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Green Hornet, de la radio al cine
Ahora que han lanzado por todo lo grande The Green Hornet (2011, Michel Grondy), es buen momento para repasar la historia de este personaje que, a pesar de lo anticuado que puede parecer, se resiste a desaparecer.
The Green Hornet nace en 1936 en la radio como serial producido por Geroge W. Trendle, uno de los creadores de El Llanero Solitario (The Lone Ranger), siendo de hecho presentado como sobrino lejano del mítico caballista.
Brit Reid es un multimillonario editor del periódico The Daily Sentinel que lucha contra el crime como The Green Hornet. Su secreto es compartido por su secretaria Lenore Case, el fiscal del distrito y por supuesto por Kato, su acompañante japonés experto en artes marciales, que ejerce de chófer enmascarado (mientras que por el día es su sirviente). Ambos luchan contra el crimen moviéndose en los bajos fondos y no dudan en infiltrarse entre las bandas, naturalmente para acabar con ellas, aunque eso hace que la policía sospeche de ellos y los vean también como criminales.
Si bien Kato tiene suficiente con su dominio de las artes marciales y sus dardos, Britt Reid tiene un buen lote de artefactos que componen todo un arsenal, siendo el principal el vehículo que conduce Kato, The Black Beauty, que está customizado con todo tipo de cachivaches.
El uniforme del dúo es bastante casto en comparación con otros heroes: Green Hornet tiene un traje negro y sombrero y abrigo verde, mientras que Kato va de negro con traje de chofer, siendo lo único que se sale de lo común el antifaz que lucen. También sus enemigos son sencillamente delincuentes, gangsters y policías corruptos, siendo más una serie policíaca que de super-heroes.
El programa de radio se transmitió durante 16 años siendo encarnado por diferentes voces, y el éxito motivó su traslación al cine en forma de dos seriales producidos por Universal en 1940: The Green Hornet, que constaba de 13 episodios de 20 minutos interpretados por Gordon Jones como The Hornet y Keye Luke como Kato, y The Green Hornet Strikes Again, serie de 15 episodios de 20 minutos, con Warren Hull como sustituto del actor del primer serial además de Keye Luke, que repitió papel.
El personaje también dio pié a muchas serie de comic books ya desde sus orígenes, estando el personaje presente hasta ahora en el 9º arte: Holyoke editó en
1940 seis números de The Green Hornet, con ilustraciones de Irwin Hasen y Irv Novick (que más tarde se encargó durante varios años de Batman). Harvey Comics retomó el personaje en 1942, editando desde el número 7 al 47 durante siete años, algunos de ellos dibujados por Jerry Robinson, viejo conocido de los seguidores de los comics de Batman de la era dorada. En 1953, Dell Comics edita un número único dedicado a The Green Hornet como número 496 de la colección Four Color. También Western Publishing editó libros: The Green Hornet Strikes! (1940), The Green Hornet Returns (1941) y The Green Hornet Cracks Down (1942), atribuidas a Fran Striker.
A partir de ahí habrá que esperar a los años sesenta, cuando tras el éxito de la serie Batman, su productor William Dozier piensa que repetirá triunfo con The Green Hornet. La serie semanal comienza su andadura en 1967 y a modo de presentación sus dos protagonistas salen como invitados en un capítulo de Batman.
La serie, producida por 20th Century Fox se iniciaba con un machacón solo de trompeta de Al Hirt que adaptaba El vuelo del moscardón de Rimsky Korsakov, melodía que fue utilizada (al igual que la máscara de Kato), por Tarantino en Kill Bill Vol. 1 (2003).
Para el papel de Britt Reid/Green Hornet se escogió a un actor con carrera predominantemente televisiva, Van Williams, mientras que para interpretar a Kato se seleccionó a Bruce Lee, un actor que estaba probando suerte en el medio televisivo y que poco después, desencantado con su carrera en Estados Unidos partiría hacia Hong Kong, de donde volvería convertido en leyenda.
La serie comenzó a emitirse en septiembre de 1966 de 19.30 a 20.00, y ya desde su inicio Bruce Lee intentó influir en el guión para dar un poco de riqueza a su personaje, que pronto fue más popular que el protagonista, llegando a co-escribir The Praying Mantis, uno de los episodios más famosos de la serie e incluido en el posterior largometraje El retorno del Dragón (The Green Hornet, 1974 William Beaudine, Norman Foster y Darrell Hallenbeck).
Tratando de emular la Batmanía que asoló Estados Unidos, se lanza una ingente cantidad de merchandising: anillos, pins, muñecos, disfraces y por supuesto comics, esta vez de mano de Key Comics, que edita tres números con portadas fotográficas extraídas de la serie. También en la época se editaron libros y novelizaciones de episodios: Case of the Disappearing Doctor (Brandon Keith) y The Infernal Light (Ed Friend).
También se hizo especialmente popular el coche de los justicieros, The Black Beauty, un Chrysler Imperial Crown de 1966 constuido por el mismo creador del Batmovil televisivo. De ambos se construyeron modelos a escala,, siendo los más populares los lanzados por Corgi Toys.
La serie no tiene el éxito esperado, e intentan insuflarle vida haciéndoles compartir protagonismo con los mismísimos Batman y Robin en un capítulo doble de la serie hermana, A Piece of Action y Batman’s Satisfaction, emitidos en marzo de 1967, en el que pretendieron que Kato perdiera un combate con Robin, lo que hizo que Bruce abandonara -con toda la razón- el plató, negándose a rodar la escena, que finalmente se realizó quedando la lucha en empate. A pesar de todo, la serie desaparece en marzo de 1967 tras una temporada de 26 episodios. Aunque si bien la serie no deja gran huella en Estados Unidos, Kato sí que había alcanzado cierta popularidad entre los más jóvenes, y de forma desmesurada en Hong Kong, donde la serie era conocida como el Show de Kato, motivando que Bruce Lee fuera un personaje popular cuando llegó allí con intención de revitalizar su carrera, tras sus frustrados intentos en el cine y en diversas series de TV, entre ellas cierta serie que creó ambientada en el oeste sobre un monje Shao-lin que deambula por las poblaciones resolviendo entuertos, de la que fue descartado por ser demasiado chino.
Después de la serie televisiva, el personaje solo revivió tras la muerte prematura de Bruce Lee, cuando ante la demanda de filmes del Dragón, varios episodios se reunieron en dos largometrajes para su estreno cinematográfico, la nombrada El retorno del Dragón (The Green Hornet, 1974 William Beaudine, Norman Foster y Darrell Hallenbeck) y Fury of the Dragon (1976, William Beaudine, Robert L. Friend y Seymour Robbie).
Tras los dos films The Green Hornet pasa a ser una reliquia del pasado, siendo en el mejor de los casos recordado por los seguidores de Bruce Lee. Habrá que esperar a 1989, cuando Now Comics revitaliza el personaje durante los años noventa con varias colecciones y series limitadas que tanto modernizaban los personajes (incluida una Kato femenina) como se basaban en las encarnaciones más clásicas, tanto las de los seriales cinematográficos de los años cuarenta como las de la serie televisiva de los sesenta, que editó bajo el título de Tales of the Green Hornet. Como nota curiosa comentar que algunos números fueron guionizados por Van Williams, el Green Hornet televisivo.
Pero como hemos dicho, es Kato quien más ha perdurado en la memoria, especialmente en Asia, y precisamente proveniente de allí, se pudo ver un personaje muy cercano a Kato en Black Mask (Hak Hap, 1996 Daniel Lee), interpretada por Jet Li.
En 2009 Dynamite Entertainment se hace con los derechos del personaje editando nuevas series, una de ellas escrita por Kevin Smith y otra modernizando el personaje como hijo del Hornet original de los sesenta, acompañado de la hija de Kato, que luce un uniforme como el del padre.
A modo de curiosidad indicar que se realizó un corto francés, Le Frelon Vert (Aurèlien Poitrimoult, 2006) que adaptaba en sus diez minutos de duración a los conocidos personajes. Hubo un proyecto de película a mediados de los noventa con George Clooney y Jason Scott Lee (que interpretó a Bruce Lee en Dragon) o Jet Li en los papeles protagonistas, pero no llegó a fructificar hasta hoy, que tenemos en las pantallas esta nueva adaptación, que demuestra que The Green Hornet ha pasado a la memoria colectiva no cayendo en el olvido, y esperemos que por mucho tiempo.
Muere repentinamente Paco Maestre
Nos ha dejado Paco Maestre, actor extremeño nacido en Mérida en 1957. De físico y voz potente y presente como secundario en infinidad de títulos del cine español, es una especie de Tor Johnson (aunque muchísimo mejor actor, cosa desde luego nada difícil). Habitual en rodajes de Álex de la Iglesia: con Acción mutante (1993) y El día de la Bestia (1995) y La Cuadrilla, con el corto La hija de Fu-Manchú’72, (1990), Justino, un asesino de la tercera edad (1994), Matias, juez de linea (1996) y Atilano, presidente (1998) , Paco Maestre pudimos verlo -nunca pasando desapercibido- en películas como El aliento del diablo (1993, Paco Lucio), Todos a la cárcel (1993, Luis Garcia Berlanga), 99.9 (1997, Agustí Villaronga), Barrio (1998, Fernando León de Aranoa), y El espinazo del diablo (2001, Guillermo del Toro), entre muchísimas otras, terminando su filmografía con América (2010, Joao Nuno Pinto) co-producción mutante entre Rusia, Brasil, España y Portugal. Pero sin duda, su última gran actuación ha sido la de Aleister Crowley en La herencia Valdemar (2010, José Luis Alemán), donde coincidió con Paul Naschy por segunda vez, ya que la primera fue en el corto La hija de Fu-Manchú’72 (1990, Santiago Aguilar y Luis Guridi).
Hombre de teatro, tuvo una extensa carrera con títulos como Las mujeres sabias (1984), Las alegres comadres de Windsor (2001), El cerdo (2001), Pelo de tormenta (con la que ganó un premio Max)y El burgués gentilhombre (2003), figurando entre las últimas Romance de lobos (2005) y El Balcón (2010), dirigidas por Ángel Facio. asimismo actuó en Zarzuelas como en La bella Helena (1995), El barberillo de Lavapiés (1994) o El Huesped del sevillano (2004).
Y también intervino en infinidad de series y programas de TV, entre ellos: La bola de cristal (1988), Los jinetes del alba (1990), Las chicas de hoy en día (1991), Hermanos de leche (1996), La casa de los líos (1997) o El comisario (1999-2003), habiendo acontecido su fallecimiento a los 53 años estando al pié del cañón, precisamente durante la grabación de la serie que rodaba actualmente, Amar en tiempos revueltos, tras sufrir un desfallecimiento motivado por un ataque al corazón.
Entre los premios que obtuvo figuran el Ágora del Festival de Almagro por toda su carrera, el de la Unión de Actores por su trabajo en Barrio y el de Mejor Actor de la Mostra de Cinema de Mataró.
La productora de la serie dice que no sabe lo que hará con las últimas escenas rodadas por el actor, ya que se trataba de un personaje nuevo fijo, pero, desde aquí pienso que sería una falta de respeto desecharlas, a fin de cuentas él realizó su trabajo y sería un desprecio que sus escenas -sus últimas escenas- terminaran cortadas y en la papelera.
María Alba, la catalana que rodó con Bela Lugosi
Sí, él es Bela Lugosi, pero ¿y ella? pues ella es la barcelonesa María Alba y… ¿Qué diablos hace junto a Lugosi en esta foto promocional de The return de Chandu?
Pasen, lean y conozcan la historia de María Alba y de rebote la de como se explica que Chandú y su peor enemigo Roxor fuesen interpretados por Bela Lugosi ¿Desdoblamiento? ¿Magia? ¿Falta de presupuesto? ¿Burdo truco a la manera de Tu a Boston y yo a California o Marisol rumbo a Río?… ¡Nada de eso! (bueno, igual falta de presupuesto sí) pero, no sean tímidos y penetren en el oscuro y poco conocido mundo del Hollywood hispano, un mundo paralelo donde todo es posible: que Laurel y Hardy sean políglotas, que Drácula sea cordobés y hasta que una catalana co-protagonice un film junto a Bela Lugosi.
