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Las lecturas de Serendipia: ‘Weird Science’ Vol. 2
WEIRD SCIENCE VOL. 2
Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 216 páginas a todo color
Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones y lo hace retornando a la ciencia ficción con el segundo volumen de Weird Science
La colección, dedicada a la ciencia ficción va, en comparación con el primer tomo, que reunía los seis primeros números de este cómic book de EC., unificando contenidos con dos claros elementos distintivos que marcarán la primera parte de su trayectoria: los guiones del prolífico responsable de la serie, Al Feldstein que, muy comprensiblemente, dejará de ilustrar historietas y portadas; y el dominio gráfico de Wally Wood, que pasará a encargarse de las portadas, la historia inicial e incluso, en diversas ocasiones, aportará dos historietas en el mismo número. Mientras, su técnica progresa, con tecnologías, cohetes y astronautas herederos directos de la space operas de regusto pulp protagonizada por personajes como Flash Gordon o Buck Rogers. A sus curvilineas damas todavía tardaría un poco en perfeccionarlas, eso sucedería en Mad, donde también desarrollaría su caricaturesco dibujo pero, no adelantemos acontemientos…
Por otra parte, muchas de las historias publicadas en Weird Science podrían perfectamente haber formado parte de la linea terrorífica de EC. No todas estan centradas en un luminoso futuro surcado de naves espaciales, pero muchas si tienen en sus páginas criaturas antropormórficas venidas de quien sabe donde aterrorizando a los protagonistas y, en especial muchas de las ilustradas por Jack Kamen, están ambientadas en época contemporánea con experimentos fallidos. Asímismo, la gran mayoria de estas historias tienen deliciosos «giros O. Henry«, esos finales inesperados marca de la casa, así que uno no puede menos que preguntarse porqué estos cómics tuvieron unas ventas sensiblemente menores que los de terror.
Otro elemento a destacar, nuevamente, es la conexión entre cómic y cine, que queda bastante patente, como veremos, en algunas de las historietas. También Diábolo, muy juiciosamente, ha mantenido tanto las curiosas páginas de propaganda y las biografías de los colaboradores (elaboradas por Bill Gaines), como el correo de los lectores, donde se toma el pulso y evolución de las distintas series. Gracias, precisamente, a este contacto entre lectores y editores tendrá respuesta por fin una de las cuestiones que, todavía hoy, nos hacemos, y que un joven de Indiana ya se preguntaba en 1951: ¿Porqué se mantiene ese relato anónimo breve a todas luces intrascendente que hay en el centro de la publicación? Pues al parecer era obligado incluirlo, tal y como indica el «Correo Cósmico» del número 8 porque, «De acuerdo a las reglas del Servicio Postal de EE.UU., las revistas que se acogen a los privilegios de envíos de segunda clase deben contener el equivalente a dos páginas de texto«, algo a lo que a tenor del añadido «¡Lo sentimos!» con el que finaliza la respuesta indica que, efectivamente, se trataba de una imposición burocrática con la que cubrir el expediente que no terminaba de convencer ni a los editores.
WALLY WOOD
Wallace Allan Wood nació en junio de 1927. Se aficionó a la lectura de cómics desde muy pequeño, sobre todo de los clásicos americanos (Raymond, Caniff, Foster, Roy Crane o Eisner, con el que llegaría a colaborar) y decidio dedicarse él mismo a hacerlos. Tras la II Guerra Mundial encontró su primer trabajo remunerado en la industria del cómic como dibujante de fondos para The Spirit, creación de uno de los autores de sus lecturas juveniles, Will Eisner, un personaje del que ilustraría su última aventura, The Outer Space Spirit, en 1952.
Tras diversas, y escasamente remuneradas labores, en 1950 acepta un trabajo en EC Comics, compartiendo tintas y lápices en títulos de género romántico, como Modern Love o Saddle Romances. Su carrera despegó en los cincuenta, trabajando sin pausa para las empresas Avon y EC Comics, en títulos de toda índole: aventura, romance, ciencia ficción, horror, humor, etc. Se ha señalado que su entusiasmo por el cómic combinado con su amor por la ciencia ficción fue lo que convenció a William Gaines para lanzar las revistas Weird Science y Weird Fantasy, en las que publicó innumerables trabajos. También participó en Two-Fisted Tales, Tales from the Crypt, Valor, Piracy, Aces High y otros títulos de EC.
A mediados de los sesenta, tras pasar por la práctica totalidad de editoriales de cómics norteamericanas, iniciaría una nueve etapa en su carrera como editor independiente de witzend, una nada convencional publicación que mezclaba sátira, acción y fantasía. También creó Sally Forth (1968-1984), una serie de tiras cómico-eróticas destinada a publicaciones militares como Military News y Overseas Weekly. La incursión de Wally Wood en el erotismo prosiguió en otras series llegando a la pornografía en los años ochenta, con aventuras de Sally Forth mostrando sexo explícito.
