Las dobles versiones en el cine de Paul Naschy
Hay que ver como se repite la historia. Cuando parecía que el tema de la censura estaba enterrado ahora nos encontramos con actitudes represoras provenientes de la España de los Alcántara, o mejor dicho, de los Botejara. Y es que hay cosas que nunca cambiarán. Y en todas las épocas hay santones dispuestos a vigilar nuestra moralidad.
Hubo un tiempo no tan pretérito en el que estos santones -o sus benditos padres, o sus confesores- vigilaron que el españolito de pro no tuviera pensamientos sucios al ver un bonito cuerpo femenino (o masculino), así que los eliminaron de las pulcras pantallas estatales, pero no de las del resto del mundo. No era cuestión de renunciar a los beneficios que pudieran dar estos films en el extranjero, así que permitieron que se rodaran algunas escenas picantes mostrando algún seno esporádico o alargando la escena de amor de turno, para añadirlas a la versión destinada a esos mercados y no hacer el ridículo en el mundo civilizado.
Ahora, con el acceso en formato doméstico a esas versiones foráneas, estamos descubriendo todo un mundo inédito y de lo más curioso. Y de eso va este artículo, en el que vamos a rastrear un poco sobre lo que se dió en llamar doble versión y que, en la mayoría de casos, solo variaba en incluir pequeños planos anatómicos de la actriz cuya visión hubieran condenado al infierno al españolito de entonces.
En este artículo pasearemos por la historia de la censura deteniéndonos en esas dobles versiones. Escucharemos la opinión de un testigo de excepción: el productor y hombre de cine Josep Anton Pérez Giner, que nos contará sus recuerdos y vivencias al respecto. Y finalmente analizaremos las dobles versiones de los films de Paul Naschy que hemos llegado a conseguir.
Así que aprovechen, que cualquier día nos levantaremos y veremos que de nuevo quieren volver a salvarnos de ver estas escenas recuperadas alegando que son apología a la violencia de género o cualquier sandez con la que atacar y vetar la libertad de expresión en un medio que no deja de ser ficción, entretenimiento y también arte.
DE LA CENSURA Y EL NACIMIENTO DE LA DOBLE VERSIÓN
Ya son bien sabidas las pocas alegrias que nos dejó la censura durante la España Nacional Catolicista que nos tocó vivir (a unos más que a otros). Algo que, bien mirado no es del todo cierto, ya que si uno revisa la historia de la censura, hay una buena cantidad de anécdotas que muestran que estos tipos, muchos de ellos pertenecientes al mismo clero, eran más bien cortos y alguna buena les colaron, solo hay que mirar Diferente (1962, Luis María Delgado) con una historia claramente homosexual o Cabezas cortadas (1970, Glauber Rocha), que tal y como nos comenta más abajo Pérez Giner emparentaba al dictador del film con cierto dictador autóctono. Pero la carne… ¡Ay la carne!…¡La lujuria! por ahí si que no pasaban, bueno, pasar sí que pasaban, pero la tijera sobre lo poco que nuestros cineastas se permitian incluir en sus autocensurados films. Así que si bien para el españolito la líbido estaba “atada y bien atada” a base de recortes, otra cosa era que estas películas pudieran venderse en los mercados extranjeros o las coproducciones pudieran realizarse junto a socios de países más liberales -o mejor dicho, liberales a secas- así que no quedó otra que sacarse de la manga la ingeniosa realización de la doble versión, que no era otra cosa que insertar desnudos allá donde en la versión de aquí había sujetadores, camisones y refajos.
Y es que el cine español tenía una gran competencia, especialmente de las producciones americanas, así que para rentabilizar sus películas se pensó en exportarlas, pero claro, aunque aquí el tiempo se había congelado desde que ciertos generalillos decidieron hacerlo, en el exterior los tiempos avanzaban que era una barbaridad, así que para facilitar las ventas se realizaron dobles (o triples) versiones que incluían, en el mejor de los casos, pudorosos frontales de las actrices.
