Archivo
‘Herederos de la bestia’, un homenaje necesario
HEREDEROS DE LA BESTIA (Diego López y David Pizarro, 2016)
España. Duración: 80 min. Guion: Diego López, David Pizarro Fotografía: Albert Calveres Productora: Xevi Subinyà, Xavier Llorca, Xosé Veiga Género: Documental
Sinopsis: Imposible imaginar el cine español actual sin El día de la Bestia. Dos décadas después de su estreno, la película de Alex de la Iglesia sigue siendo el gran referente al que acudir si se quiere mezclar el fantástico más brutal con la tradición española del esperpento. Este documental entrevista al equipo responsable de esa obra maestra y calibra su aún vigente influencia.
Tanto Diego López como David Pizarro son don especialistas sobre cine de género, particularmente español y especialmente de terror. Han publicado libros conjuntamente sobre el tema y si su primer largometraje, el también documental Los perversos rostros de Víctor Isräel nos introducía, mientras repasaba la carrera de este recordado actor de carácter, en el mejor cine de género español de los setenta y en su decadencia durante los ochenta, con Herederos de la bestia nos muestran el renacer del cine fantástico español de los noventa, con lo que sin duda Alex de la Iglesia y particularmente El día de la bestia (1995) tienen mucho que ver. Así lo expresan durante el documental varios de los directores que se sintieron inspirados a dar el salto al largometraje de terror teniendo a Alex de la Iglesia como modelo y ejemplo: Jaume Balagueró, Paco Plaza, Nacho Cerdà, Pablo Berger o Enrique Urbizu.
López y Pizarro como es natural también entran, mediante entrevistas a sus protagonistas (técnicos, actores, y el propio director) en la gestación, rodaje e impacto de la película. De forma muy académica, los diferentes protagonistas explicarán vivencias y anécdotas, intercalando documentación gráfica, escenas de rodaje y unas tomas de transición rodadas por la noche en algunas de las localizaciones más emblemáticas del filme. Con un efectivo montaje que mantiene un hilo narrativo constante, puestos a ponerle un pero, opinamos que quizás las repercusiones del filme sobre toda aquella generación de directores posiblemente habría encajado mejor al final que al principio del documental, pero en cualquier caso deja claro el revulsivo que representó El día de la bestia como punto de partida del renacer del fantástico español.
Pero El día de la bestia es también una película que nos pertenece. Pertenece a esa generación que se educó a base de fanzines, escarbando entre pilas de películas, que se emocionó cuando, durante la décima ceremonia de los premios Goya de 1996, El día de la bestia y sus creadores no solo fueron tenidos en cuenta, tomados en serio, sino que además recibieron el reconocimiento ‘oficial’ recibiendo seis premios, algunos de ellos tan importantes como el de mejor dirección, mejor actor revelación, mejores efectos especiales, mejor dirección artística, mejor maquillaje y mejor sonido. Y no es que esos premios la hicieran más valiosa, pero fueron como una confirmación de que no se trataba únicamente de un asunto de freaks. Estábamos hablando de cine. De buen cine. Y Herederos de la bestia es el necesario homenaje a ese esperpento terrorífico, esa reivindicación de la cultura popular y el cine de género que fue El día de la bestia.
http://https://www.youtube.com/watch?v=R_fiUEz-GCM

Fimucité ofrecerá la película de Lucio Fulci “El Más allá” con Fabrio Frizzi, su autor, interpretando su banda sonora
Los aficionados al terror italiano de los años 80 están de completa enhorabuena. En su undécima edición, el Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (FIMUCITÉ) ofrecerá en el Auditorio Infanta Leonor de Los Cristianos un concierto homenaje al cineasta italiano Lucio Fulci que consistirá en la proyección del largometraje El Más allá mientras tiene lugar la interpretación en directo de la música original del film. Será toda una experiencia “live-to-picture” dirigida por el autor de la banda sonora, el destacado Fabio Frizzi. Esta atractiva y adrenalínica propuesta formará parte de un amplio y variado programa de conciertos y actividades que se desplegará entre el 22 y el 30 de septiembre de este año gracias al patrocinio del Cabildo Insular de Tenerife, el Gobierno de Canarias, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y el Ayuntamiento de Arona.
Este excelente espectáculo musical se ha representado con éxito en numerosas ciudades de Estados Unidos, Reino Unido y otros países, en el marco del Zombie Apocalypse Tour de Fabio Frizzi. La película El Más allá, considerada la obra más importante de Fulci, no es apta para menores por sus escenas de violencia explícita propias del cine de terror italiano de la década de los 80.
El Más allá se ha convertido en un film de culto y algunos rankings la sitúan entre los mejores títulos de terror de la historia. Protagonizada por Catriona MacColl y David Warbeck, se enmarca en un hotel ubicado en Louisana, primero en la década de los años 20 cuando unos sucesos abren un portal que permite el acceso de los muertos al mundo de los vivos, y sus consecuencias décadas más tarde, cuando una joven decide reformarlo y durante las obras ocurren terribles «accidentes».
El concierto, que supondrá la sincronización en vivo de música e imagen, será interpretado por la banda de Fabio Frizzi, formada por Alessandro Errichetti (guitarra), Riccardo Rocchi (guitarra), Federico Tacchia (percusión), Alessio Contorni (teclados), Roberto Fasciani (bajo) y Giulietta Zanardi, una de las más destacadas vocalistas italianas. Frizzi recibirá uno de los premios honoríficos FIMUCITÉ-Antón García Abril de este año en reconocimiento a su carrera. Las entradas para este evento, que tendrá lugar el viernes 22 de septiembre a las 20.00 horas, saldrán a la venta la próxima semana y podrán adquirirse al precio de 5 euros en el Centro Cultural de Los Cristianos, en la taquilla del auditorio y en la web http://www.arona.org/auditorio http://www.arona.org/auditorio .
Antonella Fulci, la hija del cineasta, visitará Tenerife durante el festival para participar en el tributo que prepara FIMUCITÉ coincidiendo con el 90º aniversario del nacimiento de Lucio Fulci (1927-1996) y que se completará con un ciclo retrospectivo de su cinematografía organizado con la colaboración de la Filmoteca Canaria.
Lucio Fulci inició su filmografía con comedias y thrillers criminales, para posteriormente especializarse en las películas de terror, con títulos como “Nueva York bajo el terror de los zombies” (1979), “Miedo en la ciudad de los muertos vivientes” (1980), “Aquella casa al lado del cementerio” (1981) y “El Más allá” (1981). Otros cineastas como Quentin Tarantino o Sam Raimi han reconocido las influencias de Fulci en sus trabajos.
Fabio Frizzi ha compuesto las bandas sonoras de más de setenta películas y varias series de televisión. En su trayectoria ha escrito música para géneros muy diversos, pero el mayor reconocimiento le ha llegado gracias a su larga relación artística con el director Lucio Fulci y el cine de terror.
La programación del XI Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (FIMUCITÉ), que dirige el reconocido compositor y director tinerfeño Diego Navarro, ofrecerá también entre otras propuestas dos conciertos sinfónicos que tendrán lugar en el Auditorio de Tenerife “Adán Martín”, uno de los cuales llevará por título «Espada y Brujería: Crónicas Sinfónicas de una Era Legendaria» y contará con la participación de la premiada compositora y directora irlandesa Eimear Noone al frente de la Orquesta Sinfónica de Tenerife en la interpretación de piezas claves del género, como «Conan, el bárbaro», «El Señor de las Bestias», «Cromwell, Rey de los Bárbaros» y «Cristal Oscuro». Las entradas para este concierto, que tendrá lugar el viernes 29 de septiembre, ya se encuentran a la venta a través de los canales habituales: telefónicamente, en el 902 317 327, en las taquillas del Auditorio (de 10:00 a 15:00 horas, de lunes a viernes, y de 10:00 a 14:00 horas los sábados) y a través de Internet en http://www.auditoriodetenerife.com.
Vamos de cena: Holocausto Caníbal
Vamos a recordar la historia de esa tramposa película, del escándalo que desataron sus imágenes, y de una treta publicitaria tan perfectamente orquestada que, todavía hoy, hay quien piensa que realmente un equipo de televisión fue sacrificado y devorado por una tribu de caníbales en el Amazonas. Y que esas imágenes son las que nos muestra Holocausto Caníbal.
MENÚ DEL DÍA
Discípulo de Rossellini, del que fue asistente de cámara, así como colaborador de otros cineastas como Riccardo Freda y Antonio Margheriti, Ruggero Deodato inicia su carrera como director a finales de los años sesenta realizando películas de género, entre ellas aventuras selváticas como Gungala, la pantera nuda (1968), rodada enteramente en Italia; o de héroes enmascarados como Fenomenal e il Tesoro di Tutankamen (1968), películas ambas que rubricó con un seudónimo tan sonoro como ridículo: Roger Rockefeller. Continua su trayectoria abordando comedia, spaghetti western y poliziesco, hasta que realiza Mundo caníbal, mundo salvaje (Ultimo
Mondo Canníbale, 1977), encargo del que se hace cargo al no poderla dirigir Umberto Lenzi, ocupado con otro proyecto. La película supone un enorme éxito en todo el mundo y todo un antecedente a Holocausto Caníbal. Rodada en localizaciones naturales de Malasia, la cinta cuenta ya con algunos puntos comunes del subgénero caníbal: blanco conviviendo con tribu salvaje enfrentándose a ritos que podríamos calificar como chocantes, entre ellos, naturalmente, comer carne humana. La cinta “Se rodó enteramente en Kuala Lumpur (Malasia) en terribles condiciones climáticas y usando auténticos caníbales. Se me ocurrió la idea al leer un artículo en National Geographic en el que se describía una tribu de aborígenes caníbales que vivían en una cueva en la isla filipina de Mindanao”. Posiblemente sea cierto que a Deodato se le ocurrió la historia mientras leía una revista, pero, viéndola, uno no puede más que detectar claras similitudes entre la cinta de Deodato y Il Paesse del Sesso Selvaggio, que en 1972 rodó Umberto Lenzi en Tailandia, y que inauguró este subgénero. De hecho ambas cuentan con los dos mismos protagonistas, Me Me Lai e Ivan Rassimov, así como un productor en común, Giorgio Carlo Rossi, que también escribió la historia de Mundo caníbal, mundo salvaje, parada obligatoria de Deodato hacia su película más famosa.
PRIMER PLATO: RODAJE
Italia en los años ochenta estaba muy lejos de ser una de las cunas del séptimo arte. De Sica, Fellini, Pasolini y Rossellini habían dado paso a Bava, Argento o Freda y estos a otros directores estajanovistas que igual hacían un tiburón de pega, una cinta apocalíptica con moteros o una de zombis. O todo junto y revuelto. Uno de los subgéneros nacidos al abrigo de esa década fue el cine de caníbales, que se diferenciaba de los otros subgéneros por ser un producto totalmente transalpino. Hasta entonces, los caníbales eran esa presencia feroz
que se adivinaba en las películas de Tarzán, en las que como mucho se nos mostraban unos huesos mondos y lirondos como señales de su exquisita dieta. Todos tenemos en nuestro subconsciente esa imagen caricaturesca de la tribu danzando alrededor de una gran olla con exploradores dentro, pero es a partir de las nombradas Il Paesse del Sesso Selvaggio (1972) de Umberto Lenzi y Mundo caníbal, mundo salvaje (Ultimo Mondo Canníbale, 1977) de Ruggero Deodato, cuando se abrió la veda y se pusieron las cosas peliagudas para los espectadores de estómago débil. De hecho ambos directores radicalizarían posiciones con sus siguientes películas enmarcadas en el subgénero: Lenzi en Comidos vivos (Mangiati vivi!, 1980) y sobre todo Caníbal feroz (Cannibal Ferox, 1981); y Deodato con el film que vamos a analizar, Holocausto Caníbal (Cannibal Holocaust, 1980).
La expedición del Profesor Monroe (Robert Kerman) parte hacia el Amazonas al rescate de cuatro periodistas desaparecidos mientras realizaban un documental. Tras varias peripecias en la jungla, la expedición encontrará el material que rodaron en poder de los Yamamomo, una tribu caníbal que vive en los árboles. Ya en la civilización revisarán el material para realizar con él una serie documental, The Green Inferno, pero desecharán la idea conforme descubran el contenido de las cintas, en las que los periodistas manipulan la realidad a su antojo con tal de conseguir imágenes de impacto. Todo vale para los cínicos reporteros, incluso prender fuego a todo un poblado, violar a sus mujeres y matar sin conciencia. Las últimas imágenes que rodarán las cámaras serán las de su propia ejecución a manos de los Yamamomo. Tras ordenar destruir las cintas, Monroe saldrá a la calle, a la selva de asfalto, preguntándose: ¿Quiénes son los caníbales?
Con tomas realizadas en Nueva York para darle ese aire a película norteamericana que los italianos (y también los españoles) les daban a sus productos para hacerlas pasar por lo que no eran, el grueso del metraje de Holocausto Caníbal está compuesto por lo rodado durante las nueve semanas que el equipo pasó en Leticia (Colombia). Un emplazamiento ideal para lo que tenía Deodato en mente y que encontró en el último momento, justo cuando ya estaba en el aeropuerto a punto de embarcar rumbo a Roma tras una infructuosa búsqueda por toda Colombia. Leticia se encontraba en el Amazonas y era la selva virgen que Deodato necesitaba. Un lugar al que por entonces tan solo podía accederse por avión. Y también un lugar altamente peligroso, pues estaba situado en plena ruta del narcotráfico al formar frontera con Brasil y Perú. Por entonces este emplazamiento era un poblado de chavolas con dos hoteles en el que había electricidad tan solo por la noche gracias a un generador eléctrico. Lo que sí había en abundancia eran cocodrilos, pirañas, arañas venenosas, serpientes, insectos y un calor atroz. Así que el rodaje fue toda una aventura. Y casi improvisada, pues Dedodato no era amigo de seguir planes de rodaje ni storyboards. Su forma de rodar era emocional, abierta a la improvisación y a preparar la escena in situ: “Me leí el guión una vez y luego fui a la mía. Soy muy creativo cuando filmo. Mi maestro, Rossellini, era así”[1].
Los actores que buscaba Deodato tenían que ser lo más anónimo posible. Y estar algo locos también. Su principal objetivo era la credibilidad de lo que se iba a rodar. Era la gran baza del filme, tal y como se demostraría. También se rodaría en inglés, así que se seleccionaron tres de los cuatro actores principales en el Actor’s Studio de Nueva York, con tan buena fortuna que había dos italianos estudiando allí que hablaban perfectamente inglés, Francesca Ciardi y Luca Barbareschi, que fueron reclutados inmediatamente, ya que para que la película tuviera la nacionalidad italiana era imprescindible que contara, al menos, con dos actores italianos. Estos actores interpretaron a dos de los miembros del equipo de periodistas masacrados en la jungla, Faye Daniels y Mark Tomaso respectivamente. El equipo se completó con los americanos Perry Pirkanen (Jack Anders) y Carl Gabriel Yorke (Alan Yates). Cuatro actores que comenzaban su carrera en esos momentos y que cumplirían a la perfección lo que les demandaría el director: encarnar el paradigma de la ruindad humana.
Perry Pirkanen es quizás el más reconocible de los cuatro, ya que aunque su carrera fue breve, estuvo centrada en el cine italiano de género, interviniendo en dos de los títulos favoritos de los degustadores de comida italiana: Canibal Feroz y Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (Paura nella città dei morti viventi, 1980) de Lucio Fulci. Gabriel Yorke tuvo una presencia más prolongada en cine y especialmente televisión, al igual que Francesca Ciardi, que tras más de 20 años alejada de las cámaras, ha regresado al cine en la producción británica de terror DeathWalks (2014) del director Spencer Hawken, que cuenta con la actriz para sus dos nuevo proyectos. Luca Barbareschi es sin lugar a duda el que ha conseguido tener una carrera más prolongada en cine y televisión, incluido un papel en Inferno in Diretta (1985), otra cinta de horror de Deodato. Barbareschi además ha mantenido una segunda carrera en el mundo de la política como parlamentario por el PDL de Sergio Berlusconi.
Los cuatro intérpretes tuvieron que firmar un contrato especial en el que se especificaba que debían desaparecer del mundo del cine durante un año. No presentarse a castings, no visitar productores… Con ello se buscaba, ya desde su inicio, el impacto promocional. Nada fue casual. La intención era hacer pensar al espectador que todo lo que se narraba en la película era cierto y que los ‘periodistas’ habían sido sacrificados por los caníbales en justa venganza. De hecho, los títulos de crédito iniciales solo incluyen técnicos y ningún actor, detalle que pretende darle al filme apariencia de documental.
