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María Alba, la catalana que rodó con Bela Lugosi
Sí, él es Bela Lugosi, pero ¿y ella? pues ella es la barcelonesa María Alba y… ¿Qué diablos hace junto a Lugosi en esta foto promocional de The return de Chandu?
Pasen, lean y conozcan la historia de María Alba y de rebote la de como se explica que Chandú y su peor enemigo Roxor fuesen interpretados por Bela Lugosi ¿Desdoblamiento? ¿Magia? ¿Falta de presupuesto? ¿Burdo truco a la manera de Tu a Boston y yo a California o Marisol rumbo a Río?… ¡Nada de eso! (bueno, igual falta de presupuesto sí) pero, no sean tímidos y penetren en el oscuro y poco conocido mundo del Hollywood hispano, un mundo paralelo donde todo es posible: que Laurel y Hardy sean políglotas, que Drácula sea cordobés y hasta que una catalana co-protagonice un film junto a Bela Lugosi.
Pero… comencemos por el principio:
LOS INICIOS
María del Pilar Margarita Casajuana Martínez nace en Barcelona según unas fuentes el 28 de diciembre de 1905 y según otras el 19 de marzo de 1910. Tras cursar estudios primarios y trabajar de mecanógrafa prueba suerte en el mundo del cine presentándose en los rodajes que hay en su ciudad, no consiguiendo nada. Tras ganar en 1926 el premio de fotogenia promovido por la Fox y el diario El Día Gráfico, parte hacia Hollywood y firma un contrato con la Fox el 30 de mayo de 1927 que tendrá un año de vigencia. También ese mismo año una María Casajuana, anunciada como actriz y bailarina que bien podría ser nuestra protagonista, queda cuarta en el certamen de Miss Universo, edición que gana la representante de Estados Unidos, Miss New York.
Nuestra amiga comienza su andadura en la época del cine mudo como María Casajuana con la comedia Her Blue Black Eyes (1927, Eugene Border). Ya en su segundo film es dirigida por Howard Hawks en Un amor en cada puerto (A Girl in Every Port, 1928) donde interpreta un papel secundario, que según algunas bases de datos es el de Chiquita, y según muchas otras es el de “The girl from Buenos Aires”, pero de eso nada, en la película se la presenta como brasileña y su personaje tiene nombre y apellidos: María Buenjoya. El equívoco puede ser motivado a que en el Brasil fantástico ideado por Hollywood en el que todo vale mezclan indistintamente mexicanos con gauchos.
María comparte reparto junto a actores de la talla de la legendaria Louise Brooks, Victor McLaglen y Robert Armstrong. El film es seguido de Road House (1928, Richard Rosson) un melodrama que protagoniza junto a Lionel Barrymore y Jack Oakie que destaca por ser su primera película como protagonista y ya como María Alba en el papel de “Spanish Marla”.El siguiente es Blindfold (1928, Charles Klein), otro melodrama en el que ejerce de nuevo de protagonista hispana con el papel de Pepita, junto al entonce popular George O’Brien, histórico y tristemente olvidado actor que quedó inmortalizado por su interpretación en Amanecer (Sunrise, 1927) de Murnau y otros films históricos como Tres hombres malos (3 Bad Men, 1926) y El caballo de hierro (The Iron Horse,1924), dos de los primeros westerns de John Ford.
Con su siguiente trabajo, Joy Street (1929, Raymond Cannon), pasa a hacer papeles algo más secundarios, situación que se incrementa con su siguiente film, Santos del infierno (Hell’s Heroes,1929 William Wyler), su primera película hablada, rodada para Universal y en el que vuelve a interpretar a una hispana (Carmelita) como buena belleza morena y racial que era, lo que la encasillaba en el estereotipo, tal y como sigue pasando.