El polifacético cineasta Ignacio F. Iquino se atribuyó la paternidad de estas dobles versiones, concretamente con el filme Juventud a la intemperie (1961), en el que incluyó escenas de desnudos de Rita Cadillac, una stripper que importó de París, aunque otros filmes anteriores ya tenían doble versión, como La pecadora (Iquino, 1954) Los gamberros (Juan Lladó, 1954), Camino cortado (Iquino, 1955) El difunto es un vivo (Juan Lladó, 1956), El juego de la verdad (José María Forqué), Un vaso de whisky (1958, Julio Coll) o Siega Verde (1960, Rafael Gil).
También se dieron anécdotas curiosas, como sucedió con Las melancólicas (Rafael Moreno Alba, 1971) de la que por error se proyectó en un cine de Madrid la copia para exportación, con el consiguiente escándalo.
Todas estar versiones parece ser que se rodaron con el beneplácito de la administración, que no dejó escapar la ocasión de entrar divisas aunque fuera a base de exportar el mismo “pecado” que no se permitía ver a los españolitos. Cineespaña, organismo de promoción y venta del cine español en el extranjero, llega a sugerir y recomendar que se rueden estas dobles versiones a directores y productores para facilitar la venta de estos films en el exterior.
Paul Naschy explicó a Juan Antonio Molina Foix que «(…) Esa exigencia de desnudos venía sobre todo porque estas películas se exhibían en el extranjero. Profilmes hizo montones de dobles versiones porque las vendían mucho mejor. Había muchos paises que lo pedían. Sin ir más lejos los japoneses, y no sólo pedían desnudos y erotismo sino también violencia«.
Amando de Osorio contó la historia de otra manera a Josu Olano y Borja Crespo para el libro Cine Fantástico y de Terror Español 1900-1983:
“Hacía la versión original y luego cortaba lo que pensaban que no podría pasar la censura. No es que hubiera dos versiones, estaba estudiado de tal manera que al cortar esos fragmentos no se perdiera la continuidad. Yo no hice dobles versiones, estaba prohibido. De todas formas se cortaría muy poco, la versión española quedaba también bastante fuerte».
Vistas ahora, estas dobles versiones resultan del todo inocentes: Una sábana que se baja mostrando un blanco pecho; un vestido que al ser desgarrado por el verdugo de turno nos permite vislumbrar anatomía femenina… y poquito más, no nos engañemos, que la cosa no daba para mucho más y no todas las actrices españolas se dejaban convencer de desnudarse. Eso vendría poco después…
Pero si bien estos insertos, aunque divertidos y a veces forzados no hacen que en la mayoría de los casos cambie demasiado el film en sí, tal y como declaraba Amando de Ossorio, hay casos mucho más tristes y degradantes, como es el de por ejemplo Las Vampiras (Vampiros Lesbos, Jesús Franco, 1973) una película hipnótica, brillante y con una estupenda música, que conoció tantísimos cortes en su versión para las pantallas españolas, que incluso perdió la banda sonora. Personalmente no entendía el culto que tenía este film en el extranjero hasta que pude verla completa. Otro caso especialmente sangrante es el de La semana del asesino (Eloy de la Iglesia, 1973), película que perdió, además de los consabidos planos picantes, importantes escenas completas, tal y como se puede ver al compararla con la copia editada en Inglaterra por Redemption bajo el nombre de Cannibal Man. El mismo Eloy de la Iglesia dijo que sería imposible reconstruir una copia completa: “la copia inglesa iba sin los cortes españoles, pero tenía otros nuevos, sobre todo en las escenas del matadero, porque los ingleses son muy suyos para estas cosas. (…)no se conservan las bandas de diálogo; sería muy complicado. Había una especie de sueño, por ejemplo, en la piscina, con una escena amorosa homosexual muy explícita, yo creo que la más explícita que se ha rodado nunca en España”. (Entrevista de Carlos Aguilar y Francisco Llinás para el libro Conocer a Eloy de la Iglesia).
Incluso Malenka, la sobrina del vampiro (Amando de Ossorio, 1969) existe con dos finales, el que se proyectó aquí con una ridícula explicación realista en la línea de La marca del vampiro (Mark of the Vampire, Tod Browning, 1935) y otro mejor en clave sobrenatural.
