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Las lecturas de Serendipia: ‘Tales from the Crypt’ Vol. 5

TALES FROM THE CRYPT VOL. 5


Diábolo Ediciones. Encuadernación en tapa dura. Formato magazine, 216 páginas a todo color


Llega una nueva entrega de la lujosa e imprescindible edición de los clásicos EC que realiza Diábolo Ediciones y lo hace retornando a la hedionda cripta en la que esperan The Crypt-Keeper, The Old Witch y The Vault-Keeper dispuestos a poner los pelos de punta al lector con las terroríficas historias incluidas en este nuevo tomo de Tales from the Cryptel quinto y último de la serie, que reúne los números que van del 41 al 46.

Sin decaer en ningún momento, prosigue la trayectoria ascendente de la más emblemática publicación de E.C. Comics. Y lo hace continuando la dinámica adquirida en números anteriores: las portadas de los seis números que componen el tomo son obra de Jack Davis, así como la primera historieta de cada uno de ellos, reservando la última para el gran Graham (Ghastly) Ingels. La mejor forma de que el lector no olvide la revista de cómics que acaba de leer. Contando, además, con la participación de otros artistas como Jack Kamen, Bernie Krigstein, George Evans, Joe Orlando y el gran Reed Crandall. En esta ocasión, Al Feldstein no firma todos los guiones, muchos de ellos están firmados por Carl Wessler, sin que la calidad de los mismos se resienta.  El tomo no incluye prólogo y, siendo como es el último, en varios de los cuadernos que contiene hay referencias e incluso comunicados en los cuales se explican los problemas que la editorial estaba atravesando y que, finalmente, conseguirían que se cerraran las colecciones policíacas y de terror, mientras se anunciaban, en el último número, los planes editoriales de publicar nuevas colecciones adscritas a lo que se dio en llamar New Trend (nuevo rumbo), series que se sumaron efímeramente a los títulos supervivientes hasta que cerraron todo, a excepción de Mad, que transformado en revista, pudo librarse de las garras del Comic Code. 


AL FELDSTEIN (1925-2014)

Albert Bernard Feldstein (octubre de 1925 – abril de 2014), fue un escritor, editor y artista estadounidense cuya labor más recordada es la que desempeñó en E.C. Comics de 1956 a 1985, ya como editor de la revista Mad.

Originario del barrio de Brooklyn (Nueva York) , gana algunos premios de dibujo, lo que le convence de estudiar arte. Tras la II Guerra Mundial entra de chico-para-todo en el Iger Studio. Allí se foguea realizando fondos a lápiz y tinta para terminar dibujando planchas completas. De ahí pasa a Fox Comics, donde era poco menos que explotado. Y poco después contacta con Bill Gaines, que acababa de asumir el cargo de editor de EC Comics tras la muerte de su padre en un accidente, con el que entablará una larga y provechosa relación de trabajo

Al llegar a EC en 1948, Feldstein comenzó como artista, pero pronto combinó el arte con la escritura y finalmente editó la mayoría de los títulos de E.C. Aunque originalmente escribió e ilustró aproximadamente una historia por cómic, además de hacer muchas portadas, Feldstein finalmente se centró en la edición y la escritura, reservando su arte principalmente para las portadas. Desde finales de 1950 hasta 1953, editó y escribió historias para siete títulos de E.C., abordando temas candentes que otros medios procuraban evitar, como el prejuicio racial, la violación, la violencia doméstica, la brutalidad policial, la drogadicción y el abuso infantil. Formando, también, todo un equipo de escritores colaboradores que incluía a Robert Bernstein , Otto Binder , Daniel Keyes , Jack Oleck y Carl Wessler.

Después de que las presiones de la industria y el gobierno obligaron a Gaines a cerrar la mayoría de sus títulos E.C., Feldstein se separó brevemente de la empresa. Pero cuando Harvey Kurtzman dejó Mad en 1956, Gaines recurrió a su antiguo editor, así Feldstein pasó los siguientes 29 años al frente de lo que se convirtió en una de las revistas más importantes e influyentes del país. Tras retirarse de Mad en 1985, Feldstein comenzó a pintar oleo, dotando de vida a la fauna salvaje norteamericana.  


Repaso pormenorizado de los contenidos de Tales from the Crypt Vol. 5: (Portadas: Jack Davis. Guiones: Al Feldstein y otros)



TALES FROM THE CRYPT 41Abril-Mayo 1954. 

