendo las propuestas de E.C, este intento de renovación fracasó comercialmente y después del quinto número, todos los títulos de la New Direction fueron cancelados. Como recordaba el propio Gaines, «Saqué los seis primeros números, seis bimensuales, y vendieron entre el 10 y el 15 por ciento. No puedes creer lo horrendas que fueron las ventas. Y más tarde descubrí que era porque los mayoristas habían dicho: «¡a por él!» Y me atraparon».
La salvación vino de un lado inesperado. Gaines convirtió Mad en revista en 1955, en parte para mantener en plantilla a su talentoso editor, Harvey Kurtzman, que había sido tentado con ofertas de otros lugares, y también para evitar las restricciones del Comic Code. De todos modos, Kurtzman dejó Mad un año después y fue reemplazado por el prolífico Al Feldstein, mano derecha de Gaines, que supervisó Mad desde 1955 hasta 1986.
En 1961 Gaines vendió Mad a Premier Industries, un fabricante de persianas venecianas, pasando de mano en mano hasta llegar a formar parte del grupo Warner Communications, pero el viejo editor prosiguió siéndolo hasta el día de su muerte, que
se produjo a los 70 años, mientras dormía plácidamente en su casa.
Ateo convencido desde los 12 años, William M. Gaines se casó tres veces: la primera vez con su prima segunda Hazel Grieb mediante un matrimonio concertado por su madre. En 1947 se divorciaron. En 1955 Gaines se casó con Nancy Siegel, con quien tuvo tres hijos, Cathy (1958) , Wendy (1959) y Christopher (1961) y de la que se divorció en 1971. Finalmente, en 1987 se casó con Anne Griffiths, con la que permaneció casado hasta su fallecimiento cinco años después.
Un repaso pormenorizado de los contenidos de Shock SuspenStories Vol. 1
(Guiones: Al Feldstein)
SHOCK SUSPENSTORIES #1: febrero-marzo de 1952.
Inaugura la nueva colección Al Feldstein con una impactante portada que no hace referencia a ninguna de las historietas que contiene el cuaderno y que, temáticamente, podría pertenecer perfectamente a Crime SuspenStories. El resto de portadas de los siguientes números, todas relacionadas con alguna de las historietas del interior, serían ilustradas por Wally Wood.
Como ya hemos indicado, el plan original es que cada comic book
incluyera cuatro historietas de cuatro géneros diferentes: policíaco, terror, ciencia ficción y bélico. En el relato criminal ¡Un trabajo limpio! (The Neat Job!) Jack Kamen retrata a una abnegada ama de casa que tiene como marido a un puntilloso maníaco del orden. El final no se lo pueden imaginar, pero todo terminará en impecable orden, al gusto del marido. ¡Cobarde! (Yellow!) es la historieta bélica, pero tal y como EC entiende el género, con el terror como ingrediente principal. Jack Davis se encarga de dibujarla. ¡Los monstruos! (The Monsters!) es la historia de ciencia ficción y corre a cargo de Joe Orlando, cerrando Graham Ingels con una terrorífica ¡La alfombra! (The Rug!) en la que sucede algo al protagonista que muchos desearíamos sucediera a los defensores de la caza como deporte.
SHOCK SUSPENSTORIES #2: abril-mayo de 1952.
Palabras mayores. Aún mayores. El número se abre con una impactante portada de Wally Wood que hace referencia directa a la historieta que ilustra Jack Davis. Una imagen que podría suceder hoy mismo y no solo en Norteamérica: el linchamiento del diferente. Del disidente.
El cuaderno se inicia con ¡Sin salida! (Kickback!), una historia criminal ilustrada por Jack Kamen protagonizada por una joven y bonita esposa que cuida a su anciano (y millonario) marido, impedido e inmovilizado por un ataque cardíaco. Ustedes no pueden imaginarse el plan que pasará por la cabeza de la esposa cuando conozca a un atractivo joven. O si. Deja de deshojar la margarita (Gee, Dad…It’s a Daisy!) es una historia de ciencia ficción que demuestra que, donde las dan, las toman. ¡Los patriotas! (The Patriots!) es una de las
historietas más influyentes del cómic. Se celebra un desfile militar para celebrar el retorno de los soldados de la guerra de Corea. Todos los vitorean menos un individuo, actitud que llama poderosamente la atención de algunos de los ciudadanos que hay a su alrededor. Que pasarán a reaccionar cuando pase la bandera y este no salude ¿el resultado? una de las historietas icónicas de E.C. Comics y en general del noveno arte. Ghastly ilustra ¡Halloween!, con la que termina el número, una historia de terror que solo podría ilustrar Graham Ingels. Curiosamente, en la página de presentación del primer número se consultaba a los lectores sobre si estas últimas historias de terror deberían estar presentadas por alguno de los tétricos host de la editorial, algo que, al parecer, no importó al lector. También, en este número, los editores mostraron su interés de conocer la opinión de sus lectores sobre ¡Los patriotas!, sabedores de que por su temática, este tipo de historias podrían impactar a los aficionados.
SHOCK SUSPENSTORIES #3: junio-julio de 1952.

La reacción de los lectores ante la «arriesgada» (en palabras de los editores) historieta publicada en el anterior número no tarda en llegar. Tanto entusiastas «es importante que tengamos cuidado de no acusar a la gente sin pruebas. Se puede causar un daño irreparable a personas inocentes. Los Patriotas ilustra bien esta peligrosa tendencia que ahoga nuestra democracia«. Como en forma de crítica a los editores, «¡Creo que es terriblemente injusto representar al americano medio como una bestia salvaje y viciosa! Toda la historia me resultó muy exagerada. No creo que algo así pueda llegar a ocurrir«. E.C. no se amilana ante todo ello y tanto en este número, como en los
siguientes, volverá a añadir historietas en esta linea. En esta ocasión Wally Wood ilustrará ¡El culpable! (The Guilty!), una historia sobre racismo, linchamientos y abuso policial que, naturalmente, creará también división de opiniones entre los lectores. Pero antes, Kamen presenta su historia criminal con una reunión muy especial. Como para perder la cabeza en ¡El postre justo! (Just Desserts!), una historia que se caracteriza por tener una viñeta-shock final a toda página. Wood se encarga de la ciencia ficción en ¡El gran chasco! (The Big Stand-Up!) una historia de amor interplanetaria que resultará ser imposible. Cierra Graham Ingels con ¡Mala pata! (Stumped!), la historieta de la portada, protagonizada por tramperos a la búsqueda de pieles en parajes helados, donde uno de ellos tendrá, como reza el título, muy mala pata…
SHOCK SUSPENSTORIES #4: agosto-septiembre de 1952.
