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El origen del Planeta de los Simios: ¡¡Así, si!!

…VALE, PERO AL PRINCIPIO FUE EL HOMBRE DEL TRAJE DE MONO

Ya se sabe que cada generación tiene su saga cinematográfica: unos pueden ser de La Guerra de las Galaxias; otros de El señor de los anillos e incluso hay los que son forofos y tendrán en el recuerdo la saga de Harry Potter, en fin, lo que les digo, hay gente para todo. Pero puedo asegurarles que mi saga, y pienso que la de mi «quinta» es la de El planeta de los simios. Tuve  el privilegio de verla completa en cines, ya que antes la vida de las películas se prolongaba durante años exhibiéndose en cines de barrio, no como ahora, que rapidamente pasan al consumo doméstico.

¿Pero, porqué el cine tiene tanta obsesión por los monos y no, por ejemplo, con los Ñu? Supongo que por la proximidad (de algunos más que de otros) con nuestro vecino de enfrente en la evolución. Pero desde luego es un hecho, lean, lean…

Ya desde el cine fantástico  mudo se puede ver a hombres con maquillaje de mono o con disfraces de gorila en films como   Habla el mono (The Monkey Talks, 1927 Raoul Walsh); El gorila (The Gorilla, 1927 Alfred Santell) e incluso en La obsesión de un sabio (A Blind Bargain, 1922 Wallace Worsley), donde el genial Lon Chaney nos ofrecía una sencilla pero más que verosímil mutación hombre / mono. Eso por nombrar unos pocos…  ¿Y qué decirles de Tarzán, en cuyos primeros films se mezclaban hombres con traje de gorila y chimpancés reales? … Y por si no tuvieran bastante, recuerden a los gorilas gigantes con King Kong (1933, Cooper & Schoedsack) a la cabeza. Y eso solo fue el principio, porque durante los años 30 y 40, los tipos con traje de gorila parecían ser la compañía obligada de los sabios locos que interpretaron Bela Lugosi en films como El doble asesinato de la calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, 1932 Robert Florey), The Ape Man (1943, William Beaudine), Bela Lugosi Meets a Brooklyn Gorilla (1952, William Beaudine), o Boris Karloff en El  gorila (The Ape, 1940). Tanta era la querencia con los simios peludos que incluso Lugosi acudía a algunos estrenos cinematográficos haciendo el numerito acompañado de  un tipo con traje de mono.

Pero visto esto… ¿Que es lo que nos falta?

… ¿QUE TAL TODO UN PLANETA DE SIMIOS?

Pues primero fue la obra, escrita por el francés Pierre Boulle, escritor que había conocido un gran éxito con El puente sobre el río Kwai , novela que fue adaptada al cine convirtiéndose en uno de los grandes clásicos de todos los tiempos, así que cuando escribió en 1963 La Planète des Singes, el mundo del cine no se lo pensó dos veces y rápidamente pusieron a trabajar en el guión a uno de los grandes de la ciencia- ficción: Rod Serling, que tras mil vicisitudes entra en contacto con Arthur P. Jacobs de 20th Century Fox, que también está interesado en llevar la historia de esta sociedad compuesta por simios al cine. La producción se pone en marcha  en 1967 con los resultados que ustedes ya saben: un sólido film repleto de estrellas: Charlton Heston, Roddy McDowall, Kim Hunter y Maurice Evans, que sustituye en el papel de Dr. Zaius al popular Edward G. Robinson. Destacando la increíble e innovadora labor de maquillaje de John Chambers, que por entonces experimentaba con un novedoso material, el látex.

Aquí comenzó una saga que se prolongó durante 6 años y cinco films que encajan como la

Una indignada Zira

maquinaria de un reloj suizo y que están repletos de entretenimiento, acción, ternura y sobre todo inteligencia. Lamentablemente el último título (que afortunadamente no se estrenó aquí) ya era del todo innecesario, así como una floja serie de televisión que intentó, inutilmente prolongar la saga del planeta de  los simios que tan bien se había cerrado con La rebelión de los simios (Conquest of the planet of the  apes, 1972 J. Lee Thompson).