Se pueden rastrear dobles versiones en, por ejemplo, La novia ensangrentada (Vicente Aranda, 1972), La llamada del vampiro (José María Elorrieta, 1972) –cuya versión para el extranjero era de lo más completita, con auténticos insertos softcore-, La orgía nocturna de los vampiros (1974) y El extraño amor de los vampiros (1975) , ambas de León Klimovsky y por supuesto en infinidad de películas de Jesús Franco con Drácula contra Frankenstein (1972) y La Maldición de Frankenstein (1972) en cabeza.
Lamentablemente de todos estos títulos no se pueden localizar versiones alternativas, aunque existen algunas fotografías que lo atestiguan.
JOSEP ANTÓN PÉREZ GINER NOS HABLA SOBRE AQUELLA ÉPOCA
Josep Anton Pérez Giner, productor de muchos films que han hecho historia en el cine español y creador, junto a Muñoz Suay, de la mítica productora Profilmes, es un testigo de excepción de aquella época y de aquella forma de hacer cine. En su haber se cuentan grandes clásicos del Fantaterror como La noche de Walpurgis (León Klimovsky, 1971) o La noche del terror ciego (Amando de Ossorio, 1972) en las que ejerció como director de producción. Tras crear Profilmes se inicia una edad de oro del cine de terror español que incluye títulos como El espanto surge de la tumba (Carlos Aured, 1972), La saga de los Drácula (León Klimovsky, 1973), La noche de las gaviotas (Amando de Ossorio, 1974) y La maldición de la bestia (Miguel Iglesias, 1975), entre muchas otras.
Aunque retirado, sigue todavía al pié del cañón. Estas son sus palabras.
¿Que nos puede contar sobre las dobles versiones para el extranjero?
Se rodaban -paralelamente – algunas escena «atrevidas» (en realidad ahora serian calificadas «para mayores de trece años») y se rodaban planos complementarios para intercalar o no, según la censura. Si pedían en el Ministerio de Fraga Iribarne y compañía la destrucción de las tomas prohibidas (estilo Inquisición Franquista) se ordenaba al laboratorio que destruyera una segunda toma y se conservaba la buena para enviar al extranjero.
¿Hubo películas con dobles versiones en las que usted tomara parte antes de la época Profilmes?
No. En las películas anteriores o eran comedias , o en las de tema político teníamos mucho cuidado en no correr riesgos. Nos imponíamos «auto-censura» No éramos héroes. La realidad es que los únicos creadores españoles que se oponían al franquismo eran los que estaban en el exilio o en las cárceles. Los demás éramos cobardes que tragábamos y «colaborababamos» , de cierta manera , con el Régimen Fascista . El futuro rey «demócrata» iba a comer con Franco… Con esta realidad se perpetuó la Dictadura.
¿Creé que las autoridades y la censura estaban al tanto de las dobles versiones para el extranjero tal y como indican otros cineastas?
Para ellos era una pura y ridícula anécdota , nada peligrosa. Estaban por encima del bien y del mal. Supongo que en sus reuniones del Ministerio se reían de nosotros y nos despreciaban olímpicamente.
¿En que consistían esas dobles versiones?
En nuestras «dobles» versiones pocas veces mostrábamos el sexo de las mujeres y nunca el de los hombres, pero a la hora de rodar los actores rodaban desnudos , aunque la cámara ocultara su sexo. Algunos actores tapaban sus «partes» con un trozo de tela que pegaban con minúsculo esparadrapo por «pudor».
Alguna anécdota o situación descabellada con la censura.
Recuerdo algunas barbaridades que pocas veces se referían al erotismo, porque no nos atrevíamos a exagerar. En una película de Rafael Gil , en la que yo trabajaba como Ayudante de Producción recuerdo un oficio que decía «Suprimir o cambiar la frase : ‘tu eres mejor de lo que crees’ porque el oficio de prostituta nunca está justificado y siempre es abominable «. Se refería a una frase que decía el personaje de Paco Rabal a la protagonista : «tu eres mejor de lo que crees».
En mi primera película de productor Se vive una vez (antes «Benigno , hermano mío») tuve grandes problemas porque el personaje principal, interpretado por Fernán Gómez, se suicidaba mientras se oían como fondo villancicos de Navidad.
