Una charla con el hombre que creó el segundo cienpiés humano
En 2009 Tom Six, un desconocido director de cine holandés, revolucionaba el cine de terror con un tan retorcido como descabellado proyecto: The Human Centipede (First Sequence), una osadía que dejó a más de un endurecido fan del género gore con el estómago revuelto. Dos años más tarde el director redobló su oferta con una propuesta aún más enfermiza: The Human Centipede (Full Sequence) que, a pesar de ser exhibida en blanco y negro, mantenía e incluso superaba el nivel insano de su predecesora. En esta segunda entrega destacaba su protagonista, Laurence R. Harvey, una especie de versión demente de Peter Lorre que bordaba su papel como Martin, un fan-letal de la película original, tanto que se propondrá recrearla en ‘la realidad’. En 2015 Tom Six rueda la última entrega de la trilogía, The Human Centipede (Final Sequence) en la que unirá a los dos actores protagonistas de las anteriores, Harvey y Dieter Laser, si bien en papeles distintos, demostrando que siempre se puede ir un poco más allá.
Laurence R. Harvey visitó la reciente quinta edición del B-Retina, en la que el Festival de Sèrie B de Cornellà de Llobregat le entregó su honorífico “Golden Ticket” tras la proyección de The Human Centipede (Full Sequence). Momentos antes, La Abadía de Berzano y Proyecto Naschy tuvimos la oportunidad de unir fuerzas para realizarle esta entrevista conjunta.
Bon Appetit!
ENTREVISTA CON LAURENCE R. HARVEY
Fotos: Serendipia
En los noventa trabajabas en programas infantiles de televisión. ¿Cómo acabas trabajando en una película como The Human Centipede 2?
(Risas) Es cierto que empecé en un tipo de programa que hay en la televisión británica para los más pequeños. Se emitía por las mañanas y era de dos horas o dos horas y media de duración. Yo comencé como artista de performance y hacia mediados de los noventa me contrataron en ese programa televisivo. Mientras estaba trabajando en él contraté a un representante. De esta manera estuve trabajando en algún que otro anuncio publicitario durante siete años. Un día, este representante me llamó comentándome que querían que trabajara para una película porno, lo cual me llamó la atención. No obstante, fue un malentendido de mi representante al entrar en la página web de la productora de Tom Six, Six Entertainment. Investigué el asunto y finalmente descubrí que se trataba de la nueva producción de Tom Six, una secuela de The Human Centipede.
En total, pasaron diez años desde que estuve trabajando en esos programas de entretenimiento para niños hasta que acabé rodando con Tom Six. Durante ese tiempo, aparte de anuncios publicitarios, hice también obras de teatro.
¿Qué pensaste cuando viste el guion de The Human Centipede 2 y descubriste de qué trataba la película?
Por aquel entonces The Human Centipede se encontraba todavía haciendo el circuito de festivales. En ese momento estaba en el Fright Fest de Londres y yo ya había oído hablar de ella, pero no la había visto aún. Es más, el día que hice la audición para el personaje de Martin fue el día que también me vi la película original y tras verla me dije: “¿Por qué no?”
Cuando hablé por primera vez con Tom Six no había un guion realmente establecido, sino que en ese momento él me iba transmitiendo distintas ideas que quería utilizar en la secuela. No fue hasta más adelante que recibí el guion. Aun así, yo reconocía ciertas partes que me recordaban a otras películas a las que tengo cierto aprecio, como Society de Brian Yuzna, o el gore japonés, al que en aquella época era muy aficionado, y reconocí en la película un elemento que era bastante habitual en aquellos films, lo que se denomina el “síndrome de la paloma solitaria” y que consiste en que cuando una persona sufre algún tipo de maltrato o problema trágico acaba vengándose de un modo brutal. Así que sabía perfectamente donde me estaba metiendo. (Risas)
La mayoría de las críticas suelen coincidir en que uno de los principales valores del film es tu interpretación de Martin Lomax, el protagonista. ¿Cómo fue su creación? ¿Te basaste en algún personaje previo?
En un principio es fácil asociarlo con cualquier otro tipo de personaje inadaptado a la sociedad tal y como está establecida. También me basé en el protagonista de un film australiano llamado Bad Boy Bubby (Rolf de Heer, 1993). A Martin le ocurre lo mismo que al protagonista de Bad Boy Bubby, que está desconectado de la sociedad, y en el momento en que se involucra en ella acaba modificando su actitud y su modo de hacer para integrarse. El problema es que Martin no lo hace. En última instancia, acabé basándome en esa diferencia con la normalidad que podemos sufrir cada uno de nosotros para implementarlo en este personaje. Digamos que cogí todo lo que tenía de mí mismo y lo reflejé del modo más oscuro posible en Martin. Aunque, posiblemente, la inspiración que funcionó mejor con Martin no fue tanto de un personaje cinematográfico, sino de los hijos gemelos de unos amigos que en aquella época se encontraban en la tierna edad de dos años. En ese momento estos niños tenían una cierta disociación entre las emociones que sentían y como las representaban. Y eso fue algo que quise introducir en Martin.
