Las lecturas de Serendipia: ‘Informe Madelman Vol. 2’
INFORME MADELMAN VOL. 2
Jon Diez de Ulzurrun
Diábolo Ediciones, 2019. Tapa dura, 17 x 24. 328 pgs. Color.
Con el «generalísimo» efectuando sus últimos pasos de baile Madel decide, posiblemente ante la competencia que le había salido en el mercado, efectuar unos profundos cambios en los Madelman, dotándoles de nuevos -y peores rostros-, un mejor cabello de goma, unas manos con dedos menos frágiles, unos horribles ojos pintados en detrimento de aquellos maravillosos de cristal y, les otorga pies, aunque las botas no les quedan tan ajustadas y estéticamente perfectas como antes. El modelo afroamericano permanece más o menos inalterable, pero se sumaron nuevas lineas de producción a las ya existentes y, también por primera vez, se puso a la venta un Madelman femenino. Y ya era hora, la verdad, pues por fin parece que se superó el absurdo tabú que se presuponía pudieran tener los padres en comprar al niño o que este pidiera, para Reyes, «una muñeca» sin que peligrara su masculinidad. También es posible que Madel pensara que así también se abría al mercado femenino. En todo caso, nueva lineas se sumaron a las ya existentes, que adaptaron el nuevo maniquí: oeste, espacio e incluso ¡Superman!, con las que Madel abordó una nueva década bastante más competitiva y nuevas generaciones de niños descubrieron a este pequeño gran amigo.
Este es el punto de partida desde el que Jon Díez de Ulzurrum inicia el segundo volumen de su Informe Madelman, que prosigue cronológicamente las andanzas de este amigo de nuestra infancia, hasta su desaparición en 1985. En sus páginas, profusamente ilustradas con imágenes de calidad, el autor analiza minuciosamente figura tras figura y equipo tras equipo, sin olvidar todos y cada uno de los complementos, deteniéndose en las diferentes campañas promocionales y analizando el arte de las cajas y catálogos. También hay lugar para la anécdota y la investigación de los poco conocidos Madelman ExinMex o prototipos no construidos. Absolutamente todo lo relacionado con estas «figuras articuladas preparadas para la acción» está en estas cuidadas páginas, convirtiendo estos libros en la guía definitiva de los Madelman.
Personalmente me siento más cercano a la primera etapa, de la que ya habló el autor en su primer volumen, pues en 1975-76, que es cuando se inician estos cambios, ya me encontraba sumido en los picores de la adolescencia y otras aficiones, como la música, llamaban a la puerta. Pero aún me dio tiempo, antes de que guardara los Madelman en el altillo, de pedir a unos ya simbólicos Reyes Magos el Madelman que tanta falta hacía para mis aventuras: el femenino. Y concretamente la «enfermera de campaña», que conservé hasta hace bien poco en perfecto estado, pues llegó cuando mis aventuras con los Madelman tocaban a su fin.
Así que, como tantos, recibo los dos tomos de Informe Madelman, además de con su elemento nostálgico, como el concienzudo y completo trabajo que es, de utilidad tanto para los coleccionistas como para los cronistas de una época, los setenta, en la que los Madelman fueron el juguete que consoló la soledad o, sencillamente, ofreció a muchos niños imaginativos e introspectivos, horas y horas de juego y aventura.
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