‘Mi adorado Monster’, película documental sobre Arturo de Bobadilla y ‘Los resucitados’, una de las películas malditas del cine español, comienza su recorrido por festivales.
En el marco del Sitges Film Festival se ha anunciado la programación de Isla Calavera – Festival de Cine Fantástico de Canarias, que incluye la presentación en Sección Documental de «Mi adorado Monster».
Este es uno de los festivales, nacionales e internacionales, en los que se podrá ver la película en el mes de noviembre.
El Festival de Cine Fantástico de Canarias, Isla Calavera, también ha anunciado:
- Premio de Honor para Enrique López Lavigne productor de Mi adorado Monster a través de El Estudio.
- Premio a la Difusión del Fantástico para Víctor Matellano productor y realizador de esta película.
Además del Festival de Cine Fantástico de Canarias, Isla Calavera, la película Mi adorado Monster, ha sido seleccionada en festivales que serán anunciados en las próximas semanas.
Mi adorado Monster
Dirigida por Víctor Matellano
Producida por Enrique López Lavigne para El Estudio, en coproducción con Infilmity, ViMa, y con la participación de EMB Documental.
Idea original de Víctor Matellano, y guion de Manuel Tallafé junto al propio director.
Distribuida en cines y eventos cinematográficos por parte de 39 Escalones Cine.
En 1995, al tiempo que ruedan El día de la bestia de Álex de La Iglesia, Manuel Tallafé y Santiago Segura, participan también en un proyecto llamado inicialmente El hombre lobo contra los templarios, y más tarde titulado Los Resucitados. Una película maldita que tardará veintidós años en completarse y estrenarse, una especie de Santo Grial del fantaterror, al frente de la cual está un director que asegura que le persigue un monstruo…
El séptimo largometraje de Víctor Matellano, la no ficción Mi adorado Monster, un documental de creación, comienza su participación en festivales y su carrera comercial
Producida por Enrique López Lavigne para El Estudio, en coproducción con Infilmity, ViMa, y con la participación de EMB Documental, con idea original de Víctor Matellano, y guion de Manuel Tallafé junto al propio director, Mi adorado Monster narra de forma muy creativa y en tono de comedia, con pequeños tientes de drama, la gestación de una de las películas malditas del cine español: Los resucitados, un film de Arturo de Bobadilla, de tortuosa y caótica producción, que tardó veintitrés años en estrenarse…
Nos narra la historia Manuel Tallafé, acompañado de un importante elenco, encabezado por Javier Botet, Millán Salcedo y el propio Arturo de Bobadilla, a los que se le unen Santiago Segura, Alex de la Iglesia, Alaska, Cristina Alcázar, Carlos Areces, Diego Arjona, Héctor Cantolla, Antonio Miguel Carmona, Manuel Colomina, Natalia Fisac, Toni Fuentes, Javier Gil “Javivi”, Macarena Gómez, Nacho Guerreros, Enrique López Lavigne, Manuel Martínez Velasco, Antonio Mayans, Angélica Revert, Pedro Ruiz, Ángel Sala, Elena S. Sánchez, Valeria Vegas, Zoe Berriatúa, Yolanda Font, Lone Fleming y Marian Clar.
Mi adorado Monster cuenta con dirección de fotografía de David Cortázar, música de Javier de la Morena, montaje de Iván Karras, efectos digitales de Daniel Fumero, y mezcla de sonido de Jose I. Arrufat. Produce Enrique López Lavigne, Diego Suárez Chialvo, Pablo Cruz, David Cortázar y Víctor Matellano, en asociación con Manuel Tallafé, Miguel A. Guerra, Iván Karras y Arturo de Bobadilla.
La película ha sido rodada en Digital 4 K, durante 28 sesiones, en localizaciones de Barcelona y la Comunidad de Madrid.
«Me fascina cómo determinados hechos o proyectos alcanzan la categoría de “culto”, de “maldito” o de “mito”. Y más cuando el hecho en sí consigue esa categoría más por no terminar de existir que por ser una realidad en si. En este caso, un proyecto que se alarga más de dos décadas en el tiempo.
Lo que más me interesaba al acercarme a la historia de cómo un fan aborda, sin medios, sin experiencia y sin recursos técnicos, una película para emular a sus ídolos, y además implica a un montón de profesionales, es el mundo del juego por el juego. Es decir, de rodar por rodar, de jugar a emular. Y de alargarlo en el tiempo como un eterno working progress, para utilizarlo como evasión, como proyección personal, y en definitiva, cómo razón de ser. Cada uno maneja sus monstruos, y esta forma es válida y original». Víctor Matellano
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