Continúan llegando a la editorial felicitaciones por las historietas «arriesgadas», de algunas de las cuales se reproducen fragmentos en la página de contacto con los lectores, Shock Talk. Kamen abre el número con ¡Un buen partido! (Split Second!), una historia criminal protagonizada por otra de las mujeres fatales que tan bien sabe retratar el artista y que, como
es habitual, pagará su maldad con la vida. La Shock SuspenStory del número es Confesión (Confession) en la que la gran protagonista será la corrupción policial y el abuso de autoridad. Ahí es nada. Wally Wood se encarga de ilustrarla, mientras Joe Orlando lo hace en ¡Estrictamente comercial! (Strictly Business!), la habitual historia de ciencia ficción con final (in)feliz que precede a la de terror de, en este caso, Jack Davis, que con ¡Golpe bajo! (Uppercut!) nos lleva a un ring de boxeo ¿tendrá el lector estómago para llegar hasta el final? Ya lo veremos.
SHOCK SUSPENSTORIES #5: octubre-noviembre de 1952.
Shock Talk, el correo de los lectores, pasa a ocupar el habitual espacio interior en la revista, como en las otras publicaciones, y allí van llegando las reacciones a las historias «comprometidas», tanto favorables como, en contra. Veamos dos de estas últimas: (…) «la historia del negro me resultó intolerable. No tengo prejuicios contra ninguna raza, pero la historia me impactó… me di cuenta de que podía llegar a ocurrir. Pero no creo que sea el tipo de historia que debe publicarse en un cómic«. O esta, quizás más furibunda: «He leído El culpable… Me parece que es la historia más desagradable, degradante y gratuita que ha llegado a mis manos. No encuentro el sentido a su cómic… ¡Cada vez que se plantea un problema de minorías, se pone como ejemplo a los negros!». Pues como si fuera en respuesta a estas dos cartas, este quinto número nos lleva desde de su portada a un nuevo escenario desolador: el de un lichamiento realizado por unos hombres con armas y sin
escrúpulos. Una de las mejores portadas de E.C. Comics y de Wally Wood. A continuación, tras un anuncio de Mad, revista que, paradójicamente, será la única que sobrevivirá de la editorial, Kamen ilustra su habitual historia criminal, ¡Vía Crucis! (Well-Traveled!), protagonizada por un marido que verá materializados dos de sus sueños… para desgracia de su esposa. ¡Odio! es la Shock SuspenStory del número que se referencia en portada. También realizada por Wally Wood, en ella se demuestra que el antisemitismo no es algo que sea patrimonio exclusivo de la Alemania nazi. La ciencia ficción llega de la mano de Joe Orlando con A flor de piel (What Fur?!), que tiene un argumento bastante similar a Deja de deshojar la margarita, historieta incluida en el segundo número. El mensaje es idéntico: hay que respetar la naturaleza y a todas las especies. Jack Davis nos trae el terror (aunque también podría funcionar como Crime SuspenStory), con ¡Un fiambre muy sabroso! (Cold Cuts!), cuyo título en español deja bien poco a la imaginación.
SHOCK SUSPENSTORIES #6: diciembre de 1952-enero de 1953.
Sin ningún tipo de sutileza y demostrando mucho valor, tras una portada que ofrecía los efectos de un linchamiento en el número anterior, en este nos encontramos con otra que hace una nada velada referencia al Ku-Klux-Klan, también realizada por Wally Wood, y que corresponde a ¡Bajo la máscara! (Under Cover!), una historia también ilustrada por Wood en la que una mujer es castigada (y ejecutada) por relacionarse con «los elementos más viles de nuestra sociedad«. Un alegato anti racista que no se queda tan solo en eso, pues muestra como este grupo de encapuchados está compuesto por las propias fuerzas vivas del sistema, que «¡A salvo bajo sus máscaras de prejuicios, estos traficantes encapuchados de odio racial, religioso y político siguen actuando!» (…)»¡Es hora de denunciar a estos
usurpadores de nuestras libertades constitucionales!«.
Kamen abre con una impactante escena de bella y bestia para ¡Acierto mortal! (Dead Right!) en la que la protagonista descubrirá, muy tarde, que no hay que dejarse llevar por los vaticinios y cantos de sirena de pitonisas y adivinas, aunque de hacerlo, hay que interpretar bien las señales si no se quiere llevar una muy desagradable sorpresa. En ¡Ablandado! (Not so Tough!), Joe Orlando nos lleva nuevamente a una misión espacial que, en este caso, finaliza de modo sorprendente por culpa del abuso de autoridad del despótico comandante de la nave. El horror cerrará, una vez más, la publicación, y ¿quién mejor que «Ghastly» para hacerlo? junto a él conoceremos a Una vieja muy dulce (Sugar ‘n Spice ‘n) nada amiga de los niños…
De los árboles del Sur cuelga una fruta extraña,
sangre en las hojas y sangre en la raíz,
cuerpos negros balanceándose en la brisa del Sur,
extraña fruta colgando de los álamos.Billie Holiday cantaba en Strange fruit (extraña fruta) de Abel Meeropol, sobre una extraña fruta que crecía en los árboles del Sur, una fruta extraña creada provocada por turbas de paletos racistas que temían la pérdida de sus privilegios. Y lo cantaba en una canción que el sello habitual de la artista, Columbia, se negó a grabar, lo que obligó a que Billie Holliday la registrara para otro sello, Commodore. Una canción que terminó convirtiéndose en estandarte de la campaña contra los linchamiento y canción protesta del colectivo negro en su lucha por los derechos civiles.