En el documental Juguetes Rotos la Censura del Ministerio de Información y Turismo indicó treinta cortes, que luego fueron reducidos a siete, pese a que un sacerdote del Opus Dei , el Padre Urteaga, había visto la película y no había puesto ningún problema. Por ejemplo, en una parte del documental se decía «España es la tierra de los hombres valientes» y se veían un torero y una foto de boda (la mía) y la observación verbal que nos hizo Marciano Torre de la Fuente fue la siguiente: » Los lectores dicen que es blasfemo considerar un sagrado sacramento como una «valentía». Literalmente esas fueron sus frases
En Cabezas Cortadas de Glauber Rocha, pedimos al director que procurará no apreciará ningún parecido entre el dictador protagonista con Franco (cuando en realidad era una «biografía» del General). Pasamos la censura sin ningún corte, pese a frases como «he inaugurado muchos pantanos» «los estudiantes deben estudiar y no hacer la revolución» y se veía un camión lleno de revolucionarios que se veía «a la legua» que eran milicianos republicanos. Nunca entendieron las alusiones. Supongo que al ser un director brasileño muy premiado y con películas muy de autor y para ellos un «rollo», ni se molestaron en ver la película
Sé que El espanto surge de la tumba, La Saga de los Drácula, La rebelión de las muertas, Exorcismo o La maldición de la bestia tienen doble versión, pero tengo dudas de que la tengan las películas de aventuras, como La diosa salvaje de José Truchado o Kilma, la reina de las amazonas y Tarzán y el misterio de la selva de Iglesias Bonns.
De las películas de Miquel Iglesias recuerdo que hicimos dobles tomas en»Desnuda inquietud» de la actriz Nadiuska.
¿Qué pasó con esos insertos para el extranjero?
Ya he comentado el destino de las tomas cortadas por la Censura: el fuego o la destrución. Ignoro si existe en los archivos alguna toma doble.
LAS DOBLES VERSIONES EN EL CINE DE PAUL NASCHY
Aunque cierto es que la versión para Estados Unidos de La marca del hombre lobo (López Eguiluz, 1968) tiene un inserto de animación que sirve de prólogo con el que intentar explicar el despropósito de su título americano, Frankenstein’s Bloody Terror, la primera película de Paul Naschy de la que hay constancia de doble versión por lo motivos expuestos, es en la de por sí confusa La Furia del hombre lobo (Jose Mª Zabalza, 1972) film de culto en Estados Unidos y todo un disparate que visto hoy no deja de ser divertido. La versión editada por DVD en España por Divisa no contiene los insertos con desnudos, que sí pudieron verse en las primeras ediciones en VHS y en algún pase televisivo. Estas escenas son de lo más discretas, pero nos ofrecen la posibilidad de otear el pecho de alguna actriz.
De Los monstruos del terror (1971, Hugo Fregonese y Tulio Demicheli) no hay noticias de versión sexy. Es más, las versiones destinadas al mercado americano y alemán revisadas son de lo más inocentes, mientras que La Noche de Walpurgis (1970, León Klimovsky) conoció doble versión, dándose el curioso
caso de que se pueden comparar las dos, ya que en la versión editada en España por Divisa, están juntas las imágenes, una a continuación de la otra, de forma un tanto descabellada pero curiosa. En todo caso es más recomendable la edición americana del filme, Werewolf Shadow, editada por BCI, que contiene como extra The Werewolf Vs. The Vampire Woman, la versión americana tal y como se estrenó en la época con guión de “James Molin” y doblada al inglés. Título que añade más notas curiosas al tema de las dobles versiones, ya que contiene alguna escena con desnudos y otras no: la escena del sacrificio en el altar es en “vestido”, así como la de cama entre Naschy y Gaby Fuchs, que es “a la española”. Además, esta versión tiene una duración de 82 minutos, en contraste con los 94 de la versión española.

Esta imagen de La noche de Walpurgis nos estuvo vetada a nosotros y a los americanos.
