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VAMOS DE ESTRENO (o no) * Viernes 19 de febrero *

19 febrero 2016 Deja un comentario

DIOSES (Bogowie, Lucask Palkowski, 2014) 

Polonia. Duración: 120 min. Guión: Krzysztof Rak Música: Bartosz Chajdecki Fotografía: Piotr Sobocinski Jr. Productora: Watch Out Productions Género: Drama

Reparto: Tomasz Kot, Piotr Glowacki, Szymon Piotr Warszawski, Magdalena Czerwinska, Rafal Zawierucha, Marta Scislowicz, Karolina Piechota, Wojciech Solarz, Arkadiusz Janiczek, Cezary Kosinski, Konrad Bugaj, Magdalena Kaczmarek, Magdalena Wróbel … Nurse Michalina, Milena Suszynska, Jan Englert, Wladyslaw Kowalski, Zbigniew Zamachowski, Marian Opania, Malgorzata Lata, Kinga Preis

DiosesSinopsis: Basada en hechos reales, cuenta la historia del cirujano Zbigniew Religa, quien hizo el primer trasplante de corazón exitoso en Polonia en los años 80 en contra de la opinión de sus colegas y luchando por sacar adelante su propia clínica. Religa, al atreverse a trasplantar un corazón humano, rompió barreras morales, culturales y religiosas.

Con atmósfera sórdida y gris, repleta de humo de cigarrillos y ceniceros llenos de colillas, se nos narra, casi en tono de aventura, la epopeya del visionario doctor Religa, en su empeño en realizar un trasplante de corazón con éxito en aquella Polonia que estaba viviendo el final del comunismo y en la que las estructuras de estado comenzaban a zozobrar. Gore, comedia, emoción y quizás un exceso de metraje en una de las pocas cintas polacas que narran con un tempo vivaz. Su director no podría haber escogido un actor más creíble para el papel, el gigantesco Tomasz Kot con sus luciferinas cejas nos lleva de un lado para otro, nos intoxica y nos contagia con su energía, determinación y también desesperación, mientras que la banda sonora, compuesta a base de palpitaciones, va marcando el ritmo.

EL MAL QUE HACEN LOS HOMBRES (The Evil That Men Do, Ramón Termens, 2015)

España. Duración: 94 min. Guión: Daniel Faraldo Música: Yuval Ron Fotografía: Sergi Bartrolí Productora: Segarra Films Género: Thriller

Reparto: Daniel Faraldo, Andrew Tarbet, Sergio Peris-Mencheta, Priscilla Delgado, José Sefami, Nikol Kollars, Marco Tulio Luna, Marco Román, Israel Zuñiga, Raul Espinosa, Pau Castro, Sara Barajas

Sinopsis: Un sicario y un médico que trabajan para un cártel del narcotráfico reciben un «paquete» inusual: una niña de 10 años, hija del jefe de una banda rival, a quien tendrán que custodiar hasta que reciban la orden de cortarla en pedazos o dejarla en libertad. La niña pronto se dará cuenta de que su única posibilidad de sobrevivir será llegar a las profundidades de la psique de sus captores y averiguar si les queda alguna pizca de humanidad.

El-mal-que-hacen-los-hombres«¡El mal que hacen los hombres les sobrevive! ¡El bien queda frecuentemente enterrado con sus huesos!«, estas palabras de Marco Antonio en Julio César sirven de cierre al último trabajo de Ramón Térmens. Sírvannos a nosotros como apertura del comentario para tratar de contradecir al gran Shakespeare, esto es, para que permanezcan los aciertos del director catalán por encima de sus fallos. Es la actitud que nos parece más justa ante esta cinta bienintencionada y voluntariosa, aunque el resultado global no esté a la altura del propósito.