Tal y como refleja el anuncio ilustrado por Alan Davis que hay en el reverso de la portada, también dibujada por él, y que es la escogida por Diábolo para este quinto tomo, el E.C Fan-Addict Club va sobre ruedas. También comprobamos que todos los guiones continúan siendo de Al Feldstein. El Guardián de la Cripta abre el número presentando Operación amistad (Operation Friendship) historieta dibujada por Davis que, en esta ocasión, no está relacionada con la

Bill Galvan realiza un homenaje en Archie Comics a la portada de Jack Davis

ilustración realizada para la portada. En Operación amistad tenemos un  retorcido relato de camaradería llevada hasta sus últimas consecuencias. ¡Vuelve, pequeña Linda! (Come back, Little Linda!) es una enternecedora historia de amor… al estilo E.C., ilustrada por el siempre soberbio George Evans. La página de correo de los lectores aborda diversas, entre ellas la mala distribución que tenían los cómics en los quioscos, y concretamente, el Guardián de la Cripta insta a los lectores a que ayuden a «mis estúpidos editores a deshacerse de un millón de revistas de E.C. en 3-D» que, al parecer, habían sufrido una mala distribución o, sencillamente no habían sido bien recibidas por los lectores. Más abajo les hablamos de ellas. Corriente de atracción (Current Attraction) es la historieta de portada, dibujada por Jack Kamen. Y para cerrar, un Toque de rancho (Mess Call), llamamiento al que acude raudo Ghastly Ingels con un menú no apto para todos los estómagos.


TALES FROM THE CRYPT 42Junio-Julio 1954.

Es en este número en el que se produce un cambio radical de paradigma en lo que respecta a los guiones. Al Feldstein va cediendo su sitio a otras plumas, y así, tres de las historias están escritas por Carl Wessler. Tras la vampírica portada de Jack Davis, encontramos una deliciosa propaganda de Panic realizada por Bill Elder en la cual un variopinto grupo de individuos se abalanzan sobre una quiosco hasta destrozarlo, todo con tal de hacerse con un número de la revista. Abre el habitual Davis con Concierto para violín y hombre lobo (Concerto fror Violin and Werewolf) que hace referencia a esa imagen, real o no, de los gangsters portando metralletas de incognito en estuches de violín. A la primera luz del alba (By the Dawn’s Early Light) es la historia de vampiros que se anuncia en la imagen de portada. Por lo que vemos, el nuevo guionista se decanta por los monstruos clásicos, pues sus dos primeras historietas están protagonizadas por hombres lobo y vampiros. El baño (The Bath) es la única historieta guionizada por Felstein (junto a Jack Oleck) del número. Está dibujada por el genial Bernie  Krigstein y protagonizada por un cruel terrateniente del Amazonas que se dará un baño de realidad. El último. Finalmente ¡Encapotado! (Hoodwinked!) es una deliciosa historia de dos hermanos, muy diferente entre ellos, y la relación de amor-odio que tienen y que terminará, bueno, terminará mal, por supuesto. Dibuja, como es norma,  Graham (Ghastly) Ingels.


TALES FROM THE CRYPT 43. Agosto-Septiembre 1954.

A partir de este número comienzan a ponerse las cosas serias. Y se hace partícipe de ello en todo momento al lector, con la primera referencia a la caza de brujas que se había entablado contra la violencia en los cómics. Y, como no podría ser de otra forma, está realizada con humor e ironía, pero con un lenguaje directo. Después de mostrar unas viñetas caricaturescas en las que vemos como en Rusia está contundentemente prohibido leer cómics, añade, «Aquí, en América, todavía podemos publicar cómics, periódicos, revistas de moda, libros y la Biblia. No tenemos que enviarlos primero a un censor. Por ahora…Porque hay algunas personas en América que quieren censurar… que quieren acabar con los cómics«. Y la nota prosigue entrando en la humorada, pues se llega a la conclusión de que detrás de todo esto se encuentran, por supuesto, ¡los comunistas! Otras disciplinas artísticas como el cine ya estaban siendo investigadas por el Comité de Actividades Antiamericanas, y muchas carreras, e incluso vidas, se quedaron por el camino. Ahora era el turno de los cómics.