Wood, cuya vida personal estaba enturbiada por el alcohol y la enfermedad, perdió la visión de un ojo a mediados de los setenta y se suicidó en 1981, con tan solo 54 años, pero con una abultada producción a sus espaldas cuya calidad le hizo merecedor de figurar entre los mejores artistas del cómic norteamericano.
Repasemos pormenorizadamente los contenidos de Weird Science Vol. 2
WEIRD SCIENCE 7. Mayo-Junio 1951. Portada y guion: Al Feldstein (menos el indicado).
Con portada deliciosasmente pulp de Al Feldstein, el cuaderno se inicia con Era el monstruo de la cuarta dimensión (It Was the Monster from the Fourth Dimension) todavía ilustrado por el propio Feldstein y que se adelantaba en siete años a The Blob (Irvin S. Yeaworth Jr., 1958), en la cual una masa similar (y del mismo color) espantaba a los sanos teenagers norteamericanos, entre ellos a un juvenil Steve McQueen.
En esta ocasión las cosas no saldrán, tal y como pueden suponer, tan bien como en la pantalla, como muestra su desolador final. ¡Falta algo! (Some Thing Missing!) es un delicioso relato ilustrado por Jack Kamen con un final de los que nos gustan… ¡Gregory tenía un Ford-T! (Gregory had a Model-T!) es la única incursión en el tomo de Harvey Kurtzman, una historia de amor ¿imposible? con claro regusto cómico. Con Los alienígenas (The Aliens!), Wally Wood cierra el cuaderno con una historia en la que los terricolas, por una vez, no serán responsables de su auto-aniquilación…
WEIRD SCIENCE 8. Julio-Agosto 1951. Portada y guion: Al Feldstein.
Ilustración de portada con monstruos de pesadilla Lovecraftianos y proseguimos con criaturas tentaculares en ¡Semilla de Júpiter! (Seeds of Jupiter!) una estupenda historieta ilustrada por Feldstein y con la que se despediría de dibujar más comics para la colección, centrándose, al menos por el momento, en los guiones, alguna portada y en dirigirla. Por cierto, prosiguiendo con las conexiones cine-cómic, el argumento de esta historieta tiene elementos que, porsteriormente, podrían verse en Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1978) ¿fueron los guionistas del film, Dan
O’Bannon (1946-2009) y, sobre todo, Ronald Shusett (1935) lectores de EC?, pues probablemente, pues por la edad, este último si podría haberlo sido y haber quedado marcado por la aterradora escena que, más tarde, recreó en la película de Ridley Scott. Tras La huída (The Scape), única historieta del tomo ilustrada por George Roussos, llega Irreparable (Beyond Repair) otra maravilla dibujada por Kamen, en tono de comedia romántica con ¿final feliz? Con Los exploradores (The Probers) cierra nuevamente el número Wally Wood, con una historia también hoy de plena actualidad, con naves, exploradores espaciales, vivisecciones y alienígenas repugnantes. Definitivamente, ¡Estos tipos saben lo que nos gusta!
WEIRD SCIENCE 9. Septiembre-Octubre 1951. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.
Tras una estupenda portada de Wally Wood, se inicia la dosis doble de este artista en el número con ¡La nube gris de la muerte! (The Gray Cloud of Death!), una esperanzadora y melancólica historia que apuesta por el sacrificio en aras del bien común, y Los invasores (The Invaders), en la que el ser humano vuelve a
ser ese bastardo que tanto odiamos y que tan poco hospitalario es con ciertas visitas. El monstruo marciano (The Martian Monster), es la ración de Jack Kamen de este número, con una historia llena de intrigas amorosas, traiciones, bellas mujeres y… ¡El zato!. Finalmente, ¡El esclavo del mal! (The Slave of Evil!), es una muy bien ejecutada e intrigante historieta, la única del tomo (y que recordemos de todo lo publicado hasta ahora), dibujada por George Olesen, un prolífico dibujante que ocuparía practicamente 40 años de su carrera (acreditado y sin acreditar) a la popular tira de The Phantom (El hombre enmascarado por estos lares).
WEIRD SCIENCE 10. Noviembre-Diciembre 1951. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.
