Archivo
El carnaval de las bestias: una de las propuestas más extrañas de Paul Naschy
A pesar de que a mediados de los años setenta comenzaba a decaer la producción de cine de terror en España, Paul Naschy no podía comenzar con mejor pie la década de los ochenta. En 1976 había dado por fin el salto a la dirección con la soberbia Inquisición y su alter ego, Jacinto Molina, había diversificado la
temática de sus guiones adaptándose a los nuevos tiempos que estaba viviendo España tras la muerte de Franco. Abordó la política en El francotirador (Carlos Puerto, 1978), Comando Txikia: Muerte de un presidente (José Luis Madrid, 1976) o Madrid al desnudo (Jacinto Molina, 1979), no desechando otros temas de actualidad como el secuestro de Patty Hearts, que adaptó en Secuestro (León Klimovsky, 1976) o entrando en el mundo de los homosexuales y transexuales con El transexual (José Jara, 1977). Sus últimos filmes de esa década figuran, todavía hoy, entre los mejores que firmó nunca: El huerto del Francés (Jacinto Molina, 1978) y El caminante (Jacinto Molina, 1979). Películas que, pese a quien pese, definen a Naschy como autor.
Pero por si todo ello fuera poco, tras rodar Los Cántabros (Jacinto Molina, 1980), Paul Naschy entraría en los que él mismo definió como mejores años de su vida a nivel profesional. A través de la embajada japonesa la productora Hori Kikaku Seisaku contacta con él ofreciéndole rodar diversos documentales culturales. También participará en series televisivas realizadas exclusivamente para el mercado japonés y fundará, junto a la actriz Julia Saly, Augusto Boué (que ya colaboró en la producción de Los Cántabros) y el japonés Masurao Takeda, la productora Dálmata Films, que coproducirá con Japón el siguiente filme de Paul Naschy, El carnaval de las bestias.
Conocida también como The Pig, Cannibal Killer y Human Beasts, El carnaval de las bestias pasa por ser una de las propuestas más extrañas del cine de Paul Naschy. Su historia, que se inicia en el lago Hakone a los pies del Fujiyama y finaliza en el madrileño Valle de Lozoya, narra los avatares de Bruno[1] (Paul Naschy), un asesino profesional que es contratado por un grupo terrorista japonés al que acaba enfrentándose al fugarse con unos diamantes. La persecución culminará en España, en el chalet de don Simón (Lautaro Murúa) donde Bruno se refugiará. Don Simón vive alejado junto a sus hijas Mónica (Silvia Aguilar), Alicia (Azucena Hernández) y la criada Raquel (Roxana Dupré). Pero tras esa pacífica apariencia se oculta una familia de caníbales para los que Bruno será el siguiente plato.
Con semejante premisa argumental no extraña que Adolfo Camilo Díaz la defina como “una película desquiciada y desquiciante de radical, no podría ser de otra manera, culto.”[2] Su guión guarda elementos en común con Los ojos azules de la muñeca rota (Carlos Aured, 1974). En ambos el personaje interpretado por Naschy se refugia en una mansión habitada por jóvenes hermanas para las que terminará siendo objeto de deseo. Y al igual que en el film de Aured se acostará con todas pero se enamorará de una de ellas, aunque en el caso de El carnaval de las bestias, el argumento dará un giro inesperado y atípico en los guiones de Naschy, ofreciéndonos una estampa pesimista de la sociedad muy en consonancia con El caminante.
La secuencia más popular del filme es sin duda la que muestra al actor Pepe Ruiz devorado por una piara de cerdos, una imagen en la que muchos vieron similitudes con otra de la novela (y película) Hannibal[3]. Esta escena fue rodada en la cuadra de La Cartuja de Talamanca del Jarama, mientras que el macabro festín-fiesta de disfraces, fue realizado en la bodega de esta localización, escenario de tantos y tantos filmes memorables[4]. Anécdotas al margen este “monumento al mal”, tal y como lo define Ángel Sala[5], no obtiene éxito, pero inicia la sólida relación del actor con la productora japonesa y le anima a dirigir por primera vez a su personaje más popular, Waldemar Daninsky, en El retorno del hombre lobo, siguiente proyecto de Dálmata Films.

