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VAMOS DE ESTRENO *Jueves 22 de mayo de 2025 *
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MISIÓN: IMPOSIBLE – SENTENCIA FINAL (Mission: Impossible – The Final Reckoning, Christopher McQuarrie, 2025)
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USA. Duración: 169 minutos. Música: Lorne Balfe, Max Aruj, Alfie Godfrey Fotografía: Fraser Taggart Compañías: Bad Robot, Paramount Pictures, Skydance Productions, TC Productions. Distribuidora: Paramount Pictures Productores Ejecutivos: David Ellison, Dana Goldberg, Don Granger, Chris Brock Productores: Tom Cruise, Christopher McQuarrie Guion: Christopher McQuarrie y Erik Jendresen Género: Acción.
Reparto: Tom Cruise, Hayley Atwell, Ving Rhames, Simon Pegg, Esai Morales, Pom Klementieff, Henry Czerny, Holt McCallany, Janet McTeer, Nick Offerman, Hannah Waddingham, Tramell Tillman and Angela Bassett, Shea Whigham, Greg Tarzan Davis, Charles Parnell, Mark Gatiss con Rolf Saxon y Lucy Tulugarjuk
Sinopsis: Nuestras vidas son la suma de nuestras decisiones. El agente Ethan Hunt continúa su misión de impedir que Gabriel controle el tecnológicamente omnipotente programa de IA conocido como «the Entity».

Secuela directa del anterior film de la saga, con esta Misión: Imposible – Sentencia final se pone fin a 35 años de películas de acción que apostaron por el más difícil todavía y por el cine de evasión puro y duro, pero sin olvidar los guiones sólidos y la acción desaforada pero con un pie en la tierra, pues consigue engañar al espectador y hacerle olvidar que todo lo que ve es magia. La magia del cine como espectáculo total.
Ocho películas en una saga que se inició en 1996 y que, hoy, está lejos de agotar al espectador, pero que pone su fin en alto con una entrega en la que el enemigo a batir es una todopoderosa inteligencia artificial y lo que hay en juego es la propia continuidad de la Humanidad. Un guion, como vemos, que se apoya en la actualidad, con noticias falsas e infiltrados conspiranoicos en todos los estamentos.
Hay que estar muy seguro de lo que se tiene entre manos para lanzar una producción de tres horas de duración sin temer aburrir o acabar con la paciencia del espectador, pero Tom Cruise, el productor y artífice de esta saga, sabe muy bien lo que tiene entre manos y lo que ofrece al público, que ha querido que sea un festival de acción, de emociones que haga vibrar al público, que lo retrotraiga al cine como espectáculo diseñado para vivirlo junto al protagonista. Sí, es cine de acción, y sí, es una super producción repleta de efectos especiales pero, ante todo y con todas las letras, es cine en estado puro.
La conclusión del párrafo anterior podría bien ser el final del comentario, pero lo que tiene escribir a cuatro manos es que se hace posible estirar los enunciados y sacar a la luz la tensión dialéctica que anida en su esencia por muy aseverativos y unívocos que puedan parecer de entrada. Quizás porque la contradicción es el ingrediente más abundante en, y aquel en el que se asienta, la condición humana. Quizás porque mi segundo alias es reina del oxímoron. Como decía el Gato, ahora vengo yo a cantar distinto, pero sin dejar de decir lo mismo. Nuestra mente asocia mecánicamente las películas de acción y aventura al cine de evasión, instaladas como tales en las antípodas del cine de tesis, es el común denominador que las define y, sin embargo (benditas adversativas), el numerador las distingue entre sí, por eso es del todo posible que en la acción más vertiginosa y desmadrada se pueda descubrir la oculta formulación de una tesis. Ese es el caso de Misión: Imposible – Sentencia final. Una cinta en la que la misma acción es el macguffin, tan bien hilvanado como lo estuvo el uranio en Encadenados (Notorious, 1946) y de tan rabiosa actualidad ahora como lo era aquél recién terminada la
guerra; no se nos escapa que en nuestro presente todo lo que se refiere a la IA es susceptible de ser tomado con cautela (en el mejor de los casos). Con la construcción de Entity como villano de la cinta se están expresando los miedos colectivos a lo que esté por venir. Pero esta última misión imposible de Ethan Hunt, no se queda exclusivamente en esta capa sino que explora la contraposición de la inteligencia humana con la artificial partiendo de nuestra condición ambivalente. Con el hilo conductor de la lucha por desconectar al engendro que pone en riesgo a la humanidad, se adentra en el laberinto de las paradojas humanas. En los recovecos se dará cita con la dialéctica del traidor y del héroe, tan querida por Borges; con la tensión entre la norma y la improvisación, entre el acatamiento de lo establecido o la aceptación de la responsabilidad en la toma de decisiones; con el debate entre el azar y la necesidad, en los términos de Monod, pero en lo que tiene de próximo con la discusión sobre la predestinación y el libre albedrío (que es un tema muy bonito, decía José Luis Cuerda); y todos esos caminos conducen al núcleo, a la madre de todas las dialécticas, la tensión entre el Bien y el Mal, no en vano Entity se autoproclama antidiós, es su reverso sombrío, una especie de ángel caído que pretende destruir el universo para recrearlo a su imagen y semejanza. La virtud de esta última entrega de la saga que nació hace ya 35 años es que todo este subtexto es expuesto desde los mecanismos propios del cine de evasión, con apenas subrayados ni sobrexplicaciones, tal vez sólo en ese final que nos hizo pensar en el de Psicosis (Psycho, 1960). Referido a Misión: Imposible – Sentencia final, el calificativo de cine para todos los públicos alcanza una dimensión de lo más amplio, porque no excluye al público palomitero, al contrario lo tiene en estima y a él se vuelca, pero incluye también al gafapasta que busca siempre segundas lecturas, y por supuesto a la amplia gama de grises que tomarán su asiento en la platea junto a estos dos extremos.
Rica en capas concéntricas, cual si se tratara del averno de Dante, nos queremos quedar en la defensa del cine como espectáculo, al fin y al cabo comparte étimo con la expectación (otro modo, observación atenta), y, más allá de esa concomitancia, por sí mismo, lo espectacular conecta con lo mágico y éste a su vez con el poder de la imaginación. Es ésta la que nos va a diferenciar de la IA (esperemos) y la que nos eleva por encima de nuestras propias limitaciones. Digámoslo con las palabras de un sabio “El verdadero signo de la inteligencia no es el conocimiento sino la imaginación”; Einstein era un romántico. Y nosotros también.
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 16 de mayo de 2025 *
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ESTOCOLMO 1520. EL REY TIRANO (Stockholm Bloodbath, Mikael Håfström, 2023) - Suecia/Dinamarca. Duración: 117 min. Guion: Nora Landsrød, Erlend Loe Música: Steffen Thum Fotografía: Pär M. Ekberg Compañías: Nordisk Film (SE), Viaplay Studios Género: Aventuras.
- Reparto: Sophie Cookson, Claes Bang, Alba August, Emily Beecham, Matías Varela, Wilf Scolding, Mikkel Boe Følsgaard, Jakob Oftebro, Ulrich Thomsen, Adam Pålsson
- Sinopsis: En 1520, el infame rey danés Cristián II, sediento de poder, está decidido a arrebatar la corona sueca a Sten Sture, cueste lo que cueste. Entre tanto, las hermanas Freja y Anne prometen solemnemente vengarse de los hombres que asesinaron brutalmente a su familia. Todo llega a su punto álgido en el corazón de Estocolmo, donde las hermanas se ven arrastradas a una despiadada lucha política entre Suecia y Dinamarca que culminará en el conocido como Baño de Sangre de Estocolmo, perpetrado por el apodado «Cristián el Tirano».
En Estocolmo 1520. El rey tirano, su director, Mikael Håfström se toma al pie de la letra aquello de instruir deleitando, pues se nos ofrece, si, una lección de historia, pero sazonada a base de sangre, venganza, intrigas, decapitaciones y un trasfondo de humor, y todo ello poniendo como protagonistas a mujeres, pero mujeres que saben utilizar el hacha para algo más que para ir a buscar leña. Y bueno, leña hay, pero de la buena. Y por mucha historia que contenga, no deja de ser una película de venganzas sangrientas en la que los villanos van de negro y los héroes de blanco inmaculado.
El espectador que no vaya avisado puede pensar que le están tomando el pelo, pero es harto difícil pues es tal el grado de exageración que pronto da paso a la ironía y el humor negro. Y con todo, la película es la mayor superproducción de la historia de los países nórdicos.
Inspirada en uno de los episodios más crueles de la historia de Suecia conocido como el Baño de Sangre de Estocolmo, la película narra, con un peculiar estilo, este evento histórico que supuso un punto de inflexión en la historia escandinava marcando el final de la Edad Media y del catolicismo en Suecia. El nacimiento de una nueva era. Como cuenta su director, ”no es sólo una lección de historia bien escrita, sino que establece paralelismos con nuestros propios tiempos turbulentos y, de vez en cuando, los diálogos se entrecruzan para dejar claro este punto.”
De este modo figuras históricas, como el rey Cristián II, la reina Kristina Gyllenstierna, Gustav Trolle, Didrik Slagheck y Hemming Gadh, se mezclan con las heroínas de ficción, Anne y Freja, inmersas en una misión de venganza después de que toda su familia fuera masacrada por el ejército invasor danés.
Un inmenso reparto coral que reúne a alguno de los actores más reconocidos del panorama escandinavo como Claes Bang (Ganador del EFA al Mejor Actor por The Square), Alba August (nominada al premio Guldbagge de la Academia Sueca por su trabajo en Conociendo a Astrid y El acusado perfecto), Adam Pålsson (Before we die), Ulrich Thomsen (Celebración, El mundo nunca es suficiente), Jakob Oftebroo (Kon-Tiki), Mikkel Boe Følsgaard (ganador del Oso de Plata en Berlín a mejor actor por su interpretación en Un asunto real), junto a nombres británicos de primera fila interpretando algunos papeles clave como Sophie Cookson (conocida por su interpretación de Roxy en Kingsman), Emily Beecham (mejor actriz en Cannes por su trabajo en Little Joe) que interpreta a la reina Kristina, o Wilf Scolding (Rhaegar Targaryen en Juego de Tronos).
VAMOS DE ESTRENOS * Miércoles 16 de abril de 2025 *

