Diario de Serendipia en Sitges 2024: Séptima cápsula
Cuatro películas más, cuatro. Tres de ellas Oficial Fantàstic Competició (Fréwaka, Sanatorium Under the Sign of the Hourglass y Else) y una Noves Visions (Pepe). Todas ellas bien diferentes. Todas ellas interesantes…pero más raras que los ratones coloraos. Vamos, pues, con ellas.

Folk horror irlandés con Fréwaka (Aislinn Clarke), una película repleta de imaginería religiosa católica y también magia y sortilegios, que serán la razón de ser de la anciana a la que la protagonista, Shoo (Clare Monnelly) va a
cuidar en una remota aldea. Shoo sobrevive a una traumática infancia marcada por el integrismo religioso de su madre, que termina suicidándose en soledad. Así que la vida y costumbres de la anciana no la cogerán desprevenida. Es agorafóbica, pero ella asegura que no sale al exterior porque fue secuestrada la noche de bodas por unos seres del folklore irlandés. La estudiante de enfermería necesita dinero, pues su pareja pronto a a ser madre. Atmosférica e inquietante, Fréwaka utiliza todos los recursos del cine de terror de casas encantadas, pero a ello cabe sumar la extrañeza de esos ritos ancestrales y sus sortilegios.
Buen inicio, de largo es la menos críptica. A continuación comenzó el sindiós con Sanatorium Under the Sign of the Hourglass, una cinta de animación stop-
motion que era pura carne de Noves Visions, pero que en Oficial Fantàstic Competició se presentó, para sorpresa de Serendipia. Dirigida por los hermanos Quay, Sanatorium… es un fantasmagórico viaje a un remoto sanatorio completamente decadente que resultará ser un mundo flotante a medio camino entre el sueño y la vigilia, con su propia noción del tiempo y siete historias reunidas en un extraño aparato que contiene la retina de su propietario y que, una vez al año, cobra vida. Extraña y no apta para todos los gustos, el film está basado en una novela del polaco Bruno Schulz.
Por su parte Else (Thibault Emin) es otra muestra de body horror (y de Noves Visions fuera de sección), con cuerpos que se fusionan con objetos a causa de una extraña epidemia. Más terror pandémico. Más extrañeza, tanta que Pepe (Nelson Carlo de los Santos Arias), la historia de un hipopótamo contada por él mismo después de morir, asemeja un cándido cuento infantil. Y algo de eso hay, aunque hay que reconocer que la película resulta fascinante y es imposible apartar la vista y dejar de seguir las peripecias de Pepe, uno de los hipopótamos que el narco Pablo Escobar pasó de contrabando de África a Colombia para su zoo privado. Realismo mágico y mucho, mucho humor, con partes de documental y crítica social.
Después de tanta rareza, Pepe, el manso Pepe, se alza como una melodía relajadora y cautivadora. Les dejamos con el tráiler, para que se crean que no nos hemos inventado nada: Pepe existió y su peripecia vital pudo verse en Sitges.
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