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Javier Botet: de criaturas y hombres
Javier Botet es nuestro Lon Chaney. Dotado con un físico y unas cualidades interpretativas que sobrepasan el maquillaje, su cuerpo característico y especial, sus movimientos y su modo de interpretar le han servido para encarnar a un buen número de terroríficas criaturas. Imposibles seres surgidos de la imaginación de grandes creadores que han sabido ver en el actor al intérprete ideal para encarnarlos. Pero Javier Botet es muchísimo más que un modelo, un cuerpo. Sus facultades interpretativas van mucho más allá demostrando que es un excelente actor, también de comedia, y un ilustrador excepcional. Pero es en el cine fantástico donde está dejando una profunda huella con sus creaciones de pesadilla. Lo vimos como la espectral Mama en la cinta de Muschietti. Pero también como xenomorfo en Alien: Covenant; Set en La momia; Crooket Man en Expediente Warren: El caso Enfield; Keyface en Insidious: la última llave; Hobo en It; Faceless Man en The Crucifixion; Enola en La cumbre escarlata y, sobre todo siempre será la Niña Medeiros en [Rec].
Ahora, ante el inminente estreno de Slender Man, donde Javier interpreta un terrorífico personaje casi escrito a su medida, entrevistamos a este amable creador de seres, de criaturas. Este, como todos los grandes, humilde tipo del que todos los amantes al cine fantástico y del cine en general deberíamos sentirnos muy orgullosos de tener como vecino. Con ustedes… JAVIER BOTET
EL DESPEGUE: DE LA ILUSTRACIÓN AL CINE
Cuando terminé Bellas Artes (2002) me vine a Madrid y estuve dibujando ilustraciones en editoriales y para una empresa de dibujos animados. Por otro lado, junto a David Pareja, que es un amigo con el que tengo gran cantidad de pasiones en común, comenzamos a darle más vida a una de ellas, el cine, gracias a una nueva cámara que me compré.
Él y yo nos los guisábamos todo. Y pronto comencé a encontrar otra gente a la que apasionaba el cine. Hacían cortos, actuaban… vi que era una opción real de profesión, así que el cine comenzó a tomar más relevancia en mi vida.
Por entonces habíamos montado un estudio de ilustración Carlos Vermut, David Pareja, algún otro amigo y yo. Carlos Vermut es parte de mi vida profesional y personal. Es un poco familia. Lo conocí en una de esas empresas para las que trabajaba dibujando ilustración. Yo en esa época, como ya he comentado, además hacía muchos cortos por puro placer. Con los amigos rodaba tonterías que luego montaba rapidito con mi Adobe Premiere. Entonces no estaba tan de moda You Tube y lo colgaba en El Rellano. Canal + nos colgaba también tonterías… pura diversión. Y Vermut lo veía y decía “Jolines, Javier, yo quiero hacer esto”. Él ilustraba pero también le llamaba el cine así que le dije: “¡Coño, pues hazlo!”.
Presentó Maquetas (2009) en el Notodofilmfest y el cabrón ganó el premio del jurado, lo que le fue dando confianza así que, con un dinero que ganó como ilustrador decidió liarse la manta a la cabeza y autoproducirse una película, Diamond Flash (2011) en la que salimos algunos amiguetes y yo. Y en la segunda vuelvo a salir así que esperemos que siga contando conmigo en muchas más.
Un día los monstruos, las criaturas que yo había dibujado durante toda mi vida, se me presentaron desde un folleto de un curso de efectos especiales a base de protésicos y tal. En este curso podría aprender a hacerlos y por otra parte, en Madrid, había industria y esta gente también trabajaba, a nivel profesional, en proyectos en los que había que crear criaturas. Pedro Rodríguez, que era el que impartía el curso, había hecho algunas cosas con Alex de la Iglesia y Santiago Segura y vi claro que no solo iba a aprender: también me ofrecí. Le dije “Mira mi cuerpo. Dos metros y tan delgadito. Soy el sueño de cualquier maquillador para crear cierto tipo de criaturas” Y a él le pareció perfecto.
En ese momento él estaba trabajando para Filmax en Bajo aguas tranquilas (Beneath Still Waters, Brian Yuzna, 2005) y casualmente había una criatura, un humanoide, que todavía estaba por definir. Así que entre David y yo hicimos un fotobook para que Pedro Rodríguez lo presentara a Brian Yuzna en una reunión que tenían ese jueves. Y enseguida dieron el visto bueno y así fue, rápido y fácil, como aparecí en mi primera película.
Fue como desvirgarse. Llegué a casa agotado, pero me había colado en un sueño increíble. Había encarnando a una criatura tras seis horas de maquillaje en un día duro y frío, saliendo y entrando en el agua… pero vamos, ¡Yo llevaba un calentón por la pasión…! Además, ¡con Brian Yuzna! un director con el que había gozado de jovencito con mis amigos comiendo hamburguesas viendo películas como Re-Animator (Stuart Gordon, 1985). Pues yo estaba ahí con Brian Yuzna maquillado por Pedro de Diego, no por Pedro Rodriguez, que fue el que me metió en el proyecto y que a estas alturas tiene como tres Goyas, pero que en aquel momento estaba empezando. Y es que, como siempre he dicho, los maquilladores han sido siempre mis mejores agentes, ellos han sabido ver las posibilidades de crear con la estructura de mi cuerpo, que yo he sabido explotar con mis movimientos.
Aunque soy autodidacta, de siempre he visto mucho cine, he sido analítico y he entendido el proceso de hacer cine por todo el tiempo que he trabajado con mis cortos, así que trabajar frente a la cámara no supuso ningún problema. Todo iba fácil y rápido, así que los propios maquilladores eran los que me proponían para nuevos proyectos. Uno de los chicos que trabajaba en la película haciendo otros efectos especiales me vio y poco después me ofrecieron [Rec] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007). Muchos maquilladores cuando tenían una criatura que yo podría encarnar pedían a Javier Botet. Y fue así como empezó a coger impulso mi carrera. Yo seguía dibujando, pero cada vez me llamaban más para el cine y tenía menos tiempo para dibujar. También era más difícil comprometerme con trabajos que no me permitieran la libertad que necesitaba como actor, que igual debía estar una semana aquí y otra allí. Así que poco a poco fui dejando la ilustración de forma profesional y ahora dibujo a ratos, por placer, pasando a ser mi profesión el cine. Y con mucha suerte, porque con lo poquito de cine fantástico que se hace en España pues…
En los cortos que dirigí había mucha comedia. Me encuentro muy cómodo con mis amigos haciendo cortos cómicos, muchos de los cuales han sido presentados a festivales, pero a nivel profesional tan solo hice un par de cosas cómicas en series como La que se avecina o en Matrimoniadas hasta que Pedro Rodríguez, que trabajaba en la serie Pluton B.R.B. Nero (2009), habló con su director, Alex de la Iglesia, y le dijo que conocía a un actor que resultaría perfecto para interpretar al alienígena cachondo que estaban haciendo. Me presenté allí y a Alex le parecí perfecto. Rodamos la primera escena y todo el equipo se partió de risa, así que encontraron que tenía una importante vis cómica y Alex finalmente me incluyó en tres capítulos de la serie. Luego también contó conmigo para hacer pequeñas intervenciones en La chispa de la vida (2011), Balada triste de trompeta (2010) y Las brujas de Zugarramurdi (2013)…. Y seguiremos trabajando juntos.
También he trabajado en la serie El fin de la comedia (2014-2017) y Algo muy gordo (Carlo Pardial, 2017), así que sí, la gente ha ido descubriendo esa vis cómica que tengo. Pero lo importante es tener un éxito haciendo un tipo de papel para que mucha gente te vea y más gente abra los ojos y comience a darte más opciones. Eso me ha pasado en el cine de terror. En la comedia no termina de pasar porque es más complejo. Fíjate que todo lo que he hecho con Alex de la Iglesia ha sido siempre súper maquillado y claro, así se pierde la referencia del actor.
A mí me encantaría que me propusieran más proyectos. El terror me encanta, pero me gusta hacer de todo.
CONSTRUYENDO PESADILLAS
Como las criaturas vienen de la nada, no existen, requieren un proceso creativo más original. Para interpretar a una persona deprimida o enfadada dispones de mil referentes, pero cuando es un espectro, un fantasma, una criatura, inventas el origen, las razones, la energía. Intentando hallar algo original en el movimiento si es, por ejemplo, una criatura marina. O si lleva mucho tiempo inmóvil. Hay un trabajo de imaginería que se puede hacer entre todos, aportando todos algo. A veces el director tiene unas ideas preconcebidas sobre lo que quiere, pero me está pasando, cada vez más, que conociendo mi background cada vez los directores conocen más mi trabajo y ven que he compuesto cosas, así que me dan bastante libertad. Me preguntan y me hablan tanto del diseño artístico como del origen, del alma y las motivaciones de las criaturas y sobre qué opino yo de ello, qué puedo aportar. Siempre me dan tiempo para que haga mi trabajo, para que aporte, piense y proponga cosas. Hay películas en las que por tiempo se pueden hacer más cosas y en otras menos, pero hay algunas en las que me han dado tanta libertad que he podido diseñar los movimientos, las trayectorias de los mismos, ocasionando cambios en el escenario planeado por tener que instalar cuerdas. Me dan libertad para, como si fuera un mago, hacer mis trucos.
