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La semana del asesino: descubriendo la versión más completa

Hace unas semanas el escritor y especialista en cine extremo, Álex Mendíbil, dio la pista en facebook sobre la existencia de una nueva edición, en este caso alemana, de Cannibal Man, nombre con el que se conoce en el extranjero a La semana del asesino,  gran película de merecido culto del director Eloy de la Iglesia (1944-2006). Esa pista nos llevó al blog inglés ‘Krimi in the pocket giallo on the brain’ [1] donde se nos pusieron los dientes largos con las capturas de algunas imágenes nunca vistas. Fue suficiente para que nos pusiéramos manos a la obra. Pero antes revisemos…

LA SEMANA DEL ASESINO

Art: Oscar Alarcón

Art: Oscar Alarcón

El film narra como, de forma casi accidental, Marcos (Vicente Parra) mata a un taxista (Goyo Lebrero) mientras acompaña a su novia Paula (Emma Cohen) a casa. Cuando esta le amenaza con denunciar la muerte, Marcos la estrangula, ocultando su cuerpo en el dormitorio. A partir de ahí Marcos entrará en una espiral de asesinatos para evitar que se descubran sus cada vez más numerosos crímenes, llevándose parte de los cuerpos a la empresa cárnica donde trabaja para hacerlos desaparecer con la máquina trituradora. Paralelamente su vecino Néstor (Eusebio Poncela), que sabe sus secretos, le descubrirá un nuevo mundo.

La semana del asesino es una de las piezas más interesantes del cine español de los setenta realizada por Eloy de la Iglesia, un director que tuvo la osadía de vivir y rodar bajo una dictadura siendo comunista y homosexual, circunstancias personales que no dejó de reflejar en sus películas. Pienso que no exagero si lo veo como nuestro Pasolini particular, con un buen número de cintas a sus espaldas ciertamente incómodas, tanto en la época, como ahora. Películas valientes y descaradas como ya no se ruedan en las que el director abría en canal sus sentimientos, algo que no tenía reparo en admitir: “Mi vida y mis películas son las caras de una misma moneda.”

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Rodada tras El techo de cristal (1971) esta, su quinta película, fue, según De la Iglesia, la cinta que más le desgastó psíquica y físicamente de su filmografía. La semana del asesino abordaba el cine de terror con mucho contenido social y gotas de homosexualidad. Un terror cotidiano enmarcado en el barrio, el bar de comidas caseras, la casucha donde malvive el protagonista, las botellas retornables apiladas encima de la nevera, el fútbol de los domingos incesante por radio y televisión, los descampados donde los chavales juegan, la fábrica, los bloques cercanos… toda una arquitectura de pesadilla que es la de nuestra infancia de los setenta, el reverso tenebroso de ‘Yo fui a EGB’. En resumen, el escenario de esa huida hacia delante que, paradójicamente, liberará a Marcos, el protagonista, de su represión sexual.

La semana del asesino representa también la primera aproximación del director al mundo de la homosexualidad. Un acercamiento que no se limitará a mostrar al típico mariquita gracioso tolerado en el cine español (en esta ocasión el dependiente de la droguería), sino de una forma

Fotocromo original

Fotocromo original

más real y cercana, que a pesar de las múltiples mutilaciones de censura, quedó bastante palpable. Algunas de las frases promocionales del filme sorprendentemente incidían en ello: “¿Qué clase de amistad une a Marcos y Néstor?”, “¿Por qué no denunció Néstor a Marcos siendo el único testigo de sus crímenes?” Y la más absurda: “¿Es Vicente Parra un paranoico o comprendió perfectamente al personaje de Marcos?” Pero si Néstor es para Marcos el descubrimiento de su propia sexualidad, este para Néstor representará la atracción por el abismo. Sabe que es un asesino, pues desde la ventana de su bloque le ha espiado con unos prismáticos y deja patente en varias ocasiones que ha sido testigo de los asesinatos que Marcos ha cometido. Pero desde su posición acomodada tiene una atracción homosexual por el lumpen, por el elemento suburbial, que compartía el propio De la Iglesia y que llevó al director al abismo de la droga. Como a Pasolini a la tumba. También la casa (y concretamente el dormitorio) de Marcos, puede ser visto como un armario repleto de esqueletos. Un lugar cada vez más claustrofóbico y que cada vez apesta más. Con esas moscas y ese olor que parece atravesar la pantalla. Peste fétida, fluidos y carne: la sangre salpica el piso de Marcos; la de las reses sacrificadas riega los suelos del matadero. El sudor impregna el cuerpo de Marcos. Y la carne. Carne femenina en el lecho de Marcos y en los pósters de sus paredes, con los que en una escena parece masturbarse, siendo observado desde arriba. Y carne también en el plato de comida que le sirve Rosa (Vicky Lagos), carne que, en un tétrico ciclo, proviene de la trituradora con la que Marcos trabaja en la fábrica.

