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Diario de Serendipia en Sitges 2025: album fotográfico

26 noviembre 2025 Deja un comentario

Treinta y nueve películas, que no escalones, después, llega la hora de despedir la 58 edición del Festival de Sitges, ese evento que siempre cumplirá un año menos que la parte más erudita de Serendipia casi en la misma fecha.  Treinta y nueve cuentas, más de medio rosario católico tradicional, que se incorporarán a la sucesión de recuerdos y olvidos que forman nuestra memoria cinéfila. Que es tanto como decir que se enlazarán en nuestra memoria sentimental. Porque el cine es nuestro amor. Y de amor está hecho el Festival, del de sus responsables y del de sus consumidores, feligreses todos de una misma confesión, devotos todos de un mismo santuario. Sitges es cine en lo que el cine tiene de más que sí mismo, como Aquel, Sitges es el camino y la verdad y la vida. MDMA de nuestras catársis otoñales que nos deja sus efectos latentes todo el año. Hasta que necesitamos más y todo vuelve a empezar. Mientras esperamos no desesperamos porque nos queda el consuelo de nuestra crónica escrita, que deviene imagen en su última entrega. Carta de ajuste y cierre de emisión. (Todas las fotografías de @Mon_serendipia menos la acreditada a Quim Crusellas)

Todos los octubres del mundo la Blanca Subur presta su silueta más emblemática como escenario fantástico del festival más fantástico…

e indefectiblemente, en todos sus inicios, su alma mater nos da la bienvenida a los diez días más esperados del año…

con la promesa de algunos sustos y muchas horas de risas.

Todos flotamos un poco allí abajo…

reanimados siempre con la esperanza de revivir cada año ese tiempo fuera del tiempo…

en el que confraternizar con nuestros monstruos más queridos…

e incluso ser nosotros mismos los camuflados bajo la máscara…

siempre custodiados por la solemnidad de María…

y el vigor del rey Kong.

Sitges lo hace todo posible y concita a todos los polos del séptimo arte por opuestos que sean.

Hay tiempo para los hacedores que hablan el lenguaje de la industria…

y para los más jóvenes que sueñan con ser ellos los artífices del mañana.

Unidos todos por la magia capaz de poner en pie a la materia con la que se tejen los sueños de los vivos y los muertos.

Diez días para que se cumplan esos sueños y puedas compartir platea con cineastas tan consagrados que ya son casi mitos…

o aplaudir a rabiar a ese autor nobel que presenta su primera criatura con una mezcla de emoción y temor…

encontrarte a cada paso a algún director de culto tocado con el don de la simpatía y la proximidad…

también para descubrir que algunas estrellas más mediáticas se han vuelto esquivos y distantes.

Todas las dialécticas posibles se dan cita en las sedes del festival, sea en su sala más decorada y añeja…

o en el flamante Auditori y su colosal pantalla.

Recuerdos que impregnaran nuestras almas y que trataremos de retener en fetiches mercantiles que veremos como retales de memoria que adornarán nuestras casas.

Serendipia no olvidará que también en esta edición pudo rozar sus quince minutos de fama… (Foto Quim Crusellas)

una gloria efímera, como todas las humanas, que cubrirá la noche cuando acabe el Festival…

pero también la noche es efímera, esa es la gracia, cuando deja caer su manto ya se está elevando en un rincón el anuncio del nuevo octubre. Sitges, nunca se acaba.