He encontrado siempre gente muy abierta a escuchar, pues conozco mi cuerpo mejor que nadie y ya que me estoy especializando en esto. Les propongo y me preguntan mucho.
En el cine de terror una forma clásica de mostrar una criatura es hacerlo poco a poco, insinuando, y las manos son el preludio de esa criatura, como la antesala del terror. Lo primero que vemos de un zombi cuando sale de la tierra es su mano, como adelanto de lo decrépito que va a estar y de las ganas de guerra que traerá.
Por si solas las manos son muy sugerentes a la hora de expresar. Son el preludio de lo que vendrá después.
En los pósteres de, por ejemplo, Insidious:The Last Key (Adam Robitel, 2018) o Don’t Knock Twice (Caradog W. James, 2016), las manos resultan lo suficientemente sugerentes como para atraer al espectador insinuando, sin mostrar más, lo que puede venir luego.
Mis manos son muy expresivas. Las sé explotar pero, por si solas, por ser tan largas y tan delgaditas y tener una propiedad, aracnodactilia, resultan muy expresivas y comprendo que levanten tanta atención para el cine de terror ¡Adoro mis manos!
HACIENDO LAS AMÉRICAS
En Estados Unidos el cine es un gran negocio que mueve mucho dinero y del que vive mucha gente. Allí se respeta y se cuida mucho a la gente. Se entiende y se valora su situación y hay un mayor nivel de respeto a la industria en sí, ya no al arte, esa es otra discusión, pero a la industria sí. Aquí en España el nivel industrial es más pequeño y requiere de más amor y pasión. Y luego, claro, económicamente es diferente. Allí se respeta más la profesión de actor porque hay más trabajo y hay más gente dedicada a ello. Es más respetable y todos son súper profesionales. Y cuando traen a un actor de fuera para unos papeles concretos te tratan como alguien relevante, importante. Te cuidan y están encima. Además del dinero, que marca la diferencia.
Antes de rodar Mamá (2013) con Guillermo del Toro como productor y Andy Muschietti de director hicimos por nuestra cuenta, para ir al rodaje con ideas, un test de movimiento sin ningún tipo de trucaje digital en el que salgo con un vestidito, como muy creepy, muy desagradable, incómodo, extraño, pero un bonito ejercicio de expresión corporal que quedó grabado. Y cuando se estrenó Mama a Guillermo del Toro le decían que estaba muy bien, pero que se trataba de otra criatura creada en 3D. Y lo único que había en 3D era el pelo, así que me preguntaron si me importaba que compartieran en las redes el test de movimiento, en el cual puede verse perfectamente que soy yo y punto. Dije que sí, que no me importaba, y a raíz de ese video, que se hizo viral entre la gente de la industria, fue cuando noté un punto de inflexión en mi carrera y todo el mundo que hacía cine de terror fuera de España comenzó a incluir en sus planes criaturas con esas características, por lo que noté un aumento en la cantidad de ofertas de trabajo que me llegaban. Así que durante estos últimos tres años no he parado de trabajar, y todo fuera de España.
Recuerdo estar charlando con Alexandre Aja cuando rodaba The Other Side of the Door (Johannes Roberts, 2016) en la India que me decía, “tengo un montón de amigos que han visto tu video y todos quieren trabajar contigo”. A raíz de ese video vino un cambio y mi nombre, por sí solo, se va defendiendo. Tengo la sensación de que en América y en el resto del mundo han empezado a valorar mi nombre y para este tipo de personajes recibo constantemente ofertas y proyectos. Todo lo cual da una tranquilidad y una felicidad.
Gracias a las redes cuando tienes un nombre deja de ser necesario vivir en Los Ángeles. Bien es cierto que el vivir allí te permite llegar más rápido a depende qué trabajos en los cuales los productores no tienen tan claro el contar contigo. Pero tener un físico y un perfil tan concreto, tan específico, hace que note en qué proyectos el personaje debo de ser yo. Es como que ciertos directores y maquilladores ya piensan en mí. Y me van llamando o escribiendo. Entonces no veo la necesidad de instalarme en Los Ángeles. Primero porque la mitad de las películas las hago en Londres y la otra mitad entre Canadá y Estados Unidos, así que da igual donde esté porque las ofertas vienen de todos lados. Voy allí, trabajo, marcho al otro lado.
El año pasado hice una película en África; otra en Canadá; otra en Los Ángeles; otra en Boston; otra en Londres y un trocito en España. O sea, viva donde viva voy a tener que viajar.
En El renacido (The Revenant, Alejandro G. Iñárritu, 2015), hubo un maquillaje especial que no se incluyó finalmente para una escena que representaba una pesadilla del protagonista. Algo terrorífico y angustioso. Un plano secuencia que estuvimos dos días rodando con la luz exacta del atardecer. Ese momento justo en el que se ponía el sol. Ya que Inárritu lo quería todo con luz natural y esta escena debía suceder justamente en ese momento de crepúsculo, estuvimos varios días rodando tan solo durante veinte minutos al día porque se rodaban cuatro tomas y cuando la luz ya no era exáctamente la requerida y Emmanuel Lubezki decía “No, ya no” y entonces debíamos esperar a otro día para rodar otras cuantas tomas.
La película estaba prácticamente terminada e Iñarritu estaba experimentando y probando cosas que pensaba que podrían enriquecer la pesadilla del personaje interpretado por Leonardo diCaprio.
Cuando me llamó y me contó lo que pretendía hacer ya me dio la sensación de que estaba experimentando, y fue fantástico estar allí probando cosas y rodando con Leonardo y Tom Hardy, compartiendo escena, ¡la locura! pero al final la escena no se incluyó. Una lástima no compartirla con todo el mundo en la pantalla.
Desde que se dio a conocer el extraño Slender Man por internet mucha gente desde las redes, y yo mismo, pensamos que yo encajaría bien y resultaría ideal, así que no es de extrañar que cuando surgió el proyecto ellos mismos se pusieran en contacto conmigo. Terminamos de rodar Slender Man (Sylvain White, 2018) en Boston hace unos cuatro meses y este año hay una serie de proyectos en los que quieren contar conmigo así que, si Dios quiere, haremos otros cinco o seis pelis, entre otras cosas.
Me gusta la interpretación en general, la dirección… me apetece probar otras cosas y disfruto con la comedia. Me gusta el drama y me apetece hacer de todo. Pero a mí lo que más me ha gustado siempre han sido las criaturas. Me han fascinado desde niño. Mis primeros recuerdos son de verlas en El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), en la que todo era a base de criaturas y más criaturas: el templo de Jabba; los Ewoks; Chewbacca… era un amalgama de creatividad y de criaturas entrañables que fueron la base de lo que mí me ha motivado e inspirado. Así que tanto en Ciencia-Ficción como aventuras o terror, yo estaba siempre deseando ver criaturas. También quería saber como se hacían, como se diseñaban y cobraban vida así que estoy donde siempre he deseado estar (…) ¿Que me encasillan? ¡Pues benditos sean! ¿Cómo podría quejarme? Mi encasillamiento es una bendición.
VAMOS DE ESTRENO (o no) * Viernes 26 de enero *
EL PASAJERO (The Commuter, Jaume Collet-Serra, 2018)
USA Duración: 105 min. Guion: Byron Willinger, Philip de Blasi Música: Roque Baños Fotografía: Paul Cameron Productora: Lionsgate / StudioCanal / Nvizage / Ombra Films Género: Thriller
Reparto: Liam Neeson, Patrick Wilson, Vera Farmiga, Sam Neill, Jonathan Banks,Elizabeth McGovern, Dean-Charles Chapman, Clara Lago, Florence Pugh,Letitia Wright, Shazad Latif, Killian Scott, Andy Nyman, Roland Møller,Colin McFarlane, Dilyana Bouklieva, Adam Nagaitis, Kingsley Ben-Adir,Kobna Holdbrook-Smith
Sinopsis: Durante su trayecto habitual de vuelta a casa en tren, un hombre de negocios felizmente casado comienza a hablar con una misteriosa pasajera. Pronto el hombre se verá envuelto en una conspiración criminal que amenaza con poner en peligro tanto su vida como la de sus seres más cercanos.