El linchamiento, la muerte de personas por la acción extrajudicial de una muchedumbre, ha existido en Estados Unidos sobre todo desde finales del siglo XVIII hasta la década de los 60 del siglo xx. Así, entre 1880 y 1970, se linchó a 3265 negros, 1082 blancos, 71 mexicanos, 38 indios, 10 chinos, y un japonés.
El linchamiento en los estados del sur se asocia con la reimposición de la supremacía blanca tras la Guerra de Secesión y alcanzó su punto álgido a finales del siglo XIX y a principio del XX, tras la retirada del Sur de las tropas federales, y la toma de control de las asambleas legislativas estatales por parte de los demócratas sureños: se aprobaron nuevas normas constitucionales y electorales para evitar que los negros y muchos blancos pobres se inscribieran en el censo electoral. Los inscritos fueron castigados con violencia si votaban, o para evitar que votasen. Se promulgaron una serie de leyes de segregación racial para restablecer la supremacía blanca y se instauró la
segregación racial entre negros y blancos, otorgando un estatus de segunda clase a los ciudadanos de piel negra. También se produjeron linchamientos por el control de las tierras. Tan alto fue el índice de violencia que se vivía, que entre 1910 y 1970 se produjeron dos grandes oleadas de migraciones de ciudadanos negros hacia las ciudades del norte y del medio oeste. Así, 6,5 millones de negros americanos abandonaron el sur.
Los motivos para que se produjera un linchamiento eran de lo más variados. Solo un tercio de las víctimas negras eran acusadas de violación o intento de violación (aunque se alegaban infracciones sexuales muy a menudo para justificar el crimen). La acusación más habitual era asesinato o intento de asesinato, seguida por una lista de infracciones que incluían agresión verbal o física, competencia desleal o independencia mental. Se formaron multitudes blancas de linchamiento para
restaurar lo que se consideraba orden social. La «política» de linchamientos solía conducir al asesinato de las víctimas por multitudes blancas. En ocasiones, las fuerzas de seguridad participaban directamente, o mantenían al sospechoso en la cárcel hasta que se formaba un gentío que perpetraba el crimen. Con frecuencia las víctimas morían a manos de pequeños grupos de vigilantes blancos a altas horas de la noche. No obstante, en ocasiones los linchamientos se convirtieron en un espectáculo de masas con un ambiente circense destinado a poner de relieve el poder de la mayoría. A menudo los linchamientos se anunciaban antes en periódicos, y se sabe que se organizaban para que los periodistas tuvieran tiempo de escribir sus artículos. Incluso los fotógrafos aprovechaban para realizar fotos y venderlas a los periódicos y editores de postales. Los linchamientos se solían publicitar como amenaza velada para afroamericanos y para cualquiera que incumpliera las normas sociales.
Menos del 1% de los participantes en turbas de linchamiento fueron condenados por tribunales locales. A finales del siglo XIX, los jurados de la mayoría de los estados del Sur estaban compuestos solo por blancos, porque los afroamericanos habían sido eliminados del censo electoral y solo los votantes registrados podían formar parte de un jurado. Gracias a los jurados, estos delitos rara vez iban más allá de la investigación.
A comienzos del siglo XX, los linchamientos eran un deporte fotográfico en Estados Unidos. La gente enviaba postales de linchamientos que había presenciado. Esta práctica era tan indigna que un colaborador de Time escribió en el año 2000 que «ni siquiera los nazis cayeron tan bajo como para vender recuerdos de Auschwitz, sin embargo, las escenas de linchamiento se convirtieron en un floreciente departamento de la industria de las postales. Hacia 1908, el comercio había crecido
tanto, y la práctica de enviar postales de las víctimas de estos asesinatos se había hecho tan repugnante que el Director General de Correos de EE.UU. prohibió enviarlas por correo».
En 1915, tres sucesos resaltaron las tensiones raciales y sociales: el juicio y linchamiento de Leo Frank, el estreno de la película El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, D.W. Griffith, 1915) y el resurgimiento del Ku Klux Klan, que entre 1910 y 1930 adquirió poder y popularidad en las ciudades con mayor ritmo de crecimiento, alcanzando su máximo número de miembros e influencia alrededor de 1925.
El asesinato en 1915 cerca de Atlanta (Georgia) de Leo Frank, judío americano director de una fábrica, adquirió gran resonancia. Al principio, los relatos de los periódicos sensacionalistas hicieron que la ira popular se concentrase en Frank, declarado culpable del asesinato de Mary Phagan, una joven empleada en su fábrica. Frank fue condenado después de un juicio plagado de defectos en Georgia, y sus apelaciones fueron desestimadas. Cuanto el gobernador conmutó la pena de
muerte impuesta a Frank por cadena
perpetua, una turba autodenominada «Caballeros de Mary Phagan» lo sacó de la prisión de Milledgeville (Georgia) y lo linchó.
En la década de los 30 varias organizaciones comunistas se unieron para apoyar la eliminación del linchamiento. Muchos sureños se sentían agraviados por lo que consideraron una «interferencia» en los asuntos locales. Según uno de los investigadores, un blanco de Tuscaloosa dijo: «Lo único que faltaba eran judíos de Nueva York entrometiéndose y propagando ideas
comunistas».
Varias obras literarias y películas retrataron algunos de estos asesinatos cometidos por turbas furibundas, destacando cintas como Furia (Fury, 1936), la primera película norteamericana de Fritz Lang; Matar a un ruiseñor (To Kill a Mockingbird, 1962) de Robert Mulligan, basada en la novela de Harper Lee; o Conspiración de silencio (Bad Day at Black Rock, 1955) de John Sturges, pero los cómics de E.C., se adelantaron en la denuncia contra el racismo y los linchamientos por religión o raza. Su denuncia sigue abierta y su mensaje vigente hoy en día.
En febrero llega…’Vermin: la plaga’
Ya disponible el póster oficial de Vermin: la plaga, la ópera prima del director francés Sébastien Vaniček, nueva apuesta de terror que coloca a los protagonistas en una crisis local con la invasión de unas arañas que van multiplicándose hasta el punto de dejar a la población en cuarentena permanente.