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Warfare: Tiempo de guerra (Warfare, Alex Garland y Ray Mendoza, 2025)
- UK/USA. Guion: Alex Garland, Ray Mendoza Fotografía: David J. Thompson Compañías: DNA Films. Distribuidora: A24 Género: Bélico.
- Sinopsis: Basada en las experiencias reales del ex marine Ray Mendoza durante la guerra de Irak.
Reparto: D’Pharaoh Woon-A-Tai, Will Poulter, Cosmo Jarvis, Kit Connor, Finn Bennett, Taylor John Smith, Michael Gandolfini, Adain Bradley, Noah Centineo, Evan Holtzman, Henry Zaga, Joseph Quinn, Charles Melton
Somos entusiastas del cine de terror, pero ninguna película de este género nos ha hecho pasar más miedo o temor que alguna cinta bélica, pues para nosotros, lo narrado en ellas refleja el auténtico horror visceral. Y Warfare. Tiempo de guerra, sin lugar a duda, es una de las que mejor representa para nosotros el cine de terror más real. Real por la situación que refleja, en la que cualquiera se puede ver envuelto en algún momento de su vida. Y real porque lo es al estar basada en las memorias de Ray Mendoza, auténtico veterano de la guerra de Irak, escenario bélico del film que ha codirigido junto a Alex Garland (Civil War, 28 días después).
Tensa, cruda, dura y muy realista, Warfare. Tiempo de guerra introduce al espectador en la experiencia de un pelotón de Navy SEALs estadounidenses que cumplen una misión de vigilancia que se tuerce en medio de territorio insurgente. Narrada en tiempo real, la acción la acción parte de una calma tensa y espera, durante la cual conoceremos a los personajes, todos ellos muy alejados de los habituales arquetipos, tan repetitivos en este género. Una situación que Garlan y Mendoza consiguen que casi se torne en absurda, y que, sin recurrir al panfleto ni a explicaciones superfluas, destile un tono antibélico. Y todo ello haciendo sentir al espectador como uno más de los jóvenes soldados que se han visto involucrados en la acción y obligados a cumplir su tarea de la mejor forma posible. Pero, como es de suponer, estallará la confusión, el miedo, la sangre y la carne, con la muerte como una muy cercana posibilidad. Para entonces Warfare. Tiempo de guerra ha conseguido su objetivo y el espectador se sentirá como uno más de esos soldados atrapados cuya supervivencia dependerá del trabajo conjunto del resto del pelotón, de no ser alcanzado por las balas de sus adversarios y, de la propia suerte.
Y Alex Garland habrá vuelto a conseguir lo que logró con anteriores películas como Men (2022) o Civil War (2024), involucrar al espectador en su historia y hacerle partícipe de lo que ahí se cuenta hasta más allá de finalizar la cinta. Y, ¿Qué es el cine sino eso?
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 11 de abril de 2025 *
LA CITA (Drop, Christopher Landon, 2025)
- USA. Duración: 100 min. Guion: Jillian Jacobs, Christopher Roach Fotografía: Marc Spicer Compañías: Blumhouse Productions, Platinum Dunes. Distribuidora: Universal Pictures Género: Thriller.
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Reparto: Meghann Fahy, Brandon Sklenar, Violett Beane, Ed Weeks, Travis Nelson, Gabrielle Ryan, Jeffery Self, Fiona Browne
Sinopsis: Las primeras citas siempre son estresantes, pero ¿estar en una primera cita mientras un desconocido te manda memes personales que pasan de molestos a homicidas? Aterrador.
La cita, última producción Blumhouse y Platinum Dunes es un elegante y tenso thriller que juega con el espectador desde el minuto uno. Muestra escenas que consiguen que el espectador maneje la información haciéndose una imagen equivocada, todo lo cual está muy bien, pues logra introducir y mantener la atención del público en las dos tramas paralelas que se están desarrollando en la pantalla: la desastrosa primera cita de los protagonistas y el extraño juego telefónico que se está produciendo, pudiendo hacer sus propias suposiciones. Todo ello en un juego mortal que mantendrá al espectador pendiente en todo momento de lo que sucede en la pantalla.
La historia también posee un fuerte trasfondo de empoderamiento femenino, pues la protagonista ha sobrevivido a una pareja violenta y se dedica a servir de guía y hablar con otras mujeres víctimas de lo mismo para ayudarles a superarlo. Sera, precisamente, este ansia de superación lo que resulte definitivo para enfrentarse al trance que vivirá durante su accidentada cita.
La película está protagonizada por Meghann Fahy (The White Lotus, The Bold Type) y Brandon Sklenar (Romper el círculo) y está dirigida por Christopher Landon, responsable de Este cuerpo me sienta de muerte y Paranormal Activity, pero también de las dos entregas de Feliz día de tu muerte, donde ya puso en práctica sus facultades para el thriller envolvente y tenso.
Los coprotagonistas de la película son Violett Beane (Verdad o reto) y el recién llegado Jacob Robinson en los papeles de hermana e hijo de Violet; con Reed Diamond (Moneyball: Rompiendo las reglas), Gabrielle Ryan (Power Book IV: Force), Jeffrey Self (Con canas y a lo loco), Ed Weeks (la serie “The Mindy Project”) y Travis Nelson (la serie “El lago: Un nuevo comienzo”) como los clientes y camareros del restaurante.
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 28 de marzo 2025 *

TIERRA DE NADIE (Albert Pintó, 2025)
- España/México, Guion: Fernando Navarro Fotografía: David Acereto Compañías: Esto También Pasará, Glow, SDB Films, RTVE, Canal Sur, Mogambo, Prime Video Género: Thriller
- Reparto: Luis Zahera, Karra Elejalde, Jesús Carroza, Emilio Palacios, Vicente Romero, Paco Mora, Antonio Gil, Antonio Gómiz, Paula Díaz, Tamara Casellas, Mona Martínez, Jero Medina, Damián Alcázar
- Sinopsis: Esta es la historia de tres amigos. Mateo el Gallego (Luis Zahera), un heroico -a su pesar- guardia civil, Juan El Antxale (Karra Elejalde), un pescador convertido en narco por la mala suerte y en el paro, y Benito el Yeye (Jesús Carroza), un resignado e inteligente depositario judicial siempre a medio camino entre la ley y la delincuencia. Tres amigos separados por un lugar, Cádiz y un momento, el presente. Atrapados los tres entre el abandono de las instituciones, el violento e imparable ascenso del narco en la provincia y el peligroso aumento del descontento social. Tres amigos atrapados en un polvorín que pondrá a prueba su amistad.

- Todo vale para esta cinta de Albert Pintó y todas son ciertas: thriller de alto voltaje, Western crepuscular… recuerda también aquellas películas de John Woo en las que la vida ha llevado a amigos de la infancia a ambos lados de la ley, lugares opuestos en los cuales se terminarán reencontrando… Pintó a mezclado todos estos conceptos y ha contado con actores de naturales y de marcada personalidad como son los tres protagonistas, Luis Zahera, Karra Alejalde y Jesús Carroza, además de valiosísimos secundarios como Vicente Romero, un siempre eficaz actor; las actrices Paula Díaz y Tamara Casellas; y los mexicanos Jero Medina y Damián Alcázar, todos ellos una acertadísima selección de casting cuyo aporte representa casi el 100 % del film, pues el argumento es casi un mcguffin repleto de drogas, amistad y corrupción.
- Un interesante paso adelante de Pintó con un film, repetimos, de actores, pero que también muestra una sociedad en la que los papeles y los extremos se tocan, con una delincuencia casi romántica que deberá adaptarse a los nuevos aires, mucho más violentos, que llegan de otros lugares.
- Una delicia.
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 21 de febrero de 2025 *