Pero… comencemos por el principio:
LOS INICIOS
María del Pilar Margarita Casajuana Martínez nace en Barcelona según unas fuentes el 28 de diciembre de 1905 y según otras el 19 de marzo de 1910. Tras cursar estudios primarios y trabajar de mecanógrafa prueba suerte en el mundo del cine presentándose en los rodajes que hay en su ciudad, no consiguiendo nada. Tras ganar en 1926 el premio de fotogenia promovido por la Fox y el diario El Día Gráfico, parte hacia Hollywood y firma un contrato con la Fox el 30 de mayo de 1927 que tendrá un año de vigencia. También ese mismo año una María Casajuana, anunciada como actriz y bailarina que bien podría ser nuestra protagonista, queda cuarta en el certamen de Miss Universo, edición que gana la representante de Estados Unidos, Miss New York.
Nuestra amiga comienza su andadura en la época del cine mudo como María Casajuana con la comedia Her Blue Black Eyes (1927, Eugene Border). Ya en su segundo film es dirigida por Howard Hawks en Un amor en cada puerto (A Girl in Every Port, 1928) donde interpreta un papel secundario, que según algunas bases de datos es el de Chiquita, y según muchas otras es el de “The girl from Buenos Aires”, pero de eso nada, en la película se la presenta como brasileña y su personaje tiene nombre y apellidos: María Buenjoya. El equívoco puede ser motivado a que en el Brasil fantástico ideado por Hollywood en el que todo vale mezclan indistintamente mexicanos con gauchos.
María comparte reparto junto a actores de la talla de la legendaria Louise Brooks, Victor McLaglen y Robert Armstrong. El film es seguido de Road House (1928, Richard Rosson) un melodrama que protagoniza junto a Lionel Barrymore y Jack Oakie que destaca por ser su primera película como protagonista y ya como María Alba en el papel de “Spanish Marla”.El siguiente es Blindfold (1928, Charles Klein), otro melodrama en el que ejerce de nuevo de protagonista hispana con el papel de Pepita, junto al entonce popular George O’Brien, histórico y tristemente olvidado actor que quedó inmortalizado por su interpretación en Amanecer (Sunrise, 1927) de Murnau y otros films históricos como Tres hombres malos (3 Bad Men, 1926) y El caballo de hierro (The Iron Horse,1924), dos de los primeros westerns de John Ford.
Con su siguiente trabajo, Joy Street (1929, Raymond Cannon), pasa a hacer papeles algo más secundarios, situación que se incrementa con su siguiente film, Santos del infierno (Hell’s Heroes,1929 William Wyler), su primera película hablada, rodada para Universal y en el que vuelve a interpretar a una hispana (Carmelita) como buena belleza morena y racial que era, lo que la encasillaba en el estereotipo, tal y como sigue pasando.
SPANISH HOLLYWOOD
Pero para María se acercaba una buena oportunidad. Con la eclosión del sonoro comenzaron los problemas en los mercados exteriores , ya que las películas eran estrenadas en el idioma original o suprimiendo el sonido, lo que no satisfacía a los espectadores, que ponian toda su buena voluntad acudiendo al cine a ver, por ejemplo, El Doctor Frankenstein (Frankenstein, 1931 James Whale) en inglés o M, el vampiro de Düsseldorf (M, 1931 Fritz Lang) en alemán. El cine Coliseum de Barcelona, primera sala en España que contó con equipo sonoro, tuvo que conformarse cuando estrenó en septiembre de 1929 La canción de París (Innocents of Paris, 1929 Richard Wallace), con proyectarla muda y poner el sonido durante los números musicales de Maurice Chevalier. Así que los grandes estudios comienzan a producir filmes en distintas lenguas interpretados por actores autóctonos de cada país. Desde las poderosas Fox, Universal, Columbia, Metro-Goldwyn-Mayer, Paramount y Warner, hasta pequeñas productoras, todas se lanzan a realizar, no solo versiones de producciones americanas, que se rodaban a la vez o a continuación de la original aprovechando sus mismos decorados, sino también filmes dirigidos únicamente al mercado exterior, como pasó, por poner un ejemplo, con las películas de Carlos Gardel.
Los estudios vieron rápidamente la importancia del mercando hispano y pronto se llenaron de jóvenes aspirantes y renombrados actores provenientes de España y Sudamérica en busca de su oportunidad. También se importaron directores y escritores para adaptar los diálogos. Con todo ello, de paso, se eliminaba la competencia exterior.
Los primeros fims estrenados fueron cortometrajes musicales en su mayor parte, pero pronto se animó la actividad, llegando a ser febril de 1929 a 1935, decreciendo a partir de ahi y desapareciendo en 1939, dejando unos 175 títulos que han quedado casi totalmente olvidados y en muchos casos perdidos. Los únicos que han pasado a la historia son la versión hispana de Drácula (1931, George Melford), que muchos consideran superior a la americana y también las comedias de Laurel y Hardy, que rodaban películas en varios idiomas hablando ellos mismos como buenamente podían en castellano, alemán, francés e italiano, dándose la curiosa situación de que en muchos casos la versión hispana es mucho más larga y contiene gags más elaborados. Incluso Buster Keaton hizo y otros actores de la factoría Hal Roach, como Charley Chase interpretaron sus propias versiones hispanas de sus films americanos.
También la poderosa UFA alemana tomó nota y existen dobles versiones de algunos de sus títulos, como El Ángel Azul (Der Blaue Engel, 1930 Josef Von Sternberg) que tiene además de la versión alemana, una inglesa interpretada por los mismos protagonistas y La ópera de tres peniques (Die Dreigroschenoper, 1931 G. W. Pabst ) de la que, al igual que de El testamento del Dr. Mabuse (Das Testament des Dr. Mabuse, 1933 Fritz Lang), se realizaron, además de la original alemana, versiones francesas, aunque en este caso se tuvo que cambiar la mayor parte del reparto, y en el caso de la última incluso había un co-director
Uno de estos films rodados en Hollywood fue Charros, gauchos y manolas (1930), dirigido por Gene Walsh con Xavier Cugat como productor y director musical, un divertimento creado exclusivamente para el mercado hispano (aunque se planeó una versión americana cuya existencia no se ha podido confirmar) compuesto por diversos números musicales en el que colaboró un nutrido grupo de actores hispanos. Cugat la produce con la cooperativa Hollywood Spanish Pictures, una compañía que tuvo efímera vida con la que únicamente se rodó otro film, Un fotógrafo distraido, asunto corto que también contó con Xavier Cugat como productor y director.
Tras esta aventura, María se enroló en el rodaje de versiones hispanas de películas americanas, recuperando de paso con estos fims el papel de protagonista. Así ese mismo año rueda El cuerpo del delito (1930, Cyril Gardner / A. Washington Pezet) versión del film policiaco The Benson Murder Case (1930, Frank Tuttle), adaptado por el novelista y poeta Josep Carner, en cuya versión hispana predominaron claramente los actores españoles como Ramón Pereda, interpretando el papel que en la americana hacía William Powell y el por entonces popular Antonio Moreno, que llegó a protagonizar junto a Greta Garbo La tierra de todos (The Temptress, 1926 Fred Niblo) y el clásico Ello (It, 1927 Clarence G. Badger) junto a Clara Bow.
En el film también colaboraron, Carlos Villarías y Barry Norton, dos actores que pronto se embarcarían en el rodaje de la versión hispana de Drácula para la Universal.
Más rodajes: La fuerza del querer (1930, Ralph Ince), rodada al término de la versión americana, The Big Fight (Walter Lang), un drama con boxeo, gangsters ambientado en los bajos fondos rodada para Paramount, sello que poco después organizó cerca de París los estudios Joinville, que se dedicaron al rodaje de sus films hispanos, que así dejaron de rodarse en Hollywood.
Sigamos con más títulos: Olimpia / Si el emperador los supiera (1930) con dirección acreditada a Frank Davis, aunque los títulos de crédito no expresan el nombre de director y con Juan de Homs como director de diálogos. La película, una producción Metro Goldwyn-Mayer y versión de His Glorious Night (Lionel Barrymore, 1929), se rodó simultáneamente con las versiones en francés y en alemán, al igual que la siguiente, Los que danzan (1930, Alfredo del Diestro / William C. McGann), versión de Those Who Dance (1930, William Beaudine). La película contó con la colaboración de Pablo Álvarez Rubio, el Rendfield del Drácula hispano; Su última noche (1931, Carlos F. Borcosque y Chester M. Franklin), comedia realizada para la Metro en versión única a partir de la muda The Gay Deceiber (1926) junto a los prestigiosos actores Ernesto Vilches, Conchita Montenegro y Juan de Landa; El Código Penal (1931, Phil Rosen /Julio Villareal) para Columbia, de nuevo con Barry Norton y Carlos Villarías, un film que en su versión americana, The Criminal Code (1931, Howard Hawks) contó con la recordada actuación de un Boris Karloff pre-Frankenstein. También se realizó una versión francesa, , dirigida por Jack Forrester. Termino esta enumeración de rodajes con Camino del infierno / Del infierno al cielo (1931, Richard Harlan) , obra realizada para 20 thCentury Fox donde interpretaba el papel que Janet Gaynor encarnó en la versión original americana, The Man Who Came Back, que dirigió Raoul Walsh y que aquí se estrenó sin sonido.
Criminel
En febrero de 1931 se casa con David Todd, un ejecutivo de la Fox, con lo que su situación en América queda normalizada, aunque en 1937, un supuesto marido español de la actriz solicita el divorcio al tener noticia de ese segundo matrimonio de María Alba en Hollywood.
También es reclamada para hacer papeles secundarios en algunas producciones americanas como Nada más que un gigoló ( Just a Gigolo (1931, Jack Conway), para la Metro, con un papel que rechazó Conchita Montenegro. Si no hubiera ya bastante lío con que la actriz fuese anunciada en los carteles como María Casajuana, María Alba y María Alba Casajuana, en el programa de mano español, un inepto añadió de forma totalmente expontanea un nuevo nombre para la actriz, el de Irene Alba. También intervino en Goldie (1931, Benjamin Stoloff) junto a Spencer Tracy y Jean Harlow para la Fox, donde retorna de paso a los papeles de hispana encarnando el papel de Dolores.
Tras interpretar La ley del harem (1931, Lewis Seiler), versión única y musical de la muda Fazil (1928, Howard Hawks) y ser desplazada a un papel secundario, no vuelve a tomar parte en películas hispanas, centrando su trabajo en producciones americanas y obteniendo el que posiblemente sea su mayor éxito con El Robinson moderno (Mr. Robinson Crusoe, 1932 Edward Sutherland), comedia producida, escrita y protagonizada por un Douglas Fairbanks lejos de su época dorada que se rodó en escenarios naturales de Fiji, Samoa y Tahití.
A partir de ahí compagina papeles secundarios con protagónicos en todo tipo de producción, aunque alejándose de los grandes estudios: comedia en Hypnotized (1932, Mack Sennet); aventuras con Kiss of Araby (1933, Phil Rosen); misterio y fantasía con The Return of Chandu (1934, Ray Taylor); comedia de nuevo con Flirting with Danger (1934, Vin Moore) interpretando el personaje de Rosita, y ya con la Monogram, western con West of Pecos (1934, Phil Rosen), naturalmente incorporando a una mexicana con el nombre de Dolores.
En 1935 con la producción Monogram Great God Gold (Arthur Lubin), decide dar por finalizada su carrera.
Aunque en 1946 rodaría dos películas más en México: El hijo de nadie (Miguel Contreras Torres) y La Morena de mi copla (Fernando A. Rivero), siendo ella la protagonista absoluta de esta, su última película.
El 9 de julio de 1950 se casó con Richard J. Burk y tuvo 3 hijos.
Y finalmente la actriz falleció de Alzheimer el 26 de octubre de 1999 en San Diego (California).
Pero les prometí hablar de…
CHANDU
Chandú el mago nace en 1931 en forma de programa radiofónico. Sobrevivió hasta 1936 e incluso volvió a las ondas durante dos años más en 1948. Al año siguiente de su estreno Fox adquiere los derechos para rodar un largometraje, Chandú, Fantasía Oriental (Chandu the Magician, 1932 Marcel Varnell y William Cameron Menzies). La película cuenta con Edmund Lowe interpretando el papel del mago, rol que sin duda obtiene tras su éxito en The Spider (1931) film también codigido por Cameron Menzies donde hacía de Chartrand, un personaje similar. Chandú tuvo como antagonista a Roxor, encarnación también del personaje radiofónico e interpretado por Bela Lugosi, que tuvo que acomodarse un turbante, como también haría en otros films como Night of Terror (1933, Benjamin Stoloff) y El castillo de los misterios (You’ll Find Out, 1940 David Butler).