En lo que respecta a su contenido de este número, prosiguen los movimientos entre los responsables de los guiones: Al Feldstein se hace cargo de tan solo uno, el ilustrado por Ghastly, mientras el resto se reparten entre el ya mencionado Carl Wessler y Otto Binder. La portada de Alan Davis, aunque modélica, como siempre, rompe un tanto con la norma de oscuridad y tenebrismo habitual, y hace referencia a la retorcida historia con la que, él mismo, con guion de Binder, abre el número, Cuatro partes iguales (Four-Way Split) en la cual su protagonista descubrirá por qué es imposible ser amigo de jefes y «superiores». Guerra fría (Cold War) con dibujos de Jack Kamen y guion de Wessler, es una extraña historia de poliamor… de ultratumba. Concurso con trampa (Clots my Line), con guion nuevamente de Otto Binder y viñetas de George Evans, ofrece una novedosa propuesta de concurso televisivo poco explotada y con la que todos los concursantes ganan… aunque no un apartamento en Torrevieja (Alicante). Finalmente, Graham Ingels ilustra la única contribución de Al Feldstein al número, Accidentes por compasión (Accidents and Old Lace), título y traducción al español que hacen referencia a los que tuvo el film de Frank Capra Arsénico por compasión (Arsenic and Old Lace, 1944), que adaptaba al cine el éxito teatral protagonizado por Boris Karloff que, más tarde, fue sustituido por Bela Lugosi. La historieta, además, está protagonizada por tres adorables ancianitas aficionadas a confeccionar artísticos tapices.


TALES FROM THE CRYPT 44. Octubre-Noviembre 1954.

Tras otra deliciosa portada de Jack Davis, el mismo dibujante abre, como es habitual, este número 44 con Olorosa obra (Forever Ambergris), el primero de los dos guiones firmados por  Al Feldstein incluidos en el cuaderno. Una historia muy retorcida de amistad, engaños, ballenas y… peste bubónica. El gran Red Crandall vuelve por segunda, y última vez a Tales from the Crypt para ilustrar Tumba marina (Burial at Sea) que con guion de Carl Wessler se desarrolla en una isla en la que, como suele suceder, hay un tesoro y alguien que lo quiere poseer a toda costa. La declaración (The Proposal) también escrita por Wessler pero ilustrada por Jack Kamen es una bonita historia de amor a tres bandas. Y finalmente vuelve Feldstein con La noche del verdugo (The Sliceman Cometh), una historia ideal para los viscosos lápices de  Graham Ingels. Localizada en la Francia revolucionaria, en la que tantos y tantas perdieron la cabeza, será precisamente una de ellas la que traerá de la ídem al cruel protagonista de esta historia.


TALES FROM THE CRYPT 45. Diciembre 1953-Enero 1955.

Otra portada antológica, que en esta ocasión hace referencia a la historieta que ilustra Jack Davis y guioniza Carl Wessler, responsable de todos los guiones de este número. Telescopio (Telescope) es una muy sórdida historieta sobre un naufrago y una rata, únicos habitantes de una isla y su  lucha por la supervivencia. Jack Kamen dibuja El sustituto (The Substitute), una historia en la cual no tendrá ocasión de dibujar atractivas damas, una de sus especialidades, pues se desarrolla en una colonia penal francesa de la que se fugará un preso con un plan que no puede fallar… o si. Bernie Krigstein ilustra Sueño asesino (Murder Dream), con dibujos muy influenciados por el surrealismo daliniano y con unas viñetas que buscan trasmitir movimiento, tal y como puede apreciarse en la página 5 de la historieta (que corresponde a la 167 del tomo). Una forma de narrar que culminaría en Master Race (Impact #1, Abril 1955), su obra maestra. Todo ello para reproducir en viñetas lo que resulta ser «el sueño de un maníaco«. Finalmente, con El cambio (The Switch), la vieja bruja y Graham Ingels cierran el número. Se trata de una tragicómica historia protagonizada por un octogenario que desea rejuvenecer su cuerpo para satisfacer a una dama de la que se ha enamorado. Para ello recurrirá a la cirugía. Como vemos, nada excepcional hoy día.




LA SEDUCCIÓN DEL INOCENTE

El número 45 de Tales from the Crypt no tiene página de correo, en su lugar hay, a toda plana, «un llamamiento a la acción«, una carta de los editores a sus lectores redactada ante las graves acusaciones del Subcomité del Senado sobre la Delincuencia Juvenil que culpa, precisamente a los cómics, y en especial a los de terror y crimen, de incitar a los niños a la violencia ya que «deforman las mentes de la juventud de América y afectan el desarrollo de las personalidades de aquellos que los leen«. Entre los responsables de esta campaña se encontraba Fredric Wertham, un psiquiatra germano-estadounidense que en su libro más conocido, La seducción del inocente (Seduction of the Innocent, 1954), consideraba que estas publicaciones causaban un apetito insaciable de violencia en los jóvenes: “En el mejor de los casos, interfieren con el sueño infantil. En el peor de los casos, invitan a los niños a imitar los crímenes que ven representados». Wertham también llamó la atención sobre lo que él consideraba implicaciones de amor homosexual en cómics como Batman y Wonder Woman. Los cómics, como vemos, eran para el psiquiatra los responsables de todo los males que atenazaban la civilización: “Los cómics en el peor de los casos son demoníacos, en el mejor simple basura”.