Fotocromo que muestra el banquete/fiesta de disfraces. Rodado en la bodega de la Cartuja de Talamanca del Jarama.
De su banda sonora, proveniente de archivo, destaca el Dies Irae Psichedélico que compuso Ennio Morricone para el filme Escalation (1968) de Roberto Faenza, un acompañamiento ideal para las imágenes de El triunfo de la muerte de Brueghel que muestran los títulos de crédito.
Al igual que en Los Cántabros el director quiso rodearse de caras conocidas repitiendo, además del mencionado Pepe Ruiz, Paloma Hurtado, Luis Ciges, Ricardo Palacios, Rafael Conesa, Manuel Pereiro y Julia Saly. Para el papel de Don Simón contó con el chileno Lautaro Murúa, actor que hizo carrera en el cine argentino hasta que tuvo que exiliarse en España por
razones políticas. Silvia Aguilar y Azucena Hernández interpretan a sus hijas. Silvia Aguilar ya había trabajado con Naschy en Madrid al desnudo y El caminante, y tendrá oportunidad de lucirse especialmente en El retorno del hombre lobo, al igual que la preciosa Azucena Hernández. Por su parte Raquel, la sirvienta de color, está interpretada por Roxana Dupré[6], actriz de origen dominicano que fue la primera presentadora negra de televisión española, concretamente en el programa ‘625 líneas’, donde alcanzó popularidad precisamente por lo exótica que resultaba por entonces la propuesta. En el cine no puede decirse que tuviera mucha suerte, ya que además de en El carnaval de las bestias, su última cinta, participó en La isla de las vírgenes ardientes (1977) de Miguel Iglesias Bonns y Los Bingueros (1979) de Mariano Ozores. Finalmente, El carnaval de las bestias también cuenta con la participación de actores japoneses,
algunos todavía en activo y populares en su país como Eiko Nagashima, que interpreta a Mieko, la amante despechada de Bruno. La actriz, al igual que el resto del elenco japonés, tuvo la paciencia y disciplina de aprenderse los diálogos en castellano, a pesar de que no había necesidad de ello. “Les di libertad total (…) para que rodaran en el idioma en el que se mostraran más seguros, pero se empeñaron en aprenderse los diálogos en español porque el guión estaba en ese idioma. Asombroso, vinieron sabiéndose los diálogos mejor que yo.”[7]
En la parte técnica la película cuenta de nuevo con la fotografía de Alejandro Ulloa, el montaje de Pedro Ruiz, el vestuario de León Revuelta, y los decorados de Luis Vázquez, colaboradores todos en Los Cántabros y que lo harán, con la excepción de Vázquez, en El retorno del hombre lobo, la siguiente aventura de Paul Naschy (y Waldemar Daninsky) en el celuloide.
[1] Sin duda un guiño a su primogénito , Bruno Molina.
[2] Camilo Díaz, A.: ‘El carnaval de las bestias’. Quatermass 4-5, Astiberri Ediciones, Bilbao, Otoño 2002. Pág. 107
[3] Hannibal (2001) es un filme de Ridley Scott basado en la novela de Thomas Harris que era la continuación de la excelente El silencio de los corderos (The Silence of the Lambs, Jonathan Demme, 1991), novela escrita por el mismo Harris.
[4] Para más detalles sobre los rodajes realizados en Talamanca se recomienda encarecidamente la lectura de Spanish Horror de Víctor Matellano, T&B Editores, Madrid, 2009.
[5] Sala, A.: Profanando el sueño de los muertos. Scifiworld, Pontevedra, 2010. Pág. 168.
[6] Nefastamente doblada al estilo ‘Zeñorita Ecalaaata” por María Luisa Rubio.
[7] Agudo, A.: Paul Naschy. La máscara de Jacinto Molina. Scifiworld, Pontevedra, 2009. Pág. 232.
Crónica del Festival Fanzine de Lemos 2016
El Festival FanCine de Lemos que se celebra en la gallega ciudad de Monforte de Lemos ha celebrado este año su tercera edición. Su estreno en 2014 vino apadrinado por el mismísimo Narciso Ibáñez Serrador, del que se proyectaron La residencia y ¿Quien puede
matar a un niño?, cuyo cartel original se homenajeaba en el del festival. También hubo éxito de participantes en el concurso de cortometrajes fantásticos y de terror, ya que se presentaron 250 obras de las que se seleccionaron 24 finalistas, obteniendo el premio del jurado Sequence, de Carles Torrens. El Premio Especial Narciso Ibáñez Serrador se lo llevó el cortometraje gallego La Carne Cruda de Samuel Lema, que asistió al FanCine para presentar su terrorífica película. El público asistente del FanCine de Lemos pudo participar activamente en el Festival eligiendo, a través de sus vo
tos, su cortometraje favorito, que en esta ocasión fue La Otra Cena de Albert Blanch. Pero además hubo Masterclass y talleres de maquillaje FX, conciertos de rock y jazz, exposiciones, cuentacuentos y coloquios sobre cine de género fantástico y de terror. Cuatro días que se saldaron con una asistencia de público lo suficientemente alentadora como para que la organización se embarcara en una segunda edición al año siguiente.
Durante esta segunda edición, que apadrinó el monfortino Dani de la Torre, se exhibieron los 24 cortometrajes finalistas que optaron a los tres premios del festival, obteniendo el premio del Jurado 2015 el cortometraje El Pescador de Alejandro Suárez Lozano. La organización del Festival quiso entregar el Premio Algueira al Mejor Cortometraje Gallego a Formol 105 de Martín Rodríguez. El premio del público fue para el cortometraje Pulsión Sangrienta de Gerard Tusquellas.
Además de maquillaje zombie, flashmob, masterclass (del novelista Manuel Loureiro) y la complicidad de los establecimientos y locales de la ciudad, que durante la noche del viernes, que denominaron La Noche del Terror, decoraron sus establecimientos de la forma más siniestra e incluso el personal se maquilló y disfrazó, integrando así al festival en la ciudad.
Esta última edición ha contado, además de con los cortometrajes finalistas que participaban en el concurso, con un buen número de largometrajes. Se ha homenajeado a Paul Naschy, proyectándose el documental del Ángel Agudo El hombre que vio llorar a Frankenstein (2010), así como El último kamikaze (1984) y Latidos de pánico (1983), ambas dirigidas por el propio Naschy. También ha podido verse el filme ganador en el último festival de Sitges, The Invitation (Karyn Kusama, 2015); la brasileña O diabo mora aquí (Rodrigo Gasparini y Dante Vescio, 2015); las coreanas Woochi el cazador de demonios (Woochi, Choi Dong-Hoon, 2009) y El redentor (U-neun nam-ja, Lee Jeong-Beom, 2014); y finalmente las mexicanas La niña de la mina (Jorge Eduardo Ramírez, 2016) y Jirón (Christian Cueva, 2014) la película perdida de Taboada. Como vemos un buen y diverso número de largometrajes que se ha completado con actividades paralelas como exposiciones y actos lúdicos vários. En esta ocasión la macabra y antropofágica epopeya espacial They Will all die in space, de Javier Chillón, se alzó con el premio del festival, mientras que el premio del público fue para Apolo 81, de Óscar Bernácer. Finalmente la lucense Olga Osorio, con Restart, se llevó el premio al mejor corto hecho en Galicia. El jurado otorgó además dos menciones especiales para Voyage spatial, de Guillermo A. Chaia y Graffiti, de Lluis Quilez.
FANCINE 2016
Por Javier Carretero Laguia
El motivo porque todo lo queremos ver, oir, oler, tocar y manosear; ¡que contentos cuando por primera vez nos hacemos una foto con una estrella! es porque queremos experimentar, disfrutar y ser participes de un evento.
Del 25 al 28 de agosto se celebró en Monforte de Lemos (Lugo) el Fancine, festival de cine fantástico y de terror que ya va por su 3ª edición y la realidad es que estamos ante una de las citas imprescindibles en el calendario si su crecimiento sigue por este camino, gente joven preocupada por ser accesibles al público y a sus invitados.
En una edición con 6 películas, dos de ellas premieres, 24 cortos finalistas que optaron a los tres premios de los que constó la edición, dos documentales y una sala de exposiciones que contaba con material de Paul Naschy y Alberto Hortas, especialista en FX en películas como El laberinto del fauno o El espinazo del diablo. Si a esto le añadimos maquillaje en las calles, escaparates de los comercios disfrazados para la ocasión, masterclass… Un sinfín de actividades paralelas que ayudaron a transformar la ciudad en un escenario terrorífico perfecto.
Y como colofón final, asistimos al premio honorífico a Paul Naschy, un acierto por parte de la organización, nunca tendrá suficiente reconocimiento su figura a nivel estatal. En el imaginario colectivo, el nombre de Paul Naschy (1934-2009) está inevitablemente asociado a «El hombre lobo», El faraón del cine de terror patrio, pionero en este género, fue actor, guionista y director. Son innumerables las ocasiones en las que interpretó a los monstruos clásicos, como el Conde Drácula, La Momia o Frankenstein.
Su hijo, Sergio Molina fue el que recogió el galardón, se mostró emocionado al ver al público que llenaba la casa de la cultura de la ciudad y que le dedicó un aplauso de más de un minuto. Un Sergio emocionado contó unas cuantas anécdotas de su padre antes de dar paso al documental El hombre que vio llorar a Frankenstein de Ángel Agudo.
¿Cómo debe conducirse el festival en el futuro? Hablando con sus responsables, y no quiero concretar en personas sino hacer hincapié en esa gran familia que es el Fancine y por mi manera de mostrar neutralidad con todos los festivales a los que asisto (y que en esta ocasión me ha costado), solo puedo decir que espero escribir en una década que el festival sigue siendo un imprescindible espacio de contacto con la diversidad del cine y de reflexión.
ÁLBUM FOTOGRÁFICO
(Fotos: Elena Patiño)
.
Presentación de ‘Los semblantes del Fantaterror’ en Nocturna
Ya es oficial. Nuestro nuevo libro, Los semblantes del Fantaterror será presentado el jueves 26 de mayo a las 11 horas en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Callao (Plaza de Callao 2 , 7ª planta). Y no podría haber sido en mejor circunstancia: Como colofón a la presentación del libro, a continuación se inaugura la figura de cera de Paul Naschy en el Museo de Cera de Madrid a las 12. Y posteriormente tendrá lugar la charla Recordando a Vincent Price, que contará con la presencia de su hija, Victoria Price. Pero sobre todo, se cumplirá una muy especial petición personal que será el contar durante la presentación de Los semblantes del Fantaterror con la presencia de Sergio Molina. Todo un honor. El libro se podrá comprar como primicia durante el festival Nocturna, pudiendo adquirirse posteriormente por correo a partir del día 6 de junio.
LOS SEMBLANTES DEL FANTATERROR
Autor: Carlos Benítez Serrano
322 páginas, 130 imágenes en blanco y negro.
Edición autoeditada, limitada y numerada de 150 ejemplares.
Tapa blanda a todo color con solapas y punto de lectura de regalo.
PVP 18€ (+gastos en venta por correo)
Presentación en Nocturna, Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid Día 26 de mayo a las 11 horas. SALA AMBITO CULTURAL/EL CORTE INGLÉS CALLAO (Plaza de Callao 2 , 7ª planta)
PEDIDOS A PARTIR DEL 6 DE JUNIO A: serendipianaschy@hotmail.com
También a la venta en:
FREAKS y CINEMASCOPE (Barcelona) entre otros lugares a anunciar.
LOS SEMBLANTES DEL FANTATERROR
Carlos Benítez reúne en este tomo un buen número de entrevistas y artículos que tienen como nexo común el cine de terror español. Actores pertenecientes al denominado boom del Fantaterror que se produjo durante los años setenta como Vic Winner, Cristina Suriani, Rosanna Yanni, María José Cantudo, Jack Taylor, Loreta Tovar, Marian Salgado, José Ruiz Lifante o David Rocha, rememoran su participación en películas de culto como El asesino de muñecas, La endemoniada, El huerto del francés, La residencia o El espanto surge de la tumba. Montse Prous, Pilar Alcón, Emilio Linder o Carla Dey, entre otros, ofrecen su visión del género en el momento que desarrollaron su carrera cinematográfica, cuando la producción de cine de terror en España languidecía en detrimento del cine erótico, nacido a la sombra de la Transición. Hasta culminar en el presente, con la actriz Macarena Gómez, gran aficionada al género, tal y como demuestran muchos de sus trabajos y el futuro, en manos de una nueva generación que el autor ha querido representar por Claudia Silva, aquella niña endemoniada de Rec que ya es todo un icono del moderno cine de terror español.
Con prólogo del especialista Javier G. Romero, editor de Quatermass y Cine-Bis, dos publicaciones de referencia especializadas en cine de género.
El autor, como buen coleccionista de material cinematográfico, ha condimentado todo el texto con imágenes y material promocional pertenecientes a su colección, así como con fotografías, muchas inéditas, aportadas por los propios entrevistados.
Finalmente cabe añadir que Paul Naschy, la personalidad más importante que ha dado el cine de terror español, como no podría ser de otra manera está presente en este libro, mediante artículos y entrevistas relacionadas con su figura, así como por las referencias y memorias aportadas por colaboradores y compañeros
CARLOS BENITEZ SERRANO (Barcelona, 1966) Es una de las dos cabezas de Serendipia, el ente que está tras la Web Proyecto Naschy. Carne de fanzine en los ochenta y noventa, ha publicado Spanish Posters & Art from Classic Monster Films (BearManor, 2013) y junto a Montse Rovira, Double Feature: La residencia /¿Quién puede matar a un niño? (Tyrannosaurus, 2013). También ha colaborado en diversos libros como Mago de la Serie B (Fantcast, 2011) y Un titán en el confín de la tierra (Caltiki, 2011) dedicados al director Juan Piquer Simón, además de en Los mundos perdidos de Willis O’Brien (Fantcast, 2013), Carlos Aured, nostalgia y pasión (Fantcast, 2014), De Narciso Ibáñez Menta a Narciso Ibáñez Serrador (Fantcast, 2016), y en los dos tomos de Cine fantástico y de terror español (T&B, 2015,2016).
PROYECTO NASCHY nace en octubre de 2009 como un blog centrado en dar salida a la pasión y las inquietudes de sus creadores, Carlos Benítez y Montse Rovira, hacia el cine, la literatura y el cómic fantástico y de terror. Progresivamente va evolucionando, pasando a ser página Web, adaptándose y ampliando su contenido a otros géneros, pero con la vista y el corazón siempre puesta en aquel Fantaterror de los años setenta, puro cine de género, realizado con más ganas e imaginación que presupuesto. Un cine que alimentó nuestros sueños en la niñez y que hoy nos retrotrae a aquellos cines de reestreno y sesión doble en los que se despertó nuestra cinefilia.
Por fin en DVD: Um Lobisomem na Amazônia
Por fin va a editarse en condiciones una muestra en DVD del cine del brasileño Iván Cardoso, director al que tuvimos ocasión de entrevistar en Proyecto Naschy. Creador del ‘terrir’ género que mezcla el terror con el humor más descerebrado (bañado con generosas gotas de sexo), Cardoso dirigió a Paul Naschy en ese clásico del despropósito que es Um Lobisomem na Amazônia.
Director amante del cine de monstruos de Universal, sus cintas incluyen vampiras, momias, hombres lobo y personajes de serial. Camp Motion Pictures lanzará este título como estrella en el pack que bajo el título A Werewolf in the Amazon Collection, se pondrá a la venta el 4 de octubre y que también reunirá los mejores títulos del director:
•UM LOBISOMEM NA AMAZÔNIA (2005), protagonizada por Paul Naschy y altamente alucinógena. Amazonas, hombres lobo, extrañas criaturas y el Dr. Moreau, un nuevo personaje en el imaginario de Paul Naschy.
•O ESCORPIAO ESCARLATE (1990): Una especie de serial con su héroe enmascarado O Anjo (El Ángel) que se tendrá que enfrentar al vil Escorpión Escarlata.
•AS SETE VAMPIRAS (1986): plantas carnívoras, detectives y una plaga de misteriosos ataques de vampiros en un Night Club lleno de strippers ¿Quién quiere más?
•O SEGREDO DA MÚMIA (1982): Maldiciones arcanas y una momia que retorna a la vida para cobrarse su venganza
Además, THE MARK OF TERRIR que el propio Cardoso describe como una autobiografía en forma de «found/remembered footage,” y que incluye su primer corto en 16 mm, NOSFERATO NO BRASIL (1970) así como su experimental (vamos, como casi todo lo que rueda el bueno de Cardoso), O SARCOFAGO MACABRO.
Se incluye un mini póster de la ilustración de portada y unas notas del crítico Justine Smith. En portugués con subtítulo en inglés (es lo que hay), su precio rondará los 22 €. Estaremos pues atentos a esta novedad para incluirla en nuestra colección.
Nuevo libro de Proyecto Naschy: Los semblantes del Fantaterror
LOS SEMBLANTES DEL FANTATERROR
Autor: Carlos Benítez Serrano
322 páginas, 130 imágenes en blanco y negro.
Edición autoeditada, limitada y numerada de 150 ejemplares.
Tapa blanda a todo color con solapas y punto de lectura de regalo.
PVP 18€ (+gastos en venta por correo)
Proyecto Naschy nació en octubre de 2009 como un blog centrado en dar salida a la pasión y las inquietudes de sus creadores, Carlos Benítez y Montse Rovira, hacia el cine, la literatura y el cómic fantástico y de terror. Durante estos casi 7 años hemos tenido la suerte de poder entrevistar, ya sea mediante mail o en persona a unas cuantas personalidades que formaron parte del denominando boom del cine de
terror español de los setenta, el denominado Fantaterror. Algunas de estas entrevistas vieron la luz tanto en el propio blog como en diferentes publicaciones. Vic Winner, Cristina Suriani, Rosanna Yanni, María José Cantudo, Jack Taylor, Loreta Tovar, Marian Salgado, José Ruiz Lifante o David Rocha, rememoraron para nosotros su participación en películas de culto como El asesino de muñecas, La endemoniada, El huerto del francés, La residencia o El espanto surge de la tumba. Pero más allá del Fantaterror cuando este, y en general el cine de género hecho en España prácticamente desapareció de las carteleras con la irrupción del cine erótico durante la Transición, muchos actores tuvieron que reciclar su carrera. Montse Prous, Pilar Alcón, Emilio Linder o Carla Dey, entre otros, nos ofrecieron su particular visión del género de terror en el momento que desarrollaron su carrera cinematográfica, cuando la producción de cine de terror en España languidecía en detrimento del cine erótico. Pero no nos hemos querido detener ahí. Hemos querido dar un vistazo al terror contemporáneo, culminando en el presente con dos entrevistas más, una con la actriz Macarena Gómez, gran aficionada al género, tal y como demuestran muchos de sus trabajos y Claudia Silva, aquella niña endemoniada de Rec, que ya es todo un icono del moderno cine de terror español, y que ya como toda una mujer, prepara de nuevo su desembarco en el cine español recordando, con mucho cariño, aquellas sesiones de maquillaje y aquellos rodajes sangrientos.
Todas esas entrevistas reunidas, a las que se han sumado varias realizadas exprofeso para este trabajo, dan una idea de la evolución del cine de terror en España desde los setenta hasta la actualidad.
La guinda a este trabajo nos la ofrece el magnífico prologo, un artículo en sí, del especialista Javier G. Romero, editor de Quatermass y Cine-Bis,
dos publicaciones de referencia especializadas en cine de género. Con Javier tengo la suerte de mantener contacto desde su Quatermass nº 0. Congeniamos desde el principio y de las cartas pasamos más tarde a los mail y los mensajes en Facebook. No olvido que gracias a él pude conseguir mi primer autógrafo de Paul Naschy en el libro Crónicas de las tinieblas.
Paul Naschy, la personalidad más importante que ha dado el cine de terror español, como no podría ser de otra manera está presente en este libro mediante artículos y entrevistas relacionadas con su figura, así como por las referencias y memorias aportadas por colaboradores y compañeros.
Finalmente, para mí era muy importante, casi primordial, el poder incluir con el texto buenas imágenes. Como coleccionista de material cinematográfico, he incluido todas las fotografías y material promocional que he podido, sin llegar a saturar. Naturalmente muchas imágenes han quedado en el archivo. ¿Quién sabe? quizás haya oportunidad de incluirlas en una segunda parte a este libro, dentro de otros siete años.
También he contado con los archivos personales de algunos de los propios entrevistados, que amablemente me han cedido imágenes, muchas de ella inéditas.
El trabajo no habría llegado a buen puerto si no hubiera contado con la estrecha colaboración de la otra parte de Proyecto Naschy, Montse. Así como con José Miguel Rodríguez, que ha dado al libro la magnífica apariencia que tiene. Con mucho tiempo y paciencia y conteniéndome cuando quería incluir demasiadas imágenes o cuando la calidad de las mismas era inferior a lo recomendado. Y claro, a Alfredo Orive, porque apoyó el proyecto desde el principio.
Finalmente queda dar las gracias a tantos amigos que hemos hecho durante estos años. Aficionados como nosotros al cine y a este género en particular que sé que recibirán este libro con ilusión y que sabrán disculpar que no lo regale, pero hay que devolver las deudas. Ustedes lo entienden.
Por su parte Proyecto Naschy progresivamente ha ido evolucionando, pasando a ser página Web, y adaptándose y ampliando su contenido a otros géneros, pero con la vista y el corazón siempre puesta en aquel Fantaterror de los años setenta, puro cine de género, realizado con más ganas e imaginación que presupuesto. Un cine que alimentó nuestros sueños en la niñez y que hoy nos retrotrae a aquellos cines de reestreno y sesión doble en los que se despertó nuestra cinefilia.
CARLOS BENITEZ SERRANO (Barcelona, 1966) Es junto a Montse Rovira Serendipia, el ente que está tras la Web Proyecto Naschy. Carne de fanzine en los ochenta y noventa, ha publicado Spanish Posters & Art from Classic Monster Films (BearManor, 2013) y junto a Montse Rovira, Double Feature: La residencia /¿Quién puede matar a un niño? (Tyrannosaurus, 2013). También ha colaborado en diversos libros como Mago de la Serie B (Fantcast, 2011) y Un titán en el confín de la tierra (Caltiki, 2011) dedicados al director Juan Piquer Simón, además de en Los mundos perdidos de Willis O’Brien (Fantcast, 2013), Carlos Aured, nostalgia y pasión (Fantcast, 2014), De Narciso Ibáñez Menta a Narciso Ibáñez Serrador (Fantcast, 2016), y en los dos tomos de Cine fantástico y de terror español (T&B, 2015,2016).
LOS SEMBLANTES DEL FANTATERROR será presentado durante la próxima edición del Festival Nocturna de Madrid que se celebrará del 23 al 29 de mayo de 2016, donde habrá ejemplares disponibles.
PEDIDOS A PARTIR DEL 6 DE JUNIO A: serendipianaschy@hotmail.com
También a la venta en:
FREAKS y CINEMASCOPE (Barcelona) entre otros lugares a determinar.
10 años de Cardoterror: ¡David Jordan y Dani Masip nos lo cuentan todo!
Cardoterror es, desde el primer año que fuimos, una de las citas obligadas para Proyecto Naschy, ya que la organización siempre ha puesto especial atención en programar películas de terror clásicas, que tanto nos gusta disfrutar a Serendipia en pantalla grande. Pero allí también hemos bebido como cosacos; presentado nuestro libro de Chicho Ibáñez Serrador; comido año tras años las mandonguilles de Can Manolo; no nos perdimos el chocolate con bizcocho de las matinales del domingo y, lo mejor de todo, hemos hecho buenos amigos allí. Por eso nos alegramos de que les vaya muy bien, que hayan celebrado su décimo aniversario y que el festival crezca con propuestas como el mercadillo de venta de merchandising, libros, cómic y películas, entre otras cosas relacionadas, así como con otras actividades que sin duda enriquecerán y popularizarán esta fantástica y entrañable cita. Los queremos y deseamos volver año tras año (¡ese chocolate mañanero no nos lo perdemos!), así que para que les conozcan un poco más, hemos entrevistados a dos de las caras más visibles de la organización, David Jordán y Daniel Masip, a los que agradecemos su paciencia y dedicación, al igual que al resto del equipo que compone el festival ¡Adelante con Cardoterror 2016!
¿Cómo nace Cardoterror?
Cuando éramos chavales, a finales de los 80 y principios de los 90, en el cine Cardedeu se celebraban periódicamente maratones de películas de terror. Cardoterror nace como una actualización de aquellos ciclos pero con una perspectiva más seria y con la intención clara de dignificar un género tantas veces denostado. Nuestro objetivo era claramente enfocarlo como un acto cultural. Lo cierto es que no nos planteamos continuidad pero aquí estamos, 10 años después.
¿Qué tal fue aquella primera edición? Queríais contar con Paul Naschy pero no pudo ser ¿no?
Pues fue un buen principio pero resultó algo decepcionante, ya que para empezar apuntamos alto y contactamos con mucha gente para que nos ayudaran con exposiciones, etc. pero la mayoría nos falló o no nos hizo caso. No fue así con Paul Naschy, que se comprometió a venir pero finalmente no pudo por estar enfermo. Pero cumplió con nosotros ya que vino al año siguiente, además que en esa primera edición tuvo una charla vía telefónica con los asistentes a pesar de estar con gripe. En fin, comprobamos lo difícil que es empezar algo sin tener idea. Además, la afluencia de público no fue para tirar cohetes. Eso nos sirvió para hacer un ejercicio de humildad y comenzar de nuevo al año siguiente con las expectativas más bajas pero con ganas de hacerlo mejor y de sacar lo más positivo de cada experiencia.

