VAMOS DE ESTRENO (o no) * Viernes 20 de diciembre de 2019 *
SENSE SOSTRE (Sin techo) (Xesc Cabot y Pep Garrido, 2019)
España. Duración: 97 min. Guion: Xesc Cabot, Pep Garrido Música: Adrián De Alfonso, Lucrecia Dalt Fotografía: Aitor Echeverría Productora: Alhena Production / Atiende Films Género: Drama
Reparto: Enric Molina, Laia Manzanares, Teresa Vallicrosa
Sinopsis: Joan, un sintecho que malvive en las calles de Barcelona con la inseparable compañía de su perro Tuc, decide emprender un viaje sobrehumano hacia un destino que sólo él conoce.
A medio camino entre el documental y la ficción, Sense sostre nos muestra el áspero vivir cada día, o sería mejor decir, morir cada día de Joan, su protagonista, una persona sin hogar que se arrastra cada día por una ciudad que lo ignora, que prefiere no verlo, con la única compañía de un perro que tan solo está en su cabeza, embotada por el alcohol.
De estación en estación, en busca de un tren que ya marchó, el protagonista deambula entre contenedores, puentes y descampados con el frío, el alcohol, la noche y el miedo como compañeros de viaje en un vía crucis en el que, como en muchos dibujos animados, las personas ‘normales’ no tendrá cabida, no saldrán, no entrarán en su plano, en nuestro plano, no tendrán rostro y su presencia solo se detectará por la voz o como esas sombras que los esquivan y se apartan de su camino.
Los directores solo permitirán al espectador moverse en el círculo de Joan, al que en ningún momento juzgará. Nos agarrarán fuertemente por el cogote y, en plano cerrado, nos obligará a entrar en ese universo, que preferimos mantener invisible, convirtiéndonos en la sombra de su protagonista: nos levantaremos con él, recibiremos los golpes que recibe, nos embriagaremos y nos fatigaremos mientras caminamos con él a un destino incierto.
Una aproximación incómoda a un universo que nos aterra y queremos mantener invisible quizás porque sabemos que está más cerca de nosotros de lo que quisiéramos admitir. Nadie busca terminar durmiendo en la calle, como nadie quiere reconocer que todos estamos expuestos a ello. Y eso lo sabe bien Enric Molina, su protagonista absoluto pues, por avatares de la vida y sin haberlo esperado nunca, terminó viviendo durante una larga temporada en la calle. Incómoda, comprometida, valiente, necesaria. Y muy real.
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