Dr. Jekyll y el hombre lobo (1972, León Klimovsky) tiene doble versión y está editada en su forma “vestida” por Divisa. Para ver una versión más ligera de ropa hay que ir a Estados Unidos y ojear Dr. Jekyll and the Werewolf de Sinister Cinema, una copia de peor calidad que la editada por Divisa y además en inglés, pero con algunas escenas de desnudos frontales de Shirley Corrigan, Mirta Miller y otras actrices que realmente no aportan gran cosa pero que alegran lo suyo. Existen versiones con más escenas, incluidas en versiones VHS editadas en Alemania y Holanda, detalles que pueden consultarse en el artículo monográfico sobre el filme de Klimovsky.

La escena del ascensor tal y como la vieron alemanes y holandeses.
Jack el destripador de Londres (José Luis Madrid, 1972) conoció doble versión, tal y como desvela el actor Andrés Resino en la entrevista publicada en el primer número de Latarnia. En cuanto a Disco Rojo (Rafael Romero Marchent, 1973), desconozco si se rodó versión alternativa, pero por su temática adulta garantizaría que sí.
De su siguiente película, El espanto surge de la tumba (Carlos Aured, 1973) si se puede comprobar que existen dos versiones, tal y como se puede ver en la copia editada en Estados Unidos por VCI / Deimos, muy interesante y repleta de escenas alternativas: Emma Cohen duerme desnuda; Luis Ciges descubre los pechos de la Cantudo antes de rebanarle el cuello y sacarle el corazón; Helga Liné tiene el camisón muuuucho más transparente en algunas escenas, además de hacer un integral ante una de sus ¿pobres? víctimas. También son más carnales las escenas entre Paul Naschy y Emma Cohen. Sólo nos quedamos con las ganas de ver algo más de la recatada Cristina Suriani, víctima de los jugueteos sexuales de los dos brujos, maniobras que se dejan entrever más en la americana que en la versión española, que es la editada por Tripictures en su, por otro lado, excelente colección.
Como nota curiosa añadir que el DVD americano incluye entre los extras las escenas “vestidas” de la versión española.
En El gran amor del conde Drácula (Javier Aguirre, 1975) los desnudos tienen más protagonismo y son más abundantes. Esta es una de las películas que permanecen inéditas en el mercado español (aunque circula una copia ‘oficiosa’ íntegra), también puede adquirirse completa, pero en inglés y con pésima calidad, en Estados Unidos. En cualquier caso, vale la pena conseguir la versión sin censura por ver a Rosanna Yanni y a la arrebatadora Mirta Miller con colmillos y camisón protagonizando incluso una escena de lesbianismo a tres bandas, aunque todo es en un plan muy light y fino. La única actriz que se mantiene vestida durante todo el metraje es la protagonista Haydée Politoff.
El jorobado de la Morgue(Javier Aguirre, 1973) ha sido editada en España en su versión más casta por Tripictures, aunque parece ser que su doble versión no mostraba mucho más. En todo caso sí se puede ver que el acercamiento de Rosanna Yanni al jorobado Gotho es mucho más cercano en la lujosa edición alemana de i-Catcher Media, así como en la francesa editada recientemente por Artus Films.
La rebelión de las muertas (León Klimovski, 1973) mostró bastante carne, tal y como se puede ver en la versión en DVD editada por VCI / Deimos: en algunas escenas las transparencias de los camisones de las zombies clareaba; Mirta Miller nos muestra un delicado pecho y cuando el misterioso asesino que va cambiando de máscara asesina a una pareja, ella lleva menos ropa bajo su abrigo rojo que la que se puede apreciar en la versión española editada en DVD por Tripictures. También el DVD americano incluye, entre sus nutritivos extras, las escenas “vestidas” de la versión española.
El retorno del Walpurgis (Carlos Aured, 1973) es un pequeño festival de chicas deseosas de pasar la noche con Waldemar. Hasta las dos hermanas protagonistas se lo llevan a la cama, luciendo incluso un integral la mexicana Maritza Olivares. También hay una escena de invocación que incluye un coito, generosamente mostrado, de una zíngara y un misterioso hombre de negro. Ignoro como solucionaron esta escena en la versión censurada, ya que tanto el DVD editado en España por Vellavision como el americano de VCI / Deimos contienen la edición internacional con desnudos, y en esta ocasión los extras no muestran las escenas en versión recatada.

