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Archive for mayo 2018

El compositor Simon Boswell recibirá el premio honorífico del Cryptshow Festival

Compositor de temas de Phenomena de Dario Argento, Lord of Illusions de Clive Barker o Dust Devil de Richard Stanley ofrecerá en Badalona un concierto con su banda The And

Cryptshow Festival ha decidido premiar el compositor inglés ya que su trabajo en las películas de género de terror, en especial en giallo italianos, fueron clave. Produjo Elton John, Dolly Parton, Marianne Faithful, The Kills, Orbital, Andrea Boccelli y muchos otros. Fue, sin embargo, Dario Argento quien cambió su carrera cuando le ofreció componer, junto a Goblin, la banda sonora de Phenomena. También lo encontramos en Lord of Illusions de Clive Barker, con pequeñas incursiones; Perdita Durango de Álex de la Iglesia o Hardware y Dust Devil de Richard Stanley. Precisamente esta última será proyectada durante el festival.

Aparte de la proyección, Simon Boswell ofrecerá una charla para los amantes de su música y un concierto con su actual banda The And. Formación nacida en 2014, con The And, Boswell interpreta la música que ha compuesto para diferentes películas acompañada de un audiovisual, inmersivo y psicodélico, del videoartista David Sagberg. Sintetizadores, percusión y electrónica llenarán el escenario del teatro El Círcol la noche del sábado 30 de junio.

Premio honorífico Cryptshow Festival 2018 para Simon Boswell
Sábado 30 de junio
-Charla con el compositor.
-Proyección de 
Dust Devil de Richard Stanley (El Círcol)
-Concierto The And con Simon Boswell (El Círcol)
XII Cryptshow Festival
29 y 30 de Junio
6, 7 y 8 de Julio
El Círcol, Badalona 
Categorías: Cryptshow

VAMOS DE ESTRENO (o no) * Viernes 11 de mayo de 2018 *

LA MUJER QUE SABÍA LEER (Le semeur, Marine Francen, 2017)

Francia. Duración: 98 min. Guion: Marine Francen, Jacqueline Surchat, Jacques Fieschi Música: Frédéric Vercheval Fotografía: Alain Duplantier Productora: Les Films du Worso Género: Drama

Reparto: Géraldine Pailhas, Pauline Burlet, Iliana Zabeth, Alban Lenoir, Françoise Lebrun

Sinopsis: Violette (Pauline Burlet) está en edad de casarse cuando en 1852, en las montañas francesas, su pueblo es brutalmente privado de todos sus hombres tras la represión ordenada por Napoleón III. Las mujeres pasan meses en aislamiento total. Desesperadas por volver a ver a sus hombres de nuevo, hacen un juramento: si aparece un hombre, tendrán que compartirlo.

La mujer que sabía leer refleja perfectamente el papel de la mujer en el mundo rural, en el que a pesar de ser el miembro fuerte de la unión y llevar las riendas del hogar, concede y acepta el papel del varón como cabeza de familia. También muestra, de manera muy natural el deseo femenino. En contraste con el viejo dicho de que en tiempo de guerra todo vale que tantas veces hemos visto protagonizado por hombres, aquí será un núcleo femenino el que tome la iniciativa para solaz y perpetuación del grupo. 

La joven protagonista, interpretada de manera muy delicada por Pauline Burlet, deberá aceptar una doble responsabilidad, primero ante la comunidad ya que pese a  ser la escogida por el joven que llegará a ese pueblo sin hombres, deberá renunciar al amor y a la exclusividad por el bien del grupo; y también ocupando su lugar como la única mujer del lugar que sabe leer, difundiendo el conocimiento con  los niños.

Con una banda sonora que prescinde de partitura compuesta por la melodía que producen los trabajos de la siega, los insectos, los pasos y la lengua francesa -sería un crimen no verla en versión original- el film cuenta, además, con un magnífico diseño de producción y una iluminación naturalista que en algunos momentos transforma la pantalla en un lienzo de Van Gogh o de Vermeer. 

Esta delicia para los sentidos supone el debut de Marine Francen, que ha sido asistente de dirección de Michael Haneke y Olivier Assayas y ganó el Premio Kutxabank- Nuev@s director@s en la pasada edición del Festival de San Sebastián.

https://www.youtube.com/watch?v=dm95FfA6lh0

 

Categorías: VAMOS DE ESTRENO

Cryptshow Festival cambia de formato e incrementa días de programación con dos fines de semana en su duodécima edición

En su 12ª edición, Cryptshow Festival incrementa en dos fines de semana la programación. Se celebrará los días 29 y 30 de junio y el 6, 7 y 8 de julio. Como ya informamos en la clausura del festival el 2017, este año estará dedicado al Purgatorio. En 2011, el Papa confirmaba que el Purgatorio no es un lugar, desplazando así una parte importante de la literatura europea al terreno de la fantasía y la ciencia ficción. El Purgatorio se ha convertido así, de manera oficial, en un elemento fantástico como lo son el País de Nunca Jamás de Peter Pan o El Dorado.