El rodaje se prolonga durante tres meses y se estrena ese mismo año.
Lugosi, que un año antes había tenido su primer éxito con Dracula (1931, Tod Browning) y acababa de interpretar dos míticos films como son El doble asesinato de la calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, 1932 Robert Florey) y Zombie, La legión de los hombres sin alma (White Zombie, 1932 Victor Halperin), acepta este film menor en un intento de cambiar de registro alejándose del cine de terror, aunque eso sí, interpretando a un villano que pretende apoderarse del rayo de la muerte para (por supuesto) dominar el mundo, pero que contará con la oposición de Chandú, que de paso conquistará a la princesa Nadji de Egipto.
El film fue co-dirigido por William Cameron Menzies, responsable del diseño de producción de, por ejemplo, El ladrón de Bagdad (The Thief of Bagdad, 1924 Raoul Walsh) y Lo que el viento se llevó (Gone with the Wind, 1939 Victor Fleming) y también dirección de, entre otras, La vida futura (Things to Come,1936) e Invaders from Mars (1953).
La obra es pura fantasía oriental de aventuras con elementos pulp, y a pesar de que Roxor aparentemente no muere al final, circunstancia que podía aventurar una secuela, Fox no retomó el personaje.
El film alcanzó cierta popularidad, como atestigua que Radio Pictures realizara el corto cómico, Sham Poo the Magician. También este primer Chandú se estrenó aquí en la época, cosa que no consiguió la segunda encarnación del personaje que pasamos a revisar.
En 1934 el productor independiente Sol Lesser obtiene los derechos del personaje y rueda en tres semanas The Return of Chandú, un serial de 12 episodios en el que Lugosi también interviene, aunque en esta ocasión, quien sabe si por arte de magia (juo,juo…) interpreta el papel de Chandú, dándose la paradoja de que si en el primer film con Lugosi como Roxor secuestra a la princesa Nadji, en este como galán acaba conquistándola. Cosas del cine, por otra parte nada raras, si no vean lo que pasó con Terminator.
Cuando se embarca en The Return of Chandú, Bela Lugosi acababa de rodar junto a su competidor Boris Karloff, Satanás (The Black Cat, 1934 Edgar G. Ulmer) para Universal, así que tras arañar la gloria de nuevo, pone los pies en un pequeño estudio para rodar su segundo serial -el primero fue The Whispering Shadow (1933 Al Herman y Cobert Clark).
La película nos cuenta la lucha del místico mago Chandú contra una bizarra secta gatuna ubicada en la isla de Lemuria. Los Lemurianos necesitan un sacrificio para resucitar a su diosa Ossana y naturalmente escogen al interés romántico del mago: la princesa Nadji de Egipto (nuestra María Alba). Naturalmente Chandú lo desbaratará todo, perdiendo incluso sus poderes por medio.
En la película Lugosi está en su salsa, y como el personaje también tiene poderes hipnóticos, no duda en utilizar todos sus recursos interpretativos, ya saben, la manita en actitud hipnótica, la mirada y su “rest, rest” que tanto nos gusta.
El productor, para dar algo de consistencia al producto, alquiló a RKO unos muy reconocibles decorados de King Kong (1933, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack) y El hijo de Kong (The Son of Kong, 1933 Ernest B. Schoedsack) . Así la puerta que retenía a nuestro gorila favorito se convierte por arte de birlibirloque en el templo de Lemuria, mientras que el puerto de Dakang de El hijo de Kong es ahora la ciudad de Suva. También contó con escenarios de Rey de reyes (King of Kings, 1927 Cecil B. DeMille).
Durante el rodaje Lugosi intervino además en El don de la labia (Gift of Gab, 1934, Karl Freund), donde al igual que Karloff, hace una breve aparición especial.
Del serial se hicieron dos montajes para lanzarlos como largometraje. El primero de 76 minutos, The Return of Chandu (1934, Ray Taylor), condensaba los cinco primeros episodios, mientras que el segundo, Chandu on the Magic Island (1935, Ray Taylor), resumía los siete restantes en 67 minutos.
Lugosi, además de los dos seriales nombrados, colaboraría en otros tres: Shadows of Chinatown (1936) de 15 episodios de 20 minutos; The Phantom Creeps (1939) de 12 episodios de 21 minutos y S.O.S Coastguard (1937) de 12 episodios de 20 minutos. De todos ellos se hizo el correspondiente largo.
CHANDU THE MAGICIAN (Chandú, fantasía oriental, 1932 Marcel Varnel y William Cameron Menzies)
Edmund Lowe (Dr. Frank Chandler / Chandú), Irene Ware (Princesa Nadji), Bela lugosi (Roxor), Herbert Mundin (Albert Miggles), Henry B. Walthall (Robert Regent(, Weldon Heyburn (Abdulah), June Lang (June Vlasek), Michael Stuart (Nestor Aber), Virginia Hammond (Dorothy Regent), Nigel De Brulier (maestro Yogi), Charles Stevens (Ali), Dick Sutherland (Henchman).
THE RETURN OF CHANDU (1934, Ray Taylor
Reparto: Bela Lugosi (Dr. Frank Chandler/Chandú el Mago), María Alba (Princesa Nadi), Clara Quimba Yong, Lucien Prival, Phyllis Ludwig, Dean Benton, Bryant Washburn, Peggy Montgomery, Wilfred Lucas, Cyril Armbrister, Elias Lazaroff, Dick Botiller, Murdock McQuarrie, Jack Clark y Joseph Swickard.
Este artículo no habría sido posible sin dos libros imprescindibles sobre el desconocido cine realizado en Estados Unidos por actores españoles entre 1929 y 1939: Cita en Hollywood (Juan B. Heinink y Robert G. Dickson) y Los que pasaron por Hollywood (Florentino Hernández Girbal y Juan B. Heinink ).
Y grácias reiteradas a Juan B. Heinink por las correcciones aportadas a este artículo, producto de investigaciones del autor posteriores a la publicación de Cita en Hollywood. Es todo un privilegio contar con su colaboración
Más allá de la vida, un Eastwood más allá de la muerte
Harry Callahan sigue siendo el pistolero solitario que vaga por el Far West por un puñado de dólares, con aire de duro en su semblante, pero cargando arrobas de ternura en su corazón negro de cazador blanco. Y la ternura se le escapa cada vez más por las comisuras de ese rictus de dureza que sigue manteniendo en sus labios. Anda a la búsqueda del sucesor que merezca el legado del Gran Torino que es su cine, porque sabe que la Parca ya no va a tardar mucho en llevarle más allá de la vida. Y en Hereafter (esta vez no se quejen de mis spoilers que ya quien le ha puesto el título en español les ha dado el principal) medita sobre la muerte para alentarnos a seguir viviendo de aquí en adelante hacia el futuro, aunque no tengamos todas las respuestas.
Los cuatro ojos simétricos a los míos me espetaron tras la proyección: «A mí me ha gustado, pero tú te la cargarías si no fuera de Clint Eastwood». Mi otra cabeza presume de no dejarse influir, de opinar siempre desde la propia vivencia interior al margen de los criterios de otros, y, a veces, piensa que esta cabeza fría que dicta ahora las palabras a las manos está tejida sólo con datos librescos y adquiridos. No negaré mi perplejidad y la falta de rapidez en la respuesta. No respondí, de hecho. Sólo después caí en que la cosa es que sí es una película de Clint Eastwood, de su autoría nos vendrá o no una obra maestra, que no me olvido de que también dirigió Los Puentes de Madison (The Bridges of Madison County, 1995), pero, sea lo que sea lo que nos ofrezca, el placer está garantizado de entrada.
Y es que Eastwood domina a la perfección el arte de narrar con imágenes. Leía en alguna parte que no es que haga cine clásico sino que rueda películas actuales del modo en que lo habrían hecho los grandes clásicos de la época dorada; no puedo estar más de acuerdo. Más allá de lo que venga a contarnos, quedaremos satisfechos por el enorme alivio que es gozar de esos planos impolutos, de esa cámara serena que se desliza por el encuadre con la sutilidad de una bailarina de ballet, nada de tomarla en mano así porque sí, ni ningún otro desvarío de aquellos que cometen quienes quieren ser a toda costa modernos (y, no, no tengo nada contra de lo novedoso, es más saturación que otra cosa). Sabemos que se va a jugar con toda la profundidad de campo; que ningún detalle captado será superfluo y que esa precisión hará innecesario que las escenas se prolonguen más de la cuenta; sabemos también que habrán elipsis dirigidas directamente a nuestra inteligencia para hacernos cómplices de la trama; que la grúa y los travellings serán firmes y elegantes, esa cuestión moral de la que hablaba Godard; en definitiva, sabemos que vamos a ver una película y no un experimento con gaseosa. Que una película sea de Eastwood es sinónimo de que va a estar bien dirigida, que la historia la va a contar la cámara y no el guión, igual que será la cámara la que construirá los personajes acompañada por una excelente dirección de actores (hasta los enemigos de Matt Damon se quedarán sin palabras para criticarle en esta ocasión). Todo esto lo sé antes de entrar en el cine y por eso, pese a toda mi frialdad racional, no voy a poder emitir un juicio absolutamente objetivo, porque aunque la película no llegará a convencerme, siempre habré pasado un buen rato.
Todos estos aprioris se cumplen perfectamente en Más allá de la vida, robándole las palabras a Quim Crusellas (Nits de Cinema Oriental): donde otros habrían perpetrado un telefilm infumable, Eastwood nos pare un peliculón. Uno de esos de toda la vida, happy end incluido.
Hereafter es el título original de la película, pero también es el título de la novela que presenta Marie Lelay (Cecile de France) en Londres. Con su peripecia se inicia el film. Tras unos breves créditos iniciales, Eastwood nos sumerge en el paraíso de sol y aguas cristalinas que pueden ver desde la habitación de su hotel la célebre periodista Marie Lelay y su amante, el realizador televisivo Didier. Es diciembre de 2004 y estamos en el sur de Asía. Todo le sonríe a Marie, se siente en la cresta de la ola de su éxito profesional y sentimental, pero el mar va a abatirse sobre ella dando un giro de 180º a su vida. Más allá de la vida arranca emulando las películas de catástrofes con una maestría que ya quisiera Roland Emmerich para sí: la secuencia del tsunami es de un realismo aterrador. Pero es en medio de ese verismo donde se inicia lo fantástico, cuando Marie es engullida y sus pulmones se llenan de agua entramos en un limbo azulado de luces y sombras en el que la periodista ve a otras personas en su misma situación. Rescatada de las aguas, vuelve a la vida cuando ya había sido dada por muerta. La experiencia de la muerte marcará en adelante su vida. Como esa misma experiencia, vivida desde otros ángulos, marca la existencia de los protagonistas de los otros dos relatos que se entretejen en esta película de acciones paralelas. Por un lado tenemos en San Francisco a George Lonegan (Matt Damon), un psíquico (llámenlo medium si lo prefieren) amante de Dickens y hastiado de su habilidad, que los demás consideran un don, pero que el siente como una maldición de la que quiere librarse. Y por otro lado, en Londres, tenemos a Marcus (Frankie McLaren), hijo de una heroinómana vigilada por los servicios sociales, y hermano gemelo de Jason (George McLaren) quien se considera el mayor por haber nacido once minutos antes; cuando Jason muera en un accidente, Marcus sentirá en su carne el miedo a la muerte y la inmensa soledad de haber perdido a su hermano, protector y álter ego. Desde ese momento lo único que le impulsa es saber que ocurre tras la muerte, dónde está su hermano, poder hablar con él. Y buscará las respuestas en Internet de la mano de nuestro amigo Google.