Collet-Serra no pierde el tiempo: ya desde los títulos de crédito nos muestra el día a día. La monotonía de una familia feliz. Vemos al personaje que encarna Liam Neeson realizando el ritual de levantarse cada día a las 6 para ir a trabajar. Esto ya nos indica que, tal y como imaginamos, todo se va a venir abajo. Y no pensamos que les estemos desvelando gran cosa sobre esta película, pues tan solo hace falta echar un vistazo a los últimos trabajos en común entre el director catalán y el actor irlandés para saber que vamos a tener un largometraje de acción e intriga. Y es que, aunque uno personalmente eche de menos al Collet-Serra inicial dedicado al cine de terror, hay que reconocer que sabe de sobras como funcionan los hilos del cine de acción. Sabe manejar la intriga y enseñar las cartas en el momento exacto para conseguir sorprender al espectador sin precipitarse antes de desplegar toda la artillería.
Serra nos presenta de manera efectiva todas las piezas de la historia, prescindiendo de lo innecesario llevando a su protagonista y al espectador a un juego de intriga cuya acción irá subiendo conforme avance la trama con un escenario tan ideal como ha demostrado ser siempre el tren.
Una película ideal de acción e intriga, bien realizada y que cuenta, además de con Liam Neeson, con la agradable participación de Patrick Wilson y Vera Farmiga, el célebre matrimonio Warren de la saga de James Wan; Sam Neill; Jonathan Banks y la española Clara Lago.
EL CORREDOR DEL LABERINTO: LA CURA MORTAL (Maze Runner: The Death Cure, Wes Ball, 2018)
USA Duración: 142 min. Guion: T.S. Nowlin (Novela: James Dashner) Música: John Paesano Fotografía: Gyula Pados Productora: Gotham Group / Temple Hill / 20th Century-Fox Film Corporation Género: Ciencia ficción.
Reparto: Dylan O’Brien, Kaya Scodelario, Katherine McNamara, Thomas Brodie-Sangster,Nathalie Emmanuel, Barry Pepper, Giancarlo Esposito, Rosa Salazar,Dexter Darden, Walton Goggins, Jacob Lofland
Sinopsis: Thomas no puede confiar en CRUEL. La organización le borró sus recuerdos y lo encerró en el Laberinto. Luego lo dejó al borde de la muerte, en el Desierto. Y lo separaron de los Habitantes, sus únicos amigo. Ahora CRUEL asegura que el tiempo de las mentiras ha terminado. Con toda la información que reunió gracias a las Pruebas, está en condiciones de avanzar en la cura de la Llamarada. Pero Thomas debe pasar por la Prueba Final. ¿Logrará sobrevivir al procedimiento? ¿Será cierto que se terminaron las mentiras? Quizá la verdad sea más terrible aún… una solución letal, sin retorno.
‘La cura mortal‘ se basa en la tercera parte de la saga literaria iniciada con El corredor del laberinto, de James Dashner que concluye este tríptico de forma espectacular. En esta casa ya les hablamos de su capítulo intermedio en la que su director, Wes Ball, dejaba suficientes tramas abiertas como para asegurar al menos una tercera entrega con la que Ball, que ha dedicado más de 4 años a esta aventura, se despide.
La película se inicia con una persecución a lo Mad Max cinta con trasfondo también apocalíptico aunque de un tono definitivamente más pesimista que este Corredor del laberinto, dirigido mayoritariamente a un público adolescente y que narra la eterna batalla de los jóvenes contra ‘el sistema’ de valores de los adultos, que no dudarán en desear incluso la sangre de los muchachos para asegurarse su salvación.
La verdad es que los dos años trascurridos desde la entrega anterior de la saga no beneficia a esta cinta pues es fácil que, a excepción de los seguidores de la misma, los espectadores hayan olvidado como terminó aquella. Tampoco se nos pone al día en el inicio de esta, así que tendremos que ir tanteando hasta ir adivinando su trama, recordando que una plaga está exterminando a la humanidad y tan solo unos cuantos jóvenes parecen inmunes a la misma, muchachos y muchachas que son utilizados como objetos de estudio por los villanos de la historia, todos mayores y crueles. La plaga esta convirtiendo a sus infectados en una especie de zombis hambrientos y repugnantes, criaturas estas que al parecer resultan imprescindibles en toda película de terror de nuevo milenio que se precie.
Entretenida y bienintencionada, los protagonistas son inmejorables muestras de juventud de toda raza, con medidas estándar, cabeza bien poblada y proporciones lo suficientemente atractivas como para ser los padres y madres de una nueva y esperanzadora humanidad que, si no lo impiden los sardónicos villanos, surgirá de los genes de todos estos mozalbetes.
Para incondicionales de la saga y del entretenimiento sin complicaciones, pero recomendando, eso sí, revisar las anteriores entregas.
SIN AMOR (Nelyubov, Andrey Zvyagintsev, 2017)
- Rusia/Francia/Alemania/Bélgica Duración: 128 min. Guion: Andrey Zvyagintsev, Oleg Negin Música: Evgueni Galperine Fotografía: Mikhail Krichman Productora: arte France Cinéma / Why Not Productions Género: Drama
- Reparto: Maryana Spivak, Aleksey Rozin, Matvey Novikov, Marina Vasilyeva, Andris Keishs,Alexey Fateev
- Sinopsis: Un matrimonio que lleva años juntos está en pleno proceso de divorcio. Su día a día se resume en discusiones, mientras intentan vender su apartamento desesperadamente para poder irse a vivir por separado. Además, ya están planeando sus respectivos futuros: el marido, Boris, ya ha conocido a otra chica a la que ha dejado embarazada, y la mujer, Zhenya, ha comenzado a citarse con un adinerado hombre que parece estar dispuesto a casarse con ella. Unos futuros felices… en los que no han incluido a Alyocha, su hijo de 12 años. Ninguno le presta interés, hasta que desaparece sin dejar rastro. Se trata de una coproducción entre Rusia y Francia, dirigida por Andrei Zvyagintsev.
- Premios
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2017: Festival de Cannes: Premio del Jurado2017: Globos de Oro: Nominada a Mejor película de habla no inglesa2017: Premios BAFTA: Nominada a Mejor película en habla no inglesa2017: Premios del Cine Europeo: Mejor BSO y fotografía2017: National Board of Review (NBR): Mejores películas extranjeras del año2017: Críticos de Los Angeles: Mejor película extranjera2017: Premios Independent Spirit: Nominada a mejor película extranjera2017: Satellite Awards: Nominada a mejor película de habla no inglesa2017: British Independent Film Awards (BIFA): Nom. a mejor pel. internacional indep.
Mucho hemos tenido que escarbar para escoger una sinopsis algo aproximada a lo que el espectador se encontrará en Sin amor, una cinta en la que si bien su eje principal transita con la desaparición del menor, la pieza sobrante, el escollo para la felicidad de sus progenitores, que viven un agrio divorcio, lleva al espectador por muchos otros terrenos como la irresponsabilidad, la bajeza moral y el egoísmo más absoluto lugares, en mayor y menor medida, conocidos de sobras por el espectador, al que esta magnífica cinta señala mirándole directamente a los ojos.
Zvyagintsev nos narra una historia incómoda y cruda a la que, sorprendentemente, ha dotado de pequeños jirones de humor, que subrayan lo absurdo que a veces la propia existencia es, y que acercarán al espectador, aún más, a ese fin del mundo que, vaticinado por el calendario maya, se anuncia en los noticiarios. Un fin del mundo que tras ver la cinta uno no sabría asegurar si no se ha producido ya o debería producirse con urgencia.
Sin amor es una película valiente que nos habla de la mezquindad cotidiana, de la hipocresía social del hombre y la mujer de la calle, del individuo ‘normal’, del vecino, del tendero: de usted y de mí. De todos. Y nos demuestra que el infierno existe, desde luego, y que vivimos en él contribuyendo a construirlo con nuestras acciones y sentimientos más inconfesables. Pero también con los públicos.
El director nos muestra el lado oscuro del ser humano y también, particularmente, el de una sociedad, la rusa, que arrastra y arrastrará para siempre las secuelas de su pasado político. Y lo hace con un sutileza magistral, trasmitiendo sensaciones al espectador. Pocas veces la intimidad de sus protagonistas se ha mostrado de forma tan veraz. Pocas veces los silencios son tan elocuentes. Como dice uno de los personajes del film, sin amor no se puede vivir y esa desesperada búsqueda del mismo es la que convierte a sus protagonistas en supremos egoístas.
Incómoda, cruda, magistral.
Protagonizada por Alexey Rozin y Maryana Spivak, el guion de Sin amor, que se desarrolla en dos partes bien diferenciadas, ha sido escrito por el director en colaboración con Oleg Negin, quien también ha trabajado en tres de las anteriores películas de Zvyagintsev: The Banishment, Elena y Leviatán. Sin amor confirma que el realizador ruso es uno de los grandes autores del cine contemporáneo, con un estilo único. La atmósfera y la tensión que gravitan sobre la película, junto a las soberbias interpretaciones, la música y la excepcional fotografía, sumergen al espectador en un universo desconcertante, pesimista y lleno de intriga.