De este modo Cryptshow Festival dedica su duodécima edición en el espacio destinado a la purificación final de los elegidos, un lugar que es un monte para Dante, una comisaría para Tornatore, y, para Tyukanov, la guerra. Los referentes al Purgatorio en las diferentes artes son muy diversos, pero los organizadores han elegido un cartel más sintético que toma como temática la fiesta de la muerte en la cultura mexicana, una Catrina que es símbolo principal del Día de Muertos, una fiesta de la vida y la muerte. A la vez, el cartel, obra del ilustrador Toni Benages, hace referencia al momento de empoderamiento que vive la mujer ante la censura y falta de libertades que vivimos en la actualidad.

En cuanto a la programación de esta duodécima edición, estará dividida en tres partes: Antepurgatorium, que centrará todas las actividades previas al festival; Purgatorium, los días 29 y 30 de junio, donde la música toma protagonismo; y Paradisus Terrenus, el 6, 7 y 8 de Julio, donde se concentrarán todas las sesiones relacionadas con el cine y la literatura.

XII Cryptshow Festival
28 y 29 de Junio
6, 7 y 8 de Julio
El Círcol, Badalona 

Categorías: Cryptshow

Diábolo editará en lujosos tomos los mejores Horror Comics de los años 50

Categorías: Cómic y Manga

Las lecturas de Serendipia: ‘Universo Twin Peaks’ (Ranas/polilla, Logia Negra, doppelgängers, tulpas, leñadores siniestros, humor-terror-surrealismo y David Bowie convertido en una tetera)

Hace unos años me enfadaba rotundamente y me sentía estafado y ultrajado cuando no entendía una película. Supongo que me atenazaba un profundo complejo de inferioridad cuando sucedía. Vamos, que pensaba que no la entendía porque sencillamente yo no llegaba. Que no daba más. Otras veces pensaba que el director se había pasado de listo o que, sencillamente, era un inepto y no había sabido contar la historia de manera coherente.

Han pasado muchos años y, sobre todo, muchas películas desde entonces. Y todavía a veces sigo pensando tras ver una película que el director es un botarate o que, sencillamente, yo no llego. Pero ya no me enfado. Y menos con David Lynch. Con este genio y su universo más abstracto –el ‘normal’ me encantaba-,  hice las paces tras ver Twin Peaks: fuego camina conmigo (Twin Peaks: Fire Walk With Me, 1992), cinta cuyo terror íntimo entendí a la perfección. Y también Carretera perdida (Lost Highway, 1997) y, sobre todo, Mulholland Drive (2001). Y no solo hice las paces con él, sino que se convirtió en uno de mis directores de cine favoritos. De acuerdo, en una primera visión de, sobre todo, las dos últimas nombradas, no me enteré mucho de que iba la cosa, pero me quedé encandilado con sus imágenes y aprendí a gozar con las visiones producidas por la imaginación desatada de David Lynch. Así que ahora, cuando me pierdo viendo una de sus más enrevesadas películas, no hay dolor: pongo el botón de comprensión en OFF y me dejo mecer por las imágenes. Y ese grado de disfrute no lo consigo con muchos directores. Es un placer y una forma de disfrutar del cine situado en otro nivel. Ya no me molesto en intentar comprender lo que el director me quiero contar o porqué suceden esas cosas tan extrañas en la pantalla. Incluso me da por pensar que que el propio director no entiende lo que cuenta o, sencillamente, no desea que el espectador lo haga. Y no me enfado. Me dejo mecer. Me dejo llevar.

Así que cuando veo algo que me resulta ininteligible y un, digamos, crítico de cine o un, pongamos, cuñado intenta explicarme, ya sea vía revista, libro o red social, lo que he visto, sencillamente no le hago mucho caso. Estoy seguro de que tampoco lo ha entendido, pero a diferencia de mí, se niega a reconocerlo porque para él eso representaría quedar a la altura del espectador medio.

Sin embargo, todo esto no significa que no lea y me documente sobre lo que me gusta. Lo hago y mucho. Pero tan solo si la información proviene de los más cualificados. Y esas voces más cualificadas casi siempre resultan ser también las más humildes. Como me parece la de  Javier J. Valencia, sin lugar a duda la persona más indicada para contarnos absolutamente TODO sobre el universo Twin Peaks. Y es que tras ver el último capítulo de la serie, que me coincidió con la edición de Universo Twin Peaks, tenía una más que enfermiza curiosidad por poner cosas en claro. Y quien mejor que Javier J. Valencia, especialista en la serie y autor del único otro libro que tengo sobre ella, para que me explicara lo que él había sacado en claro de los complejos delirios de David Lynch y Marc Frost, los cuales consiguieron que tanto la crítica televisiva como la cinematográfica exclamaran, unánimemente, que Twin Peaks: The Return fue la mejor ficción rodada en 2017.