Ruggero Deodato seleccionó a Robert Kerman porque ya había trabajado con él en Concorde Affaire’79 (1979). Le interesaba por su físico común, justo lo que buscaba para el actor que debía interpretar al profesor Harold Monroe. Lo que quizás no sabía el director es que, como Richard Bolla, Kerman había intervenido en más de cien películas pornográficas, labor que retomaría tras Holocausto Caníbal, siendo uno de los pocos actores provenientes del cine X que mantuvo una carrera en paralelo en el cine convencional. Tras el éxito comercial del filme de Deodato intervino en Comidos vivos y Caníbal feroz (con él ya son dos los actores de esta cinta que coinciden en la película de Lenzi), dos explotaciones del filón abierto por Holocausto Caníbal.
Salvatore Basile, que encarna al rudo guía que lleva al profesor Monroe al poblado de la tribu de los árboles, es un actor italiano nacionalizado colombiano que ha desarrollado una larga carrera en su país de adopción interpretando numerosas telenovelas. También ha ejercido como productor
Pero sin lugar a duda son los caníbales los que brindan credibilidad a la trama. Sin su participación Holocausto Caníbal no habría sido lo mismo. Interpretados por brasileños, colombianos y peruanos, entre ellos también hubo una mujer embarazada y un nutrido grupo de prostitutas, a las que se sumaron, convenientemente camufladas, dos actrices que resultaron totalmente convincentes en sus papeles de nativa, Lucia Costantini y Luigina Rocchi.
Lucia Costantini era la encargada de vestuario de Holocausto Caníbal, función que desempeñó en algunos títulos más, incluido Trampa para un violador (La casa sperduta nel parco, 1980), también de Deodato. A Lucia le tocó realizar el tan memorable como desagradable papel de nativa adúltera, que totalmente cubierta de fango es violada por su compañero con un falo de piedra a la orilla del Amazonas. Posteriormente es asesinada, arrastrada por el lodo y abandonada a la deriva en una canoa. Huelga decir que esta escena fue su primera y única tentativa en el campo de la interpretación. En cuanto a la bella y exótica Luigina Rocchi, su carrera se limita a unos pocos papeles, entre ellos uno junto a Pasolini en Las mil y una noches (Il fiore delle mille e una notte, 1974) y otro en La montaña del dios caníbal (La montagna del dio cannibale, 1978) de Sergio Martino, cinta enmarcada también en este alimenticio subgénero, además de en algunas comedias. Ciertamente no se sabe que papel interpreta, así que se hace extraño que viniera desde Italia para encarnar a una anónima aborigen, aunque lo cierto es que su nombre figura en el reparto que se nos ofrece al final de la cinta.
Entre los actores y las actrices naturales del lugar destaca la joven brasileña que interpreta a la nativa violada por los reporteros.
Recuerda el director que la joven llegó a pensar que realmente iban a agredirla sexualmente, de ahí que casi no pudieran alcanzarla cuando salió a la carrera. También es remarcable la labor del tipo que hace de jefe de los Yacumo, de hecho tan bien lo hizo que se recurrió de nuevo a él para que interpretara al jefe de los Yamamomo. La escena en la que Robert Kerman se baña desnudo en el río no debió haberle resultado muy difícil de hacer en vista de su larga carrera en el cine porno. Las jóvenes que se le acercan desnudas a tocarle fueron reclutadas por Deodato en un lupanar cercano.
Finalmente, y a modo de curiosidad, el propio director hace un pequeño cameo en la película, búsquenlo sentado en la hierba del campus de la N. Y. University, no les será muy difícil.
El rodaje no fue cronológico y en él intervino, como ayudante de dirección, el futuro director Lamberto Bava. En cuanto a los efectos especiales, obra de Carlo Gasparri, resultaron sencillos pero altamente efectivos. La emblemática escena de la chica empalada fue del todo artesanal, se solucionó sentando a la chica en un sillín de bicicleta y haciendo que sujetara con su boca un ligero palo de balsa.

Una imagen iconográfica del cine con un trucaje más que sencillo. Aún así hay quien dice que a la joven nunca se la ha encontrado…
Uno de los factores que contribuyó al gran éxito de la cinta fue la partitura de Riz Ortolani, que compuso una melódica música que contrasta con la violencia de las imágenes que acompaña. Aunque lo cierto es que también realizó otros cortes que añaden tensión a las escenas, como esa especie de latido electrónico o la pesimista melodía que, por ejemplo, puede escucharse cuando el nativo sacrifica a la adúltera. Este interludio musical ha sido recuperado recientemente por Cal Evrenol en su film Baskin (2015).
Resultó ser una gran idea que la película se rodara en 35 mm. y la parte realizada por los reporteros desaparecidos en 16 mm. El cambio de textura de este metraje, al que se le añadieron rallas y sobreexposiciones para darle la sensación de estar dañado, contribuyó a dar credibilidad al bulo.
Ruggero Deodato no recuerda que durante el rodaje hubiera ninguna discusión, según él se desarrolló en un ambiente muy relajado y agradable. Aunque uno no sabe que pensar cuando, según el mismo director, Robert Kerman prefería quitarse de en medio cuando se sacrificaba algún animal o Perry Pirkamen lloró cuando finalizó el rodaje de la escena en la que él y Ricardo Fuentes torturan y destripan una tortuga. También en 2005 Carl Gabriel Yorke declaró en una entrevista que Francesca Ciardi le sugirió que, como ensayo para la escena sexual que tienen ambos tras masacrar e incendiar el poblado nativo, fueran a la jungla y lo hicieran de verdad, a lo que el actor se negó porque tenía novia en Nueva York. Por su parte Ciardi dijo en 2009 que las imágenes sexuales no fueron simuladas y que además, ella y Yorke fueron amantes durante el rodaje.
Por correr rumores, también hay uno, seguramente sin fundamento, que dice que un indígena cayó al río y fue devorado por unas pirañas. Lo que sí parece cierto, ya que hay algunas imágenes que así lo atestiguan, es que se pensaba rodar un ataque de pirañas, pero se desechó la idea por no disponerse de cámaras subacuáticas.
Rumore, rumore, rumore…
Todo sabiamente mezclado, como un buen guiso. 180.000.000 liras (unos 335.000 euros), carne, vísceras, sexo, escenas de impacto y un rodaje documental, dará pié a una película de culto adelantada a su época en varios años a la muerte en directo, a la inmediatez, al found footage y hasta al absurdo ego de las selfies.
2º PLATO: ESCÁNDALO
Una vez finalizada la película, tras un primer pase privado, Ruggero Deodato ya podía esperarse lo que se le vendría encima cuando Sergio Leone, comprendiendo el impacto que tendría, le dijo ‘Querido Ruggero, esta película te hará famoso, pero te traerá problemas con la ley’[2]. No tardarían en llegar.
“Se estrenó en Milán y un terrible juez la confiscó después de haber recaudado cinco millones de euros en diez días y la United Artists se retiró inmediatamente dejándonos tirados. Con la película confiscada no podíamos recuperarla y se debía celebrar juicio, ya que se me acusaba de matar personas y animales. Allí empezó la aventura. Nuestros dos productores buscaron los mejores abogados. Teníamos siete u ocho, que cuando iban a Milán se alojaban en los mejores hoteles”
La acusación de asesinato se demostró fácilmente que era falsa: “A los cuatro actores se les dijo que tenían que esfumarse durante un año. No hacer otras películas. Pero al venir los problemas judiciales hubo que ‘resucitarlos’, para que los jueces vieran que estaban vivos”. Pero por el maltrato animal fueron condenados a cuatro meses de prisión condicional y una multa de 400.000 liras. Lo peor fue que la cinta estuvo incautada durante tres años en Italia, hasta que el tribunal de casación les restituyó la película.
Pero la carrera de Holocausto Caníbal por el mundo, con el eco de sus problemas judiciales de fondo, se puso en marcha. En octubre de 1980 el diario ABC publicaba un artículo de llamativo titulo: “Fueron devorados por los indios”:
“En el Festival de Sevilla, donde se acaba de exhibir, ha provocado conmoción. No es para menos: “Holocausto Caníbal” es una película que, aparte de narrar las terribles prácticas de antropofagia de una serie de tribus amazónicas en el linde entre Perú y Brasil, constituye un documento insólito en la historia del cine, por el trágico destino que corrieron sus realizadores. Ellos mismos fueron asesinados y devorados por los indígenas a los que estaban filmando.”
Con esta noticia se daba crédito a Holocausto Caníbal como real, algo que no podía escaparse a la sensacionalista revista Interviú, que en su número 235, publicado en noviembre de ese mismo año, recogía el popular reportaje gráfico que perpetuaría en España el bulo de Holocausto Caníbal, calentando de paso al público para el estreno que tendría lugar en nuestras pantallas tan solo tres semanas después. La película, exhibida íntegra pero con la clasificación ‘S’, que advertía que ‘por su temática o contenido puede herir la sensibilidad del espectador’, consiguió, como no podía ser de otra manera, un gran éxito. En Inglaterra, donde The Sun también había difundido el bulo, la película se estrenó directamente en video. Por su parte en Francia sería la revista Photo, en su número 160 (enero 1981) la que difundiría el carácter ‘real’ del metraje rodado por los cuatro desafortunados periodistas, estrenándose en abril de ese año, pero con nueve minutos aligerados de su metraje.
Progresivamente fue estrenándose en el resto del mundo, llegando tres años después a las pantallas italianas por los mentados problemas judiciales. Si en el primer y breve estreno en febrero de 1980 la censura había retocado la escenas de la adúltera, la de la tortuga y la castración de uno de los reporteros durante la matanza final, al volver a las salas en 1983, se le realizaron algunos cortes adicionales, concretamente a la escena en que los nativos matan a Faye Daniels (Francesca Ciardi), posiblemente por algunos de los desnudos. En Estados Unidos se estrenó en 1985 y en Japón en enero de 1983, desbancando del título de película más taquillera a E.T. el extraterrestre (E.T. the Extra-terrestrial) de Steven Spielberg.
Aunque como hemos visto pudo probarse rápidamente que no se había sacrificado a los actores, la polémica prosiguió respecto a la matanza de animales, algo de lo que Deodato siempre se defendió esgrimiendo el mismo argumento: “Los animales fueron matados por los propios indios, para comer. Yo simplemente les seguí en sus cacerías (…) Yo no dirijo documentales, lo que hago son historias reales con actores profesionales”. Algo que no es del todo cierto, ya que Luca Barbareschi mata de un tiro a un pequeño cerdo y Perry Pirkamen colabora en torturar y destripar a la tortuga junto al también actor Ricardo Fuentes, que en otro momento del filme sacrifica un pequeño coati. Pero desde luego estamos hablando de otros tiempos. Actualmente con las leyes de protección de los animales, sería imposible realizar estas escenas, de las que Deodato ha llegado a renegar “Si la rodara ahora quitaría la violencia a los animales. De joven para mi era normal ver en el pueblo la matanza del cerdo. Todo el mundo se reunía para la matanza, pero ahora solo vemos a los animales muertos en el supermercado. Antes todo era diferente. Mi hijo no quiere ver cosas muertas Tampoco quiso ver a mi madre muerta”. Justificándose recurriendo, nuevamente, a su maestro: “(…) puede decirse que este realismo y el de mis otras películas lo he aprendido de mi primer maestro, Roberto Rossellini.”
POSTRE: LEGADO
Ruggero Deodato ha contado en diversas ocasiones que rodó su película como respuesta a la violencia que mostraba diariamente la televisión, de la que culpaba a los periodistas: “Hice Holocausto Caníbal porque Italia estaba bajo la presión de las Brigadas Rojas y mi hijo veía todos aquellos muertos por la televisión y me pedía que la apagase. Además, perdí a mi mujer en ese momento y empecé a preguntarme porqué los periodistas hacían aquellos reportajes. Metí en una película todo mi odio hacia la sociedad. Yo no soy violento, pero me encontraba en un momento difícil de mi vida. (…) Holocausto Caníbal condena a los periodistas que hacen lo indecible por conseguir un scoop”[3].
Esta explicación del director nos resulta algo forzada, primero por condenar al mensajero, que se encarga de difundir las noticias, sean buenas o malas, pero noticias reales al fin y al cabo. Pero también, y lo que es peor, cínica, ya que para su supuesta denuncia, Deodato no duda en utilizar los mecanismos del cine exploitation: “Como en muchas películas de este tipo, se pretende condenar lo que se explota. Los periodistas son presentados como villanos que no deberían haber rodado las imágenes que el propio Deodato y otros nos venden[4]”. Así que quizás sobra el tono didáctico que ofrece sobre la labor periodística. Además, bajo nuestro punto de vista lo que se ataca, de forma involuntaria si quieren es, más que el sensacionalismo televisivo, un tipo de cine que desde los años sesenta se venía exportando con gran éxito desde Italia a todo el mundo, el denominado cine Mondo.
Mondo Cane (1962), cinta de Jacopetti, Cavara y Prosperi de la que Ruggero Deodato se ha declarado admirador[5], inauguró este crudo subgénero basado en documentales de estilo hiperrealista y contenido morboso que revela sin tapujos la crueldad del medio natural, valiéndose también de duras escenas de matanzas, rituales y ejecuciones. Adios África (Africa Addio, Jacopetti y Prosperi, 1966) exhibe “en sus primeros minutos los restos de un anciano comido por sus propios hijos en una suerte de rito fúnebre ciertamente radical”.[6] En Hombres salvajes, bestias salvajes, “se nos muestra con todo lujo de detalles la ejecución de un indígena del Amazonas por parte de una banda de encantadores mercenarios. El indio es castrado vivo y descuartizado ante la cámara”[7]. Un documento que Daniel Ausente confirma como falso en una cinta “acusada de acordar la hora de un fusilamiento”[8] para poder rodarlo en buenas condiciones e incluirlo en su metraje. En un momento de Holocausto Caníbal se nos enseñan escenas de un supuesto documental anterior rodado por los ficticios periodistas, ‘The Last Road To Hell’ momento en el que Deodato muestra unas imágenes, mecidas con la dulce melodía de Ortolani, de ejecuciones reales tomadas en Nigeria y el sudeste asiático, con excepción de una toma ficticia rodada por el propio director. Otras escenas como la de Monroe bañándose desnudo en el río o el rito del aborto estaban basadas en otras similares pertenecientes a otro mondo, Sabana violenta (Savana violenta, Antonio Climati y Mario Morra, 1976).
Así que si algo se denuncia en Holocausto caníbal son las tretas y la manera de hacer del cine mondo, las prácticas de esos sensacionalistas buscavidas que recopilaban y exhibían crudamente las escenas más horribles que podían encontrar, aunque tuvieran que manipularlas, provocarlas e incluso falsearlas, todo en aras de conseguir el impacto más fuerte sobre el morboso espectador. Una forma de mostrar, directa al estómago, que influyó decisivamente en Holocausto Caníbal y en todo este subgénero transalpino, abriendo la veda del exterminio sádico de animales, habitual en el mondo y que ha persistido, de todas las imágenes que pueden verse en Holocausto Caníbal, como único tabú, una vez desenmascarada su falsedad como documental. Bien cierto es que, como no se ha cansado
de decir Deodato, los animales fueron sacrificados y comidos por los nativos, pero escenas como la tortura y destripamiento de la tortuga, revuelven las tripas y buscan ofender al más audaz de los espectadores.
En todo caso Deodato se muestra satisfecho con la película que le inmortalizó: “Holocausto Caníbal es un film espléndido. Incluso visto hoy no comprendo como lo dirigí tan bien. No podría haberlo hecho mejor[9]“. Aunque para él no sea una película de terror, “No la considero una película de terror, es una película realista Y por esto es muy eficaz. Una simple película de terror no habría tenido tanta publicidad ni habría suscitado tantísimo interés[10]”. Un interés quizás basado en la posible existencia de las denominadas películas snuff, de cuya existencia el director no duda: “Son películas clandestinas que ningún director profesional podría soñar con hacer. Yo nunca he visto una, pero desafortunadamente existen. Forman parte del vil mercado pornográfico y yo no tengo absolutamente nada que ver con esas cosas. Por eso detesto que me llamen ‘Monsieur Caníbal’ y hago todo lo que puedo para escapar de este apodo”[11].
