Supersonic Man. Un hombre solo contra España
De Héctor Caño y su labor con el cómic y concretamente con el personaje creado por el cineasta Juan Piquer Simón ya les hemos hablado en Proyecto Naschy. Su trabajo con Supersonic Man resulta más que atinado. Le ha dado entidad no permitiendo que sea olvidado más allá de su protagonismo en una película más o menos de culto. Ha tomado el universo que ofreció Piquer Simón en su film y lo ha adaptado a los nuevos tiempos mezclándolo con su propio abanico de héroes y ofreciendo, por el camino, diversos homenajes y referencias al cómic español de todos los tiempos. Y todo eso lo ha hecho más claramente que nunca en Supersonic Man. Un hombre solo contra España, cuarto cuadernillo editado por Caño, un cómic que se divide en dos partes bien diferenciadas. Una retoma al personaje justo en el momento que termina la película de Piquer Simón, liberando al personaje de su identidad humana como hiciera Alan Moore con La cosa del pantano, en una historia que introduce también a
Pedro Alcázar, émulo de Punisher falangista que enlaza y denuncia, en cierto manera, los modos de este tipo de, nunca mejor dicho, justicieros, que se nombran a sí mismos juez y ejecutor. El personaje, además, enlaza con los históricos Roberto Alcázar y Pedrín, personajes creador en 1940 por el guionista y editor Juan Bautista Puerto, propietario de la Editorial Valenciana (que también editó los cuadernos de Supersonic Man de los ochenta), y el dibujante Eduardo Vañó Pastor, un tebeo tildado de eminentemente fascista, pero del que la mayoría de guiones fueron escritos por José Jordán Jover, antiguo comandante del ejército republicano represaliado por el régimen franquista. Lamentablemente, el pintoresco personaje tiene poco recorrido. Por su parte, la otra historia incluida en el cuaderno transporta al lector al universo personal de Caño, con un Supersonic Man con una imagen más atractiva, melenudo, a la manera de aquel Superman que nos brindó Dan Jurgens cuando el hombre de acero volvió de la muerte, y con la acción desarrollándose en el limbo, donde Supersonic Man se enfrentará junto a personajes que, en cierto modo homenajean al Capitán Trueno, a un monstruo que responde al nombre de España, con cabeza de gorgona y cientos de bocas que en continuo sonsonete recitan los pecados capitales propios de este país. Pero también nos encontraremos con el Inspector Dan, ahora comisario, un personaje originalmente ideado por Rafael González y Eugenio Giner y a un sosias de Dani Futuro, creado por Víctor Mora y Carlos Giménez a finales de los sesenta. Y todo ello sin olvidar la deuda adquirida con el cineasta valenciano, pues Héctor
Caño reservará para el final una sorpresa al lector y fan del film introduciendo una figura que unirá ambas historias en forma de un personaje que no paso de mero proyecto en la filmografía del director y que cobrará vida en las páginas del cómic.
En resumen, estamos ante el mejor cómic sobre Supersonic Man que se ha editado, tanto en su guión como técnicamente, pues el ilustrador ha querido reproducir su trabajo directamente desde las planchas a lápiz, ofreciendo mucha más riqueza en las imágenes y demostrando una evolución cualitativa en su trabajo. Y por si todo esto fuera poco, el cómic puede adquirirse con tres magníficas portadas, una de las cuales homenajea, de forma deliciosa, la del clásico The Amazing Spider-Man #129 (Feb 1974) de John Romita Sr. y Gil Kane, mezclándola con la tipografía del logo de Roberto Alcázar y Pedrín.
No lo dejen escapar, y aunque la generosidad del autor permite leerlo online, háganse un regalo y adquieran esta cuidada pieza de orfebrería de papel que tanto cariño desprende en sus páginas pidiéndolo en: https://eneasbeat.blogspot.com/2019/09/supersonic-man-2020-edicion-mecenas-p.html
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