Inicio > VAMOS DE ESTRENO > VAMOS DE ESTRENO * Viernes 29 de septiembre de 2023 *

VAMOS DE ESTRENO * Viernes 29 de septiembre de 2023 *


MONSTRUO (Kaibutsu, Hirokazu Kore-eda, 2023)

Japón. Guion: Yuji Sakamoto Música: Ryuichi Sakamoto Fotografía: Ryûto Kondô Compañías: Toho, Gaga Communications Inc, AOI Pro, Fuji TV, Bun-Buku. Productor: Genki Kawamura. Distribuidora: Gaga Communications Inc, Toho Género: Drama

Reparto: Soya Kurokawa, Hiiragi Hinata, Sakura Andō, Eita, Mitsuki Takahata, Akihiro Kakuta

Sinopsis: Cuando su joven hijo Minato empieza a comportarse de forma extraña, su madre siente que algo va mal. Al descubrir que el responsable de todo ello es un profesor, irrumpe en la escuela exigiendo saber qué está pasando. Pero a medida que la historia se desarrolla a través de los ojos de la madre, el profesor y el niño, la verdad va saliendo a la luz, poco a poco…

Monstruo es un viaje elemental desde el fuego hasta el agua. Del principio solar, motor de vida y transformación, a su opuesto líquido, que comparte la misma condición primordial como fuente de todo lo vivo. El fuego renueva y el agua transfigura. Pero igual que son origen creador, pueden ser fuerzas que destruyen: un aparatoso incendio o un tifón feroz se igualan en capacidad de desolación. No hay contradicción entre ambos sentidos de su poder, sin embargo. Porque devastan, regeneran. La última cinta de Hirokazu Koreeda es una historia de quebrantos y renaceres.

Lo que desafía al orden y la norma es lo anómalo, otro modo, el monstruo. En nuestra lengua, este término procede de la alteración del latín ‘monstrum’, originariamente era voz religiosa que designaba un prodigio que reflejaba la voluntad de los dioses, de ahí pasó a aplicarse a todo objeto o ser de carácter excepcional. El monstruo es lo digno de ser visto porque excede los límites de lo regular. Su desmesura puede provocar admiración y horror a partes iguales. Con el ‘kaibutsu’ japonés ocurre algo similar, es lo raro, lo inusual. En ambos idiomas nos estamos refiriendo a lo que no se ajusta al patrón consensuado (y arbitrario) que llamamos normalidad, es decir, y también en ambas lenguas, a la excepción. Tanto nuestro ‘monstruo’ como su ‘kaibutsu’ son nombrados desde la mirada ajena, pero este rasgo es más marcado en la lengua nipona pues el apelativo se refiere a cosas que parecen extrañas siempre, remarcamos, siempre desde la perspectiva de un observador concreto. Una película titulada Monstruo (Kaibutsu), no podía ser narrada desde un único punto de vista, pues la respuesta a “¿Quién es el monstruo?” está ligada al ángulo de visión de quien aplica la definición.

El cine de Koreeda tiene unas constantes claras, sus películas exploran temas tales como la memoria, la muerte y el asumir la pérdida de un ser querido. También son centrales, para este director que quiso ser novelista, los vínculos familiares, sobre todo, la importancia de los modelos parentales, con padres o madres ausentes muchas veces, sobre los hijos. Y por extensión la fuerza de la presión social (y nacional, tal vez) sobre los actos individuales. Un cromatismo temático que aborda con pinceladas de costumbrismo, pero también, y no pocas veces, con trazos de intriga, así llegó a convertir un drama judicial en un thriller en El tercer asesinato (Sando-me no satsujin). Y mencionamos su película de 2017 porque tiene más en común de lo que podría parecer con su último trabajo, si en 2017 Koreeda nos invitaba a reflexionar sobre el puzle de la verdad desde la orilla del cine negro, ahora en clave de drama preadolescente nos lleva a valorar las múltiples aristas que descuadran nuestras íntimas convicciones. No se trata sólo de hablar del mentir (aunque también), sino de mostrar cómo nuestros relatos se asientan en nuestras pruebas y por ello los tomamos y vendemos como ciertos. El problema es que cada percepción individual es meramente particular y no logra vislumbrar el tablero de lo universal. Todas nuestras verdades no son más que fabulaciones incompletas expuestas en primera persona. Sobre la parcialidad, los intereses creados, y la falta de certezas firmes, no cabe narración omnisciente, Koreeda lo sabe y por ello renuncia a ella legándonos a cambio su particular “Rashomon”. Monstruo es su relato más poliédrico, seguramente porque es contado desde el testimonio de cada personaje, cada uno con su propio retal de realidad. El juego de las perspectivas va a ser el único capaz de acercarnos a algo parecido a un sentido y significado último.