Para Mike Hostench y Jesús Martí, Holocausto Caníbal “es una película que tiene muchos paralelismos con otra gran obra de lo perverso: Saló o los 120 días de Sodoma. Rueggero Deodato, al igual que Pasolini, construye una gran alegoría sobre la opresión del poderoso sobre el débil (…) Ambas tienen una gran virtud: la de provocar asco y repugnancia y, a la vez, una fascinación que impide apartar por un segundo los ojos de la pantalla.[12]”
Lo que sí hay que concederle a Holocausto Caníbal es el merito, como pieza fundamental e innovadora, de haber iniciado un nuevo lenguaje cinematográfico, el del falso documental basado en imágenes halladas en cintas roídas, en mal estado, rodadas descuidadamente, sin montar, en estado puro, sin pulir, que nos descubren otra realidad, un horror ‘real’. El equivalente cinematográfico
a los diarios secretos, a los libros de bitácora. Junto al profesor Monroe iremos descubriendo lo que lleva a los caníbales a desatar su terrible venganza. Y esta misma caja de Pandora de la que Deodato dejó escapar unos fotogramas malditos, es la que quisieron reproducir los dos jóvenes directores de El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999), Daniel Myrick y Eduardo Sánchez.
La cinta de Deodato, actualmente película de culto en todo el mundo y reeditada en lujosas ediciones en formato doméstico, fue durante un tiempo olvidada por los espectadores, a excepción de los aficionados al cine de terror. Así que cuando se estrenó El proyecto de la bruja de Blair, precedida por una poderosa campaña viral, estos mismos aficionados la reconocieron como copia de algo que Deodato ya había realizado 20 años antes, situándose así Holocausto Caníbal, sino como buque insignia, sí como fundador de este moderno subgénero denominado found footage, nacido gracias a la irrupción de la tecnología digital que ha facilitado que casi cualquiera con un teléfono y muy mal pulso, pueda realizar su película ofreciendo, como podemos ver en esta misma publicación, tanto obras interesantes, como piezas deleznables.
A día de hoy Ruggero Deodato vive especialmente de Holocausto Caníbal, a pesar de que, como hemos visto, le causa cierto fastidio, al igual que a Lenzi con Caníbal feroz, ser recordado y homenajeado por su sangrienta cinta. Pero ambos se dejan querer. Hagan lo que hagan sus películas se han convertido en obras de culto. Y aunque a Deodato le moleste lo de Monsieur Caníbal, si Eli Roth le llama para realizar un cameo en Hostel 2 (2007), como exquisito gourmet de carne humana, Ruggero encantado lo hace. Porque el director italiano también tiene un buen sentido del humor.
CHUPITO FINAL
En una ocasión tuve la suerte de cenar con Ruggero Deodato y pedí a ciegas lo mismo que él. Pensé que quizás el ágape se convertiría en una orgía cárnica de filetes rebosantes de sangre, pero mi sorpresa vino cuando nos trajeron un plato de espárragos a la brasa. Estuvieron tan deliciosos como la conversación, centrada en Frank Capra.
[1] Las declaraciones de las que no se especifica su origen, pertenecen al director y están extraídas de la pista de audio-comentario de la edición española en DVD editado por Manga Films.
[2] Palmerini, Luca M. y Mistretta, Gaetano. Spaghetti Nightmares. Fantasma Books, Estados Unidos, 1997.
[3] Balagueró, J. “Caníbales ¡El cine que muerde!” Zineshock 2. Barcelona, Primavera 1992.
[4] Phil Hardy ‘The Aurum Film Encyclopedia” recogido en Fantasy Film Memory 1: Ruggero Deodato. Francia, julio 1990.
[5] Tanto que incluso quiso contar con Riz Ortolani, compositor de su banda sonora, para Holocausto Caníbal.
[6] Balagueró, J. “Caníbales ¡El cine que muerde!” Zineshock 2. Barcelona, primavera 1992.
[7] Balagueró, J. ”Snuff” en Zineshock 2. Barcelona, primavera 1992.
[8] Lardín, R. (Coord.) Ven y mira. El cine fantástico y de terror en la zona prohibida. Semana de cine fantástico y de terror de San Sebastián. 2011
[9] Palmerini, Luca M. y Mistretta, Gaetano. Opus cit.
[10] Serrano Cueto, J. M. ‘Ruggero Deodato, en busca del realismo perdido’ en Quatermass nº 7. Antología
del cine fantástico italiano. Noviembre de 2008. Edita Retroback, Séptimo vicio y Quatermass.
[11] Palmerini, Luca M. y Mistretta, Gaetano. Opus cit.
[12] Hostench, M. y Martí, J. Pantalla de sangre. Valencia, Midons Ediciones, 1997.
Tres días de tributo a Bigas Luna en el Cine Texas (Barcelona)
Los cines Texas, en colaboración con la Universidad de Durham (Reino Unido), una de las universidades más importantes y prestigiosas, con una gran reputación y resultados reconocidos internacionalmente en investigación y educación, celebrarán los días 12, 13 y 14 de diciembre la carrera del internacionalmente aclamado director de cine Bigas Luna. El homenaje incluirá la proyección de 4 de sus películas más conocidas, con presentaciones de académicos internacionales especialistas en su trabajo.
Este homenaje al famoso director catalán, fallecido en 2013, es parte de una serie de eventos organizados por la hija del director, Betty Bigas y el investigador y profesor de la Universidad de Durnham, Santiago Fouz Hernández, que comenzaron en San Francisco en marzo de 2015 y que continuaron en Newcastle. Barcelona es la tercera ciudad en este tributo internacional, que continuará en Los Ángeles en 2017.
Las proyecciones tendrán lugar en los Cines Texas (C / Bailén, 205) en la Sala 3, de nombre Bigas Luna, dedicada al famoso director y el precio de la entrada será de 3 €.
Lunes 12 de diciembre:
20:00 h.– Se proyectará Jamón, Jamón (1992), con presentación de Santiago Fouz Fernández, profesor titulado de la Universidad de Durnham en el Reino Unido y co-organizador del evento. Tras la proyección, el público asistente será invitado a vino, cava y cerveza por gentileza de Vallformosa y Moritz y también a degustación de jamón.
Martes 13 de diciembre:
20:00 h. Huevos de Oro (1993) y a las 22:30 h. La teta y la luna (1994), presentada por el catedrático Alfredo Martínez Expósito, de la Universidad de Melbourne en Australia, completando así la famosa trilogía de «Retratos Ibéricos» de Bigas Luna.
Miércoles día 14 de diciembre:
20:00 h.- Versión restaurada de Bilbao (1978), una película clave en la filmografía del director, protagonizada por Isabel Pisano y Ángel Jové. La película será presentada por la catedrática Carolina Sanabria, de la Universidad de Costa Rica, autora del libro Bigas Luna, el ojo voraz (2010).
http://https://www.youtube.com/watch?v=ZeTyNNzI5Z4
Para más información: http://www.bigaslunatribute.wordpress.com
Sitges 2016 ofrecerá ‘Herederos de la Bestia’ el esperado documental de Diego López y David Pizarro
|
||||||
|
El dia que King Kong llegó a España
Sí, Kong llegó y bastante puntual, por cierto. Pero no piensen que el gran mono lo tuvo fácil cuando desembarcó en nuestro país Aquí hubo opiniones de todo tipo y la crítica no se lo puso del todo fácil al enamoradizo primate. Y eso que la situación en España entonces, al igual que ahora, no estaba para echar cohetes y lo que hacía falta era eso, puro entretenimiento. Pero bueno, el respetable sí que parece que se rindió al gran Kong, La 8ª maravilla del mundo, ya desde su desembarco en el madrileño cine Avenida de Madrid el 9 de octubre de 1933 (siete meses más tarde que en USA) y después, el 20 de noviembre en el Tivoli de Barcelona. Y no crean que destaco estas dos plazas por sectarismo, sencillamente lo hago por tratarse de los dos lugares de los que he podido recabar información.
La llegada de Kong, al igual que sucedió en todo el mundo, fue anunciada en España con bastante antelación al estreno. En un artículo acertadamente titulado “Una extraña película” publicado en La Vanguardia del 13 de diciembre de 1932 se hablaba del rodaje, casi secreto, de King-Kong en los estudios RKO. Se aseguraba que se trataría de una película que daría ocasión de presenciar trucos técnicos y efectos fotográficos jamás vistos en el cine, y se aprovechaba para narrar detalladamente el argumento del film. Se desbarataba la historia, si, pero no solo eso ya que, a pesar de que el autor indicaba que: “Nadie conoce aún cómo es ni como aparecerá ‘Kong’ sobre la pantalla. Cada uno lo imagina a su manera, y en ello está uno de los grandes secretos que mantienen la curiosidad popular en torno a esta producción extraña…”[1]. No le tembló el pulso cuando en un momento de la narración describía a Kong como “una especie intermedia entre el hombre y el mono, de una estatura no menor a siete metros, de una fuerza y una agilidad de acuerdo a su tamaño”[2].
Un mes antes del estreno se publicaron más notas en la prensa española, en este caso provenientes de la prensa argentina, en cuyo diario, La Razón, se alabó la impresionante factura técnica de la producción, aderezando el texto con unas gotas un tanto políticamente incorrectas. Pongan acento porteño y lean un extracto de la reseña:
“Reviviendo la fábula de «La bella y la bestia», los directores de «King Kong» aprovecharon la idea para convertirla en una cinta de grandes vuelos. «King Kong», el monstruo gorila que había desafiado los siglos, soberano absoluto en su milenario reinado, vencedor de épicas luchas con otros seres prehistóricos no menos gigantescos y feroces que él, es derrotado por una delicada mujercita. Juguete en sus descomunales garras. «King Kong» no había visto en su prodigiosa vida más que las negras hijas de la tribu, que compartían con él la existencia en la fantástica isla. La expedición de los hombres blancos, los primeros de esta raza que hollaron aquel reino desconocido, trajo la única arma que podía vencer definitivamente al monstruoso animal, una mujer rubia y blanca, encarnada por la gentil Fay Wray. Fascinado por aquella visión, siente brotar en su pecho gigantesco una pasión que lo domina y lo vence. Y cuando en pleno centro civilizado, en pleno Nueva York, «King Kong» huye con la bella, las escenas más emocionantes, más audaces, de más atrevida técnica se suceden colocando a esta cinta en una situación tan elevada que dudamos que durante mucho tiempo la cinematografía pueda producir una obra mecánica comparable con «King Kong»”[3].
Suena adorable eso de “obra mecánica” ¿no les parece?
Ya con el inminente estreno del film en Madrid, se realizó un pase privado que despertó gran entusiasmo entre los asistentes:
“Hace unos días, en la sala de pruebas que posee la casa S. I. C. E., distribuidores en España del material R. K. O., ha sido pasada de prueba a varios empresarios la producción «King-Kong». Cuantos han asistido a dicho acto comentan favorablemente los muchos valores que contiene esta cinta, y han declarado que es una de las películas más excepcionales que se presentarán durante esta temperada. La técnica que ha sido preciso desarrollar en este film, para la reconstrucción de los monstruos antediluvianos, es de un perfeccionamiento que asombra, y su acción dinámica, repleta de una emoción difícil de igualar, tiene en suspenso el ánimo del espectador hasta la última escena, en la que el enorme gorila destruye a uno de los aeroplanos que han salido en su persecución, resulta de un efecto tan fantástico que bastaría ella sola para catalogar a esta película como una de las producciones más grandes que ha realizado el cinematógrafo”[4].
El ambiente estaba perfectamente caldeado y preparado para la llegada del gran Kong. A la información que la prensa diaria dedicó a la película se sumó la de las numerosas revistas sobre cine que se publicaban en la España de la época. Pero nada daba una idea de las colosales proporciones de la película que se avecinaba.
Poco después se produjo el estreno en Madrid, tal y como hemos mencionado, el día 9 de octubre de 1933, despertando elogios inmediatos:
“(…) La Radio Pictures nos presenta una nueva modalidad cinematográfica con la magia de la técnica mecánica puesta al servicio de una fábula impresionante y dramática que nos recuerda la encantadora obra de Jonathan Swift «Viajes de Gulliver».
(…)El viaje a la isla desconocida y misteriosa, las ceremonias de sus habitantes, la cacería para capturar a la bestia, la huida de ésta en la ciudad civilizada, sembrando el pánico y el terror por todas partes y por último su ascensión a la torre del Empire para depositar en la cornisa de su remate a la muñeca de carne y hueso que le fue arrebatada para caer en su poder de nuevo, son episodios de «King Kong» de una gran novedad artística, de una fantasía cinematográfica digna de la admiración de los entusiastas y de los profanos de la pantalla, lo mismo que de la ovación con que fue recibida por el público”[5].
Cuarenta y dos días después también la crítica y el público de Barcelona pudieron ver por si mismos el film que tanto interés estaba suscitando.
Pero provocó opiniones encontradas:
“Todo lo que ocurre aquí es sencillamente inverosímil. Lo sabemos tan de antemano que cuando ante el espectador desfilan las primeras escenas, el que se retarde la presencia de lo absurdo le sienta como una desilusión. No importa; porque lo maravilloso se prodiga tanto y tanto en «King-Kong» que la impaciencia se vuelve fácilmente en obsesión. No es nuevo jugar con animales antediluvianos—en algunas partes hemos leído «antidiluvianos»—en la pantalla (…) En «King-Kong» esos animales forman el fondo o el ambiente de un puñado de escenas de interés, en que vemos desfilar aparatosos y solemnes, una porción de reconstrucciones animales prehistóricas: desde los «tricepatops» hasta el «pterodáctylo», pasando por el impresionante «diplodocus», a los que quita intensidad emotiva la casi familiaridad con que el público se los mira.
Pero hay una novedad decisiva en «King Kong», que constituye, por cierto, el eje de la obra: es ese «King Kong», ese simio gigante o lo que sea, digno de la imaginación de un Julio Verne un poco más atormentado que el de «Los hijos del capitán Grant» y, sobre todo, de la técnica americana del cinema.
(…) Todo en esta película es grandioso, imponente, y cae sobre el espectador como una pesadilla en la que la fuerza ciega de la naturaleza luchase a brazo partido con el hombre y con su civilización.
El tema es ya de por si interesante, y no es otra cosa que esa lucha. Y la película es, de verdad, un alarde de técnica, con sus defectos graves y con sus aciertos definitivos. Hay momentos en que King-Kong nos descubre, por sus sacudidas bruscas, lo artificioso de su contextura; pero a pesar de todo, logra impresionar puesto en acción, más que por él mismo, por su significado de fuerza ciega e indomable. Hay que destacar como bien realizadas las escenas del asedio aéreo, que tienen su emoción, y, en general, a los protagonistas de la obra -Fay Wray, Robert Armstrong y Bruce Cabot—así como la sonorización, que era difícil y que aparece bien realizada.
«King Kong» es seguido por el público con un singular interés y emoción”[6].
Aunque el responsable de la crónica se muestra bastante exigente con los trucajes, en general deja más que bien una película que, dos días después, todavía hace correr ríos de tinta a más de un crítico maravillado ante lo visto en la pantalla del barcelonés cine Tivoli:
“No nos engañaba la prensa americana cuando nos aseguraba que esta temporada sería pródiga en avances cinematográficos. El film (…) es un paso de gigante en el orden de la técnica; «King Kong», es un alarde asombroso de como la técnica del cinema puesta al servicio de la fantasía, puede realizar los milagros más increíbles.
(…)Toda la riqueza escenográfica, toda la riqueza de conjuntos se ponen a contribución para la pintoresca presentación del pueblo primitivo que bastaría para ambientar una espléndida aventura cinematográfica. Pero esto no es más que un brillante prólogo. Lo insólito es la seudo reconstrucción de la vida en el planeta tal y como debió ser antes de que el hombre hiciese en él su aparición. Los bosques de plantas colosales, las lagunas sin límites, saurios y reptiles de monstruosas dimensiones y espantable aspecto aparecen ante la asombrada vista del espectador como algo alucinante…
En estos dominios vive «King Kong» el descomunal gorila, al que los salvajes del cercano poblado rinden el tributo de las más bellas mujeres. Fuera flaco servicio para el lector revelarle el desenlace de la extraordinaria aventura de la bella Fay Wray, baste decir que «King Kong» siguiendo a su adorable y leve presa, destruye el poblado de los indígenas y que más tarde en Nueva York, siembra el espanto, destruyendo coches, aviones y edificios como si fuesen para el simio gigante lo que para nosotros castillos de naipes. Al final el monstruo es vencido más que por la fuerza por la belleza. ¿Qué más podría fingir y cómo lo fingirá mejor el cinematógrafo? Hasta ahora lo que en «King Kong» crea y alienta es un milagro insuperable”[7].