SPANISH HOLLYWOOD
Pero para María se acercaba una buena oportunidad. Con la eclosión del sonoro comenzaron los problemas en los mercados exteriores , ya que las películas eran estrenadas en el idioma original o suprimiendo el sonido, lo que no satisfacía a los espectadores, que ponian toda su buena voluntad acudiendo al cine a ver, por ejemplo, El Doctor Frankenstein (Frankenstein, 1931 James Whale) en inglés o M, el vampiro de Düsseldorf (M, 1931 Fritz Lang) en alemán. El cine Coliseum de Barcelona, primera sala en España que contó con equipo sonoro, tuvo que conformarse cuando estrenó en septiembre de 1929 La canción de París (Innocents of Paris, 1929 Richard Wallace), con proyectarla muda y poner el sonido durante los números musicales de Maurice Chevalier. Así que los grandes estudios comienzan a producir filmes en distintas lenguas interpretados por actores autóctonos de cada país. Desde las poderosas Fox, Universal, Columbia, Metro-Goldwyn-Mayer, Paramount y Warner, hasta pequeñas productoras, todas se lanzan a realizar, no solo versiones de producciones americanas, que se rodaban a la vez o a continuación de la original aprovechando sus mismos decorados, sino también filmes dirigidos únicamente al mercado exterior, como pasó, por poner un ejemplo, con las películas de Carlos Gardel.
Los estudios vieron rápidamente la importancia del mercando hispano y pronto se llenaron de jóvenes aspirantes y renombrados actores provenientes de España y Sudamérica en busca de su oportunidad. También se importaron directores y escritores para adaptar los diálogos. Con todo ello, de paso, se eliminaba la competencia exterior.
Los primeros fims estrenados fueron cortometrajes musicales en su mayor parte, pero pronto se animó la actividad, llegando a ser febril de 1929 a 1935, decreciendo a partir de ahi y desapareciendo en 1939, dejando unos 175 títulos que han quedado casi totalmente olvidados y en muchos casos perdidos. Los únicos que han pasado a la historia son la versión hispana de Drácula (1931, George Melford), que muchos consideran superior a la americana y también las comedias de Laurel y Hardy, que rodaban películas en varios idiomas hablando ellos mismos como buenamente podían en castellano, alemán, francés e italiano, dándose la curiosa situación de que en muchos casos la versión hispana es mucho más larga y contiene gags más elaborados. Incluso Buster Keaton hizo y otros actores de la factoría Hal Roach, como Charley Chase interpretaron sus propias versiones hispanas de sus films americanos.
También la poderosa UFA alemana tomó nota y existen dobles versiones de algunos de sus títulos, como El Ángel Azul (Der Blaue Engel, 1930 Josef Von Sternberg) que tiene además de la versión alemana, una inglesa interpretada por los mismos protagonistas y La ópera de tres peniques (Die Dreigroschenoper, 1931 G. W. Pabst ) de la que, al igual que de El testamento del Dr. Mabuse (Das Testament des Dr. Mabuse, 1933 Fritz Lang), se realizaron, además de la original alemana, versiones francesas, aunque en este caso se tuvo que cambiar la mayor parte del reparto, y en el caso de la última incluso había un co-director
Uno de estos films rodados en Hollywood fue Charros, gauchos y manolas (1930), dirigido por Gene Walsh con Xavier Cugat como productor y director musical, un divertimento creado exclusivamente para el mercado hispano (aunque se planeó una versión americana cuya existencia no se ha podido confirmar) compuesto por diversos números musicales en el que colaboró un nutrido grupo de actores hispanos. Cugat la produce con la cooperativa Hollywood Spanish Pictures, una compañía que tuvo efímera vida con la que únicamente se rodó otro film, Un fotógrafo distraido, asunto corto que también contó con Xavier Cugat como productor y director.
Tras esta aventura, María se enroló en el rodaje de versiones hispanas de películas americanas, recuperando de paso con estos fims el papel de protagonista. Así ese mismo año rueda El cuerpo del delito (1930, Cyril Gardner / A. Washington Pezet) versión del film policiaco The Benson Murder Case (1930, Frank Tuttle), adaptado por el novelista y poeta Josep Carner, en cuya versión hispana predominaron claramente los actores españoles como Ramón Pereda, interpretando el papel que en la americana hacía William Powell y el por entonces popular Antonio Moreno, que llegó a protagonizar junto a Greta Garbo La tierra de todos (The Temptress, 1926 Fred Niblo) y el clásico Ello (It, 1927 Clarence G. Badger) junto a Clara Bow.