Nunca la ruptura de la linealidad temporal estuvo tan justificada, ya desde el propio título ¿Quién es el monstruo? Es la pregunta que nos formulan, y ahí no podemos dejar de tener un recuerdo para Mantícora de Carlos Vermut, nuestro director más nipón. Acabaremos sabiendo que ese interrogante no es más que la entradilla de un juego infantil, pero antes se habrá desplegado todo el drama. Dos hechos objetivos presiden la función, un incendio en el centro de la ciudad y un tifón por todo el territorio, de su valor metafórico podría hablarse largo y tendido, pero sólo lo insinuamos mimetizándonos con el director. Porque si algo domina magistralmente Koreeda es el lenguaje de la insinuación. Más allá de su poderío alegórico, las dos catástrofes pautan el tiempo, como aquel tren de Jim Jarmusch en Mystery Train (1989), su carácter absoluto (no dejan lugar a dudas) hace saber al espectador la simultaneidad de los relatos que nos son contados secuencialmente, todo está ocurriendo a la vez. El incendio y el tifón suplen y ejercen el papel de lo omnisciente. En el lapso que va de uno a otro, una madre acusará de malos tratos a un profesor, el profesor acusará de abusador a un hijo y dos niños, simplemente, verán florecer su amistad. Una amistad más íntima de lo que aceptan los estándares. El kaibutsu se renombra desde cada perspectiva y la fuerza insinuante del arte del director nos llenará de sospechas, para dejarnos la dura tarea de aceptar que nadie es plenamente culpable. Tarea dura porque es tanto como aceptar que tampoco nadie es completamente inocente.

Esta película cebolla esconde bajo sus capas un relato de autodescubrimiento que en su belleza aborda la abrumadora naturaleza del mundo. Y todo en medio de la incertidumbre. Monstruo explora las luchas internas de la aceptación de uno mismo y la búsqueda de significado en un mundo complejo y a menudo confuso. Hilando estas hebras sólo podía llegarse a ese final, quizás abierto, en el que habremos encontrado una única respuesta: todos tenemos derecho a ser felices en algún plano de la realidad. De las cenizas de la combustión y los sedimentos de la inundación, siempre habrá de brotar la posibilidad de regeneración. Monstruo nos renace.


SAW X (Kevin Greutert, 2023)

USA. Guion: Josh Stolberg, Pete Goldfinger Fotografía: Nick Matthews Compañías: Lionsgate, Twisted Pictures. Distribuidora: Lionsgate Género: Terror
Reparto: Tobin Bell, Michael Beach, Synnøve Macody Lund, Steven Brand, Renata Vaca, Paulette Hernandez, Octavio Hinojosa, Joshua Okamoto
Sinopsis: Situada entre los acontecimientos sucedidos en SAW y SAW II, John Kramer (Tobin Bell), desesperado y enfermo, viaja a México para someterse a un tratamiento experimental y muy arriesgado con la esperanza de curar su cáncer mortal. Sin embargo, toda la operación resulta ser un fraude para engañar a aquellos más vulnerables. Lleno de rabia y con un nuevo y escabroso propósito, John retomará su trabajo como asesino en serie y dará a probar su propia medicina a los embaucadores.
Vuelve John Kramer (Tobin Bell), el arquitecto original de la serie Saw que, cual profesor Franz de Copenhague pero con mucha más mala sombra, vuelve a la carga con sus ingeniosos artilugios y dispositivos con los cuales hacer sufrir a sus víctimas y, de paso, poner los nervios del espectador a flor de piel ofreciéndole el placer culpable de ser partícipe de la sesión de tortura. Y es que, definitivamente, los tipos que deciden estafar a John Kramer en esta cinta, escogen muy mal al anciano al que hacerle el tocomocho.
Paradigma del subgénero denominado Torture Porn que escribió sus más virulentos capítulos durante los años noventa, la franquicia Saw ha divagado en forma de serie durante casi 20 años, los que han pasado desde que un desconocido James Wan presentara, primero un cortometraje y más tarde su exitoso largometraje. Saw X, que quizás debería haberse titulado Saw 1 y 1/2, se sitúa entre la primera y la segunda. Así, podremos ver nuevamente a Amanda (Shawnee Smith), la que fuera colaboradora del matarife en las cuatro primeras películas de la franquicia, y también al detective Hoffman (Costas Mandylord), llegado directamente desde la tercera entrega. Completan el reparto Synnove Macody Lund (Headhunters), Renata Vaca (El comediante), Octavio Hinojosa, Steven Brand (El rey escorpión) y Paulette Hernández (Perdida). Y está realizada por buenos conocedores de la saga: Kevin Greutert fue el montador de las tres primeras entregas de la saga y dirigió Saw VI Saw VII 3D y el dúo de guionistas, Josh Stolberg y Pete Goldfinger se encargaron de los guiones de Saw VIII y Spiral.
Saw X se cocina a fuego lento, ofreciendo a Tobin Bell la oportunidad de mostrar sus dotes interpretativas. De hecho, tal y como indica su director, Kevin Greutert, «Veremos un lado de John Kramer que no habíamos visto antes», pero cuando pone toda la carne en el asador, el resultado es un viscoso estofado repleto de vísceras y menudillos. El menú ideal para el gourmet más desacomplejado.
Categorías: VAMOS DE ESTRENO
  1. No hay comentarios aún.
  1. No trackbacks yet.

Deja un comentario