Inicialmente Eloy de la Iglesia quería que el personaje de Marcos fuera interpretado por un joven de 18 años. Esa inexperiencia explicaría su torpeza, su huida hacia delante al no saber como salir del lío en el que se había metido. Tenía más sentido con un actor más joven. Y el personaje de Néstor se aproximaría también más al pervertidor que Simón Andreu interpretó en la posterior Los placeres ocultos (1977). Pero Vicente Parra estaba seriamente interesado en el papel, no dudando incluso en entrar en la producción del filme. En todo caso, el Marcos que interpreta Vicente Parra resulta  igualmente efectivo. Un obrero sin salida en un Madrid desarrollista y condenado a una vida que le resulta inaceptable. Proletario hasta en la forma de matar, perpetrando sus asesinatos  con lo que tiene más a mano: piedras, herramientas y cuchillos de cocina, cuando no con sus  propias manos. Pero a pesar de sus crímenes, Marcos no puede ser visto con odio por el espectador. Ni siquiera cae mal. Es un pobre diablo condenado por la fatalidad y la mala suerte, una víctima más. Un asesino cañí que desmenuza cuerpos a ritmo de pasodoble, transportando esos trozos a su puesto de trabajo con una bolsa cada vez más fétida en la que reza el deportivo lema ‘Contamos contigo’.

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Marcos tan solo vive momentos de paz cuando está con Néstor paseando, en su casa o en la piscina, instantes  tras los cuales retorna a su apestosa realidad, una realidad con fondo de guitarra española y el lema ‘Dios guarde esta casa’ en la puerta. Una casa que es un prodigio de realidad fabricada, ya que se construyó ex profeso en un descampado de pesadilla que, al igual que toda la ambientación del filme, es obra de Santiago Ontañón[2]. Una pieza fundamental en la arquitectura de la cinta junto a la acertada música de Fernando García Morcillo.

Eloy de la Iglesia no evita incluir con todo este transfondo social, un mensaje político:   “Es mi primera película explícitamente ideológica. En las otras podía haber una postura ética o moral, pero aquí hay ya una dimensión política, casi militante[3]. Desde la ironía que encierra el discurso del Jefe de personal de la fábrica, hasta la escena en la que la policía, tras identificar a Marcos, deja a Néstor en paz por su diferente clase social (vive en los bloques nuevos). Desde el guiño en el nombre que tiene el boxer de Néstor, Trotsky, hasta esa hedionda casa llena de secretos que es toda una alegoría de la España de entonces.

Néstor, Marcos y Trotsky (fotocromo original)

Néstor, Marcos y Trotsky (fotocromo original)

La semana del asesino se estrenó antes en Estados Unidos y Alemania que en España, a cuyas pantallas llegó en 1974. Allí tuvo el equívoco título de Cannibal Man, aunque en Italia recibió el no menos absurdo de  L’appartamento del 13º piano. Vicente Parra recibió el premio del Círculo de Escritores Cinematográficos por su trabajo, y la película fue presentada fuera de concurso en el Festival de Berlín, donde según su director “daban unas bolsitas para vomitar, como las de los aviones[4]”. La cinta fue incluida, junto a otras 72, en la lista de Video Nasties  (películas prohibidas) que se promulgó durante la etapa Thatcher en Inglaterra. Cannibal Man es una cinta de culto en todo el mundo, que ha sido editada y reeditada lujosamente en todos los formatos domésticos.

