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Archive for 7 octubre 2014

Sitges 2014: Cold in July, suspense crepuscular

cold-in-july-quad-posterJim Mickle se está convirtiendo en una presencia habitual en Sitges desde que en la edición de 20o7 presentara su ópera prima Mulberry Street. En 2010 vino Stake Land (traducida como Vampiros del Hampa), obra con la que se dio a conocer internacionalmente. y en 2013 repetía cita con We Are What We Are,  remake de la mexicana Somos lo que hay (Jorge Michel Grau), cinta que contó con sus adeptos pero que, en nuestra opinión, no estaba a la altura de la pieza de Grau. En ambas ocasiones Mickle se internaba por el camino del terror, senda que, sin embargo, abandona en su última producción, Cold in July por la que participa en la presente edición del festival. Cold in July puede ser calificada como thriller, sobre todo ahora que dicha etiqueta se ha convertido en una especie de cajón de sastre en el que se engloban películas muy dispares entre sí. En Rotten Tomatoes la califican de misterio-suspense y no faltan listados en la que se la incluye en el drama independiente. Nos preguntamos si es justa su comparecencia en un certamen que se presenta como festival de cine fantástico. Cierto es que las fronteras del fantástico se han ampliado hasta abarcar no una temática sino una forma de narrar, pero, háganse los malabares que se hagan, Cold in July no se puede incluir en el género que da carácter (o debiera dar, al menos) al festival, sobre todo cuando este se pretende principal certamen internacional de cine fantástico.

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La disquisición sobre el género es pertinente a la hora de valorar su inclusión en esta 47 edición, pero no es relevante para enjuiciar su calidad. El buen cine no entiende de fronteras ni taxonomías. Y Cold in July es la obra más redonda de su autor. No sólo por su trama original sino sobre todo por su pulso a la hora de narrar. El televisivo Michael. C Hall (al que le costará desprenderse de su personaje Dexter) interpreta en esta ocasión a Richard Dane un padre de familia corriente que se convierte en héroe local al abatir a un  ladrón que había allanado su domicilio. El filme se inicia como una historia de acoso y venganza, pues los Dane se verán amenazados por Russell (Sam Shepard) exconvicto padre del supuesto ladrón. Todo cambia cuando Dane descubre que la policía ha mentido sobre la identidad del asaltante. A partir de ahí la película se convierte en un relato de compañeros unidos por compartir una causa común. Y ahí es donde el filme toma carácter de naturaleza, en ese giro de guión que nos lleva a una historia de personajes extravagantes con un tratamiento igualmente extravagante de la trama.

Cold in July nos regala una galería de personajes que viene a sumarse a la colección de idiosincráticos pobladores de las narraciones de la américa rural. La película está dotada de un aura otoñal que incluso la aproxima al western crepuscular. Especial mención merece Jim Bob, interpretado por un Don Jhonson en estado de gracia; medio detective medio compinche, Jim Bob representa la amistad incondicional, la fidelidad y el código de honor entre la gente del hampa, y todo ello impregnado por la vis cómica que el actor sabe imprimirle. Aunque la historia que nos trae Mickle vaya cayendo en situaciones cada vez más sórdidas, una leve pátina Don-Johnson-in-Cold-in-July_131005de humor sobrevuela el filme, haciéndolo así todavía más atractivo. La película exhibe ante nosotros la corrupción policial, los miembros del cuerpo están más por figurar que por hacer servicio a la justicia. Paradójicamente serán los fuera de la ley (la tríada de protagonistas) quienes se encargarán de penalizar el delito, organizando la cacería y ejecución del delincuente que campa a sus anchas amparado por el programa de protección de testigos. El sistema hace la vista gorda y le deja actuar impunemente  a cambio de que testifique contra un malhechor más importante; los fuera de la ley no entienden de jerarquías entre delitos, sólo entienden que el mal merece el castigo y se ocuparán de ello aun poniendo su vida en juego. Una ácida conclusión que da razón del título: el desenlace del filme es capaz de dejarnos la sangre helada en las venas.

Categorías: Sitges Film Festival
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