VAMOS DE ESTRENO * Viernes 4 de diciembre de 2020 *
MADAME CURIE (Radioactive, Marjane Satrapi, 2019)
UK-Hungría-China; Duración: 109 min. Guion: Jack Thorne (Biografía: Marie Curie) Música: Evgueni Galperine, Sacha Galperine Fotografía: Anthony Dod Mantle Productora: Working Title Films, Studio Canal, Shoebox Films, Pioneer Stilking Films. Distribuida por: Amazon Studios Género: Drama
Reparto: Rosamund Pike, Sam Riley, Anya Taylor-Joy, Aneurin Barnard, Simon Russell Beale, Jonathan Aris, Indica Watson, Mirjam Novak, Tim Woodward, Cara Bossom, Richard Pepple, Michael Gould, Mark Phelan, Corey Johnson
Sinopsis: Pionera. Rebelde. Genio. Radioactive es la historia real e increíble de Marie Sklodowska-Curie y su trabajo ganador del Premio Nobel que cambió el mundo para siempre. A medida que descubre elementos radiactivos previamente desconocidos, pronto se vuelve terriblemente evidente que su investigación podría conducir a aplicaciones en medicina que permitirían salvar miles de vidas, pero también a usos en la guerra que podrían destruir miles de millones de ellas.
Nuevo biopic centrado, no tan solo en la figura de la más importante científica que ha dado la humanidad, sino también en los efectos de los descubrimientos que investigó junto a su marido y compañero Pierre Curie. La cinta recrea las dificultades por las que tuvo que pasar la temperamental científica para desarrollar su trabajo bajo su condición de extranjera y mujer, así como la relación con su marido Pierre y, tras el fallecimiento de este, el escándalo que protagonizó por su relación con un compañero casado. También profundiza en otras facetas menos conocidas de su biografía, como su participación en la I Guerra Mundial junto a su hija primogénita, también científica y heredera de su carácter. Magníficamente ambientada es, como indicamos, más que un simple biopic, pues muestra los beneficios del radio al servicio de la medicina, pero también su poder destructor. Quizás son muchos años y datos vertidos en una sola película, por lo que resulta ligeramente apabullante, intensa, sobre todo en la parte final, en la que apoyada por su hija mayor (una estupenda Anya Taylor-Joy) inicia la que considerará su última batalla llevando, precisamente, al campo de batalla, rayos X en el interior de ambulancias, con las que poder diagnosticar y evitar muchas amputaciones inútiles de miembros.
Rosamund Pike construye una Marie Curie poderoso, soberbia y egocéntrica, volcada en su trabajo y de carácter práctico, frente al romántico y plácido Pierre Curie encarnado por Sam Riley.
BEGINNING (Dasatskisi, Dea Kulumbegashvili, 2020)
Georgia/Francia. Duración: 130 min. Guion: Dea Kulumbegashvili, Rati Oneli Música: Nicolas Jaar Fotografía: Arsheni Khachaturan Productora: First Picture, Office of Film Architecture / OFA Género: Drama
- Reparto: Ia Sukhitashvili, Kakha Kintsurashvili, Rati Oneli
- Premios: Festival de Toronto: Premio FIPRESCI
- Festival de San Sebastián: Mejor película, dirección, guion y actriz
Sinopsis: En un tranquilo pueblo de provincias, una comunidad de Testigos de Jehová es atacada por un grupo extremista. En pleno conflicto, el mundo de Yana, la esposa del líder de la comunidad, se desmorona lentamente. La insatisfacción interior de Yana crece mientras lucha por encontrar sentido a sus deseos.
En Beginning presenciamos la crisis y el desmoronamiento de una mujer narrado mediante prolongados planos fijos, algunos generales, que harán que el espectador sea un simple testigo, a veces, desde la lejanía, de los acontemientos que suceden en la pantalla. También Beginning, Concha de Oro a la mejor película, actriz, guion y dirección en la última edición del Festivial de San Sebastián supone todo un tour de force con la paciencia del espectador no avisado, pero también para el que lo esté, pues su directora, Dea Kulumbegashvili, arriesga con algunos planos que nos retrotraen a los tiempos experimentales del cinema underground, además de mostrar un final, cuanto menos, extraño.