El impacto que causaron sus palabras, animó a crear la comisión de investigación del Congreso contra la industria de los cómics y a la creación del Comic Code, con el cual los propios editores autocensuraron sus publicaciones. Al igual que sucedió con el cine y el Codigo Hays en los años treinta. Pero Wertham no era el único que estaba  tras los ataques a la industria del cómic, pues como señalan los editores de E.C., asimismo también habría «ciertas editoriales que no publican cómics y que se beneficiarían de su desaparición, muchos grupos de adultos a los que les gustaría culpar de su falta de capacidad como padres responsables a las revistas de cómics, en lugar de a ellos mismos, y varios cazadores de titulares«.  Así que con esta carta abierta a los lectores, los editores instaban a que fueran ellos los que escribieran una carta al Congreso, «con tus propias palabras. Que sea una carta amable y educada«, tanto si pensaban que los cómics eran un entretenimiento inofensivo, como si pensaban que eran malos, «lo importante es que la Subcomisión escuche a los lectores reales de cómics y/o a sus padres (en caso de los más jóvenes), y no a personas que, sin haber leído un cómic en su vida, quiere destruirlos«.

El subcomité entrevistó tanto al doctor Wertham como a William Gaines, que expusieron sus argumentos en contra y a favor, todo lo cual fue televisado. Muchas de las conjeturas del psiquiatra, particularmente las de las alusiones sexuales ocultas (por ejemplo imágenes de desnudos femeninos ocultos en los dibujos de los músculos de los personajes y en la corteza de los árboles, o Batman y Robin como amantes homosexuales), fueron recibidas con hilaridad en la industria del cómic. Wertham también afirmaba que Wonder Woman tenía una segunda lectura relacionada con la sumisión y el bondage, algo que en cierto modo ya había sido mejor documentado por su creador, William Moulton Marston, que había admitido eso mismo; a pesar de ello Wertham también afirmó que la fuerza y la independencia de Wonder Woman ponían de manifiesto su carácter de lesbiana. Finalmente, aunque no se cumplió el objetivo buscado y no culpó a los cómics del supuesto auge de la delincuencia juvenil, sí que tuvo serias repercusiones para la industria, pues el subcomité recomendó que las casas editoriales bajaran el tono de sus publicaciones.

Gaines reunió a sus colegas editores y sugirió que la industria se agrupara para combatir la censura externa, formando la Comics Magazine Association of America, con su rama censuradora, el Comics Code Authority. Las normas del CCA eran aún más estrictas que las de la ACMP, ya que su cumplimiento era obligado y todos los cómics debían ser previamente aprobados antes de su publicación. Entre las nuevas normas impuestas por el Comics Code estaba la prohibición de que en la portada apareciera la palabra «horror», «terror» o «raro», y no era ninguna coincidencia que estas palabras fueran precisamente las que aparecían en los títulos de muchas de las series más vendidas de E.C. Gaines abandonó la asociación y rechazó someter sus historietas al Comics Code; pero cuando los distribuidores se negaron a repartir muchas de sus series, el editor se vio forzado a cerrar su cinco títulos más populares: los tres de terror y los dos de crímenes. Cerrando el resto poco después ante la perspectiva de un conflicto interminable. Y es que, como los propios editores de E.C. señalaron en una carta que abría el número 46 de Tales from the Crypt, «aunque en E.C. seguimos creyendo, como en el pasado, que las acusaciones contra los cómics policíacos y de terror son un completo disparate, a estas alturas no tiene sentido intentar defender este tipo de literatura. Económicamente, nuestra situación es grave. Las revistas que no llegan al quiosco no se venden. Nos vemos obligados a capitular. Nos rendimos. ¡ESTAMOS HARTOS!«. Pero no era una capitulación total, pues en la misma nota se anticipaba la nueva dirección que E.C Comics iba a tomar, centrándose en una línea de comic books de tono más realista. La que se denominó New Direction, que incluía títulos como M.D.(historias de médicos), Impact (suspense), Extra! (periodismo) y Psychoanalysis (historias de psiquiatras), entre otras. Además, moderó y renombró el título que aún tenía de ciencia ficción como Incredible Science Fiction y prosiguió con Mad, Panic, Piracy y Two-Fisted Tales. Con estos cambios, Gaines terminó sometiendose al Comics Code. Pero este relanzamiento fue un estrepitoso fracaso y ninguno de los nuevos títulos pasó del número cinco, así que tras varios conflictos con el Comics Code, incluyendo una demanda judicial, y las cada vez peores ventas de los títulos que aún tenía, Gaines decidió, en diciembre de 1955, abandonar por completo los comic books, transformando Mad en revista, con lo cual se libraba del Comic Code y pudo tener una trayectoria libre y prolongada durante sus 58 años de vida.