PADDINGTON: AVENTURA EN LA SELVA (Paddington in Peru: Lost in The Jungle, Dougal Wilson, 2024)
UK-Francia-USA-Canadá. Duración: 106 min. Guion: Mark Burton, Jon Foster, James Lamont. Personaje: Michael Bond. Historia: Mark Burton, Simon Farnaby, Paul King Música: Dario Marianelli Fotografía: Erik Wilson Compañías: Heyday Films, Marmalade Films Ltd., StudioCanal Films, Studiocanal Género: Comedia.
Reparto: Olivia Colman, Antonio Banderas, Hugh Bonneville, Emily Mortimer, Carla Tous, Julie Walters, Madeleine Harris, Samuel Joslin, Jim Broadbent, Robbie Gee, Joel Fry, Ben Whishaw.
Sinopsis: Llena de la característica mezcla de ingenio, encanto y humor a carcajadas de Paddington, Paddington: aventura en la selva encuentra al querido oso amante de la mermelada perdido en la selva en una emocionante aventura de alto riesgo. Cuando Paddington descubre que su querida tía Lucy ha desaparecido del Hogar para Osos Jubilados, él y la familia Brown se dirigen a las selvas de Perú para buscarla, siendo la única pista de su paradero un punto marcado en un enigmático mapa. Decidido a resolver el misterio, Paddington se embarca en una emocionante búsqueda a través de las selvas tropicales del Amazonas para encontrar a su tía… y puede que también descubra uno de los tesoros más legendarios del mundo.
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C.C. Baxter/Jack Lemmon intenta arrancarle una declaración de amor a Fran Kubelik/Shirley MacLaine en el final de El apartamento; ella se limita a decirle: “¡¡Juega!!” Uno de los finales más emotivos de la historia del cine y lo citamos para afirmar que la ternura hay siempre que insinuarla y no proclamarla con fanfarrias. Porque el amor es excelso y revolucionario, pero la ñoñería, la cursilería, es kitsch. Y el kitsch es reaccionario (piensen si no en la bailarinas de Lladró). El cine puede incidir en la realidad del mundo y hacerlo un lugar más ideal. Primera previa que establecemos antes de comentar la tercera entrega de Paddington.
Y segunda previa: en épocas de confusión y zozobra los líderes carismáticos toman la medida del momento y arrastran a las masas a golpe de populismo. Hoy el malismo es tendencia y Elon Musk está a la cabeza del orbe. El patán dueño de SpaceX ha resultado ser el líder carismático capaz de arrastrar al mundo, saludo nazi mediante. Pero, como Giscard d’Estaing supo ver, siempre hay un pero. Y lo vamos a ir viendo al otro lado del punto y aparte.
Es domingo 16 de febrero de 2025, mi madre habría cumplido hoy 99 años, y Enric Juliana habla de huevos en su columna dominical en La Vanguardia, “Un camionero desayunando un revuelto de huevos en una cafetería de carretera, he ahí una imagen de nuestro tiempo. La inflación en Estados Unidos alcanzó el 3% el pasado mes de enero como consecuencia del encarecimiento del alimento más popular. Ese repunte aconsejó a la Reserva Federal a mantener los tipos de interés en pausa. Lo pequeño a veces explica el mundo”, y yo quiero sacar un corolario, quizás espurio, de su escrito: los gestos minúsculos pueden invertir el signo de los tiempos igual que un batallón de mariposas batiendo sus alas en Brasil puede provocar un huracán en Texas. El próximo viernes 21 de febrero de 2025 llega a las pantallas españolas Paddington, Aventura en la selva y yo podría recomendar su visionado con los mismos argumentos que esgrimí para hacerlo con sus precedentes: “Una de las películas más simpáticas de la temporada, que nos invita a dejarnos llevar al mundo de la fantasía sin oponer actitudes escépticas, nos pide que suspendamos la incredulidad y recuperemos nuestro corazón infantil«. Y podría concluir aquí, pero prefiero extenderme.
El inofensivo oso marrón que tomó el té con Isabel II, el mismo que llega sin papeles a Inglaterra, es también un personaje carismático: le define su hilarante torpeza, esa que introduce el tono de slapstick a las cintas que protagoniza, pero también una mirada, que califica de intensa, capaz de hacer enmendarse a los villanos, pues con ella sanciona los valores éticos del actuar humano. Paddington es pura inocencia y corazón. Es el perfecto antídoto contra el malismo imperante. Apostar por él es ponerse del lado de la sensatez y el equilibrio. También de la jovialidad y la paz. Ver Paddington, a día de hoy, es un acto subversivo.
Paddington, aventura en la selva ha tenido una acogida más tibia que sus predecesoras por parte de alguna crítica. Injustamente, afirmamos, porque de una cinta que pretende (y logra) ser para todos los públicos mientras dialoga con Werner Herzog se pueden decir muchas cosas, pero nunca se la debió acusar de ser menos original, menos excéntrica y más infantil. ¿O acaso la primera aparición en pantalla de Antonio Banderas sobre el puente de su embarcación remontando el Amazonas con el gramófono a todo trapo no es una cita directa de Fitzcarraldo? Y no es una mera broma, o una asociación de ideas hueca, se está estableciendo un paralelismo muy consciente. Es una manera de dirigir nuestra mirada hacia el subtexto, en el que está en juego una reflexión sobre el absurdo de la ambición humana, de una parte, y de otra una nueva interrogación sobre qué papel juega la cultura y cuál la naturaleza en la condición humana. Algo en lo que se abunda retorciendo el chiste y haciendo que ese sosias de Fitzcarraldo sea descendiente de un sosias de Aguirre que le habla al primero desde el cuadro que preside su camarote, tal como el fantasma le hablaba a la Señora Muir. Mucha cultura cinéfila hay bordadas en las páginas de un guion que, también hay que destacarlo, funciona con la precisión de un mecanismo de relojería, logrando ponernos ante una película cebolla con las capas perfectamente ensambladas. Y funciona a diferentes niveles de comprensión, cada espectador encuentra su hueco sin que la película se resienta por ello. Compleja pero de aspecto simple, así es la aventura selvática de nuestro oso favorito. Reveladora y con enseñanza moral, que no moralista.
El mito de la ciudad de oro que estaba ahí para ser descubierta por un conquistador aventurero, la leyenda de El Dorado, encapsula la sed insaciable de los europeos por el metal dorado y el deseo inquebrantable de exprimirle todo el jugo a las nuevas tierras. Herzog supo exprimir la dimensión antiheroica de la gesta hasta destilar de ella la poética de lo baldío. Los guionistas de Paddington toman la cita culta y la apean de su trascendencia, bañan el concepto con la levedad de lo pop y entonan un canto a la bondad de la irrelevancia. En lo pequeño reside la grandeza. El tesoro siempre estuvo en el corazón. Un discurso naif que enaltece el valor de la inocencia. Y en un mundo que hace de la maldad estandarte, apostar por el buenismo más ingenuo es lo más transgresor. Esa y no otra es la sabiduría que contiene un sándwich de mermelada de naranja.
THE MONKEY (Osgood Perkins, 2025)
USA. Duración: 95 min. Guion: Osgood Perkins. Historia: Stephen King Fotografía: Nico Aguilar Compañías: Atomic Monster, Black Bear International, C2 Motion Picture Group, Range Media Partners, Stars Collective Films Entertainment Group. Productor: James Wan. Distribuidora: Neon Género: Terror
Reparto: Theo James, Elijah Wood, Tatiana Maslany, Laura Mennell, Sarah Levy, Colin O’Brien, Kingston Chan, Zia Newton, Danica Dreyer, Rohan Campbell, Osgood Perkins, Christian Convery
Sinopsis: Cuando los gemelos Hal y Bill descubren el antiguo mono de juguete de su padre en el ático, una serie de truculentas muertes comienzan a ocurrir a su alrededor. Los hermanos deciden tirar el mono y continuar con sus vidas, distanciándose con el paso de los años. Pero cuando las misteriosas muertes vuelven a sucederse, los hermanos deberán reunirse para destruir el mono antes de que acabe con las vidas de todos a su alrededor.
Tras la prestigiosa Longlegs, Oz Perkins sorprende con una película que, si bien puede enmarcarse dentro del cine de terror, también aceptaría dignamente la clasificación de comedia, pues The Monkey se mueve cómodamente dentro de esos parámetros ofreciendo un salvaje espectáculo gore habitado por esperpénticos personajes y aparatosas muertes. Basada en un relato corto de Stephen King y con producción a cargo de James Wan, The Monkey realiza un retrato de la infancia con la precisión con la que habitualmente lo hace King, pero rápidamente el espectador detectará unos excesos que conseguirán que el terror pase al -salvaje- formato de comedia.
El mono del título será el objeto maldito, un jodido macaco tamborilero que cuando comienza a golpear su tambor, se producirá una bizarra muerte. Muertes que juegan en la misma liga en la que lo hacían las de aquella serie de películas de terror, Destino final, cuyo «encanto» residía en intentar adivinar de que enrevesado y sangriento modo irán cayendo los jóvenes condenados a muerte.
Así que aquí también tendremos un buen número de disparatadas muertes, e incluso Oz Perkins se permitirá jugar al despiste con el espectador sorprendiéndole con el modo escogido de exterminio. Un body count en el que, tal y como se anuncia con escasa sutilidad en el póster, todo el mundo morirá.
Entre los protagonistas, el film cuenta con Theo James, Tatiana Maslany y un Elijah Wood que ejerce de actor invitado. A ellos se sumarán Colin O’Brien, Rohan Campbell, Christian Convery y Sarah Levy.
LA ÚLTIMA REINA (Firebrand, Karim Aïnouz, 2023)
UK. Duración: 120 min. Guion: Henrietta Ashworth, Jessica Ashworth. Novela: Elizabeth Fremantle Música: Dickon Hinchliffe Fotografía: Hélène Louvart Compañías: MBK Productions, Magnolia Mae Films, Brouhaha Entertainment Género: Drama.
Reparto: Alicia Vikander, Jude Law, Eddie Marsan, Ruby Bentall, Simon Russell Beale, Sam Riley, Erin Doherty, Bryony Hannah, Patsy Ferran, Edward Harrison, Andy M Milligan, Mina Andala, Paul Tinto
Sinopsis: Historia de terror psicológico ambientada en la sangrienta corte Tudor del infame rey Enrique VIII de Inglaterra (Jude Law). Contada desde el punto de vista de la reina Catalina Parr (Alicia Vikander), la sexta y última esposa de Enrique y la única que evitó el destierro o la muerte.
Enrique VIII fue un pintoresco monarca cuya vida y múltiples matrimonios han sido llevados a la pantalla en diversas ocasiones. En La última reina, el monarca causa pavor a su corte, en especial a su esposa, por sus radicales cambios de humor, pues no en vano ella sabe que no es extraño que en uno de ellos decida terminar con su vida. Nadie se lo va a cuestionar, pues es el monarca máximo de un reino que como buen déspota está para satisfacerlo. Esa última reina, Catalina, interpretada prodigiosamente por Alicia Vikander es la gran protagonista del film. Una mujer inteligente que sabe llevar a su terreno al rey y se sabe amada, pero que sabe que su vida pende, siempre, de un hilo. Vikander trasmite el pavor en el que vive, pero Jude Law, en el rol del monarca, consigue que el espectador olvide al actor y vea al déspota tirano. Un tirano vestido con piel de hombre que también tiene sus debilidades y las muestra en una actuación también excelente que convierte La última reina en toda una perla que convendría que no pasara desapercibida entre la pobre programación semanal.
Con un guion escrito por las hermanas Henrietta y Jessica Ashworth, responsables de los de Night Bus o Tell It to The Bees, y basado en en la novela histórica ’Queen’s Gambit’ de Elizabeth Fremantle, el primer largometraje en inglés del director brasileño Karim Aïnouz se presenta, en palabras del propio realizador, como una reinvención de la película de época que narra los hechos desde el punto de vista de un personaje muy subrepresentado en la historia de Inglaterra, Catalina Parr, la última esposa de Enrique VIII, reina consorte de Inglaterra e Irlanda y responsable de la reconciliación entre Enrique y su hija María, quien más tarde sería la primera soberana de Inglaterra por derecho propio, María I.
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 14 de febrero de 2025 *

LA TUTORÍA (Armand, Halfdan Ullmann Tøndel, 2024)
Noruega. Duración: 117 min. Guion: Halfdan Ullmann Tøndel Música: Ella van der Woude Fotografía: Pål Ulvik Rokseth Compañías: Eye Eye Pictures, Keplerfilm, ONE TWO Films, Film I Väst, Prolaps Produktion Género: Drama.
Reparto: Renate Reinsve, Ellen Dorrit Petersen, Endre Hellestveit, Øystein Røger, Thea Lambrechts Vaulen, Vera Veljovic-Jovanovic, Loke Nikolaisen, Assad Siddique
Sinopsis: Armand, un niño de 6 años es acusado de traspasar ciertos límites con su amigo y compañero de clase Jon. Nadie sabe exactamente lo que ha ocurrido, así que la dirección del colegio convoca a los padres para discutir el tema, desencadenando un agitado conflicto que pondrá sobre la mesa cuestiones como la sexualidad en la infancia, la culpabilidad o la complejidad de las zonas grises que existen entre la violencia y el juego.
En diciembre de 1871 (aunque en la solapa de la primera edición figure 1872) se publicaba en Leipzig El nacimiento de la Tragedia del espíritu de la música. El genitivo del título es, por supuesto, una referencia a Richard Wagner, por entonces valedor de aquel Friedrich Nietzsche insultantemente joven al que habría acogido con la certeza de que su verbo vehemente iba a retribuirle las atenciones que tuviera con él. El filósofo veía en la obra del músico el renacimiento de la obra de arte total que había sido la Tragedia Ática mientras el propio Wagner sería el genio que iba retornarle el sentido al mundo (siempre simplificando). Quince años más tarde la coletilla que remataba el título en la reedición había cambiado, sustituyéndola por el subtítulo “Helenismo y pesimismo”, clara muestra de que, después del cruce de sables que fue la simultánea publicación del Humano, demasiado humano y el estreno de Parsifal en Bayreuth, Nietzsche volaba con ala propia y ya no fiaba al autor de la Tetralogía el rol de restaurar el espíritu de la Tragedia. Pero aquel referir su nacimiento a la música, también daba cuenta de que el autor defendía que la célula primigenia del arte teatral había sido el coro el cual no era otra cosa que la estilización artística de los comos rituales (κῶμος, kỗmos), los cortejos bulliciosos y festivos de bebedores acompañados de músicos que procesionaban en las fiestas consagradas a Dionisos. Así, aunque para Nietzsche la Tragedia bebe de lo dionisíaco y de lo apolíneo, sentenciaba, en el fondo, que su auténtica carta de naturaleza era lo primero manifestado en esas danzas orgiásticas que se habrían domado dando nacimiento al arte escénico. Bien, pues toda esta excursión la hemos relatado para señalar que lo que, a nuestro entender, da carácter y originalidad al debut de Halfdan Ullmann Tøndel es que con La tutoría devuelve la narrativa escénica al espíritu de la danza (contemporánea, eso sí) del que surgió. Y aún queremos añadir otra comparación. El nacimiento de la Tragedia venía a sustituir la tesis doctoral que no había escrito aún cuando le fue concedida la cátedra de filología clásica en Basilea, pero el libro creció en sus manos y desbordó los límites del estudio filológico para dar a luz a su propio pensamiento filosófico, por eso el propio Nietzsche calificaba a su primara publicación como centauro, y algo de híbrido tiene también la ópera prima del nieto de Bergman y Ullmann, porque su sonda a las profundidades de temas tan peliagudos como pueden ser el de la sexualidad infantil, la violencia como elemento de juego y/o los límites de la verdad, no elige descender por un camino formalmente lineal, al contrario, rompe los esquemas y mezcla, ya no géneros, sino disciplinas artísticas, fundiendo sus códigos. Más que giros de guion, La tutoría tiene directamente fracturas llamadas a despertar al espectador, a incomodarle y obligarle a reprocesar todo lo visto hasta el momento en que lo coreográfico irrumpe volviéndolo todo imprevisible. La tutoría es un debut arriesgado y una primera obra que promete un universo tan personal e intransferible como aquel que anunciaba El nacimiento de la Tragedia en relación a Nietzsche (siempre salvando las distancias).
Ullmann Tøndel y El nacimiento de la Tragedia tal vez solo estén relacionados en esta crónica, pero lo que sí es documentable son las profundas influencias de otras narrativas cinematográficas, de carácter ecléctico, que el propio director confiesa: “Me inspiré mucho en las sátiras de Luis Buñuel. Todas las interrupciones en La Tutoría (la alarma de incendios, los sangrados de nariz, etc.) se inspiran en la cena constantemente interrumpida en El discreto encanto de la burguesía… y cómo la pared invisible en El ángel exterminador se convierte en una verdad establecida también fue una fuente de inspiración. Para la última secuencia coreografiada, me inspiré en Pina Bausch y su trabajo. Vi a David Hockney pintando (California Art Collector) y eso definió la evolución de Sarah en la película (la última imagen de Sarah en la película tiene similitudes con la obra de Hockney). Para el ambiente de la película, me inspiré en la versión de 2018 de Suspiria y Alguien voló sobre el nido del cuco (aunque el final de la película es bastante diferente). Muchas de las composiciones de la película se inspiraron en La doble vida de Verónica (Kieslowski) y Corazón salvaje (Lynch). También me sirvieron de inspiración el carácter juguetón de Empieza el espectáculo (Bob Fosse), la crueldad de Holiday (Isabella Eklöf), la tensión de Celebración (Thomas Vinterberg) y la sinceridad de El hilo invisible (Paul Thomas Anderson)”. Un cúmulo dfe referencias que, sin embargo, no convierten el filme en una especie de monstruo de Frankenstein en el que se adivinen las costuras. Al contrario. El amplio bagaje cinéfilo del nórdico está perfectamente asimilado, tanto, que puede pasarle desapercibido al espectador sin que por ello se resienta su comprensión. Ciento treinta años después de la histórica primera proyección de los Hermanos Lumiere es prácticamente imposible partir de cero a la hora de hacer cine, así, la valía de un cineasta se mide también por su capacidad de almacenar la herencia de quienes le precedieron y saber remodelarla hasta que resulte un producto nuevo y autónomo. Un reto del que Ullmann Tøndel sale plenamente victorioso. En La tutoría lo prestado y lo creado están perfectamente equilibrados, y, en todo caso, si algo decanta por momentos el fiel, es lo segundo. Estamos ante una de esas óperas primas, que tal vez no son impecables, pero si valientes y rebosantes de energía y ganas de experimentar. No tiene nada que envidiarle a Angst de Gerald Kargl ni a Las vírgenes suicidas (Sofia Coppola) tan admiradas por el director novel. Sin duda estamos ante una cinta vigorosa, valiente y arriesgada, que pone muy altas las expectativas ante lo que nos pueda venir de la mano de Halfdan Ullmann Tøndel. Se nota su casta en los genes.
Item más. La tutoría es también un recital interpretativo, todo el elenco brilla, pero, por supuesto, es Renate Reinsve la que destaca de calle. Vital para el proyecto, el director refiere como, la noche en la que Renate ganó el premio a la mejor actriz en Cannes, le mandó un mensaje diciendo: «¡Piensa en lo que nos va a beneficiar para nuestra película!», su talento y su carisma acaban de dar solidez a este proyecto tan valioso. Por lo que supone en la búsqueda de nuevas formas estéticas y de técnicas expresivas renovadoras. Por su colaboración en el debate sobre límites difusos de la verdad, la dificultad por discernirla, pero también la necesidad de esclarecerla. Todo lo que guarde relación con la reflexión sobre la verdad es candente y necesario en este año cero del nuevo imperio Trump-Musk.
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 7 de febrero de 2025 *