CALL ME BY YOUR NAME (Luca Guadagnino, 2017)
Italia/Francia/Brasil/USA Duración: 130 min. Guion: James Ivory, Luca Guadagnino (Novela: André Aciman) Música: Sufjan Stevens Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom Productora: Frenesy Film Company / RT Features / La Cinéfacture / Water’s End Productions / M.Y.R.A. Entertainment / Ministero per i Beni e le Attività Culturali / Lombardia Film Commission. Distribuida por Sony Pictures Classics Género: Drama
- Reparto: Timothée Chalamet, Armie Hammer, Michael Stuhlbarg, Amira Casar, Esther Garrel,Victoire Du Bois
- Sinopsis: Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al principio Elio se muestra algo frío y distante hacia el joven, pero pronto ambos empiezan a salir juntos de excursión y, conforme el verano avanza, la atracción mutua de la pareja se hace más intensa.
- Premios
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2017: Festival de Toronto: 2ª finalista – Mejor película2017: Globos de Oro: 3 nomin. incluyendo mejor película drama y actor (Chalamet)2017: Premios BAFTA: 4 nominaciones, incluyendo Mejor película y Mejor director2017: National Board of Review (NBR): Top 10 películas año, actor rev. (Chalamet)2017: American Film Institute (AFI): Top 10 – Mejores películas del año2017: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actor (Chalamet)2017: Críticos de Los Angeles: Mejor película, director y actor (Chalamet)2017: Premios Independent Spirit: 6 nomin. incluyendo mejor película y director2017: Premios Gotham: Mejor película y nuevo actor (Timothée Chalamet)2017: Critics Choice Awards: Mejor guion adaptado. 8 nominaciones2017: Sindicato de Productores (PGA): Nominada a Mejor película2017: Satellite Awards: Nomin. a mejor película, guion adaptado y actor sec. (Hamer)2017: Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor actor (Timothée Chalamet)2017: Festival de Berlín: Nominada a mejor película (Teddy Section)2017: Festival de San Sebastián: Inauguración sección Perlas de otros festivales2017: Melbourne International Film Festival: Premio del Público2017: Festival de Sydney: 2º puesto mejor película (Premio del Público)2017: Asociación de Críticos de Chicago: 3 premios incl. Mejor actor (Chalamet)
La sombra de James Ivory, autor del guión y productor del filme de Luca Guadagnino es alargada y pesa sobre la cinta del italiano, ya bregado en narrar relatos de iniciación adolescente como ya hiciera en la, en su momento, polémica Melissa P. (2005) y en menor grado en Cegados por el sol (A Bigger Splash, 2015), con la que Call Me by Your Name tiene más cosas en común, no en vano ambas forman parte de la trilogía «Deseo» que inauguró en 2009 Io sono l’amore, de nuevo el director italiano nos sumerge en un verano europeo, indolente, en el que la irrupción de forasteros romperá, con su energía, el perezoso devenir de los días de sol y chapuzón. También tiene en común con aquella que la acción se desarrolla en un entorno acomodado situado en un lugar de la campiña italiana, en aquella de Sicilia y en esta de Lombardía. Parajes idílicos en los que de forma natural surge la pasión y el amor y que el director fotografia en todo su esplendor.
Guadagnino nos introduce en un universo bello, helenista, elitista y culto a golpe de piano, disciplina que estudia el joven Elio, cuyo despertar de los sentidos se no mostrará de forma sutil, in crescendo, hasta la natural explosión que embriagará también al norteamerivcano Oliver, recién llegado a Italia -y a la vida del joven-. Un amor en tiempos de armario y pre-sida que se desarrolla de modo más natural en ese progresista entorno europeo.
El único pero que quizás le pondríamos a la película es su excesiva y sobre explicada conclusión, en la que parece recrearse el director como si ya no hubiera quedado todo claro para el espectador. Un recrearse que parece confirmarse definitivamente ante la anunciada intención de director de rodar -tras el temido remake de Suspiria– una continuación de Call Me by Your Name.
C’EST LA VIE (Le sens de la fête, Olivier Nakache y Eric Toledano, 2017)
Francia/Canadá/Bélgica. Duración: 115 min. Guion: Olivier Nakache, Eric Toledano Música: Avishai Cohen Fotografía: David Chizallet Productora: Gaumont / Quad Productions Género: Comedia
Reparto: Jean-Pierre Bacri, Vincent Macaigne, Kévin Azaïs, Suzanne Clément,Gilles Lellouche, Judith Chemla, Jean-Paul Rouve
Sinopsis: Max ha organizado cientos de bodas durante años y ahora prepara una boda de lujo en un Chateau francés del siglo XVII. Ha coordinado todo para que la celebración sea un éxito: camareros, orquesta, menú, disc jockey, decoración floral…Pero el resultado pende de un hilo y cada momento de felicidad y emoción puede convertirse en desastre o caos. ¿A quién confiarías la fiestamás importante de tu vida?
Una nueva comedia del tándem Olivier Nakache y Eric Toledano que triunfó y se dio a conocer entre nosotros con Intocable (Intouchables, 2012), y que en esta ocasión deciden alejarse de las historias intimistas para enfrentarse a un reparto coral, que encarnará a los componentes del catering de una boda de alto copete.
Rodada de manera muy dinámica, en C’est la vie todo son entradas y salidas y paseos de arriba a abajo por parte del principal protagonista, Max (Jean-Pierre Bacri), organizador del evento y auténtico protagonista de la historia, pues todo girará alrededor de él. Así, mientras se prepara el bodorrio iremos conociendo a los diferentes personajes, encargados de que todo resulte perfecto algo que, como podrán suponer, será la base de las situaciones cómicas. Pero por desgracia las posibilidades cómicas que podría ofrecer este abultado y variopinto grupo humano no se sitúa a la altura de las expectativas que pudiera levantar.
Simpática sin resultar hilarante, Toledano y Nakache basan el humor de la propuesta en las situaciones más que en los gags, resultando una comedia amable confesa heredera de Un día de boda (A Wedding, 1978) de Robert Altman aunque con la nota original de enfocar su película en lo que sucede entre las bambalinas más que en la familia o en los contrayentes.
VAMOS DE ESTRENO (o no) * Viernes 19 de enero de 2018 *
ME ESTÁS MATANDO SUSANA (Roberto Sneider, 2017)
- México/Canadá. Duración: 102 min. Guion: Roberto Sneider, Luis Cámara (Novela: José Agustín) Música: Víctor Hernández Stumphauser Fotografía: Antonio Calvache Productora: Cuevano Films / La Banda Films / Fidecine Género: Comedia dramática
- Reparto: Gael García Bernal, Verónica Echegui, Ashley Hinshaw, Daniel Giménez Cacho,Björn Hlynur Haraldsson, Cassandra Ciangherotti, Barbara Garrick,Gabino Rodríguez, Andrés Almeida, Tristan Carlucci, Jadyn Wong,Maite Suarez Diez, Julian Sedgwick, Will Woytowich, Adam Hurtig, Gordon Tanner,Jeremy Walmsley, Ilse Salas, Juan Pablo Medina
- Premios:
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2017: Festival de Málaga: Sección Oficial Largometrajes a Concurso2016: Premios Ariel: 6 nomin. incl. mejor película, director y actor (García Bernal)
Sinopsis: Eligio (Gael García Bernal) es un actor mexicano que vive de fiesta en fiesta. Un día su esposa, Susana (Verónica Echegui), lo abandona sin dar explicaciones. Tras conseguir algunas pistas sobre su paradero, irá en su busca desde México hasta Iowa. Cuando encuentra a su esposa, nota que está muy cambiada y no quiere volver con él. Eligio tendrá que cambiar si quiere recuperar a Susana.
Protagonizada por Verónica Echegui (No culpes al Karma, Déjate llevar) y por el actor mexicano Gael García Bernal (Amores perros, Diarios de motocicleta), la comedia Me estás matando Susana, basada en la novela de José Agustín Ciudades desiertas, trata de manera inteligente las dificultades de la vida en pareja y el delicado tema del machismo en la sociedad mexicana. El resultado es una cinta que no termina de coger el tono entre comedia y drama, todo ello sin que el resultado sea necesariamente negativo pues tanto Gael García Bernal como la española Verónica Echegui, están magníficos. Echegui, por cierto, se encuentra en pleno arranque internacional de su carrera pues además de alguna serie rodada en Inglaterra, dos cintas suyas van a coincidir durante un tiempo en las carteleras, esta cinta mexicano-canadiense y la comedia italiana Déjate llevar (Lasciati andare) de Francesco Amato, que se estrenará el próximo viernes.