No pude evitar pensar en González Iñárritu mientras veía este relato de vidas cruzadas. Concretamente en el González Iñárritu de Babel (2006). Ambas son películas de episodios que se entrelazan por el azar y una problemática común (allí el tema es la comunicación), pero cada director opta por un modo distinto de narrar el entretejido de la trama. El mexicano acude a la desecuenciación temporal para ir desgranando la trabazón de unas historias que han sido unidas ya de entrada por el azar. Eastwood, en cambio, recurre a un tiempo lineal, y será él quien vaya estableciendo el azar (cual si fuera un demiurgo) que acabará uniendo tres historias, que no guardaban relación, en el transcurso de un año. Si Iñárritu (y Guillermo Arriaga, por supuesto) se decanta por una estructura vanguardista, Eastwood (de la mano de Peter Morgan) escoge aquella otra más convencional que ya había consagrado la narrativa clásica del cine desde sus primeras manifestaciones. Y quien escribe esto no elige entre un planteamiento u otro, me quedo con ambos, porque los dos autores se han inclinado por el modo que mejor convenía al estilo personal y al tono que querían darle a la película, ambos hacen lo adecuado.
En Más allá de la vida las casualidades están construidas a posteriori, pero no resultan forzadas, porque no hay un sólo plano gratuito, ni ningún elemento en el encuadre que no tenga una razón de ser para estar allí. Si algo define el tránsito de un personaje a otro, de un episodio a otro, es la elegancia. La cámara de Eastwood se desliza por el paisaje urbano que envuelve a cada uno para moverse de un país a otro, de un continente a otro, de una intriga a otra, sin necesidad de rótulos que habría utilizado un director menos experto. Los personajes no comparten escenario pero Eastwood consigue que no se fragmente y nos saque de la historia, los vamos acompañando en su viaje mientras avanza su anécdota vital aproximándose cada vez más uno a otro. Si sus inquietudes son cada vez más comunes a lo largo de un tiempo compartido en la distancia, es lógico que acaben confluyendo personajes e historias en un mismo espacio. Es previsible, el espectador se limita a preguntarse cómo, cuándo, dónde y por qué, los va a reunir. Pero poco importa que se vea venir, leerán ustedes estos días que Eastwood ha filmado un drama sobrenatural al estilo del El sexto sentido (The Sixth Sense,1999, M. Night Shyamalan), pero les estarán mintiendo. En ningún momento nuestro director se ha propuesto introducir una vuelta de tuerca, no nos quiere sorprender con un final inesperado, porque lo que pretende que nos asombre es descubrir que se puede vivir con plenitud sin ignorar la muerte. Es más, nos está diciendo que sólo mirando la verdad de la muerte podremos vivir con valentía y gozar del amor que nos hace suave el camino.
Peter Morgan no es creyente, pero la muerte repentina de un amigo le hizo necesitar escribir este guión; Clint Eastwood no sabe si hay un más allá, pero sabe que en el más acá la gente necesita esperanzas. Ambos creen que hay demasiado tabú al hablar de la muerte. Con ese mismo sentimiento componen a Marie Delay. Ella es una periodista política de éxito, es conocida por su hacer crítico e incisivo, lidera un programa de máxima audiencia y nunca ha tenido miedo de cubrir los sucesos en el lugar de los hechos. Pero todo eso cambia cuando vive la experiencia de estar al borde de la muerte. Es una vivencia demasiado intensa como para que su rutina no se vea interferida. Su perspectiva de la vida cambia y quienes la rodean la fuerzan a que se tome un respiro. Es la hora de dedicarse a ese libro, siempre pospuesto, que desvelará el lado oscuro de Miterrand. Sin embargo, su inquietud ya no es la misma, las preguntas que se hace son muy otras. Decide investigar sobre el después de la muerte desde las circunstancias vividas y desde los datos que ha podido arrojar la ciencia médica: hace falta que alguien reputado dé su testimonio para sacar a la luz lo que más preferimos ocultar. Quienes creían en ella le dan la espalda, poco a poco va quedando relegada a un segundo plano de lo que ella misma había sido (esos flases en la profundidad de campo que nos van dando el indicio de cómo le van arrebatando su trabajo, su prestigio, el corazón del hombre al que ama). La ola la ha arrastrado a un fondo más profundo del que creía, pero pese al dolor por la pérdida no dejará de seguir adelante, porque lo que está buscando es más importante que lo que ha perdido. Quizás lo que la había rodeado hasta entonces era sólo vanidad, quizás triunfar era otra cosa y quizás su fracaso sea la victoria de reconocerse a sí misma.
Porque Más allá de la vida no es sólo un drama fantástico, no sólo hace que nos preguntemos por el después de la vida, sino que sobre todo nos hace preguntarnos por el aquí y ahora. Es una reflexión sobre quién es triunfador, quién un fracasado, quién es un modelo a imitar, quién no es más que un inadaptado al que marginar.
George Lonegan se define en un momento del film como freak (aprovecho para exhortarles a que vean la película en su versión original), porque así se siente: como un monstruo de feria que todos quieren observar pero a quien nadie deja vivir con normalidad. Una enfermedad en las meninges padecida en su infancia está detrás de las visiones que le asaltan desde la adolescencia (que no se preocupen los escépticos que la película da suficientes argumentos como para sostener que lo paranormal no es más que una deformación de la mente). Visiones que le llevaron a la fama cuando ejerció de medium, (tuvo consulta, página web y hasta se escribió un libro sobre él), pero lo dejó todo para intentar tener una vida normal. Ante la incomprensión de su hermano, trabaja de obrero en los muelles y vive aislado, aunque hace todo lo posible por salir de su soledad, incluso apuntarse a un curso de cocina (que tire la primera piedra aquel que no se haya apuntado nunca a un cursillo de centro cívico o similar con tal de conocer gente) que sólo servirá para comprobar de nuevo que su virtud es una maldición que le impide establecer relaciones normales. Así se muestra en el sugerente miniepisodio que vive con Bryce Dallas Howard interpretando a Melanie, una bella compañera de curso que esconde traumas en su pasado. La historia de George está sumida en la melancolía, una melancolía que remarca ese solo de guitarra que es el tema musical asociado a él (Eastwood es quien firma una banda sonora compuesta para ahondar en el lirismo nostálgico que recorre el film). Se siente condenado a estar solo, como solo come en su cocina (nuevamente la delicadeza de Eastwood para construir todo un universo de sentimientos con un único encuadre y un único movimiento de cámara); es en ese recogimiento donde toma conciencia de que quienes le conocen sólo se acercarán a él por interés, incluido su propio hermano. Así decide irse, poner un océano de por medio, en busca de sí mismo y de aquello que pueda llenar sus vacíos.
El destino elegido por George será Londres, un Londres que se recupera de los atentados del 7J . Y en la ciudad del Támesis verá cumplidos sus deseos. Me permito hacer un alto aquí para introducir un inciso y preguntarme qué película vio el crítico de La Vanguardia. Sin duda no la misma que yo, pues si hubiera sido así no podría no haber comprendido el motivo de incluir el atentado del metro Londinense en la trama. Hablaba yo más arriba de los recursos utilizados por Eastwood para entrelazar los espacios escénicos, para secuenciar el tiempo de acción también recurre a lo sutil. Nada de rótulos que habrían introducido un efecto de suspense que en ningún momento se persigue en la película, acude a la inteligencia del espectador, más concretamente a su memoria haciendo coincidir los momentos de mayor intensidad con acontecimientos y eventos que el propio público puede situar en el tiempo. Así pues, durante las poco más de dos horas de proyección, sabemos que transcurre algo más de un año en la vida de los personajes sin necesidad de que nos sea dicho (aunque se deja caer en un momento de los diálogos por si hubiera algún que otro pulpo despistado), puesto que vemos como la acción arranca con el tsunami que asoló los países índicos en diciembre de 2004, continúa desplegándose en julio de 2005, fecha de los atentados londinenses, y concluye durante la feria del libro de Londres (The book fair of London) que suele celebrarse en el mes de abril. Pautar el tiempo es uno de los motivos para incluir sucesos tan conocidos, pero también son escogidos para arropar los momentos climáticos del film. Funcionan como intensificadores de la tensión dramática, a la vez que nos hacen observar con nuestros propios ojos cuán efímero es el bienestar (en este sentido es espectacular el arranque del tsunami). Nos hacen ver como en pocos segundos podemos atravesar la delgada línea que separa la vida de la muerte y consigue que nos alegremos de que tanto los personajes como nosotros mismos sigamos estando en este lado de esa línea.
Eastwood ha afirmado que esta es su película más francesa en alusión a que es la más intimista, sin embargo, el espectador, pese a la monumental presencia de Cecile de France, siente que ese intimismo, que esa investigación del yo que se lleva a cabo en la película, está más próximo a las brumas del realismo londinense que al onirismo de los surrealistas franceses. Al fin y al cabo el desenlace tendrá lugar en Londres y George Lonegan ha ido a esa ciudad siguiendo las huellas de su admirado Dickens. Interrogado Peter Morgan sobre por qué había elegido al autor de Grandes esperanzas, señaló que no tenía un motivo definido, que simplemente le pareció que servía para decir mucho sobre el personaje de Matt Damon sin recurrir a la descripción, mostrándolo en relación al escritor. Ese sería el motivo (definir al personaje y su temperamento) por el que George Lonegan se duerme todos los días escuchando un capítulo de David Coperfield en la voz de Derek Jacobi, en un audiolibro que probablemente es ficticio (al menos eso he de concluir después de investigar sobre ello); tiene colgado un retrato de Dickens en su sala; lo primero que visita es el 48 de Doughty Street, la casa en la que vivió (y murió) el autor británico; y acude a la Book Fair atraído por un cartel que anuncia la lectura de La pequeña Dorrit por el propio Jacobi (que aparece en la película interpretándose a sí mismo). Sin embargo, muchas veces los relatos se independizan de su autor y sobrepasan las pretensiones de éste: la presencia de Dickens no le va a resultar anecdótica al espectador. Todo lo contrario el espíritu de Dickens, quien formó parte del The Ghost Club interesado como estaba por los fenómenos paranormales y la comunicación con los muertos (ya ven que Morgan ha tropezado con una auténtica serendipia), está muy presente en la atmósfera de la película, especialmente en el episodio de Marcus que es un auténtico cuento dickensiano del siglo XXI.
Efectivamente, la historia de los dos gemelos recuerda a los relatos de huérfanos de Charles Dickens, incluso el tratamiento del color y su forma de vestir nos remonta al Londres victoriano desde que nos los presenta en casa de un fotógrafo. Esa secuencia sola sirve para caracterizar a los dos hermanos, Jason, el mayor por once minutos, es locuaz, avispado y es el dominante, Marcus en cambio es introvertido, casi desvalido, se deja proteger por su hermano del que es un auténtico vasallo. Los gemelos McLaren debutan con esta actuación (cuántos quisieran entrar en el cine de la mano de un grande como Eastwood) y fueron interpretando a uno u otro de los gemelos de ficción según cuál de ellos dos diera el mejor registro de la escena. En su historia se dan la mano el tono picaresco (toda la estratagema para engañar a los representantes de los servicios sociales) y la mayor carga dramática del film con la muerte por atropello de Jason (una secuencia montada con un ritmo de vértigo que nos hace sentir tan en directo la muerte del pequeño como lo hace el hermano de Jason y con la misma sensación de impotencia). Marcus queda sólo y separado de sus seres más queridos justo cuando parecía que su madre heroinómana se iba a desintoxicar e iban a ser por fin una familia normal. Marcus ha perdido su reflejo, aquel que le daba fuerza y vagará en su búsqueda. De todos los protagonistas, Marcus es el más herido por la muerte real, perder a su gemelo le aboca doblemente a ella, porque su hermano ha dejado de estar entre los vivos y porque siendo su igual él también ha muerto un poco pero sin saber a dónde ha ido a parar la mitad de su alma. Este episodio es el que más fácilmente se habría convertido en sensiblero y lacrimógeno de no haber estado detrás la mano de Clint Eastwood. Y es que toda la amargura y el quebranto que deja la muerte de Jason en Marcus ( y que tan bien recoge el tema musical que la refleja en el que los violines parece llorar mientras el piano pone las notas hondas del dolor), está entrelazada con enormes dosis de humor e ironía. Ese ir de psíquico en psíquico en busca del contacto con el más allá tiene más de comedia que de drama, y los pequeños McLaren (sólo tienen doce años) bordan una actuación repleta de leves matices de expresión como si en ellos anidara ya toda la experiencia interpretativa de un Viggo Mortensen.