Sinopsis: Kaleb está a punto de cumplir 30 años y nunca ha estado más solo. Está peleando con su hermana por un asunto de herencia y ha cortado los lazos con su mejor amigo. Apasionado por los animales exóticos, un día llega a casa con una araña muy venenosa que accidentalmente escapa. Estas rápidamente se reproducen y los habitantes del edificio intentarán sobrevivir a una plaga que se sale de control.
Vermin: la plaga llega a los cines el próximo 2 de febrero tras pasar por la Sección Oficial del Festival de Cine de Sitges y hacerse con el Premio Especial del Jurado. también participó fuera de competición en la Clausura de la Semana de la Crítica de Venecia, así como en el Fantastic Fest (Sección Oficial), donde se alzó como Mejor Película de Terror y Mejor Director, el Festival de Salónica (Midnight), el Festival de Chicago (After Dark) y la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián como película de apertura. También en Molins Terror y en Isla Calavera, el Festival de Cine Fantástico de Canarias.El reparto lo conforman Finnegan Oldfield (La emperatriz rebelde), Sofia Lesaffre (Memorias de París), Jérôme Niel (¡Vaya clase!), Théo Christine (Skam France) y Lisa Nyarko. Entre las peculiaridades del proyecto, encontramos que se utilizaron arañas reales para todas sus escenas. La única forma, según cuentan sus productores, de crear una auténtica pesadilla arácnida.El director Sébastien Vaniček decidió llevar la acción al territorio que él más conoce de primera mano: la suburbia. Alejada de la extrañeza del cine de autor y de lo caricaturesco de las comedias nacionales. El director relata lo siguiente: «Es una película de género que te sacude hasta la médula, te conmueve, te hace temblar, porque me parece que a través de las emociones acabas irremediablemente implicado. Quiero hacer una película por la que valga la pena pagar la entrada, un espectáculo por el que merezca la pena ir al cine«.
Sébastien Vaniček creció en los suburbios parisinos. Siempre le ha gustado dibujar, sobre todo cómics. A los 15 años robó la videocámara de su padre y empezó a filmar insectos. Después descubrió el montaje, la importancia del sonido y desarrolló su amor por las artes visuales. Realizó la mayoría de sus cortometrajes con su entusiasta grupo de amigos. En la actualidad, Sébastien Vaniček es ganador de varios premios internacionales de cortometrajes. Vermin: la plaga, su primer largometraje, es una película de género con un importante punto de vista social: un «horror natural» en el que las arañas sirven de alegoría.
Póster de ‘Cazafantasmas: Imperio Helado’
Primer cartel de Cazafantasmas: Imperio Helado, la nueva entrega de la exitosa saga basada en la película Cazafantasmas (1984) de Ivan Reitman, dirigida por Gil Kenan que se estrena el próximo 29 de marzo exclusivamente en cines.
SINOPSIS
La familia Spengler regresa al lugar donde empezó todo-el icónico parque de bomberos de Nueva York- para formar equipo con los Cazafantasmas originales, que han desarrollado un laboratorio de investigación ultra secreto para llevar la caza de fantasmas al siguiente nivel. Pero cuando el descubrimiento de un antiguo artefacto desata una fuerza maligna, los nuevos y los viejos Cazafantasmas deben unir sus fuerzas para proteger su hogar y salvar al mundo de una segunda Edad de Hielo.
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Bidean jarraituz, por el camino de Bingen Mendizábal
Mientras veo parpadear el cursor en la pantalla llamando a unas palabras que aún no llegan, recuerdo las de Bernardo Atxaga sobre la inexistencia de la página en blanco. Para el
guipuzcoano, aunque no seamos conscientes, tenemos la idea de qué vamos a escribir antes de que nos pongamos a hacerlo. Bingen Mendizabal le escucha en su monitor mientras le arranca al parpadeo en la pantalla notas que han de conjugarse en el pentagrama para acompañar sus timbres y sus acentos y, así, hacerlos aún más armoniosos, más agudos, más sabios. El escritor reflexiona sobre el crear y el compositor crea, al oírle, el abanico sonoro de esa reflexión. Discurso y música se complementan y se interpelan. Crear oyendo a otro creador que está creando cierra una espiral perfectamente ajustada a la proporción áurea. Si a ello añadimos la acción de un tercer creador que filma al músico que compone mientras escucha al escritor que discursa, entonces ya tenemos la cuadratura del círculo. Bidean jarraituz (Siguiendo en el camino) es la piedra rosetta que nos permite descifrar el secreto de la naturaleza del creador, esa suma de humanidad y destreza.
Si Mendizabal convierte en notas las imágenes, Aitor López de Aberásturi recorre el camino inverso y trueca la música en escena. Así de co-implicadas están las dos artes de la duración. Cine y música son dos formas de tratar el tiempo, que desembocan en el ritmo. Y el ritmo es una de las mejores bazas de Bidean jarraituz (Siguiendo en el camino). Con el hilo del compositor en su estudio musicando un documental, López de Aberásturi engarza en el suyo testimonios, del propio músico y/o de terceros, que parecen darse la réplica unos a otros, como si estuviéramos ante una obra coral. Y, así, el director va llevando al espectador de la mano para mostrarle la humildad del genio, desde sus inicios roqueros en los 80, hasta su vuelta a la música en vivo en pequeños locales, después de haber disfrutado de los laureles éxito con sus bandas sonoras. Sin perder el compás, esta crónica de una vida dedicada al arte musical forja en la mente de la audiencia una idea clara: es porque ha huido del oropel de la fama, que Bingen Mendizabal ha conseguido lo más difícil, conservar pura la auténtica esencia de la creatividad. Una esencia que no lleva otro atavío que el de la generosidad.