En el film también colaboraron, Carlos Villarías y Barry Norton, dos actores que pronto se embarcarían en el rodaje de la versión hispana de Drácula para la Universal.
Más rodajes: La fuerza del querer (1930, Ralph Ince), rodada al término de la versión americana, The Big Fight (Walter Lang), un drama con boxeo, gangsters ambientado en los bajos fondos rodada para Paramount, sello que poco después organizó cerca de París los estudios Joinville, que se dedicaron al rodaje de sus films hispanos, que así dejaron de rodarse en Hollywood.
Sigamos con más títulos: Olimpia / Si el emperador los supiera (1930) con dirección acreditada a Frank Davis, aunque los títulos de crédito no expresan el nombre de director y con Juan de Homs como director de diálogos. La película, una producción Metro Goldwyn-Mayer y versión de His Glorious Night (Lionel Barrymore, 1929), se rodó simultáneamente con las versiones en francés y en alemán, al igual que la siguiente, Los que danzan (1930, Alfredo del Diestro / William C. McGann), versión de Those Who Dance (1930, William Beaudine). La película contó con la colaboración de Pablo Álvarez Rubio, el Rendfield del Drácula hispano; Su última noche (1931, Carlos F. Borcosque y Chester M. Franklin), comedia realizada para la Metro en versión única a partir de la muda The Gay Deceiber (1926) junto a los prestigiosos actores Ernesto Vilches, Conchita Montenegro y Juan de Landa; El Código Penal (1931, Phil Rosen /Julio Villareal) para Columbia, de nuevo con Barry Norton y Carlos Villarías, un film que en su versión americana, The Criminal Code (1931, Howard Hawks) contó con la recordada actuación de un Boris Karloff pre-Frankenstein. También se realizó una versión francesa, , dirigida por Jack Forrester. Termino esta enumeración de rodajes con Camino del infierno / Del infierno al cielo (1931, Richard Harlan) , obra realizada para 20 thCentury Fox donde interpretaba el papel que Janet Gaynor encarnó en la versión original americana, The Man Who Came Back, que dirigió Raoul Walsh y que aquí se estrenó sin sonido.
Criminel
En febrero de 1931 se casa con David Todd, un ejecutivo de la Fox, con lo que su situación en América queda normalizada, aunque en 1937, un supuesto marido español de la actriz solicita el divorcio al tener noticia de ese segundo matrimonio de María Alba en Hollywood.
También es reclamada para hacer papeles secundarios en algunas producciones americanas como Nada más que un gigoló ( Just a Gigolo (1931, Jack Conway), para la Metro, con un papel que rechazó Conchita Montenegro. Si no hubiera ya bastante lío con que la actriz fuese anunciada en los carteles como María Casajuana, María Alba y María Alba Casajuana, en el programa de mano español, un inepto añadió de forma totalmente expontanea un nuevo nombre para la actriz, el de Irene Alba. También intervino en Goldie (1931, Benjamin Stoloff) junto a Spencer Tracy y Jean Harlow para la Fox, donde retorna de paso a los papeles de hispana encarnando el papel de Dolores.
Tras interpretar La ley del harem (1931, Lewis Seiler), versión única y musical de la muda Fazil (1928, Howard Hawks) y ser desplazada a un papel secundario, no vuelve a tomar parte en películas hispanas, centrando su trabajo en producciones americanas y obteniendo el que posiblemente sea su mayor éxito con El Robinson moderno (Mr. Robinson Crusoe, 1932 Edward Sutherland), comedia producida, escrita y protagonizada por un Douglas Fairbanks lejos de su época dorada que se rodó en escenarios naturales de Fiji, Samoa y Tahití.