Las imágenes de rodaje que muestran al viejo Clint junto a los pequeños McLaren hacen recordar la relación que tenía aquel con su joven vecino chino en Gran Torino. Cuando acabé de ver el Eastwood del 2008 salí del cine lanzando vivas porque Eastwood lo había logrado: ya era tan grande como Ford, pues este no hubiera dudado en firmar aquella película. No reaccioné así tras la proyección de Más allá de la vida, supe que no estaba ante su mejor película, pero salí feliz como cuando en mi infancia vi en la pantalla grande Encuentros en la tercera fase (Close Encounters of the Third Kind, 1977, Steven Spielberg). Esta cabeza racional que escribe no dejará de ser agnóstica por mucho que la cabeza emotiva se declare creyente, pero me gustan los cuentos y esa suspensión trágica del «y si…». Más allá de la vida es un canto de esperanza y un empujón hacia el carpe diem aunque las esperanzas no llegasen a ser reales. Un cuento con final feliz cuyos personajes nos siguen acompañando cuando ya han terminado los créditos. Sabemos que se nos aparecerán cuando nos sintamos inmortales por aceptar la mortalidad y nos rodearán en esos momentos de ensoñación como a Dickens le envolvían sus personajes durante el sueño.
No es la película de Eastwood que más me gusta, pero sé de cierto que es la que más le habría gustado a mi padre, aunque fuera sólo por eso ya la habría puesto entre mis favoritas.
Sudor Frío, estreno en Argentina, para nosotros el cómic
Serendipia conoció a los hermanos García Bogliano cuando eran unos jóvenes adolescentes amantes del cine que editaban desde Madrid el fanzine Confusos en el que expresaban opiniones que se avanzaban a la época. Es por eso que fue una agradable sorpresa recuperar su pista a través de Internet convertidos ya en cineastas independientes. La red nos permitió recuperar su ópera prima, Habitaciones para turistas (2004) a la que dedicamos un artículo para dar a conocer su cine en este otro lado del Atlántico. Coincidiendo con la celebración de Halloween, y gracias a la gentileza de Klowns Asesinos, pudimos ver la que fue su tercera película 36 pasos (2006), nuevamente un slasher marcado por la fatalidad en el que vertían sus conocimientos sobre cine, su asimilación de las técnicas más actuales (una cámara nerviosa que juega al virtuosismo, quizás con más voluntad que acierto, y que muestra que Adrián y Ramiro siguen siendo unos cinéfilos impenitentes) y su buen gusto a la hora de elegir actrices.
Ellos mismos se han financiado sus films de forma independiente mediante su productora Paura Flics. Así sus películas se han exhibido en festivales (Buenos Aires Rojo Sange, Mórbido film fest, etc.) y han recibido el reconocimiento que merecen en toda Sudamérica. Ahora, por fin, les ha llegado el turno de disfrutar las mieles de un estreno comercial. Sobre ello hablaba Adrián García Bogliano en la conferencia de prensa para presentar el proyecto: Sudor Frio tiene la particularidad de ser la primera película de horror Argentina que se hace pensada a nivel industrial como para un estreno en salas comerciales en los últimos 50 años. Esto nos parece un hito bastante interesante y es una película donde se unen dos formas bastante diferente de hacer cine que es la de la experiencia y la trayectoria que tenemos con Pampa Films, que es la coproductora de esta película y lo que hemos venido haciendo durante muchisimo tiempo con Paura Flics, con nuestra productora independiente de cine de terror. El salto a la explotación en salas ha sido posible gracias a la coproducción de Pampa Films una de las productoras latinas más importantes conformada por Juan Pablo Buscarini y el grupo español Filmax. Su estreno en argentino tendrá lugar el jueves 3 de febrero y ya se puede ver el spot en las televisiones del país:
Sudor Frío es una película de terror que resultará bastante salvaje dentro de lo que es la escena comercial argentina. El propio Bogliano la compara con la saga Saw (cuya sexta entrega fue objeto de censura en nuestro país cada vez más pacato), pero en opinión del director ellos han introducido unas gotas de humor negro que suavizarán la tensión en algunos momentos. La verdad es que con esa descripción se nos abre el apetito de ver esta película que juega con el suspense, la intriga matemática, los nuevos miedos nacidos a raíz de Internet, e incluso ciertas notas políticas. El argumento nos trae la historia de un joven (Facundo Espinosa) en busca de su novia desaparecida (la debutante Camila Velasco). Una amiga incondicional (Marina Glezer) de ambos estará dispuesta a todo por ayudarle. Su investigación les conducirá a un caserón en cuyo interior les están esperando unos asesinos armados con veinticinco cajas de explosivos pertenecientes a la dictadura de Videla. Adrián lo explica así: se plantea en un principio como una película romantica, pero que a partir de los 20 minutos se convierte en una montaña rusa de terror que esperamos que no dé respiro al espectador, por lo cual resulta un desafío, y que tenga que convertirse en un mecanismo de relojería que no le de un respiro al espectador.
Que Sudor Frío no deja indiferente, lo prueba el éxito de público y crítica con la que la recibió el Mórbido Fest. Desde Costa Rica, después de verla en México, nos llega este comentario:
Sudor frío es una cinta para analizar desde lo técnico por su manejo bastante adecuado de las habilidades cinematográficas clásicas y actuales. Se entreteje con una historia llena de elementos políticos, históricos y perversos en diferentes planos de su conflicto, algunos más sutiles que otros pero que le dan un molde para entender la retorcida mente de sus protagonistas y de su postura ante el mundo y ante sí mismos. Buen anagrama de la mente de un psicópata enfermo que me pareció deliciosa francamente.(…) Es dinámica, entretenida y llena de sobresaltos, varios giros ingeniosos le ayudan a mantenerlo a uno en tensión la mayoría del tiempo. (…)Creo que es de las mejores películas de género que han salido en Latinoamérica en muchos años, por lo técnico, por la historia, por la dirección y por la originalidad de la narración, observen las escenas a cámara lenta por ejemplo, eso es amor por un trabajo fílmico. Desde lo formal cumple con lo que propone y despierta emociones.
Buenos mimbres, pues, son los que tejen esta película que esperamos llegue a poder ver su estreno comercial también en España. ¡Ya sería hora de poder disfrutar de las películas de los hermanos García Bogliano en pantalla grande y con buena calidad de sonido!
Hasta que llegue ese día podremos disfrutar del cómic promocional que regalaba la revista Argentina La Cosa Cine en su web el pasado jueves día 13. Podéis disfrutarlo aquí y tiene esta pintaza:
La adaptación gráfica ha sido obra del ilustrador Blas Rodríguez e Industrias Lamonicana como estrategia de campaña viral para que sea el mayor número de personas las que sepan de la película. El cómic relata los antecedentes de la intriga y logra a la perfección crearnos el deseo de saber más. Para saciar ese deseo nos hemos sumado a esta campaña viral con nuestra modesta aportación.
¡¡¡Películas Friki por menos de dos euros!!!
Muchos conoceréis ya la distribuidora Friki Films, aunque no lleva mucho tiempo en el mercado se ha hecho con su propio hueco. Y es que cumple una función muy importante dentro del espectro cinematográfico: la de difundir obras de autores noveles (o no tanto) por las que editoras más convencionales no habrían apostado. Nos lo explican ellos mismos en su Web :
FRIKI FILMS nace con la intención de convertirse en la plataforma de todos aquellos que no encuentran su sitio en la jungla de la distribución convencional. Porque todo aquello que nadie se atreve a distribuir es lo que busca FRIKI FILMS. Cine alternativo. De bajo (o bajísimo) presupuesto. Cine friki, sí. Pero Cine de Verdad.
Podemos encontrar en su catálogo obras de directores como Dani Moreno (a quien entrevistábamos hace un tiempo y a quien consideramos un gran valor de nuestro cine), Adrián Cardona, Ciro Altabás, Óscar Martín (que trabajo como montador en el documental sobre Naschy El Hombre que vio llorar a Frankenstein), Julián Lara, Norberto Ramos del Val, y muchos más. Gracias a los esfuerzos de su creador, Ignasi Lamarca Flinch, cada vez coge mayor prestigio y cada vez son más fáciles de localizar en tiendas por los aficionados, las podemos encontrar incluso en El Corte Inglés, y para recibir las novedades del catálogo basta con registrarse en su página.
Ahora Friki Films nos lo pone aún más fácil: ¡¡¡podemos alquilar sus películas en la red por menos de dos euros!!! La podréis encontrar en el apartado Televisión, Ignasi nos contaba de forma divertida los pasos a seguir:
1º registrarse
2º como pagar
3º …..
4º Ver la película sin interrupción
5º comprate un cable y conecta el ordenador a tu magnifica pantalla de 50 pulgadas o mas o menos
6º invita a tus amigos y amigas a tomar cervecitas, chetos, onduladas, gyn tronics y pasar un buen rato.
7º ya que sois muchos coger otra película
8º disfrutar de la compañía de los colegas y reír, que de eso se trata la vida
No os perdáis este ofertón y si queréis disfrutar de clásicos también podéis alquilarlos a muy bajo coste. Iniciativas como esta, que reconvierten el mercado del audiovisual aprovechando las herramientas que ofrece Internet, son las que puede acabar con las descargas indiscriminadas que tanto preocupan al ministerio en vez de esa absurda Ley Sinde que nos proponían. Por el buen futuro de las TICs y el buen cine de género apoyamos el trabajo de pioneros como Friki Films.
Terror en el cine negro: El demonio bajo la piel (The Killer inside me), una crítica con spoilers
A veces es difícil determinar los límites del cine negro y el de terror, cada uno tiene sus propias claves de género que los distingue, pero comparten figuras y temas. Ahí estaría por ejemplo (y ocupando un lugar de honor en la historia del cine) El cabo del terror (Cape Fear, 1962, J. Lee Thompson) con un Robert Mitchum interpretando magistralmente al psicópata Max Cady, film que fue versionado por Scorsese sin desmerecer la original. Por eso siempre nos ha parecido un gran acierto que nuestros amigos del Fecinema incluyan una sección de cine fantástico dentro de un festival consagrado al cine negro.
En ese linde se mueve El demonio bajo la piel, adaptación de la obra maestra de Jim Thompson, la novela negra The Killer inside me, título que es compartido por la cinta de Michael Winterbottom en su idioma original. En España algún listillo habrá decidido que no era suficientemente poético, pero nos resulta mucho más acorde con el tono de novela y película el título con el que bautizó la historia el novelista (El asesino dentro de mí en español, pero que sería mejor traducir como El asesino que hay dentro de mí). Este clásico de Jim Thompson ya fue llevado al cine en 1976 por Burt Kennedy, desconocemos con qué resultado, respecto a la actual nuestros críticos profesionales han sido poco amables, algunos calificativos como muestra: «La cinta habría necesitado un estilo menos neutro, menos convencional (…) un «thriller» oxidado que nunca acaba de transmitir la sensación de amenaza hiperbólica de la novela.» (Sergi Sánchez: Diario La Razón); «Sobra la machacona insistencia sobre los traumas infantiles de esta gélida bestia, sobra una larga y provocadora secuencia (…) una agresión innecesaria a la paciencia del asqueado espectador. (…) posee atmósfera enfermiza y causticidad.» (Carlos Boyero: Diario El País); «Las buenas ideas del director se pierden entre la confusión y el simple delirio (…) La película termina por resultar redundante, imprecisa, barroca y demente. Más sencillo: no funciona, no emociona, no engancha» (Luis Martínez: Diario El Mundo). Nosotros somos aficionados y lo somos en toda la polisemia del término, no nos mueve la obligación a hacer nuestro trabajo ni escribimos críticas presumiendo de no haber visto la película (caso Boyero/Almodóvar); ver cine es nuestra pasión y esa es la que ponemos en nuestras críticas. El demonio bajo la piel no es una película redonda pero complacerá a gran parte del público, lo que es quien escribe esto pasó un buen rato en la platea.