120 PULSACIONES POR MINUTO (120 battements par minute, Robin Campillo, 2017)
- Francia Duración: 143 min. Guion: Robin Campillo, Philippe Mangeot Fotografía: Jeanne Lapoirie Productora: Les Films de Pierre Género: Drama
- Reparto: Nahuel Pérez Biscayart, Adèle Haenel, Yves Heck, Arnaud Valois,Emmanuel Ménard, Antoine Reinartz, François Rabette
- Sinopsis: París, principios de los años 90. Un grupo de jóvenes activistas intenta generar conciencia sobre el SIDA. Un nuevo miembro del grupo, Nathan (Arnaud Valois), se quedará sorprendido ante la radicalidad y energía de Sean (Nahuel Pérez Biscayart), que gasta su último aliento en la lucha.Seleccionada por Francia para los Oscar 2018.
- Premios
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2017: Festival de Cannes: Gran Premio del Jurado2017: Premios del Cine Europeo: Mejor montaje2017: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera2017: Críticos de Los Angeles: Mejor película extranjera2017: Premios Independent Spirit: Nominada a mejor película extranjera2017: Critics Choice Awards: Nominada a mejor película de habla no inglesa2017: Satellite Awards: Nominada a mejor película de habla no inglesa

CUTRECON VII llega del 24 al 28 de enero con un tributo a Chiquito de la Calzada
CutreCon, el Festival Internacional de Cine Cutre de Madrid, calienta los motores ante la inminente llegada de su séptima edición, del 24 al 28 de enero, en la que invita a los espectadores a viajar por los confines del peor cine del espacio y a conocer a delirantes seres de otros mundos procedentes de los rincones más lejanos del universo cinematográfico conocido. Serán cinco días en los que se proyectarán hasta 20 de las peores películas de la historia del cine -en sesiones tanto gratuitas como de pago-, repartidas por las distintas sedes del festival: Palacio de la Prensa, Cine Doré – Filmoteca Española, Auditorio del Centro Cultural de la Casa del Reloj de Matadero Madrid y los Cines Conde Duque Verdi Alberto Aguilera.


Más información: http://cutrecon.com/
Novedades de ‘Diábolo Ediciones’ para enero de 2018: Manga, Anime y cómic
Que la cultura japonesa y en concreto el Anime y el Manga han llegado para quedarse es algo que en Diábolo Ediciones saben muy bien, tal y como demuestran con la constante edición de libros dedicados a ellos. En esta ocasión le toca el turno, por segunda vez, al universo Sailor Moon. Pero también celebraremos con ellos el centenario del Anime y sin olvidar el cómic, otro de los puntales de la editorial, con la edición del noveno tomo de Last Man. ¡A empezar el año con energía!
PARA AMPLIAR: CLICK EN LA IMAGEN
El Buque Maldito Nº 28 ¡Ya disponible!
Ya está a la venta un nuevo número del fanzine El Buque Maldito que centra gran parte de su contenido en la crónica de la cincuenta edición del SITGES – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya y la XXVIII Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.
El reportaje del SITGES 2017 viene acompañado de entrevistas a Tony Isbert (Nadie oyó gritar), Hélène Cattet & Bruno Forzani (Amer), Jaume Balagueró (Mientras duermes), Paul Urkijo (Errementari, el herrero y el diablo), Can Evrenol (Baskin) y Nick Antosca (Channel Zero).
A la crónica de la Semana 2017 le siguen las interviús con la mítica actriz María José Cantudo y con el realizador Arturo de Bobadilla, artífice de Los resucitados.
En paralelo a los certámenes cinematográficos, el número contiene una extensa entrevista con el director Paco Plaza centrada en su última película, Verónica; y con Fabio Frizzi y Antonella Fulci tras el encuentro el pasado mes de septiembre en la onceava edición del certamen Fimucité – Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife.
PVP: 3,50€ + gastos de envío. 54 páginas.
También disponibles los últimos ejemplares de los números 23, 26 y 27.
PUNTOS DE VENTA EN BARCELONA:
FREAKS C/. Ali Bei, nº10; ARKHAM COMICS C/. Xuclà, nº16; CINEMASCOPE C/. Torrent de l’olla, 101.
VAMOS DE ESTRENO (o no) * Viernes 12 de enero de 2018 *
USA/UK/China Duración: 114 min. Guion: David Marconi (Novela: Stephen Leather) Música: Cliff Martinez Fotografía: David Tattersall Productora: STX Entertainment / thefyzz / Arthur Sarkissian Productions Género: Acción
Reparto: Jackie Chan, Pierce Brosnan, Charlie Murphy, Katie Leung, Rory Fleck Byrne,Dermot Crowley, Shina Shihoko Nagai, Simon Kunz, Jorge Leon Martinez,Lasco Atkins, Dilyana Bouklieva, Roberta Taylor, Dino Fazzani, Lee Nicholas Harris,Branwell Donaghey, Stephen Hogan
Sinopsis: Quan (Jackie Chan), es un humilde dueño de un restaurante londinense cuyo pasado, ya enterrado, emerge cargado de venganza al perder a su hija, la única familia que le queda, en un acto terrorista con motivaciones políticas. Mientras busca a los responsables, recurre a la ayuda del viceministro irlandés, Liam Hennessy (Pierce Brosnan), un funcionario del gobierno a quien afecta su propio pasado turbio de vinculación con el grupo terrorista IRA. Así comienza un juego del gato y el ratón con tinte político entre Quan y Hennessy, quienes deben confrontar su pasado mientras intentan identificar a los escurridizos asesinos.
THE JUNGLE BUNCH (LA PANDA DE LA SELVA) (Les As de la Jungle, David Alaux, 2017)
Francia. Duración: 97 mn Guion: David Alaux, Eric Tosti, Jean-François Tosti Música: Olivier Cussac Productora: France 3 Cinéma / Master Films / S.N.D / TAT Productions Género: Comedia de animación.
The Jungle Bunch es una fantasía multicolor repleta de acción y humor que cuenta con una animación con textura casi orgánica. Apta incluso para adultos, su acción se desarrolla en una jungla sin depredadores en la que todas las especies conviven en paz, lo que da pié a un extenso catálogo de simpáticos personajes que servirán para ilustrar a los más pequeños el valor de la diversidad. Narrada en clave de equipo justiciero, formato este muy en boga y muy útil para enseñar a los más pequeños la importancia de trabajar en equipo. En ese idílico marco Los campeones y sus herederos, La banda de la jungla, tendrán como único antagonista a Igor, el koala maligno, que busca terminar con la vida en la jungla contando con la colaboración de su secuaz, el cangrejo Surimi.
Presentada en el prestigioso festival de cine de animación de Annecy y en la sección Europa Junior del Festival de Sevilla (destinada a niños de 3 a 12 años), The Jungle Bunch adapta al formato cinematográfico la serie de animación 3D The Jungle Bunch to the rescue (Les As de la jungle) creada, escrita y dirigida por David Alaux, Jean-François Tosti y Éric Tosti, que se emite en más de 180 países incluidos España (donde puede verse actualmente en CLAN TV y Canal Panda) y Estados Unidos, donde la serie ganó diferentes premios entre los que destacan dos Emmy a la mejor serie de animación infantil en 2014 y 2016.
Call TV, nocturnidad y alevosía
«Lo siento mongolita, pero no lo voy a cortar ¡Esto es oro puro!»
Todos hemos visto mucho cine. A título personal, pero también a título colectivo, y eso es tanto como decir que hace mucho que nosotros y la sociedad perdimos la ingenuidad, la han perdido los espectadores, pero también (y quizás sobre todo) la han perdido las gentes que se dedican profesionalmente a esto del séptimo arte. El cine de hoy es un arte de bisnietos de aquellos pioneros que establecieron las bases, por eso tiene mucho de autorreferencia, de revisita, de homenaje y, todo ello siempre en el mejor de los casos, de revisión y reinvención de códigos. Apenas existen películas, en Occidente al menos y dejando de lado los blockbusters, que no tengan también una pátina de ensayo, no se dejan leer linealmente pues estamos obligados a rebobinar para no perdernos la cita que resultará clave en el análisis que nos propone. Ni siquiera las más frescas gozan de una frescura total. Y, créannos, a veces da pereza, mucha pereza. Con la edad uno es cada vez más partidario de que los experimentos se hagan con gaseosa, uno se atrinchera en su personal repertorio de clásicos y allí, en ese refugio/altar nos solazamos de las excursiones a lo moderno.