Lo primero que hay que elogiarle a Térmens es que se haya atrevido a tratar en clave de thriller el México de los cárteles y el narcotráfico. Un claro intento de abrirle horizontes a la cinematografía patria tanto en lo que se refiere al tema como al género elegido para relatar la historia. Es una propuesta refrescante, pero también arriesgada pues conlleva la dificultad de ser capaz de capturar con un mínimo de fidelidad una realidad alejada de la nuestra (por mucho que sepamos de ella por los informativos), y Térmens sale bastante bien parado del intento especialmente en la primera media hora del filme en la que presenta a los personajes, el conflicto y la intención de universalizar su material poniéndolo al servicio de la reflexión sobre los límites de la violencia existente hoy en día (como el mismo declaraba a EFE). Esa primera media hora condensa los mejores aciertos de la puesta en escena, consiguiendo maximizar los escasos medios de los que dispone hasta hacernos olvidar su bajo coste.

Economizando recursos expresivos, la cabecera del filme nos pone en situación con un simple travellíng que recorre la tierra rojiza de una pista sobre la que escuchamos una emisora retransmitiendo las noticias. En el noticiario se informa sobre los actos de los narcos, las balaseras que se cobran vidas inocentes, para inmediatamente después pasar a los deportes con un tono festivo que nos lleva a pensar como la sociedad se desentiende del problema que les cercena. Con esta sencillez ya nos ha situado parte del conflicto y rematará esta labor con la ágil presentación de los protagonistas que acaba con una pregunta, ¿hasta dónde acatarían sin vacilar las órdenes de su capo? Bajo ese interrogante pivotará la acción cuando se tense por el encargo de custodiar a una niña hasta recibir la orden de liberarla o descuartizarla.

Térmens con pocos personajes y una acertada localización (la vieja factoria Derby en Martorelles que fue el detonante del guión) nos sumerge en un thriller claustrofóbico en el que la iluminación aportará una dimensión de concierto de cámara que quiere tener como referente el Reservoir Dogs de Tarantino. El catalán busca generar intriga con pocos elementos y regar el relato con gotas de humor cartoonesco (ese congelador donde se guardan cadáveres y cabezas cortadas que habrán de ser entregadas como medio de extorsión tiene mucho de viñeta cómica). Y lo consigue hasta que algunas decisiones de guión precipitadas destemplan la obra.

Tanto como aciertos, El mal que hacen los hombres tiene mucho de fallida. Errores de bulto que malbaratan sus logros, concentrados casi todos ellos en el tercer acto. En la raíz del planteamiento ya estaba esbozada la evolución del relato hacia una historia de redención, de modo que estábamos predispuestos a aceptar los giros de guión necesarios para llegar a esa conclusión. No pretendíamos tampoco exigirle que no cayera en desarrollos previsibles, la modestia de la obra apelaba a nuestra comprensión en ese sentido. Pero se le esperaba la capacidad de mantener la verosimilitud hasta el final (y decimos verosimilitud, no verismo). En el último tercio de la cinta esa capacidad se pierde y ello nos lleva a interrogar continuamente al guión (¿no estábamos en un espacio sellado del que no se puede salir ni entrar? ¿cómo empiezan a aparecer entonces toda la serie de secundarios que pueblan el desenlace?), con lo que la película nos pierde como espectadores. Otro tanto ocurre con el arco de transformación, esperamos la inversión de roles, pero esperábamos también que la metamorfosis estuviera justificada, bien justificada. La película de Térmens se deshincha progresivamente y sus actores van perdiendo convicción. Nuevamente nos encontramos ante la evidencia de que no siempre las buenas intenciones acaban en buenos resultados.

El mal que hacen los hombres nos deja un poso de tristeza porque hubiéramos querido darle nuestra aprobación. Y lo cierto es que habría bastado con pulirle las aristas a su guión, que acaba pareciendo precipitado, para haberlo logrado. Térmens tiene todavía que madurar mucho para darnos la película redonda que está a su alcance. El soplo de aire fresco que supone su propuesta nos hace pensar que en un futuro logrará una cinta a la altura de su voluntad.