Para ser buen músico hay que recordar siempre que lo más importante es ser buena persona. Por eso, en este documental, que es el primero en nuestra cinematografía dedicado a un compositor de cine español, se dedica el mismo espacio al hombre que a su obra. Y hablan los amigos por encima de los profesionales (aunque algunos sean lo uno y lo otro). Y los vídeos privados tienen tanta cabida como los fragmentos cinematográficos. Porque, por encima de todo, la semblanza quiere ser el retrato sensible de un alma sensible. Es un canto a la bondad y sencillez de un ser tocado por el don de la fidelidad a lo(s) suyo(s). Una gracia que le ha permitido desestimar las metas y valorar los trayectos. Una virtud que le ha valido el reconocimiento profesional y la admiración personal a partes iguales. Solo así se remontan las crisis, la económica (2008), que arruinó a la incipiente industria cinematográfica vasca, las otras más privadas, que dejan rastros agridulces en el paladar. Nuestro compositor es un sobreviviente y por eso mismo está llamado a perdurar. Bidean jarraituz (Siguiendo en el camino) es una primera piedra sobre la que asentar su memoria, la de él sobre sí mismo al protagonizar el documental y la que de él se fragua en nosotros al visionarlo. El cine, como la música, es potencialmente mnemónico.
Aitor López de Aberásturi ha recorrido un largo trayecto hasta ver su documental estrenado en cines, más de cinco años de trabajo y dedicación, micromecenazgo incluido. Pero ya podemos decir desde aquí que ha valido la pena el esfuerzo. Porque, igual que hay que imaginar a Sísifo feliz cuando regresa a buscar la piedra que infructuosamente trata de subir a la cima, es necesario que de vez en cuando alguien nos recuerde que lo importante es seguir en el camino más que afanarnos en llegar.
Bidean jarraituz (Siguiendo en el camino) puede disfrutarse en streaming en Filmin: https://www.filmin.es/pelicula/bidean-jarraituz-siguiendo-en-el-camino
‘B-Retina’ 2024 reunirá los cruces cinematográficos más extraños e imposibles

IT´S A MATCH!: Los cruces cinematográficos más extraños e imposibles protagonizarán la novena edición del festival B-RETINA, que se celebrará del 19 al 22 de septiembre en Cornellà de Llobregat
Los cruces cinematográficas más extraños e imposibles protagonizarán la novena edición de B-RETINA, el Festival de Cinema Sèrie B de Cornellà de Llobregat, que se celebrará del 19 al 22 de septiembre de 2024 en el Auditori Sant Ildefons (Plaça Carles Navales S/N), con una selección de títulos nacionales e internacionales que “entusiasmarán a los seguidores del cine de bajo presupuesto más irreverente y lúdico”, como señalan desde la organización.
¿Se imaginan a Billy el Niño luchando contra Drácula? ¿O a Son Goku contra Súper Mario? O incluso, por más inverosímil que parezca, ¿se podría traer a Bruce Lee de la muerte para unirse a Popeye El Marino y al Pequeño Saltamontes? Estos son solo algunos de los locos ejemplos que podrían sorprender a los asistentes al evento.
Y es que B-Retina explorará a fondo el concepto anglosajón de “crossover” en su vertiente más excéntrica y, para que se entienda la propuesta, los responsables citan algunos títulos de culto como Billy El Niño Contra Drácula (1966), Capitán América Y El Santo Contra Spiderman (1973), Sadako Vs Kayako (2016) o El Dragón Ataca (1977), donde un imitador de Bruce Lee lucha contra James Bond, Clint Eastwood y otros inesperados personajes. Son películas que no necesariamente formarán parte de la programación, pero que permiten hacerse una idea de lo que el público puede esperar.
Después del gran éxito conseguido en la octava edición, que registró cifras de asistencia récord llenando el aforo del Auditori Sant Ildefons, B-RETINA promete elevar la apuesta con una novena entrega que hará volar la imaginación de los espectadores a altitudes impensables. Para conseguirlo también contarán nuevamente con invitados de prestigio y todo tipo de actividades paralelas, entre las que volverá a destacar el Concurso Internacional de Cortometrajes.
“B-RETINA es un festival único en toda Cataluña que da visibilidad a películas pequeñas que no llegan a los cines ni a las plataformas tradicionales, pero que igualmente merecen el respeto y la admiración del público”, explican los organizadores. En este sentido, se enorgullecen de haber logrado convertirse en “una cita imprescindible para aquellos cinéfilos dispuestos a pasarlo en grande con experiencias cinematográficas totalmente fuera de lo común”.
Como miembro del TAC (Terror Arreu de Catalunya), B-RETINA participa también en la programación del Festival de Cinema de Sitges, el Festival de Cine Cardoterror y el FantBoi de Sant Boi de Llobregat. Cabe destacar que desde el año 2018, B-RETINA es miembro del Catalunya Film Festival y organiza distintas actividades durante el año relacionadas con el género, como la participación en la última edición del Saló del Cinema i de les Sèries.

Sosias de el ‘pequeño saltamontes’, Bruce Lee y Popeye…
Ya en cines ‘Historia de un vecindario’ de Yasujirô Ozu

Historia de un vecindario (長屋紳士録, 1947), una de las películas menos conocidas del maestro japonés Yasujirô Ozu, se estrena por primera vez en cines de nuestro país y en su versión restaurada en 4K este martes 12 de diciembre, coincidiendo con el 120 aniversario del nacimiento del director, y el 60 aniversario de su muerte.
Sinopsis: En el Japón de la postguerra, un hombre encuentra en la calle a un niño perdido y lo lleva a su casa, pero nadie quiere acogerlo, ni siquiera por una noche. Finalmente, lo hace una viuda de agrio carácter. Al día siguiente, la mujer lleva al niño a su barrio y averigua que el padre se ha marchado a Tokio y lo ha abandonado.
Historia de un vecindario se presentó este año y en su versión restaurada en Cannes Classics del Festival de Cannes y en la sección Klasikoak del Festival de San Sebastián.
La película está protagonizada por Chôko Iida (El hijo único), Hôhi Aoki (Una gallina en el viento), Chishû Ryû (El colegio es un lugar agradable), Mitsuko Yoshikawa (Hermanos y hermanas de la familia toda) y Eitarô Ozawa (Los amantes crucificados), entre otros.