Muchos años después se demostraría que el libro de Wertham no estaba basado en un trabajo académico sólido. El material estaba manipulado para comprometer y fabricar evidencias en su beneficio. Pero el daño ya estaba hecho.




TALES FROM THE CRYPT 46. Febrero-Marzo 1955.

«Puede que nunca llegues a leer esta revista.  Es más , puede que nunca se imprima. Si se imprime, puede que nunca se distribuya. Si se distribuye, puede que se guarde en un fardo detrás del mostrador y nunca vea la luz del día. Pero si, por algún milagro, llega a los quioscos, éste será probablemente el último número que leas de esta revista«.

Sí, hemos llegado al último número de la colección. Un número que tal y como se indica en un mensaje de los editores, no iba a ser el último de Tales from the Crypt, sino el primero de una nueva colección, The Crypt of Terror, que se uniría a las otras tres cabeceras dedicadas al género que más rédito daba a la editorial. Pero no pudo ser.

En todo caso quedó un último número al nivel acostumbrado. Con los guiones de las dos primeras historietas escritos por Al Feldstein, y los otros dos por Carl Wessler. Abre Jack Davis con El reflejo (Upon Reflection) la historia de hombres lobo que, ¡ejem!, refleja la portada. Prosigue George Evans con Palos de ciego (Blind Alleys), donde un roñoso casero terminará recibiendo su merecido de mano de sus inquilinos. Success Story (cuya primera plancha original ilustra este artículo), está realizada por Joe Orlando y se ocupa de, posiblemente, la más terrorífica historia narrada en las publicaciones E.C., pues cuenta la historia de un joven recién casado cuyos suegros se instalan en su casa. Desbaratando su -hasta entonces- feliz matrimonio y creando tensiones que el protagonista terminará cortando de raíz. Finalmente cierra, como siempre, Ghastly con Trapos sucios (Tatter Up!) otra bonita y muy sórdida historia de amor con boda entre una tacaña octogenaria rica y un joven y atractivo muchacho, que comenzará la enfebrecida búsqueda del dinero de la vieja desde el primer día pero…

¡¡HORROR EN 3-D!!

La culpa de todo es de la televisión. En los años cincuenta la televisión había llegado a todos los hogares norteamericanos y restado audiencia a los cines, así que había que intentar innovar para combatir la fuerte competencia. Así, se probaron nuevos experimentos como el Cinemascope, el Drive-In o las películas en 3-D, mediante unas gafas con dos tonalidades (azul y rojo). Esta efímera moda pasó a otro tipo de medio, como las publicaciones de pin-ups (¡¡¡téngalas al alcance de sus manos!!!) y, por supuesto, a los cómics. E.C., siempre atenta a las novedades, editó dos números especiales: Three Dimensional E.C. Classics y Three Dimensional Tales from Crypt of Terror, preparándose uno más que quedó inédito, posiblemente por las pobres ventas motivadas, en gran parte, por la pobre distribución que comenzaban a tener los cómics de terror y crímenes. En todo caso, se trataba de historietas ya publicadas, adaptadas con viñetas nuevas, al sistema de tres dimensiones. Para completistas, estos dos cómics en 3-D han sido editaos en cuatro cuadernos por El Boletín. Y no solo eso, pues van acompañados de dos tomos (eso sí, en edición muy limitada) escritos por el especialista Enrique Torres en los cuales analiza estas historietas con la minuciosidad a la que tiene acostumbrado al lector.

Con este quinto tomo se cierra Tales from the Crypt, pero Diábolo ya está preparando nuevos tomos con otras colecciones E.C. Más tomos brillantes, de un nivel artístico y de guiones inmejorable, que se superan, número tras número, historia tras historia, viñeta tras viñeta.

 

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