El crimen de Yana y su trágica desaparición están vagamente inspirados en una historia real. Una madre que hizo lo impensable. Ella nunca explicó sus razones; no justificó sus acciones, como si su crimen atroz estuviera destinado a suceder. En la opera prima de Sukhitashvili, con encuadres de una gran calidad plástica y compositiva, se da cuenta del extrañamiento de la protagonista dentro de su propio entorno, como si fuera una figura perdida en el interior de un cuadro de Edward Hopper. En sus incomodantes planos fijos se desarrolla la transformación interna del personaje, a veces desde la ausencia de figura como si se quisiera explicar el vacío interior que siente Yana desde el vacío del espacio. La directora no insiste en el crimen, al contrario, la acompaña en sus rutinas cotidianas previas al mismo, en un intento de lograr la racionalización y la compasión hacia esa mujer que se encuentra sometida a un papel subordinado dentro de su propio hogar y que pugna por entender sus propios deseos. ¿A qué renunció cuando decidió comprometerse en matrimonio con el líder de un grupo religioso? Encontramos a Yana enfrentando una crisis tanto matrimonial como existencial. Su historia es la de una mujer cuya identidad propia nunca se realizó. Ella cree que tiene todo lo necesario para ser una mujer realizada, una familia, un esposo amoroso y un hijo. Pero, ¿la capacidad natural
de Yana para ser madre es realmente suficiente para mantener su compromiso con el papel que se le asignó? Yana no sabe cómo emanciparse. Yana se siente culpable por sus deseos: se castiga a sí misma por querer algo que teme nombrar. Convierte su relación con el supuesto detective Alex en su castigo.
El sentimiento de absoluta desgracia le permite a Yana sentirse viva, cuando, paradójicamente, se está entregando a su propia autodestrucción. La suya es una historia de desgarro dentro de un mundo de relaciones claustrofóbicas, un encierro asfixiante que se nos quiere comunicar desde la elección del formato cuadrado, un formato que nos impide respirar y nos condena a observar sin desapego, como si estuviéramos instalados en la piel de Yana. Así, el estado de psicosis de Yana se convierte en una condición colectiva que experimentamos de forma aguda.
Beginning no es una película fácil, ni lo pretende. Su ingesta supone un arduo ejercicio que pone a prueba nuestra cinefilia. Es cuando termina el suplicio de mirarla que podemos digerirla y valorarla. Tan plástica como excesiva, transita y se instala en ese punto donde el realismo se emparenta con lo onírico. Extraña película para tiempos extraños.
VOLVER A EMPEZAR (Herself, Phyllida Lloyd, 2020)
Irlanda/Reino Unido. Duración: 97 min. Guion: Malcolm Campbell, Clare Dunne Música: Natalie Holt Fotografía: Tom Comerford Productora: Element Pictures Género: Drama
Reparto: Clare Dunne, Harriet Walter, Conleth Hill, Cathy Belton, Ericka Roe, Rebecca O’Mara, Sean Duggan, Charlene Gleeson, Chelsea Gill, Lucy Parker Byrne, Ally Ni Chiarain, Eimear Morrissey, Liz Fitzgibbon, Molly McCann, Ruby Rose O’Hara, Dmitry Vinokurov, Aaron Lockhart, Anita Petry
Sinopsis: Sandra (Clare Dunne) es una joven madre soltera que un día decide abandonar a su abusivo ex marido y luchar contra el corrupto sistema inmobiliario. Su idea consiste en construir su propia casa, un hogar cálido, seguro y feliz donde crezcan sus dos hijas pequeñas. Para ello contará con una serie de amigos dispuestos a apoyarla y ayudarla. En el proceso, además, no sólo reconstruye su vida, sino que también se descubre a ella misma.
Cine social irlandés que narra los avatares de una madre para salir a flote tras decidir dejar definitivamente a su tóxico marido. Y ya que los servicios sociales no tienen mucho más que ofrecerles a ella y sus hijas que buena voluntad, decide construirse con sus propias manos una casa. Mientras, otros frentes y heridas permanecen abiertos. Trabajos eventuales mal pagados, dos hijas en pleno crecimiento y un ex-marido que no entiende nada y que quiere que todo vuelva a ser como antes, con la propia maltratada cargando un tan absurdo como doloroso sentimiento de culpa y de pérdida. Lo dicho, muchos frentes en una guerra que la decidida mujer defenderá con todas sus energías. Y todo lo consigue hacer creíble la actuación de su protagonista, una gran Clare Dunne, presente en prácticamente todos y cada uno de los planos de la cinta, secundada por un buen plantel de actores. Si hay que ponerle un pero, es que hay un momento-milagro que, desgraciadamente, demuestra la imposibilidad de que la vida imite al arte, pero es una pequeña trampa que podemos permitir en esta deliciosa y por lo demás realista película que cuenta cosas que conviene tener muy presentes y reiterar una y otra vez. Y es que el maltrato machista es una lacra que se produce en todos los estamentos y capas sociales, pero que es en las más humildes donde se ceba con mayor virulencia. Y que también, la única manera de permanecer a flote en los momentos de crisis, que han sido todos durante los últimos 20 años, es contando con la solidaridad de los nuestros. O al menos, no perdiendo la esperanza de que así sea.
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