DEADPOOL  (Tim Miller, 2016)

Duración: 106 min. Guión: Rhett Reese, Paul Wernick (Personajes: Rob Liefeld, Fabian Nicieza) Música: Junkie XL Fotografía: Ken Seng Productora: Marvel Enterprises / Marvel Studios / 20th Century Fox Género: Acción

Reparto: Ryan Reynolds, Morena Baccarin, Gina Carano, T.J. Miller, Ed Skrein, Rachel Sheen, Brianna Hildebrand, Paul Lazenby, Sean Quan, Ben Wilkinson, Naika Toussaint, Olesia Shewchuk, Kyle Cassie, Style Dayne, Fabiola Colmenero, Stan Lee

Sinopsis: Basado en el anti-héroe menos convencional de la Marvel, Deadpool narra el origen de un ex-operativo de la fuerzas especiales llamado Wade Wilson, reconvertido a mercenario, y que tras ser sometido a un cruel experimento adquiere poderes de curación rápida, adoptando Wade entonces el alter ego de Deadpool. Armado con sus nuevas habilidades y un oscuro y retorcido sentido del humor, Deadpool intentará dar caza al hombre que casi destruye su vida.

DEADPOOL con fecha de estrenoEn esta casa somos de Marvel, no nos vamos a engañar. Así que nos alegramos de que un actor que nos cae tan simpático como es Ryan Reynolds, que tiene en su haber algunas piezas favoritas de Serendipia como Buried (Rodrigo Cortés, 2010) o The Voices (Marjane Satrapi, 2014), tenga la oportunidad de quitarse la espinita que le dejó su incursión en el mundo de los súper héroes como Green Lantern. Y se la quita a base de bien: Deadpool fue todo un revulsivo revitalizante para los cómics de súper héroes como puede serlo para las películas de género súper heroico, que amenazan con saturar y agotar al espectador. Rob Liefeld y  Fabian Nicieza ofrecieron en las páginas de Deadpool una suerte de amistoso vecino Spiderman pero con sus bromas y comentarios sarcásticos llevados hasta el paroxismo y cargando tinta (roja) en la violencia. Violencia de video juego, ya saben, paródica, exagerada, pero violencia a fin de cuentas. Si Kick Ass resultó ser todo un soplo de aire fresco, Deadpool produce el mismo efecto. Y además cuenta con la presencia de Morena Baccarin, con lo que ya tienen ganado a más de un espectador, el que esto les cuenta  incluido, y  dos X-Men. Acción desbordante, diversión, lenguaje soez y muchos más aliciente hacen Deadpool más que una propuesta interesante para ir al cine. Así que, ¿Qué más puede pedirse? ¿Más?, pues ya está planeada una continuación dirigida, al igual que esta primera entrega, por el debutante Tim Miller.

ANOMALISA (Duke Johnson y Charlie Kaufman, 2015)

USA. Duración: 90 min. Guión:  Kaufman, Dan Harmon Música: Carter Burwell  Productora: Starburns Industries Género: Drama de animación.

Reparto: David Thewlis, Jennifer Jason Leigh, Tom Noonan

Sinopsis: Michael Tone, marido, padre y respetado autor de «Permítame ayudarle a ayudarles» es un hombre atormentado por su banal existencia. De viaje de negocios en Cincinnati, donde dará una conferencia en una convención para profesionales de la atención al cliente, llega al Hotel Fregoli. Una vez allí, le asombra descubrir un posible escape a su desesperación, una tímida comercial de una panadería en Akron llamada Lisa, quien bien podría ser el amor de su vida… o no.

anomalisa-posterCharlie Kaufman, una de las mentes creativas más geniales del cine contemporáneo, guionista de películas como “Cómo ser John Malkovich” u “¡Olvídate de mí!”, y director de “Synechdoche, New York”, regresa con su primera incursión en el mundo de la animación para contarnos la historia de un hombre que busca escapar de su anodina existencia. El particular mundo de Charlie Kaufman se disfraza de stop-motion y se pone al servicio de esta joya hecha al margen de Hollywood, que cuenta con Dan Harmon (Community) como productor ejecutivo. Junto a Kaufman co-dirige Duke Johnson, productor y director de cortos y de series, entre las que se incluyen “Mary Shelley’s Frankenhole” y “Community”. Nominada al Oscar© a la Mejor Película de Animación, la cinta cuenta con las voces de Jennifer Jason Leigh, Tom Noonan y David Thewlis.