FUERA DE LA LEY (Greedy People, Potsy Ponciroli, 2024)
USA. Duración: 110 min. Guion: Mike Vukadinovich Música: Jordan Lehning Fotografía: Eric Koretz Compañías: Boies Schiller Film Group, Hideout Pictures, Limelight Género: Comedia
Reparto: Himesh Patel, Lily James, Joseph Gordon-Levitt, Tim Blake Nelson, Joey Lauren Adams, Simon Rex, Uzo Aduba, José María Yazpik, Nina Arianda, Jim Gaffigan, Traci Lords, Michael Harding, Travis Przybylski
Sinopsis: Will (Himesh Patel) y Terry (Joseph Gordon-Levitt) son dos agentes de policía que se ven envueltos en un escandaloso crimen. Con el descubrimiento de un millón de dólares, los problemas se les multiplican. Los habitantes del pueblo, tan peculiares como codiciosos, también quieren adueñarse del botín. Todos ellos irán tomando una serie de decisiones cada vez más equivocadas y al margen de la ley que pondrá patas arriba toda la hasta ahora pacífica comunidad.
Si Fuera de la ley se mirara en algún espejo, lo haría en la clásica Fargo (1996), de los hermanos Cohen, con ciertas gotas de Un plan sencillo (1998) de Sam Raimi pero en calidad de plato deconstruido a lo Pulp Fiction (1994). Comedia agradable, que se complica y oscurece y termina cerrándose en drama. Repleta, en este caso de mucho humor negro que logra despistar al espectador hasta no saber muy bien hasta donde lo llevará esa larga cadena de situaciones.
El humor siempre ha sido y siempre será la mejor herramienta para la denuncia, esta sátira negra lo viene a demostrar. Y es que, su viaje a la zona oscura de lo humano, tiene un punto de canto fúnebre al American lyfestile, cosa que vista ahora (febrero 2025) cobra incluso más vigencia. Así, aunque no tenga el mismo pulso que el de los autores de Muerte entre las flores, desde aquí celebramos que mantenga su espíritu crítico.
Divertida y bien llevada, aunque se deshinche progresivamente conforme avanza el número de asesinatos, esta comedia negra está dirigida por Potsy Ponciroll y protagonizada por Himesh Patel (La franquicia, Tenet, Yesterday), Josep Gordon-Levitt (Origen, Looper, Puñales por la espalda), y Lily James (Mamma mía: una y otra vez, Cenicienta).
NO HAY AMOR PERDIDO (La Fille de son père, Erwan Le Duc, 2023)
Francia. Duración: 91 min. Guion: Erwan Le Duc Música: Julie Roué Fotografía: Alexis Kavyrchine Compañías: Domino Films, Canal+, Ciné+ Género: Drama
Reparto: Nahuel Pérez Biscayart, Céleste Brunnquell, Maud Wyler, Mohammed Louridi, Mercedes Dassy, Camille Rutherford, Alexandre Steiger, Nicolas Chupin, Philippe Quesne
Sinopsis: Étienne tiene apenas veinte años cuando se enamora de Valérie. Apenas un poco más tarde, nace su hija Rosa. Y luego, un día, Valérie se va y nunca regresa. Él decide no hacer un drama de ello y construye una vida feliz para él y su hija. Dieciséis años después, cuando Rosa está a punto de comenzar su propia vida, Étienne reconoce a su esposa en un reportaje de televisión. El pasado resurge de forma brutal, y padre e hija se ven arrastrados a un último caótico viaje familiar.
Resulta muy sano que, por una vez, sea un padre soltero el protagonista de esta historia de crecimiento que narra como un padre adolescente es abandonado por su loco amor tras dar a luz una hija. Este, tal y como indica, nunca cumplió los veinte años, al verse obligado a madurar a toda velocidad para, con ayuda de sus padres, criar a su inesperada hija. Tan rápido irá todo que de joven promesa del fútbol, pasará a ser entrenador.
No hay amor perdido (La Fille de son père), de Erwan Le Duc, es la segunda película del director tras su singular y sorprendente ópera prima, Perdrix, con la que se dio a conocer en la Quincena de Cineastas del Festival de Cannes de 2019.
Seleccionada como película de clausura de la 62ª edición de la Semana de la Crítica de Cannes y nominada al Premio César a Mejor actriz revelación para Céleste Brunnquell, el film de Le Duc consigue dar muchos tintes de comedia a su historia ofreciendo una divertida a la par que emotiva historia de amor paternofilial cuya conclusión deja abiertos algunos interrogantes que será el espectador el que deberá pronunciarse.
Más cercano al verso que a la prosa, este segundo filme de Le Duc, si destaca por algo, es por su trabajo sobre el punto de vista: el francés huye del realismo a la hora de contar esta historia y recala en lo simbólico. No hay amor perdido tiene el tono de las fábulas, pero sin moraleja. Podría decirse que es el reverso luminoso de Un verano con Mónica, si el clásico de Bergman terminaba cuando el verano era barrido por la realidad, No hay amor perdido levanta el telón justo en el momento en el que se acepta la responsabilidad y se asume la crianza. Si Bergman cierra en negro e invierno, Le Duc avanza diurno y colorido hacia la conclusión de que el amor no se pierde nunca.
No hay amor perdido está protagonizada, además de por la nombrada Céleste Crunnquell, por Nahuel Pérez Biscayart (120 pulsaciones por minuto, Un año, una noche o El Jockey), además de Maud Wyler (Tiempo compartido) y Camille Rutherford (Anatomía de una caída).
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 24 de enero de 2025 *

FLOW, UN MUNDO QUE SALVAR (Flow, Gints Zilbalodis, 2024)
Letonia/Bélgica/Francia. Duración: 83 min. Guion: Matiss Kaza, Gints Zilbalodis Música: Rihards Zalupe, Gints Zilbalodis Compañías: Dream Well Studio, Sacrebleu Productions, Take Five Género: Aventuras
Sinopsis: Un gato se despierta en un mundo cubierto de agua, donde la raza humana parece haber desaparecido. Busca refugio en un barco con un grupo de otros animales. Pero llevarse bien con ellos resulta ser un reto aún mayor que superar su miedo al agua. Todos tendrán que aprender a superar sus diferencias y adaptarse a este nuevo mundo en el que se encuentran.