Teniendo cuenta el tono y el nivel de explicitud del que hace gala la película, ¿hubo alguna escena que se desechara porque su contenido era ya demasiado fuerte?
No. Sí que originalmente Martin iba a tener una hermana, que era algo con lo que yo no me sentía especialmente cómodo. Pero aunque nunca le comenté nada a este respecto a Tom Six, finalmente este personaje acabó siendo eliminado del guion. Pero más allá de eso, básicamente lo que había en el guion fue lo que rodamos. No tuvimos que contenernos.
Tu personaje en The Human Centipede 2 está obsesionado con la primera parte del film, lo que motiva que quiera hacer su propio ciempiés humano. ¿En cierto modo no es dar la razón a todos aquellos sectores conservadores que arremeten contra cierto tipo de cine de terror aludiendo a la perniciosa influencia que teóricamente puede llegar a ejercer en según qué personas?
No estoy de acuerdo. Considero que Tom Six utilizó deliberadamente la idea de que Martin esté obsesionado con la primera parte de The Human Centipede principalmente para demostrar las diferencias que hay entre la versión película, que sería la primera parte, y la versión real, aunque sea dentro de la ficción, que sería la secuela. Aparte de eso, me gustaría decir que en ningún momento habría que considerar a Martin un héroe o una víctima. Puede ser un personaje que puede generar cierta simpatía en el espectador, pero eso no quiere decir que sea respetable. Hay una diferencia entre la narrativa de la película y el personaje en sí.
El contenido de The Human Centipede 2 provocó, entre otras cosas, que en su momento fuera prohibido en el Reino Unido. Tú, como británico, ¿qué opinas de esta prohibición?
La película no fue exactamente prohibida en el Reino Unido, sino que fue prohibida en su versión sin cortes. La razón por la que intentamos pasar esta versión sin cortes en el Reino Unido fue porque Saló o los 120 días de Sodoma (Salò o le 120 giornate di Sodoma, Pier Paolo Pasolini, 1975) sí había conseguido pasar el corte de la BBFC, que es la organización británica que se encarga de la calificación de las películas. Así que decidimos probar suerte. El problema fue que cuando la BBFC emitió un comunicado sobre The Human Centipede 2 no solo indicaba los motivos por los que la película no había pasado el corte, sino que además, la persona que lo redactó se permitió el lujo de añadir ciertas opiniones personales sobre la labor de Tom Six. Esto provocó que, pese a que la película no fuera finalmente prohibida como digo, sí que creara un perjuicio económico al obligar a que los distribuidores locales tuvieran que recortar la película y tuvieran que volver a mandarla a la BBFC.
De este modo, la película fue recortada en tres minutos y treinta y seis segundos, lo que en realidad la hacía muy parecida a la versión para cines que se estrenó en los Estados Unidos. La única diferencia fue entonces que el montaje comercializado en los Estados Unidos en DVD y Blu-ray sí que era el íntegro, mientras que en Inglaterra no pudimos tenerlo. Por otra parte, todo este revuelo también tuvo cierto eco en otros países cercanos cultural y políticamente al Reino Unido, donde se tomó la palabra de la BBFC como jurisprudencia, por decirlo de algún modo. Por ejemplo, aunque en Australia en un primer momento la película había pasado sin problemas la calificación sin cortes, a raíz de la publicación de este comunicado de la BBFC, un grupo cristiano comenzó a hacer presión para que la película volviera a recalificarse. Pero aunque la intención de este grupo era que se prohibiera la película, lo único que consiguieron fue que se recortaran doce segundos, que son los doce segundos en los que se ve la imagen de un pene. Así que a lo largo del mundo lo único que se ha cortado de la película suele ser mi pene. (Risas)
Siempre se ha visto a Tom Six como la cabeza pensante que está detrás de toda la trilogía. ¿Pero qué papel ha jugado su hermana Ilona, quien ha ejercido de productora en los tres films? ¿Ha participado también creativamente o solo se ha limitado a sus labores de productora?
Tom Six es la creatividad que hay detrás de las películas, mientras que su hermana Ilona suele encargarse más del trato con los distintos inversores y el modelo de financiación. Así que en mi opinión Tom Six se ocupa de la faceta creativa mientras que su hermana lo hace del apartado productivo, sobre todo teniendo en cuenta que Tom Six no entiende mucho de producción. Sí que es cierto que ambos tienen un sentido del humor muy característico y muy parecido, y eso hace que se complementen muy bien como pareja, al estilo del lado izquierdo y el lado derecho del cerebro.