A partir de ahí compagina papeles secundarios con protagónicos en todo tipo de producción, aunque alejándose de los grandes estudios: comedia en Hypnotized (1932, Mack Sennet); aventuras con Kiss of Araby (1933, Phil Rosen); misterio y fantasía con The Return of Chandu (1934, Ray Taylor); comedia de nuevo con Flirting with Danger (1934, Vin Moore) interpretando el personaje de Rosita, y ya con la Monogram, western con West of Pecos (1934, Phil Rosen), naturalmente incorporando a una mexicana con el nombre de Dolores.
En 1935 con la producción Monogram Great God Gold (Arthur Lubin), decide dar por finalizada su carrera.
Aunque en 1946 rodaría dos películas más en México: El hijo de nadie (Miguel Contreras Torres) y La Morena de mi copla (Fernando A. Rivero), siendo ella la protagonista absoluta de esta, su última película.
El 9 de julio de 1950 se casó con Richard J. Burk y tuvo 3 hijos.
Y finalmente la actriz falleció de Alzheimer el 26 de octubre de 1999 en San Diego (California).
Pero les prometí hablar de…
CHANDU
Chandú el mago nace en 1931 en forma de programa radiofónico. Sobrevivió hasta 1936 e incluso volvió a las ondas durante dos años más en 1948. Al año siguiente de su estreno Fox adquiere los derechos para rodar un largometraje, Chandú, Fantasía Oriental (Chandu the Magician, 1932 Marcel Varnell y William Cameron Menzies). La película cuenta con Edmund Lowe interpretando el papel del mago, rol que sin duda obtiene tras su éxito en The Spider (1931) film también codigido por Cameron Menzies donde hacía de Chartrand, un personaje similar. Chandú tuvo como antagonista a Roxor, encarnación también del personaje radiofónico e interpretado por Bela Lugosi, que tuvo que acomodarse un turbante, como también haría en otros films como Night of Terror (1933, Benjamin Stoloff) y El castillo de los misterios (You’ll Find Out, 1940 David Butler).
El rodaje se prolonga durante tres meses y se estrena ese mismo año.
Lugosi, que un año antes había tenido su primer éxito con Dracula (1931, Tod Browning) y acababa de interpretar dos míticos films como son El doble asesinato de la calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, 1932 Robert Florey) y Zombie, La legión de los hombres sin alma (White Zombie, 1932 Victor Halperin), acepta este film menor en un intento de cambiar de registro alejándose del cine de terror, aunque eso sí, interpretando a un villano que pretende apoderarse del rayo de la muerte para (por supuesto) dominar el mundo, pero que contará con la oposición de Chandú, que de paso conquistará a la princesa Nadji de Egipto.
El film fue co-dirigido por William Cameron Menzies, responsable del diseño de producción de, por ejemplo, El ladrón de Bagdad (The Thief of Bagdad, 1924 Raoul Walsh) y Lo que el viento se llevó (Gone with the Wind, 1939 Victor Fleming) y también dirección de, entre otras, La vida futura (Things to Come,1936) e Invaders from Mars (1953).
La obra es pura fantasía oriental de aventuras con elementos pulp, y a pesar de que Roxor aparentemente no muere al final, circunstancia que podía aventurar una secuela, Fox no retomó el personaje.
El film alcanzó cierta popularidad, como atestigua que Radio Pictures realizara el corto cómico, Sham Poo the Magician. También este primer Chandú se estrenó aquí en la época, cosa que no consiguió la segunda encarnación del personaje que pasamos a revisar.
En 1934 el productor independiente Sol Lesser obtiene los derechos del personaje y rueda en tres semanas The Return of Chandú, un serial de 12 episodios en el que Lugosi también interviene, aunque en esta ocasión, quien sabe si por arte de magia (juo,juo…) interpreta el papel de Chandú, dándose la paradoja de que si en el primer film con Lugosi como Roxor secuestra a la princesa Nadji, en este como galán acaba conquistándola. Cosas del cine, por otra parte nada raras, si no vean lo que pasó con Terminator.