Por todo eso, tiene mucho mérito que Norberto Ramos del Val nos saque una y otra vez de nuestra batcueva y nos lleve de excursión por sus propuestas pintorescas. Será porque siempre sabe cómo ganarse nuestras simpatías, aunque pertenezcamos a generaciones distintas y su humor no siempre sea el nuestro. Será, también, porque su enfoque, su voz cinematográfica, es particular, personal e intransferible, y siempre nos gusta aquello que no es clon de nada. Esta vez nos ha sacado a bailar con Call Tv, su película casi normal que aspira a escalar mundos más amplios que ese universo de gafapastas que siempre parece ser el reducto al que quedan relegadas las películas que se escapan del tópico. Norberto nos trae una película nocturna, disparatada, que tiene a Jo que noche o Algo salvaje en su maletero, sin caer nunca en la cita, que no es un homenaje sino un nuevo jalón en ese río de thrillers en clave de comedia en el que la irrealidad y lo real se dan la mano en una vorágine de acontecimientos divertidos y tristes a la vez, patéticos y simpáticos a partes iguales.
Call TV, como su título indica, toma como falsilla el submundo de esos programas de preguntas trampa que llenan las emisiones de madrugada, tan casposos, pero que tan buenos momentos dan a los noctámbulos que no consiguen bajar su espitado ánimo, que no consiguen salir de esos estado alterados de la mente inducidos por la noche y sus trampas. Un subproducto grotesco que en manos de Norberto (y de Pablo Vázquez, su guionista casi de cabecera) se convierte en el envoltorio perfecto para la revisión crítica de las constantes de nuestro tiempo, como ambos comentaban en Las Horas Perdidas, «habla de metacine, de la lucha de sexos, de la serie B, de la soledad, de la madurez, de la sociedad en la que vivimos ahora mismo, la maldita crisis que nos hace sentir más indefensos y más hostiles los unos con los otros, la envidia, la voracidad del trepismo, el cinismo como filtro para ver el mundo globalizado, la normalización de la megalomanía, y de los mundos reales y virtuales que nos rodean«. No hay ni gota de ingenuidad en la historia de Lucía (soberbia María Hervás), una actriz venida a menos que se ve obligada a aceptar un trabajo de presentadora en un Call TV y cuya primera noche se convertirá en un horror pesadillesco; pero sí hay raudales de frescura, introducidos en gran manera porque Norberto siempre hace cine para sí mismo (trata de rodar la película que le gustaría ver a él como espectador) que es la mejor manera para dirigirse a los demás. Una frescura que tiene que ver también con el uso de los giros de guión, que se nos ocurre tildar de arbitrarios y que logran darle al filme su tono de crónica surrealista (y que hacen que la película no sea tan normal como su director cree, dicho sea de paso).
Mucho cine dentro del cine es el que respira esta cinta. Por sus planteamientos argumentales que permiten incluso bromas con el supuesto cine snuff, con los vídeos virales de Internet, con el mundo de los cineastas con ínfulas y con su extremo opuesto que es el universo de la telebasura (los extremos se tocan, ya se sabe). Pero también por las influencias que no se ocultan, esos azules y rojos llegados de Mario Bava, esa sangre de tono irrealmente encendido que nos llevan de cabeza al giallo, género de las entretelas de Norberto, y esa revisión de los roles que nos propone al dar a las mujeres el papel protagonista, lejos de su papel de rubias florero y reinas del grito que han poblado el género.
Y mucho de crítica social, introducida en gran medida por esa inversión de los protagonismos habituales. Los personajes de Norberto están siempre poseídos por la impotencia, el asombro y el desconcierto, pero dentro de ello son las mujeres las que tienen verdadera capacidad de reacción frente al plantel de varones cretinos que las rodean. Norberto nos las sirve además vestidas (por desvestidas, en ocasiones) de una sensualidad enormemente bella, como solo puede retratarlas un hombre que se siente atraído por las mujeres y que es feliz de que así sea. Por todo ello su obra es un idóneo vehículo para plantear la guerra de los sexos, tan subrayada en nuestro presente, y lo es para hacerlo con la exquisita incorrección política que tanta falta nos hace.
Y lo mejor de todo es que la reflexión no oculta la acción, la voluntad de analizar no margina la de divertirse. La película es un divertido divertimento, lo han pasado bien sus artífices y lo harán sus espectadores. Créannos, de las contadas veces en las que vale la pena abandonar eso que Josep Plà llamaba «tebaida de la misantropía», una de ellas es la posibilidad de ver el cine de Norberto, que es moderno (más de lo que a él quizás le gustaría), pero que se acerca a la añorada inocencia del cine de los clásicos por vía de la irreverencia.
‘Quítame las manos de encima, sucio mono!: Un viaje de ida y vuelta a ‘El planeta de los simios’
1969 fue un año clave en el desarrollo de la ciencia ficción cinematográfica. Tras décadas de viajes a otros mundos que llenaron la pantalla de diversas especies extraterrestres, a cada cual más increíble, el genio visionario Stanley Kubrick dirigió 2001: Una odisea del espacio, una película que cambió totalmente el tratamiento de la ciencia ficción que hasta entonces conocíamos, influyendo en un buen número de cineastas y llegando su huella hasta la actualidad. Pero ese año también se estrenó una película que, siendo también de ciencia ficción futurista, aunaría la modernez que demandaban los nuevos tiempos con el clasicismo pulp aventurero que hasta entonces se relacionaba íntimamente con la ciencia ficción. El planeta de los simios (Planet of the Apes) nos ofrecería un viaje en la máquina del tiempo, al presente y al pasado, a un alucinante mundo gobernado por simios que se prolongaría en cuatro entregas más.
EL CICLO ORIGINAL: EL PLANETA DE LOS SIMIOS
George Taylor (Charlton Heston) es un astronauta que forma parte de la tripulación de una nave espacial que accidentalmente se estrella en un planeta desconocido gobernado por una raza de simios mentalmente muy desarrollados que esclavizan a unos seres humanos salvajes, que carecen de la facultad de hablar. Taylor es herido en el cuello, pero logra comunicarse por mímica con los doctores Zira (Kim Hunter) y Cornelius (Roddy McDowall), dos chimpancés que lo cuidan y estudian. Cuando Taylor recupera la voz el líder de los simios, el doctor Zaius (Maurice Evans), decide que hay que eliminarlo. Pero Taylor y su compañera Nova (Linda Harrison) huirán hacia los límites de la ciudad, la llamada Zona Prohibida, donde descubrirán vestigios de una civilización que… ¡Resulta ser la extinta raza humana!
En 1963 Pierre Boulle publicaba La planète des singes, una novela distópica en la que unos viajeros espaciales encontraban, como si de un mensaje en una botella se tratara, la narración del periodista Ulises Mérou, que junto al resto de la tripulación de su nave fueron a parar al planeta Soror, un lugar prácticamente idéntico a la Tierra, con sus edificios y aviones pero con la particularidad de que los monos (chimpancés gorilas y orangutanes) ocupan el lugar de los humanos en la evolución, viviendo los hombres en estado salvaje y como esclavos de los monos. Tras ser capturado en una partida de caza, Ulises deberá demostrar que es inteligente, para lo que contará con la colaboración de la doctora Zira.
El escritor francés, cuya obra El puente sobre el río Kwai se había adaptado con gran éxito a la pantalla por David Lean en 1957, no desaprovechó su oportunidad cuando recibió la oferta del productor Arthur P. Jacobs para llevar su nueva novela al cine. Tras adquirir los derechos por 360.000 dólares (de los que sacó un excelente rédito, tal y como veremos), Jacobs contrató al enormemente popular escritor Rod Serling, un especialista en el género, tal y como había demostrado en televisión con su muy famosa serie La dimensión desconocida (The Twilight Zone, 1959-1964). A Serling se le unió Michael Wilson, un guionista señalado en la tristemente célebre lista negra de Hollywood, que ya había trabajado con Jacobs en el guión de El
puente sobre el río Kwai. Entre ambos convirtieron la novela de Boulle en ese alegato antibélico que es El planeta de los simios, ya que fue idea de ellos que el planeta en el que aterrizara la nave fuera la propia Tierra en su futuro.
El guión circuló sin éxito por diversas productoras americanas, así como por la británica Rank. Incluso fue presentado a Samuel Bronston, que por entonces estaba instalado en España, pero a ninguna compañía le pareció factible materializar el guión hasta que Charlton Heston, que había leído el texto gracias a Blake Edwards, se emperró en interpretar la película. Richard Zanuck de 20th Century Fox aceptó el proyecto, pero siempre que los maquillajes resultaran convincentes. Tras varias pruebas insatisfactorias, se hizo cargo del mismo John Chambers, uno de los introductores del látex en el cine que se haría merecedor, gracias a su trabajo en este filme, de una estatuilla de la Academia. Pero la película no hubiera sido la misma de no contar también con el magnífico vestuario de Mortoon Haack, quien realizó diferentes tipos de ropa para chimpancés, gorilas y orangutanes, tres clanes bien diferenciados; o el diseño de producción de William Creber y Jack Martin Smith, con esos edificios que mezclaban lo más moderno y lo más atávico con gran influencia en su diseño de Gaudí. Y sin olvidar la cacofónica, a la par que maestra, partitura de Jerry Goldsmith, que añade extrañeza a ese mundo de pesadilla que resulta ser el nuestro.