Una explícita cartelera mexicana. La frase publicitaria no tiene desperdicio.
Los ojos azules de la muñeca rota (Carlos Aured, 1973) tiene pequeños desnudos de la fenomenal Eva León y de una Diana Lorys con regusto fetichista que fueron cortados, aunque hay que decir que afectan poco o nada a la continuidad del film (aunque alegran la pajarilla). ¿Quieren verla completa? Pues recurran como siempre a la versión americana de VCI / Deimos, ya que la española de Tripictures es la que se pudo ver en las salas españolas y se perderán la imponente delantera de Eva León. Como nota curiosa indicar que el poster americano de este film, allí titulado House of Psychotic Women lo realizó el legendario ilustrador Basil Gogos.
De La venganza de la momia (Carlos Aured, 1973) no se ha podido localizar copia con escenas de desnudo, aunque unas pocas fotos demuestran que se realizaron tomas destinadas a la exportación. El especialista americano Mirek Lipinski tampoco ha encontrado ninguna copia, en ningún formato, que contenga escenas diferentes a la estrenada en España, editada en DVD por Vellavision.

Un detalle de la guía publicitaria española.
De La Orgía de los muertos (José Luis Merino, 1973) nos dijo el mismo director que no existía una versión alternativa, pero no es así, ya que existe y tan solo hace falta echar mano del DVD editado por Troma con el nombre que recibió el film en Estados Unidos, The Hanging Woman , para comprobarlo.
Es remarcable algún caso de malas artes de productores extranjeros con actores y directores españoles (no siempre iba a ser al contrario) y un caso paradigmático es el de La ratas no duermen de noche (Juan Fortuny, 1973), coproducción con la productora francesa Eurociné que en su versión gala recibió varios insertos con un actor doblando a Naschy, naturalmente, sin su consentimiento. Esta versión, con los insertos como extras, es la que ha editado recientemente Arrow Video con el título The Man with the Severed Head.
De las alimenticias El asesino está entre los trece (Javier Aguirre, 1973) y Tarzán en las minas del Rey Salomón (José Luis Merino, 1973) puede asegurarse que no existen dobles versiones, a pesar de que la segunda contaba con la exuberante Nadiuska. Sí que existe una versión más agradecida de Una libélula para cada muerto (1973, León Klimovsky) ya que se trata de una coproducción con Italia que contó con Erika Blanc, gran dama italiana del cine europeo que no ponía grandes reparos en mostrar su anatomía por exigencias del guión. Además, el film contiene algunas escenas que parecen indicarlo, como una escena de striptease en la que la stripper no se desprende de ropa. En todo caso, la película está a la espera de una edición internacional con este metraje incluido.
El mariscal del infierno (1974, León Klimovsky) tuvo versión alternativa, pero tanto la edición española de Tripictures como la americana Devil’s Possessed de Sinister Cinema está libre de desnudos que puedan ofendernos (¡¡…!!). Para poder verlos, de momento habrá que buscar en añejas ediciones internacionales en VHS.
A partir de aquí los desnudos ya dejan de ser tema tabú y comienza a permitirse tímidamente su exhibición, aunque por supuesto, dentro de un orden. Inquisición (Jacinto Molina, 1978) conoce dos versiones, aunque no es tan fácil de asegurarlo ya que por un lado la edición en DVD de Vellavision (y antes la de VHS de Manga) incluyen generosos desnudos que hacen pensar que estamos ante la versión íntegra del film. Pero ciertas fotos demuestran que existen tomas con desnudos de escenas que en esta edición están incluidas en versión “vestida”, especialmente la escena del aquelarre y varias protagonizadas por Daniela Giordano. ¿Fueron rodadas y desechadas?: Misterio.
Estas y otras fotografías pueden verse en la revista Film-Sex, que editó un número monográfico dedicado al film. Todo un documento de colección.

¡Alegría, jolgorio y despiporre! Paul con las actrices de Inquisición en tiempos más divertidos que los que vivimos ahora.
