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Nace ‘Isla Calavera’ Festival de Cine Fantástico de Canarias
El próximo otoño tendrá lugar en Tenerife un evento sin precedentes en el Archipiélago. Entre el miércoles 15 y el domingo 19 de noviembre se celebrará la primera edición del Festival de Cine Fantástico de Canarias Isla Calavera, una iniciativa de la asociación cultural Charlas de Cine, la publicación especializada Tumbaabierta e Innova 7, con la colaboración del Cabildo Insular de Tenerife, Multicines Tenerife y la Fundación Cine+cómics, que permitirá disfrutar de una programación dedicada al género fantástico que engloba proyecciones, charlas, mesas redondas y otras actividades.
El Festival Isla Calavera se celebrará en los Multicines Tenerife (C.C. Alcampo, La Laguna) y se compondrá de: Sección Oficial a concurso de cortometrajes, Selección de Largometrajes (fuera de concurso), Proyección de Clásicos del Género y Preestrenos exclusivos. El programa contempla una serie de actividades paralelas cuyo plato principal serán los encuentros con los invitados nacionales e internacionales del festival cuyos nombres se desvelarán muy pronto.
Para anunciar las fechas de celebración, el Festival de Cine Fantástico de Canarias – Isla Calavera estrena cartel teaser inspirado, al igual que su nombre, en el enclave de ficción imaginado por vez primera para la película de aventuras ‘King Kong’, de 1933, uno de los títulos claves en la historia del género fantástico.
Isla Calavera está codirigido por Ramón Trujillo, codirector del Aula de Cine de la Universidad de La Laguna y de Charlas de Cine, y Daniel Fumero, fundador de Tumbaabierta y el estudio de diseño Limbo Kids.
14 Festival Nits de Cinema Oriental del Vic: la crónica (1ª Parte)
El canto del gallo YouYou, realizado por Xevidom, ilustrador de cabecera del festival, ha dado puntualmente los buenos días al público de las Nits de Cinema Oriental que de nuevo han llegado a Vic ofreciendo una magnífica selección de largometrajes y actividades, tanto para el público de Vic, como para los que nos desplazamos a esta ineludible cita en la que todos aprendemos a valorar y disfrutar de unas cinematografías y culturas poco o nada conocidas en occidente.
Demos pues un vistazo a lo que dieron de sí estas seis Nits comenzando por su…
SECCIÓN OFICIAL
Al igual que el pasado año, las Nits de Cinema Oriental han otorgado tres categorías de premio: premio del jurado, premio de la crítica y el habitual premio del público. También los gatos de la suerte han cambiado de diseño pasando a tener un aspecto más realista.
Las cintas que han tenido acceso a estos premios han sido, como también es casi norma en este festival, de todo género y provenientes de diversos países orientales. Pasamos a comentarlas comenzando por el país anfitrión de este año, China, que participó en el certamen con siete cintas de un total de dieciséis largometrajes a competición.
Mountain Cry (Larry Yang, 2016) es un bello canto al amor, más aún, al sacrificio por amor. Larry yang nos trae un acendrado relato, aunque no exento de ciertos tintes sórdidos, que se desarrolla en el montañoso condado de Pingshun, un bello marco rural del que el director ha sabido extraer el mayor partido y al que le ha dado sentido narrativo. El paisaje no es solo un marco, es usado también (casi sobre todo) como una expresión de los sentimientos de su protagonista femenina (esos planos de ella entrando en comunión jubilosa con ese entorno montañoso cada atardecer). Yueting Lang compone con su excelente interpretación un personaje complejo y carismático. La actriz figura también en el reparto de la película de clausura, Extraordinary Mission (Alan Mak y Anthony Pun, 2017) y ya pudimos verla en la edición del pasado año en la memorable The Office (Hua li shang ban zu, 2015) de Johnnie To, director con el cual debutó en Blind Detective (Man Tam, 2013) dos años antes. En Mountain Cry tiene el protagonismo absoluto y su trabajo interpretativo es memorable, Lang expresa todo mediante su lenguaje corporal y los matices de su semblante que habla por sí mismo, como una estrella del cine mudo, y es que el trauma que define a su personaje lo dejó sin voz. El único pero que podría ponérsele a esta película, que retrata tan bien los temores de una comunidad rural china (siempre hostigada por los comisarios políticos), es que el último giro de guión carga excesivamente las tintas del drama. Aunque no fue nuestra favorita, no deja de ser merecido el premio del jurado con el que se alzó.