Cena durante la segunda edición de Cardoterror con Dani Masip, Paul Naschy y Elvira Primavera, entre otros (foto archivo Cardoterror)
¿Qué tal fue con Naschy? (Algún recuerdo de su estancia) ¿Os dio algún consejo?
Paul vino con su encantadora esposa Elvira y no sabía muy bien dónde se metía. Era nuestro segundo año y nuestro presupuesto era ínfimo. Al principio pareció algo molesto por lo cutres que éramos, pero finalmente nos lo ganamos porqué supo apreciar nuestra pasión y ganas y tuvimos animadas charlas de cine y historia, pasión que compartía con algunos miembros de nuestro equipo.
Paul nos animó y nos dio muchos consejos y desde entonces siempre lo consideramos como una especie de padrino de nuestro festival. Por ejemplo, él fue quien nos dijo que lo más adecuado era que creáramos un premio o trofeo propio para reconocer la carrera del invitado. De ese consejo nació nuestro trofeo Audrey. Al año siguiente, le enviamos a su casa nuestro nuevo trofeo como agradecimiento. Fue, por tanto, el primero en recibirlo.

A la izquierda de la imagen, los dos artífices de esta entrevista, David Jordán y Dani Masip junto a Paul Naschy y otros miembros de la organización (Foto archivo Cardoterror)
¿Por qué escogisteis a Audrey como trofeo?
Como comentaba, los organizadores de Cardoterror pertenecemos a una asociación cultural llamada El Cardot muy vinculada a la vida del pueblo. En el escudo de Cardedeu aparece un cardo, que es como una especie de símbolo municipal. Pensamos en cómo utilizar eso para nuestro trofeo y pensamos en convertir ese cardo en una planta carnívora. El nombre de Audrey fue el resultado de bautizarla con el nombre de la famosa planta carnívora de La pequeña tienda de los horrores.
¿Qué otros invitados habéis tenido? ¿Algún recuerdo en particular que queráis compartir?
Guardo un gran recuerdo de todos los invitados que han pasado por el festival.
David Martí y Montse Ribé de DDT Efectos Especiales fueron nuestros segundos invitados, una pareja sencilla y divertida, con los que resulta que compartíamos amigos comunes. Triunfaron con sus anécdotas de Guillermo del Toro.
Miguel Iglesias Bonns era una persona muy entrañable, que divirtió a todos con sus anécdotas del rodaje de La maldición de la bestia (película que le proyectamos) y repasando su carrera. Me entristeció mucho saber de su muerte.
Jorge Grau es un tipo estupendo y agradecido, al que no le importa que le pregunten una y otra vez por su obra más conocida, No profanar el sueño de los muertos, a pesar de tener una filmografía muy interesante y variada, ya que sabe que esa película ha calado hondo entre el fandom y es una referencia capital en el cine de zombis. Hizo muy buenas migas con el dibujante/ilustrador Joan Boix, que también homenajeamos ese año.

David Martí y Montse Ribé de DDT Efectos Especiales junto a Audrey y David Masip (foto archivo Cardoterror)
Claudio Simonetti demostró un gran compromiso al venir a Cardoterror, ya que justo el día antes había habido un serio temporal en Roma y se le había inundado la casa. Aquí estuvo atendiendo a todos aquellos que le pidieron una foto o una firma… Y no fueron pocos.
Jaume Balagueró también se volcó con los seguidores y nos dejó suculentas anécdotas del rodaje de sus películas. Recuerdo la cena con él y parte del equipo charlando sobre cine de terror… Muy emocionante.
Teresa Gimpera demostró lo gran señora que es, vino aún estando su marido Craig Hill ya por aquél tiempo muy enfermo y derrochó simpatía aún coincidiendo su presencia con un Barça-Madrid de fútbol, cosa que hizo que la audiencia no fuera tan numerosa como hubiéramos querido. Aún así, su personalidad y los recuerdos de su carrera y rodajes en España y Italia entusiasmaron a los asistentes.
Sergio Martino finalmente no pudo venir debido a una enfermedad de su mujer, pero no nos quiso dejar tirados y envió a su hija Federica, también cineasta, en su representación. Además, nos hizo un regalazo. Le dijimos que si no le importaba nos hiciera un video de unos pocos minutos para pasarlo durante el festival y Federica se presentó con un vídeo de más de una hora en el que Sergio Martino repasa su carrera. Nuestra idea es hacer un documental con todo ese valioso material.