LA SEMANA DEL ASESINO VS. CANNIBAL MAN

A pesar de que el director recuerda que Juegos de amor prohibidos fue mucho más cortada, La cannibalmansemana del asesino fue una de las cintas más masacradas por la censura española, entonces en manos del feroz censor Alfredo Sánchez Bella, un supernumerario del Opus Dei que en su incansable búsqueda de elementos subversivos, no dudó en cerrar el  diario Madrid. Ya cuando el director presentó el guión, fue prohibido, y una vez rodado obtuvo el dudoso honor de sufrir 62 cortes y la obligación de rodar un nuevo final en el que la ley castigara al culpable: “El final de la película no es mío, es una imposición de la censura, e incluso lo rodamos  meses después, cuando ya había copia standard[5]”. Un final con el que el la semana del asesinodirector no estaba de acuerdo “Es estúpido que el personaje, así por las buenas, llame a la policía para entregarse”[6].

Es bien sabido que existen dos versiones diferentes de La semana del asesino. Por un lado la que se exhibió en las salas españolas, de la que sobre todo se pretendió suprimir (sin conseguirlo) todo el trasfondo homosexual suavizando, de paso, el gore y el sexo; y la versión internacional, Cannibal Man, que conservó planos reveladores de la mentada relación entre los dos vecinos sacrificando, entre otras, algunas escenas desarrolladas en la fábrica donde trabaja Marcos.

Comparando ambas versiones sin duda sale ganando, a pesar de sus importantes mutilaciones, la estrenada en España, que llamaremos a partir de ahora para diferenciarla de la versión para exportación, La semana del asesino. Esta contiene rótulos con los días de la la semana del asesino usa OKsemana, justificando así el título del filme y dándole más dramatismo, ya que Marcos realiza un crimen cada día, desde la noche del domingo que sale con su novia Paula y mata accidentalmente a un taxista, hasta la noche del siguiente sábado, día en el que ya al amanecer se entrega a la policía tras haber perpetrado cinco crímenes más y uno, el de Néstor, en tentativa. La semana del asesino también conserva las siguientes escenas, suprimidas en la versión para exportación que denominaremos Cannibal Man:

– El Jefe de personal del matadero (Ismael Merlo) comunica a Marcos su cambio de puesto de trabajo, poniéndolo a cargo de una nueva y moderna máquina picadora de carne, mientras Marcos está más pendiente de las piernas de la secretaria (Inés Morales). Una escena con la que Eloy de la Iglesia incide en la crítica social, constante en su obra y presente en gran parte de la película.

– Un compañero veterano (Valentín Tornos) es el encargado de enseñarle a Marcos el funcionamiento de la máquina, y mientras se dirigen hacia ella rememora el día en que la madre de Marcos sufrió el accidente que la mató. Una de las pocas notas de humor, eso sí, negrísimo, que contiene el filme.

– Dos encargados hablan sobre Marcos y su extraña costumbre de llevar a su puesto de trabajo una bolsa. Sospechan que roba herramientas y uno de ellos comprueba que esté vacía. Tras hacerlo y decir a Marcos que debe dejarla en la taquilla, vuelve a la oficina de control.

Cabe indicar que Eloy de la Iglesia rodó este filme directamente en inglés, algo que se nota al ver la versión internacional, y estas tres escenas son las únicas rodadas en castellano, así que es posible que por ello fueran excluidas de Cannibal Man.

semana-cropLa versión española se inicia directamente con los títulos de crédito, mientras que la versión para el extranjero utiliza como prólogo previo a los títulos imágenes de matanza de reses en el matadero donde trabaja Marcos, que contempla la cruda escena comiendo un bocadillo. Escenas que también están incluidas en la copia estrenada en España, pero montadas en su lugar correspondiente.

Las escenas de cama de Marcos, tanto con Paula (Emma Cohen) como con Rosa (Vicky Lagos) son más largas en Cannibal Man, mostrando los pechos la primera. Vicky Lagos, tal y como cuenta el director, no quería desnudarse, aunque se dejó convencer. También cuando Rosa mancha con leche (…) el pantalón de Marcos, esta lo limpia frotando el muslo y mirándolo lascivamente, una escena que con los ‘certeros’ cortes de censura queda mucho más inocente en la copia española.