“adj. Dicho de algo como una cualidad, una conducta, etc.: Puro y sin mancha ni defecto”. Así define el diccionario de la RAE el vocablo ‘acendrado’, el que mejor define la animación de Flow, exquisita y pulida como un metal precioso recién bruñido. Los fondos tienen tal grado de precisión y verismo que se diría que estamos ante una fotografía de corte naturalista, pero con una carga onírica que pocas veces puede lograrse con la imagen real. El tono ideal para una fábula postapocalíptica que ensalza el valor de la amistad, de las afinidades electivas como fuerza subversiva contra lo establecido, como medio para restablecer la paz social frente a los discursos de odio, tan vinculados a los relatos identitarios que priman lo propio en detrimento de todo aquello que se considera ajeno y, en calidad de ello, invasor. Gints Zilbalodis apuesta por lo simbiótico como único vehículo posible para alcanzar un nuevo equilibrio que revierta los efectos de la actuación mercantilista de los humanos que puede estarnos empujando al colapso. Desde su representación del reino animal, lo que busca es deslegitimar todo darwinismo social, poniendo al cooperativismo como remedio que impida la catástrofe o, al menos y en el peor de los casos, contribuya a paliar las consecuencias de la explotación desaforada de los recursos naturales y la consiguiente desigualdad en el reparto de la riqueza. Y todo esto en Flow se enuncia de modo sutil, sin subrayados ni sermones.
La palabra ‘sermón’ viene del latín, sermo, sermonis, vocablo que exactamente significa conversación, palabra trabada o entablada entre uno y otro. Zilbalodis rehúsa toda moralina y lo hace hasta el punto de apostar por la supresión de los diálogos en su narración, obteniendo como efecto un uso adulto de la animación en la línea de lo que consiguiera Pablo Berger en su Robot Dreams, pero utilizando representaciones todavía menos antropomórficas para sus personajes. El letón opta por retratar el orden natural desde su propia peculiaridad idiosincrática, algo que no sólo evidencia la ausencia de palabra, sino también el movimiento que anima a los protagonistas para el cuál el autor ha partido de estudios muy detallados, basados en grabaciones de vídeo realizadas en casa para los perros los gatos, y en el zoo para los demás animales. El resultado es un cuadro en el que lo humano está ausente o, de aparecer, es mero vestigio de un pasado, no sabemos cuán reciente, que parece causa de la catástrofe que ha transmutado al mundo. Y, sin embargo, Flow es una cinta eminentemente humanista, en el sentido más estricto del término. El humanismo definió al Renacimiento frente al teocentrismo medieval, toda una corriente de pensamiento centrada en el principio de que las necesidades de la sensibilidad y de la inteligencia humana pueden satisfacerse sin tener que aceptar la existencia de Dios y la predicación de las religiones. La renacentista fue (y es) la versión más positiva del antropocentrismo, su planteamiento más revolucionario, liberador e integrador a partes iguales. Algo de esa filosofía subyace en Flow, pues buscar un retrato fiel del orden animal ha servido, paradójicamente si se quiere, para hacer posible expresar, en el comportamiento y actitudes naturales de los personajes, defectos y virtudes humanas y muy humanas. Como reconoce el propio autor: “Cada una de las personalidades de estos animales refleja un aspecto del individuo enfrentado a la vida en sociedad”. La posibilidad de redimirnos, de poner término a las adversidades que nosotros mismos hemos causado, está en nuestras propias manos, tal como los animales del filme logran ponerse a salvo apoyándose en sus limitaciones y temores, uniéndose a otros tan imperfectos como ellos en un viaje que tiene lo mismo de iniciático como de restaurador del buen orden común. Los problemas que causamos sólo los podremos solventar profundizando, ahondando y redundando, en nuestras propias contradicciones.
Lírica y comprometida a partes iguales, así es Flow. Un binomio que se alcanza en un grado que, tal vez, la imagen real no hubiera permitido. En palabras de Zilbalodis: “Tengo la impresión de que me permite explorar el subconsciente más profundamente que si hiciera una película de imagen real. La animación no se ve tan afectada por las barreras culturales o lingüísticas: puede ser mucho más universal y primaria. No creo que deba considerarse como un registro aparte del cine, porque no es más que otra técnica narrativa”. Como las mejores cintas de su admirado Hayao Miyazaki, el último largo del letón aúna profundidad temática y brillantez visual, maneja los mecanismos básicos de la aventura y los envuelve con una pertinente pátina de espiritualidad, en una combinación y proporción que la hacen madura, pero asequible. La idea se expresa y se capta gracias a la imaginería que emplea. Casi se diría que estamos ante un anime a la occidental, porque los conceptos y los símbolos están arraigados en nuestra tradición, pero son empleados con una capacidad de penetrar en la realidad más actual desde el misticismo más ancestral a la que sólo los nipones nos tienen acostumbrados. Por sus fotogramas se pasea el Leviatán, monstruo marino por excelencia, serpiente marina de cuerpo semejante a la ballena que ha expresado el poder del caos como fuerza de la naturaleza, y que aquí, en la cinta, es referencia directa al mundo de lo maravilloso y lo terrible. También nos informa simbólicamente de la naturaleza del cataclismo en curso. Se ha alcanzado un punto de ruptura, y la gigantesca criatura subraya la dimensión absolutamente extraordinaria de los acontecimientos que se desarrollan ante nuestros ojos. Su agonía en el desenlace, indicaría así la posible vuelta de la normalidad, pero su reaparición post-créditos advierte de la naturaleza cíclica de los desórdenes y dificultades. La vida humana es dialéctica. Y lo es tan bellamente como Flow es un canto al tenso equilibrio entre contrarios que es la existencia.
BODEGÓN CON FANTASMAS (Enrique Buleo, 2024)
España/Serbia. Duración: 88 min. Guion: Enrique Buleo Música: Sergio Bertran Fotografía: Gina Ferre Compañías: Cuidado con el Perro, Quatre Films, Sideral Cinema, This and That Productions Género: Comedia
Reparto: Jordi Aguilar, Eduardo Antuña, Enric Benavent, Patty Bonet, José Carabias, Ferran Gadea, Cristina García, Bianca Kovacs, Carmen Gloria Martínez, Pilar Matas, Nuria Mencía, Fernando Sansegundo, Consuelo Trujillo
Sinopsis: Rodeados por viñedos y tierras de cereales, los habitantes de un pueblo de La Mancha pasan sus días con normalidad. Unos, los vivos, luchando contra los aprietos de la vida. Otros, los fantasmas, lidiando con los sinsabores de la muerte
Enrique Buleo, director y escritor de este Bodegón con fantasmas nos ofrece cinco historias en las cuales el costumbrismo, fantastique y humor negro se dan la mano. Cinco historias que retrotraen al espectador al mejor J. L. Cuerda y, por supuesto, al más desternillante Azcona. También entra por su propio pie en el humor de la Manchuela que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar.
Las cinco historias que conforman Bodegón con fantasmas son perfectas parábolas del absurdo que tienen como fondo la muerte. Una muerte que carece de importancia y que se desarrollan en un pueblo casi fantasma. Un pueblo en el que el tiempo parece haberse congelado, con protagonistas muy humanos, feos, normales, solitarios. Que confían en la ouija o en la ley de atracción y que mientras, mueren y son olvidados.
Todo en una saludable obra que nos congratula con el humor español, y con el fantastique cañí, que tantas buenas obras dejó en los años cincuenta y sesenta y que en la actualidad tan estancado se encuentra poblado por comedietas amables de medio pelo que parecen clones unas de otras ya desde el propio póster.
Enrique Buleo ofrece una historia poliédrica con una estética muy kitsch protagonizada por Consuelo Trujillo, Pilar Matas, Fernando Sansegundo, Eduardo Antuña, Enric Benavent, Jordi Aguilar, Nuria Mencía, Pepe Carabias, Bianca Kovacs y Patty Bonet, entre otros.
La cinta cuenta con una trayectoria impecable que arrancó con el estreno mundial en la Sección Oficial a competición del Festival de Sitges, cosechando las primeras grandes críticas y recibiendo una calurosa acogida por el público. El estreno internacional tuvo lugar en el Festival de Varsovia para volver de nuevo a España como película de inauguración de Abycine y recibir allí el Premio Asociación de Periodistas. Posteriormente se alzó con el Premio Blogos de Oro al mejor largometraje en la Semana del Cine Fantástico y de terror de San Sebastián y recientemente en Rizoma recibió la Mención especial del jurado compuesto por la Ana Rujas, Jaume Ripoll y José Manuel Zamora, tras su paso por El Festival de Gijón (FICX).
Bodegón con fantasmas es una producción de AmoraFilms (Alejandra Mora), Cuidado con el perro (Alicia Yubero, Juan Cavestany, Alvaro F. Armero), en coproducción con Sideral (Roberto Butragueño, Nuria Landete) y This and That (Snezana van Houwelingen).
SEPTIEMBRE 5 (September 5, Tim Fehlbaum, 2024)
Alemania. Duración: 90 min Música: Lorenz Dangel Fotografía: Markus Förderer Productora: Berghauswöbke Film y Projected Picture Works, Constantin Film y ERF Edgar Reitz Filmproduktion Productores Ejecutivos: Martin Moszkowicz, Christoph Müller Productores: Philipp Trauer, p.g.a., Thomas Wöbke, p.g.a., Tim Fehlbaum, p.g.a., Sean Penn, John Ira Palmer, p.g.a., John Wildermuth, p.g.a. Guion: Moritz Binder, Tim Fehlbaum, Alex David
Reparto: Peter Sarsgaard, John Magaro, Ben Chaplin, Leonie Benesch, Zinedine Soualem, Georgina Rich, Corey Johnson, Marcus Rutherford, Daniel Adeosun, Benjamin Walker, Ferdinand Dörfler
Sinopsis: La historia gira alrededor de Geoff (John Magaro), un joven y ambicioso productor que se esfuerza por demostrar su valía a su jefe, el legendario ejecutivo de televisión Roone Arledge (Peter Sarsgaard). Junto con la intérprete alemana Marianne (Leonie Benesch) y su mentor Marvin Bader (Ben Chaplin), Geoff toma inesperadamente los mandos de la cobertura en directo. Ante el cambio de temática y narrativa, con plazos que se agotan, rumores contradictorios difundidos por doquier y la vida de los rehenes pendiendo de un hilo, Geoff se enfrenta a decisiones difíciles y sus propios conflictos éticos.
Los trágicos hechos que sucedieron durante los Juegos Olímpicos de Munich de 1972 sirven de fondo para la acción de este electrizante thriller que narra como se consiguió retrasmitirlos en directo en unos tiempos en los cuales las cosas no eran, ni de lejos, tan fáciles como resultarían hoy. Lo que muestra Septiembre 5 es la historia de una retrasmisión que cambiará para siempre la cobertura de noticias en los medios de comunicación y que no ha dejado de influir en el tratamiento que se da a las noticias de actualidad, incluso con sus sombras, pues los hechos fueron cubiertos de tal manera que incluso el canal norteamericano ABC, que era quien consiguió realizar la hazaña, fue responsable de trastocar la primera acción que intentó la policía alemana para terminar con el secuestro.
Enfocar la historia desde el punto de vista de los periodistas es una opción que tenía clara el director del film, Tim Fehlbaumt, «Estamos constantemente en el estudio de televisión, casi como en una obra de teatro, y únicamente vemos los trágicos acontecimientos que se desarrollan ante nosotros a través de los objetivos de las telecámaras«. Algo que que ha Fehlbaumt le interesaba mostrar y contrastar con la forma de hacerlo en la actualidad, «Este enfoque parecía especialmente pertinente en el mundo actual: con la llegada de la retransmisión en directo y la disponibilidad instantánea de imágenes y vídeos, la forma de procesar los acontecimientos ha cambiado radicalmente. Las imágenes ejercen una enorme influencia: moldean la opinión pública, movilizan a la gente e incluso pueden inducir a adoptar decisiones políticas.»
Pura historia, una historia no demasiado conocida pero no por ello carente de importancia, lo narrado y la forma de hacerlo en Septiembre 5 consigue trasmitir la sensación de urgencia y la tensión de los hechos al espectador, captando su atención y no soltándolo hasta la conclusión del film, que invita a su reflexión.
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 17 de enero de 2025 *

BABYGIRL (Halina Reijn, 2024)
USA/Holanda. Duración: 114 min. Guion: Halina Reijn Música: Cristobal Tapia de Veer Fotografía: Jasper Wolf Compañías: 2AM, Man Up Film, A24. Distribuidora: A24 Género: Drama
Reparto: Nicole Kidman, Harris Dickinson, Antonio Banderas, Sophie Wilde, Esther McGregor, Anoop Desai, Leslie Silva, Victor Slezak, Vaughan Reilly, Maxwell Whittington-Cooper, Gaite Jansen, Robert Farrior, Bartley Booz
Sinopsis: Romy (Nicole Kidman), una alta ejecutiva que inicia una ardiente aventura de sexo extremo con su joven becario, Samuel (Harris Dickinson) a espaldas de su marido Jacob (Antonio Banderas). Romy invertirá su rol habitual en el trabajo, pasando de ser quien da las órdenes a disfrutar siendo sometida en la cama. Esta tórrida relación extramatrimonial le permitirá encontrar el camino hacia su libertad sexual, a pesar del riesgo y los prejuicios.