El planeta de los simios fue el primer trabajo importante del director Franklin J. Schaffner y por el que será más recordado. Tras ella consiguió dirigir alguna cinta de éxito como las adaptaciones cinematográficas de Papillón (1973) y Los niños de Brasil (The Boys from Brazil, 1978). En cuanto al equipo artístico, además de Charlton Heston como el comandante Taylor, la película contó con Roddy McDowall para interpretar al chimpancé Cornelius, un papel que llegó a ofrecerse al mismísimo Rock Hudson (¡…!); Kim Hunter como la simpática doctora Zira, pareja de Cornelius; Maurice Evans como el doctor Zaius, ocupando el lugar del veterano Edward G. Robinson, que si bien llegó a rodar una prueba, prefirió desligarse del proyecto a la primera de cambio por las molestias que ocasionaba el maquillaje (de 3 a 4 horas de caracterización); y finalmente, Linda Harrison (esposa de Zanuck) como Nova, la compañera de Taylor.
El resultado no podría haber sido mejor, El planeta de los simios es, aún hoy, estéticamente innovadora y ha conformado una mitología que sigue coleando. Su maquillaje sigue funcionando y resulta entrañable, hasta el punto de que sus actores son reconocidos como aquellos chimpancés incluso en su forma humana. La cinta funciona a todos los niveles, tanto conceptualmente como en forma de efectiva película de acción gracias, esto último, a los temibles gorilas y sus cacerías. Inolvidables resultan algunos momentos, como cuando Taylor recupera el habla; o la aparición de la muñeca humana parlante en las ruinas de la Zona Prohibida; o por ese gran final, antológico, ante la Estatua de la Libertad que con toda justicia ha pasado a formar parte de los mejores y más reconocibles planos de la historia del cine. Es por todo ello que El planeta de los simios nunca envejecerá.

Fotos del álbum personal de John Chambers. Debajo con Maurice Evans (Dr. Zaius) antes y después de ponerse en sus manos.
LAS SECUELAS
Si bien recordamos su célebre final, no nos resulta tan familiar el principio de la cinta inaugural de la saga, cuando Heston, a bordo de su nave y antes de hibernar, reflexiona sobre el tiempo, la relatividad y Einstein. El astronauta lleva seis meses viajando en el espacio, mientras que la Tierra ¡ha envejecido 700 años! Taylor hibernará después un total de 1305 años, dato que los observadores tendrán presente, pues las fechas están marcadas en el calendario de la nave. Ha estado viajando desde el 27 de marzo de 2673 hasta el 25 de noviembre del año 3978. En cambio, esos poco más de mil trescientos años en la Tierra suponen decenas de miles de años, por lo que cuando aterrice habrá viajado a un futuro remotísimo. Esta dilatación del tiempo, en los viajes a la velocidad de la luz, está recogida en la Relatividad Especial de Einstein; con esa teoría en la mano, los viajes al futuro requerirían tan sólo la existencia de naves capaces de viajar a la velocidad lumínica. Ajustarse a los conocimientos científicos del momento fue también otra de las claves que hicieron memorable El planeta de los simios. Y ante el éxito obtenido no tardaron en llegar las secuelas, que lejos de ser explotaciones sin sentido de la original, añadirán más consistencia, si cabe, a la mitología de la serie: todo sucederá en la Tierra en una espiral que enlazará las cuatro películas de forma circular y coherente.

Thomas Dodge, George Taylor, Maryann Stewart y John Landon, la tripulación de la nave Liberty 1, también conocida como Icarus.
Regreso al planeta de los simios (Beneath the Planet of the Apes, 1969) se rueda a continuación de la original, enlazando justo donde aquella termina. La acción se desarrollará casi en su totalidad en la Zona Prohibida, que no es otra cosa que las ruinas de Nueva York en las que habitan unos aterradores humanos mutantes que rinden culto a una bomba atómica. Allí llegará Brent, un astronauta que busca a Taylor y que se encontrará con Nova. Los simios avanzarán hacia la Zona Prohibida para enfrentarse a los mutantes. Taylor reaparecerá y, herido de muerte, activará la bomba. Fundido a negro. Pero antes los chimpancés Zira, Cornelius y Milo, que han reparado la nave de Taylor, huirán de la Tierra, que explota tras ellos.
En Huida del planeta de los simios (Escape from the Planet of the Apes, 1971), los tres simios llegarán a un planeta que… ¡Resultará ser la Tierra en 1973! habrán, por lo tanto, retrocedido en el tiempo, arribando a una Tierra en la que ahora los extraños serán ellos. Inicialmente serán bien recibidos e incluso Zira descubrirá que está embarazada, pero hay varios científicos que son partidarios de que los simios no tengan descendencia, pues sospechan que puede significar una amenaza para la raza humana. Zira y Cornelius huirán gracias a la colaboración de algunos humanos, pero ello no impedirá que sean abatidos, no sin antes dejar al recién nacido al cuidado del propietario de un circo.
La serie original finalizará con La rebelión de los simios (Conquest of the Planet of the Apes, 1972), que se desarrolla en 1991, en una fría sociedad dominada por la electrónica y las máquinas en la que los animales domésticos han muerto por culpa de una epidemia, por lo que los humanos han otorgado el papel de mascotas a los monos. Pero también el de esclavos y cobayas de crueles experimentos. César, hijo de Zira y Cornelius y único mono inteligente, se ha criado libre en el circo y maquina la rebelión contra el hombre opresor. Encabezará la revuelta y tras una cruenta guerra la Tierra pasará a ser el planeta de los simios.
Estructuralmente impecable, la continuidad de la saga, que había empezado con un viaje al futuro, nos habla de viajes al pasado, más complicados de expresar (y justificar con una relativa base científica) por la aparición de las llamadas paradojas temporales. Esas contradicciones aparentes que plantean absurdos lógicos y que, sin embargo (y literariamente hablando, al menos), permiten ser resueltas siguiendo líneas argumentales en las que quedan explicadas mediante acontecimientos no previstos, pero sin romper la línea de causalidad. En el caso que nos ocupa, ese sería el papel que desempeña el nacimiento de César en la tercera entrega y que algunos analistas han querido leer como manifestación de la paradoja del sustituto.
Aunque como hemos visto La rebelión de los simios cierra el ciclo perfectamente, se volvió a reincidir con una quinta película, Conquista del planeta de los simios (Battle for the Planet of the Apes, 1973) que no aportaba nada a la trama y que sí sería, al igual que la serie televisiva que se emitiría más tarde, una explotación sobre el tema.
Artísticamente la segunda entrega de la serie contó, tal y como hemos señalado, con un nuevo astronauta, Brent, encarnado por James Franciscus que ocupó el lugar de Charlton Heston, el cual aceptó intervenir brevemente y de forma totalmente desinteresada. Esta vez el guión se encargó a Mort Abrahams y Paul Dehn, que escribiría el resto de los libretos de la serie, mientras que Ted Post la dirigió y la banda sonora corrió a cargo de Leonard Rosenman. Como curiosidad cabe indicar que Roddy McDowall no participó en esta película por estar comprometido en otro proyecto: dirigir su primera y única película, la cinta de terror La viuda del diablo (The Ballad of Tam Lin, 1970), así que su papel lo interpretó David Watson. Esta sería la única vez en la que McDowall fallaría, ya que no tan solo interpretaría a Cornelius en la siguiente, sino que también pasaría a encarnar a César en el resto de secuelas y en la serie televisiva. Huida del planeta de los simios tiene un cierto mensaje antirracista que se potenciará en la siguiente entrega de la saga, además de un delicioso tono de comedia en su primera parte. Dirigida por Don Taylor, un director al igual que Ted Post fogueado en televisión, la película contó en su reparto, además de con los habituales Kim Hunter y Roddy McDowall, con Ricardo Montalban y Sal Mineo. Por su parte Jerry Goldsmith volvió a encargarse de la banda sonora, aunque sin superar al trabajo que realizó para la primera cinta.