También podemos ver por estas dos imágenes de La bestia y la espada mágica (Paul Naschy, 1983) que esta escena se rodó de dos formas. No sabemos porqué, ya que cuando se filmó esta película estaban ya algo lejos los tiempos inquisitivos del apogeo de la doble versión.
En noviembre de 1977 se publica el decreto-ley que suprime la censura, pasando a la historia estas dobles versiones y campando la carne con libre albedrío, pudiendo así el españolito medio intentar recuperar el tiempo perdido saciándose de carne mediante las películas clasificadas “S”, que estuvieron en vigencia de 1978 a 1982, año en el que se normalizó la exhibición del cine X. Pero esa es otra historia. Llegaría el fin del cine de género y un largo invierno para el fantástico español que, afortunadamente, parece que se va apaciguando.
Texto revisado el 23 de febrero (¡glubs!) de 2014.
Pues no me parece mal que haya dobles versiones siempre y cuando pueda accederse a las dos. Porque ahora está ocurriendo lo contrario, y no hay dobles versiones, ahora no hay nada más que escenas de sexo explícito, y si no quieres verlas tienes que apagar la tele y alejarte de los medios, ¿Es que nunca va a haber un punto medio?
Porque está muy bien que quien quiera ver esas escenas pueda, pero,
¿y quién no? Y si bien antes te ponías en el lugar de la gente que quería verlo y no podía también habría que pensar en la gente que no quiere ver esas escenas y no le queda otra.
Por supuesto hablo del cine y las series en general, americanas, o de dónde sean.
Un saludo, no sé si viene mucho al caso, pero quería dar mi opinión
Gracias por tu comentario. Celebramos que te haya gustado y dejamos tus observaciones para que consten. Por cierto, hemos encontrado esta página (http://www.movie-censorship.com/) que hace comparativas entre versiones íntegras y cortadas y nos parece muy interesante. También hay alguna española con fotografias en vestido / desnudo.
Absolutamente formidable. Solo una pega menor y es que la imagen de la fantabulosa Soledad Miranda pertenece a «El diablo vino de Akasawa» y no a «La vampiras».
Ya Rovira Beleta explicaba como en los 60 se rodaban estas dobles versiones incluso «por si a caso», es decir, por si esa película se llegaba a distribuir en el extreanjero tener material ya listo con el cual aderezarlo un tanto.
Sin embargo, «Marco Antonio y Cleopatra», 1972, Charlton Heston fue estrenada íntegra con escena de «tafanario» de Margaret Petersen.
Saludos
Me parece que es Monica Peterson
Buen trabajo amigo, realmente concienzudo. En Terror Fantastic no se cansaban de despotricar contra la sombría censura franquista.
Únicamente tengo que reprochar esa afirmación de que fue Pilar Miró la que asesinó a sangre fría el fantaterror español. Para mi es una falacia (aunque muy extendida,eso sí) ya que ya en la segunda mitad de los setenta el género en España cae en picado y a principios de los 80 no quedaban ni las trizas…excepción de los intentos de Paul Nashy, empecinado en recuperarlo, completamente infractuosos por otro lado. Recordar simplemente que Pilar Miró ocupó su puesto en la Dirección General de Cinematografía en 1982.
Muchas gracias por tus palabras. Sí, es posible que Pilar Miró no tenga el monopolio de haber terminado con el cine de género durante su mandato, pero seguro que contribuyó lo suyo. Por otro lado ya se sabe que los productores no están en el cine solo por amor al arte y cuando un género deja de dar dinero se deja de lado y se prueba con otro. Ahora mismo se ve que es lucrativo hacer terror y parece que no se averguenzan diciendo que son de intriga, misterio u otras excusas. En todo caso, de nuevo gracias por tus palabras y felicidades por el blog!!
¡Gran artículo!.Felicidades por el trabajo.Me ha gustado tanto que lo he recomendado en mi blog.
Muchísimas gracias a tí. Para nosotros es un honor que nos hayas recomendado y os felicitamos por el estupendo blog y también por el festival de cine de terror que pronto se celebrará en Zaragoza. Seguiremos el tema de cerca y seguro que hacemos una escapada (si las dificultades monetarias no nos ahogan del todo!!)
Un abrazo y