Se dice de Jim Thompson que es el escritor de novelas criminales más escalofriante que existe; aunque sólo fuera por habernos descubierto esa laguna en nuestros conocimientos literarios ya valdría la pena haber visto la película. Según sus lectores Thompson crea un universo salvaje, sombrío, oscuro, donde nada es nunca lo que parece, con personajes ambiguos: esos policías sin alma, pura mentira, cuya apariencia de buena persona esconde a seres desalmados, sin sentimientos, que matan sin pestañear, que torturan para cumplir con sus planes con absoluta frialdad y desafección. Sin poder juzgar hasta qué punto es fiel la película a ese universo, sí podemos decir que logra crear una atmósfera enfermiza que acompaña al creciente delirio del protagonista, sumiéndonos en una incómoda familiaridad con ese psicópata que se recrea en sus crímenes igual que la cámara de Winterbottom lo hace en la violencia.
Tras unos créditos iniciales con reminiscencias pop, la película se abre con la voz en off del protagonista: Lou Ford (Casey Afleck), Sheriff adjunto de una pequeña ciudad norteamericana sureña (la película ha sido rodada en Oklahoma) con ese ambiente de doble moral. Bajo una apariencia de respeto por los protocolos de la cortesía se esconde una realidad de viejas rencillas y caciquismo. Lou Ford es un personaje a escala de su propia ciudad: un hombre guapo, encantador, sin pretensiones, pero sin alma. Favorito del sheriff del condado (Tom Bower) y bien considerado por sus vecinos, esconde secretos de su infancia y una venganza pendiente contra el «dueño» de la ciudad, el constructor Chester Conway (Ned Beatty). Cuando reciba la orden de detener a Joyce Lakeland (Jessica Alba), que ejerce la prostitución a las afueras del pueblo, se le brindará la ocasión de llevar a cabo su venganza. Inicia con ella una tórrida relación que le hace llevar más lejos sus inclinaciones sádicas de lo que afloran en su relación clandestina con la rica heredera Amy Stanton (Kate Hudson). Así va emergiendo el asesino que lleva dentro, un asesino frío, impasible y extremadamente cruel, que no vacila en dar muerte a quienes confían en él cuando empiezan a fallarle las coartadas. No es la violencia la que escala, esta es ya brutal en su primer episodio (una larga secuencia que superó las tragaderas del pobre Señor Boyero, qué cosas), lo que aumenta a lo largo del film es la enajenación del protagonista quien conforme avanza la película va desprendiéndose de su fachada amable y formal, para dar salida al monstruo que late en él desde su más tierna infancia.
La película que factura Winterbottom rehuye de esos esquemas tradicionales en los que la tensión crece hacia un clímax tras el cual se desciende hasta el desenlace; bien puede decirse que carece de clímax, puesto que su espectacular final no es tanto la resolución de un conflicto como el cumplimiento de la fatalidad del personaje central. El director entendió que bajo la apariencia de novela negra, en verdad, lo que escribió Jim Thompson es una tragedia, pero una tragedia sin catarsis porque no se busca expiar el lado oscuro de nuestros deseos y actitudes. No, el escritor simplemente constata que las personas, por cualquier razón, son destructivas, y así nos deja con nuestros demonios fuera y sin poderlos negar, sin poder eludirlos. Eso es lo que dejó prendado a Winterbottom de esta novela que Stanley Kubrick definió como la más escalofriante y verosímil narración en primera persona de una mente retorcida por el crimen. El británico logra plasmar ese narrador protagonista haciendo que Lou Ford esté presente en todas y cada una de las escenas del film, nada es presentado por los otros personajes, así nosotros vamos descubriendo la trama de la mano de su protagonista. Para acentuar esa primera persona narradora acude a uno de los elementos característicos del negro, la voz en off que es criticada desafortunadamente por algunos comentaristas. Esta sabia combinación de presencia constante del protagonista más la voz en off le permite a Winterbottom transmitirnos el punto de vista del personaje central sin tener que acudir a la cámara subjetiva. Así no llegamos a ponernos en su piel pero sí se nos hace suficientemente familiar como para que se estimule nuestro yo más perverso como espectadores: no llegamos a querer que se salve, pero tampoco queremos que le descubran. Es por ello que nos mantenemos pegados a nuestras butacas esperando ver cómo va a culminar la película. Y el final no es un desenlace sin más, es un auténtico apoteosis que rebasa nuestras expectativas a la vez que nos parece de una verosimilitud perfectamente coherente con lo que hemos visto en la pantalla.
Cassey Afleck se ve en la difícil tarea de dar carne a la compleja psicología de Lou Ford, un personaje que destruye a personas que parecen amarlo y a quien él parece querer y con quien podría ser feliz. Este potencial para el amor parece desencadenar en él el deseo de matarlos, de destruirlos. Tiene que soportar además todo el peso de la película al participar de todas las escenas y ello logrando transmitir de alguna manera que lo que está sucediendo dentro de su cabeza no es necesariamente lo mismo que lo que está haciendo. Lou es este personaje que pretende ser algo que no es y que interactúa con las personas casi como si fuera un juego. Reflexiona acerca de las cosas de manera muy consciente. Winterbottom pensó en Cassey desde el principio, estaba seguro de que sería capaz de transmitir esa sensación del mundo complejo e interesante que ocurría dentro de su cabeza. Y verdaderamente lo logra. El propio Cassey contaba en una entrevista cómo pudo soportar esa presencia continua, ese constante mostrar una apariencia de persona amable y a la vez comportarse como un ser de una violencia extrema, cosa que le obligaba a tener que distanciarse de esa violencia a fin de conseguir el contraste adecuado: No tuve que hacer gran cosa porque existían ciertas circunstancias atenuantes: hacíamos estas escenas violentas y, a continuación, hacíamos otra escena en la que algunos de los sentimientos de la escena anterior se desbordaban un poco, y, a continuación, pasábamos a una escena de amor y, a continuación, a otra cosa. Al final del día, tenías un montón de sentimientos, diluidos por muchos otros sentimientos.
Jessica Alba y Kate Hudson le hicieron más fácil interpretar ese temperamento de máxima violencia, fue más fácil de lo que pensé que sería porque Jessica lo hizo todo muy creíble y ella estaba muy comprometida con las escenas, estaba dispuesta a hacer todo lo posible por hacerlas lo más reales posible. Ella hizo que todo me resultara mucho más fácil (Cassey Afleck). Ambas actrices completan, con excelentes resultados, la tríada protagonista. Jessica Alba es conocida por no aceptar papeles de prostituta ni desnudos, por eso, quizás, le habían ofrecido el papel de Amy Stanton, la chica de buena familia novia clandestina de Lou. Sin embargo, tras leer el guión, decidió interpretar a Joyce Lakeland, cuando me dieron el guión me gustó más el papel de Joyce. Pensé que era más interesante para mí. En primer lugar, supongo que siempre es divertido interpretar el papel de una niña mala. Pero nada es totalmente blanco o negro, y creo que eso es lo que es tan interesante acerca de la película: nadie es lo que parece. Realmente no pienso en Joyce como en una chica mala, sino más bien como en una chica triste. Me encantó la tragedia de la historia de amor, el hecho de que ella es la que enciende la pasión y la esencia de lo que él es en realidad: un asesino. Pensé que era una forma realmente interesante y oscura de desarrollar una historia de amor. Efectivamente, si uno de los tópicos del cine negro es la presencia de la buena chica frente a la chica mala, la mujer fatal, que introduce el conflicto y perturba al protagonista en El demonio bajo la piel esos roles son más difusos. Joyce, la prostituta, no es sólo la tentadora que arrastra a Lou a la fatalidad, es también una joven verdaderamente enamorada con el deseo real de contraer matrimonio con él e iniciar una vida ordenada y feliz. Y a la inversa, Amy Stanton, una más que correcta Kate Hudson, la niña buena y de buena familia, no busca sólo la estabilidad que aporta contraer un matrimonio que los incluya en la buena sociedad, al contrario, la mueve un deseo sexual abrasador que no se conforma con un sexo convencional sino que busca llegar hasta el límite de lo violento, al masoquismo del maltrato. Kate Hudson ve a su personaje como la chica alegre, feliz y perfecta de siempre, que tiene todo organizado y proviene de una buena familia, pero por debajo de todo esto está una mujer muy desesperada que desea ser amada por este hombre. Ella es muy frágil. Ella ‘ama demasiado’ y sin embargo, debajo de todo esto, está una chica muy propensa a los malos tratos y que necesita algo de ese tipo de relación. En realidad ambas mujeres sienten deseos complejos y contradictorios. Ambas desean estar con Lou de verdad. Ambas están enamoradas de Lou de una manera muy profunda.
Junto al elaborado perfil de los personajes, contribuye a la creación de esa atmósfera, viciada y enajenada, la excelente dirección artística que reproduce a la perfección la estética de los años cincuenta y la turbulencia de las ciudades pequeñas del sudoeste oculta siempre bajo una apariencia de caballerosidad y valores tradicionales. Se nos enseña la doble moral característica de los ambientes provincianos, pero está tratada de tal modo que la comprendemos no sólo como el problema de una época, sino en su atemporalidad. No es algo pasado, es rabiosamente actual. Igualmente destaca el esmerado tratamiento de la banda sónora, especialmente de la música diegética y el uso de música popular como el bluegrass y ese lado oscuro del folk que son las murder ballads. Pero no usa sólo música popular reforzando lo que ya expresa el score original de Melissa Parmenter y Joel Cadbury, sino que también la música clásica tiene su lugar. Así Winterbottom acude al último lied de los Cuatro últimos lieder de Richard Strauss: In abendrot (en el crepúsculo). Este lied para soprano y orquesta, que pone música al poema homónimo de Joseph von Eichendorf, expresa de que modo un sentimiento vivido desde el inicio como un ocaso conduce a la máxima pasión, como si fuera un instante robado a una eternidad extática inaccesible, sabiendo que no hay posibilidad de continuidad ninguna. Es un abrazo al amor que es un abrazo a la muerte. En la película sirve como contrapunto musical a una de sus frases más significativas, pronunciada por el Sheriff Bob Maples: es antes del ocaso cuando más brilla la luz; con esa frase el sheriff Maples sentencia ya que Lou no va a librarse de su némesis, del castigo a su desmesura. Pero hay más, ni el sheriff Maples ni el espectador cuando la escucha son conscientes de que lo que se está anticipando es la culminación ardiente y dramática de una pasión que desde siempre ha jugado a hacer del dolor amor. El ocaso de un amor que se sabe muerte, como es el cantado en In abrendod, ha planeado desde el pricipio sobre Lou Ford y el personaje interpretado por Jessica Alba. En El demonio bajo la piel Winterbottom da a la banda sonora sentido narrativo, como han hecho siempre los buenos cineastas, y tal como lo había hecho ya él mismo en películas como 9 canciones (2004) que sigue la interacción sexual de una pareja mientras asiste a varios conciertos de rock en los que suenan las nueve canciones del título; o Wonderland (1999) la historia de tres hermanas y sus familias durante el fin de semana de Guy Fawkes en Londres y cuyos dispares elementos se relacionan entre sí mediante la banda sonora compuesta por Mychael Nyman, mención a parte merece, claro está, 24 Hour Party People (2002) donde documenta el anárquico ascenso y la caída del influyente sello Factory Records, siguiendo, a la vez, la deriva de la escena musical de Manchester.
Lou Ford es casi un melómano, su amor por la música se ve reflejado en varias escenas, como cuando obsequia a Elmer Conway (Jay R. Ferguson) con una improvisada exhibición de las variaciones de una melodía según se toque al modo negro, al modo asiático etc. Pero es sobre todo en la secuencia final cuando se nos revela su devoción por la música. Con su frialdad acostumbrada, Lou Ford va preparando el escenario del que va a ser el último acto de esta tragedia y lo hace acompañado por Una furtiva lácrima, el aria más conocida de la ópera de Donizetti, L’elisir d’amore. Con ese fondo musical Lou Grant parece decirnos que quiere convertir su vida en la obra de arte total que es la ópera. Lou es una versión extrema de la condición autodestructiva presente en casi todo humano; en Lou su potencia para amar se convierte en fuerza destructora. Ha destruido a quienes le amaban o confiaban en él, aunque también él parecía quererles desde su gelidez. Ama matando y es amado muriendo; esa es la única forma posible de concluir su tragedia. Pero elige el aria de una ópera cómica para su última actuación, es como si indicara que toda la terribilidad que ha desatado, y que es, en verdad, el lado más tanático (y por tanto más erótico) de la vida, no ha sido más que una pesada broma.