De nuevo Wally Wood realiza una portada que muestra a una pareja de jóvenes y atractivos cosmonautas, recien llegados a un planeta en un cohete que vemos al fondo de la imagen, que son sorprendidos por un tentacular ser, dejando en el aire lo que podría suceder… aunque el humano ya está echando mano a su arma. Detrás de la portada un anuncio invita al lector
a aprender a tocar la armónica «en pocos minutos» con el cowboy y estrella de la harmónica, Jay Turner. Prosigue la fantasía con la habitual historieta de Wally Wood Las doncellas lloraron (The Maidens Cried), en la que unas bellas alienígenas que no hablan, algo que celebran lo cosmonautas, («¡Mujeres que no hablan! ¡Ni una palabra! ¡Jo, tío!»), con membranas bajo los brazos tendrán,

Plancha original de la extraña ‘Las doncellas lloraron’ (The Maidens Cried) de Wally Wood & Al Feldstein
como veremos, una extraña forma de reproducirse. Dos cosas a destacar en esta extraña historieta: el encantador detalle de que, antes de intimar con las alienígenas, las parejas se casen (¿?), y su sorprendente final, muy poco habitual en los cómics EC. Reducción…de costes (Reducing…Costs), historia ilustrada por Jack Kamen, desarrolla un ingenioso invento que ya quisiera poseer alguna compañía aerea moderna. Algo que no puede salir mal… ¿o si? Transformación completa (Transformation Completed) es la segunda historia del número dibujada por Wood y con la que Al Feldstein daba con la solución perfecta para los individu@s transgénero. Finalmente, con ¡El planetoide! (The Planetoid!) debuta Joe Orlando, un dibujante que se convertirá en habitual en la colección. Con un estilo, inicialmente similar al de Wally Wood, ¡El planetoide! demostrará, una vez más, que los humanos somos poco menos que gusanos.
WEIRD SCIENCE 11. Enero-Febrero 1952. Portada y guion: Al Feldstein.
Este número tiene algunas diferencias con respecto a la linea que va tomando la colección. O eso, o Wally Wood estaba de baja, pues la portada es de Al Feldstein y contiene dos historias ilustradas por Joe Orlando (el novato de la colección). Por lo pronto Wally abre el cuaderno con ¡Los conquistadores de la
luna! (The Conquerors of the Moon!), que ya entonces adviertía de los peligros del cambio climático que, según su primo le ha dicho a Rajoy, no existe. ¡Sólo humano! (Only Human!) es un agradecido Kamen, al que Feldstein parece reservar sus guiones más urbanos y contemporáneos. En esta ocasión incluso una inteligencia artificial terminará locamente enamorada de uno de sus estupendos personajes femeninos. Y cerrando el número, tal y como hemos adelantado, dos Joe Orlando, dos: Por qué papá se fue de casa (Why Papa Left Home), un relato de viajes en el tiempo de lo más ingenioso, y el angustioso Así se retuerce el gusano (The Worm Turns).
WEIRD SCIENCE 12. Marzo-Abril 1952. Portada: Wally Wood. Guion: Al Feldstein.
El segundo tomo de Weird Science de Diábolo Ediciones se cierra con este número, en el que se recupera la «alineación habitual» de artista ya desde la portada, una de las más populares de EC en general y de Wally Wood en particular y que hace referencia a la primera historieta del número, también de Wood, El Gobl es el mejor amigo de Knog (The Gobl is a Knog best Friend). ¡El
último hombre! (The Last Man!) es una nueva maravilla, en este caso apocalíptica, ilustrada por Kamen, que contiene uno de esos ingeniosos finales-shock retorcidos que tanto nos gustan. Wally Wood realiza una segunda historieta, ¡El androide! (The Android!), en la que las cosas no serán, ni mucho menos, lo que parecen. Finalmente ¡Masticados (Chewed Out!) cierra con honores el tomo, pues es una muy elaborado historieta de Joe Orlando con un final estupendo que dejará al lector con ganas de más EC., algo que, afortunadamente, pronto sucederá pues Diábolo Ediciones ya tiene listo, recién sacado del horno, el tercer tomo de Tales from the Crypt, cargado de nuevas y terroríficas historias cuya inminente publicación delata el alarmante hedor a descomposición que se detecta en el ambiente…
Es de justicia destacar, cuantas veces haga falta, la abrumadora labor de Al Feldstein como escritor de la práctica totalidad de los guiones de estas historietas (y de las de Tales from the Crypt, por solo hablar de los publicado por Diábolo) con los que consigue que en ningún momento decaiga la calidad de las publicaciones. Con su trabajo Feldstein se corona como elemento fundamental del universo EC.
Nos despedimos ya de este tomo haciendo referencia a su portada, que utiliza la del número 12 de Weird Science, coincidiendo con aquel ya lejano número 42 de Ilustración+Comix Internacional que en 1984 editó Toutain y que estaba dedicado, en gran parte, a la editorial de Bill Gaines. Entonces solo podíamos soñar con algo que, gracias a Diábolo Ediciones, ya es una realidad: tener a nuestra disposición una edición española a todo lujo de las colecciones que convirtieron en leyenda a los EC Comics
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