Anomalía

Del lat. anomalĭa, y este del gr. ἀνωμαλία anōmalía.

1. f. Desviación o discrepancia de una regla o de un uso.

Esta es la primera acepción de la palabra que Lisa aprendió en el libro de Michael Tone, ella que tuvo que leerlo con el diccionario en la mano. Lo que cae bajo el signo de la anomalía es lo que se desvía del orden, tanto de la regla como de la costumbre, lo que se aparta de lo normal tanto por lo que se refiere a la norma como a lo que es habitual. Es lo aberrante, lo deforme (Lisa tiene una cicatriz en su rostro), pero también lo singular. Y como tal puede entenderse como lo peculiar, lo excepcional, que reside en el prodigio y la maravilla. Así ve Michael a Lisa y funda para ella la palabra ‘anomalisa’ como síntoma de que solo ella puede distinguirse dentro de un mundo monocorde, solo ella puede quebrar el muro de lo anodino que nos rodea en nuestras relaciones cotidianas, solo ella puede dar sentido a la existencia. Anomalisa, palabra inventada que resulta existir en japonés con el significado de ‘reina del cielo’.

Michael Tone, especie de turista accidental, viaja a Cincinnati, para dar una conferencia en un congreso de atención al cliente. Su libro es un manual a caballo entre la autoayuda y la proyección empresarial, en él alienta a los profesionales a saber ver en cada cliente la particularidad que le distingue para darle el servicio más personal posible y así maximizar los beneficios. Es una obra clave para hacernos reconocer la excepcionalidad ajena y propia, la de todos y cada uno de nosotros, y hacernos sentir habitantes de un mundo singular y pleno. Pero Michael, paradójicamente, es incapaz de ello, es como el payaso que representa la función ocultando su pena. Para él todos son lo mismo y su vida un profundo vacío repleto de soledad aunque esté en compañía y le arrope la popularidad. Ni en su esposa, ni en su hijo, ni en la amante de la que huyó hace más de diez años y que ya no puede recuperar, encuentra salvación y reposo. En ese punto de desesperación aparece Lisa, la anómala Lisa, y el escritor cree que todavía puede haber salida, junto a la joven sencilla de clase humilde y ciudad provinciana siente una brisa de aire fresco, cree ver una brecha que puede sacarle del callejón sin salida en el que ha encallado su vida, conecta con sus emociones y siente toda la magia de la noche. La llegada del nuevo día conjurará el hechizo, el espejismo se diluirá y volverá la quiebra, sólo en la distancia idealizada del recuerdo podrá brillar el leve rayo de la esperanza.

Charlie Kaufman nos trae un lírico retrato de la soledad y la monotonía que nos rodea en nuestro mundo occidental. Y lo construye con la mejor falsilla, la animación Stop Motion que le permite sumergirnos en un universo de rostros indistinguibles por su uniformidad, que hablan el mismo discurso con la misma voz, haciéndonos vivir el desasosiego del protagonista como reflexión sobre el vacío existencial. La sociedad moderna nos uniformiza, nos impone patrones y baremos, creando paradigmas desde los que juzgar y ser juzgados. El nuestro es un mundo en el que se rinde culto a la norma, en el que se margina la diferencia aunque el discurso dominante parezca ensalzarla. Kaufman denuncia estos fallos del sistema con su gusto por los cuadros surreales, creando una fábula de regusto triste que, sin embargo, nos invita a seguir buscando la singularidad. Anomalisa es una película revulsiva y estimulante, diferente a la media, arriesgada en su forma y precisa en su trasfondo, una balada agridulce que nos mueve a preguntarnos por nuestra condición y a tomar conciencia de que es necesario romper con el yugo de lo monótono y lo uniforme.