Del drama a la comedia con Cook Up a Storm (Jue zhan shi shen, Wai Man Yip, China-Hong Kong, 2017), película que explota la fiebre de los concursos culinarios televisivos que, como podemos comprobar, asola a todas las civilizaciones. Cook Up a Storm parte del enfrentamiento entre dos cocineros, uno representa la cocina tradicional china, el otro, educado en Europa, personifica la innovación, la fusión de oriente y occidente. La rivalidad inicial acabará, como se podía prever, en una amistad que les llevará a competir con el mejor cocinero del mundo, competición en la que estarán en juego no sólo las dotes culinarias sino también los sentimientos. Simpática y muy bien resuelta, aunque predecible, tiene el mérito de conseguir que los combates entre cocineros resulten tan emocionantes y tensos como una lucha marcial. Una película para toda la familia que se ofreció en La Bassa dels Hermanos, sin duda su lugar natural.
Duckweed (Cheng feng po lang, 2017) es la segunda película escrita y dirigida por Han Han y en ella se nos narra el agitado viaje al pasado de su protagonista, interpretado por Chao Deng (reconocido por ser el actor principal de la trilogía de Gordon Chan, The four). Durante su traslación temporal conocerá a su padre joven, a su madre (que había muerto antes de que él tuviera conciencia) e incluso a sí mismo recién nacido. Junto a su padre y su banda correrán aventuras e intentará, por error, engañar a su padre con su futura madre. Todo ello en una divertida y correcta fantasía de amor y amistad, muy bien diseñada en lo que se refiere a ambientación de los años noventa (acertado resulta ver cómo las expectativas de futuro de aquella década no se corresponden con lo que en verdad llegó) y que, inevitablemente, trae al espectador occidental la memoria de las aventuras de Marty McFly en la seminal Regreso al futuro (Back to the Future, Robert Zemeckis, 1985). En el papel de padre del protagonista tenemos a Eddie Peng, uno de los intérpretes más solicitados de su país. En España hemos podido verle recientemente en La gran muralla (The Great Wall, Yimou Zhang, 2016) y en la edición de las Nits de 2014 se proyectó la magnífica Umbeatable (Ji Zhan, 2013) de Dante Lam que coprotagonizaba y que ganó el premio máximo en aquella ocasión. Duckweed conquistó a la crítica que la votó como la mejor cinta de esta edición.
Shock Wave (Hong Kong-China, 2017) es un emocionante, aunque algo deshilvanado, thriller de acción dirigido por el prolífico Herman Yau. Su protagonista (encarnado por la estrella Andy Lau) es un artificiero de la policía , blanco de la venganza de un criminal cuyos planes desbarató cuando estuvo infiltrado en su organización. Mucha acción, tiros, emoción y, por supuesto, explosiones, en una película sin final feliz, con un desenlace dramático de rompe y rasga, que busca trasegar las emociones del público. Una cinta perfecta para clausurar las noches en la Bassa dels Hermanos.
La animación china también tuvo su representación a concurso con McDull Rise of the Rice Cooker (Brian Tse, China-Hong Kong, 2016) una película de difícil catalogación. Que conecta con el público infantil pudimos comprobarlo ante el entusiasmo de alguno de los pequeños asistentes, pero también con el adulto a razón del anonadamiento generalizado que dejó en los que se aventuraron a vivir esta bizarra experiencia. Una ‘extraña película’, tal y como nos la definió Andrew Leavold ¿Culto instantáneo? ¿Pesadilla lisérgica? No sabemos qué decir, pero sin duda es inolvidable y divertida. Estamos seguros de que volveremos a saber del cerdito McDull y el resto de personajes que, surgidos del mundo del Manga, han vivido cuatro aventuras en cine, todas ellas escritas y dirigidas por su creador, Brian Tse.