Claudio Simonetti alza feliz su Audrey observado de cerca por David Jordán (foto archivo Cardoterror)
¿Os han apoyado las instituciones y los medios?
El ayuntamiento de Cardedeu siempre nos ha apoyado y ha facilitado las cosas al festival. Pensad que Cardoterror nace como actividad de El Cardot, una asociación cultural fundada a principios de los 80 y con cierta reputación de hacer las cosas bien y con presupuestos ajustados. El hecho de disponer de los equipamientos municipales, empezando por el cine Esbarjo, la ermita de Sant Corneli para exposiciones y demás, nos facilita mucho las cosas, amén de alguna ayuda como el pago de parte de los derechos de las películas a proyectar y cosas así. Como siempre, al principio fue más difícil, aunque con los años nos hemos ido asentando como una actividad de referencia dentro del pueblo y el ayuntamiento y la regidoría de cultura afortunadamente lo tienen claro y siempre han estado dispuestos a ayudarnos.
Gran parte de los fondos para financiar el festival, hay que decir, vienen de nuestros patrocinadores, en su mayoría negocios locales que ofrecen su aportación, nos ayudan y así aparecen en los diferentes anuncios y en el libreto con el que cada año difundimos la programación.
Respecto a los medios, también hemos tenido siempre buena relación con los medios locales, especialmente con Televisión de Cardedeu, aunque también revistas locales o comarcales como El Nas, La Revista d’Aquí o el 9 Nou acostumbran a anunciar la programación y a hacer cobertura durante el festival. Luego hay muchas webs que también nos han seguido, como por ejemplo vosotros. Sólo tenemos palabras de agradecimientos para todos.
¿Nos contáis algo de la historia de l’Esbarjo? Desde cuando existe, nombres anteriores… si os ha apoyado siempre…
Es un teatro parroquial inaugurado en 1933 que desde hace muchos años está cedido al ayuntamiento. Al parecer desde 1950 se hacen proyecciones para el público en general y en 1975 sufrió un incendio que no afectó a su estructura. Recuerdo que cuando yo era muy pequeño se hacían proyecciones de clásicos como Siete novias para siete hermanos hasta que se hicieron los cines nuevos y l’Esbarjo quedó un poco pequeño, aunque se seguían haciendo cosas como la representación anual de Els pastorets. Nosotros llegamos a l’Esbarjo el segundo año, en 2007. Por aquel entonces estaba bastante abandonado, y alternábamos las proyecciones de vídeo con las de 35mm cuando nos lo podíamos permitir. Con el tiempo, el ayuntamiento se alió con los cines Verdi de Barcelona para traer películas de allí a Cardedeu, convirtiéndose l’Esbarjo en una especie de sucursal de los cines Verdi de Barcelona que cada semana atrae a un buen número de personas a ver películas en V.O.S. Este éxito hizo que se invirtiera en este cine, restaurándolo y modernizando los equipos, cosa de la que nos hemos beneficiado.
Os gusta proyectar siempre que se puede en 35 mm. ¿Os ha dado muchos problemas?
Sí, algunos, jajajaja. El hecho es que cada vez se proyecta menos en ese formato y algunas copias dejan un poco que desear. Como ejemplos, recuerdo una copia de Romasanta con partes muy deterioradas y otra de En compañía de Lobos llena de lo que se llaman quemaduras de cigarrillo. Este año hemos pasado una copia única de La parada de los monstruos que era de un formato especial en 37mm. y tenía algunos problemas en el audio, cosa que supuso un reto para los proyeccionistas, que sudaron la gota gorda pero que siempre disfrutan de ese tipo de retos. El hecho de poner películas en 35mm tiene un componente cinéfilo al que esperamos no renunciar mientras sea posible.
¿Cómo nació la idea del chocolate con coca de los sábados por la mañana?
Bueno, sucedió que hace algunos años un sábado por la mañana, algunos miembros del Cardoterror trajeron chocolate y algunas pastas para desayunar algo antes de empezar la sesión. Alguno de los asistentes se acercaron y, como conocemos a la mayoría del público personalmente y había bastante cantidad, se acabó compartiendo con ellos. A partir de ahí pensamos en hacerlo cada año para animar a la gente a venir a la sesión matinal del sábado y ya se ha convertido en una tradición.
¿Nos contáis algunos buenos momentos de estos diez años?
Ha habido muchos, aunque más que momentos yo destacaría cosas como haber podido conocer a gente maravillosa, a muchos de los cuales ahora considero grandes amigos, convertir el festival en un acto cultural dentro de Cardedeu, el gran equipo que hemos formado, dónde cada uno ha ido encontrando su lugar de forma natural… Si tengo que destacar alguna cosa sería nuestro público: Es una gran satisfacción ver como la gente se lo pasa bien y vuelve año tras año porqué les gusta lo que hacemos y el ambiente del festival.

… y la Serendipia guapa (e inteligente) repitió chocolate y coca para cargar pilas antes de ver Las tres caras del miedo (Bava) y En la boca del miedo (Carpenter). Todo un programa doble matinal (foto Serendipia)
¿Y momentos malos?
Nunca hemos pasado por ninguna situación realmente catastrófica. De entre lo más frustrante es la dificultad que hemos tenido en algunas ocasiones para conseguir traer algún invitado, o que en el último momento no pueda venir, como nos pasó el primer año con Naschy o el pasado con Martino. Un momento bastante dramático fue hace unos años, cuando por culpa de una denuncia anónima por un malentendido en el tema de los derechos de algunas películas, no pudimos cobrar entrada… La solución fue pedir un donativo al público que afortunadamente reaccionó de manera positiva, depositando lo que creían conveniente en una hucha que pusimos y volcándose en la compra de nuestro merchandising. Es decir, de un disgusto salió algo positivo, vimos el apoyo del público y cómo creían en nuestro proyecto y eso fue muy emocionante.
¿Hacia dónde os gustaría que se dirigiera Cardoterror?
Pues no sabría deciros. Nuestra intención sería seguir en la misma línea mientras nos quede ilusión y ganas, que de momento siguen siendo muchas, es decir, que cada edición se convierta en una celebración del fantástico sin dejar de lado el aspecto cultural y didáctico. Después ¿quién sabe? Dejar el testigo a nuevas generaciones, quizás.
¿Pensabais que esta aventura cumpliría diez años? ¿Qué se siente?
Cuando empezamos no sabíamos si habría una segunda edición, así que… Es una cosa que se ha convertido en parte de nuestras vidas y que hacemos porque nos gusta y porque seguimos disfrutando con la experiencia.
¿Tenéis pensado algún cambio en la fórmula de Cardoterror?
No, en un principio estamos satisfechos con la fórmula y creemos que da mucho juego, es decir, escoger una temática y hacer una retrospectiva de películas relacionadas. A eso se le suman otras actividades paralelas como exposiciones, pase de cortos TAC, presentación de libros… A lo que siempre estamos abiertos es a añadir nuevas actividades del tipo que sean para enriquecer Cardoterror.
¿Nos adelantáis algo de la edición 11?
Lo cierto es que todavía no nos hemos puesto a ello. Normalmente lo primero que hacemos es escoger una temática y ponernos manos a la obra.
Añadid lo que querais
Muchas gracias por vuestro apoyo y larga vida al fantástico.
Muchas gracias a vosotros, David y Dani, por responder a este cuestionario y por llevar adelante, junto al resto de la organización, un festival pequeño, si, pero bonito. Que crece en cuanto a calidad intentando ofrecer películas nuevas, recién traídas del Festival de Sitges, calentitas, pero también grandes clásicos. Todo ello en una sala fantástica, que por fin hemos podido disfrutar con todas las reformas y ventajas. Un certamen en el que se disfruta de las cosas bien hechas y del detalle. Del cariño puesto en todo y de los amigos. Nos vemos pues en Cardoterror 2016, 11 edición dedicada a… (les mantendremos informados).
PEQUEÑO ÁLBUM FOTOGRÁFICO

Paul Naschy dedicando un poster de La maldición de la bestia durante el segundo Cardoterror (foto archivo Cardoterror)

El entrañable Miguel Iglesias Bonns, que también recibió su merecidísima Audrey, con el equipo del festival (foto Archivo Cardoterror)