Yasujirô Ozu es considerado uno de los mejores cineastas de todos los tiempos. Su trabajo fue raramente mostrado en el extranjero antes de la década de los sesenta. No empleó el sonido hasta 1935, ni tampoco el color hasta 1958. En 1961 se celebró una retrospectiva de las películas de Ozu en el Festival de Cine de Berlín, donde el director y su obra recibieron la atención mundial. Rodó un total de 53 películas, 26 de ellas en sus primeros cinco años como director. Y todas menos tres con los estudios Shochiku. Murió a los 60 años, pero su obra sigue influyendo a directores tanto de Japón como de otros países de todo el mundo, como Jim Jarmusch, Wim Wenders, Claire Denis, Aki Kaurismäki y Hou Hsiao-hsien.
Wim Wenders comenta en su documental Tokyo-Ga (1985): «Si en nuestro siglo hubiera alguna cosa sagrada, si existiese algo como el sagrado tesoro del cine, para mí sería la obra del director japonés Yasujirô Ozu (…). Por mucho que sea típicamente japonés, este cine es, al mismo tiempo, universal. Yo he reconocido a todas las familias del mundo entero, y también a mis padres, a mi hermano y a mí mismo. Para mí, el cine nunca había estado, ni antes ni después, tan cerca de su esencia y de su objetivo: ofrecer una imagen del hombre de nuestro siglo… una imagen útil, verdadera y válida con la que identificarse, pero, sobre todo, desde la cual se puede aprender algo de uno mismo».
En febrero llega… ‘Madame Web’
Cartel de Madame Web, la película en la que conoceremos el origen de esta enigmática heroína de Marvel que encarna en la pantalla Dakota Johnson, dirigida por SJ Clarkson (Toast, Anatomía de un escándalo ) y que llegará el próximo 14 de febrero en exclusiva a los cines de toda España.
SINOPSIS
Mientras tanto en otro universo… Con un giro dentro del clásico género, Madame Web cuenta la excepcional historia del origen de una de las heroínas más enigmáticas de Marvel, Cassandra Webb, una paramédica en Manhattan que podría tener habilidades clarividentes. Obligada a enfrentarse a sucesos que se han revelado de su pasado, crea una relación con tres jóvenes destinadas a tener un futuro poderoso… si consiguen sobrevivir a un presente mortal.
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Póster y tráiler de «L’home dels nassos», que se estrena en cines el 19 de enero
L’home dels nassos nos adentra en una leyenda que se ha transmitido de generación en generación dentro del imaginario catalán. El personaje que da nombre a la ópera prima de El filme acaba de ser presentado en el Festival de óperas primas de Almeria y está protagonizado por Pablo Derqui e Ivan Benet, y cuenta con la participación de Jeannine Mestre, Mercè Llorens, Pep Munné, Maria Molins, acompañados de los jóvenes Salli Diallo, Miranda Munné y Lluc Miravete.relata una historia de amistad, familias, mentiras y traiciones. Una película que navega entre la mitología y la memoria histórica, que es candidata a los Premis Gaudí y llegará a las salas de cine de la mano de Filmax el próximo 19 de enero.
L’homme dels nassos es una historia de época que combina aventura y fantasía, tomando la leyenda de un ser mitológico (L’home dels nassos) para cimentar un relato que tiene sus orígenes en el folklore catalán y se sirve del contexto histórico ambientado en los años 30 y 60, donde la mentira y el silencio se han impuesto durante décadas.
El filme acaba de ser presentado en el Festival de óperas primas de Almeria y está protagonizado por Pablo Derqui e Ivan Benet, y cuenta con la participación de Jeannine Mestre, Mercè Llorens, Pep Munné, Maria Molins, acompañados de los jóvenes Salli Diallo, Miranda Munné y Lluc Miravete.
El mito de l’home dels nassos:
L’home dels nassos es un ser mitológico. Un hombre que tiene tantas narices como días tiene el año y al que solo se le puede ver durante el día 31 de diciembre. En tierras catalanas, se explicaba la existencia de l’home dels nassos a la chavalería, que salía a la calle el día de fin de año para buscarlo. Para unos, se trataba de una broma de los adultos y de un engaño: si tenía tantas narices como días tiene el año, el día 31 de diciembre solo le quedaría una nariz y, por tanto, sería indistinguible de cualquier otro hombre. Los niños salían en búsqueda de un hombre con centenares de narices y nunca lo encontraban. Pero, por otro lado, la leyenda tiene también algunas connotaciones menos inocentes. L’home dels nassos también servía a los adultos para disuadir a los niños de decir mentiras. De hecho, se decía que l’home dels nassos podía oler las mentiras. Los niños mentirosos estaban en peligro porque l’home dels nassos se los podría llevar. Existían dos formas para esquivar este peligro: confesar las mentiras o hacer un nudo en una cuerda, simbolizando la mentira, y quemarla. De este modo l’home dels nassos no podía olerla y los niños quedaban fuera de peligro.
L’home dels nassos es una coproducción de Aguacate & Calabaza Films, Turanga Films, Lhome de los nazarenos AIE e Inaudita. Es una coproducción cultural con la productora francesa Halley Production. Cuenta con el apoyo de 3Cat, el ICEC, TMV y CREA SGR. Filmax distribuirá la película en las salas de cine y también se encarga de las ventas internacionales.
https://www.youtube.com/watch?v=A7l1TnWcdgY&ab_channel=Filmax
‘Codón es un máquina’: Norberto Ramos del Val vuelve… ¡y no viene solo!
Codón es un máquina, la nueva experiencia cinematográfica de Norberto Ramos del Val, el invicto rey del cine independiente español (¡Ni te me acerques!, Call TV, Matando el tiempo y un larguísimo etcétera), es una película completamente improvisada, carente de vergüenza, padrinos, ni logotipos oficiales, rodada sin más equipo que la colaboración, con otra cámara, de otro auténtico personaje del indie patrio: César del Álamo.