Pese a no querer revelar el desenlace de la historia, el responsable de la anterior crítica casi llega a desvelarlo en su totalidad movido por el entusiasmo. Y si entusiastas fueron las críticas positivas, también lo fueron las negativas, basadas sobre todo en defectos técnicos, pero también en la supuesta falta de cierta verosimilitud para una historia que a fin de cuentas es pura fantasía. Tampoco puede evitar algún crítico, como sigue sucediendo ahora, ver este tipo de cine desde una supuesta superioridad intelectual. Sebastià Roig en su magnífica obra, Els malsons dels nostres avis (Las pesadillas de nuestros abuelos) recogió algunas de estas reseñas. Disfruten de lo caducas que han quedado en su mayor parte:
“(…) una técnica prodigiosa puesta al servicio de unos temas que, de tan refinadamente pueriles, naufragan en la extravagancia (…) Y es que todas esas aventuras fantásticas y extravagantes (…) no dan en ningún momento la sensación de realidad. Todo hace olor a estudio. La trampa se mastica constantemente. Todos esos monstruos no son otra cosa que muñecos mecánicos. Sus movimientos bruscos son como de dibujos animados mediocres. Y se adivina fácilmente que estos monstruos, como los personajes de los dibujos, se mueven gracias a la yuxtaposición de imágenes, cada una de las cuales es la fase de un gesto”.
“(…)Los espectadores cultivados no encontrarán en King Kong (…) el matiz, el detalle que se busca en una obra artística. Todos estos trucos (…) solo les harán sonreír en lugar de emocionarlos. Una película así solo puede satisfacer e impresionar a un público popular y fácil. Le auguramos mucho éxito en cines de barrio y pueblos, donde encontrará la calurosa acogida que el teatro Tivoli le niega”. [8].
“King Kong tiene, al igual que una fábula clásica, su moraleja. Es la bestia vencida por la bella. No es este el aspecto más verosímil de un film tan cargado de cosas inverosímiles La verdad, entre King Kong y Fay Wray hay una diferencia de tamaño tan enorme, que la posibilidad de darse una pasión, digamos extática, por no decir erótica, aparece como un máximo reto al más elemental sentido común”
“(…) King Kong gesticula de una manera inconfundiblemente mecánica que delata la presencia de un autómata allí donde se necesitaría una bestia para hacerlo creíble”[9].
“En King Kong se tiene la sensación de encontrarse en la entrada de un nuevo mundo cinematográfico, repleto de posibilidades, pero como en la infancia de todo nuevo mundo, imperfecto y, en cierta manera, rudimentario”[10].
“El movimiento de los monstruos y especialmente de Kong, la brusquedad de su caminar, dejar entrever claramente su construcción mecánica, y por consiguiente es muy natural que el público no pueda sentir la emoción si el truco está tan claro”[11].
Un crisol de críticas de todo tipo para una película que continuó circulando en salas hasta el inicio de la contienda que azotaría España y que dejaría su propio rastro de destrucción muy pocos años después. Durante esos años previos a la guerra civil, King-Kong se exhibiría como único plato, pero también compartiendo programa doble acompañada en muchos casos de otra producción R.K.O., Los gángsters del aire (Parachute Jumper, 1933 Alfred E. Green), un film de aventuras para lucimiento de Douglas Fairbanks Jr., en el que fue secundado por una ascendente Bette Davis.
Pero no había abandonado King-Kong todavía las carteleras cuando se informó que el enorme gorila tenía descendencia, tal y como pudo leerse, muy apropiadamente, en la sección «Chismorreo Hollywudense» de La Vanguardia: «¿Sabían ustedes que Kong tuvo un hijo?… ¿No?… Pues le verán en la nueva película de aventuras, «El hijo de Kong», en la que aparecerá el retoño del formidable gorila, pero en vez de Fay Wray la heroína será Helen Mack. Robert Armstrong, Frank Reicher y el «chinito», continúan interpretando los mismos papeles que iniciaron en la sensacional cinta «King Kong»»[12]
Y en enero de 1935 el albino vástago de Kong asomó su cabeza por España, aunque parece ser que sin conseguir que el público olvidara a su añorado padre, como demuestra esta crítica publicada al día siguiente de su estreno en Barcelona, en la que incluso el autor se permite descubrirnos sus conocimientos de boxeo (o de su jerga). Toda una delicia:
«El hijo de Kong» es un remedo, en menor escala, y resuelto de distinta manera, de la anterior cinta (…) La primera mitad del film no deja adivinar, por lo vacilante y vulgar, la forma que toma la acción en el resto del film, es decir, desde que ésta transcurre en la isla polinésica—made in Hollywood—donde mora «el hijo de Kong» y una serie de animales antidiluvianos, diseñados y construidos en los estudios. A partir de este momento, el film cobra un tono irónico (de no haberse hecho adrede hubiera podido ocurrir lo propio), que constituye un evidente acierto. Los monstruos se acometen con «uppercuts» y «swings» y por último un terremoto sepulta la isla en el océano, pereciendo el hijo de Kong y dejando ya al director del film definitivamente imposible, por falta de descendencia, para una tercera edición sobre el mismo tema.
Buen film en su aspecto técnico»[13].
Y nos quedamos sin Kong durante una larga temporada, ya que aunque tras la guerra civil es posible que circulara alguna copia por salas, no hay constancia de que se reestrenara hasta mediados de los años sesenta, concretamente en 1965, año en el que Rey Soria Films puso en circulación de nuevo en cine King Kong, pero cometiendo el agravio de utilizar, por aquello de modernizar la cosa, el cartel de una película británica que se basaba (por no decir que plagiaba) a nuestro inmortal simio: Konga (1961, John Lemont). Eso sí, al cartel se le realizaron unos sutiles cambios, siendo el más significativo el de sustituir el emblemático Bing Beng por el Empire State Building, pero dejando los característicos autobuses ingleses de dos pisos.
La reposición fue recibida con cierto cariño:
««King Kong» es una de las películas «de miedo» cuyo interés ha sobrevivido al paso de los años. En el «Ciclo de cine del terror» proyectado en el último Festival de San Sebastián, fue una de las que llamaron más poderosamente la atención. Ya unos meses atrás la película había sido extraída de los archivos y vuelta a proyectar en las pantallas comerciales de diversos países, al parecer con éxito. (…) El guión está realizado hábilmente, y para llevarlo a cabo se ha empleado una enorme cantidad de recursos técnicos, muchos de los cuales todavía sorprenden por su audacia y perfección. Aun cuando la película fue realizada en 1933, conserva todavía incentivos que la hacen estimable. Naturalmente que este género de cine requiere no ser demasiado exigente y aceptar lo convencional con una relativa manga ancha. De todos modos, lo importante es que la película continúa interesando»[14].
Y hubo más reestrenos en salas comerciales (como el de 1982, posiblemente el último) pero el filme, que muchos en su momento ya disfrutamos y descubrimos en televisión, reclamaba su lugar en filmotecas caseras, primero en forma de cinta VHS (cuando no en Súper-8) y más tarde en formato digital.
De lo que no hay duda es que la película King-Kong es pura historia del cine y su personaje un icono del siglo XX. Y sí, aunque el tamaño hacía imposible “la posibilidad de darse una pasión, digamos extática, por no decir erótica” entre el simio y la chica, la historia y el puro espectáculo que representó y sigue representando, ha resultado ser inmortal e inolvidable y motivo de culto entre varias generaciones de amantes del cine.
NOTAS
[1] “Una extraña película” en La Vanguardia del día 13 de diciembre de 1932. Pág. 17.
[2] Íbidem. Pág. 16-17.
[3] “Ecos y noticias” en La Vanguardia del día 5 de mayo de 1933. Barcelona, Pág. 17
[4] “Los comentarios que ha suscitado ‘King-Kong’” en La Vanguardia del día 11 de octubre de 1933. Barcelona, Pág. 11.
[5] Crítica de El Heraldo, citado en “La prensa madrileña, sobre el estreno de King Kong” en La Vanguardia del día 7 de noviembre de 1933. Pág. 18.
[6] “King-Kong. Una fantasía cinematográfica de la R.K.O” por J. Ruiz de Larios en La Vanguardia del martes 21 de noviembre de 1933. Pág. 15.
[7] La Vanguardia, 23 de noviembre de 1933. Pág. 12.
[8] Sebastià Gasch en L’Opinió citado por ROIG, S. Els malsons dels postres avis. Ed. Dux, Barcelona 2006. Pag. 60-61-62-63.
[9] Josep Palau en Mirador, citado por ROIG, S. en Opus cit. Pag. 60-61-62.
[10] Àngel Ferran en La Publicitat, citado por ROIG, S. en Opus cit. Pág. 61.
[11] El de la fila 12 en La Humanitat, citado por ROIG, S. en Opus cit. Pág. 62.
[12] La Vanguardia, miércoles 24 de enero de 1934. Pág. 13.
[13] S. M. en La Vanguardia del martes, 29 de enero de 1929. Pág. 17.
[14] A.M.T en La Vanguardia del sábado 6 de noviembre de 1965. Pág. 51.
Bruce Lee The Game of Death
Director: Robert Clouse. Producción: Raymond Chow. Guión: Robert Clouse. Fotografía: Godfrey A. Godar. Montaje: Alan Pattillo. Música: John Barry. Efectos especiales: Anthony Matt.
Reparto: Bruce Lee, Colleen Camp, Dean Jagger, Gig Young, Robert Wall, Dan Inosanto, Kareen Abdul-Jabbar, Mel Novak.
ARGUMENTO: Billy Lo (Bruce Lee) sufre un intento de asesinato por parte de unos mafiosos. Todos lo creen muerto, así que de esa forma podrá vengarse de todos ellos, no sin antes enfrentarse a varios especialistas en diferentes artes marciales.
Muchos de los que éramos niños en los setenta nos quedamos huérfanos cuando murió Bruce Lee tras solo protagonizar cuatro películas de acción. Por muchos imitadores de nombres tan exóticos como Bruce Li o Dragón Lee que nos pusieran delante no nos podían engañar. Había muerto el mejor.
Las productoras intentaron aprovechar el tirón desempolvando y estrenando en salas viejas series como The Green Hornet, con la que en los sesenta se intentó renovar el éxito obtenido por la serie Batman, en este caso con Bruce como Kato, ayudante/sirviente del héroe Britt Reid (Van Wiliams), junto al que luchaba contra el crimen dando algunas patadas voladoras e incluso luciendo un, por entonces, exótico nunchaku.
Pero nada nos podía consolar.
Game of Death debía haber sido la segunda película dirigida por Bruce Lee tras El furor del Dragón, film muy recordado por contener el épico combate contra un por entonces imberbe Chuck Norris en un Coliseum reproducido en los estudios de Hong-Kong. Sin duda Game of Death era su proyecto más ambicioso, ya que enfrentaría su arte de lucha, el Jeet Kune Do, contra otras artes marciales tradicionales. Pero decidió interrumpir el rodaje cuando recibió una oferta que no pudo rechazar proveniente de Warner Bros: El rodaje de Operación Dragón, film con el que por fin apostaban los grandes estudios de Hollywood por él como protagonista.
Y Operación Dragón fue un gran éxito en todo el mundo, aunque poco ante de su estreno Bruce Lee falleció.
Murió el hombre y nació la leyenda.
Pero no olvidemos que quedaba un poco de material rodado para Game of Death: tres combates coreografiados y dirigidos por el mismo Bruce. Un material al que tras añadirle un nuevo guión, remontarlo chapuceramente y completar el metraje con un doble, fue lanzado a bombo y platillo en 1978 como la nueva película “del auténtico” Bruce Lee. Una cinta que corrimos a ver pero que en general defraudó.
Excepto cuando salían esos tres combates. Entonces la pantalla (y la platea) estallaba en llamas.
Así que cuando en el año 2000 John Little recopiló las extensas anotaciones realizadas por el actor y director y con acceso a todo el material rodado hizo un montaje tal y como lo había pensado Bruce Lee, uno no pudo menos que emocionarse por haber visto un fragmento real de la auténtica Game of Death, tal y como su creador la había concebido.
El resultado es posiblemente el más importante documento sobre el arte de la lucha que nunca se haya rodado.
http://https://www.youtube.com/watch?v=NH65FcBd-5s
Darío Argento: Nunca el terror fue tan bello, ni la muerte tan cruel
Fue hace muchos años. Cuando vivir en su plenitud un festival de cine era todavía un sueño lejano que se limitaba a breves paseos por su periferia, cuando visité el off-festival de uno, consistente en una carpa gratuita en pleno paseo marítimo. Ver alguna película allí resultaba de lo más incómodo, pues cada vez que alguno de los numerosos curiosos abría sus cortinas para ver qué se cocía en su interior, se filtraba la luz profanando su oscuridad y turbando nuestra atención. También creo recordar que la película en cuestión se proyectaba en su idioma original y sin subtítulos, motivos ambos por los que desistí de verla completa. Pero antes de marchar vi una escena. La escena: el personaje se ha colado en un edificio de singular arquitectura. En el sótano ve un agujero cubierto de agua. Se le caen las llaves por él y vemos que ese agujero lleva a una habitación sumergida. La protagonista se zambulle en el agua para recuperar sus llaves y vemos con ella que se trata de una suntuosa estancia repleta de lámparas de araña, cuadros misteriosos, una puerta que se abre y se cierra por la que entra una extraña luz… una onírica escena submarina que se interrumpe bruscamente cuando aparece un putrefacto cadáver que parece asir a la espantada protagonista, que emerge aterrada a la superficie a toda velocidad. Simple ¿no? Sencillo ¿verdad? Pues pueden creerme cuando les digo que esas imágenes se me quedaron grabadas desde entonces y siguen fascinándome por su belleza. Por su magia. Aún no sabía que pertenecían a Inferno (1980), pero no recuerdo como, siempre supe que eran de Dario Argento.
No les voy a hablar de datos biográficos, cronologías y logros técnicos, el espacio obliga y para ello hay interesantes y completas obras editadas. Así que me gustaría repasar sensaciones, colores y texturas. Muertes bellas, extrañas y oníricas. Inolvidables. Una coreografía del horror en la que durante mucho tiempo Argento fue insuperable, ofreciéndonos bellas y sangrientas estampas realizadas con un arma blanca como pincel, sangre como óleo, la víctima como tela y Argento como artista-director-asesino plasmando sus obsesiones con sus propias manos, pues sabido es que esas manos enguantadas ejecutoras no son otras que las del
mismo cineasta, a quien gusta realizar en primera persona ese instante climático. Unos majestuosos lienzos que no podemos dejar de admirar ya desde sus tres primeras obras, enmarcadas en lo que se dio en llamar giallo, un subgénero cinematográfico derivado del whodunit policiaco, pero netamente transalpino en el que no están permitidas las armas de fuego, primando los truculentos crímenes de un misterioso asesino fuera de cámara con cuyo sorprendente descubrimiento, tras un sinfín de pistas falsas que nos llevarán a sospechar de varios de sus protagonistas, concluirá el film. El pájaro de plumas de cristal (L’uccello dalle piume di cristallo, 1970), El gato de nueve colas (Il gatto a nove code, 1971) y Cuatro moscas sobre terciopelo gris (4 mosche di velluto grigio, 1971) son las tres películas con las que, partiendo de las bases concebidas por Mario Bava, Argento creó una nueva escuela imitada hasta la saciedad.
Con Rojo oscuro (Profondo rosso, 1975) piedra filosofal del giallo y primera gran película de Darío Argento, el director romano sentará cátedra mezclando ese subgénero, esencialmente policíaco, con el terror, homenajeando por el camino a su admirada Blow Up (Michelangelo Antonioni, 1966), de la que toma prestado al protagonista David Hemmings. Junto a la audacia de mostrarnos a la asesina en los primeros minutos de metraje, eso sí, de forma que pocos serán capaces de verla, tenemos numerosos aciertos plásticos, de entre los que sobresale la inexorable mecánica de la última muerte. También formará parte del reparto de Rojo oscuro, Daria Nicolodi, quien con ese nombre parecía destinada a formar pareja con Argento, actuar y colaborar en sus guiones, además de ser madre de la divina Asia, protagonista posterior de muchas de las obras del director.