Serendipia cada año hacía una escapada para comer las exquisitas mandonguilles de Can Manolo. Este año fue la última vez, pues en diciembre se jubilan… las echaremos de menos (foto Serendipia)
39 Escalones edita Buenas noches señor monstruo
Para que los más pequeños nos dejen en paz mientras vemos Historias para no dormir, 39 Escalones lanza tres títulos infantiles. Aunque no hace falta que disimulen, los que fueron niños en los ochenta seguro que querrán revisar este nuevo título de Parchís o Buenas noches Sr. Monstruo, que protagonizan los más formalitos Regaliz. En Proyecto Naschy somos más de los payasos de la tele (¡¡nos hicimos hasta la colección de cromos!!), cosas de la edad… pero lo que nos atrae más de los últimos lanzamientos de 39 Escalones es, por supuesto, Buenas noches Sr. Monstruo, porque cuenta con Paul Naschy haciendo un papel totalmente atípico en su carrera (aunque interpreta al hombre lobo igual que si la película fuera en serio) y Fernando Bilbao, un actor cuya imponente altura le ha hecho merecedor de interpretar al monstruo de Frankenstein en tres ocasiones. Esta es una de ellas.
¡Pasen una nochevieja de nostalgia y canciones con los nuevos lanzamientos de 39 Escalones!
BUENAS NOCHES SEÑOR MONSTRUO (Antonio Mercero, 1982)
Los componentes del grupo infantil Regaliz vivirán una asombrosa aventura cuando, mientras están de excursión en el campo con el colegio, son sorprendidos por una tormenta. Para buscar refugio se adentran en el bosque y encuentran un tenebroso castillo. Sin saberlo, pronto se convertirán en los invitados de unos anfitriones muy peculiares: el conde Drácula, el Dr. Frankenstein, el hombre lobo y Quasimodo.
AUDIOS: Castellano 2.0 Incluye la versión karaoke con las canciones subtituladas
GÉNERO: Infantil
DURACIÓN: 82 minutos.
FORMATO IMAGEN: 4/3 1:33.1 1982. COLOR
LOS PADRINOS (Enrique Carreras, 1973)
Antes de que desembarcan en España en 1973 y se instalaran en TVE, Gaby, Fofó, Miliki (con Fofito) reinaron en Sudamérica. Intervinieron en dos películas, una en México (El nieto del zorro, Jaime Salvador, 1948) y otra en Cuba, (Tres bárbaros en un jeep, Manuel de Pedrosa, 1955). Pero es en dos producciones argentinas dirigidas por Enrique Carreras, donde se mostrarán más reconocibles, interpretando a los personajes que popularizarían también en España. Esas dos producciones fueron Había una vez un circo (1972), y la que sale ahora a la venta de la mano de 39 Escalones, Los padrinos (1973). En esta aventura Gaby, Fofó y Miliki (con) Fofito se harán cargo de una pequeña, haciéndola partícipe de su mundo de diversión y fantasía. Retornen pues a su más precaria infancia junto a los payasos de la tele. A Serendipia les siguen fascinando.
AUDIOS: Español 2.0 Incluye la versión karaoke con las canciones subtituladas
GÉNERO: Infantil
DURACIÓN: 88 minutos.
FORMATO IMAGEN: 16/9 1:85.1 1973.
COLOR (REMASTERIZADO)
LA GRAN AVENTURA DE LOS PARCHIS (Adrián Quiroga, 1982)
Nos coge totalmente fuera de época, la verdad. Aunque por lo que recordamos siempre nos cayó muy mal Tino, tanto como simpáticas nos resultaban las chicas. En vista de como ha ido marchando la vida de estos muchachos (Tino perdió un brazo de la forma más tonta, Yolanda fue portada de Playboy…) casi mejor recordarlos como los pequeños niños cantores que protagonizaron siete películas (varias dirigidas por Javier Aguirre) e intervinieron en una cinta tan bizarra como Su majestad la risa, protagonizada por Arévalo…Así que Completa tu colección de PARCHÍS gracias 39 Escalones y disfruta de esta nueva aventura en la que el popular grupo musical es contratado para actuar en Brasil. Allí vivirán una serie de increíbles peripecias en plena selva tras ser hechos prisioneros por una tribu aborigen que, desafortunadamente no son caníbales. Todo ello acompañado de risas, alegría y bonitas canciones.
AUDIOS: Castellano 2.0 Incluye la versión karaoke con las canciones subtituladas
GÉNERO: Infantil
DURACIÓN: 85 minutos.
FORMATO IMAGEN: 4/3 1:33.1 1983.
COLOR
Ibáñez Serrador, Jesús Franco y Paul Naschy entre las próximas novedades de ’39 Escalones’
Jacinto Molina y su primera pasión: la halterofilia
Interesado de siempre por el deporte, que había practicado desde sus tiempos en el colegio Alemán, Jacinto Molina comenzó a frecuentar el gimnasio, aunque todavía sin una disciplina específica que practicar. El primer local que frecuentó fue el Gimnasio Parra, un local lujoso que no terminó de convencerle. A continuación, gracias a un amigo, descubrió el Moscardó, un local muy avanzado para la época donde descubrió el levantamiento de pesas, ya que allí se entrenaban algunos campeones: «aquellos atletas levantaban barras cargadas de kilos que a mí me parecían descomunales«. La halterofilia comenzó a llamarle seriamente la atención, pasando a entrenarse en el
gimnasio Juventud, de la calle Fuencarral, donde según Jacinto Molina reinaba un ambiente un tanto golfo. El por entonces autodidacta Jacinto Molina, optó por investigar con la poca bibliografía que había sobre el tema, «Yo tenía como fuente de inspiración el famoso libro sobre culturismo de Marcel Rouet (1), que era todo lo que sobre este tema se había publicado entonces».
Indeciso todavía, se decantó por el boxeo durante una temporada, pero tras sufrir una lesión de tobillo jugando a fútbol, decidió levantar pesas para fortalecer la musculatura atrofiada por tres meses de escayola, siendo este el inicio de la carrera de Jacinto Molina en la halterofilia.
En 1958 subió por primera vez al podio en Valencia, proclamándose campeón de España de pesos ligeros (67’5 Kgs.), batiendo posteriormente 28 récords absolutos y llegando a ser internacional. Se cambió al gimnasio Guzmán el Bueno y fichó por el Real Madrid, ganando con el equipo el campeonato de España seis veces seguidas .
Compitiendo y viajando fue cuando conoció a algunos levantadores que le dejaron honda huella: «El mejor de todos fue el campeón de mi categoría, Waldemar Baszanowski, un polaco centelleante. Waldemar y polaco. ¿Les suena de algo? Un húngaro llamado Naschy ganó la categoría de los 60 kg. Y me hice muy amigo de él. ¿Ese apellido no les dice nada?»
En 1961 nace Desarrollo y Vigor, la primera publicación española sobre halterofilia, que dedicó muchas hojas a Jacinto Molina. Ya en el primer número se publica su biografía y copa la portada, además de ser nombrado en diferentes artículos.
Sube de categoría, pasando a peso medio. En 1961, además, fue seleccionado para representar a España en los Campeonatos del Mundo y de Europa que se celebrarían en Viena, quedando sexto de Europa y noveno del mundo. También fue seleccionado para tres olimpiadas: Roma, Tokio y México. Pero por distintos avatares no pudo competir, y esto marco su retirada, que pasó a ser definitiva en 1971, cuando ya estaba sumergido en el mundo del cine.
Jacinto Molina resumía así su paso por la competición deportiva: «Esos quince años seguidos en el mundo de los hierros me trajeron sinsabores, pero también grandes satisfacciones, los premios, los viajes, los trofeos (más de seiscientos entre copas, medallas y placas)… y las mujeres: parece mentira pero ese deporte gustaba a las chicas y los levantadores más» 86
(1) Marcel Rouet (1909-1982) inventó en 1945 el termino culturismo, que significaba: “El arte de practicar la cultura física en todas sus formas para alcanzar la salud y mantenerla por el equilibrio físico”. Persona culta, escribió varios libros sobre deporte, salud, alimentación e incluso educación sexual. También estaba interesado en el hipnotismo, la sugestión y el ocultismo.
Desentrañando el enigma Cristina Suriani
Cuando era pequeño (y de eso ya empieza a hacer tiempo) tenía un proyector de cine de Súper-8, toda una alternativa para la televisión en un momento en el que había dos canales, el video era un sueño y el CinExin le parecía toda una majadería a un monster kid como yo. También tenía un puñado de películas que proyectaba incansablemente para mí y para mis amigos, a los que hacía sesiones en las que no faltaba de nada, desde palomitas a programas y entradas. Entre estas películas había un resumen, de unos veinte minutos de duración, de El espanto surge de la tumba. No voy a descubrirles ahora esta película, que sin duda conocerán y de la que aquel niño quedó prendado. Cautivado por el cruel nigromante Alaric de Marnac que interpretó Paul Naschy y las sangrientas escenas que mostraba. Pero aquel imberbe niño también quedó conquistado por la belleza de una de sus protagonistas, rubia y de expresivos ojos azules, que se pasaba toda la segunda parte del film portando un blanco camisón. Sí, sin duda me quedé prendado de Cristina Suriani. Pero su nombre lo supe mucho después.
Ahora, que ya he tenido la suerte de ver completa infinidad de veces El espanto surge de la tumba (Carlos Aured, 1972) y La saga de los Drácula (León Klimovsky, 1972) donde luce, entre otras lindezas, unos encantadores colmillos, el ya no niño cautivado todavía por la belleza de la Suriani, ha conseguido ponerse en contacto con la actriz por magia de la tecnología y obtener unas cuantas notas que nos desvelarán qué fue de aquella actriz, de breve carrera cinematográfica, pero inolvidable para los aficionados al Fantaterror español.
Escarbemos pues en el enigma Suriani, pero tan solo lo justo, para que por siempre quede un poco de ese misterio que, sin duda, hace más cautivadora su figura.
Cristina Suriani nace en Rosario (Argentina), donde su belleza le facilita que haga sus primeros pinitos como modelo, entre otros de Carlos Saldi, que consigue publicar una de sus fotos en la portada de la revista Boom. No tarda en cruzar el charco y venir a España con poco más de veinte años:
“Llegué a Madrid en el invierno del 70, para recoger un premio de publicidad. Al mes estaba en el programa de Laura Valenzuela y Joaquín Prat sobre música (Galas del sábado). De allí pasé a TVE, en un largo programa dominical de entretenimiento, y mientras tanto trabajaba como modelo. Todo esto era nuevo para mí, ya que yo era una estudiante de tercero de arquitectura que de pronto se había quedado sin universidad, cosas de los militares argentinos, y me adentré en un mundo fascinante. Al ser rubia, alta, ojos azules, con idiomas y educada, en esos años y en ese mundo, eso era rarísimo, y todo vino rodado. Los spots de televisión y anuncios en las revistas se sucedían sin parar. Mis constantes apariciones en el ABC y sus suplementos también ayudaron.”
Ya dice bien Cristina cuando califica sus apariciones en el ABC de constantes, ya que su presencia es demandada para acudir a debates sobre moda; almuerzos en honor a la figura del mes de ‘Los domingos de ABC’ junto a otras personalidades de la política, las letras, el arte, el cine y el teatro; además de protagonizar amplios reportajes fotográficos en los suplementos dominicales ocupando, además, su portada. Pero no solo en esa revista:
“Mis portadas en la mítica ‘Diez Minutos’ de la época eran las más buscadas. Y así apareció Jaime de Armiñan y me ofreció un papel en Mi Querida Señorita, con la condición de que mi hermana pudiera también trabajar conmigo (ella estaba rodando en Italia) ….Y así empezó todo.”
Su belleza, exótica para los cánones españoles, y su gracia para llevar mini faldas y
cortos shorts atrajeron a los productores de cine que, tal y como cuenta la propia Cristina, quisieron contar con su hermana Ana, actriz también, que se encontraba en Italia rodando la coproducción italo-española Tedeum (Enzo G. Castellari, 1972). Dicho y hecho, ambas hermanas formaron parte del reparto de Mi querida señorita, un filme de Jaime de Armiñán en el que interpretaron a las dos hijas del personaje interpretado por Antonio Ferrandis. Una película muy arriesgada para la época y en la que José Luis López Vázquez afrontó un papel atípico en su filmografía. Una apuesta que se saldó con éxito, obteniendo el filme varios galardones y la nominación a los premios Oscar:
“Cuando esta película fue nominada para el Oscar, alguien de los promotores americanos sugirió que yo fuera en la delegación que se desplazó a Los Ángeles. José Luis Borau, el productor, se negó. Según me contaron sus palabras fueron «que yo ya tenía demasiada publicidad» (¡…!)”
Si para Ana Suriani está fue su última experiencia en el mundo del cine, no fue así para Cristina, que fue llamada para participar en otros filmes. Pero Cristina tenía puesta la vista en su gran ilusión, que era ser actriz teatral, por lo que no descuidaba sus estudios en el TEI (Teatro Experimental Independiente), una compañía española que fue eje de varias vanguardias y que tenía el objetivo de renovar la estética del arte dramático con espíritu reivindicativo. En el TEI, que estuvo en activo desde 1968 a 1978, ensayaba tragedias de Esquilo como Prometeo encadenado. En cuanto a su vida social, era bastante ajetreada: además de trabajo, actos y presentaciones era, según cuenta el escritor Marcelo Marraquy en la biografía que escribió sobre Rodolfo Galimberti, pretendida por este, líder de los Montoneros argentinos y cercano a Perón. El general, exiliado por entonces en España, vivía en Madrid, concretamente en Puerta de Hierro, donde Cristina y su hermana lo conocieron por mediación de Galimberti. La joven de 24 años por entonces, también era cortejada por Joan Manuel Serrat.
“Después vino una serie de películas con Alfredo Landa, otra con López Vázquez (El vikingo, Pedro Lazaga, 1972), y creo recordar que hice simultáneamente El espanto surge de la tumba (Carlos Aured, 1972) con Experiencia prematrimonial (Pedro Masó, 1972), lo que cabreó enormemente a Pedro Masó, que recortó en el montaje todo lo que pudo mis apariciones. De esta película guardo el recuerdo de una larga y duradera amistad con Francesca (Ornella Muti) y el verme mezclada en guerras de egos entre productores y directores con más vanidad que presupuesto.”
Pero si Cristina Suriani es recordada, lo es por los fans y seguidores del cine de terror español gracias a las dos películas de ese género en las que intervino: El espanto surge de la tumba y La saga de los Drácula, dos perlas en las que estuvo rodeada de actores y actrices inolvidables como Paul Naschy, Narciso Ibáñez Menta, Helga Liné, Emma Cohen, María Kosty, Tina Sáinz y Tony Isbert. Del aquellos filmes la actriz guarda buenos recuerdos:
«De Carlos (Aured) tengo un recuerdo imborrable: el de un director con muchas ganas de trabajar y nada de presupuesto. Recuerdo que en el salón de mi casa me contaba sus penurias y los intríngulis del cine español. Mi entonces representante, Quique Herreros, quería que Emma Cohen fuera la protagonista y Carlos se negó. Lo que me pedía encarecidamente era que bajara mi cachet para que él pudiera contar conmigo y con ella. Cosa que hice. Carlos era una bellísima persona que trataba a todo el mundo por igual y amaba profundamente lo que hacía. Recuerdo que pasaba horas con Jacinto Molina (Paul Naschy) discutiéndolo todo y repensando escenas, tomas y decorados. Piense que rodábamos en Rascafría, en la casa de fin de semana de los padres de la mujer de Jacinto. En realidad éramos unos valientes, y los que ponían el dinero aún más.»
1972 estaba resultando intenso y la actriz declaró en ABC su intención de salir de vacaciones:“Voy a recorrer los pueblecitos de la Costa Brava: desde Barcelona a Perpignan. Porque esta parte no la conozco y me interesa mucho. Pero no lo haré en plan buenos hoteles. Iré recorriendo los pueblecitos de la costa y me alojaré en sus casas.” Y desde luego hizo bien en tomarse ese descanso, si llegó a hacerlo realmente, ya que a partir de septiembre la actriz se embarcó en la más prolongada relación laboral de su carrera al firmar un contrato para interpretar el papel de secretaria en la obra teatral Pato a la naranja, cuyo éxito obligaría a la actriz a celebrar varias Navidades en el escenario.