Sinopsis: Dos cuarentones con problemitas se disponen al fin a hacer esa película con la que llevan por lo menos 10 años amenazando a todos sus conocidos. Se vienen tan arriba que ya están rodando el making of. No saben aún si va a ser una de aventuras, como quiere el iluso Codón, o si es mejor tirar a por la enésima “alcarraxploitation” como pretende el manipulador Frankie. Les veremos cómo divagan sobre el cine, cómo lo critican todo de muy poco políticamente correctas
maneras y hasta cómo se arrancan a hacer un casting loquísimo en busca de su actriz protagonista pese al pequeño problema de no tener ni guión ni puñetera idea de lo que están haciendo. Y es que, lo que tampoco sospechan, es que ellos mismos están en las terribles manos de un loco peligroso.
Una jornada veraniega de grandes risas y trabajo intenso se convierten, ahora, en una serie de proyecciones-evento durante las cuales los mediáticos Ángel Codón y Paco Fox, protagonistas de este falso documental, se unirán al director para presentar y comentarlo con el público asistente en animada, provocadora y un tanto anti-sistema y divertida charla cinéfila.
Ángel Codón es experto diseñador de videojuegos, pero también guionista, cronista pop, poeta, cómico y crítico de cine, que con su podcast cinematográfico TDC (Tiempo de Culto) y las proyecciones que organiza, tiene un gran séquito de enfervorecidos fans por medio mundo de habla cervantina.
Paco Fox es bloguero (Vicisitud y Sordidez), podcaster (Foxverso), programador de la Cutrecon (el festival de cine cutre de Madrid), Youtuber de mediana edad empeñado en perder seguidores, y muchas, muchísimas cosas más.
A ambos se les unen actrices como Elena de Lara, Eva García-Vacas, Ruth Armas, Jorge Páez, Daniel Retuerta, Ruxandra Oancea y Natalia Bilbao. ignorantes, totalmente, del desprestigio que podía suponerles formar parte del elenco de Codón es un máquina y de que se les relacionara con ellos y, sobre todo, con su director, Norberto Ramos del Val, que con Summertime (2012) puso cara al denominado cine lowcost, y que lleva muchos años (hay quien piensa que demasiados) realizando, de manera insensata, largometrajes independientes sin que se intuya una finalidad a todo ello, pero que han podido verse en festivales de medio mundo y en plataformas. Su enfermiza filmografía mezcla, sin ningún tipo de prejuicio ni pudor, comedias (Faraday, Amor tóxico) con cine fantástico (Matando el Tiempo, Lucero, El último fin de semana) e incluso inclasificables experimentos fílmicos, como el que nos ocupa.
La experiencia de cómo se creó esta película prácticamente de la nada; sus filias y fobias cinematográficas personales; mil anécdotas relativas, graciosas y no tanto; y diferentes sorpresas, que no tienen todas porqué ser agradables, animarán cada pase de Codón es un máquina, un evento durante el cual, además, podrán agredir a sus responsables en caso de que el film no haya cubierto totalmente las expectativas en él depositadas. O en caso contrario, hacerse una selfie con la que presumir ante sus amistades de conocer a tres tipos absolutamente desconocidos.

Paco Fox desatado mientras Ruxandra Oancea no sabe qué hacer para que no se la reconozca
Para que dispongan de un recuerdo de todo ello, y también poder demostrar a quien se lo pida que la pesadilla que vivió durante la proyección-evento al que acudió era real, y no producto de drogas adulteradas, a partir del 15 de diciembre la película estará disponible en formato físico en una edición muy especial en bluray, cargada de extras y sorpresas que, ahora sí, podrán, si así lo desean, regalar a sus peores enemigos.
Vengan todos a descubrir y divertirse con la película que acabará de una vez por todas con ese cine necesario que no le importó realmente nunca a nadie. Y con el cine en general como evento social.
Estreno mundial en Sevilla el próximo sábado día 9 de diciembre en los cines Nervión Plaza a las 12 del mediodía (venta de entradas). Y el viernes siguiente, gran estreno en Madrid en el Cine Paz a las 22h del 15 de diciembre (venta de entradas)
VAMOS DE ESTRENO * Miércoles 6 de diciembre de 2023 *

ROBOT DREAMS (Pablo Berger, 2023)
España/Francia. Duración: 102 min. Guion: Pablo Berger y Sara Varon (Basado en la novela gráfica de Sara Varon) Música: Alfonso de Vilallonga Compañías: Arcadia Motion Pictures, Noodles Production, Les Films du Worso, RTVE, Movistar Plus+ Género: Comedia dramática
Sinopsis: Dog es un perro solitario que vive en Manhattan. Un día decide construirse un robot, un amigo. Su amistad crece, hasta hacerse inseparables, al ritmo del Nueva York de los ochenta. Una noche de verano, Dog con gran pena, se ve obligado a abandonar a Robot en la playa. ¿Volverán a encontrarse?
Robot Dreams es una deliciosa película
de animación sobre la vida y el amor que se mira en la tradición del anime japonés a la hora de poner en movimiento a sus personajes. Protagonizada por Dog, un perro solitario que vive en Manhattan y que decide comprarse un robot armable para tener compañía. No sabemos si los androides sueñan con ovejas eléctricas, pero el de Berger sí tiene inquietudes y sentimientos: se sorprende y se entusiasma con todo lo que descubre en sus primeros pasos; se emociona hasta la risa con lo divertido y se entristece con lo infortunado, colmando los días de Dog con una amistad que va más allá de lo que éste había esperado. La que les une es, como la Annie Hall de Woody Allen, casi una historia de amor. Viven momentos mágicos que afianzan sus vínculos en un crescendo de felicidad que se diría no va a conocer fin. Pero toda comedia que se precie tiene su punto de inflexión dramático. Por un accidente Dog debe abandonar a su robot en la playa la última tarde del verano, la burocracia impedirá que vuelva con ayuda hasta el siguiente, y lejano, verano. Las estaciones se suceden parsimoniosas y la suerte que correrá cada uno juega en contra del feliz reencuentro. Ambos acabarán reiniciando su vida con nuevas compañías. Habrá un momento en el que sus caminos estarán a punto de volver a cruzarse, pero ¿Acaso sería deseable y justo que ello sucediese? El primer amor existe para vivir en nuestra memoria, idealizado e intocable, mientras lo sensato se impone, como si fuera ese beso que Peter Pan dejó prendido en las comisuras de los labios de Wendy.