Pero es con Suspiria (1977) con la que Argento alcanzará su primera cumbre, y con la que añadirá lo puramente sobrenatural a su cine. Con guión de Argento y Nicolodi, la película nos introduce en la Tanz Akademie de Friburgo, donde el personaje interpretado por Jessica Harper descubrirá el horror. El edificio será un importante elemento en la trama. Con su simétrica arquitectura modernista y Art decó y su atmósfera inundada de colores irreales en los que se cometerán asesinatos en frío azul y rojo sangre, a los que acompañará la frenética música de Goblin, nunca más acertados que en este debut junto al director. La respuesta al éxito de Suspiria fue Inferno, film en el que Argento continúa y desarrolla la estructura de lo que se dio en llamar Trilogía de las tres madres, ambientada en tres lugares distintos: Friburgo, Nueva York y Roma, en los que hay tres mansiones realizadas por el arquitecto Varelli y en las que residen tres madres/brujas: Mater Suspiriorum, Mater Lacrimarum y Mater Tenebrarum,
respectivamente. Inolvidable resulta la violenta coreografía de cuchilladas con el coro de Nabuco de Verdi como fondo. Cortes directos al corazón. Lamentablemente este bello experimento plástico realizado en total libertad y en el que prima la imagen en detrimento de un endeble guión, no tuvo la suficiente repercusión económica como para permitir cerrar a continuación la trilogía, que se completó muchos años después con una tan esperada como decepcionante conclusión. Pero también el director se encontraba agotado tras rodar dos películas englobadas en la misma idea, así que apostando por lo seguro para su siguiente film, Argento vuelve al género que lo encumbró, el giallo, con Tenebre (1982), aportando un poco de estilo a este subgénero en cuyo nombre otros directores habían cometido las más tremendas tropelías experimentando truculentas muertes. Argento consigue un más difícil todavía al rodar, y hacer creíble, un asesinato impune en un exterior, en hora punta y a plena luz del día.
Phenomena (1985), el siguiente proyecto del director, es un retorno al fantástico. Un cuento mágico y tenebroso protagonizado por una maravillosa Jennifer Connelly que, en uno de los momentos culminantes de la cinta, terminará sumergida en una hedionda balsa de putrefacción. Maltratado por la crítica, que no por el público, el film cuenta con una de las mejores bandas sonoras de Goblin, pero también con unos totalmente innecesarios insertos de música Heavy. Phenomena ha envejecido mal, muy al contrario que la reivindicable Terror en la ópera (Opera, 1987) otro bello lienzo que nos deja una de las imágenes iconográficas del cine de Darío Argento: una inmovilizada Cristina Marsillach forzada a ver los crímenes del asesino al tener los ojos amenazados por una fila de alfileres que, sujetos bajo ellos con cinta adhesiva, impide que los cierre bajo riesgo de rasgar sus pupilas. Una perversa metáfora
sobre Argento y nosotros mismos, el público, al que el director muestra el mayor horror tiñéndolo de una belleza que nos impide apartar la vista de la pantalla. Más sadismo, más estilismo. Más Argento en una película que marcará la cúspide de él también como productor, pues conviene no olvidar que entre sus éxitos como tal se encuentra la saga Demons (1986-87) de Lamberto Bava y los primeros films del prometedor Michele Soavi.
Tras la episódica Los ojos del diablo (Due occhi diabolici, 1990), el director romano retornará al giallo en alguna ocasión más, como en Trauma (1993) o en Giallo (2009), ofreciéndonos además su personal interpretación de obras y personajes clásicos con El fantasma de la ópera (Il fantasma dell’ opera, 1998) y Drácula 3D (2012). También cerrará la Trilogía de las tres madres con La madre del mal (La terza madre, 2007), un decepcionante final que supo a poco a sus fans, quienes siguen añorando los mejores tiempos del director. Un director que tan bellas y terribles imágenes nos ha dejado. Imágenes por las que dejarse arrastrar. Y también sensaciones. Como el desasosiego que percibimos ya desde el inicio de Suspiria ante una amenaza intangible, que no nos permite separar la vista de la pantalla, manteniéndonos inmovilizados en nuestra butaca. Inmóviles como las pupilas de Cristina Marsillach. Fascinados. Como aquel día en aquel festival en el que me sumergí junto a Irene Miracle en la obra de Argento y me quedé para siempre. Una obra que perdura y perdurará. La que hace que Dario Argento sea considerado un MAESTRO del cine fantástico y de terror.
Cryptshow 2016: renovando ilusiones
¡¡¡10 AÑOS DE CRYPTSHOW!!!
Tomàs Pladevall, Iglesias Bonns y Toni Benages. La foto de rodaje que hay entre Iglesias Boons y Pladevall pasó a formar parte, firmada por ambos y por Pérez Giner, de la colección Serendipia. (Foto: ¿?)
Proyecto Naschy inició su andadura en octubre de 2009, así que nuestra presencia en la edición del Cryptshow de 2010 fue poco menos que testimonial. Un acercamiento. Se celebró en Sant Adrià de Besós y nos pasamos por l’Ateneu para ver qué se cocía por allí y ver al homenajeado de ese año con la Sierra Circular, Miguel Iglesias Bonns, director al que tuvimos el placer de conocer durante uno de los pases organizados por Diego López y su fanzine El buque maldito. Me resultó maravilloso comprobar que el entrañable director, no tan solo se acordaba de mí, sino que el hombre me abrazó al verme. Se proyectó su película La maldición de la bestia, y se realizó una pequeña charla. Tuvimos ocasión de conocer, en persona, a Marta Torres y Lluis Rueda, por entonces responsables de la revista web Judex, ahora lustrosos editores, con los que habíamos entablado conversación virtual. Así que nuestra entrada ‘oficial’ en el universo Crypt fue a partir de 2011, primera ocasión en la que el festival se celebraba en el Teatre El Círcol de Badalona, su actual, y esperamos que definitiva, ubicación. A partir de ahí conocimos y entablamos amistad con todos los componentes de la organización, compartiendo noches etílicas en, no tan solo El Círcol, sino especialmente en el entrañable bar, La alegre comadreja. Durante estos seis años que hemos compartido con Cryptshow hemos disfrutado con su cariño por el cine, tanto con los terrores clásicos como más actuales, algunos exhibidos en colaboración con el festival de Sitges o las Nits de Cinema Oriental, además de, por supuesto, con su cuidada selección de cortometrajes. Pero Cryptshow es mucho más que un festival de cine, es la experimentación pura de nuevas formas de expresión del fantástico. Otorgando especial cuidado a la literatura, ya sea editando trabajos propios como presentando ajenos; el arte, por medio de exposiciones colectivas dedicadas a la temática escogida en cada edición; y el cómic. El buen cómic. Así que el Cryptshow es, ante todo, un evento cultural. Pero muy lúdico.
Quizás el presupuesto del que dispone Cryptshow no haya dado para contar con invitados internacionales, pero eso no significa que se haya prescindido de contar con presencias de auténtico lujo, que han estado cercanas con el público y que se han dejado llevar por las buenas vibraciones que desprende el festival, de las que no son ajenas la cercanía del mar y del verano. Además de Iglesias Bonns, recuerdo a un José Ramón Larraz, repleto de vitalidad, que no quiso perderse la pequeña juerga nocturna; o la simpatía de Colin Arthur y su esposa Sarah Pooley, que obsequiaron al público asistente a su magnífica clase magistral con escamas y pelo auténtico del dragón Fújur; o al caballeroso Jack Taylor, al que tuve ocasión de entrevistar gracias a Cryptshow; al igual que a Montserrat Prous y Howard J. Ford, responsable junto a su hermano John del díptico The Dead; sin olvidar a Éric (Thanatomorphose) Falarneau, y los ilustradores Juan Giménez y Josep María Beà.
Solos, pillados infraganti, apartados del mundanal ruido… A la pareja que hay delante nuestro, hoy entrañables amigos nuestros, los conoceríamos también en Cryptshow, pero en la edición de 2011. (Foto: ¿?)
Personalmente Proyecto Naschy, los ‘Serendipios’, siempre hemos sido muy bien tratados en Cryptshow. Hemos visto, bebido y reído todo lo que hemos podido. Hemos presentado un DVD y un libro y lo hemos, realmente, pasado muy bien. Cryptshow representa para nosotros un punto de arranque de los festivales (y del verano) y se coge con muchas ganas.
Así que el que este festival celebre su décimo aniversario es un hito para todos. El que el Teatre El Círcol no vaya a ser derruido, tal y como se temía, es algo a celebrar. Y que el que el ayuntamiento apoye al festival facilitando la labor de la organización, es una gran noticia. Ya decíamos el año pasado, en nuestro comentario a la novena edición, que se oteaban cambios en el horizonte. Y los ha habido: menos largometrajes y más actividades ‘extraescolares’, además de potenciar el cómic.
Diez años. Seis en Badalona. Un montón de películas y cortometrajes, tantos que nos quedó el trasero machacado por las no demasiado cómodas butacas del Círcol; conversaciones sin fin; proyectos que nacen y mueren; infinidad de cervezas en el Círcol, en La alegre comadreja, en el Cor de la Marina y otros locales de la playa; buenas cenas en Can Frai; miles de risas y emociones. Muchos amigos y buenos momentos. Diez años ya. Y la cosa no tiene visos de agotarse en vista de que varios reconocidos componentes de la organización del festival han tomado la decisión de reproducirse, así que sus crías pronto se sumarán al compacto grupo que compone la organización del Cryptshow.
¡Va por ustedes!
¡Salud y Feliz décimo aniversario!
CRYPTSHOW 2016
TERROR EN LARGO
Aunque tal y como les hemos comentado la proyección de largometrajes en Cryptshow tiende a reducirse edición tras edición, hemos tenido ocasión de disfrutar de algunas buenas cintas en la presente edición. Celebramos que se vuelva a repetir la experiencia que inicidada en 2012 de proyectar películas mudas con musica en directo. Si en aquella ocasión tuvimos en la pantalla del Círcol Garras Humanas (The Unknown, 1927), con el acompañamiento de TenebraEh!; y el pasado año La carreta fantasma (Körkarlen, Victor Sjöstrom, 1921) con Agustí Busom y su grupo, este año hemos podido disfrutar con el clásico de ciencia ficción soviético, Aelita (1924), de Yakov Protazanov, con el que repitió Agustí Busom, convirtiendo el pase del filme en toda una experiencia. Este clásico, un tanto descabellado con ese tercer acto en el que los protagonistas provocan una revolución comunista en Marte, resulta especialmente inolvidable por las escenas que recrean un Marte inspirado en el arte cubista, con un vestuario y unos decorados tan extremos como brillantes. Pura experimentación que lamentablemente no tuvo continuidad. El evento, que inauguraba el festival, fue precedido por el apocalíptico cortometraje Graffiti, dirigido por el barcelonés Lluís Quílez. Un magnífico y atmosférico corto ejemplarmente narrado y con buenas localizaciones en Ukrania que se ofreció fuera de competición por exceder la duración tope que aceptan los estatutos del festival, pero que Cryptshow no quiso perder la ocasión de proyectar.
L’ Illa de Toth (Héctor Morgan y Félix D’Ax, 2010) es una producción de terror catalana que se proyectó como homenaje al, entre otras cosas, director, escritor y actor Josep M. Bendicho. La cinta nos cuenta como Jesús va a Cadaqués, dejando atrás una vida sórdida de drogadicción en la ciudad y pronto descubre que la paz bucólica que aparentemente se respira ha sido alterada por la misteriosa desaparición de varias personas en oscuras circunstancias. The Simon’s Jingsaw. Un viaje al universo de Juan Piquer Simón, es un documental del que ya les hemos hablado en Proyecto Naschy, pues hemos vivido de cerca parte del rodaje del mismo. Así que les instamos a dar un vistazo a la larga entrevista que realizamos al director del mismo, Luis Esquinas. Soutbound (2015) es una película de episodios producida y dirigida por los responsables de la saga VHS, aunque contando con un mayor presupuesto y que, tal y como comenta el director Gonzalo López, colaborador de Cryptshow, «funciona como una cinta de Moebius donde el terror no tiene principio ni final, es constante y está conectado por sus personajes y situaciones«. Pee Mak (Banjong Pisanthanakun, Tailandia, 2013) contiene un humor/horror ingenuo a lo Abbott & Costello con tintes surrealistas gracias al uso del color y la iluminación. Un grupo de soldados vuelven de la guerra y uno de ellos se reúne con su mujer y su hijo, de los que los vecinos sospechan que son fantasmas. Cual clásicos klowns, los actores hacen el papel de ‘augustos’ miedosos, mientras que el ‘carablanca’ -nunca mejor dicho- está encarnado por el propio espectro de la amada. Autoparódica, con toques anacrónicos y pese a todo final feliz, se trata de la película tailandesa más taquillera en su país. Finalmente, tras la gala de clausura se ofreció Southern Comfort (1981) de Walter Hill, una violenta epopeya que se desarrolla en los pantanos de Luisiana con un escuadrón de la guardia nacional en lucha consigo mismo y con los habitantes del lugar. Sin lugar a dudas, un buen colofón.
TERROR EN CORTO
Cincuenta cortos a competición (diez menos que el pasado año) distribuidos en ocho bloques, dos de ellos matinales dirigidos (o mejor dicho, aptos) para el público infantil y juvenil, en dos sesiones patrocinadas por Eduvic, una cooperativa de iniciativa social y sin ánimo de lucro que trabaja con la infancia, la adolescencia y la juventud en riesgo social, son una buena muestra de la buena salud de la que gozan estas pequeñas piezas que, provenientes de todos los rincones del mundo y con la fantasía y el terror como punto en común, han competido por el premio Serra Circular al mejor cortometraje. Y por si este número de cortos fuera poco, se proyectaron tres más fuera de competición, el mencionado Graffiti, El Harmonicista (Brian Bomby) y Zero, un corto rodado en Los Ángeles escrito y dirigido por el joven manresano David Victori, con producción ejecutiva de Michael Fassbender y Ridley Scott.
PALMARÉS CRYPTSHOW 2016
El público y el Jurado de Cryptshow Festival’16 formado por Rubén Lardín, Gloria Fernández, Riccardo Plaisant, Javier Rueda y Bibiana Schönhöfer, ha otorgado los siguientes premios en esta décima edición:
—Premio Sierra Circular Mejor cortometraje: Arcana (Jerónimo Rocha)
—Mención Del público: El Ours Noir (Meryl Fortunate-Rossi y Xavier Seron)
–Mejor Animación: We can not live without Cosmos (Bronces Konstantine)
—Mejor Director: Alex Pachón (You will fall again)
—Mejor Guión: Sebastian Vanicek por (May Day)
—Mejor Actor: Bjorn Melhus (Freedom and Independence)
—Mejor Actriz: Iris Cayate (Arcana)
—Mejor Banda sonora: François Liétoot (L’appel.)
—Mejores Efectos especiales: Joao Rapaz (Arcana)
—Mejores Efectos visuales: Florian Hirschmann (Metube2: August signs Carmina Burana)
—Mejor Fotografía: Luis Fuentes (They will die in the space)
—Mención Especial: El modelo Pickmann (Pablo Ángeles Zumón)
OTRAS ACTIVIDADES
Criptshow literario
Este año las presentaciones de libros y fanzines cambiaron, para bien, de ubicación, realizándose en un lujoso espacio, l’Espai Betúlia, un lugar idóneo en el que se presentó 10 Relats Ecofuturistas, libro editado por Males Herbes y el propio festival que sustituye a los
antiguos Cryptonomikon reuniendo en sus páginas el relato ganador del certamen, los finalistas y otros escritos por plumas invitadas abordando todos ellos el ecofuturismo, la temática del festival en esta ocasión. Javier Pueyo, que ya participara en la edición anterior del Cryptshow presentando su cortometraje Diario íntimo de una actriz, presentó su libro Lucio Fulci, autopsia de un cineasta (Tyrannosaurus Books). Marta Torres de Editorial Hermenaute presentó la nueva edición de El libro de Satán. Todo sobre el culto al diablo (Carlos Aguilar y Frank G. Rubio). Yo mismo presenté Los semblantes del Fantaterror, libro del que ya les hemos hablado largo y tendido (faltaría más). Finalmente, Diego López presentó el último número de El buque maldito. Tras las presentaciones, todos los asistentes remojaron el gaznate, que falta hacía, y pudieron hacerse con ejemplares de todos los títulos presentados en el Cor de la Marina.