La_semana_del_asesino-985364698-largeQue las escenas de sexo hubieran sido escamoteadas por los censores para su exhibición en nuestras pantallas, entraba dentro de la normalidad de la época, pero mucho más extraño resultaba que la violencia fuera rebajada, como así fue.  Si comparamos los crímenes de Marcos en ambas versiones, notaremos aligerado el número de planos de La semana del asesino en comparación con Cannibal Man. En ambos se muestran los mismos crímenes, pero en la versión española de manera más fugaz.

Al ser la casa de Marcos y su hermano Esteban (Charly Bravo) el hogar familiar, está repleto de iconografía religiosa perteneciente a la fallecida madre. Pues bien, hay un momento que supuestamente le resultó sacrílego al censor de turno, de tal modo que decidió cortarlo: cuando Marcos está intentando tapar el fétido olor de los cadáveres con spray ambientador, puede verse como la nebulización se va posando sobre diversos objetos: la

Eloy de la Iglesia entrevistado por Pierrot

Eloy de la Iglesia entrevistado por Pierrot

tele, los pósters de la pared y, en la versión para el exterior, sobre una urna de cristal que cubre una imagen de la virgen.

Y llegamos a uno de los pasajes más mutilados del filme, naturalmente el momento en el que Marcos y Néstor van a la piscina nocturna. Unas escenas que aún así no han sido despojadas de su contenido filo gay, aunque muchísimo más palpable en Cannibal Man. También cuando posteriormente Marcos está en su casa tomando whisky en la mecedora, rememora la noche en la piscina con Néstor mediante fugaces flash-backs. En La semana del asesino tan solo toma whisky y no rememora nada de nada…

Otros planos son ligeramente más largos en una versión u otra, pero las enumeradas son las diferencias más significativas.

EL BLU RAY DE SUBKULTUR

10532355_977196352296618_7430256643521666896_nRecientemente el sello alemán Subkultur Entertainment ha editado una impecable copia de Cannibal Man que, además de ser la mejor forma de ver esta película por la calidad de la misma, realmente maravillosa, lo es por los extras, entre ellos unos once minutos de descartes. Once minutos que al saber de su existencia nos hicieron soñar con una copia por fin completa del filme de De la Iglesia. Una reconstrucción que el propio director consideraba casi imposible, y más teniendo en cuenta que “fue cortada con especial saña por la censura y que los cortes, al contrario de lo que solía ocurrir, fueron incinerados[7]. El propio director recuerda algunos detalles que posiblemente se han perdido para siempre: “Quitaron un momento en el que degüellan una vaca mientras Vicente Parra come un bocadillo, le cae una gota de sangre, se la limpia con el dedo y sigue comiendo. Las escenas del matadero no gustaron nada a los censores[8]

Pero el sueño no lo ha sido del todo, ya que gran parte de estas imágenes, remasterizadas también pero sin sonido, ya eran conocidas por estar incluidas en La semana del asesino:

– Escena con el jefe de personal.

– Escena con el compañero que enseña el funcionamiento de la máquina a Marcos y le habla de la muerte de su madre.

– Escena en la que el operario de la fábrica controla que la bolsa de Marcos está vacía.

– Plano exterior del Bar Rosa.

– Escena de diálogo entre Marcos y el Sr.  Ambrosio (Fernando Sánchez Polack) en la puerta de casa de Marcos en la que pregunta por su hija.

– Plano del periódico donde Marcos ve que el taxista ha muerto.

– Rótulos de los días de la semana.

– Rosa habla con Agustín (Rafael Hernández) en la puerta del bar Rosa y se aleja dejándole acabando el cartel de ‘Hoy paella’.

Como ya he indicado, todas estás imágenes están en La semana del asesino, pero… el disco de Subkultur cuenta con aproximadamente dos minutos muy esclarecedores y  totalmente inéditos en ambas versiones, todos ellos ofrecidos también sin sonido:

– Escena en blanco y negro que muestra a Marcos esposado dentro de un coche patrulla que se aleja del suburbio donde vive. Una escena que posiblemente era el prólogo del filme y que puede reintegrarse con tan solo añadir el sonido de una sirena de coche patrulla.