En todo caso, la serie propició la edición de una colección  de cómics editados por Marvel que, tras iniciarse adaptando a ese medio las historias de las películas originales, iniciaba aventuras inéditas en una colección que lo mejor que tenía era, sin duda, sus portadas,   ya que el contenido estaba creado para explotar el filón mientras durase. Quizás lo mejor que legó aquella época fueron los excelentes muñecos y complementos que fabricó Mego.

El primer origen de El Planeta de los simios se narra en La rebelión de los simios.

En 2001 Tim Burton realiza un remake del primer título de la serie que decepcionó a todos: fans de la serie original y fans de Burton. Aunque quizás habría que revisarla y darle otra oportunidad, quien sabe. Al menos queda un momento delicioso: la intervención de Charlton Heston (sin acreditar) aquí como simio interpretando a Zaius y la de Linda Harrison, la Nova original.

Pero vayamos con la nueva, hablemos de…

EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS

Naturalmente uno tenía sus reticencias pero, nos ha sorprendido y mucho esta nueva e ingeniosa incursión en la serie simiesca, que no es un remake, sino una nueva visión de la misma historia que narraba la cuarta película de la serie: La rebelión de los simios.

Al igual que X-Men: Primera generación (X-Men: First Class, 2011 Matthew Vaughn), El origen del planeta de los simios  (Rise of the Planet of the Apes, 2011, Rupert Wyatt),  no es una precuela, sino una relectura de la saga anterior, que, afortunadamente, obvia el fallido intento de Tim Burton. Relectura y no precuela, porque si bien enuncia los nexos, como lo es que la rebelión comience cuando César dice «¡No!», supone una puesta al día de la trama de fondo.  Toda obra de Ciencia Ficción explora los miedos y peligros del presente trasladándolos a un futuro donde tienen cumplimiento; esto es así en la saga original y en la nueva película, pero si en aquella respondía al temor de que la Guerra Fría acabara en una confrontación armada queconduciría al desastre nuclear y la extinción del planeta (de ahí antológicas escenas como la de Charlton Heston ante la Estatua de la Libertad al final del  primer título de la saga o los adoradores de la bomba en el segundo, Regreso al planeta de los simios), en El origen del planeta de los simios responde a una de nuestras más grandes incógnitas: qué ocurrirá si siguen adelante las investigaciones en el campo de la ingeniería genética. La ingeniería genética es uno de los campos de investigación que más avances está procurando (el otro sería la inteligencia artificial que protagonizará el festival de Sitges 2011), pero ningún avance está exento de riesgos, pues nadie puede preveer todas las consecuencia de la manipulación genética. Ahí están, por ejemplo, las voces de los ecologistas avisando de los posibles efectos adversos de los transgénicos para la salud de los humanos. También la discusión bioética alza la voz, centrándose tanto en problemas filosóficos como qué es la vida y la licitud del hombre para recrearla (que en la película vemos reflejado en la figura de un espléndido James Franco, como un nuevo sosias de Frankenstein) como en la licitud de los propios experimentos con animales. El origen del planeta de los simios nos mueve a reflexionar sobre todo ello cuando vemos el trato que se da a los animales en el film, y también en sus títulos de crédito finales, donde expone nuestro temor a una pandemia mundial.

Un cartel con inequívoco y exquisito regusto retro.

Por otra parte se esboza una posible continuación al ver la rivalidad entre César y otro chimpancé, Koba, pues en los momentos finales se nos presenta a César como un buen lider que sólo busca la liberación de los suyos  (incluso rechazando matar a los humanos), mientras que su antagonista quiere declarar la guerra a los humanos.