Tanto la dirección de La rebelión de los simios como la de Conquista del planeta de los simios corrió a cargo de J. Lee Thompson. Esta, la quinta y última de la saga creaba un final totalmente postizo e incoherente ya que, al igual que la serie, planteaba un mundo en paz habitado por simios y hombres algo que, como vimos en El planeta de los simios (o sea, en el futuro) no iba a suceder nunca. En cualquier caso, fue un sonoro fracaso que se trasladó a la televisión, y de hecho la contagió, ya que la serie El planeta de los simios (Planet of the Apes, 1974) que iba a constar inicialmente de 24 episodios de 50 minutos de duración, tuvo que suspenderse en el 14 al no conseguir un nivel de audiencia aceptable. Finalmente, en 1975 la 20th Century Fox en colaboración con DePatie-Freleng realizaría una serie de dibujos animados de 13 capítulos titulada Return to the Planet of the Apes, con un espíritu más cercano a la novela original de Pierre Boulle, pero que no contó con ninguno de los actores originales para doblar a sus personajes animados.
La finalización del rodaje de Conquista del planeta de los simios (película que con muy buen criterio no se estrenó en nuestros cines) coincidió con el fallecimiento del alma mater de esta inolvidable serie, Arthur P. Jacobs, todo un visionario que desapareció de forma prematura a los 51 años y que parecía querer difundir con esta serie un tímido mensaje de paz, reflejando el miedo al botón del apocalipsis nuclear que entonces, al igual que ahora, parecía estar en manos de locos. Estamos hablando de una época en la que todavía se encontraban bien diferenciados los dos bloques: Norteamérica y sus aliados en la OTAN y la Unión Soviética y los suyos bajo el Pacto de Varsovia. Richard Nixon era el presidente de Estados Unidos y Nikolái Podgorni el Jefe de Estado de la Unión Soviética y aunque había cierta calma chicha tras los años sesenta y la crisis de los misiles de Cuba, se desarrollaba una carrera armamentística que no dejaba prever hacia donde iba a ser llevada la Humanidad.
EL RETORNO DEL PLANETA DE LOS SIMIOS
En 2001 Tim Burton estrena su particular interpretación de El planeta de los simios (Planet of the Apes), una visión que no agradó a casi nadie a pesar de contar con el maquillaje del multipremiado Rick Baker, la banda sonora de Danny Elfmann, el magnífico y salvaje diseño de producción de Rick Heinrichs y la intervención de Tim Roth, Kris Kristofferson, Helena Bonhan Carter (como Ari, una sosias de Zira), Estella Warren como Daena (una especie de Nova) e incluso el propio Charlton Heston en un sorprendente cameo. Aunque no pudo conseguir la magia de las películas originales lo cierto es que, vista en la distancia no es, ni mucho menos, un producto desdeñable. El planeta de los simios de Tim Burton gana, como el buen vino, con el tiempo, a pesar de que esta cinta está poco menos que sepultada ante la irrupción de la nueva serie, realizada ya en plena era digital.
Iniciada en 2011 con El origen del planeta de los simios (Rise of the Planet of the Apes, Rupert Wyatt) este nuevo ciclo, en el que un experimento de regeneración del cerebro humano realizado con un chimpancé, dará pie a una nueva especie inteligente, parte desde la Tierra en época actual, dejando aparte pues los viajes espaciales y, por lo tanto, las paradojas espacio-temporales.
El filme tuvo su continuidad con El amanecer del planeta de los simios (Dawn of the Planet of the Apes, Matt Reeves, 2014) y presumiblemente finalizará (o no) con su tercera entrega, Guerra por el planeta de los simios (War for the Planet of the Apes) estrenada en 2017 y dirigida, al igual que la segunda, por Matt Reeves.
Técnicamente los simios están muy conseguidos. Ya no hablamos de maquillaje sino de efectos digitales, lo que hace que todo resulte mucho más realista, pero al estar ambientada en la Tierra se prescinde del rico diseño de producción que poseía el mundo simio, con sus uniformes, castas y edificaciones. Aunque quizás es pronto para hablar, pues no sabemos lo que pueden tenernos preparado los responsables de esta nueva saga. Sea como sea, El planeta de los simios parece tener cuerda para rato.
Antes: Barcelona, cine Maragall, febrero de 1972: Mutantes con túnica, cánticos y de pronto se quitan la cara ¡Se quitan la cara! Mostrando un rostro en carne viva. Pesadilla al canto para ese niño de cinco años y medio que era yo, y de propina una escena que nunca olvidaría.
Tiempo después, cine Niza, noviembre de 1972: Matan a Zira y Cornelius, la simpática pareja de chimpancés parlantes, me pongo triste, pero un pequeño bebé mono se salva y dice: “¡Ma-má!” Sonrisa cómplice.
Dos años después, y de nuevo cine Maragall, enero de 1974: César, aquel pequeño bebé mono que se salvó, ha crecido y prepara en silencio la rebelión. Los simios la ganan. Estoy a favor de los monos. Sí, soy humano ¿y qué? Con mis ahorros pido el muñeco ‘soldado simio’ de Mego que veo en un anuncio en la contraportada de un cómic Vértice. También me hago la colección ‘Relatos Salvajes: El planeta de los monos.’ Mi cuñado se ríe de mí.
Ahora: Tengo todas las películas de la saga en DVD (las últimas en Blu-ray). Los comics los vendí (falta de liquidez), pero mi ‘soldado simio’ de Mego todavía me mira orgulloso desde la vitrina pues sabe que, como yo, es un superviviente.
(Artículo publicado previamente en Klowns Horror Fanzine Nº 6 Especial viajes en el tiempo, 2017)
Ya a la venta el segundo número de «Obsesión Continua»

Este verano… ‘Alita: Ángel de combate’ de James Cameron y Robert Rodríguez
SINOPSIS
Ido (Christoph Waltz), un compasivo médico de ciborgs, encuentra a Alita (Rosa Salazar) abandonada en el desguace de Iron City y traslada a la ciborg inconsciente a su clínica. Cuando Alita despierta, no sabe quién es, ni reconoce el mundo en el que se encuentra, todo es nuevo para ella. Alita tiene que aprender cómo manejarse en su nueva vida en las traicioneras calles de Iron City. Ido intentará proteger a Alita de su misterioso pasado, mientras que su nuevo amigo Hugo (Keean Johnson) le ayudará a despertar sus recuerdos. Entre los dos surge una creciente atracción hasta que oscuras fuerzas comienzan a perseguir a Alita y amenazan a sus nuevos amigos. En ese momento, Alita descubre que posee habilidades de combate extraordinarias, que podría usar para salvar a su nueva familia y amigos. Decidida a descubrir la verdad tras sus orígenes, Alita comienza un viaje que le enfrentará a las injusticias de un mundo oscuro y corrupto, descubriendo que solo ella puede cambiar el mundo en el que vive.
Sigue el perfil oficial de ALITA: ÁNGEL DE COMBATE en FACEBOOK
VAMOS DE ESTRENO (o no) * Viernes 5 de enero de 2018 *
EL MUSEO DE LAS MARAVILLAS (Wonderstruck, Todd Haynes, 2017)
USA. Duración: 120 min. Guion: Brian Selznick (Novela: Brian Selznick) Música: Carter Burwell Fotografía: Edward Lachman Productora: Amazon Studios / Killer Films Género: Drama
Reparto: Oakes Fegley, Julianne Moore, Michelle Williams, Amy Hargreaves,Cory Michael Smith, Marko Caka, James Urbaniak, Hays Wellford, Morgan Turner,Jaden Michael, Ekaterina Samsonov, Raul Torres, Millicent Simmonds,John P. McGinty, Mark A. Keeton
Sinopsis: Ben y Rose son niños de dos épocas distintas, que desean en secreto que sus vidas sean diferentes. Ben sueña con el padre que nunca conoció, mientras Rose lo hace con una misteriosa actriz cuya vida narra en un libro de recuerdos. Cuando Ben descubre una pista en casa y Rose lee un tentador titular en el periódico, ambos comienzan una búsqueda que se desarrollará con una fascinante simetría.
La grandeza de El museo de las maravillas estriba en la forma en la que está narrada. En cinco minutos Haynes entrega al espectador toda la información necesaria sobre los dos protagonistas, cuyas existencias en paralelo serán el eje de la historia, pues a pesar de estar ambas separadas por cincuenta años, convergerán en una misma gracias a un conjunto de serendipias, de maravillas que las unirán.
Cincuenta años. 1927 y 1977. El final del cine mudo y el final de la época Glam, por la que tanta querencia tiene el director de Velvet Goldmine (1998). Dos historias aparentemente autónomas pero con puntos en común: El silencio. La falta de sonido. La búsqueda de un sueño, de un milagro. De maravillas. Y para el espectador el reencuentro con el arte silente. Aquel lenguaje cinematográfico puro que alcanzó su cenit, precisamente, en 1927 con Amanecer (Sunrise: A Song of Two Humans) de F. W. Murnau, película que también marca el inicio del fin del cine como arte.
Todo cobrará sentido al concluir la cinta. Será el momento más verborreico, engorroso pero necesario y lo único que enturbia la modélica narración, reforzada por la fantástica partitura del siempre eficaz Carter Burwell. En resumen: una delicia para los sentidos.
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