Por su parte las dos últimas películas del festival, que se ofrecieron en el confortable Cinema Vigatà, fueron el amargo drama One Night Only (Matt Wu, 2016) y la explosiva Extraordinary Mission (Alan Mak, Anthony Pun, 2016). Rodada en régimen de coproduccion con Taiwan, la cinta de Matt Wu se desarrolla en un ambiente nocturno de juego, prostitución y dudosas compañías, en el que todo es posible. Un entorno sórdido cuya sordidez se ve aliviada por el humor que destila el filme. La película pasa de la comedia a la acción más desorbitada, sin olvidar el melodrama que conduce a la redención de la «descarriada» protagonista (aunque después tenga que dejar este mundo, faltaría más). Y si hablamos de acción hay que hablar de Extraordinary Mission, que cerró el festival dejando un magnífico sabor de boca en el público de las Nits, una película que contaba con la garantía de estar dirigida por el dúo que creó la saga de culto Infernal Affairs.
De China vamos a Hong Kong, que además de con las mencionadas co-producciones junto a China, estuve presente en el festival con tres largometrajes bien diferentes, Mrs. K, The Posterist y Vampire Cleanup Departament.
Mrs. K (Yuhang Ho, Hong Kong-Malasia, 2016) es un producto clásico del cine de Hong Kong, repleto de acción y artes marciales, pero que posee el atractivo adicional de contar con la presencia de varios actores y actrices veteranos, sobre todo su protagonista, Kara Wai, una reconocidísima actriz en activo desde los años setenta, durante los cuales vivió el esplendor de los estudios Shaw, hasta la actualidad. Con una carrera plagada de reconocimientos, ha decidido cerrar su carrera en este género con esta cinta. Con esquema de western, el filme recoge influencias del cine de acción occidental (léase Tarantino), un género, por otra parte, fuertemente marcado por el oriental, toda una paradoja. Aunque las coreografías las pone la cámara, más que los actores, y la tensión la banda sonora más que la construcción de la trama, no deja ser un funcional entretenimiento dirigido por Yuhang Ho. El realizador ya había tenido ocasión de trabajar con Kara Wai en su cuarta película, el drama At the End of the Daybreak (Sham Mo, 2009). A la actriz se suma, en esta ocasión como villano, otro reconocidísimo actor de este género, Simon Yam. Mrs. K se proyectó en programa doble junto a la retrospectiva Las garras de la tigresa (My Young Auntie, Liu Chia-Liang, 1981) protagonizada por la misma actriz, sesión que se había organizado así porque se pensaba contar con la presencia de Kara Wai como invitada en las Nits. Lamentablemente, por compromisos de trabajo, a la actriz le fue imposible estar presente en el festival.
Vampire Cleanup Departament (Gao geung jing dou fu, Sin-Hang Chiu y Pak-Wing Yan, 2017) es un homenaje a las películas de vampiros chinos saltarines de los ochenta, recuperando incluso a alguno de los participantes de aquellas comedias terroríficas como Chin Shiu-Ho, que si en Mr. Vampire (Geung si sin sang, Ricky Lau, 1985) interpretaba al alumno de un maestro taoísta, aquí ya pasa a encarnar al maestro. También cuenta la película con el veterano cómico Richard Ng, al que pudimos ver en Las garras de la tigresa. La cinta tiene la virtud de contener algunas escenas terroríficas muy atmosféricas, sobre todo la que se desarrolla bajo el agua del lago, sin embargo, está más cerca de la comedia que del terror. Una comedia romántica con vampiros de fondo que tiene como objetivo al público joven. Es merecido destacar a la debutante y expresiva Min Chen Lin como la delicada vampira que, muda, debe expresar todo un arco de sentimientos tan solo con la expresividad de su rostro, cosa que consigue con nota esta actriz a la que esperamos ver en más producciones.
The Posterist es un magnífico documental dirigido por Hui See-Wai, hijo del actor Michael Hui (el Mr. Boo de las comedias de los ochenta), que versa sobre Yueng Tai-Yung, ilustrador de más de 200 carteles de películas durante un período que cubre de 1975 a 1992, la edad de oro del cine de Hong Kong. En el documental, magníficamente estructurado, veremos su trabajo, conoceremos su forma de pintar y la opinión de admiradores, colegas de profesión, actores y directores de la época. Todo ello en una jornada hacia la creatividad de este hacedor de sueños autodidacta, con el que viajaremos al cine de otra época y su estética, de cuyo recuerdo Yueng Tai-Yung es, en gran parte, responsable, pues muchos de sus carteles son más recordados que las películas que anunciaban. Un documental que fue objeto de una merecida mención especial por parte del jurado.