Nemini parco, omnia moriría. Necroantologia de poesía badalonesa. Recital poético
Yendo un paso más allá en la vertiente literaria del festival, este año se optó por la novedosa experiencia de organizar un recital de poemas y relatos cortos de género fantástico y de terror en el cementerio del Santo Cristo de Badalona, dadas sus peculiaridades arquitectónicas. Se trató de una experiencia nocturna que corrió a cargo de Marçal Font i Espí, acompañado por el saxofonista Fernando Besalduch.
Concurso de bandas sonoras a cargo de “The OST s”
Cryptshow Festival, caracterizado por ser un certamen multidisciplinar, aborda el género fantástico y el terror desde diferentes disciplinas y este año incluye la música en la variada lista de actividades con “The OST s”, que presentaron un repertorio de bandas sonoras de películas de terror y ciencia ficción en forma de concurso.
GALA DE CLAUSURA
La última tarde del festival estuvo dedicada al invitado homenajeado durante esta edición del Cryptshow, Josep María Beà, un
magnífico ilustrador catalán nacido en 1942 al que Serendipia descubrió en los lejanos tiempos del Vampus, que es el nombre con el que se publicó en la España de los setenta Creepy, una revista de historietas de terror para adultos heredera de los siempre reivindicados comics de EC, publicada por la norteamericana editorial Warren, y que reunía en sus páginas a un buen número de ilustradores y dibujantes que ahora son auténticas leyendas: como Richard Corben, proveniente del cómic underground; los propios dibujantes de EC o a un grupo de exóticos artistas españoles como José Ortiz, Esteban Maroto, Sanjulián, Pepe González o el propio Beà, de cuyas páginas mi tierna infancia se nutrió. De todos ellos, Beà era uno de los más estrambóticos y sorprendentes ¿Cómo olvidar aquella historieta en la que el tío Vampus (Creepy) aparecía con barretina? O ‘El cuadro de la muerte’ en la que el protagonista terminaba dentro de un horrible cuadro repleto de personajes fugados de las pesadillas de El Bosco. Y es que Beà fue el primer dibujante español que en Estados Unidos ilustró sus propios guiones.
A principios de los ochenta llegaron sus Historias de la taberna galáctica en las páginas de 1984, que mostraba la gran evolución que había sufrido su estilo. Más tarde, tras la caída en picado de aquellos cómics, Beà tuvo que buscarse la vida de diversas formas, aunque principalmente haciendo lo que mejor sabe, dibujar, aunque fuera firmando como Norton o Sánchez Zamora.
Durante el último Graf, que se celebró en marzo, se organizó una charla/entrevista entre Beà y Rubén Lardín, en el que el primero recordó muchísimas anécdotas sobre su carrera en el mundo del cómic. Una amenísima y divertida charla que presenció el director del
Festival Cryptshow, y quiso llevar a su festival, aunque, en ese caso, enfocando la conversación hacia el cine. Como homenaje al dibujante se realizó un enorme mural que reproduce la obra que sirvió como portada para el álbum Historias de la Taberna Galáctica. Un trabajo colectivo realizado bajo la dirección de Juan Antonio García, padre del director J. A. Bayona y uno de aquellos artistas que decoraban las fachadas de los cines. Cryptshow aprovechó asimismo el acto para ofrecer un homenaje a García, otorgándole también una Serra Circular Honorífica.
Y Beà contó un buen puñado de vivencias con el cine como fondo. Su presencia como colaborador en el primer festival de cine fantástico de Sitges, con Luis Vigil traduciendo las películas en directo y a viva voz; los avatares que sufrió un proyecto de serie basada en sus Historias de la Taberna Galáctica que nunca se realizó; sus recuerdos de ‘el innombrable’, o lo que es lo mismo, el productor Josep Antón Pérez Giner para el que realizó un diseño de monstruo para Pà d’Àngel (1984), de Francesc Bellmunt… un puñado de historias deliciosamente divertidas con las que Beà deleitó al público del Círcol en una memorable velada con la que Cryptshow celebraba su décimo aniversario, un evento que se completó con la proyección de todos los spots de las ediciones anteriores, así como un secreto muy bien guardado, para el que han hecho falta diez años para ponerlo en conocimiento del público: antes de crear Cryptshow, los organizadores lo intentaron con una serie de humor que, vista durante la gala, explica perfectamente y por si sola porqué se dedicaron a otra cosa.
Desde Proyecto Naschy felicitamos a Cryptshow en su décimo aniversario. Sin duda uno de los festival, si no el más, innovador que podemos encontrar dentro de su temática. Abierto a todo tipo de disciplina relacionada con lo que une a la organización del festival y su público: el fantástico y el terror.
¡¡¡Nos vemos en Cryptshow 2017!!
Todas las fotos: Serendipia (menos las indicadas)
La Big Bang de Canarias rinde tributo a Lalo Schifrin en la apertura de Fimucité X

El viernes 23 de septiembre da comienzo la décima edición del Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife con un concierto que tendrá lugar en el Auditorio Infanta Leonor de Los Cristianos.
Santa Cruz de Tenerife, 19 de julio de 2016.- La noche del 23 de septiembre abre sus puertas la décima edición del Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (FIMUCITÉ) con el concierto “Lalo Schifrin’s Jazz Goes to Hollywood” en el Auditorio Infanta Leonor de Los Cristianos. La Big Band de Canarias, con el prestigioso saxofonista Kike Perdomo al frente, realizará un sensacional recorrido a través de las obras del músico argentino creador de la reconocible banda sonora de la serie de televisión “Misión Imposible”.
El repertorio que sonará en el concierto inaugural de FIMUCITÉ X abarca otras piezas compuestas por Schifrin para clásicos del cine como “The Cincinnati Kid” (1965), “La Leyenda del Indomable” (1967), “Bullit” (1968) u “Operación Dragón” (1973), la última película que protagonizó Bruce Lee. El recital contará con la participación destacada de la solista Alba Serrano.

Las localidades para este primer concierto del programa previsto para la décima edición de FIMUCITÉ, que cuenta con el patrocinio de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Arona, saldrán muy pronto a la venta y podrán conseguirse en el Centro Cultural Los Cristianos y en la taquilla del teatro. Información en http://www.arona.org/auditorio. El concierto “Lalo Schifrin’s Jazz Goes to Hollywood” dará comienzo a las 20.00 horas.
Desde la sexta edición de FIMUCITÉ, la Big Band de Canarias ha contado con un espacio importante en el programa del festival. Así, la peculiar formación liderada por el saxofonista Kike Perdomo y el guitarrista Yul Ballesteros ha ofrecido al público recitales dedicados al cine negro y a otros compositores míticos como Henry Mancini (“La Pantera Rosa”, “Peter Gunn”) y Elmer Bernstein (“Los Siete Magníficos”, “Matar a un Ruiseñor”). Precisamente a finales de 2014, el renombrado sello Varèse Sarabande editaba «Elmer Bernstein: The Wild Side», un disco que recoge toda la música que fue interpretada en el inolvidable concierto de la Big Band de Canarias que tuvo lugar en la séptima edición de FIMUCITÉ y que contó con la participación de la solista Esther Ovejero y la flautista Sara Andon.
El X Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (FIMUCITÉ) cuenta con el patrocinio del Cabildo Insular de Tenerife, el Gobierno de Canarias y el Ayuntamiento de Santa Cruz.
Lalo Schifrin
Lalo Schifrin nació en Buenos Aires en junio de 1932 y comenzó a tocar el piano a los 6 años. Su carrera como músico le ha llevado a compartir escenario con artistas como Dizzy Gillespie, Quincy Jones y Ella Fitzgerald, entre otros, y a trabajar como arreglista con Xavier Cugat y los Tres Tenores, José Carreras, Placido Domingo, y Luciano Pavarotti. Como autor de música de cine, ha sido nominado al Oscar en seis ocasiones.
Vuelve ‘La historia interminable’
A partir del 22 de julio de 2016, y a lo largo de toda la geografía española ya sea mediante programación regular o eventos bajo demanda, se reestrenará en pantallas cinematográficas la película LA HISTORIA INTERMINABLE de la mano de 39 Escalones
Basada en el libro de Michael Ende cuenta la historia de Bastian, un muchacho que, escondido en el desván de su colegio devora, durante horas, un enigmático libro llamado”La historia interminable”, en el que se relata la inminente destrucción del Reino de Fantasía.
Se trata de una oportunidad única para revivir en pantalla grande uno de los grandes fenómenos del cine fantástico/infantil de los 80 y para darlo a conocer a las nuevas generaciones.
Es el momento de disfrutar en las mejores condiciones de audio e imagen, y sin distracciones, de un viaje a un universo ilimitado de entretenimiento y experimentar el mundo encantado que nace de la imaginación de un joven mientras lo acompañamos en la gran aventura que se despliega ante sus ojos.
Si vas por Almería podrás visitar la ruta de ‘La Trilogía del Dólar’
Un viaje por los polvorientos caminos que pisaron Clint Eastwood, Eli Wallach, Lee Van Cleef o Gian María Volonté es la propuesta de esta Ruta del Cine “La Trilogía del Dólar de Sergio Leon en Andalucía”
La Ruta de Cine fue presentada en el poblado MiniHollywood del desierto de Tabernas en Almería, por el Consejero de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, junto a Carlos Rosado, Presidente de Andalucía Film Commission, José Díaz, Alcalde de Tabernas y Juan Gabriel García, periodista
Andalucía Film Commission, en colaboración con Turismo Andaluz, ha editado una Ruta de Cine que recorre las localizaciones de Almería y Granada donde se rodó la denominada “Trilogía del Dólar” de Sergio Leone (Por un Puñado de Dólares, La Muerte Tenía un Precio y El Bueno, el Feo y el Malo), coincidiendo con el 50 aniversario del rodaje de las películas más míticas del spaghetti western.
La Ruta, que se enmarca dentro del proyecto “La Gran Ruta de Cine por Andalucía”, nos lleva por los lugares más emblemáticos de la trilogía, un sueño para cinéfilos y una manera diferente de viajar a través del cine de Sergio Leone paseando por Fort Bravo, El Tablero, Los Llanos del Duque o la Sierra de Alhamilla.
El proyecto nació con el objetivo de destacar la importancia internacional que Andalucía y en especial Almería ha tenido en la historia del género del western, que tuvo su clímax gracias a Sergio Leone y que hoy vive su segunda época dorada gracias a series y películas internacionales y de todo tipo de géneros, como “Exodus”, “Penny Dreadful” o la española “Toro”, entre muchas otras.
La Ruta formará también parte del programa de la I Conferencia sobre Cine y Turismo que Spain Film Commission celebrará en Valladolid el próximo día 9 de junio.
Este viaje por la Trilogía del Dólar accesible a cinéfilos y curiosos está disponible en la web de Turismo Andaluz y de Andalucía Film Commission y se presentará en mercados y festivales internacionales.
Proyección de ‘The Simon’s Jigsaw’ en Valencia
El próximo domingo 10 de Abril de 2016, a las 19.00h. se hará una única proyección del documental THE SIMON’S JIGSAW (Luis Esquinas, 2014), sobre la figura del cineasta y productor valenciano JUAN PIQUER SIMÓN en el Aragó Cinema de Valencia. Un homenaje al creador de películas como Supersonic Man, Mil gritos tiene la noche, Slugs, muerte viscosa o La grieta, que los aficionados pudieron disfrutar en la última edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges, en el Suspiria Fest de Alicante, en el Fantasti´CS de Castellón y cómo no, en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastian. Tras el triste fallecimiento de Piquer Simón, el 8 de enero de 2011, ediciones Museo Fantástico, quiso rendir un homenaje a su figura al publicar el libro colectivo Juan Piquer Simón, mago de la serie B, y gracias a este libro y con el esfuerzo de un gran equipo, disfrutaremos del primer documental dedicado a su vida y obra. Contaremos con la presencia y participación en el posterior coloquio de LUIS ESQUINAS, director de la cinta y de JORGE JUAN ADSUARA, coordinador del libro.
THE SIMON’S JINGSAW
Documental que hace un repaso a la obra cinematográfica de Juan Piquer Simón, en el que los protagonistas son aquellos que trabajaron junto a él o aquellos otros conocedores o admiradores de su obra. El elenco de profesionales entrevistados da una visión lo más completa del director valenciano, desde el director de fotografía Juan Marine hasta el director y guionista Víctor Matellano pasando por artistas de FX como Colin Arthur, Reyes Abades, Domingo Lizcano o Antonio Garcinuño, actores de la talla de Manuel Puchades, Jack Taylor y Emilio Linder o especialistas como Manuel Valencia, José Luis Salvador Estébenez , Miguel Ángel Plana, Jorge Juan Adsuara y David García Sariñena, que componen con sus testimonios y vivencias un gran fresco sobre su trabajo, su vida,… éxitos y fracasos.
Jack Taylor contará con su propia figura en el Museo de Cera de Madrid
JACK TAYL0R, INAUGURARÁ PERSONALMENTE SU ESCULTURA EN EL MUSEO DE CERA DE MADRID, EL JUEVES 14 DE ENERO A LAS 12,00H
Jack Taylor, una de las grandes estrellas cinematográficas especializado en los papeles de villanos y del terror al que tuvimos ocasión de entrevistar en Proyecto Naschy, será homenajeado en este acto con la presentación de su escultura en el papel del “Dr. Knox”, protagonista de la última película del Director Víctor Matellano , que supone un reconocimiento a las grandes películas de terror ambientadas en los Museos de Cera como la mítica cinta Los crímenes del museo de cera (House of Wax, André de Toth, 1953).
En la película de Matellano intervienen Geraldine Chaplin, Jimmy Shaw, Yolanda Font y Denis Rafter entre otros actores, además de un ‘animatronic’ con la voz del inolvidable Paul Naschy.
La figura de cera de Jack Taylor fue realizada especialmente para la película por el gran especialista en efectos especiales Colin Arthur quien, previamente había trabajado en el Museo Tussaud londinense y en este Museo de Cera de Madrid.
Por último reseñar que el vestuario de la escultura de Jack Taylor, ha sido realizado por la ‘oscarizada’ figurinista Yvonne Blake, y que el prestigioso ilustrador Azpiri, dibujó el personaje.
Desde Proyecto Naschy nos alegramos por el venerable actor y por Colin Arthur, dos grandes personas y profesionales a los que hemos tenido el placer de conocer y entrevistar.

I Spit on your Grave: Venganza de mujer
SINOPSIS
La atractiva Jennifer Hills (Camille Keaton) llega a la retirada casa que ha alquilado en una tranquila población de Nueva Inglaterra con el objetivo de escribir una novela. Pronto se encontrará con Johnny (Eron Tabor), padre de familia, propietario de la gasolinera y líder de un pequeño grupo de perdedores que completan Stanley (Anthony Nichols), Andy (Gunter Kleemann) y Matthew (Richard Pace), un retrasado mental que trabaja en el colmado del pueblo. Los aburridos amigos, que opinan que las mujeres ‘están llenas de mierda’ y deseando ser montadas, fantasean con la recién llegada y con que Matthew pierda, por fin, su virginidad. A la recién llegada le profesarán un odio especial, ya que no solo es mujer, sino que también independiente y de ciudad. Así que los cuatro aburridos amigos no tardan en presentarse en casa de Jennifer, donde la agreden, humillan y es violada por Johnny. Tras huir desnuda por el bosque volverá a ser alcanzada, golpeada y violada, esta vez analmente, por Andy. Abandonada, la ensangrentada Jennifer inicia un vía crucis hacia la casa, donde la esperarán de nuevo los agresores reiniciando el suplicio de forma aún más violenta. En esta ocasión Matthew saca coraje y consigue violar también a Jennifer, que no deja de suplicar por su vida ante el divertimento de todos: “Eso es lo que me gusta de una mujer, sumisión total”. Al abandonar la casa, Johnny encarga a Matthew que mate a la joven con una navaja. Pero el idiota se ve incapaz y se limita a manchar la hoja con la sangre que brota de las numerosas heridas de la joven, dejándola con vida.
Los días pasan y la normalidad retorna a la vida de los cuatro amigos, que extrañados porque no se haya hallado el cadáver de la joven, justifican el ataque contra Jennifer como una defensa: “No llevaba sujetador” y “Exhibió sus piernas caminando muy despacio, asegurándose de que las viese bien”. Mereciéndose lo sucedido porque “Cualquier hombre habría hecho lo mismo”. Pero mientras, Jennifer se recupera en soledad. Ya no tiene miedo y ejecutará su venganza: a Matthew lo ahorcará; Johnny será castrado y morirá desangrado y a los otros dos los exterminará también sin piedad ni remordimientos.