Esta obra, una de las más exitosas y longevas de la escena londinense escrita por William Douglas-Home, se estrenó en 1967 como The Secretary Bird, siendo adaptada en Francia como Le Canard à l’orange por Marc Gilbert Sauvajón, adaptación que fue la que se estrenó el viernes 8 de septiembre de 1972 en el teatro Infanta Isabel en versión de Vicente Balart bajo la dirección de Fernando Montesinos por la Compañía teatral Arturo Fernández.
La obra, una comedia sobre la infidelidad, fue muy bien recibida por la crítica, aunque el crítico de ABC, Adolfo Prego, fue bastante superficial con su referencia a Cristina: “Con Arturo Fernández brilló el trabajo entonado de Conchita Cuetos y el talento anatómico de Cristina Suriani, nueva en el mundo de la escena.”
Algo mejor que lucir palmito haría la actriz ya que, junto a Arturo Fernández, fue la única intérprete que permaneció en la obra desde la primera función en septiembre de 1972 hasta su despedida del Infanta Isabel en diciembre de 1974 y su posterior temporada en el teatro Talía de Barcelona, a principios de 1975. Todo un carretón que ocupó su agenda laboral con más de mil representaciones, lo que sin duda le hizo dejar de lado otros proyectos por la imposibilidad de acometerlos, tal y como declaró a Antonio Cervera en Terror Fantastic nº 17 (febrero 1973): “(…) no podría aceptarlos, la obra es un éxito y hay para rato. Se puede, sí, simultanear cine y teatro, a base de no dormir o poco menos, pero es difícil porque lo que no se puede es ausentarse de Madrid o donde me encuentre actuando.”
Fue el cenit de su carrera pero quizás también significó el fin de la misma: “Llegó Arturo Fernández con la proposición del ‘Pato a la naranja’ y lo dejé todo por el teatro. En realidad, por aquellos tiempos se hacían dos funciones diarias y se descansaba solo un día. No tenía tiempo para más. Después todo lo que me ofrecían no me parecía ni siquiera interesante. Al casarme, dejé Madrid por Budapest. Y después Viena, Bruselas, Nueva York, Roma, Londres y vuelta a Madrid. Pero esa es otra historia.”
Con el cine de destape en ciernes no eran los mejores tiempos para aspirar a interpretar historias más interesantes o comprometidas. Y su voz, que seguro tenía
un lindo acento argentino, tampoco pudimos escucharla ya que fue doblada por profesionales del doblaje, como en El espanto surge de la tumba, donde le prestó la voz la prematuramente fallecida Maite Santamarina. Cristina Suriani, a pesar de su juventud, tenía más que ofrecer que ese espléndido cuerpo, y de ello dejó constancia escrita Antonio Cervera cuando fue a su apartamento a entrevistarla para Terror Fantastic: “Íbamos en busca de una información más o menos frívola y superficial en una de las más bellas mujeres que se han asomado a las películas de nuestro ‘boom’ terrorífico, y nos hemos encontrado con la agradable sorpresa de una inteligencia clara y lúcida que tiene mucho que enseñar a quienes vayan sólo en busca de su belleza para que adorne sus películas.” Quizás por ello Cristina se decantó también por la escritura y presentó una obra a los premios Adonais de poesía que se celebraron a finales de 1975. Pero a partir de entonces perdemos su pista. Hasta ahora, que tan amablemente ha querido hablar un poco con nosotros, deferencia que tanto le agradecemos.
¿En qué consiste la belleza de la mujer?
«Si esto me lo hubiesen preguntado hace cinco años, hubiera contestado que en ser como cualquiera de las vírgenes pintadas por Boticelli o Rafael, o como la Venus de Milo, o cualquiera de las estatuas griegas. Pero hoy por hoy la belleza de la mujer consiste en ser inteligente, hábil y desenvuelta. En saberse mover dentro de cualquier medio social, en trabajar, en saber tomar decisiones importantes, en participar activamente dentro del mundo que le ha tocado vivir. La otra belleza, la física, por unos miles de pesetas, cualquier mujer puede lograrla”
Cristina Suriani en La Vanguardia, jueves 26 de abril de 1973.
Agradecemos a Cristina Suriani el habernos respondido amablemente. Estas declaraciones recientes de la actriz (en color azul), han sido cedidas y publicadas previamente en el libro: Carlos Aured. Nostalgia y pasión, de Miguel Ángel Plana.
ÁLBUM FOTOGRÁFICO DE CRISTINA SURIANI