Menores en número, pero no por ello menos importantes, fueron las contribuciones de Japón, India, Corea del Sur y Filipinas. Japón, una de las filmografías más variadas, trajo una comedia: Moriyamachu Driving School; una locura inclasificable, Tetsudon, the Kaiju Dream Match; y la pieza favorita de Serendipia de esta edición, el drama sobrenatural Strange Tales of Love and Strangers.
Moriyamachu Driving School (Moriyama chû kyôshûjo, Keisuke Toyoshima, 2016) es una comedia con tintes negros. En ella unos personajes de lo más variopinto, un aprendiz de yakuza y un joven estudiante que se habían conocido en el instituto, coincidirán en una autoescuela ilegal para sacarse el carnet de conducir, lo que dará pié a situaciones absurdas. Una historia que no deja de ser la (tan recurrida) de aquel verano en el que envejecimos tanto, que significó un punto de inflexión y que marcó la entrada en la madurez. Relato de crecimiento que no deja de lado los correspondientes amoríos estivales y las amistades (in)quebrantables. Bravo por Keisuke Toyoshima por hacer original algo contado innumerables veces. Una cinta que funciona muy, muy bien. Y hubiera funcionado aún mejor vista al aire libre, opción que tuvieron que descartar los programadores como contamos más adelante.
De Tetsudon, the Kaiju Dream Match no les diremos mucho, tan solo que es una experiencia que hay que vivir, al menos, una vez en la vida. De momento es la segunda ocasión que se celebra en Vic, ambas con el alma mater del asunto, Hoshino Hisao, animando el cotarro que consiste en una recopilación de cortometrajes, a cada cual más loco, y que en esta ocasión tuvo los Kaiju Eiga como nexo temático. Sobrevivir a Tetsudon no está en mano de todos y parece que es un mal que se extiende, pues también el festival Crypthshow se ha sumado a la Tetsudomanía y en la última y reciente edición proyectaron uno de sus dementes recopilatorios, con gran éxito de público, además.
Strange Tales of Love and Strangers (Ren’ai kitanshû, Raita Kuramoto, 2017) fue para nosotros LA película de las Nits, pese a algunas inclemencias que pudieron restarle protagonismo. Y es que mucho nos extrañó que esta intimista cinta se proyectara en la Bassa dels Hermanos pues no es, ni mucho menos, el tipo de película que el público del festival se espera en esa ubicación. Nos hubiera parecido más acertado que hubiera intercambiado su lugar con la de la tarde en el Vigatà (la comentada Moriyamachu Driving School) Y no andábamos desencaminados, pues tal y como nos aclaró el director del certamen, Quim Crusellas, esa era la intención que tenían los programadores, pero por exigencias del director de Strange Tales of Love and Strangers, Raita Kuramoto, presente en el festival, se proyectaron invertidas (al parecer más tarde el director reconsideró su elección, pero ya era tarde y los programas estaban impresos). De modo que, con una desacostumbrada algarabía infantil que no permitió al público de las primeras filas concentrarse durante la primera media hora de la cinta, se proyectó al aire libre esta hermosa historia de amor y fantasmas que habría obtenido más reconocimiento de ser mejores las condiciones de su visionado (o eso queremos pensar porque nos enamoró hasta el punto de votar por ella como favorita). Su joven director, que junto a una de las actrices, Yao Aining, presentó la película en la Bassa, avisó de que era probable que el público se durmiera a tenor del ritmo que había imprimido a su película. Toda una exageración (y una captatio benevolentiae, pues con su hipérbole buscaba la complicidad del público). De ningún modo es una película lenta, su tempo es el preciso y exacto para desarrollar el relato de vidas cruzadas que nos cuenta. Yuwen es una joven taiwanesa que llega a Fukishima gracias a un programa de intercambio para continuar sus estudios. Aunque dice no creer en el amor, mientras va avanzando su dominio del japonés ira aumentando su comprensión de la cultura nipona y de las relaciones sentimentales. Este relato de aprendizaje pone el acento en la extranjería como cualidad y condición de extrañamiento. Así, se puede ser extranjero en tierra propia, vivir extrañado de los supuestamente nuestros, incluso siendo ajeno a todo humano. Ese es el caso de Meursault, el protagonista de El extranjero de Camus, libro de compañía de Yuri, la única amiga de Yuwen. Yuri es el pivote en torno al que giran todos los personajes, asaetados por la culpa y el dolor. Yuri y su eterno abrigo rojo. Yuri, la fantasma. Yuwen es la única que puede verla, la condición de extranjería las hermana más allá de la muerte, la comunión de ambas jóvenes resultará ser el catalizador que liberará de sus cargos a todos los que la conocieron, haciendo además que les sea más amable la presencia de la muerte. Strange Tales of Love and Strangers funciona con la precisión de un mecanismo de relojería, nada hay gratuito en sus dos horas de metraje, el tiempo justo y necesario para que se cierren todas las historias paralelas que contiene. Cada una de las acciones de los personajes está íntimamente ligada con las de los demás aunque a simple vista pueda no parecerlo, casi como un puzzle, o mejor, como esas fichas de dominó que van cayendo unas sobre otras hasta construir un paisaje completo. Delicada como una brizna de hierba en primavera, profunda como el más hondo de los océanos, así es la segunda obra de Raita Kuramoto un director al que habrá que seguir la pista.
