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Serendipia’s Sitges Film Festival. Octava cápsula
En el capítulo anterior: Nuestros amigos son perseguidos incansablemente por Kraven y sus fieras, pero su orgullo de cazador pronto será doblegado cuando caiga en la trampa que…
VIERNES 16 DE OCTUBRE
Otra intensa jornada en el Festival de Sitges. Y es que comenzar a las ocho y cuarto de la mañana con Yakuza Apocalypse: The Great War of the Underworld de Takashi Miike es empezar el día a lo grande. Lo que comienza como una cinta de mafiosos con historia de aprendizaje incluida y frases lapidarias del tipo: «Hubo un tiempo en el que ser un hombre significaba ser un yakuza«, pasará a coger otro tono cuando averigüemos que el jefe del clan es vampiro, lo que explica su prolongado tiempo al frente de la organización. Sus pintorescos enemigos lo averiguarán, pero antes de ser destruido trasmitirá su poder a su sustituto. ¿Les parece una locura? pues no han visto nada: armas que son pura ciencia-ficción, violencia desatada, vampiros, enemigos bizarros… hasta que se desata el anunciado apocalipsis, del que tan solo puedo decirles que no decepciona. Un delirio que consiguió enfadar a más de uno. No entiendo porqué.
WTF?? : ¡Miike desatado!
Zoom fue otra de las revelaciones del festival que hubiera merecido, en nuestra opinión, haber competido en la sección oficial sin ningún tipo de complejo, en lugar de hacerlo en Noves Visions One. Esta historia circular sobre una novelista que escribe la historia de una diseñadora de muñecas sexuales realistas y que dibuja un cómic protagonizado por su hombre ideal quien dirige una película sobre una novelista que escribe la historia de una diseñadora de muñecas sexuales… Es mucho más que una comedia ingeniosa. Es puro cine fantástico en el que su director, el brasileño Pedro Morelli, cruza ingeniosamente imagen real y animación (se acude a ella para trasladar a la pantalla el cómic) y consigue además una trama de desarrollo in crescendo que concluirá con un brillante desenlace puramente climático. Conforme avanza el metraje cada autor va introduciendo en su obra acciones cada vez más delirantes, por voluntad pero a la vez forzados por la propia lógica interna de sus creaciones, mientras la veíamos se nos venía a la cabeza la excelente novela de Vargas Llosa, La tía Julia y el escribidor. Y la comparación es pertinente, pues, tanto esta cinta de Morelli como la novela del insigne peruano, nos despliegan toda una reflexión sobre qué supone el arte de contar historias, que implicaciones y consecuencias supone el juego de la creación y, más allá, sobre nuestra condición de criaturas en manos del caprichoso destino (podemos ya decir incluso azaroso puesto que una reciente investigación ha demostrado que Einstein se equivocó y Dios sí juega a los dados). En suma una película compleja y de profundo calado que sabe, además, exponer sus tesis de forma hilarante, Morelli domina a la perfección el arte de la comedia y los actores demuestran su capacidad para dar rienda suelta a su vis más cómica. Entre sus intérpretes destacaríamos a un Gael García Bernal convertido en dibujo animado y a la bonita Alison Pill, a la que también pudimos ver durante esta edición del festival en Cooties (Jonathan Milott y Cary Murnion, 2014).
Pero no todo va a ser tan perfecto. Cosmos fue la película con la que una parte de Serendipia decidió que era preferible desertar de la sala, pasear, comprar una película en el Fnac, escuchar el canto de las aves, y hacer cola para el siguiente pase. Viendo esta ‘fascinante’ obra uno (la parte desertora de Serendipia) comprende porqué su director, Andrzej Zulawski, no ha rodado una película en quince años y califica a Cosmos como la gran oportunidad perdida de haber prolongado su silencio fílmico unos años más. Zulawski, por cierto, no se presentó a recoger su Máquina del Tiempo. A la parte de Serendipia que permaneció incólume durante los 103 minutos del filme del polaco iba ya dispuesta a ver una extravagancia (no en vano en su memoria albergaba estrafalarias escenas de Romy Schneider y Klaus Kinski en Lo importante es amar), así que no se arredró ante el abigarrado imaginario de Cosmos, más allá de entenderla (cosa de la que no está segura) se dejó llevar por las surreales imágenes y se mantuvo atenta a los enrevesados y experimentales diálogos, realmente difíciles de seguir sobre todo por lo poco visibles que eran en ocasiones los subtítulos. ¿Valoración? es la marcianada que una esperaba para poner a prueba su aguante cinéfilo, después de todo nada va a ser más arduo que El sol del membrillo de Érice, Cosmos, en el fondo, no deja de ser una comedia de enredos sólo que salida de la imaginación de Gombrowicz, un autor “imposible” para el cine.
Comida de fiambrera y a atacar Smoke & Mirrors: The Story of Tom Savini, un documental de Jason Baker que recorre detalladamente la vida y obra de este mago del maquillaje y de los efectos especiales, además de actor y director. Compuesto por extractos de entrevistas, principalmente con el propio Savini, además de algunos de los directores, colegas y actores que han trabajado con él, como George A. Romero, Greg Nicotero, o Doug Bradley, entre muchos otros. La versión que se ofreció no es la definitiva, y Savini se interesó por saber la opinión del público, preguntando si era demasiado personal y si se prefería que entrara más en la parte técnica. Interesante, aunque quizás defraudó precisamente por no adentrarnos en los detalles de su arte (y tal vez también por la poca originalidad del montaje).
Tras un documental sobre un grande del cine, se nos antojó qe la mejor opción para seguir la jornada era encararse a un biopic. Del holandés Anton Crobijn recientemente se estrenó en nuestras pantallas El hombre más buscado (A Most Wanted Man, 2014), una de las últimas películas protagonizadas por Philip Seymour Hoffman, pero su labor más prolongada y reconocida ha sido dentro del video-clip y los documentales musicales. Con Life aborda el encuentro de un James Dean a punto de saltar al estrellato con el fotógrafo Dennis Stock, que publicó sus fotos más memorables en la revista Life. Una magnífica película-homenaje que nos lleva al final de la fábrica de sueños, del sistema de estudios. Con Robert Pattinson que, como Dennis Stock, vuelve a repetir en Sitges tras haberse proyectado en ediciones anteriores sus dos notables trabajos con David Cronenberg, Cosmopolis (2012) y Maps to the Stars (2014). Por su parte Dane DeHaan, a quien recordamos por su memorable actuación en Chronicle (Josh Trank, 2012), realiza un fidedigno retrato del último rebelde. Life, que por cierto, se estrenará el 20 de noviembre en nuestras sufridas salas, resultó ser un buen punto cinéfilo para afrontar el último día de festival.
Desde luego, qué rápido estaba pasando todo…
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