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Diario de Serendipia en Sitges 2022: Retorno a la normalidad. Primera cápsula

Tras dos años «especiales» por las causas por todos conocidas, vuelve el Festival de Sitges sin restricción de aforos y sin necesidad de máscara, todo lo cual es un gran alivio. También vuelven masivamente el público y la prensa disidente. Ya estamos (casi) tod@s de nuevo en casa y se masca el entusiasmo y las ganas de festival en el ambiente. 

Serendipia ya está en Sitges y nuevamente instalado al lado mismo de l’Auditori. Este año, a diferencia de ediciones anteriores, no ha tenido casi dificultades en conseguir todas las entradas deseadas. De nuevo cuatro salas: Auditori, Tramontana, Retiro y Prado ya estan listas para entrar en acción. Además de otros espacios como el Fnac, donde el número de presentaciones no fue tan abultado como en otras ocasiones, pero que siempre sirvió como lugar de esparcimiento y un stand de Pokeepsie Films, ya saben, la productora de Álex de la Iglesia y su socia y esposa Carolina Bang, en el cual podían verse diversas piezas pertenecientes a las últimas producciones de la compañía dirigidas por el bilbaíno: la serie televisiva 30 monedas (2020) y Veneciafrenia (2021). Además de una escultura que representaba a Pazuzu, el rey de los demonios del viento de la mitología mesopotámica, una figura hallada en Irak y depositada en el Louvre que fue popularizada en El exorcista y que guarda relación con una nueva producción que está en ciernes y que nos pidieron no desveláramos… 

Todo dispuesto, así que ¡arrancamos!


JUEVES 6


Y lo hacemos, al igual que en la anterior edición, con una cinta perteneciente a la sección Noves Visions, Brian and Charles (Jim Archer, 2022), una fábula fantástica con altas dosis de comedia protagonizada por Brian (David Earl) un inventor de objetos absurdos e inútiles que vive alejado del mundo en un valle de Gales y cuya matería prima se compone, principalmente, de basura. Un día con, entre otros artilugios, una lavadora y una cabeza de maniquí,  fabricará un homúnculo para combatir su soledad. Así, durante una tormenta eléctrica, Charles (Chris Hayward), que es el nombre que ha recibido el proyecto, cobrará vida. Rodada a la manera de falso documental, Brian and Charles está basado en el cortometraje homónimo que su director rodó en 2017 y por el que recibió en Cannes la medalla de oro en los Young Directors Awards.

Las encantadoras vicisitudes de este inventor y su creación, que deja en paños menores al profesor Franz de Copenhague situándose más cerca del Dr. Frankenstein (o Fronkonstin), resultaron ideales para comenzar un festival que parecía no tener grandes títulos, o mejor dicho, sin películas que a priori pareciesen especialmente sugestivas, pero que finalmente mostró varios ases ocultos, tantos que terminó convirtiéndose en una edición de lo más interesante. Todo lo cual no impidió que desde el primer día hubiera quien comentara, insisto, desde el primer día, que se trataba de la programación más floja en 20 años. Ahí es nada. Pero no fue así, ni mucho menos.

El certamen se inauguraba con Venus, una cinta de Jaume Balagueró producida por Pokeepsie e incluida dentro del subsello The Fear Collection. Hemos de confesar que, al contrario de lo que sucede con Álex de la Iglesia, cuyo último cine está consiguiendo distanciarnos de él como director, esto no ocurre con Balagueró. Su universo sigue resultándonos muy sugerente. Un imaginario que se manifiesta de manera más o menos efectiva en cada nueva cinta, pero siempre dentro de la coherencia. Venus, basada lejanamente, como todo lo que se ha inspirado en la obra del recluso de Providence, en un cuento de Lovecraft (The Dreams in the Witch House), es un retorno a la oscuridad que se inicia en forma de thriller y que se desarrollará, en su mayor parte, en el ficticio edificio Venus de Madrid, un terrorífico bloque de extrarradio en el que la protagonista, Lucía (una excelente Ester Expósito), tendrá que luchar contra unos mafiosos (convincentemente  caracterizados) y otros peligros mucho más temibles. Balagueró aúna sus dos querencias en una sola cinta el thriller y el terror, y lo hace con solvencia sin que la película se fracture en ningún momento y con guiño incluso a uno de sus viejos cortometrajes. Sectas, imaginería católica, eclipses, canciones de Mari Trini, mucha sangre y unas gotas de humor, Venus nos parece una de las más películas más redondas que ha realizado Jaume Balagueró en los últimos tiempos. Un eficaz  retorno a su imaginario más propio, en el que incluso aprovecha para darle una vuelta de tuerca a sus obsesiones, estén muy pendientes de un dato: el significado biblíco del nombre de la súperprotagonista es ‘La que nació con la primera luz del día’, lo cual, visto de otro modo, es la que trae la luz. Y luego piensen en qué representa la oscuridad en el cine de Balagueró.

El día lo completamos con Resurrection (Andrew Semans, 2022), cinta perteneciente a la Sección Oficial Fantastic Competició del festival en la que su protagonista, Margaret (impecable Rebecca Hall), encarna a una madre sobreprotectora que cría a su hija adolescente (Grace Kaufman) en soledad y que un día verá como su traumático pasado irrumpirá en su vida encarnado por David, (Tim Roth en uno de sus papeles más odiosos). ¿Qué sucedió entre Margaret y David?¿A qué teme Margaret? Desmadejar ese ovillo hará asomar el hilo troncal de toda la trama y nos veremos asomados al abismo del maltrato psicológico llevado hasta su máxima expresión, toda una relación de dominio-sumisión. Un daño permanente que, aunque se logre superar y se pueda reingresar en la sociedad, bastará una leve sospecha para que la víctima vuelva a caer en el esquema de la sumisión. Semans podría haber acudido a los mimbres del drama para contar la historia de Margaret, pero, en vez de ello, opta por los parámetros más tensos del thriller. ¿Es una cinta de género? esa es la pregunta del millón, hay un terror real, el qué siente y sufre la protagonista, y un camino sin retorno para matar ese miedo, para acabar terminando con un desenlace en el que la fantasía del personaje y la realidad que vive es indiscernible para el propio espectador. Si acaso no es género, sí resulta más terrorífica que cualquier secuela de Halloween. Un filme inclasificable protagonizado por la actriz británica que unos prefieren recordar por Vicky Cristina Barcelona (2008) de Woody Allen pero que a nosotros nos encandiló con Christine (2016), de Antonio Campos, una película basada en un hecho real que narra los últimos días de una periodista que se suicidó durante la emisión en directo de un programa televisivo que presentaba.

Habrá quien diga que tres películas para un día no son mucho. Y les respondemos desde aquí que radicalmente no, pero quedaban muchas jornadas por delante y había que ahorrar fuerza y munición, sin ir más lejos, para el segundo día de festival, durante el cual Serendipia se metería entre pecho y espalda ni más ni menos que seis películas. Una detrás de otra. Con una duración que oscilaba entre los 105 y los 130 minutos. De 8,15 de la mañana a más de las 10 de la noche. Pero no nos adelantemos, eso será en la apretada segunda cápsula. Mientras tanto, les dejamos el maravilloso primer making of realizado por nuestro amigo Quim Crusellas y su equipo, una delicia que refleja todo el colorín y el glamour del festival. Disfruten con su magnífica selección musical.

 

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