Cielo, si può morir…! Di più non chiedo, non chiedo. Ah! Cielo, si può, si può morir…! Di più non chiedo, non chiedo. Si può morir… Si può morir d’amor!
EL BUQUE MALDITO Nº14 ¡YA DISPONIBLE!
Tras seis meses de descanso, El Buque Maldito vuelve con un nuevo número especial dedicado a diferentes festivales estatales celebrados en 2010. Acapara gran parte de este número 14 un especial del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya — SITGES 2010, con una extensa crónica de 15 páginas, acompañado de entrevistas a Howard J. Ford & Jon Ford («The dead»), Yoshihiro Nishimura («Helldriver», «Mutant girls squad»), Laurent Courtiaud & Julien Carbon («Les nuits rouges du bourreau de Jade»), Srdjan Spasojevid («A Serbian film»), Mladen Djordjevic («The life and death of a porno gang»), David Muñoz, Adrián Cardona & Rafa Dengrà («Brutal relax»), Ulises Guzmán («Alucardos-Retrato de un vampiro»), Jim Mickle («Stake land»), Rodrigo Atiénzar («Por gloria divina»), Nico Mastorakis («Island of death») y Dennison Ramalho («Ninjas»), además de las crónicas de la XXI Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián y del Cryptshow Festival 2010. En total, 71 páginas con portada dedicada al film «Les nuits rouges du bourreau de Jade» y contraportada del cortometraje «Ninjas».
PVP 3€. http://www.elbuquemaldito.com
DVD / Blu-ray: Enero 2011
Parece que tras el alubión navideño las distribuidoras han decidido hacer una tregua, así que de momento pocas novedades se pueden comentar (de hecho, una) pero en todo caso aprovecharé para reseñar algunos lanzamientos anteriores de los que no tenía noticia y que me parecen suficientemente interesantes.
Año: 2009. Duración: 96 min. Nacionalidad: USA, Canadá, Francia.
Imagen: Color – PAL – Widescreen 1.85:1 – 16:9.
Audio: Español (Dolby Digital 5.1), Catalán (Dolby Digital 5.1), Inglés (Dolby Digital 5.1).
Subtitulos: Español, Catalán. Discos: 1
Lanzamiento: 19/01/2011.
Sinopsis:
Clive y Elsa son dos brillantes científicos especializados en la combinación de ADN que se dedican a diseñar híbridos de
especies animales para un laboratorio farmacéutico. Tras el éxito de su último experimento, deciden ir en secreto un paso más allá y usar ADN humano en la creación de un nuevo híbrido que les ayude a revolucionar la medicina moderna.
Duración: 144 min. Nacionalidad: España, Francia.
Imagen: Color – PAL – Fullscreen 1.33:1 – 4:3.
Audio: Español (Dolby Digital Stereo), Catalán (Dolby Digital Stereo), Inglés (Dolby Digital Stereo).
Subtitulos: Español, Catalán, Inglés.
Edición: Digibook Discos: 1 <!– – DVD 9 –>
Sinopsis:
Segundo de Chomón es es una figura fundamental de los primeros años de la historia del cine. Empezó su trayectoria en Barcelona, en 1902, coloreando películas. En 1905 se va a París y en poco tiempo se convierte en uno de los técnicos más importantes de la Pathé Frres. Especializado en cine de atracciones: fantasmagorías, brujos, transformaciones inverosímiles y sustituciones maravillosas, mundos de una imaginación desbocada por los que es conocido como el Mélis español. Una excepcional muestra del mejor cine primitivo desde 1903 a 1912.
Contenidos:
– La edición contiene: 31 títulos restaurados de Segundo de Chomón, Acompañamiento musical original de Joan Pineda.
Libro: «Segundo de Chomón: Más allá del cine de las atracciones 1902-1912.
– Color y B/N.
Música: Manlio Mazza, Ildebrando Pizzetti.Año: 1914. Duración: 126 min. Nacionalidad: Italia.
Imagen: Blanco y Negro – PAL – Fullscreen 1.33:1 – 4:3. Subtitulos: Español. Discos: 1 <!– – DVD 9 –>
Sinopsis:
S. III adC. El más famoso de los filmes de la primitiva saga italiana del género épico narra la historia de Cabiria. Hija de patricios romanos residentes en Sicilia, Cabiria asiste a la destrucción de su hogar provocado por el volcán Etna. Salvada por piratas fenicios, es vendida como esclava en Cartago. El sumo sacerdote Karthalo la compra y Cabiria irá creciendo en cautividad al mismo tiempo que el Imperio Romano se expande y se prepara para derrotar a los cartagineses en las míticas Guerras Púnicas que anticipan el desenlace de la película. Publicitada como obra del poeta Gabriele D Annunzio, el escritor en realidad se limitó a escribir los intertítulos, pero dada la fastuosidad de la producción, se debía contar con el reclamo publicitario de una de las figuras públicas más importantes de la Italia de principios de siglo XX. De hecho el libreto se basa en el texto de Tito Livio, algunas fuentes la relacionan con la novela de Emilio Salgari y otras, reflejan la gran influencia narrativa ejercida por el Salambó de Gustave Flaubert. La película fue dirigida por Giovanni Pastrone, autor también de otro mastodonte épico, La caída de Troya (1910) y supuso la mayor producción realizada hasta la fecha en el novísimo séptimo arte.
Duración: 127 min. Nacionalidad: USA.
Imagen: Blanco y Negro – PAL – Fullscreen 1.33:1 – 4:3. Audio: Inglés (Dolby Digital 2.0).
Subtitulos: Español.
Discos: 2 <!– – DVD 5 –>
Lanzamiento: 14/07/2010.
Sinopsis:
Disco 1:
El Misterioso Mr. Wong.
Una vieja leyenda china habla de las misteriosas doce monedas de Confucio. Quien consiga las doce monedas, tendrá todo el poder sobre la China actual. El aparentemente inofensivo remendador de zapatos de Chinatown Mr. Wong (Bela Lugosi), resulta ser el recolector de las monedas. Cuando llega la noche, se convierte en un sádico y despiadado criminal que no se parará ante nada ni ante nadie para conseguir las monedas. Al mismo tiempo un joven reportero (Wallace Ford) sigue la pista de uno de los crímenes de Mr. Wong y pronto se topará con la cruda realidad…
Disco 2:
Dragones Negros.
A las puertas de la Segunda Guerra Mundial, la Black Dragons Society (que ya había aparecido en el film Let’s get tough!), es una peligrosa organización japonesa secreta que junto a la ayuda de los nazis, elabora un maquiavélico plan para dominar el mundo. El joven Dr. Melcher (Bela Lugosi) es reclutado por la organización para viajar hasta Japón en misión secreta. El plan consiste en coger a seis conspiradores convertirlos en dobles idénticos de los líderes mundiales de la política y asesinar a los verdaderos…
Contenidos:
– Libreto de José Luis Salvador Estébenez y Carlos Díaz Maroto.

Director: Wallace Fox.
Actores: Bela Lugosi, Luana Walters, Tristram Coffin, Elizabeth Russell, John Archer, Wanda McKay.
Música: Johnny Lange, Lew Porter.Año: 1942. Duración: 125 min. Nacionalidad: USA.
Imagen: Blanco y Negro – PAL – Fullscreen 1.33:1 – 4:3.
Audio: Inglés (Dolby Digital 2.0). Subtitulos: Español.
Discos: 2 <!– – DVD 5 –>
Lanzamiento: 14/07/2010.
Sinopsis:
Disco 1:
El Ladrón de Cadáveres.
Bela Lugosi, más estrella que nunca, interpreta de nuevo a un médico enloquecido, el doctor Lorenz, un horticultor europeo que cultiva unas orquídeas rarísimas y de mortíferos efectos. A su vez, una reportera investiga el rastro dejado por mujeres que a punto de casarse , reciben una misteriosa orquídea, y mueren. La realidad es que la octogenaria esposa del Dr. Lorenz, necesita el fluido vital de las jóvenes vírgenes para conservarse eternamente joven y bella…
Disco 2:
Entierro a Medianoche.
Es quizás el mejor film interpretado por Bela Lugosi para Monogram, la productora de serie B con más afición por los zombis y los muertos vivientes. Aquí, Bela es un psicólogo que divide su tiempo entre ciencia y el mantenimiento de una misión benéfica en el Bowery, dedicada a dar de comer a vagabundos e indigentes. Lo que parece un acto caritativo y desinteresado, es en realidad una tapadera para que el personaje interpretado por Lugosi cometa sobre todo tipo de atrocidades con los vagabundos despistados, cuyos cadáveres acaban en su cementerio privado, situado en el sótano de la misión…
Contenidos:
– Libreto de Quim Casas.
EL BUQUE DE LOS MISTERIOS / EL VELERO DE LA MUERTE (Tribanda)
Director: William Nigh, Denison Clift.
Actores: Noah Beery, Astrid Allwyn, Edwin Maxwell, Bela Lugosi, Shirley Grey, Arthur Margetson.
Año: 1934, 1935. Duración: 124 min. Nacionalidad: USA, Reino Unido.
Imagen: Color – PAL – Fullscreen 1.33:1 – 4:3.
Lanzamiento: 18/10/2010.
Sinopsis:
Disco 1
El Buque de los Misterios
EL capitán Holling queda relevado del mando de su nave tras sufrir un colapso nervioso. El capitán Downey será su substituto pero desconoce que será utilizado como conejillo de indias. El professor Grimson ha desarrollado un sistema de control remoto para gobernar el barco desde su laboratorio en tierra pero lo que no sabe es que le están espiando. Poco después de que el profesor suba al barco para probar su sistema, es atacado y herido de muerte. El Mayor Pope llegará a la nave para investigar los sucesos. Alguien, entre la tripulación y los pasajeros, es el responsable del fatal crimen y no parece que todo haya terminado.
Disco 2
El Velero de la Muerte
Inspirado en la historia real del Mary Celeste, una nave hallada en pleno océano Atlántico el día 5 de diciembre de 1872, sin ningún tripulante pero navegando a toda vela en dirección a Gibraltar. Lo curioso del caso es que transportaba toda la carga y en el barco hallaron todas las pertenencias de los 10 tripulantes. Hoy en día se considera la desaparición de su tripulación como uno de los mayores misterios de la navegación.
Actores: Ann Corio, Buster Crabbe, Evelyn Wahl, Julie London, Barton MacLane, Fifi D´Orsay.
Música: Willy Stahl.
Año: 1942, 1944. Duración: 143 min. Nacionalidad: USA.
Imagen: Color – PAL – Fullscreen 1.33:1 – 4:3.
Discos: 1 <!– – DVD 5 –>
Lanzamiento: 18/10/2010.
Sinopsis:
Disco 1:
La Sirena de la Jungla
Ann Corio, una de las mujeres más sensuales del momento en los Estados Unidos, interpreta a Kuhlaya, la Sirena de la jungla, la versión femenina de Tarzán. Kuhlaya es una mujer criada en la selva y que acabará ayudando a dos ingenieros americanos que tienen la misión de construir una pista para aviones. Lo que no cuentan es que un pequeño grupo de rebeldes locales, liderados por el jefe Schlangi, se interpondrá en su camino. Detrás del jefe Schlangi hay una pareja de agentes Nazis que tienen el plan oculto de apropiarse de esa zona selvática para sus siniestros planes y de paso, detener el objetivo de los americanos. Por si fuera poco, el jefe Schlangi fue el responsable de la muerte de los padres de Kuhlaya por lo que la confrontación y la venganza están servidas.
Disco 2:
Nabonga, El Gorila
Ray Gorman quiere limpiar el nombre de su parte, recientemente fallecido en extrañas circunstancias. Para ello viaja hasta el corazón más oscuro de África para seguir la pista del supuestamente dinero malversado por su padre. En sus investigaciones llegará tras días de caminatas por la intrincada jungla hasta un poblado donde el dinero lo guarda Doreen, una preciosa mujer blanca a la que se la conoce como la bruja blanca. Doreen heredó el dinero de su padre, también muerto tiempo atrás, y fue precisamente él el verdadero malversador de fondos. Pero Ray no lo tendrá fácil ya que Doreen está constantemente protegida por Nabonga, un fiero y gigantesco gorila. Con lo que no cuentan Ray ni Doreen es que Carl Hurst también va tras la pista del dinero y su intención es la de conseguirlo cueste lo que cueste.