¡AVE CÉSAR! (Hail, Caesar!, Ethan y Joel Coen, 2016)

USA. Duración: 106 min. Guión: Joel Coen, Ethan Coen Música: Carter Burwell Fotografía: Roger Deakins Productora: Touchstone Pictures / Mike Zoss Productions Género: Comedia

Reparto: Josh Brolin, George Clooney, Scarlett Johansson, Ralph Fiennes, Tilda Swinton, Channing Tatum, Alden Ehrenreich, Frances McDormand, Jonah Hill, Christopher Lambert, Clancy Brown, Wayne Knight, Dolph Lundgren, Patrick Fischler, Robert Picardo, David Krumholtz, Fisher Stevens, Emily Beecham, Fred Melamed

Sinopsis: En el Hollywood de los años 50, uno de los grandes estudios pretende hacer una gran superproducción de romanos protagonizada por una gran estrella (Clooney), pero el actor es secuestrado durante el rodaje.

ave,_cesarLos cuatro veces oscarizados Joel y Ethan Coen escriben y dirigen ¡Ave César!, una comedia acerca de Eddie Mannix, un “fixer” (un solucionador de problemas) de uno de los grandes estudios interpretado por un enorme Josh Brolin. La acción se desarrolla durante un día plagado de problemas y transcurre en los últimos años de la edad dorada de Hollywood. Con un reparto ‘con más estrellas que el firmamento’ eslogan de los estudios MGM que le viene pintiparado a esta producción, la cinta de los Coen está repleta de guiños a los tiempos del denominado Sistema de Estudios con referencias a cotilleos, escándalos y personajes reales y más o menos ficticios. Junto a personas que realmente existieron, como el propio Mannix,  se nos ofrecen sosias de Esther Williams, Roy Rogers y su caballo Trigger, la experta en cotilleos Hedda Hooper o Carmen Miranda, bautizada aquí como Carlotta Valdez (Verónica Osorio), nombre que nos remite a Vértigo (1958), en donde la antepasada de la protagonista que obsesiona al personaje que interpreta James Stewart, se llama Carlota Valdés.  Con punzantes apuntes a la paranoia anticomunista que azotó Hollywood o a cotilleos como el de la adopción de Loretta Young a   su propia hija o el embarazoso affaire entre George Cukor y un principiante Clark Gable, todo se cruzará en el camino de Eddie Mannix/Josh Brolin, protagonista total del filme, que deberá salir airoso de cuanto problema se le presente, incluido el secuestro de Baird Whitlock (George Clooney), protagonista de la superproducción que los estudios Capitol están rodando, ¡Ave César!

Mucho humor y  amor por el cine en esta deliciosa pieza de orfebrería que encandilará a cinéfilos y profanos. Un amor casi sagrado. La película se abre con el contrapicado de un Cristo crucificado y una confesión y se cerrará de nuevo en el confesionario. La gran producción dentro del filme, ¡Ave César!, tiene por subtítulo «Una historia sobre Cristo». Y no es casual la presencia de todos estos símbolos religiosos. En un mundo desacralizado, falto de ideales y en perpetua crisis, como es el nuestro, el cine es el único capaz de arrojar un horizonte de ilusión y esperanza. Los hermanos Coen, en este ejercicio de metacine, parecen abrazar la misma conclusión que Preston Sturges en Los viajes de Sullivan (1941), el cine como arte del entretenimiento es el único capaz de elevarnos por encima del peso de lo real y darnos una tabla de salvación. «El eterno femenino nos atrae hacia lo alto» sentenció enigmáticamente Goethe, lo mismo puede decirse del cine. El séptimo arte nos hace trascendentes, así que sólo nos cabe rezar para que no nos falte el cine nuestro de cada día.

 

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