Y por supuesto que Universo Twin Peaks no defrauda. Ofrece todo lo que el seguidor y no seguidor de la serie de Lynch y Frost pueda desear y mucho más. Javier inicia su libro analizando el complejo mundo de la televisión o, mejor dicho, de las series, como nuevo paradigma del entretenimiento, el único que podría desbancar al cine. Y es que desde que Javier escribiera en 1999 Twin Peaks: 625 líneas en el futuro, las cosas han cambiado. Y mucho. Por entonces Twin Peaks había sido una serie adelantada a su época, que tras un merecido y desaforado éxito, fue languideciendo hasta desaparecer. En otras palabras: Twin Peaks fracasó, sí, pero permaneció en la mente de sus fieles seguidores y, lo que es más importante, su influencia perduró en posteriores ficciones televisivas. Han tenido que pasar 25 años, justos los que predice Laura Palmer al agente Dale Cooper, para que ambos se volvieran a encontrar y, por medio de esta nueva e inesperada temporada, Twin Peaks ocupara su lugar como reina y pionera de ese nuevo e inabarcable orbe de series. Y ha tenido que volver con una temporada cuyos 18 episodios han conseguido dejar en actitud ojiplática al espectador, demostrando que sigue siendo la más imaginativa, libre, bella, inquietante e ininteligible ficción visual creada por un artista.

Hacía falta un nuevo tipo de espectador. Lynch y Frost no andaban desencaminados y lo han demostrado a la televisión actual, en la que el papel que juegan las series como producto de entretenimiento, es ya más popular, influyente e importante que el que puede producir el cine entre los espectadores del nuevo milenio. Pues para todo ese nuevo y viejo espectador, Lynch y Frost han preparado una bomba,  un revulsivo que no acepta comparaciones y que ha vuelto a dinamitar la ficción mediante una obra de arte que puede o no gustar, pero que definitivamente no deja indiferente. ¿Ha merecido la pena el retorno de Twin Peaks?: Rotundamente SI. ¿Debería continuar?: Rotundamente NO…o al menos hasta dentro de 25 años.

Sin embargo, el cambio en los modos de entretenimiento y el papel que jugará The Return, el tiempo lo dirá. Por el momento, Javier J. Valencia intenta poner un poco de orden en todo este desconcierto, revolviendo en los cascotes y ofreciendo al lector TODO lo que quiere saber sobre Twin Peaks. Y lo que es mejor, de manera atractiva. Nos habla, ya lo hemos mencionado, de televisión. Analiza la tercera temporada y nos narra como ha encontrado un campo abonado, un lugar ideal en el que su vuelta era esperada con auténtica ansia como pionera de ese mundo interminable de series de este nuevo milenio. Nos cuenta como se gestó lo que parecía un imposible. Analiza también los viejos episodios de la serie clásica y todo lo que le rodea. Ofrece sus tesis, personales, sobre lo que él entiende que pueden significar los diferentes enigmas. Intenta desentrañarlos pero ya avisa que lo que le gusta es ejercer de “fontanero de la continuidad”, trabajando a jornada completa para intentar atar cabos entre el pasado y el futuro. Buscando claves y nexos de unión. Y aún a pesar del ingente trabajo realizado, es posible que el autor no pueda explicarnos o hacer encajar todo. Tampoco es necesario. Uno de los atractivos, sino el más grande de Twin Peaks, se encuentra en el enigma. El misterio. Coincidimos con el propio Lynch cuando dijo: “El misterio es lo que más amo, es el magnetismo de la vida y me resulta maravilloso saber que de la mayoría de las cosas no conocemos absolutamente nada”.

El libro, impecablemente editado con el buen gusto que caracteriza a Dilatando Mentes Editorial,  no habría podido recibir mejor nombre que Universo Twin Peaks, pues en él el lector encontrará, además de un pormenorizado comentario de cada uno de los episodios y del largometraje, TODO sobre la serie: merchandising, comentarios de escenas descartadas o no rodadas del largometraje, pero incluidas en el guión; libros que se suman al canon de la serie; bandas sonoras; trading cards, curiosidades, campañas publicitarias… Y todo ello sin resultar engorroso o pedante. Pues ante todo el autor se descubre como un sincero enamorado de Twin Peaks y de todo lo que rodea a la serie. Y ese amor lo trasmite al lector gracias a su escritura ágil, que ha ganado con el tiempo desde que escribiera aquel primer acercamiento a la serie, Twin Peaks: 625 líneas en el futuro que ha sabido desbrozar añandiéndolo a Universo Twin Peaks, ampliando lo necesario y eliminando lo superfluo, ofrecieno como resultado la que sin lugar a duda ya es LA obra de referencia sobre el universo Twin Peaks.

“Todo lo que han leído ha sido mi/mis teoría/teorías sobre el final, y apuntes diversos sobre todas las puertas que abre. Pero, por supuesto, es probable que usted tenga la suya y tenga mucho más sentido que todo lo que acaba de leer: el puzle existe desde que se emitió el episodio piloto en 1990 (…)”

Javier J. Valencia