ZOMBIE CLASSICS COLLECTION (Tema)
Director: Victor Halperin, Jean Yarbrough, Jerry Warren.
Actores: Bela Lugosi, Madge Bellamy, Dick Purcell, Joan Woodbury, Dean Jagger, Dorothy Stone, Don Sullivan, Katherine Victor.
Año: 1932, 1941, 1936, 1959. Duración: 295 min. Nacionalidad: USA.
Imagen: Blanco y Negro – PAL – Fullscreen.
Audio: Inglés (Dolby Digital). Subtitulos: Español.
Edición: Digipack Discos: 2 Distribuidora: Asian Trash Cinema
Lanzamiento: 05/02/2010.
Sinopsis:
– La Legión de los Hombres sin Alma.
– King of the Zombies.
– La Rebelión de los Muertos.
– Teenage Zombies.
Contenidos:
– Documental «Song of the Voodoo».
– Italian zombie trailers
– Galería fotográfica.
– Fichas técnicas.
director (es) | Paul Leni |
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actor (es) | Mary Philbin, Conrad Veidt |
Idioma 1 | Muda |
Subtítulos 1 | Español |
Formato | 1.33:1 4/3 |
Duración | 110 |
Inglaterra, 1690. Un noble inglés es condenado a muerte por ofender al rey. El rey Jacob II, no contento con el castigo, hace desfigurar al hijo del noble para crearle una sonrisa permanente para así condenarle de por vida a que se ría por las tonterías cometidas por su padre. Abandonado a su suerte, el joven Gwynplaine encuentra en medio de una tormenta de nieve a la ciega y huérfana Dea y juntos son recogidos por el misántropo Ursus. Los años pasan y los tres van de pueblo en pueblo trabajando como feriantes, ya que Ursus descubre que el morboso público está dispuesto a pagar sus monedas por ver la cara desfigurada de Gwynplaine. Un buen día llegarán a actuar frente a la Reina Anna, sucesora del rey que hizo matar a su padre. Barkhilpedro, el bufón de la corte, descubrirá el linaje noble del saltimbanqui de la sonrisa perenne. Cuando la Reina es informada, ordena que Gwynplaine se case con la propietaria de las posesiones de su padre, la Duquesa Josiana, quién a su vez se sentirá atraída y repelida por la faz de El hombre que ríe.
Música: Cyrille Aufort.
Año: 2009. Duración: 96 min. Nacionalidad: USA, Canadá, Francia.
Imagen: Color – PAL – Widescreen 1.85:1 – 16:9.
Audio: Español (Dolby Digital 5.1), Catalán (Dolby Digital 5.1), Inglés (Dolby Digital 5.1).
Discos: 1
Sinopsis:
Clive y Elsa son dos brillantes científicos especializados en la combinación de ADN que se dedican a diseñar híbridos de
especies animales para un laboratorio farmacéutico. Tras el éxito de su último experimento, deciden ir en secreto un paso más allá y usar ADN humano en la creación de un nuevo híbrido que les ayude a revolucionar la medicina moderna.
El último vuelo de Supersonic Man: Muere Juan Piquer Simón
Otro de los grandes nos abandona, eso sí, legándonos un buen lote de películas que demuestran el gran cariño que profesaba por el cine de género puro y duro, apostando por él en un momento en el que, al igual que todos los francotiradores del cine fantaterrorífico español, era denostado y él poco menos que tratado de demente. La apuesta de Piquer Simón era por una producción desacomplejada, alejada del cine autóctono y cercana a los parámetros americanos. Sin lugar a dudas una apuesta más que arriesgada, pero con la que consiguió obras más que dignas y todas centradas en el cine fantástico, de terror y aventuras.
Este director, productor y guionista, nace en Valencia en 1935 e inicia su carrera en el campo de la publicidad creando en 1959 la productora Cinedinter. En 1964 comienza su andadura cinematográfica con un corto documental sobre la Guerra Civil Española, España Violenta que sería sin duda curioso de ver, ya que fue prohibido por la «simpática» censura del régimen.
En 1972 monta la productora Almena Films que dispone de sus propios estudios y en ellos rueda su primer film, Viaje al centro de la Tierra (1976), basada en la conocida novela de Julio Verne que contó con el inglés Kenneth More de protagonista, secundado por un buen lote de actores autóctonos, entre los que destacan algunos viejos conocidos de los amantes de cine de terror español, como Jack Taylor y Lone Fleming. La película contenía unos artesanales pero eficaces efectos especiales, labor en la que también destacaba el cineasta.
El film es ampliamente promocionado y adorado por los más jóvenes. Al año siguiente colabora con el cine de terror por primera vez con Escalofrío (1978), que aunque consta como dirigida por Carlos Puerto, contiene varias escenas rodadas por Piquer Simón, que también la produce.
Piquer se anima en su siguiente film con los súper-héroes creando Supersonic Man (1979), otra rara avis que surge como respuesta al reciente y exitoso Superman (1978, Richard Donner). Con un, vista ahora, increíble encanto kitsch, las aventuras de Supersonic Man, que merecieron incluso una adaptación al cómic, animaron al director a proyectar una secuela con protagonista femenina, Fantastika. Supersonic Girl, que lamentablemente no se materializó. La película contó con un villano de lujo, Cameron Mitchell, y en todo caso los efectos de vuelo están bastante conseguidos, la banda sonora es puro delirio con un tema principal discotequero del que incluso se editó un single y la identidad secreta del Superhéroe es todo menos discreta, con ese chulo de enorme bigote tan lejos de los Clark Kent y los Peter Parker.
Tras colaborar en el guión y producir Más allá del terror (1980, Tomás Aznar), vuelve al registro de su primer film con otras dos adaptaciones de Verne: Misterio en la isla de los monstruos (1981), en esta ocasión con un reparto de lo más surtido: Terence Stamp, Peter Cushing, Blanca Estrada, ¡¡Ana Obregón!!, Paul Naschy y Frank Braña entre otros, y al año siguiente con Los diablos del mar, con Ian Sera, Patty Shepard, Frank Braña y Aldo Sambrell.
También en 1982 se embarca, sin duda influenciado por el éxito de la saga Viernes 13, (de hecho uno de sus productores, Steven Minician lo es también de esta) en un sangriento y valorado slasher, Mil gritos tiene la noche, coproducida con Estados Unidos y Puerto Rico y rodada en Boston. La película obtuvo un gran éxito en USA, convirtiéndose en un film de culto y siendo el «slasher» favorito de Eli Roth (Hostel), siendo recientemente editada lujosamente en DVD (en Estados Unidos, por supuesto). Contando con un asesino inspirado en el personaje pulp The Shadow, entre sus actores destaca un Christopher George venido a menos, que fallecería al año siguiente y protagonista de otras joyas del terror europeo como Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (Paura nella città dei morti viventi, 1980) del maestro Lucio Fulci, secundado por, entre otros, Edmund Purdom, Jack Taylor y Frank Braña.
Quizás saturado de tanta sangre, Piquer Simón decide pasarse a registros más amables y en 1983 le toca el turno a revisar E.T, El extraterrestre (E.T:The Extra-terrestrial, 1982 Steven Spielberg), realizando Los nuevos extraterrestres, film mucho menor coproducido con Francia que contó con la presencia de un extraterrestre que se llamaba… ¡Trompi! , que será seguido por otro de aventuras, Guerra sucia (1984). Pero esta étapa amable dura poco, ya que a continuación rueda sus films más recordados: Slugs, muerte viscosa (1988), un producto terrorífico con aspecto totalmente norteamericano, rodado allí y con mayoría de actores autóctonos (aunque también salen Concha Cuetos y Emilio Linder); el fallido intento de adaptar al solitario de Providence con La mansión de Cthulhu (1990), y una de las más valoradas, La Grieta (1990) especie de Alien bajo el mar que tuvo la mala suerte de coincidir en cartelera con otros films similares como Leviathan, el demonio del abismo (Leviathan, 1989 George Pan Cosmatos), Profundidad 6 (Deepstar Six, 1989 Sean S. Cunningham) y por supuesto, Abyss (The Abyss, 1989 James Cameron) pero que a diferencia de todas ellas tenía el dudoso encanto añadido de contar entre sus actores con la presencia de Pocholo Martínez-Bordiu (¡¡!!).
Tanto Slugs como La Grieta se llevan Goyas a los efectos especiales y buena distribución en el exterior, al ser ambas producciones de Francesca de Laurentiis, hija de ya saben ustedes quien. A partir de entonces su obra se va espaciando y dirigiendo de nuevo hacia la aventura con films como La isla del diablo (1994) y Manoa, la ciudad de oro (1999), última que dirigió. También realizó trabajos de guionista para otros directores, y colaboraciones en films como Brácula, Condemor 2 (1997, Álvaro Sáenz de Heredia), como coordinador artístico, además de la realización de series de televisión como la inefable Manos a la obra.
Sin conseguir rodar proyectos como la segunda parte de Barbarella (con Bridget Fonda), La Casa en el confín de la tierra (basada en la novela de William Hope Hodgson que adaptó de forma maestra Richard Corben), La Torre de los siete jorobados (¡alucinante!), El Capitán Trueno, El Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín (¡digno de verse!) y más obras de Verne, Juan Piquer ejerce durante los últimos años de director de la Mostra de Valencia y fallece a los 75 años de edad este 7 de enero de un cáncer, enfermedad que al final ha podido con este gran luchador.
¡¡¡Que la fuerza de las galaxias sea contigo!!!
Y como curiosidad, algunas portadas de los comics de Supersonic Man editados en 1979 por Editorial Valenciana.
Proyecciones de enero y febrero de El Buque Maldito
El Buque Maldito reanuda este 2011 con nuevos y nutritivos pases, que contarán con interesantes invitados. Vean sino:
Sábado 22 de Enero 2011 – 18h.
Proyección de los cortometrajes «Brutal relax«, «Old number seven» y «Dolorosa«. Con la presencia de los cortometrajistas Adrián Cardona, David Muñoz, Rafa Dengrá y Gonzalo López.
¡Y varios cortos sorpresa alucinantes!… Entrada gratuita.
Sábado 29 de Enero 2011 – 18h.
Proyección de la película «Holocausto 2000» con la presencia de su realizador Alberto de Martino.
El mítico realizador Alberto de Martino, autor de célebres títulos como «Horror» (1962), «El asesino… está al teléfono» (1972) o «El anticristo» (1976), firmó en 1977 una de las mejores películas de terror satánico de aquella década y que contó con un reparto estelar comandado por Kirk Douglas y acompañado por Agostina Belli y Simon Ward. Ahora, treinta y cuatro años después del estreno del film, el realizador italiano visitará la ciudad condal para asistir como invitado al pase de su film y hablarnos de su trayectoría en el mundo del cine. Entrada gratuita.
Sábado 5 de Febrero 2011 – 18h.
Proyección de la película «El espanto surge de la tumba» con la presencia de su productor J.A. Pérez Giner.
«El espanto surge de la tumba» (1972), film dirigido por el ya fallecido Carlos Aured, supuso uno de los mayores éxitos de la productora catalana Profilmes comandada por J.A. Pérez Giner y Ricardo Muñoz Suay. Protagonizada por el también fallecido Paul Naschy (en aquella época artista exclusivo de Profilmes) y acompañado, entre otros, por Emma Cohen y Helga Liné, el título de Carlos Aured nos traslada a una fantástica historia de terror que se erige como uno de los mejores films del Fantaterror español.
Profilmes, artífices también de otras producciones exitosas de aquella década dentro del cine de terror, tales, como «La saga de los Drácula» (1972), «La maldición de la bestia» (1975) o «Exorcismo» (1975), entre otras, estará representada en el pase por la presencia de J.A. Pérez Giner para hablarnos de aquella época dorada del cine de terror estatal. Entrada gratuita.
Todas las proyecciones en:
Centro Garcilaso
C/. Juan de Garay, 116
Barcelona
<M> Sagrera L1-L5
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