¿Es el masoquismo femenino un constructo nacido en las fantasías sexuales masculinas? Erika Kohut, la profesora de piano severa, directa, represora, casi cruel con sus alumnos, encontraba en la voluntad de sumisión sexual una vía de escape y liberación de ese cerco constrictor con el que la sociedad, extremamente simbolizada por su sobreprotectora madre, busca ceñir el deseo femenino, domeñarlo y volverlo gobernable para que nunca afecte al correcto orden de lo doméstico. En ese marco referencial, lo (auto)lesivo es transgresor, subvierte lo establecido y reconvierte las reconvenciones que ordenan la precaución a la mujer, la cautela, más aún, el recato (decencia, pudor), siempre con la amenaza de la violación si se incumplen las reglas del decoro, las reconvierte en armas en manos de la mujer que a través de la búsqueda activa del dolor transforman al violador en esclavo al servicio del apetito sexual femenino. Tras el retrato psicológico de Erika estaba el incisivo bisturí de Michael Haneke, inspirado siempre por su mirada gélida y cruel sobre las emociones humanas. La pianista incomodaba, precisamente, por su frialdad, una frialdad de alto voltaje que ponía el trastorno en el corazón de la pasión como condición de posibilidad de la subversión revolucionaria que sólo puede llegar del sexo cuando es llevado a lo más extremo. La película de 2001 fue una patada directa al estómago de lo biempensante que puso en jaque los principios de la defensa de la liberación sexual femenina al obligar a contemplar lo enfermo como verdadero camino de emancipación. Hacia el fin de la represión a través de la voluntad de sometimiento o el masoquismo femenino como herramienta de empoderamiento, pero sin final feliz, pues, si acaso había triunfo, sólo se daba a través de la práctica del sacrificio más radical.
La Romy de Halina Reijn tiene algo de Erika, pero la directora no tiene nada del austríaco. La actriz holandesa debutaba en la dirección en 2019 con Instinto (Instinct) ya con la atracción por el abuso y la sumisión en el horizonte, y entonces alguna crítica señaló que, a pesar de su puesta en escena interesante y cuidada, la cinta carecía de profundidad y fuerza para diseccionar lo escabroso de su propuesta. Babygirl juega en la mima liga. Es como si Reijn flirteara con lo oscuro sin llegar a poner nunca toda la carne en el asador. O, mejor dicho, sin llegar a poner verdadera carne. Quizás es porque vivimos en la era de lo healthy y lo más arriesgado que nos podemos permitir es combinar el aguacate con lo más insospechado en busca de la tosta más exótica. A Romy, mujer dominante que ha escalado hasta lo más alto en un mundo fundamentalmente de hombres, la atrae negarse a sí misma en la cama, su sueño lúbrico es ponerse al servicio de la voluntad del amante y que ésta pase por el dominio y el menosprecio, por eso no le basta con el esmero de un esposo que la ama, no la sacia su sexualidad amable y respetuosa, y, aunque lo finja cuando está con él, el orgasmo sólo lo alcanza con la masturbación estimulada con vídeos pornográficos online. Ese es el arranque de la cinta, in media res, poniendo el conflicto en la frase inicial como el manual del buen escritor recomienda, pero si el “Hoy mamá ha muerto” con el que Albert Camus presentaba a Meursault nos intrigaba y nos hacia sospechar el nihilismo provocador de autor y personaje, el planteamiento de la primera secuencia de Babygirl lo que nos hace intuir es que el tono va a ser el propio de un producto que no habría sido más aséptico si tras su confección estuviera la mano de una IA. De impecable factura estética, pero sin capacidad para golpear, como si de un boxeador con estilo pero sin fuerza se tratara. Mientras Erika buscaba la venganza contra la represión mediante la aniquilación de su voluntad (mutilación mediante si es necesario), Romy lo que pretende es ser domada con una galletita como si de una perra desbocada, pero con dueño, se tratara. Así es, precisamente, presentado el personaje que habría de poner totalmente patas arriba el idílico mundo de Romy, un becario, último eslabón en la empresa (con un sorprendente parecido a Íñigo Errejón), amansando a la autoritaria cabeza de la pirámide jerárquica. Y, seremos nosotros que aún llegamos a conocer de primera mano una dictadura, pero toda esa leña se nos antoja carboncillo para alimentar una barbacoa dominical en familia. Babygirl es blanca (¿O sería mejor decir vainilla?), mero diseño, que quiere abarcar mucho, pero aprieta muy poco: unas pinceladas de crítica a la mecanización, de advertencia sobre el futuro bajo la robótica y de defensa de la necesidad de fomentar la inteligencia emocional, todo ello como andamiaje de ese tema central que se pretende polémico en la sociedad post Me Too. A las chicas nos puede gustar que nos den caña, reivindica, pero lo hace a través de una Romy que no se desaliña ni cuando se desmelena, apenas un mechón fuera de lugar cuando vuelve de madrugada de poner en juego toda la estabilidad de su entorno. Ni que decir que ese mechón esquivo al orden es de lo más favorecedor. Reijn lo pretende, pero no lo logra, al menos no con todos, porque somos bastantes los que no percibimos en sus imágenes la pulsión del deseo ni, menos, el empuje del peligro. Aclarar que a esta Bovary del Siglo XXI le espera un final feliz, no debiera ser tenido por un destripamiento de la trama, al fin y al cabo, a quien sepa mirar el tráiler no le va a caber duda alguna. Sociedad 2.0 de debate en redes, encendido, acalorado, puede, pero perfectamente acomodado en la rebotica del hogar de cada uno. Sin más mácula ni peligro que el de padecer síndrome del túnel carpiano. Es lo que tiene ejercer el empoderamiento a través de la mano.
Podríamos acabar el comentario comparando el trabajo de Isabelle Huppert con el de Nicole Kidman, pero tampoco se trata de hacer sangre, no vaya a ser que los únicos sádicos de la función vayamos a ser nosotros mismos. Además, y al fin y al cabo, a la australiana sólo se le ha pedido que interprete a una babygirl. Una niñita, no una auténtica mujer.
HOMBRE LOBO (Wolfman, Leigh Whannell, 2025)
USA. Duración: 103 min. Guion: Leigh Whannell, Corbett Tuck, Rebecca Angelo, Lauren Schuker Blum Fotografía: Stefan Duscio Compañías: Blumhouse Productions, Motel Movies, Universal Pictures, Waypoint Entertainment. Distribuidora: Universal Pictures Género: Terror
Reparto: Christopher Abbott, Julia Garner, Sam Jaeger, Matilda Firth, Ben Prendergast, Benedict Hardie
Sinopsis: Blake (Christopher Abbott), un hombre casado y padre de familia residente en San Francisco hereda la remota casa donde creció, en una zona rural de Oregón, tras la desaparición de su propio padre, dado por muerto. En plena crisis de pareja con su enérgica esposa Charlotte (Julia Garner), Blake la convence para tomarse un descanso de la gran ciudad y visitar la propiedad con su hija Ginger (Matilda Firth). Todo se tuerce cuando, de camino a la granja y en plena noche, la familia sufre el brutal ataque de un animal al que no consiguen ver y, en un intento desesperado por huir, se atrincheran dentro de la casa mientras la criatura merodea por la zona. Pero, con el paso de las horas, Blake comienza a comportarse de un modo extraño y a convertirse en algo irreconocible, y Charlotte se verá obligada a decidir si esa monstruosidad es más letal que el peligro que acecha en el exterior.
El hombre que se vuelve bestia siempre ha tenido múltiples lecturas. La doble personalidad oculta bajo la piel. La parte de nosotros que no nos gusta exhibir. Todo ello fue el punto de partida de una de las grandes obras de la literatura, Dr. Jekyll & Mr. Hide, de R. L. Stevenson, quizás el acercamiento literario más certero al ser oculto que habita en nuestro interior, pues el hombre lobo es la única figura del pandemonio de los monstruos clásicos que no tiene origen literario, como sus compañeros, el insaciable chupasangre y el simpático trasplantado. Para ello hubo que esperar a novelas que a posteriori se han basada en la rica mitología del personaje, al que el cine dio razón de ser precisamente, desde el mismo sello que distribuye este Hombre Lobo, Universal Films.
En esta ocasión nuestro licántropo es un padre de familia que ha recibido una severa educación patriarcal, exenta de muestras de cariño y en la que ha aprendido que el hombre es el cabeza de familia y que como tal, su misión es proveer y cuidar de los suyos. Ante ello se revela nuestro protagonista Blake (Christopher Abbott), escritor que cría a su hija en el cariño pero que, al retornar al escenario de su niñez, verá como la bestia primigenia vuelve a dominar a la razón.
En el film la mayor parte de la acción trascurre durante una única noche, con una criatura que se aleja de otras encarnaciones del personaje que han inundado de aullidos la pantalla. Como las tan elaboradas de los años ochenta que se acercaban más al animal, optando en esta ocasión por un maquillaje más clásico, más cercano a la encarnación humana, tanto que han hecho a este hombre lobo consciente de su maldición, como mostró nuestro Jacinto Molina/Paul Naschy en algunas de sus interpretaciones lupinas de los setenta y ochenta, en las que estaba condenado a ser ejecutado-liberado por aquellos que lo amaban.
Para encarnar a la bestia se ha escogido a Christopher Abbott, un actor proveniente del cine independiente y hombre ordinario, normal, que encarna a la perfección al torturado personaje y a su cruz, responsable de su pasión. Julia Garner encarna a su empoderada esposa, mujer independiente y de éxito profesional cuya relación con el marido no atraviesa sus mejores momentos. El tercer vértice del trío protagonista es la joven actriz Matilda Firth, con la que el padre conecta mejor que la madre, en este matrimonio de roles «cambiados». Completan el reparto Sam Jaeger (El cuento de la criada), Ben Prendergast y Benedict Hardie (El hombre invisible), junto con Zac Chandler, que debuta en la gran pantalla, Beatriz Romilly (Shortland Street) y Milo Cawthorne (Shortland Street). Escrita y dirigida por Leigh Whannell, que se encargó de El Hombre Invisible (The Invisible Man, 2020), está producida, como aquella, por Blumhouse.
LA SEMILLA DE LA HIGUERA SAGRADA (The Seed of the Sacred Fig, Mohammad Rasoulof, 2024)
Alemania/Francia/Irán Duración: 168 min. Guion: Mohammad Rasoulof Música: Karzan Mahmood Fotografía: Pouyan Aghababayi Compañías: Run Way Pictures, Parallel 45, arte France Cinéma, Parallel45, Filmförderung Hamburg Schleswig-Holstein, L’Aide aux Cinémas du Monde, Moin Films Género: Drama.
Reparto: Soheila Golestani, Setareh Maleki, Missagh Zareh, Mahsa Rostami, Niousha Akhshi, Reza Akhlaghirad, Shiva Ordooie, Amineh Mazrouie Arani
Sinopsis: Irán, otoño 2022. La vida universitaria en Teherán se ve sacudida por las revueltas en las calles y las escuelas al grito de «Mujer, vida y libertad». A medida que los disturbios políticos aumentan, la responsabilidad profesional en la vida de un juez de instrucción empieza a afectar a su plácida vida familiar junto a su mujer y a sus dos hijas adolescentes. Cuando la pistola que el gobierno le había entregado para mantener su seguridad desaparece, sólo le queda sospechar de las mujeres que lo rodean. Mientras las normas sociales empiezan a desmoronarse a su alrededor, lo hace también su familia.

Antes de que la ultraderecha descubriera que las redes sociales son el lugar ideal para plantar la semilla de la mentira, hubo un tiempo en el cual servían como reducto de la resistencia ante las falsedades oficiales, tal y como se muestra en La semilla de la higuera sagrada, una historia que se sitúa en Teherán, en otoño de 2022 con la ciudad sacudida por las revueltas en las calles, y especialmente en las escuelas, al grito de «Mujer, vida y libertad». Un escenario en el cual la población más joven se rebeló contra las mentiras oficiales, siendo la más sangrante el asesinato de Mahsa Amini de 22 años, que fue arrestada por la «policía de la moral» por llevar mal el velo y de la que se dijo que tuvo un paro cardíaco repentino en comisaría.
El ganador del Oso de Oro por la aclamada y reivindicativa La vida de los demás (Sheytan vojud nadarad, 2020), Mohammad Rasoulof, regresa cuatro años después con una nueva película sobre el régimen iraní. En esta necesaria y laureada cinta su director, condenado a ocho años en su país natal y que se encuentra actualmente en el exilio, una familia, padre, madre y dos hijas adolescentes, atravesarán todo un arco de transformación durante el cual veremos el camino al extremismo que recorre el, hasta entonces, cabal padre de familia cuando es ascendido a juez de instrucción y obligado a firmar penas sin llegar a leerse los expedientes. La madre de las dos adolescentes protagonistas, que de creer ciegamente en «lo que dice la tele» o justificar las detenciones porque «algo habrán hecho» deberá cuestionarse sus convicciones cuando llamen a su propia puerta. Y las dos jóvenes hijas cuando vean la realidad en sus propios móviles y la contrasten con la verdad oficial que difunden los medios. Una realidad que de enfrentamiento generacional pasará a ser toda una transformación personal.
Destaca su tramo final. Tras toda una historia desarrollada en interiores, casi a escondidas, los personajes se desplazarán a un pueblo abandonado, una localización perfecta, una tierra de nadie donde se producirá el perfecto desenlace, como si de un duelo se tratara.
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 10 de enero de 2025 *

