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Stoker, enigmático thriller familiar
India es una joven adolescente reservada que contiene dentro de sí un profundo apasionamiento al que sólo ha accedido su padre que a la vez es su mejor amigo. Desafortunadamente en su dieciocho aniversario su padre fallecerá en un accidente automovilístico. La muerte de su padre coincidirá con la irrupción en su vida de su tío Charlie del que hasta entonces no había tenido noticia. La conducta de su tío es extravagante y pronto se producirá la tensión entre su madre y él, pero también India se irá sintiendo atraída por él y en esta relación acabará descubriendo su pasión más allá de donde la había experimentado con su padre en su afición común, la caza. Cuando se revelen las intenciones de tío Charlie en el último acto de la cinta, India y nosotros con ella descubriremos que les une un mismo impulso hacia una caza que ya no tendrá por presa a animales. Este es a grandes rasgos el argumento de Stoker, la primera película americana de Chan-wook Park, filme que tiene su mejor baza en la puesta en escena pues se trata de una película en la que son los recursos visuales los que van trenzando la historia entroncando así con lo que ocurría con el mago del suspense, Stoker como la mayoría de las películas de Hitchcock se construye en su puesta en escena más allá de lo que pueda aportarle el guión de Wentworth Miller (aunque dicho guión figuró en la blacklist como uno de esos grandes guiones que merecían ser llevados a la pantalla).
El director de la trilogía de la venganza no esconde sus débitos con el director inglés, no es siquiera casual (o en todo caso se trata de una casualidad afortunada) que el extravagante tío se llame Charlie, ese es el nombre de Joseph Cotten en La Sombra de una Duda, con la que Stoker guarda claros paralelismos. Salvo que la película del coreano es aún más perversa y en la revelación de las proximidades entre tío y sobrina no va a ganar, precisamente, el bien. Todo lo contrario es un viaje hacia el fin de la inocencia como reza su propio subtítulo. Sin embargo, al público más avezado no va a ser este giro de guión el que le va a cautivar sino que lo que va a subyugarle son los elaboradísimos movimientos de cámara de Park que consiguen por sí mismos sumergirnos en una atmósfera enigmática e inquietante. Y junto a ellos el trabajo de la fotografía, de su habitual colaborador Chung-honn Chung, perfectamente estudiada para conseguir con variaciones en la iluminación transmitir los estados de ánimo de los personajes. Este propósito era todo un reto si tenemos en cuenta que la película se desarrolla la mayor parte del tiempo dentro del escenario que representa la mansión de los Stoker, el propio Chung lo relata así: “La mayor parte de la historia tiene lugar en la mansión Stoker”, apunta. “Normalmente, construimos un escenario para poder acomodar la casa a las cámaras y a la iluminación. Debido a que la casa Stoker es real, me preocupaba que los ángulos y la iluminación quedaran muy repetitivos. Pero como el espacio era tan limitado, me di cuenta de que podía comprender mejor sus características. Al igual que los actores se ven diferente dependiendo del ángulo de la cámara, yo descubrí que la casa podía parecer triste o llena de esperanza dependiendo de la perspectiva”.
Esta casi unicidad de escenarios junto con el tratamiento atemporal del tiempo de la acción son dos características destacables del filme que contribuyen a hacerla única en su especie. La mansión de los Stoker tiene un amplio protagonismo dentro de la historia, ayuda a construir la impresión de encierro en sus circunstancias que viven los personajes, a la par que sirve para pincelar la psicología de los mismos (el contraste entre la habitación de la madre, abigarrada y sinuosa, frente la simetría luminosa de la habitación de India, por ejemplo) e igualmente sirve como reflejo de las tensiones que pesan sobre sus relaciones, Park veía a Evie (la madre) e India como una reina y una princesa de un cuento de hadas atrapadas en un gran castillo. Por otro lado, aunque la cinta esté ambientada en el presente y en EE. UU, el tratamiento que se le da al tiempo hace que la película cobre esa atemporalidad propia de las fábulas, así Stoker se representa como un cuento perverso y cruel.
Stoker es un dechado de recursos visuales y técnicos, pero no se puede olvidar el trabajo de sus interpretes. En el papel de India nos encontramos con Mia Wasikowska, joven actriz australiana a la que los espectadores recordarán por su papel en la Alicia de Tim Burton y su trabajo en Jane Eyre de Cary Fukanaga, pese a su juventud es una actriz concienzuda capaz de expresar todas las emociones que el personaje requiere. La actriz asegura que le encantó el proyecto. “El guión de la película es excelente; el director Park y el equipo de creación son brillantes. Es la primera vez que veo una historia como esta. La dinámica entre los personajes esconde un gran misterio. India es una joven muy complicada. Está completamente desconectada del mundo sin su padre. Es una forastera por naturaleza, cerrada al resto del mundo. Aunque todavía es una jovencita, se está convirtiendo en una mujer con sueños y fantasías, pero unos sueños de naturaleza diferente al resto”, afirma la joven.
Sobre otra australiana recae el rol de Evie, la ya veterana Nicole Kidman. La escalofriante elegancia de Stoker y sus complejas relaciones hicieron que resultara una proposición irresistible para la actriz. “No hay nada corriente en la película”, comenta Kidman. “Tiene una cadencia inusual en el diálogo. El ritmo no es el típico. Me encantó el guión porque cuando lo estaba leyendo, no sabía nunca lo que iba a ocurrir a continuación». La desesperada y necesitada Evie era un personaje que Kidman no había desempeñado nunca. “La película empieza con el funeral de su marido”, apunta. “Queda patente que la relación madre-hija ya está llena de resentimiento y rabia. Cuando la conocemos, se encuentra en un estado inerte, y Charlie se ocupa de llenar el vacío».
El enigmático hombre que se vuelve el centro del conflicto familiar es representado por Matthew Goode, un fichaje británico, conocido por la aclamada película de Tom Ford Un Hombre Soltero, que protagoniza junto al ganador del Oscar Colin Firth, y por Watchmen, en la que hace de Ozymandias, un superhéroe semi-dios griego. “Matthew es muy gracioso”, afirma Wasikowska. “Nuestra relación fuera de las cámaras era completamente opuesta a la que era delante de ellas. Puede llegar a ser muy payaso, por lo que fue un desafío mantenerse centrado cuando trabajaba con él«.
El tío Charlie está envuelto en un halo de misterio durante toda la película. Sus intenciones permanecen ocultas hasta casi el final. «La audiencia nunca sabe seguro lo que está pasando por su cabeza”, asegura Park. “Quería muchísimo a su hermano, y ese amor se trasladó luego a su hija India. Alegóricamente, vi al tío Charlie como Juan el Bautista. Es la figura de un mentor que aparece para completar a India. Matthew coincidía con la imagen que tenía en la cabeza –la inocencia, el humor, la travesura–. Tiene la chispa traviesa y la elegante delicadeza de alguien que no haría daño ni a una mosca. Esas son las cualidades perfectas del tío Charlie«.
La película de Park mezcla lo primitivo y lo poético para hablarnos de individuos que viven las emociones intensamente hasta llegar a su intersección con la violencia. Y lo relata en clave de enigma, crea una atmósfera embriagante que nos atrapa como a esa araña que vemos subir por las piernas de India en un plano que se repite varias veces. Bocado exótico que nos deja su regusto siniestro y atractivo mucho después de abandonar la sala. Película para ser vista y archivada en un lugar privilegiado de nuestra memoria.
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