Tras de The Human Centipede 2, también interviniste en la tercera entrega de la saga dando vida al personaje de Dwight Butler. ¿A qué se debió el cambio de tono tan radical que tiene The Human Centipede 3, que salvando las distancias puede decirse que es casi una comedia, con respecto a su predecesora?
Cuando Tom Six me empezó a hablar de la tercera parte de The Human Centipede ya me avisó que iba a haber un severo cambio en el tono de la película. De esta manera él pretendía jugar un poco con las expectativas del público que pudiera ir a ver esta tercera parte de la saga. Y yo personalmente aprecio estas diferencias que se dan en la trilogía. Al contrario que en otras sagas como puede ser Viernes 13, en la que cada película es una continuación de la historia de la anterior entrega y cuenta lo mismo prácticamente, en The Human Centipede cada película cuenta una historia radicalmente distinta al resto. De esta manera hay fans a los que no necesariamente les gusta la saga al completo, sino que solo les gusta la primera, o solo la segunda y la tercera (…), lo que hace que también pueda haber siempre alguien que pueda quejarse de alguna de las películas. (Risas)
Se ha comentado que en la tercera entrega de produjeron ciertos problemas entre Dieter Lasser, el protagonista de la primera película, y Tom Six. ¿De qué modo influyó esta circunstancia en el rodaje?
Los problemas entre Dieter y Tom Six son como una versión más amable de los que tuvieron Kinski y Herzog (risas). En cualquier caso, esas dificultades entre Tom Six y Dieter se reflejaron sobre todo en el hecho de que la película inicialmente estaba planeada para ser rodada en el 2012 y, sin embargo, no se hizo hasta 2013. Por lo que yo sé de la historia, Tom Six le fue contando a Dieter escena por escena lo que iba a tener que hacer en la película, al igual que había hecho conmigo. Sin embargo, cuando semanas antes de empezar a rodar le llegó el guion, por alguna razón Dieter decidió retirarse del proyecto. No sé muy bien si fue porque recibió algún tipo de recomendación por parte de alguien o porque de pronto no estaba interesado. El caso es que fue por esto que se produjo este retraso hasta que finalmente consiguieron convencerle de participar en la película.

Recibiendo el ‘Golden Ticket’ en el festival B-Retina
Más allá de esto, a mí me encanta Dieter. Es una persona que es justo lo contrario del personaje que conocimos en la primera parte de The Human Centipede. Además es una persona que siempre se disculpa por todos los retrasos que pueda ocasionar en el rodaje, porque es alguien que se enfrasca mucho en su trabajo, por lo que para él todo esto le supone un problema del que se tiene que disculpar continuamente.
Desde tu participación en la saga The Human Centipede has trabajado en muchas películas de género fantástico y de terror, y mucha gente te identifica como el tipo de The Human Centipede. ¿Te molesta este encasillamiento?
No pienso exactamente que haya sido yo el que haya elegido el género de películas por las que soy conocido, sino que según las circunstancias me ofrecieran el papel protagonista de The Human Centipede 2 y que yo lo acepté. Por esa misma razón mi carrera se ha acabado desviando al terror. Pero eso no quiere decir que cuando Tom Six me ofreció el papel yo no supiera donde me metía, como decía antes, y estuviera dispuesto a participar en ello. Yo soy un fan del género y por eso mismo me pareció interesante trabajar en The Human Centipede 2. Pero no considero que mi carrera esté vinculada al cine de terror, sino que a mí me gusta trabajar con gente que me atrae o con ideas que me atraen. Y estas circunstancias son las que me han llevado al terror.
¿Qué nos puedes adelantar de tus próximos proyectos?
Acabo de participar en un slasher británico que probablemente tardará entre un año y un año y medio en ver la luz. Lo cierto es que el último año ha sido una temporada en la que no me he encontrado especialmente bien de salud y es algo que ha tenido una repercusión en el desarrollo de mi filmografía. No obstante, en este tiempo he estado trabajando para Cadabra Records grabando audiolibros de H.P. Lovecraft, o Roland Topor. Y justo ahora mismo en Fright Fest se ha estrenado For We Are Many (2019), una antología británica producida por Hex Media en la que participo en uno de sus cortos.
José Luis Salvador Estébenez y Carlos Benítez
Con todo nuestro agradecimiento al festival B-Retina de Cornellá (Barcelona) por las facilidades ofrecidas a la hora de entrevistar a su invitado.
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