Cuando se embarca en The Return of Chandú, Bela Lugosi acababa de rodar junto a su competidor Boris Karloff, Satanás (The Black Cat, 1934 Edgar G. Ulmer) para Universal, así que tras arañar la gloria de nuevo, pone los pies en un pequeño estudio para rodar su segundo serial -el primero fue The Whispering Shadow (1933 Al Herman y Cobert Clark).
La película nos cuenta la lucha del místico mago Chandú contra una bizarra secta gatuna ubicada en la isla de Lemuria. Los Lemurianos necesitan un sacrificio para resucitar a su diosa Ossana y naturalmente escogen al interés romántico del mago: la princesa Nadji de Egipto (nuestra María Alba). Naturalmente Chandú lo desbaratará todo, perdiendo incluso sus poderes por medio.
En la película Lugosi está en su salsa, y como el personaje también tiene poderes hipnóticos, no duda en utilizar todos sus recursos interpretativos, ya saben, la manita en actitud hipnótica, la mirada y su “rest, rest” que tanto nos gusta.
El productor, para dar algo de consistencia al producto, alquiló a RKO unos muy reconocibles decorados de King Kong (1933, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack) y El hijo de Kong (The Son of Kong, 1933 Ernest B. Schoedsack) . Así la puerta que retenía a nuestro gorila favorito se convierte por arte de birlibirloque en el templo de Lemuria, mientras que el puerto de Dakang de El hijo de Kong es ahora la ciudad de Suva. También contó con escenarios de Rey de reyes (King of Kings, 1927 Cecil B. DeMille).
Durante el rodaje Lugosi intervino además en El don de la labia (Gift of Gab, 1934, Karl Freund), donde al igual que Karloff, hace una breve aparición especial.
Del serial se hicieron dos montajes para lanzarlos como largometraje. El primero de 76 minutos, The Return of Chandu (1934, Ray Taylor), condensaba los cinco primeros episodios, mientras que el segundo, Chandu on the Magic Island (1935, Ray Taylor), resumía los siete restantes en 67 minutos.
Lugosi, además de los dos seriales nombrados, colaboraría en otros tres: Shadows of Chinatown (1936) de 15 episodios de 20 minutos; The Phantom Creeps (1939) de 12 episodios de 21 minutos y S.O.S Coastguard (1937) de 12 episodios de 20 minutos. De todos ellos se hizo el correspondiente largo.
CHANDU THE MAGICIAN (Chandú, fantasía oriental, 1932 Marcel Varnel y William Cameron Menzies)
Edmund Lowe (Dr. Frank Chandler / Chandú), Irene Ware (Princesa Nadji), Bela lugosi (Roxor), Herbert Mundin (Albert Miggles), Henry B. Walthall (Robert Regent(, Weldon Heyburn (Abdulah), June Lang (June Vlasek), Michael Stuart (Nestor Aber), Virginia Hammond (Dorothy Regent), Nigel De Brulier (maestro Yogi), Charles Stevens (Ali), Dick Sutherland (Henchman).
THE RETURN OF CHANDU (1934, Ray Taylor
Reparto: Bela Lugosi (Dr. Frank Chandler/Chandú el Mago), María Alba (Princesa Nadi), Clara Quimba Yong, Lucien Prival, Phyllis Ludwig, Dean Benton, Bryant Washburn, Peggy Montgomery, Wilfred Lucas, Cyril Armbrister, Elias Lazaroff, Dick Botiller, Murdock McQuarrie, Jack Clark y Joseph Swickard.
Este artículo no habría sido posible sin dos libros imprescindibles sobre el desconocido cine realizado en Estados Unidos por actores españoles entre 1929 y 1939: Cita en Hollywood (Juan B. Heinink y Robert G. Dickson) y Los que pasaron por Hollywood (Florentino Hernández Girbal y Juan B. Heinink ).
Y grácias reiteradas a Juan B. Heinink por las correcciones aportadas a este artículo, producto de investigaciones del autor posteriores a la publicación de Cita en Hollywood. Es todo un privilegio contar con su colaboración
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