Lograr el más alto grado de popularidad se conseguía en los años setenta cuando editaban cromos con tu imagen. O, como en este caso, naipes.
Las imágenes perdidas. La otra mirada: sobre el cine y la vida
El sello Cameo ha publicado Las imágenes perdidas. La otra mirada, un film que oscila entre el documental y la ficción y que supone una lúcida reflexión sobre el cine, la vida y la muerte, además de ser la última película de Paul Naschy. En el filme, el cineasta Juan Pinzás realiza un viaje físico e iniciático en busca de unas imágenes perdidas que había rodado en los años ochenta. El viaje le conduce desde Madrid hasta Galicia y en la búsqueda de esas imágenes se encuentra con diversos personajes que le ayudan en su propósito, como Paul Naschy o el polifacético Javier Gurruchaga, en cuyos universos personales ahonda el film. Finalmente hallará en Vigo, su ciudad natal, de la que realiza un singular retrato, una vieja película en formato de Súper-8 mm con las imágenes deseadas. La catarsis se produce con el visionado del antiguo film que resulta ser un homenaje al cine y supone el final del viaje introspectivo del cineasta.
Ciertamente pueden calificarse de opuestas las trayectorias y la forma de entender el cine existente entre el vigués Juan Pinzás y el madrileño Paul Naschy. Si Juan Pinzás ha realizado un cine experimental, con tres de sus películas adscritas al movimiento Dogma. La trayectoria de Paul Naschy ha basculado principalmente en cine de género, popular y consumido por un público mayoritario. Pero contra todo pronóstico, lejos de haberse producido un choque de trenes, el entendimiento y la admiración ha sido mutua entre ambos cineastas ya desde que Pinzás contara con el veterano Naschy para Cuando el mundo se acabe te seguiré amando, un film dirigido por la esposa de Pinzás, Pilar Sueiro, en 1998 para la productora de ambos, Atlántico Films. Tan satisfactoria será la experiencia que dos años después volverá a tenerlo como actor en su largometraje Érase otra vez, primera película Dogma española.
En 2009 y lejos ya del Dogma, Pinzás ha dirigido Las imágenes perdidas. La otra mirada, una lúcida reflexión sobre la vida utilizando el cine como vehículo y como hecho vital en la que Pinzás, con la excusa de recuperar una vieja película rodada en los años ochenta, visitará los escenarios de otros de sus filmes y mantendrá largas conversaciones con dos grandes cinéfilos: Javier Gurruchaga y Paul Naschy. Unas conversaciones que nos mostrarán las pasiones compartidas por el cine. Un viaje por la vida y la muerte en el que el hecho cinematográfico será el gran protagonista y también medio para poder entenderlo. Mostrando atardeceres o las escenas captadas en procesiones, lonjas y puertos, el director nos transmitirá sus estados de ánimo. Su forma de ver la vida. Su mirada cinematográfica.
Naschy se nos muestra relajado, cercano, cordial y alejado de discursos preparados, protagonizando los momentos más deliciosos del filme, emocionantes a veces, con el actor mostrando ya en su rostro las marcas de la grave enfermedad que estaba atravesando.
Fetiches, objetos mágicos y sobre todo imágenes. Unas imágenes que, afortunadamente no se perderán y que quedarán como testigo de que el amor al cine puede unir unas, a priori, dispares naturalezas y formas de entender el arte. Todo ello en una película que, como no podía ser de otra forma, el director ha querido dedicar a su amigo fallecido.
Dr. Jekyll y el hombre lobo: un cóctel original
Tras encarnar a Waldemar Daninsky, el hombre lobo protagonista en La marca del hombre lobo (Enrique López Eguiluz, 1968) la carrera de Jacinto Molina, ya para siempre Paul Naschy, se centrará principalmente en su género favorito, el Fantaterror, escribiendo guiones, interpretando y en algunas ocasiones dirigiendo a su licántropo, al que periódicamente retornara y que vivirá ese mismo año su segunda aventura en la hispano-francesa Las noches del hombre lobo, film dirigido por René Govar que no llegó a finalizarse y que por lo tanto tampoco se estrenó, considerándose perdido.
En 1971 el licántropo de Naschy se incorpora al mayor cóctel de monstruos (con permiso de El aullido del diablo) rodado en España, en este caso en coproducción con Italia. Los monstruos del terror (Hugo Fregonese y Tulio Demicheli) proponía una invasión alienígena mediante la intervención, nada más y nada menos, de la momia, Drácula, un sosias de la criatura de Frankenstein (Franksatán concretamente, cosas de copyright) y el hombre lobo. Naschy, que ya había ofrecido en el guión de La Marca del hombre lobo dos licántropos y dos vampiros, aumenta la oferta en este film, cuyo argumento también firma: “Yo soy un enamorado de los
cocktails de monstruos, quizás porque yo cogí la decadencia de la Universal, cuando utilizaban toda clase de resortes para tener éxito. Pero yo nunca pensé en eso, es que a mí sencillamente me gusta, para mí es apasionante enfrentar a Drácula contra el Hombre lobo, o la Condesa Bathory, o contra Frankenstein si llegaba el caso. Era muy divertido, me apasionaban las identidades de cada personaje, que me eran tan entrañables ¿Por qué no iba a hacer cocktails de monstruos?”[1]
Peor suerte sufrirá Waldemar en La furia del hombre lobo (1971), un alucinante y alucinado film dirigido (es un decir) por José María Zabalza cuyas incidencias de rodaje convirtieron en un disparate que, precisamente por bizarro, se ha revalorizado por entre otros el escritor Juan Manuel de Prada, al que el film resulta “encantadoramente psicotrónico, con su pizca de psicodelia castiza”[2]. Quizás los pobres resultados obtenidos empujaron a la productora a dejar reposar cautelosamente la obra en un cajón, por lo que, afortunada -y oportunistamente- se estrenó después de La noche de Walpurgis (1971). Y es que tal éxito supuso el film de León Klimovsky, que otros productores, frotándose las manos, buscaron imitarlo pidiendo a Naschy un nuevo guión con licántropo. Así que a pesar de que el actor ya comenzaba a estar un tanto agotado del personaje, llegando a declarar que “De hombre lobo no quiero hacer más, porque es demasiado duro”[3] , propuso un nuevo cóctel de monstruos todavía más difícil y original en Dr. Jekyll y el hombre lobo.
Paul Naschy consideraba al dual personaje creado por Robert Louis Stevenson “uno de los más apasionantes mitos del Fantaterror y desde luego, junto al licántropo, el más humano (…) Al igual que en la leyenda del hombre lobo, también aquí emerge la bestia, pero en este como resultado del uso de una droga y sin elementos mágicos”[4]
El guión le fue encargado por el productor José Frade, “que se encontraba en cama con hepatitis. Admiraba mucho a Frade, a quien consideraba el productor joven con mayor proyección en el mundo del cine. Pasé muchos días en su casa leyendo el texto, y él me hacía las pertinentes sugerencias. Lo acabamos a gusto de ambos. Pero, al reponerse de la enfermedad, se fastidió un tobillo jugando a fútbol. Luego empezó a pasar el tiempo y Frade dejó de dar señales de vida. Le llamé varias veces a la oficina, pero nunca se podía poner. Aburrido, dejé de insistir. Poco después me llamó Arturo González, el hermano de Cesáreo, pidiéndome un guión de terror. Le ofrecí éste, le gustó y decidió producirlo. Días más tarde, Arturo González me contó que José Frade, enterado de su intención, le había telefoneado para aconsejarle que no hiciera la película. Pero el proyecto siguió adelante”[5].
Buscando repetir el éxito obtenido por La noche de Walpurgis, la nueva producción contó también con el director de aquella, León Klimovsky, un realizador argentino de ascendencia rusa que firmó con esta su película número 52 y segunda de corte fantástico, a partir de la cual dirigiría una larga serie.
Demos un somero repaso al guión de Dr. Jekyll y el hombre lobo:
Imre Kosta (José Marco) y su esposa Justine (Shirley Corrigan) están de viaje en Baliavasta (Transilvania), donde desoyendo las advertencias recibidas en la taberna, salen de noche y son atacados por tres maleantes que matan a Imre e intentan violar a Justine que, rescatada por Waldemar, la lleva a su castillo.
Esa misma noche los bandidos supervivientes vuelven para vengarse, pero se encuentran con un hombre lobo. Justine, que mientras tanto se ha enamorado de Waldemar, descubre el mal que le atenaza y le ofrece que viajen a Londres, donde puede ser tratado por su amigo Henry Jekyll,
nieto del famoso doctor.
Cuando Waldemar acude a la clínica para iniciar el tratamiento, se avería el ascensor en el que sube junto a una enfermera. Es plenilunio y la bestia se desata, matando a la desdichada joven y cobrándose otras presas por Londres. El incidente obliga al Dr. Jekyll a montar un laboratorio en el sótano de la casa de Justine, lejos de los ojos de la gente. La intención del Dr. Jekyll es inyectar a Waldemar el próximo plenilunio el suero de su abuelo, para que se transforme en Hyde y que este venza al licántropo, suministrándole a continuación un antídoto y eliminando así a Hyde.
Pero Sandra (Mirta Miller) la ambiciosa ayudante del doctor, está celosa de Justine y apuñala a Henry cuando Waldemar está transformado en Hyde, liberándolo y comenzando así la pesadilla para Justine, que es forzada y torturada por ambos.
Hyde asesina y siembra el pánico en Londres hasta que en una discoteca se le pasa el efecto de la fórmula, y tras transformarse en Waldemar, vuelve a convertirse en hombre lobo.
Mientras, Henry, moribundo, encuentra a Justine y le indica antes de expirar donde encontrará una pistola cargada con balas de plata con la que podrá matar a la bestia.
El hombre lobo vuelve y ataca a Justine, que antes de morir dispara y libera a Waldemar, quedando ambos unidos para siempre por la muerte.
Paul Naschy afonta un reto interpretativo interpretando tres personajes, del que para Tim Lucas sale victorioso: “como Hyde con su extraños ojos y color de piel, Naschy exuda una palpable maldad muy intimidante, y como Waldemar tiene un buen número de transformaciones (…) incluyendo una de la que Corrigan es testigo en la que muestra visiblemente la tristeza de la bestia, consciente de su propia monstruosidad[6]”. Para los autores del primer estudio sobre Paul Naschy, su Mr. Hyde “resulta ser un personaje en la línea del que en su día interpretara John Barrymore, pero sobre las directrices formales y chispeantes del irónico ‘Testamento del Doctor Cordelier’ de Jean Renoir”[7].
Rodada en Estudios Roma, Navacerrada, Talamanca del Jarama y alrededores de Madrid, posteriormente parte del equipo partió hacia Londres, donde se rodaron algunos exteriores, un práctica bastante común en la época destinada a dar credibilidad a la ambientación, aunque en la mayoría de casos se limitaba a rodar algunas tomas turísticas con el protagonista paseando por lugares característicos. En el film de Klimovsky estas escenas fueron un tanto especiales, ya que obligaron al actor “a desfilar por las calles de esta ciudad disfrazado de Mister Hyde, con macferlán, sombrero y bastón y unas fastidiosas lentillas doradas que apenas me permitían ver. Vestido de esta guisa, tenía que pavonearme por el Soho, donde los transeúntes me obsequiaron con todo tipo de insultos y piropos irónicos”[8] “La verdad es que provocaba miedo este personaje. La gente me miraba como si fuera un loco porque no sabían que estaba filmándose la película (…) no veían las cámaras que estaban ocultas en unos coches”[9].
Precisamente estas molestas lentillas dieron más de un problema al actor: “perdí una de las lentillas doradas que llevaba como Hyde. Dado que nos encontrábamos en un pajar, te puedes imaginar la que se lió. Estábamos todos locos por encontrarla, cuando de repente comenzó a aparecer por la parte superior de mi ojo. Resultó que se me había metido para dentro, y como tenía anestesia local…”[10]
También el poco elaborado maquillaje que luce el actor como hombre lobo, en el que el prolífico y todavía en activo Miguel Sesé, empleaba casi 5 horas, ocasionó problemas. Mientras el maquillador elaboraba un molde de su cabeza: “La escayola se me pegó al pelo y no se podía quitar. Sesé se volvía loco y yo aguantaba horas y horas mientras la intentaba sacar. Al final me la quitaron con un escalpelo. (…) Tuvieron que ponerme un postizo para poder rodar”[11]. Aunque afortunadamente los colmillos no le ocasionaron tantos problemas: “me quedan muy bien, estoy cómodo con ellos. Recuerdo que la última vez me molestaban tanto que me pasé toda la película sangrando por la boca”[12]
El film contó con una no muy inspirada partitura de Anton García Abril, labor que también realizó en La noche de Walpurgis. García Abril es responsable, entre multitud más de la, ahora sí, inolvidable banda sonora de La noche del terror ciego, para la que compuso el infernal y tétrico canto gregoriano que acompañaba a las apariciones de los esqueléticos caballeros templarios de Ossorio. Pero el film tiene reservada otra curiosidad, ya que se trata de un “inusual ejemplo de película de terror española rodada directamente en inglés, con doblaje posterior sincronizado que hace que los actores se vean más conectados con lo que están diciendo, ofreciendo todos una actuación más completa[13]”.
Pero además de Paul Naschy, la película contó con la presencia de otros atractivos actores, como la irlandesa Shirley Corrigan, una bonita y más bien sosa actriz que tras comenzar su carrera en el teatro marchó a Brasil, Italia y Calcuta, donde permaneció cinco años con la madre Teresa, que cariñosamente la llamaba Shirleybelle, apodo que también utilizó alguna vez en el cine. La religiosa (quizás harta de su presencia) terminó recomendándole que retomara su carrera interpretativa. Y con Italia como base rodó películas como La plus longue nuit du diable (Jean Brismée, Belg-Ital. 1971), Sette Scialli di Seta Gialla (Sergio Pastore, Ital. 1972) o la comedia erotica Jorden Runt Med Fanny Hill (Mac Ahlberg, Suecia 1974). La actriz, como vemos todo un espíritu aventurero, actualmente vive en Londres y sigue actuando eventualmente. Sobre Paul recordaba que “era un hombre muy serio. Introvertido. Siempre preparando su papel, su interpretación y maquillaje (…) Estaba muy unido al director y eran muy amigos. Siempre hablaban de hacer películas juntos. El Sr. Klimovsky era un gran director. Hablaba siempre por el megáfono. Estábamos en el monte rodando un buen número de planos y Paul Naschy tenía su propio megáfono también y le respondía con él. Era una situación sumamente divertida. Paul era muy perfeccionista y no tenía doble ni para preparar iluminación. Hacía todo él mismo”.
Firmó para hacer la película con solo una vaga idea de su argumento: “El director, Mr. Klimovsky me contó la historia cuando llegué a Madrid y pensé, ‘Si es tan sencilla como me la cuenta no representará ningún reto para mí hacerla’”. También conoció de primera mano la popularidad de la que gozaba su co-protagonista: “Cuando llegué a Madrid y conocí a Paul Naschy fuimos a su casa y me presentó a su familia, todos encantadores y hospitalarios. Decidimos ir a cenar para hablar del guión, pero resultó imposible porque había unas 300 personas esperando fuera del restaurante para conseguir autógrafos ¡Fue como una estampida! Él se dirigió a la gente diciéndoles ‘Esta señorita es Shirley Corrigan, una bella actriz inglesa que me va a dar buena suerte’. Era un hombre generoso y me gustó trabajar con él, muy respetuoso, siempre me decía ‘Eres demasiado buena’”[14].
Además, el film contó con dos actores muy familiares para los aficionados al Fantaterror español: Jack Taylor y Mirta Miller. El norteamericano Jack Taylor, cuyo aristocrático porte fue utilizado por otros directores en títulos adscritos al género como en La venganza de la momia (Carlos Aured), El buque maldito (Amando de Ossorio) o El conde Drácula (Jesús Franco), está todavía en activo y no pierde ocasión de participar en proyectos que le resulten interesantes. La exótica Mirta Miller (Mirta Jovita Bogni Chatard), es una bella argentina que desde los 20 años ha ejercido de modelo y actriz interviniendo en más de 70 películas. Puede admirarse su belleza en otras perlas del Fantaterror como La rebelión de las muertas (León Klimovsky, 1973) y El gran amor del Conde Drácula (Javier Aguirre, 1973), ambas también junto a Paul Naschy. Fue amante declarada del fallecido Alfonso de Borbón, y aunque nunca ha dejado del todo el cine, ha vuelto en 2013 decidida a quedarse si le ofrecen papeles atractivos.
El papel del posadero está interpretado por Barta Barry, bailarín y artista de circo nacido en Budapest al que también podemos ver en La noche de Walpurgis (León Klimovsky, 1971) o Pánico en el Transiberiano (Eugenio Martín, 1972), por nombrar dos títulos de su prolífica carrera. El malvado jefe de los bandidos es el italiano Luis Induni, que en sus 28 años de carrera en España colaboró en un buen número de films de género, principalmente westerns y de aventuras, así como terror, coincidiendo de nuevo con Naschy en El mariscal del infierno (León Klimovsky, 1974), Exorcismo (Juan Bosch, 1975) y La maldición de la bestia (Miguel Iglesias Bonns, 1975), donde interpreta al memorable villano mongol Sekkar Khan. Imre, el marido de Justine, está encarnado por el barcelonés José Marco, otro todoterreno con 42 años de carrera en el cine que también puede verse en, además de diversos westerns, La noche de Walpurgis, La furia del hombre lobo y Pánico en el Transiberiano. En el apartado anecdótico es curioso indicar la participación de María Luisa Tovar, la hermana morena de Loreta Tovar, siempre relegada a realizar pequeños, pero memorables papeles, en películas como La residencia (Narciso Ibáñez Serrador, 1969), La noche de Walpurgis, donde es la