Tenemos en James Franco un mad doctor en toda regla que no duda en experimentar con su propio padre, enfermo de Alzheimer, el medicamento que finalmente acabará, no sólo con él, sino con toda la civilización humana, a la vez que propiciará el dominio de los  simios al crear el suero que les dota de inteligencia. Como vemos todo un «logro» que ya quisiera para sí el mismísimo Duendecillo Verde, sin olvidar que el personaje del científico Will Rodman, que encarna Franco es,  paradójicamente el «héroe» de la función. Pero descuiden, si olvidan estos pequeños detalles les caerá muy bien el personaje interpretado por Franco, que solo busca lo mejor para el prójimo (menos mal…)

Últimamente me sorprende favorablemente, y mucho, John Lithgow. Este veterano actor ya demostró que era excelente en el campo de la comedia con la serie Cosas de marcianos (3rd Rock from the Sun), pero recientemente me tiene cautivado con el papel de psicópata que encarna en la estupenda  serie Dexter, así que verlo aquí con un papel repleto de sensibilidad como padre del científico, no hace más que confirmar que este actor,  que me parecía del todo anodino, tiene algo especial: talento.

Mención aparte merece el apartado de efectos especiales. Sencillamente se ha conseguido algo cercano a la perfección con la creación del chimpancé César, que muestra unas expresiones que llegan al espectador transmitiendo sentimientos. Vamos, que interpreta, que se trata de un actor más y, …no precisamente malo (¡¡Algunos que hay por aquí pueden empezar a temblar!!). Algo que da que pensar que, ahora sí, en cualquier momento pueda estrenarse una película nueva de, por ejemplo, Bruce Lee o James Dean o…

También tenemos, por supuesto,varios guiños a la saga original: una simia llamada Cornelia; una imagen de Charlton Heston en un televisor; César con una estatua de la libertad en sus manos; la denominación «ojos claros» para los monos inteligentes, que rememora a el «ojos azules» que llamaban a  Taylor (Charlton Heston), único humano inteligente en el primer film. Y una de las frases más famosas de la película original (y de la historia del cine): antes de que hable por primera vez César, un humano le dice aquello de: «Quítame tus apestosas zarpas de encima, sucio simio», la misma frase que Taylor espeta a los simios cuando habla por primera vez en el primer film. También en la música de Doyle, se homenajea la banda sonora original de Goldsmith, una de las más importantes de la historia del cine.

Pero a pesar de los homenajes y guiños, sin duda El origen del planeta de los simios es una propuesta seria que nos ha sorprendido y que, en ningún modo, puede ofender a los admiradores de la saga original ni en general a los amantes del buen cine de entretenimiento (vamos, lo que viene siendo el cine desde siempre y que algunos no acaban de entender).

  1. 30 noviembre 2011 a las 8:21

    Durante la primera mitad del metraje la peli es muy interesante (rollito cinentífico y tal). Pero poco a poco se va conviertiendo en un mero homenaje al 3D, en un alarde de artificios y acción.
    Explica cómo los simios alcanzan una inteligencia equiparable a la humana, pero eché en falta un poco de explicación, de detenimiento en el exterminio de los hombres.
    Tal vez haya segunda parte.

  2. 17 agosto 2011 a las 12:30

    Estoy siguiendo la pista de una película japonesa que copió la original «El planeta de los simios», se llamaba «The Apes Cops» o algo así. Por 1974 creo. Los japoneses siempre copiando. Esa película se ha olvidado completamente.

  3. 6 agosto 2011 a las 9:27

    Desde la película original, ésta es con mucha diferencia la mejor secuela y da esperanza a rodar una versión nueva que sea fiel a la novela de Pierre Boulle que en su día no se pudo rodar por problemas técnicos y presupuestarios.
    César dice «No» al guarda, ya estaba en la novela de Boulle y se menciona en «Huida del planeta de los simios». como la primera palabra que pronuncia un simio ante un humano.

    • 6 agosto 2011 a las 9:38

      Efectivamente, Salvador. Y la película deja abierta la continuidad, esperaremos a ver.

  1. 5 agosto 2011 a las 9:38

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