LAS VIDAS DE SING SING (Sing Sing, Greg Kwedar, 2023)
USA. Duración: 105 min. Guion: Clint Bentley, Greg Kwedar, John H. Richardson. Obra: Brent Buell. Historia: Clarence Maclin, John Divine G Whitfield Música: Bryce Dessner Fotografía: Patrick Scola Compañías: Black Bear Pictures, Marfa Peach Company, Edith Productions. Distribuidora: A24 Género: Drama
Reparto: Colman Domingo, Clarence Maclin, Sean Blackman, Paul Raci, David Giraudy, John Divine G Whitfield, Patrick Griffin, Mosi Eagle, James Williams, Brent Buell, Johnny Simmons, Sean Dino Johnson, Michael Capra
Sinopsis: Un pequeño grupo de presos encarcelados en el Centro Correccional Sing Sing, una de las prisiones de máxima seguridad más famosas del mundo, se propone montar su propia obra teatral como parte de un taller de teatro. A través de las artes escénicas, estos hombres consiguen ver el mundo como un lugar por el que luchar.
Aunque la acción de Las vidas de Sing Sing se desarrolla en el conocido penal y está protagonizado por un grupo de presos, no sabremos, pues no se destaca, cual fue el motivo que les llevó allí. Tan solo veremos un conjunto de seres humanos escapando de una situación dramática. Evadiéndose y recuperándose como personas. Ensayando obras de teatro, ilusionándose como niños, decepcionándose y sufriendo durante el trance. Conviertiendo la cárcel en un lugar diferente, en el cual pueden ser cualquier personaje. Pueden engañar a su realidad mientras cultivan la amistad, el compañerismo, los celos… Las vidas de Sing Sing habla, sin nombrarla, de la reinserción de los presos dejando lugar para la poesía, dejando lugar para la esperanza.
Con la fragilidad de estas almas a flor de piel, este drama inspiracional basado en hechos reales tiene el riesgo continuo de que en cualquier momento cualquiera de sus personajes retorne a la realidad y pierda la frágil esperanza.
Dirigida por Greg Kwedar, la película se posiciona ya como una de las favoritas de cara a los Premios Oscar. Ha recibido 3 Premios Gotham a Mejor Interpretación Protagonista, Mejor Interpretación de Reparto y el Premio Tributo a la Justicia Social y ha sido nominada a otros 3 Premios Independent Spirit, donde también se ha puesto en valor el trabajo de Colman Domingo (Mejor Interpretación Protagonista) y de Clarence Maclin (Mejor Interpretación de Reparto), además de la nominación a Mejor Película.
Entre los protagonistas del film destaca el mentado Colman Domingo al que le acompaña, además, un elenco actoral en estado de gracia, con Paul Raci (Sound of metal) y un grupo de hombres que fueron alumnos del programa durante el tiempo en el que estuvieron encarcelados en Sing Sing, incluidos Clarence «Divine Eye» Maclin y Sean San José.
Oh, Canadá: el tiempo recobrado
“Me gusta el olor a napalm por las mañanas” es la expresión que ha invadido mi mente tras ver, por primera vez, en sesión matinal, Oh, Canadá Y no porque haya confundido a su director con Francis Ford Coppola, de hecho no le confundo siquiera con Martin Scorsese, aunque el italoamericano haya sido su mejor pareja de baile, porque Paul Schrader es un cineasta singular con una voz autoral personal e inconfundible. Una voz estimulante que apela directa al intelecto sin dejarse atrás la estética y los sentidos. Una voz que me sacude y me hace fruir en su dureza. Pero quizás no haya sido azaroso que mi mente haya viajado hasta el Vietnam de Coppola, porque Apocalypse Now no es una cinta bélica más, lo que la hace inigualable es el peso de su calado filosófico: adaptación espuria de El corazón de las tinieblas, usa la falsilla de la guerra de Vietnam para adentrarse en el terreno de lo ontológico, el río que se remonta es el de la pregunta por el sentido. La de Coppola es una película ensayo y Oh, Canadá también lo es. Salvo que la de Schrader, en lugar del Ser, sobre lo que se interroga es sobre el Yo, en un ejercicio en el que se pone en juego el valor de la memoria y la definición de la verdad. Quizás, además y también, sea una película sobre Vietnam, pero esto lo dejamos sólo apuntado como sugerencia.
Película de breve sinopsis argumental (un afamado documentalista, en estado terminal, concede, a dos de sus exalumnos más brillantes, su última entrevista, con la única exigencia de que esté presente su esposa), el objeto de análisis de Oh, Canadá es la conciencia. Decíamos el Yo en el párrafo anterior, y aunque no vamos a desarrollar los matices que emparentan y separan ambas nociones, sí queremos incidir en la dimensión religiosa que connota a la conciencia frente a su sinónimo más genérico. Así, Leonard Fife, el protagonista, acepta la entrevista de sus alumnos con el afán y objetivo de recibir la confesión. Confesar es, en su sentido amplio, exponer la verdad de nuestros actos, ideas o sentimientos, pero, si nos ceñimos más estrictamente, a lo que se apunta es a ponerse a bien con Dios mediante la declaración como penitentes de nuestras faltas. Obviamente, nuestro calvinista favorito tiene esta acepción en mente. La penitencia es un sacramento ajeno a las iglesias reformadas, lo que más las separa del catolicismo, y uno de los puntos que más fascina a los fieles protestantes. Quizás también lo que más les envidian: esa posibilidad liberadora de descargar los pecados en el confesor con el fin de expiarlos. No es de extrañar que sea, precisamente, en tierras protestantes donde más predicación y arraigo
tuvieron (y tienen) las tesis de Freud. Si a falta de pan buenas son tortas, prohibida la confesión, bien nos sirve un psicoanálisis, después de todo el propio Freud definió a su método como curación por la palabra. Este magma se agita en la coctelera de Schrader cuando adapta al cine la última novela de Russell Banks, la crepuscular Foregone (título traducido al español como Los abandonos), y aproxima el rol del entrevistador al terapeuta, pero también al confesor. Sentarnos frente a una cámara, deslumbrados por los focos, nos procura la misma intimidad que la rejilla que vela el rostro del sacerdote en el confesionario. La confesión y el psicoanálisis tienen también en común la escenificación, en su vertiente más clásica, el terapeuta se sitúa detrás del paciente, el cual, tumbado en el diván, no tiene plena dimensión de su presencia. La penitencia y el psicoanálisis nos llevan a una especie de monólogo sanador, porque estamos ante Dios, según la primera, o ante el doctor de la mente, en el segundo. En Oh, Canadá Fife sitúa en el puesto del clérigo, término que en la Edad Media era sinónimo de docto (y este último término, obviamente, está en la etimología de doctor), primero al cineasta y luego a la (última) esposa. Sí el reverendo nos da la absolución y el analista extiende el certificado de nuestra sanación, con Schrader la redención-salvación viene desde el principio femenino. Una concepción muy romántica, en referencia, claro está, al movimiento filosófico-literario del XIX (El eterno femenino nos eleva, escribe Goethe en el Fausto), pero que siempre estuvo en la tradición occidental. Penélope siempre fue el destino y la meta de Ulises.
Hablando de monólogos y de Penélope(s), no está de más recordar que una de sus máscaras más relevantes es la de Molly Bloom. También el Ulises de Joyce es una obra de breve sinopsis argumental, Leopold Bloom se levanta una mañana de junio, la del 16 concretamente, filosofa en el retrete, come unos riñones en el pub, se masturba en un parque viendo las bragas manchadas de sangre menstrual de una adolescente, deambula todo el día por Dublín y al final de la noche, en la madrugada del 17, ya en la cama, Molly le arrebata el protagonismo y su voz interior es la que cierra la novela. Se nos acaba de ocurrir que, si el Ulises es también (y entre otras muchas cosas) un repaso a la historia de las letras irlandesas, el capítulo XVIII es el que expresa la creación más personal del autor, ese monólogo interior es por su concepción y su desarrollo el capítulo más innovador, el más original en el sentido de que no existe propiamente un modelo previo. Continuando con los paralelismos, también se nos ocurre que Oh, Canadá, partiendo de material ajeno, es la más personal de las películas de Schrader. El americano también elige darle a su filme carácter de flujo de pensamiento y, como en su día el irlandés, le da un tratamiento formalmente moderno, ambos están cerca del vanguardismo, Joyce porque lo precede y anticipa, y Schrader porque lo sucede y lo culmina. El monólogo de Molly contraviene todas las normas narrativas, todos sabemos sobre él, al menos, que se caracteriza por haber suprimido casi todos los signos de puntuación; la confesión de Fife también rompe contra toda secuenciación lógica y les crea a algunos la sensación de que los constantes saltos temporales impiden generar verdadera tensión dramática (véase sin ir más lejos la crítica de Nando Salvá para El Periódico). En la época, la publicación del Ulises llegó a estar prohibida en Estados Unidos por obscena, y Virginia Wolf dijo de la más relevante novela del Siglo XX, que era una auténtica tontería. También el tiempo pondrá a Oh, Canadá en el lugar que merece librándola de los desmanes y exabruptos con los que parte de la crítica la ha maldecido. No pretendemos decir que sea fundacional como lo fue el Ulises, pero sí que es un buen broche de oro para cerrar una carrera. Y, no, no enterramos al cineasta, es que algunas cintas tienen la propiedad de ser últimas palabras aunque las sucedan otras tantas. Cine dentro del cine, Oh, Canadá es una película póstuma sobre una película póstuma.
No sabemos si Schrader tuvo en mente a Molly Bloom, en todo caso, nos parece, como analistas, suficientemente pertinente la puesta en relación entre las dos obras. Sí que podemos afirmar que la otra gran novela del siglo pasado está presente en la mente del autor. Cita explícita a la madalena, mediante, Oh, Canadá se pone voluntariamente en diálogo con La recherche de Proust. No podía ser de otro modo cuando los mimbres que la tejen son una reflexión sobre el papel y el valor de la memoria como albacea de la verdad. Uno de los conceptos nucleares de Proust es el de “memoria involuntaria”, esa que surge como efecto del estremecimiento sensorial que se produce cuando desde una sensación presente se desata la evocación, ejemplos serían mojar la madalena en el primer volumen o tropezar en el pavimento desigual del patio de los Guermantes en El tiempo recobrado, último tomo de los siete que componen la novela y que fue escrito por el galo a renglón seguido del capítulo que cierra el primero. La memoria involuntaria tiene valor de verdad revelada, la que viene a permitir la recuperación-redención del tiempo, y se manifiesta bajo la forma de experiencia presente con un objeto del pasado, a través de la cual la vivencia de la pérdida nos sacude. El narrador entonces decide ir en busca del tiempo ya vivido. El tiempo perdido. Por dos veces, Schrader nos pone ante la cita explícita de la madalena detonante del recuerdo vívido, y en ambas ese asalto supone un punto de inflexión y ruptura para Leo Fife. Un Fife que busca hacer las paces con lo que ha sido, en un ejercicio de desgarro y exhibición que pretende desfacer entuertos: eliminar de lo real aquello que lo ha embellecido falseándolo, viajando con su mente ya agónica al momento inicial de la mentira, ese 1968 tan emblemático. En 1968 Eddie Adams ganaba el Pulitzer por su fotografía de la ejecución sumaria en Vietnam de un prisionero desarmado y maniatado de un tiro en la cabeza por parte del general de brigada Nguyen Ngoc Loan. Aunque parezca que una imagen vale más que mil palabras porque no puede mentir, el fotógrafo confesó que su instantánea no era más que una verdad a medias y defendería al general Nguyen, al que calificaría de “producto del Vietnam de su tiempo” e incluso de “héroe”. Fife es un hombre reputado, un genio en lo suyo, el cine documental, pero también todo un héroe símbolo de la lucha pacifista por haber sido objetor de conciencia en ese mismo 1968 (¿recuerdan que les decíamos en el primer párrafo que, después de todo, también Oh Canadá es una película sobre Vietnam?). Volvamos a Proust, la conclusión más célebre de La recherche es que el escritor afirma la superioridad de la literatura sobre la vida: “comprendí que todos esos materiales de la obra literaria eran mi vida pasada (…) la verdadera vida es la literatura”. Una conclusión muy propia de una cumbre literaria del Siglo XX. Oh, Canadá es también una película del siglo pasado, pero llegada desde mediados los años veinte
del Siglo XXI, por eso su inferencia cuestiona un tanto el corolario de Proust. Es cierto que sólo el arte permite trascender la experiencia individual, comunicar nuestro yo a los demás, pero ello no lo vuelve más verdadero que a la vida auténtica y sin filtro. Oh, Canadá es la deconstrucción del héroe, un poco equiparable a ese Desmontando a Harry de Woody Allen. Todo en la vida de Fife ha sido una verdad a medias, más fruto del azar que del arbitrio. Más que un héroe, ha sido un traidor. Pero, siempre la adversativa por delante, como habría sentenciado Borges, la infamia y la valentía están tan indisociablemente unidas que la una es la otra. Así qué, después de todo, sí podemos dar la razón a Proust y concluir que, el arte en general y el séptimo en particular, tiene la virtud de reconciliarnos con la existencia. Gracias al cine, el tiempo pasado, el tiempo perdido, es tiempo poseído, tiempo recobrado.
Fue un auténtico placer despertarse con una cinta tan lúcida el día del pase de prensa. Una de esas películas que, siendo mucho de su autor, desde que me captan, pasan a ser una de mis películas. Otra de Schrader que se suma a mi colección. Y es que Schrader siempre me ha parecido un valor a considerar, uno de esos cineastas que no llegan a defraudar ni siquiera con sus obras menores. Quizás porque su imaginario es muy rico, tanto que puede dar vueltas en torno a sí mismo sin ser nunca una repetición. En el olímpico 1992 se estrenaba Posibilidad de escape, Schrader dirigiendo a un Defoe en alza y altamente inspirado, no le pasó desapercibido a la crítica que en John Le Tour, camello de lujo, había un auténtico sosias de Travis Bickle, salvo que veinte años más maduro y con un final en el que cabía la esperanza. Entre ambos personajes podríamos situar a Julian Kay, el gigoló americano que tan bien compuso Richard Gere, un eslabón hacia el camino de posible redención del anti-héroe, ahora con treinta años confesos. El mismo Richard Gere es ahora Leo Fife, casi cuarentaicinco años después y con los ochenta ya a tocar. También Fife es una apostilla de Bickle, ahora a punto de sucumbir por razón de edad, y, sin embargo, con la capacidad suficiente como para redimir todas las encarnaciones con las que Schrader ha ido extendiendo a su personaje seminal. El propio director, más cercano a los ochenta que el actor, mira cara a cara a la muerte y, respetándola y aceptándola, la vence con la ilusión que sólo el cine puede generar. Al menos en lo que el cine fue en el siglo pasado, el de su nacimiento y esplendor. Pero más sabe el diablo por viejo que por diablo, Schrader goza todavía de buenos reflejos y no se ha descolgado del presente, y al presente le lanza una crítica y una advertencia: en tiempos de pantallas omnipresentes, tal vez no quede espacio para lo íntimo, para la existencia sin filtro, lo cual no sólo supondría la negación de la vida, sino también la muerte del arte, en general, y en particular del cinematográfico, que siempre se alimentó de su tensión dialéctica con el vivir. Schrader lo afirma de primera mano, porque también él tiene perfil en Facebook. Y nosotros le seguimos.

