Diario de Serendipia en Sitges 2024: Novena cápsula

Ya es viernes en la Blanca Subur y Serendipia va a su encuentro con el Fantaterror y el cine de terror español más añejo con un programa doble: el estreno de Exorcismo (Alberto Sedano) que participa en el certamen dentro de la sección Sitges Documenta, y Último deseo (1976) el clásico de León Klimovsky que ha remasterizado Severin. Una sesión que lleva a Serendipia a su adorado cine Prado. Ya por la tarde nos esperaría una sesión órbita (Cloud) en l’Audori y, nuevamente en el Prado, una sesión (muy) especial, The Soul Eater. Hoy no habría Oficial Fantàstic Competició para Serendipia. Hoy jugará sobre seguro.

VIERNES 11 DE OCTUBRE
Exorcismo (Alberto Sedano) es una excelente y bien documentada película documental sobre el cine de terror español, en especial, el que ya en Democracia se hizo bajo la clasificación ‘S’. En sus casi dos horas de duración, hay
espacio para todo lo más importante, incluido un necesario preámbulo histórico que sitúa al espectador en una época, la de la dictadura del General Franco, en la que la censura hizo que los productores y directores se las ingeniaran para poder vender mejor sus productos en el extranjero. Ejército e Iglesia componían las juntas de censura que vigilaban la moralidad de los españoles, pero que se mostraron más liberales con las copias de películas españolas que se vendían al extranjero, permitiendo que existieran las dobles versiones, con escenas picantes y de desnudo para exportar.
Exorcismo también se detiene en la edad de oro de las coproducciones (años sesenta y en especial setenta) hasta llegar al erotismo que todo lo invadió con la muerte del dictador. Así, se creó la clasificación ‘S’ que reunía bajo su sello todo aquello que pudiera, en opinión de la industria, herir la sensibilidad del espectador. Básicamente sexo, violencia y contenido político. El documental toca muchas teclas y resulta muy didáctico, aunque Serendipia detecta algún error, como el de calificar la escena de costura de La residencia como trasgresora por su banda sonora, cuando es bien sabido que esta cambió en la versión española. O la escena de Una vela para el diablo en la que Aurora Bautista se auto flagela con ramas de espino tras ver a unos niños y chicos bañarse desnudos. Otra de esas escenas que fueron aligeradas en el montaje español. Ciertamente peccata minuta con el resultado final que ofrece el documental, que concede cierto grado de dignidad hacia el tan denostado cine ‘S’ español al que tiene reservado la última media hora del documental, posiblemente el mejor que se ha hecho sobre el cine de terror español de los años 70 y 80. Esa última media hora se centrará en esas producciones ‘S’ como Sexo sangriento (Manuel Esteba, 1981), Escalofrío (Carlos Puerto, 1978), Más allá del

Póster norteamericano de ‘Último deseo’
terror (Tomás Aznar, 1980), Animales racionales (Eligio Herrero, 1983), Morbus (o bon profit) (Ignasi P. Ferré, 1983), Los violadores (Paul Grau, 1981), Secta siniestra (Iquino, 1982), Los ritos sexuales del diablo (J.R. Larraz, 1982) a los que se suman, naturalmente, un buen número de películas de Jesús Franco, filmes que lucían, todos ellos, una vistosa ‘S’ en el cartel. El documental se cierra con la llegada de la tan denostada e incomprendida Ley Miró y la irrupción de las Salas X, y da voz a diferentes actores, productores y directores del género, como Ricard Reguant, Jack Taylor, Carmen Serret, Carlos Puerto o Antonio Mayans; sn olvidar la presencia de algún heredero de todos aquellos directores, como Álex de la Iglesia; y estudiosos como David Gregory y Álex Mendibil, entre muchos otros.
Tras este, repetimos, estupendo documental llegó el turno de Último deseo, el film apocalíptico de León Klimovsky protagonizado por Paul Naschy, Nadiuska y Teresa Gimpera, entre otros, que luce genial con el lavado de cara que le ha realizado Severin, el sello videográfico que más está contribuyendo a la ruina monetaria de Serendipia.
Y ya por la tarde, es el momento de volver a vernos con viejos amigos, como son Kiyoshi Kurosawa, Alexandre Bustillo y Julien Maury. El primero ofreció con Cloud, una de las tres películas que estrenará este año, una efectiva sátira anticapitalista protagonizada por Yoshii (Masaki Suda), un tipo que gana dinero mediante la reventa online, efectuando pequeñas inversiones y obteniendo grandes ganancias, pero que al final sufrirá la venganza de todos los que ha apretado e incluso empujado al suicidio con sus implacables métodos. Por su parte los galos Bustillo & Mauri, habituales al festival de Sitges, ofrecieron Le mangeur d’âmes (The Soul Eater) una cinta muy diferente a las que ofrecen habitualmente a su público, con ciertos toques de folk horror. Su argumento versa sobre la desaparición de niños después de que sus padres se hayan matado entre sí con una extraña y truculenta muerte que les lleva al orgasmo. Un misterio algo alejado de los terrores habituales, pero que contiene grandes dosis de sangre y una misteriosa figura, el devorador de almas, protagonizando una trama que se alarga durante tres horas.
No vamos a cerrar esta edición del festival sin un momento para recordar a «los nuestros».
Últimos comentarios