Basada en el cómic de idéntico título de Sara Varon, editado por Norma, Pablo Berger traslada la acción a Nueva York (en la historieta no se concreta la ubicación) que, a la postre, se convierte en un protagonista más. Y firma el guion junto a la autora de la novela gráfica, a la que prometió que “respetaría el espíritu y el alma de la obra original”, algo con lo que Sara Varon está totalmente de acuerdo, llegando incluso a afirmar que “la película es más divertida”. El director también habló, durante la rueda de prensa que se celebró en el festival de Sitges, sobre la banda sonora de Alfonso de Vilallonga, con el que vuelve a trabajar, y de cómo en una película que no tiene diálogos, “la música es la voz de los personajes”. Para el director era muy “importante que la banda sonora representara a la perfección la ciudad de Nueva York.” Earth, Wind & Fire y su canción September nunca ha sonado tan bien y ha trasmitido tanto buen rollo como en Robot Dreams. A pesar de que suene admonitoriamente con las torres gemelas de fondo.
Paco Roca (Valencia, 1969) estudió en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Valencia. Aunque su trabajo se centra en los cómics, compagina su tiempo con la ilustración y las charlas y talleres. En el terreno de los cómics, su obra se ha traducido a una docena de países. Entre su bibliografía destaca










Pero a finales de la década de los cuarenta, la industria del cómic fue convirtiéndose, al igual que la del cine, en blanco de crecientes críticas debidas a su contenido violento y sexual, que se pensaba podía influir en los niños, lectores potenciales de cómics. El problema llegó a un punto crítico en 1948 con la publicación por el Dr. Fredric Wertham de dos artículos: Horror in the Nursery (en Collier) y La psicopatología de los cómics (en Revista Estadounidense de Psicoterapia). Como resultado, en 1948 se fundó la Asociación de Editores de Revistas de Cómics, con el fin de auto-regularse, pero resultó ineficaz y E.C. abandonó la asociación en 1950. 
todos los cómics requerían la aprobación del código antes de su publicación. Al no ser esto lo que Gaines pretendía, se negó a unirse a la asociación, que, entre sus nuevas reglas figuraba el prohibir las palabras «horror», «terror» o «raro» en la portada de los comic books. Así que cuando los distribuidores se negaron a gestionar muchas de sus cabeceras, que se publicaron sin el sello del Comic Code, Gaines puso fin el 14 de septiembre de 1954 a la publicación de sus tres títulos de terror y los dos SuspenStories. Pero eso solo fue el principio del fin.
distribuirlos, así que, después de consultar con su personal, Gaines comenzó a regañadientes a enviar sus cómics al Comic Code, que llevaron a partir del segundo número, bien visible, el sello en portada.
se produjo a los 70 años, mientras dormía plácidamente en su casa.
De los árboles del Sur cuelga una fruta extraña,
El linchamiento, la muerte de personas por la acción extrajudicial de una muchedumbre, ha existido en Estados Unidos sobre todo desde finales del siglo XVIII hasta la década de los 60 del siglo xx. Así, entre 1880 y 1970, se linchó a 3265 negros, 1082 blancos, 71 mexicanos, 38 indios, 10 chinos, y un japonés.
segregación racial entre negros y blancos, otorgando un estatus de segunda clase a los ciudadanos de piel negra. También se produjeron linchamientos por el control de las tierras. Tan alto fue el índice de violencia que se vivía, que entre 1910 y 1970 se produjeron dos grandes oleadas de migraciones de ciudadanos negros hacia las ciudades del norte y del medio oeste. Así, 6,5 millones de negros americanos abandonaron el sur.
restaurar lo que se consideraba orden social. La «política» de linchamientos solía conducir al asesinato de las víctimas por multitudes blancas. En ocasiones, las fuerzas de seguridad participaban directamente, o mantenían al sospechoso en la cárcel hasta que se formaba un gentío que perpetraba el crimen. Con frecuencia las víctimas morían a manos de pequeños grupos de vigilantes blancos a altas horas de la noche. No obstante, en ocasiones los linchamientos se convirtieron en un espectáculo de masas con un ambiente circense destinado a poner de relieve el poder de la mayoría. A menudo los linchamientos se anunciaban antes en periódicos, y se sabe que se organizaban para que los periodistas tuvieran tiempo de escribir sus artículos. Incluso los fotógrafos aprovechaban para realizar fotos y venderlas a los periódicos y editores de postales. Los linchamientos se solían publicitar como amenaza velada para afroamericanos y para cualquiera que incumpliera las normas sociales.
Menos del 1% de los participantes en turbas de linchamiento fueron condenados por tribunales locales. A finales del siglo XIX, los jurados de la mayoría de los estados del Sur estaban compuestos solo por blancos, porque los afroamericanos habían sido eliminados del censo electoral y solo los votantes registrados podían formar parte de un jurado. Gracias a los jurados, estos delitos rara vez iban más allá de la investigación.
tanto, y la práctica de enviar postales de las víctimas de estos asesinatos se había hecho tan repugnante que el Director General de Correos de EE.UU. prohibió enviarlas por correo».
muerte impuesta a Frank por cadena
perpetua, una turba autodenominada «Caballeros de Mary Phagan» lo sacó de la prisión de Milledgeville (Georgia) y lo linchó.
comunistas».
Sébastien Vaniček creció en los suburbios parisinos. Siempre le ha gustado dibujar, sobre todo cómics. A los 15 años robó la videocámara de su padre y empezó a filmar insectos. Después descubrió el montaje, la importancia del sonido y desarrolló su amor por las artes visuales. Realizó la mayoría de sus cortometrajes con su entusiasta grupo de amigos. En la actualidad, Sébastien Vaniček es ganador de varios premios internacionales de cortometrajes. 




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