Corea del Sur nos ofreció una única película pero… ¡Qué película! Escogida como favorita por el público que le concedió su premio, Fabricated City (2017), segunda cinta de su director, Kwang-Hyun Park, tras 12 años sin volver a ponerse tras la cámara, es un thriller vertiginoso como tan solo parecen saber hacer los coreanos, sólo ellos parecen tener el sentido del espectáculo necesario y el esmerado dominio de los recursos de la intriga necesario para alumbrar filmes electrizantes como el que nos ocupa. En él prima la acción, por supuesto, pero con un argumento salpicado de fantástico, videojuegos, y freaks tecnológicos entre los que no falta el fenómeno, -de momento- mayoritariamente oriental (sobre todo japonés), de los hikikomoris, jóvenes que se han sumido en un aislamiento extremo en sus habitaciones con la única salida de Internet. Todo engarzado en una maquinaria perfecta que in-crescendo va mezclando drama carcelario, ciencia-ficción, comedia y thriller de acción hasta dejar al espectador sin respiración. Sin lugar a dudas uno de los platos fuertes de esta edición de las Nits que el público supo valorar.
Filipinas sorprendió con una propuesta muy occidentalizada que mezclaba animación e imagen real, Saving Sally (Avid Liongoren, 2016), largometraje que fue precedido por Josephine (2017), una magnífica pieza corta de animación perteneciente al mismo director. Liongoren nos trae en su opera prima un derroche de imaginación con el que nos introduce en la vida de sus imaginativos personajes, Marty, un joven estudiante que dibuja cómics, y su mejor amiga, Sally, un inventora de ingenios. El conflicto nace cuándo Marty se enamora de Sally y… no es correspondido. Al contrario, Marty se vera obligado a hacer de intermediario entre Sally y su enamorado. Un auténtico pagafantas es Marty. A lo que hay que añadir el problema de que los monstruos que dibuja lo acompañan a todas partes. Diez años tardó Liongoren en terminar esta poética combinación de animación e imagen real con toques de alegoría y referencias a la cultura pop, el steampunk y los videojuegos.
Finalizando la sección oficial no nos olvidamos de la India ¡Cómo hacerlo! si ofreció otro trallazo de baile, música, acción, violencia, belleza, músculos, fantásticos escenarios -149 minutos dan para mucho- y… ¿Michael Jackson sin Michael Jackson? Pues si. Munna Michael (2017) está protagonizada por Munna, un joven –interpretado por el mazas Tiger Shorff– fan fatal de Michael Jackson desde la cuna que participará bailando en un concurso televisivo de esos que han invadido las parrillas de todo el mundo. No suena ninguna canción del Rey del Pop, más bien se insinúan, pero… qué más da. Como dice el protagonista: Michael Jackson nunca morirá. Ofrecida en primicia mundial, Munna Michael cuenta, además de con el protagonista de Baaghi (2016), cinta que nos hizo bailar al estilo Bollywood en la anterior edición de las Nits, con el mismo director de aquella, Sabbir Khan un equipo que, por cierto, está preparando la secuela, Baaghi 2. ¡El acabose! Y es que Munna no pelea… ¡Munna pulveriza!
Como puede verse otra de esas secciones oficiales de lo más completitas a las que nos tiene bien acostumbrados el equipo de las Nits. Pero hubo más: retrospectiva Kung-Fu Girls, animación, sesiones golfas… todo ello y mucho más en la segunda entrega de este artículo.
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