Lobby card mexicano en el que, además de poder ver que se utilizó la imagen creada por Mac, contiene una imagen de la doble versión para exportación.
primera víctima, La saga de los Drácula (León Klimovsky, 1973) y Las garras de Lorelei (Amando de Ossorio, 1974), en la que puede verse junto a Bárbara Rey como una de las cavernícolas en bikini del final. Tras este papelón, no puede censurársele que optara por desistir de su intención de entrar en el mundo del cine. También interpreta un pequeño papel Henry Gregor, una figura curiosa del cine, ya que tras ese seudónimo estaba el príncipe austriaco Heinrich Rüdiger Karl Georg Franciscus von Starhemberg, cuya familia, al anexionarse su país a la Alemania de Hitler, prefirió emigrar a Sudamérica. Hijo de la actriz Nora Gregor, que cuenta con una extensa filmografía en la que destaca Las reglas del juego (La Règle du Jeur, Jean Renoir, 1939), se interesó por el cine y el teatro llegando a ser actor, productor, director y guionista en Argentina, Chile, España y Austria, los cuatro países en los que residió hasta su fallecimiento en 1997. Con Paul Naschy volvería a coincidir en Muerte de un quinqui (León Klimovsky) y Los pasajeros (José Antonio Barrero), rodadas ambas en 1975. Marisol Delgado, la sufrida enfermera que queda atrapada en el ascensor junto a Waldemar Daninsky en plenilunio (ahí es nada), es una actriz que tampoco pasó de realizar minúsculos papeles,
generalmente como doncella o sirvienta, en películas como Las garras de Loreley (1974) o El ataque de los muertos sin ojos (Amando de Ossorio, 1973).
La historia tiene dos partes bien diferenciadas, la que se desarrolla en la transilvana Valiavasta y la parte final en Londres. Si bien hay bastante unanimidad en destacar lo desequilibradas que resultan ambas partes, no la hay respecto a cual de ellas es más efectiva. Luis Alboreca opina que “La primera hora resulta bastante pobre en todos los aspectos, pero después, con la llegada de Waldemar Daninsky a Londres, se remonta la acción[15]”, coincidiendo con Shane M. Dallmann, para quien “La primera mitad de la película es bastante lenta y melancólica[16]”. Mientras que tanto para Ángel Gómez Rivero[17] como para el propio Naschy, la segunda parte resulta más irregular en conceptos de realización: “En líneas generales, creo que Klimovsky no estuvo a la altura que todos esperábamos de él. Algunas escenas quedaron resueltas de forma atropellada; otras, por el contrario quedaban francamente bien, pero en general la película adolece de desequilibrios estructurales: la primera parte tiene un ritmo tranquilo que luego se precipita un tanto chapuceramente. León Klimovsky no rayó al nivel de La noche de Walpurgis: a veces se le veía con ganas y ese día rodaba bien; pero otros como si tuviese prisa por acabar. En alguna ocasión le pregunté: ‘Leo, ¿por qué vas tan acelerado? Aún quedan varias semanas de rodaje’. Y él me respondió: ‘Ya, ya… Pero si no logro acabar en cinco semanas corro el riesgo de que no me contraten para otras películas; todo el mundo me considera el director más rápido del cine español, y no puedo defraudar mi leyenda’. A pesar de todo debo decir que León Klimovsky tiene secuencias de lo mejorcito que hay en el cine fantástico universal: en ocasiones es superior a Terence Fisher, pero mientras que éste es regular, León tiene altibajos inexplicables[18]”. “Había dinero y había posibilidades. Pero el realizador, porque no sabía, no le gustaba o no quería, no le sacó todo el partido que debía. Aún así, yo pienso que es una película muy interesante[19]”.

Marisol Delgado y Paul Naschy en la escena del ascensor, tal y como pudo verse en algunos lugares de Europa.
En cuanto a sus dosis de erotismo y violencia puede coincidirse con Narcis Ribot cuando opina que Dr. Jekyll y el hombre lobo es “la más brutal y sádica de la carrera de Waldemar Daninsky”[20] aunque no tanto como para llegar a las supuestas dosis de violencia y terror con las que la distribuidora Regia Films-Arturo González promocionó el film, definiéndolo como ‘Una película para espíritus fuertes’ con ‘Las más terroríficas escenas que el cine nos podía ofrecer’. Lo que la película sí contenía eran dosis de erotismo más elevadas que en films precedentes, naturalmente recortado para su explotación española. Las versiones editadas en España, tanto en formato VHS como en DVD por Divisa, muestran la copia que pudo verse en nuestras castas pantallas, que dejan adivinar perfectamente la existencia de una segunda versión más picante para exportación. Así que ha habido que recurrir a versiones foráneas para poder comparar
escenas. Para el mercado norteamericano el film contenía “dosis de violencia y desnudez lo suficientemente explícitas como para impedir que la película aparezca jamás en las pequeñas pantallas”[21], pero no en salas cinematográficas y posteriormente en formato doméstico. Tanto es así que el VHS y el DVD editados por Sinister Cinema, conservan las imágenes de desnudos que figuraban en la copia que se exhibió en cines por International Cine Film Corporation (como Dr. Jekyll and the Werewolf), aunque esta versión en inglés de 88 minutos, obtenida a partir de una copia en 16 mm. tiene mal color y su imagen está adaptada al formato televisivo. Esta versión americana es idéntica a la española hasta el minuto 63, a partir de donde pueden verse ligeras variaciones respecto a la copia exhibida en España que, vistas ahora, resultan sumamente inocentes: Hyde ataca a Justine y rasga su blusa mostrando sus pechos. También los muestra cuando es flagelada, cubriéndolos con el camisón al llegar a su cuarto. Sandra, el personaje interpretado por Mirta Miller, enseña sus pechos cuando es atacada por Hyde, quedando claro, al ser la escena más prolongada, que este la viola cuando pierde el conocimiento. Finalmente la prostituta a la que Hyde estrangula, también exhibe sus encantos.
El prestigioso sello Mondo Macabro ha editado una excelente copia en castellano e inglés respetando el formato de pantalla original y con brillantes colores, pero conteniendo la casta copia española. En todo caso tiene su interés para el coleccionista por contener unas declaraciones del propio Naschy sobre el film.
Pero tras revisar esta versión, todavía seguían llamando la atención ciertas escenas que daban pié a que existiera doble versión, pero que permanecían idénticas en ambas copias, concretamente la del intento de violación de la protagonista y la escena del ascensor. De la primera existían indicios de una versión más aligerada de ropa por imágenes en lobby cards foráneos, por ejemplo en los mexicanos. Y en cuando al ataque en el ascensor, se conocían imágenes promocionales con la actriz mostrando los pechos. Finalmente, gracias al especialista norteamericano Mirek Lipinski[22], se confirmaron nuestras sospechas: existió una doble versión completa, tal y como pudimos comprobar al revisar el VHS holandés del film editado por Loyal Video como Die Nacht der Blutigen Wölfe. La cinta contenía, además de las escenas de la versión americana, el desnudo de Shirley Corrigan en la escena de violación en el cementerio, la secuencia del ascensor completa y, finalmente la que viene a continuación con el hombre lobo atacando a María Luisa Tovar y rasgando su vestido. Estas escenas también están en las ediciones en VHS alemanas editadas por Action Video y VTD.
Tampoco conviene olvidar el maravilloso cartel de Dr. Jekyll y el hombre lobo, obra del ilustrador Mac (Macario Gómez) que transmite el desdoblamiento de Hyde en licántropo, aunque utilizando una imagen de Lon Chaney Jr. como modelo, además de mostrar a Jack Taylor y Mirtha Miller, magníficamente retratados con el inconfundible estilo del cartelista catalán. Pero a pesar de este atractivo póster y del recordado éxito de La noche de Walpurgis, el film no obtuvo una respuesta similar, llevando a las salas a 564.843 espectadores y obteniendo una recaudación de 105.923,47 € frente a los 1.021.90.0 espectadores y 182.365,30 € de su antecesora.

Libreto promocional para exportación con imágenes de dos de las escenas escamoteadas en la doble versión de Estados Unidos
Ni la crítica de la época ni la actual la han tratado demasiado bien: “Los actores son penosos y sólo se salva la comedida interpretación de Jack Taylor en el papel de nieto de Henry Jekyll”[23]. “uno de los títulos más involuntariamente surrealistas de la historia del género en España, tan burdo y mal acabado como el resto de la saga de Waldemar Daninsky”[24]. Aunque también ha contado con defensores. Basta mirar esta temprana crítica publicada en 1974 con la que doy por terminado este trabajo:
“Quizás sea ésta la película más interesante, más difícil y menos comprendida de las que ha interpretado Paul Naschy (…) La burlona maldad y el sadismo son reflejados por Paul Naschy en su personal Mr. Hyde, sin duda el trabajo más complejo y brillante de su carrera. La película no fue comprendida por la mayoría de crítica diaria y resulta sorprendente, porque este film posiblemente es una de las obras más originales e importantes del cine fantástico español”[25].
Este artículo se publicó previamente en Cine de Ultramundo: http://cineultramundo.blogspot.com.es/2014/08/critica-de-la-venganza-de-la-momia_27.HTML
NOTAS:
[1] Olano, J. La marca de Paul Naschy entrevista para Quatermass 0, junio 1993. Pág. 30
[2] Prada, J. M. ‘El ciclo de Waldemar Daninsky’ en La marca del hombre lobo. Alberto Santos Editor, Madrid 2003. Pág. 125
[3] Cernuda, P. ‘Paul Naschy: 5 veces hombre lobo’. Entrevista en revista Pronto (1972)
[4] Naschy, Paul. Crónicas de las tinieblas. 1993. Pág. 34
[5] Naschy, P. Memorias de un hombre lobo. Alberto Santos Editor, Madrid 1997. Pág. 90-91
[6] Lucas, T. en Video Watchdog 66, USA, diciembre 2000. Pág. 23
[7] Porto, J. J. y Falquina, A. Cine de terror y Paul Naschy. Editorial Madrid, 1974. Pág. 132-133
[8] Prada, J. M. Opus cit. Pág. 129
[9] Paul Naschy ‘Memoirs of a Wolfman’ en DVD ‘Dr. Jekyll Vs the Werewolf’ (Mondo Macabro, )
[10] Gómez Rivero, A. ‘La fuerza del mito’ en Transilvania Express 2. Marzo 1981. Pág. 38- 39
[11]Agudo, A. La máscara de Jacinto Molina. ScifiWorld Pontevedra 2009. Pág. 112
[12] Cernuda, P. Opus cit.
[13] Lucas, T. Opus cit.
[14] Brice, A. Entrevista a Shirley Corrigan en The Dark Side. Agosto, 2008.
[15] Alboreca, L. en Quatermass 4-5. Antología del cine Fantástico Español. Astiberri Ediciones. Otoño 2002. Pág. 73
[16] Dallmann, S. M. La marca de Naschy en Fangoria 7. Ed. Zinco, 1991. Pág. 10
[17] Agudo, A. Opus cit. Pág. 350
[18] Prada, J. M. Opus cit. Pág.128-129
[19] Sainz, S. ‘Diálogos de luna llena’ entrevista en Transilvania Express 2, marzo 1981. Pág. 46
[20]Ribot, N. ‘Waldemar Daninsky, la lucha contra los elementos’ en Transilvania Express 2, marzo 1981. Pág. 28
[21] Dallmann, S. M. Opus cit. Pág. 10
[23] Alboreca, L. Opus cit. Pág. 73
[24]Aguilar, C. Guía del Video-Cine. Ed. Cátedra (2000) Séptima edición. Pág. 332
[25] Porto, J. J. y Falquina, A. Opus cit. Pág. 132-133



























































































Últimos comentarios