Cannibal Man An Alternate Ending 01Cannibal Man An Alternate Ending 02Cannibal Man An Alternate Ending 03

– Escena más prolongada de sexo entre Rosa y Marcos, también con posibilidad de añadirse.

Cannibal Man Alt Leaving Bar Rosa 03

– Y finalmente la mejor y más reveladora: unos planos de Marcos y Néstor besándose apasionadamente (tanto en la piscina, como en casa de Néstor).

Cannibal Man Alt Marcos and Nestor 02Cannibal Man Alt Marcos and Nestor 03Cannibal Man Alt Marcos and Nestor 04

Lo que nos confirma que estamos ante la copia más completa del filme de Eloy de la Iglesia y ante la posibilidad de que juntando todos estos elementos de una y otra, más los aparecidos, pueda hacerse la copia definitiva del filme.

Tan solo por estos dos minutos y la calidad fantástica del Blu ray[9] ya valdría la pena adquirir la copia editada por Subkultur, pero tampoco conviene perderse el fantástico archivo fotográfico repleto de raras fotos de rodaje, algunas muy, muy reveladoras, que convierten este blu-ray / DVD en una pieza de colección en la que lamentablemente tan solo cabe echar en falta el haber añadido la versión española o, al menos, subtítulos en castellano.

Eloy De la Iglesia.

Eloy De la Iglesia.

[1] http://krimi-giallo-casebook.blogspot.com.es/2015/02/review-cast-4-cannibal-man-aka-la.html?zx=f2ccb336ee63bd4b (Las capturas del blu-ray están tomadas de este blog)

[2] Ontañón estuvo mucho más acertado que en El Castillo de Fu-Manchu (Jesús Franco, 1969), en la que situó a Fu-Manchu (Christopher Lee) y su ejército en un muy reconocible Parque Güell y en La Ciutadella de Barcelona.

[3] Aguilar, C. y Llimás, F. “Visceralidad y autoría. Entrevista con Eloy de la Iglesia”. Conocer a Eloy de la Iglesia, Filmoteca Vasca y Festival Int. De cine de Donosti, Donosti, 1996. Pág. 110

[4] Ibidem. Pág. 115. Bolsita que puede verse en los extras del Blu-ray de Subkultur. Un recurso promocional que también se realizaría con otros filmes como Las torturas de la inquisición (Hexen bis aufs Blut gequält, Michael Armstrong y Adrian Hoven, 1970), La noche del terror ciego (Amando de Ossorio, 1972) e incluso Slugs, muerte viscosa (Juan Piquer Simón, 1988).

[5] Ibidem.

[6] Ibidem.

[7] Rubio, F. G.”La semana del asesino” Ven y mira. Semana de cine fantástico y de terror de San Sebastián , 2011. Pág. 295

[8] Aguilar, C. y Llimás, F. Opus cit.

[9] Pueden comparar capturas de esta edición con la anterior editada por Blue Underground en este enlace:

http://www.caps-a-holic.com/hd_vergleiche/multi_comparison.php?art=part&action=1&image=1&hd_multiID=2265&cap1=51861&cap2=51869&disc1=5548&disc2=5549&lossless=&x=325&y=180

  1. cerebrin
    10 abril 2015 a las 8:31

    Magistral artículo, como siempre, aunque debo reconocer que esta vez os habéis superado. Casi me atrevería a decir que habéis escrito el acercamiento más completo a la película de De La Iglesia, gracias al modo en el que combinais rigurosidad, análisis e información. Enhorabuena. Aparte

    • 10 abril 2015 a las 9:02

      Nos vas a sacar los colores, amiguete. Me alegro de que te haya gustado, siempre anima que te lo digan y sobre todo si se trata de alguien como tú. Por cierto, ya sé que por fin ¡voy a poder tener un libro firmado por ti en mi biblioteca! Felicitaciones y… ¡A mandar! Nos vemos pronto, ya que este año aterrizamos en Nocturna. ¡Un abrazo!

      • cerebrin
        10 abril 2015 a las 9:05

        Ya me comentaste. A ver si aprovechando que venís por estos lares retomamos ciertos asuntos que tenemos pendientes desde Sitges, y más ahora viendo el material con el que te estás haciendo últimamente. ;)

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