VAMOS DE ESTRENO * Viernes 29 de noviembre de 2024 *

EL MINISTRO DE PROPAGANDA ( Führer und Verführer, Joachim Lang, 2024)
Alemania. Duración: 135 min. Guion: Joachim Lang Música: Michael Klaukien Fotografía: Klaus Fuxjäger Compañías: Zeitsprung Pictures. Distribuidora: Wild Bunch Germany Género: Drama
Reparto: Robert Stadlober, Fritz Karl, Franziska Weisz, Raphaella Möst, Katia Fellin, Moritz Führmann, Michael Glantschnig, Sebastian Thiers, Oliver Fleischer, Raphael Nicholas
Sinopsis: Joseph Goebbels, el Ministro de Propaganda en la Alemania nazi, acompaña a Hitler durante siete años que van desde 1938 hasta 1945. Mientras Hitler está en la cima de su poder, Goebbels es el creador de las imágenes de multitudes ondeando banderas y de varias películas antisemitas. Tras la derrota en Stalingrado y la situación cada vez más desesperada a finales de 1944, Goebbels planea el acto de propaganda más radical, su última puesta en escena.
La casa de los horrores vuelve a abrirse, pues nunca es tarde ni se consulta en exceso. La solución final, esa maquinaria perfecta, tuvo que contar con un departamento de propaganda, cargado de desinformación y mentira, para que todo el pueblo alemán aceptara que había que terminar con toda raza y elemento disidente que fuera u opinara de forma diferente a ellos. Especialmente el pueblo judío. El Ministro de propaganda muestra como no hay nada nuevo en todas esas fake news, la diferencia es que, de momento, se puede escoger a quien informa, si un medio contrastado y profesional, o un mentiroso vendido a intereses oscuros. Así, se cumple la paradoja de que haya sectores de población que prefieran cerrar los ojos y creerse las mentiras a pies juntillas que algunos «medios» escupen por las redes, sin pensar que los agitadores y gobernantes modernos utilizan los mismos mecanismos de propaganda creados por Joseph Goebbels para ganar poder.
El ministerio de propaganda se desarrolla especialmente durante los últimos días del Reich, pero también muestra los antecedentes que hicieron que asesinos y psicópatas cogieran las riendas de un país en crisis y levantaran su moral acusando de sus males al judío y a los países limítrofes que buscaba conquistar, pues como se dice durante el film, les hacía falta espacio para acoger a todos los arios. Así, aunque no lo pretende, El ministro de propaganda consigue hacer ver la paradoja en la que actualmente se encuentra Israel, que no respeta las fronteras de su país y está efectuando un genocidio con el pueblo palestino. La historia, pues, se repite, aunque los protagonistas cambien. Como también se repiten los ascensos de los fascismos alimentados por las noticias falsas y la mentira, que ahora tiene un canal ideal para difundirse, por lo que el film de Lang se descubre como más necesario que nunca.
El ministro de propaganda está dirigida por Joachim A. Lang, y apuesta por una ficcionalización basada en fuentes históricas, incluidos diálogos auténticos y escenas extraídas de los noticiarios con los protagonistas reales, que son encarnados eficientemente en la ficción por Robert Stadlober (Goebbels), Fritz Karl (Hitler) y Franziska Weisz (Magda Goebbels).
ESPERANDO LA NOCHE (En attendant la nuit, Céline Rouzet, 2023)
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 22 de noviembre de 2024 *
LAS CHICAS DE LA ESTACIÓN (Juana Macías, 2024)
España. Duración: 115 min. Guion: Isa Sánchez Música: Isabel Royán Fotografía: Guillermo Sempere Compañías: Feelgood Media, ICAA, Kowalski Films, La Perifèrica Produccions, Las chicas de la estación Género: Drama
Reparto: Salua Hadra, Julieta Tobío, María Steelman, Carla Gris, Elena Gallardo, Xóan Fórneas, Asier Tartás, Daniel Mantero, Saida Santana, Pepo Llopis, La Fanny
Sinopsis: Jara, Álex y Miranda son tres chicas que han crecido en un centro de menores sin saber qué es el amor sin condiciones. Es el cumpleaños de Jara y las tres quieren celebrarlo en el concierto de su trap queen preferida. Ellas no tienen dinero ni muchas formas de conseguirlo, pero por el barrio está siempre una chica algo mayor, ex interna de su mismo centro, que les ofrece citas con adultos en los baños de la estación. Poco a poco y creyendo tener el control, se van viendo atrapadas en una red de prostitución de menores. La violación múltiple a una de ellas acabará por darle la vuelta a todo.
Basada en un hecho real, Las chicas de la estación de Juana Macías aborda el tema de la prostitución de unas adolescentes tuteladas que tiene lugar en el entorno sórdido de los baños de la estación de tren de su ciudad y que se extiende en fiestas en chalets de lujo. Una sordidez cuyo origen nace y se extiende por unos barrios casi en ruinas, donde viven las familias de las niñas y donde se relacionan con sus iguales en un ambiente de trap, piercings, reggaeton, videojuegos, drogas blandas y alcohol.
El cariño familiar está vedado, unas veces por madres inmaduras, que tuvieron a sus hijas siendo niñas; otras veces por padres maltratadores. También por abandonos. Tan solo se tienen a unas a otras y el bien más preciado es el de la amistad. Esa amistad inquebrantable que nace en la adolescencia.
Flores entre basura, las jóvenes de esta estación nos traen a la memoria, si alguna vez han salido, a aquellas jóvenes que también se prostituían en una estación de tren de Berlín (Christiane F. – Wir Kinder vom Bahnhof Zoo), en aquel caso, para poder drogarse. Pasan los años, los motivos cambian, pero el mal sigue estando vigente. Como declara su directora, «Esta es una película sobre una realidad durísima. Una realidad invisible o, mejor dicho, una realidad a la que nadie quiere mirar, y cuando se hace, se tiende a culpabilizar a las víctimas porque tienen problemas feos, porque se escapan de los centros, beben, se drogan… y rara vez se pone el foco en los abusadores».
Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman, a pesar de ser debutantes saben trasmitir su vitalidad herida, su carencia de perspectiva. El único problema que vemos a la denuncia que quiere hacer la directora en Las chicas de la estación es que no posee ninguna escena poderosa, de las que quedan en la mente una vez terminado el film, que indigne y revuelva las tripas, extrayendo al espectador de su comodidad, al que además se le ofrece un final feliz, para que alivie su posible congoja ante el caso que se nos cuenta.
La música, que casi suena constantemente, es uno de los elementos importantes de Las chicas de la estación. Música urbana que es un hilo narrativo más en la película, un espejo en el que se miran las protagonistas. Una banda sonora en la que hay estrellas consolidadas y jóvenes promesas, pero en la que se prioriza la voz de artistas femeninas como Albany, Gata Cattana, Kitty110, L’Beel, La Blackie, La Zowi, Dalila…cuyas letras hablan de supervivencia, de dolor, de respeto, violencia, desarraigo, que es el mundo que refleja la película.
VAMOS DE ESTRENO * Viernes 15 de noviembre de 2024 *

GLADIATOR II (Ridley Scott, 2024)
USA. Duración: 148 min. Guion: David Scarpa. Personajes: David Franzoni Música: Harry Gregson-Williams Fotografía: John Mathieson Compañías: Scott Free Productions, Red Wagon Productions, Paramount Pictures, Parkes+MacDonald Image Nation, Red Wagon Films. Distribuidora: Paramount Pictures Género: Acción.
Reparto: Paul Mescal, Pedro Pascal, Connie Nielsen, Denzel Washington, Joseph Quinn, Fred Hechinger, Lior Raz, Derek Jacobi, Peter Mensah, Matt Lucas, May Calamawy, Chi Lewis-Parry, Alexander Simkin
Sinopsis: Años después de presenciar la muerte del admirado héroe Máximo a manos de su tío, Lucio (Paul Mescal) se ve forzado a entrar en el Coliseo tras ser testigo de la conquista de su hogar por parte de los tiránicos emperadores que dirigen Roma con puño de hierro. Con un corazón desbordante de furia y el futuro del imperio en juego, Lucio debe rememorar su pasado en busca de la fuerza y el honor que devuelvan al pueblo la gloria perdida de Roma.
Con Gladiator II vuelve el buen cine de entretenimiento. Pura acción para degustar acompañado de un muy voluminoso cubo de palomitas y con un argumento creado para satisfacer a los fans de la primera entrega, pero a la vez, ofreciendo nuevo contenido y nuevas aventuras que alejan a Gladiator II de ser un mero fan service.
Ridley Scott ha construido una bomba de relojería que se disfruta desde el primer fotograma. Una bomba que no satisfará a los más exigentes ni cambiará vidas por su mensaje, pero hará pasar una velada muy agradable a todo aquel que le de una oportunidad: héroes muy héroes y villanos repugnantes, algunas animaciones francamente sonrojantes y otras majestuosas, pero, lo dicho, todo puro espectáculo pirotécnico como los de antaño.
Intrigas palaciegas, reflexiones -breves- sobre la corrupción que trae el poder, batallas espectaculares y luchas sin cuartel con unos protagonistas muy convincentes, tanto que hacen olvidar a Rusell Crowe. Quizás si alguien chirría es Denzel Washington, pues actúa igual que si estuviera negociando una entrega en Harlem. No convence demasiado su actitud en pleno imperio romano pero, todo es espectáculo y todo contribuye a hacer de Gladiator II una película de aventuras que consigue que su dos horas y media pasen de manera fugaz.
Tratándose de una película de vampiros adolescentes lánguidos,
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