ESA ESCENA TAN DESAGRADABLE
Descubrí tempranamente lo que era una violación. Siendo niño y antes de saber en lo que consistía propiamente el sexo. Con esto no quiero decir que lo sufriera en propia carne, no. La protagonista fue Rosetta (Eleonora Brown), hija adolescente de Cesira (Sophia Loren) en la estupenda película Dos mujeres (La Ciociara, Vittorio de Sica, 1960). En aquel film la frágil Rosetta se quedaba casi catatónica al ser violada, junto a su madre, por un grupo de soldados moros en las ruinas de una iglesia abandonada. Una escena muy gráfica y cruda. Totalmente realista a pesar de (o precisamente por) estar rodada en blanco y negro. Ese blanco y negro neorrealista que se siente en el estómago. No se me puede olvidar la tristeza que sentí cuando vi esta película y que experimento todavía hoy cuando la rescato en formato doméstico. Una sensación similar a la que percibí al ver, en un viejo cine de barrio (concretamente el barcelonés Maragall) una película en la que una adolescente era violada en el hediondo lavabo de un tren. No recuerdo el título ni la he vuelto a ver, pero incluso ya adolescente, continué experimentando esta repulsión hacia el sexo forzado tras ver ciertas escenas gráficas en Deliverance (John Boorman, 1972) y la británica Scum (Alan Clarke, 1977).
Quizás esta extraña mezcla de repulsión y fascinación que no permiten apartar la vista de la pantalla se deba a lo que explica Joan Ripollés refiriéndose al subgénero ‘Rape & Revenge’ como: (…) “un subgénero sumamente incómodo para el espectador masculino, que se siente vivamente ofendido por lo que ve y –sobre todo- experimenta. (…) Algo se remueve en el bajo vientre y la conciencia del espectador, que vacila entre la excitación y la náusea”[1]
Y si hay un título representativo de este subgénero, ese es sin lugar a dudas I Spit on your Grave.
GÉNESIS
Una de las películas más polémicas de la historia del cine nació durante los desplazamientos que Meir Zarchi realizaba en metro desde su casa a la oficina en Times Square en la que trabajó durante 25 años. Allí realizaba labores de producción y postproducción para películas, cortos, anuncios y documentales. La inspiración llegó al director y guionista tras ayudar a una joven que había sido violada. Para Zarchi “Es muy difícil imaginarse que alguien pueda ser violado, y más si es alguien que conoces. Penetrar el cuerpo de alguien contra su voluntad es el más violento de los crímenes. Es difícil comprender que suceda, pero en Estados Unidos hay una violación cada cinco minutos y por eso al público le cuesta ver algo tan realista. Resulta duro ver la película”[2]
El cineasta, tal y como ha admitido, también se dejo influenciar por algunos films, entre ellos El justiciero de la ciudad (Death Wish, Michael Winner, 1974), El vengador sin piedad (The Bravados, Henry King, 1958) y El manantial de la doncella (Jungfrukällan, Ingmar Bergman, 1960), que como es bien sabido también sirvió de modelo para Wes Craven y su película La última casa a la izquierda (The Last House of the Left, 1972).
Así que con el guión bajo el brazo y un ajustadísimo presupuesto de 650.000 $, Zarchi contactó con unos jóvenes actores, novatos pero voluntariosos, y junto al resto del equipo se largaron en julio de 1977 a casa de Nouri Haviv, director de fotografía del film, en Kent (Connecticut). Un escenario que había descubierto Zarchi en sus visitas al técnico y que inevitablemente terminó influyéndole. Curiosamente esta misma localización fue escogida tres años después para rodar la segunda entrega de la saga Viernes 13[3].
EL EQUIPO ARTÍSTICO
El film cuenta con un muy reducido elenco en el que, aparte de la víctima y los cuatro lugareños, el resto de papeles está compuesto por poco más que figurantes.
Para el expuesto y exigente papel de Jennifer Hills se contactó con la dulce Camille Keaton, actriz nacida en Pine Bluff, Arkansas, lejanamente emparentada con el popular cómico Buster Keaton[4], cuya carrera se inició en Italia en 1972 protagonizando giallos como ¿Qué habeis hecho con Solange? (Cosa avete fato con Solange?, Massimo Dallamano, 1972) e interesantes films de terror como Trágica ceremonia en Villa Alexander (Estratto dagli archivi segreti della polizia di una capitale europea, Riccardo Freda, 1972). Day of the Woman fue la primera película que interpretó al retornar a Estados Unidos.
El resto del reparto no tenía ni tendría posteriormente más contacto con el mundo del cine, a excepción de Eron Tabor (Johnny) que con anterioridad había colaborado en la música del film nudie Candy Stripe Nurses (Alan Holleb, 1974). Y es que es posible, tal y como admite el director, que la mala prensa que recibió el film fuera responsable de que ninguno de sus actores hicieran fortuna en el cine: “Cuando la película se estrenó en 1978 como Day of the Woman, la gente no sabía de qué iba. Ahora ya la ha visto un montón de gente, pero pienso que causó algún efecto negativo sobre el reparto, puede que fuera demasiado fuerte. Ella (Camille Keaton) es una gran actriz y ha hecho alguna otra película, pero con varios años entre sí. Quizás si la hubiera hecho ahora el mundo vería el film de otra manera. Veamos que sucede a Sarah Butler con el remake”[5].
Zarchi también recurrió a sus hijos, Tammy y Terry para interpretar pequeños papeles, así como a miembros del equipo como William Tasgal o Ronit Haviv, esposa del director de fotografía. Un elenco no muy distinguido cuya inexperiencia posiblemente añadió credibilidad al film.
El equipo técnico tampoco era muy experimentado. Su director de fotografía, Nouri Haviv, había colaborado con anterioridad en tres películas nudies, entre ellas Double Agent 73 (Doris Wishman, 1974), protagonizada por la muy neumática Chesty Morgan, en el papel de una agente secreto que deja K.O. a sus contrincantes golpeándoles con sus enormes pechos. En cuanto a Meir Zarchi, tan solo volvería a dirigir y escribir otra película, Don’t Mess With My Sister (1985), aunque coproduciría Holy Hollywood (1999) que dirigiría su hijo Terry, y sería director ejecutivo del remake de I Spit on your Grave (2010) y de su secuela de 2013, I Spit on your grave 2.
EL RODAJE
El film se realizó en pleno verano y ningún actor contó con doble, lo que ocasionó más de un disgusto. Camille recuerda que “Fue agotador. Una vez durante una de las escenas de violación recibí un golpe. Pero es que los chicos eran actores, no especialistas”[6]. Tampoco ellos las tenían todas consigo. En la escena final en la que Anthony Nichols y Gunter Kleemann están sumergidos en el lago, con Camille dirigiéndose hacia ellos en el fueraborda “Uno de los chicos tenía realmente miedo de que no fuera capaz de maniobrar la barca a motor, ya que aprendí en un día”[7]. Richard Pace (Matthew) comenzó a tener convulsiones mientras interpretaba, ahorcado, la secuencia de su muerte. Zarchi pensó que el actor lo hacía para dar más credibilidad a la escena, pero notó que algo no marchaba bien y es que, si bien Pace no se estaba ahogando, sí que tenía vértigo y estaba sufriendo un ataque de pánico.
El equipo también tuvo que luchar contra la naturaleza: “Los únicos problemas que tuvimos fue con los mosquitos. Aunque era zona de serpientes nadie fue mordido, pero estábamos muy preocupados y rastreamos la zona para estar seguros de que no hubiera sorpresas. Cuando Camille camina por el pantano después de ser violada en la roca, lo hacía por aguas enlodadas habitualmente inundadas de serpientes, pero las habíamos cazado antes. Rodamos rápido, lo más rápido que pudimos. En el bosque Camille fue picada por cientos de mosquitos. Tanto que tuvo que ser hospitalizada. Estuvo ausente dos días y cuando volvió continuamos rodando…”[8].
Camille Keaton contribuyó al personaje aportando su propio vestuario y no tuvo problema con los desnudos, posiblemente por su experiencia en Italia, pero sí por andar y correr descalza por el bosque. También hubo momentos divertidos. Zarchi contó que mientras rodaba la violación “quería un ángulo más de ella desde arriba con su cabeza golpeando el tronco del árbol y Camille dijo ‘Te desnudas y la haces tú’. La hice, golpeé mi cabeza contra el tronco y entonces ella aceptó a continuación rodar la escena”[9].

Camille muestra en una convención los shorts que lució durante el film y que todavía conserva (Foto: kitleyskript.com)
Al igual que con el vestuario, la actriz también aportó al personaje la cicatriz que luce en la parte izquierda de su cara, ya que es real y se la produjo en un accidente de coche. El maquillador la suavizó al principio y al final de la película y la realzó cuando su personaje está magullado.
Dos técnicos abandonaron el rodaje: “Un tipo, electricista y muy competente, después de que rodáramos la primera toma del hombre sodomizando a Camille, dijo ‘No puedo soportarlo más’ y renunció. La maquilladora (…) tras rodar la escena de violación en la casa confesó que había sido víctima de una violación múltiple y también marchó”[10].
El magro presupuesto se dejó notar en la parte técnica. Pocas repeticiones, efectos especiales artesanales y zoom a base de poner la cámara en un carrito de supermercado. Por no haber no había ni para banda sonora, así que Zarchi intentó añadir música de archivo. Pero afortunadamente no encontró ninguna apropiada, así que la única música que escuchamos es incidental y proviene del órgano de la iglesia; de la harmónica de Andy; de la radio en una tienda y de un disco que escucha Jennifer mientras Johnny se desangra: ‘Sola, perduta, abbandonata’ de la ópera Manon Lescaut de Giacomo Puccini. Todo un acierto.
Un rodaje tan exigente y duro tuvo también su parte tierna, ya que al finalizar, Zarchi y Camille contrajeron matrimonio.
REPERCUSIONES
La película se estrenó en 1978 como Day of the Woman pasando casi totalmente desapercibida. El 23 de mayo se presentó en Cannes, acudiendo Zarchi y Camille en plena luna de miel. También se proyectó en el Miami Film Festival donde durante la escena en que la chica corta el pene del hombre en la bañera, dos mujeres salieran corriendo de la sala. Asimismo formó parte de la sección oficial del Festival de Sitges provocando que “algunas señoras sufrieran desmayos en la sesión inaugural motivados por el impacto de las imágenes de Day of the Woman o bien por la incomodidad de los vestidos de noche”[11], obteniendo Camille Keaton una merecida Medalla Clavel de Plata de Ley a la mejor actriz, galardón concedido por un jurado presidido por el entrañable Forrest J. Ackerman. Al siguiente año ella misma sería la encargada de presidir el jurado del certamen.
El público español tuvo que esperar hasta marzo de 1980 para poder ver la película en cines. Estrenada como La violencia del sexo…el día de la mujer y distribuida por American-European Films, compañía tras la que parece ser estaba Julio Pérez Tabernero, hombre orquesta (actor, director, productor…) y responsable de películas tan psicotrónicas como Terror Caníbal (1980) o Las alegres vampiras de Vögel (1975). El film, eso sí, se estrenó con una ‘S’ bien visible, clasificación que advertía que por el contenido podía herir la sensibilidad del espectador. El cartel reproducía fielmente el americano y las frases publicitarias no tenían desperdicio: ‘Por primera vez en la historia cinematográfica se aborda en la pantalla la batalla de los sexos con tanta franqueza y realismo, que los hombres no volverán a ser lo mismo…. Porque llegó El día de la mujer… el día más aterrador’ o ‘Quien piense que una mujer es frágil e indefensa…¡¡Se equivoca!!’ y ya para rematar: ‘Todo había terminado… pero ella esperó… ¡y comenzó una venganza del único modo que solo la mujer puede hacerlo!’.
Mientras, en su país de origen tras ser exhibida también como I Hate Your Guts y The Rape and Revenge of Jennifer Hills, fue redistribuida en 1980 como I Spit on your Grave,[12] por Jerry Gross, un distribuidor de cintas exploitation responsable de llevar a las pantalla estadounidenses títulos del calado de Mondo Cane o I Drink your Blood. El nuevo título no gustó especialmente a Zarchi, que insistió siempre que en los pósters y carátulas se incluyera también el título original, pero sin duda contribuyó al éxito de la película, que paradójicamente recibió el espaldarazo publicitario definitivo cuando fue duramente atacada por los críticos Rogert Ebert y Gene Siskel:
“Una basura llamada I Spit on your grave se proyecta en los cines de Chicago esta semana. Es un film enfermo (…) que me cuesta creer que se exhiba en salas respetables como el Plitt’s United Artists. Pero así es. Fui testigo de una de las experiencias más depresivas de mi vida”[13]. Tras detallar algunas de las imágenes del film, Ebert pasa a describir las reacciones del público asistente: “¿Cómo reaccionó la audiencia ante todo esto? Un hombre maduro de pelo blanco que estaba dos butacas delante de mí, por ejemplo, dijo en voz alta tras la primera violación: ‘Eso ha sido bueno’. Después de la segunda: ‘Eso la enseñará’. Y al finalizar la tercera: ‘Las otras estaban bien, pero esta es la mejor’. Cuando las tornas cambian y la mujer comienza su venganza, una mujer gritó desde atrás: ‘¡Córtasela, hermana!’ En las escenas en las que los otros tres hombres intentan animar al retrasado para que viole a la chica, hubo carcajadas y gritos de apoyo entre la audiencia”[14].
También el crítico Gene Siskel puso especial atención en la audiencia:
“Lo más chocante de este film no fue nada comparado con el shock que recibí mientras la veía el sábado por la tarde (…) El cine estaba medio lleno, y al menos 30 preadolescentes se encontraban en la sala con sus padres. Me sorprendió, primero, que algún padre llevara a sus hijos a ver una película llamada I Spit on your Grave; y segundo, que no abandonaran el cine tan pronto como comenzara la primera escena de violación. Pero todas las familias permanecieron durante las violaciones, el ahorcamiento y la castración”[15]
El resultado no se hizo esperar y tras publicarse ambos órdagos, el responsable de la cadena de cines Plitt’s declaró: “Después de leer las críticas, pienso que lo mejor es dejar de exhibir el film”, así que a seis días de su estreno, se retiró de las salas que estaban bajo su responsabilidad.
Como vemos, la misma película que se había estrenado dos años antes pasando de puntillas por las carteleras, gracias a estas dos críticos se encontró en el centro del huracán despertando la curiosidad de otros medios como el Manhattan East, que calificó I Spit on your Grave como “Un trabajo inmensamente serio de un talentoso escritor y director llamado Meir Zarchi, remarcablemente bien interpretada por Camille Keaton, como la superviviente de la violación”[16].
Otro de los factores que sin duda contribuyeron a hacer tan popular este film fue su edición en video. Conviene no olvidar que nos encontramos a principios de los ochenta y en pleno despegue de la era del Home Video, cuando una auténtica avalancha de títulos luchaban por llamar la atención de los espectadores desde las estanterías de los video clubs, así que las distribuidoras pusieron especial cuidado en reclamar esa atención del público con llamativas, y en muchos casos engañosas, carátulas con las que vestir sus productos. Para el lanzamiento en video de I Spit on your Grave se creó un nuevo cartel que es el que ha transcendido hasta nuestros días mostrando a una chica de espaldas ligera de ropa portando un cuchillo. Sobre la identidad de la joven, que obviamente no es Camille Keaton, existe una curiosa teoría:
En 1981, antes de embarcarse en Empire y Full Moon Pictures, Charles Band adquirió los derechos de distribución en video de I Spit on your Grave a través de su compañía Wizard Video, que fue la encargada de realizar el nuevo cartel. Por entonces Band estaba rodando una película de ciencia-ficción de bajo presupuesto llamada Parásito (Parasite, 1982) protagonizada por una joven Demi Moore, con la que se rumoreaba que Band tenía un romance. Cuando hubo que escogerse modelo para el póster, Band seleccionó a Demi Moore, que tenía por entonces 19 o 20 años y que, antes de dedicarse a la interpretación (de hecho Parásito es su segunda película), había realizado trabajos de modelo. El dato nunca ha sido confirmado por la propia actriz, pero tanto Band como sus colaboradores aseguran que el bonito trasero que decora la carátula de tantas ediciones mundiales, primero en videocasete y ahora en Blu-ray, de I Spit on your Grave, pertenece a Demi Moore.
Para terminar lo referente al cartel, cabe destacar que en la frase promocional que puede leerse en el mismo, se descontaron en el número de agresores y en los medios utilizados para la venganza: “Esta mujer ha cortado, troceado, roto y prendido fuego a cinco hombres pero ningún jurado de America sería capaz de condenarla”. Como se sabe los agresores son cuatro y ninguno de ellos es achicharrado…
Lamentablemente esta película también protagonizó otra agria polémica. En el verano de 1983 el británico Daily Mail urgió en su editorial al reelegido gobierno Thatcher para que plantara cara a las películas violentas, clasificándolas como pervertidoras de la juventud y altamente adictivas. En 1985 el gobierno tomó cartas en el asunto declarando que los productores y distribuidores de ese material no eran mejores que los traficantes de droga, y que merecían un trato legal similar. Y si para la justicia estos films equivalían a droga, I Spit on your Grave era la más tóxica. Astra Video, sello encargado de distribuir el título en el Reino Unido, recibió la orden judicial de dejar de hacerlo y destruir master, cubiertas, más de 200 copias localizadas, pósters y todo el material promocional. I spit on your Grave recibía así la categoría de ‘Nasty movie’, siendo incluida en la tristemente célebre lista de películas prohibidas en Inglaterra. Pero todo se complicó aún más cuando, aprovechando la psicosis contra este tipo de películas, la Sra. Austin las culpabilizó directamente de provocar que su hijo Martin, de 18 años, violara a dos mujeres. Escribió una carta sobre el tema a la primer ministro de Inglaterra, Margareth Thatcher, manifestando que si su hijo “no hubiera sido corrompido por los videos, él nunca habría atacado a esas pobres mujeres”. La polémica llevó a que el propio Meir Zarchi fuera invitado por el programa televisivo Friday Live para hablar sobre el tema en septiembre de 1983, contando también con la Sra. Austin, que declaró: “su película convirtió a mi hijo en un doble violador”. Zarchi, padre a su vez de dos hijos adolescentes, se defendió como pudo y en contra de las expectativas congenio con la señora, que llegó a confesarle que su ‘angelito’ ya había tenido problemas con la justicia mucho antes de ver I Spit on your Grave o de aficionarse a las ‘nasty movies’. La Sra. Austin justificó su actitud ante Zarchi: “lo que hizo no tuvo nada que ver con la película, pero soy su madre y tengo que hacer lo posible para disculpar y salvar a mi hijo”.
Por todas estas razones I Spit on Your Grave no solo no se estrenó en cines en Inglaterra, sino que además desde que fue prohibida en video en 1984 no se editó hasta 2002, aunque con su metraje aligerado en 7 minutos, especialmente en las escenas de la violación, que parecen ser las más molestas. Habría que esperar a la lujosa edición especial editada en DVD en 2010 por 101 Films, que prometía ser ‘la versión más completa editada en UK’ y que podría haber sido asimismo la más espectacular editada en todo el mundo al incluir un libreto de 24 páginas, una reproducción del póster, numerosos extras y… también dos minutos amputados en su metraje.
Y todo y con ello aún se prohibió su comercialización en Irlanda.
Pasan los años pero los guardianes británicos de la moral no descansan.
I SPIT TODAY
Han pasado los años para el film y sus protagonistas. Zarchi y Keaton se divorciaron en 1982, tres años después de casarse. Mientras el director tan solo dirigió una película más y se centró en la producción, tal y como ya hemos señalado, Camille volvió a casarse en 1993
con el empresario norteamericano Sidney Luft, exmarido de Judy Garland con el que se llevaba 32 años de diferencia de edad y del que enviudó en 2005. Su carrera cinematográfica, tras unos prometedores inicios en Italia, se estancó después de rodar I Spit on Your Grave, limitándose a intervenciones en productos de serie Z e incluso en un, según Alex Zinéfilo, “casposo” remake del film de Zarchi, Savage Vengeance (Donald Farmer, 1993) “que no llega ni a la suela de los zapatos de la original, ni merece ninguna atención[17]”. Es con el nuevo milenio cuando la actriz ha vuelto a ser reclamada por nuevos directores y revalorizada precisamente por ser la protagonista del film de Zarchi. Camille, todavía una mujer muy bella, se deja querer en convenciones de fans e interpretando pequeños cameos en películas como The Butterfly Room (Jonathan Zarantonello, 2012).
Meir Zarchi, que responde “absolutamente si” cuando le preguntan si merecen los violadores terminar como acaban en su film, se muestra satisfecho de haber rodado I Spit on Your Grave: “Por supuesto que estoy orgulloso. Yo lo financié y es uno de los más famosos films de terror de culto de todos los tiempos. El público es libre de escoger ver o no una película, y en todo el mundo la repercusión ha sido importante, lo cual no está mal”[18]. Respecto a la acción de la censura, el director también lo tiene claro: “Nadie debe ser censurado. Ya somos

Camille Keaton y Terri Zarchi durante el rodaje del documental Growing Up with I Spit on your Grave.
suficientemente mayores como para decidir por nosotros mismos lo que queremos ver. No vivimos en la época de Mussolini (…) ¿Alguien debe decirte que ver y que no? Es humillante para el público que se le diga qué y qué no debe de ver”[19], y confiesa que todavía hoy se sorprende de lo que lee sobre su film: “Recuerdo críticas online y comentarios de Internet en Amazon y uno decía ‘Hay que matar a este hombre, ¿Cómo ha podido hacer una película como esta?’ No sé si tomarlas en serio o no”[20].
Por su parte Terry, el hijo de Zarchi que aparece brevemente en el film de su padre, también se ha dedicado al cine dirigiendo Holy Hollywood (1999), en la que Camille Keaton interpreta un pequeño papel. Actualmente se encuentra rodando Growing Up with I Spit on your Grave, un documental sobre el film que estamos tratando que promete ser más que interesante.
Indudablemente la obra de Zarchi también ha servido de modelo para otras películas, como es el caso de la comentada Savage Vengeance y de una ultra casposa adaptación turca, Intikam Kadini (Naki Yurter, 1979), que hay que ver para creer. Asimismo inspiró al director Steven R. Monroe, responsable en 2010 de un correcto remake y de su innecesaria secuela, de las que hablamos más adelante.
Y es que I Spit on your Grave es un film que aún hoy no deja indiferente. Una carga de profundidad que golpea en el bajo vientre, muy cerca de las tripas, vísceras encargadas más que el cerebro de decidir si la actitud de la protagonista contra sus atacantes es la correcta. Si es la justa. Si hay que celebrar esa sangrienta venganza al margen de la ley. No en vano el título que recibió la película en Francia fue Oeil pour oeil (ojo por ojo) y en Argentina, Tomar revancha. La obra nos enseña en toda su crudeza y mediante la violación más larga de la historia del cine (cerca de 25 minutos) que la mujer no disfruta siendo forzada, algo que el cine parecía haber popularizado en cientos de escenas en las que, tras reducir el galán a la mujer con una fuerte bofetada, pasa a besarla, encadenando la rendición de la mujer con un significativo fundido a negro. Hay que domarlas para que no se desmanden y Jennifer, la protagonista tan bien encarnada por Camille Keaton, no solo tiene el delito de ser mujer atractiva, sino que también es independiente, cultivada, de ciudad. Delitos todos ellos por los que debe de ser reducida brutalmente y volver a ser únicamente un sexo al servicio del varón. Controlada, en este caso, por la violencia del sexo.
I Spit on Your Grave es un film que más que visionarse se experimenta. Que se siente en las tripas, a menos que no se tenga un mínimo de sensibilidad. Y que el tiempo lo ha puesto en su lugar como un film valiente y para nada misógino. Si en su momento fue considerado como uno de los peores ejemplos de explotación de la mujer, posteriormente su protagonista ha sido vista por ciertos sectores feministas como un modelo, llegando la feminista británica Julie Bindel, que se manifestó inicialmente en contra del film, a considerar I Spit on your Grave un ‘film feminista’. Sobre esto, Camille Keaton declaró: “Me hace sentir bien, me gusta escucharlo, pero pienso que un montón de gente también adora el film por lo que es: un film exploitation”[21].
It’s Only Rock & Roll but… I like it
I SPIT AGAIN: DE REMAKES Y SECUELAS
En esta época de revisión de títulos más o menos recientes, a base de remakes actualizados de films señeros como Evil Dead o La última casa a la izquierda, era inevitable que le llegara el turno a I Spit on your Grave. Una empresa llevada a cabo con bastante dignidad Steven R. Monroe.
Neoyorquino de nacimiento, Monroe, que comenzó su carrera como auxiliar de cámara, debutó como director con The Contract (1999). Ha trabajado para el canal SyFy y su filmografía incluye It Waits (2004), Storm Cell (2007) y Mongolan Death Worm (2009), pero tenía una deuda adquirida con Meir Zarchi desde que vio su film a los 17 años y le dejó marcado: homenajearlo realizando un remake. Para ello contó con el propio Zarchi en funciones de producción ejecutiva y también se rodeó con un elenco de jóvenes talentos como Sara Butler, que interpreta muy dignamente a una Jennifer Hills sin miedo al reto físico y sin mojigaterías en las escenas de desnudos, tan presentes y necesarias, y un Rodney Eastman bastante irreconocible por el tiempo transcurrido desde que interpretó a Joey, el chico mudo y con la testosterona muy alta en la tercera y cuarta entrega de la saga Pesadilla en Elm Street.
La historia que nos narra Monroe no guarda grandes variantes respecto a su modelo, aunque no se limita a calcar el guión original, ya que ofrece nuevos giros argumentales y cinco atacantes en lugar de cuatro. También ‘corrige’ uno de los temas que llamaron la atención del
film original: hubo quien no consideraba responsable de sus actos a Matthew, el retrasado del grupo de violadores, por lo que no veía correcto que este personaje estuviera incluido en la venganza de Jennifer, así que Monroe suavizó la situación poniendo su muerte en manos de uno de sus propios compinches.
Se introduce asimismo la figura del Sheriff como representación de la autoridad, figura que, no solo no servirá de consuelo para la joven, sino que también se sumará al ataque siendo el más feroz de todos: la justicia (su agente) sodomizará a la joven y llevará además el mando de la situación. Finalmente la escena en la que Jennifer acude a una iglesia y pide perdón por lo que va a hacer, incluida en la versión original y que algún crítico tildó de innecesaria, no se incluye en la película de Monroe, aunque como podemos ver revisando los extras del DVD, se grabó una similar que terminó siendo desechada.
La película está rodada con una cámara muy inquieta para añadir tensión a lo que se narra, y su color, al contrario que en la original, es apagado y a base de grises, a tono con su sórdida trama. Monroe también añade elementos found fotage mediante la cámara de uno de los atacantes, obsesionado, como tantos, en grabar todo lo que sucede. Otro punto de vista visual que enriquece el film otorgándole más verosimilitud.
Con todo el film de Monroe es un más que correcto remake que respeta la película original aportando quizás una venganza más ‘vistosa’, ya que es la parte violenta la que el director resalta en detrimento de la sexual, con un fundido en negro incluido que nos ‘ahorra’ dos violaciones evitando así lo que más incomoda al espectador, lo que lo posiciona ‘justificando’ la sangrienta venganza de Jennifer Hills, precisamente la crudeza y brutalidad de la violación.
Aún así, y como estos tiempos parece ser que tampoco están para echar cohetes, existen dos versiones del film, una de 108 minutos y otra con tres minutos menos, lo que no ha impedido que la edición en DVD haya sido prohibida en Nueva Zelanda.
¿Y qué opinan los artífices de la original de este remake? Pues Camille Keaton está encantada: “Me impactó, me sorprendió y finalmente me halagó. La imitación es la mayor forma de halago”[22]. Mientras que para Meir Zarchi “No es necesario. Nadie necesita una nueva versión de Mona Lisa o de la 6ª Sinfonía de Tchaikovsky, pero el cine es un negocio y querían hacer dinero con el remake. La cuestión es ¿Es buena? ¿Es fiel a la original? En parte si y en parte no. Debe de ser la audiencia quien decida”[23]. A nivel anecdótico, ya que su crítica no ha tenido el peso específico que tuvo en su momento la que realizó de la original, Rogert Ebert calificó el film de “despreciable remake del despreciable film de 1978” algo que, en vista de las circunstancias, debe ser tomado como un halago.

No sé si por éxito obtenido, por compromisos adquiridos o por terminar de quemar el tema, Monroe dirigió una innecesaria secuela, I Spit on your Grave 2 en 2013, que mezcla en su guión elementos de la historia original condimentados con altas dosis de trata de blancas en países de la Europa del Este, concretamente Bulgaria, que será donde será llevada la protagonista tras ser secuestrada y donde será torturada, prostituída y finalmente enterrada en vida. Aunque, claro, sobrevivirá y planeará una venganza con la que demostrará una destreza en la tortura digna de Ilsa, la loba de las SS.
El film resulta más brutal y violento que su predecesor, pero no alcanza el nivel de perturbación del original. A pesar de su decepcionante resultado, CineTel Film estuvo en Cannes buscando preventas para una tercera entrega de la serie que todavía no tiene director ni escritor, pero sí un guión bastante disparatado a priori y ya totalmente alejado del espíritu del film original. También, y formando parte de un proyecto totalmente ajeno a Cinetel y Anchor Bay, responsables del remake y su secuela, Zarchi ha escrito una continuación directa de su film titulada I Spit on your Grave – Deja-vu, que piensa dirigir con Camille Keaton como protagonista y producción de Chad Ferrin y Terry Zarchi. El argumento sería el que sigue: Jennifer Hills publica un best seller en el que narra la traumática experiencia que vivió y el controvertido juicio en el que fue acusada de tomarse la justicia por su cuenta. En la pequeña ciudad en la que fue violada brutalmente, los familiares de los cuatro asaltantes están furiosos desde que la declararon inocente y buscan vengarse.
Otra vuelta de tuerca que sin lugar a dudas puede resultar, cuanto menos, curiosa.
(Publicado originariamente en el fanzine Klowns Horror Fanzine nº4: Rape & Revenge)
NOTAS:
[1] Ripollés, J. Ven y mira. El cine fantástico y de terror en la zona prohibida. Coordinado por Rubén Lardín. Ed. Semana de cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. Donosti, 2011. Pág. 121
[2] http://www.gorepress.com/2010/09/21/meir-zarchi-interview/
[3] Friday the 13th Part 2, Steve Miner, 1982.
[4] Se ha dicho de todo respecto a este tema, preferentemente que es nieta o bisnieta, pero realmente era prima segunda o tercera y nunca llegó a conocer al genial cómico.
[5] http://www.gorepress.com/2010/09/21/meir-zarchi-interview/
[6] Tweedle, Sam: She Spat On Our Grave: A Conversation with Camille Keaton (http://popcultureaddict.com/interviews/camillekeaton/)
[7] Ibidem
[8] Meir Zarchi entrevistado por Gavin C. Schmitt (http://framingbusiness.net/archives/1315)
[9] http://www.gorepress.com/2010/09/21/meir-zarchi-interview/
[10] Ibidem.
[11] 25 Anys Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Sitges. Ed. Patronato Municipal per a l’organització del Festival. Octubre 1992. Pág. 116
[12] Título ‘inspirado’ en el de la película francesa J’irai cracher sur vos tombes (Michel Gast, 1959) que en Estados Unidos se distribuyó, precisamente, como I Spit on Your Grave en 1962 y que está basado en la obra del mismo título escrita por Boris Vian en 1946.
[13] Ebert, R. en Chicago Sun Times. 15 de Julio de 1980.
[14] Ibidem.
[15] Siskel G. en Chicago Tribune. 14 de Julio de 1980.
[16]Stan C. y Boyajian M. en Manhattan East, 13 de enero de 1982.
[17] Zinéfilo, A. La noche de los sexos violentos. Glénat. Biblioteca Dr. Vértigo 22. Barcelona 1998. Pág. 197.
[18] http://www.gorepress.com/2010/09/21/meir-zarchi-interview/
[19] Ibidem
[20] Ibidem
[21] Tweedle, Sam. Opus Cit.
[22] Tweedle, Sam. Opus cit.
[23] http://www.gorepress.com/2010/09/21/meir-zarchi-interview/
















































Últimos comentarios